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viernes, 19 de septiembre de 2025

Coalición católica pide rechazar el lobby que impulsa uniones homosexuales y que se revoque Fiducia supplicans




El pasado 15 de septiembre, día de Nuestra Señora de los Dolores, una coalición de 25 asociaciones católicas, presentó al Papa León XIV una apelación filial pidiéndole que confirme con absoluta claridad la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el matrimonio y la moral sexual frente a la presión de un “poderoso lobby” que busca legitimar las uniones entre personas del mismo sexo. Los firmantes están inspirados en el pensador brasileño Plinio Corrêa de Oliveira, fundador del movimiento Tradición, Familia y Propiedad (TFP)

Peticiones concretas

- Reafirmar el magisterio perenne de la Iglesia sobre los actos homosexuales, rechazando explícitamente las propuestas de alterar el Catecismo de la Iglesia Católica y sosteniendo la Sagrada Escritura.

- Revocar la declaración Fiducia supplicans de 2023, sobre las bendiciones a parejas del mismo sexo, y reafirmar la prohibición vaticana de 2021 respecto a tales bendiciones.

- Anular el rescripto de 2017 del papa Francisco, que otorgó especial peso magisterial a la interpretación de los obispos argentinos de Amoris laetitia, permitiendo la Comunión para algunos divorciados vueltos a casar civilmente.

Una súplica filial y aprensiva a Su Santidad el Papa León XIV

Santísimo Padre,

A la luz de sus recientes y auspiciosas declaraciones en defensa de la familia y de la coherencia que los católicos deben mantener en la vida pública al sostener los principios de la Fe, las asociaciones firmantes —herederas del pensamiento y de la acción del gran líder católico brasileño Plinio Corrêa de Oliveira— se dirigen filialmente a Vuestra Santidad para expresar sus aprensiones sobre el futuro de la familia.

En 2015, nos dirigimos al papa Francisco entre los dos Sínodos sobre la Familia para denunciar la alianza de influyentes organizaciones, fuerzas políticas y medios de comunicación que promovían la llamada ideología de género. Esta ideología servía como un sello de aprobación de una revolución sexual que favorece costumbres contrarias a la ley natural y divina. Más grave aún, señalamos la confusión generalizada entre los católicos, “surgida de la posibilidad de que se hubiera abierto una brecha en la Iglesia que aceptaría el adulterio —al permitir a los divorciados y luego vueltos a casar civilmente recibir la Sagrada Comunión— y prácticamente aceptaría incluso las uniones homosexuales”. Como resultado, pedimos al papa Francisco “aclarar la creciente confusión entre los fieles” y evitar “que la misma enseñanza de Jesucristo fuera diluida”.

Con el apoyo de otras entidades de la coalición titulada Supplica Filiale al Papa Francesco sul futuro della Famiglia (“Súplica filial a Su Santidad el Papa Francisco sobre el futuro de la familia”), recogimos 858.202 firmas. Estas fueron entregadas a la Santa Sede en la mañana del 29 de septiembre de 2015, casi exactamente hace diez años.

Entre los signatarios de aquella Súplica Filial se encontraban 211 prelados (cardenales, arzobispos y obispos), un gran número de sacerdotes y religiosos, y numerosos laicos renombrados en Occidente y en otras partes del mundo. En su discurso durante el coloquio titulado Iglesia Católica: ¿A dónde vas?, celebrado en Roma el 7 de abril de 2018, el cardenal Walter Brandmüller mencionó nuestra petición como una de las manifestaciones más evidentes del consensus fidei fidelium, que ejerce un papel inmunizador para preservar a la Iglesia del error.

Con gran dolor en nuestros corazones, debemos señalar que, lejos de responder a esta justa petición del rebaño, su predecesor en la Sede de Pedro agravó aún más la situación. Por un lado, al admitir abusivamente a los divorciados vueltos a casar civilmente a la Comunión eucarística mediante la nota al pie 351 de Amoris laetitia y al conceder aprobación pontificia a su interpretación por parte de los obispos de la Región Pastoral de Buenos Aires, Argentina. Por otro lado, mediante declaraciones y gestos que legitimaron las uniones civiles homosexuales, culminando en las “bendiciones pastorales” autorizadas en la declaración Fiducia supplicans del 18 de diciembre de 2023, firmada por el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

Desde entonces, la situación ha seguido empeorando, especialmente en lo referente a la aceptación de las relaciones homosexuales. Ha habido una proliferación de declaraciones de altos prelados que llaman a actualizar la enseñanza de la Iglesia. Esto incluye cambiar párrafos del Catecismo de la Iglesia Católica que afirman que la inclinación homosexual es “objetivamente desordenada”, que los actos homosexuales son “intrínsecamente desordenados” y que la Sagrada Escritura los presenta como “actos de grave depravación”.

Aunque empleando un lenguaje aparentemente moderado, algunos prelados y teólogos ya exigen descartar los llamados prejuicios moralistas “historicizando” situaciones, actualizando el lenguaje de dos mil años de la Iglesia y adaptándolo a los tiempos presentes. Esta es la postura, por ejemplo, de personajes como Mons. Francesco Savino, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Italiana, el arzobispo francés Hervé Giraud y el cardenal Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo. Este último ha llegado al extremo de decir que la enseñanza católica sobre la homosexualidad “es incorrecta”, puesto que su base sociológica y científica ya no sería válida.

Asimismo, la hermana Jeannine Gramick y el padre James Martin desean eliminar la expresión “intrínsecamente desordenada” y proponen formulaciones alternativas que tienden a hacer admisible lo que no es ni puede ser aceptado. El Camino Sinodal Alemán hace lo mismo al pedir una revisión del Catecismo para adaptarlo a la “ciencia humana”, lo que equivale a decir que el mundo moderno tiene más autoridad que Dios.

Desafortunadamente, algunos van incluso más lejos, pidiendo no solo un cambio de palabras, sino de la propia práctica de la enseñanza moral de la Iglesia. Por ejemplo, el cardenal Robert W. McElroy niega que los pecados sexuales sean graves, lo que allana el camino para la legitimación y normalización de la impureza. Afirma también que la “inclusión radical” de homosexuales practicantes debe ser sacramental, en otras palabras, que un estilo de vida objetivamente contrario al mandamiento divino no constituiría un obstáculo para recibir la absolución y la Sagrada Eucaristía.

Después de afirmar que la enseñanza católica es “sólida y buena”, el cardenal Timothy Radcliffe la diluye diciendo que debe entenderse con “matices”. Indirectamente reiteró lo que ya dijo antes en el Pilling Report, a saber, que las relaciones homosexuales podrían entenderse en clave eucarística, como una imagen del “don de sí mismo de Cristo” en la Sagrada Comunión. El teólogo austriaco padre Ewald Volgger insiste en la misma línea de pensamiento al decir que las uniones homosexuales son una imagen de la solicitud divina por los hombres, lo que justificaría bendecirlas. El teólogo suizo Daniel Bogner socava directamente el sacramento del matrimonio al afirmar que necesita ser comprendido de nuevo, liberándolo de su “caparazón de perfección”, para no discriminar a las uniones irregulares y homosexuales. Argumenta que es necesario acabar con la “fijación rígida en el sexo biológico y en la heterosexualidad necesaria de los esposos”, ya que “la fertilidad no debe entenderse exclusivamente en términos de reproducción biológica”.

Dado todo esto, Santísimo Padre, no podemos menos que concluir que, bajo el pretexto de la misericordia y la adaptación a la ciencia, algunas fuerzas se esfuerzan por reinventar la fe católica conforme a las pasiones mundanas, haciéndola irreconocible.

En este contexto de ofensiva abierta para imponer la aceptación de las uniones homosexuales, resultó particularmente chocante ver que, bajo el pretexto de obtener indulgencias jubilares, se ofreció gran visibilidad a grupos que profesan abiertamente tales errores. Se les permitió entrar en procesión en la Basílica de San Pedro, portando una cruz arcoíris. Más grave aún, esta “marcha del orgullo homosexual” fue precedida por una audiencia concedida al padre Martin, quien después atribuyó a Vuestra Santidad palabras de aliento para su activismo en favor del movimiento L.G.B.T. Del mismo modo, Mons. Francesco Savino, al final de su homilía en la Iglesia del Gesù, declaró que Vuestra Santidad le había dicho: “Ve y celebra el Jubileo organizado por Jonathan’s Tent y otras organizaciones que cuidan de [tus hermanos y hermanas homosexuales]”.

Somos conscientes de que algunos de estos acontecimientos escandalosos (y otros aún en agenda) fueron organizados por organismos de la Santa Sede durante el pontificado anterior, y que Vuestra Santidad, tal vez en el deseo de asegurar la unidad de la Iglesia, aparentemente quiere cambiar gradualmente la orientación de la Curia Romana. Sin embargo, si bien es legítimo ceder en puntos secundarios por el bien de la unidad, no parece legítimo hacerlo cuando se sacrifica la verdad. Como enseña San Agustín: “Hacer la verdad no consiste solo en decir lo que es verdadero, sino también en practicarlo delante de muchos testigos”.

Una gran esperanza surgió en el corazón de millones de católicos cuando, durante el Jubileo de las Familias, Vuestra Santidad citó la encíclica Humanae vitae y afirmó: “El matrimonio no es un ideal, sino la medida del verdadero amor entre un hombre y una mujer”. Esta afirmación resonó con su discurso al Cuerpo Diplomático, en el cual reiteró que la familia está “fundada en la unión estable entre un hombre y una mujer”. Sin embargo, esa esperanza se convierte en alarma al temer que, como en el pontificado anterior, las actitudes pastorales concretas sigan desmintiendo en la práctica lo que se enseña en la teoría.

Este temor nos lleva a renovar la petición que hicimos en nuestra Súplica Filial de 2015 al papa Francisco:

“Verdaderamente, en estas circunstancias, una palabra de Vuestra Santidad es la única manera de aclarar la creciente confusión entre los fieles. Evitaría que la misma enseñanza de Jesucristo fuera diluida y disiparía la oscuridad que se cierne sobre el futuro de nuestros hijos si esa luz dejara de guiar sus pasos.

Santo Padre, le imploramos que diga esa palabra. Lo hacemos con un corazón devoto a todo lo que Usted es y representa. Lo hacemos con la certeza de que su palabra nunca separará la práctica pastoral de la enseñanza legada por Jesucristo y sus vicarios —pues eso solo añadiría a la confusión. En efecto, Jesús nos enseñó muy claramente que debe haber coherencia entre vida y verdad (cf. Jn 14,6-7); y también nos advirtió que la única manera de no caer es practicar su doctrina (cf. Mt 7,24-27).”

Con audacia y respeto añadimos dos peticiones específicas que dejarían clara la realineación de la práctica con la enseñanza tradicional de la Iglesia:

Suplicamos que anule el rescripto del 5 de junio de 2017 de Francisco, que confirió especial valor magisterial a la interpretación heterodoxa de las ambigüedades de Amoris laetitia, y que reitere claramente que los divorciados y vueltos a casar civilmente que viven more uxorio no pueden recibir la absolución sacramental ni, como pecadores públicos, la Sagrada Comunión.

Le imploramos que revoque la declaración Fiducia supplicans y reafirme la prohibición de otorgar cualquier bendición a parejas homosexuales, como lo estableció el Responsum de la Congregación para la Doctrina de la Fe del 22 de febrero de 2021, sobre un dubium acerca de las bendiciones a parejas del mismo sexo.

Implorando su bendición apostólica, le aseguramos nuestras oraciones a Nuestra Señora del Buen Consejo y a San Agustín. Que ellos iluminen a Vuestra Santidad en este delicado comienzo de su pontificado, en el que se encuentra involuntariamente confrontado con una difícil herencia de confusión y división.

15 de septiembre de 2025 — Fiesta litúrgica de Nuestra Señora de los Dolores

Firmantes de la Súplica Filial
  • Instituto Plinio Corrêa de Oliveira (Brasil)
  • American Society for the Defense of Tradition, Family, and Property (USA)
  • Tradición y Acción por un Perú Mayor (Perú)
  • Asociación Civil Fátima la Gran Esperanza (Argentina)
  • Australian TFP Inc. (Australia)
  • Canadian Society for the Defence of Christian Civilization (Canadá)
  • Acción Familia por un Chile auténtico, cristiano y fuerte (Chile)
  • Asociación Civitas Christiana (Colombia)
  • Deutsche Gesellschaft zum Schutz von Tradition, Familie und Privateigentum e.V. (Alemania)
  • Sociedad Ecuatoriana Tradición y Acción Pro Cultura Occidental (Ecuador)
  • Tradición y Acción (España)
  • Société française pour la défense de la Tradition, Famille, Propriété – TFP (Francia)
  • Hrvatsko Ddruštvo za Zaštitu Tradicije, Obitelji i Privatnog Vlasništva (Croacia)
  • Irish Society for Christian Civilisation (Irlanda)
  • Associazione Tradizione Famiglia Proprietà (Italia)
  • Ufficio Tradizione Famiglia Proprietà (Roma)
  • Stichting Civitas Christiana (Países Bajos)
  • Österreichische Gesellschaft zum Schutz von Tradition, Familie und Privateigentum – TFP (Austria)
  • Sociedad Paraguaya de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad – TFP (Paraguay)
  • Philippine Crusade for the Defense of Christian Civilization (Filipinas)
  • Fundacja Instytut Edukacji Społecznej i Religijnej im. Ks. Piotra Skargi (Polonia)
  • Instituto Santo Condestável (Portugal)
  • Nadacia Civitas Christiana (Eslovaquia)
  • Family Action South Africa NPC (Sudáfrica)
  • Tradition, Family, Property Association (Reino Unido)