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viernes, 7 de diciembre de 2018

El cambio de paradigma del papa Francisco. ¿Continuidad o ruptura en la misión de la Iglesia? (Roberto de Mattei)




Presentación del libro de José Antonio Ureta

Hablamos de un tema de enorme importancia, y me gustaría recalcarlo.

En general, nos gusta hablar de aquello que constituye nuestra máxima preocupación. Por naturaleza, una madre tiende a hablar de sus hijos, ya que son el bien más querido para ella, y aunque no hable de ellos no deja de tenerlos siempre presentes en sus pensamientos.

Hablan quienes sólo hablan de la propia salud y no piensan en otra cosa. Me refiero a la salud física, porque hoy en día nos hemos olvidado de que tenemos alma.

Hay quienes sólo hablan de comida, porque a fin de cuentas, de lo que se come se cría y la comida se convierte en el horizonte de los propios intereses.

Son éstos los temas de conversación más habituales, aparte del fútbol, que es el medio por el que ordinariamente los italianos (y no sólo ellos) se evaden de la realidad.

De política ya no se habla con tanta pasión como en otros tiempos, porque se ha perdido el sentido del bien común.

Y poco o nada es lo que se habla de la Iglesia y de sus problemas. En Italia, al hombre de la calle no le gustan estos temas; lo aburren y a veces lo sacan de quicio, porque vive inmerso en el ateísmo práctico.

Ya pasó la época del ateísmo radical, del anticlericalismo rabioso. El ateísmo ha penetrado en nuestro organismo y circula por nuestras venas de resultas de una labor de secularización sistemática de la sociedad, propuesta y llevada a cabo por la nueva izquierda gramsciana.

Por ese motivo, felicito a los organizadores de esta conferencia, que confirma que queda un resto de personas inmunes al secularismo que sigue muy activo. Con nuestra presencia, manifestamos que espiritual y culturalmente estamos vivos, que no nos ha sofocado el miasma tóxico de la secularización, y ello es motivo de optimismo cara a nuestro futuro.

Un futuro que el libro de José Antonio Ureta, El cambio de paradigma del papa Francisco ¿Continuidad o ruptura en la misión de la Iglesia?, contribuye a iluminar. Obra que aprecio por dos razones fundamentales.

- La primera es que nos presenta un balance sintético, pero claro y preciso, de lo que ha hecho el papa Francisco en los cinco años que lleva de pontificado.

Es un cuadro inquietante que constituye, como plantea el autor, un cambio de paradigma, es decir, una solución de continuidad en los usos, las costumbres, las instituciones y el Magisterio de siempre de la Iglesia. Un cambio de paradigma que tal vez no se haga patente en cada gesto y discurso de Francisco, pero que se muestra irrefutable si se tienen en cuenta esos gestos y actos en su conjunto, en el contexto de cinco años de pontificado.

Puede que a algunos les haya bastado con un «buenas tardes» o un «¿quién soy para juzgar?» para intuir que algo no marcha, pero la mayoría de los católicos ha aceptado al papa Francisco sin hacerse mucho problema y rehúye todo debate sobre las consecuencias de su pontificado. Este libro es importante ante todo para hacer ver la realidad a quien no quiere ver, a quienes prefieren olvidar, a quienes desean autoconvencerse de que todo sigue tan normal y en orden como siempre.

- La segunda razón que hace tan importante a este libro es que, si en los nueve primeros capítulos nos presenta un exhaustivo balance del cambio de paradigma, las últimas veinte páginas –el capítulo diez y la conclusión–, nos proponen cómo debemos actuar en esta dramática situación. Ureta nos ofrece una solución equilibrada.

Cuando estamos sometidos a graves tensiones es difícil mantener el equilibrio. Y una de las virtudes más necesarias en la crisis que vive actualmente la Iglesia es el equilibrio. El equilibrio es necesario para mantenerse en pie. El que pierde el equilibrio cae; quien está en pie, resiste. Y hoy en día es imposible resistir sin mantenerse en equilibrio.

Se podría decir que el equilibrio es, junto con la virtud de la paciencia, la virtud de los fuertes. El equilibrio es una fortaleza prudente, o una prudencia fuerte. Quién actúa de modo impaciente, desequilibrado o desordenado se aleja de la verdad y de la paz interior, que es la tranquilidad en el orden.
Manifiesta desequilibrio quien dice: «Prefiero equivocarme con el Papa a tener razón sin él». Y también es señal de desequilibrio afirmar: «Pues si el Papa está engañado y me engaña, eso quiere decir que no es papa».
La postura de José Antonio Ureta, que compartimos, es equilibrada porque se basa en la fundamental distinción entre la Iglesia, que es santa e inmune a todo error, y los hombres de la Iglesia, que pueden pecar y errar. La infalibilidad sólo está reservada al Papa cuando enseña en unas condiciones determinadas, o al Magisterio ordinario, cuando reitera con continuidad y coherencia las verdades inmutables de la Iglesia.

En la última entrevista que concedió a LifeSiteNews, el cardenal Müller dijo:
«El magisterio de los obispos y del Papa se subordina a la Palabras de Dios tal como ésta se encuentra en las Escrituras y en la Tradición, y debe estar al servicio de Dios. No es católico creer que el Papa es alguien que puede recibir la Revelación directamente del Espíritu Santo y puede interpretarla a su gusto mientras los fieles lo siguen sin decir palabra».
Si las autoridades eclesiásticas enseñan el error, es lícito resistirlas, y el derecho a la resistencia se convierte en un deber cuando está en juego el bien común. Ése es el ejemplo que nos dio San Pablo (Gál.2,11)

No siempre basta con resistir. Hay situaciones en que debemos manifestar nuestra resistencia suspendiendo toda convivencia habitual con los malos pastores. También en este caso es necesario el equilibrio. No hablamos de apartarse jurídicamente de los malos pastores. Hablamos de una separación espiritual y moral que pone en duda en el plano jurídico la legitimidad de quien gobierna la Iglesia. José Antonio Ureta establece una comparación precisa con la separación, reconocida por el Código de Derecho Canónico, en la que un hombre y una mujer dejan de vivir juntos sin divorciarse ni declarar inválido su matrimonio.
Si luego las autoridades eclesiásticas aplicaran sanciones canónicas a quienes siguen fieles a la Tradición, provocarían una división formal en la Iglesia. La responsabilidad de la ruptura recaería en ese caso sobre las autoridades que hacen uso ilegítimo de su potestad, y no sobre quienes, respetando el derecho canónico, se limitan a seguir fieles al bautismo que recibieron.
La reacción a esas eventuales sanciones no debería ser afirmar: «Como me condenas, eso quiere decir que no eres el Papa», sino: «Aunque estas sanciones son injustas e ilegítimas, hasta que se demuestre lo contrario sigues siendo el Papa legítimo». Hasta que se demuestre lo contrario, significa que aunque un pontífice puede perder su cargo por diversas razones, incluida la herejía, esas razones deben ser irrefutables. La herejía, y también la invalidez de una elección, debe ser manifiesta y notoria a toda la Iglesia, porque la Iglesia es una sociedad visible y no una congregación invisible como las sectas protestantes. Para que se pueda hablar de herejía notoria y manifiesta, no basta con que el Papa profese o favorezca públicamente la herejía. Es necesario que ésta sea percibida como tal por la opinión pública católica. Que los obispos, y sobre todo los cardenales, que son los electores y consejeros del Papa, constaten esa realidad y obren en consecuencia. Mientras no lo hagan, debe considerarse que el Papa es legítimo.

Esto es equilibrio. Pero es sólo una parte de un problema mucho más amplio que no puede eludir esta pregunta de fondo: ¿cómo hemos llegado a esta situación? ¿Cómo hemos llegado a la necesidad de tener que imaginar la posibilidad de separarnos incluso del Pastor Supremo que, hoy por hoy, es Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, primero con este nombre?

Permítanme que, en este aspecto, vaya más allá del libro de José Antonio Ureta, pero estoy convencido de ello, animado por el mismo espíritu.

No podemos pensar que el fin del pontificado de Francisco significará el fin de la autodemolición de la Iglesia.

En 2012, un año antes de su renuncia al pontificado, Benedicto XVI quiso hacer coincidir el Año de la Fe con el cincuentenario de la apertura del Concilio Vaticano II, con la esperanza de que los textos que nos legaron los padres conciliares fueran «conocidos y asimilados como textos cualificados y normativos del Magisterio, dentro de la Tradición de la Iglesia». Esta tesis –la llamada hermenéutica de la continuidad– es el hilo conductor de su pontificado desde su célebre discurso a la Curia Romana del 22 de diciembre de 2005 hasta su último discurso, menos conocido, pero no por ello menos importante: el del 14 de febrero de 2013 al clero de Roma.

En estos discursos, Benedicto XVI reconoce la vinculación entre la crisis actual de la fe y el Concilio Vaticano II, pero sostiene que esa crisis no es culpa del Concilio en sí, sino de una hermenéutica defectuosa, de una incorrecta interpretación de los textos.

La hermenéutica de la continuidad fue la brújula que guió los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI durante nada menos que 35 años, entre 1978 y 2013.

Pero en esos 35 años, a pesar de los esfuerzos de ambos papas y de los obispos que se movían en la misma linea, la hermenéutica de la continuidad no logró detener el proceso de autodemolición de la Iglesia denunciado desde 1968, cincuenta años antes, por Pablo VI. Y no consiguió detenerlo porque es imposible detener un proceso histórico con un debate hermenéutico. Si en los últimos cincuenta años no se han impuesto los partidarios de la hermenéutica de la continuidad sino los de la discontinuidad, es porque los primeros se han hecho la ilusión de que pueden limitar el debate al plano hermenéutico, a la interpretación de los documentos, mientras que los segundos no han prestado atención a los textos y han avanzado en el terreno de la praxis, en coherencia con el espíritu del Concilio, que declaró la primacía de la pastoral, esto es, de la praxis, sobre la doctrina.
En esencia, el Concilio Vaticano II ha supuesto el triunfo de la pastoral sobre la doctrina, la transformación de la pastoral en teología de la praxis y la aplicación de la filosofía de la praxis marxista en la vida de la Iglesia.
La renuncia al pontificado de Benedicto XVI el 11 de febrero de 2013 supone, en mi opinión, el fracaso de su tentativa de separar la praxis postconciliar del Concilio Vaticano II aislando los textos de éste de la historia: es el fracaso de la hermenéutica de la continuidad.

El papa Francisco personifica la tesis contraria a la de Ratzinger. A él no le interesan el debate teológico ni el hermenéutico. Francisco representa el Concilio en acción, el triunfo en su persona de la pastoral sobre la teología. Entre el Concilio y el papa Francisco no habido por tanto ninguna ruptura, sino continuidad histórica. Francisco es el fruto maduro del Concilio Vaticano II.

Sin duda alguna, el pontificado de Francisco ha supuesto un cambio de paradigma, como afirma acertadamente Ureta, pero en mi opinión el punto de inflexión de estos cincuenta años no es el pontificado de Francisco sino la reacción que ha suscitado este pontificado entre los católicos de todo el mundo.

El pontificado francisquista, precisamente por ser desastroso, ha puesto en evidencia que en la Iglesia reina una crisis que, de otro modo, habría pasado desapercibida, y ha provocado una reacción.

Esa reacción se ha manifestado por medio de varias iniciativas:

- En 2015, una coalición de asociaciones de laicos recogió, bajo el título de Súplica filial, 900.000 firmas de fieles que pedían una aclaración sobre los problemas planteados por el Sínodo Extraordinario de la Familia. Esta súplica recibió la callada por respuesta.

- En 2016, cuatro cardenales presentaron al papa Francisco cinco dubia relativos al capítulo 8 de la exhortación Amoris laetitia. Nuevamente, el silencio por toda respuesta.

- En 2017, 40 intelectuales, número que más tarde ascendió a 250, dirigieron a Francisco una corrección filial acusándolo de propagar errores y herejías en la Iglesia. Y una vez más, la corrección cayó en oídos sordos.

- Y en 2018, el arzobispo Carlo Maria Viganò ha dado a conocer la existencia de una red de corrupción entre la jerarquía eclesiástica, poniendo en tela de juicio a todos los responsables, empezando por el papa Francisco, cuya dimisión ha pedidoEste documento también se ha estrellado contra el silencio.

Todas estas iniciativas han tenido unas repercusiones tremendas. Y todas han recibido el silencio por respuesta.

Un silencio que confirma dramáticamente la verdad de las acusaciones.

La Iglesia que escucha del papa Francisco los escucha a todos menos a quienes son fieles a la integridad del Evangelio y al Magisterio perenne de la Iglesia. Para hablar de sus opositores, Francisco emplea el mismo lenguaje que Lenin al hablar de los suyos.

El pasado 3 de septiembre en Santa Marta comparó a sus críticos con una jauría de perros salvajes. El escritor Marcello Veneziani lo comentó con estas palabras en el diario Il tempo el 5 del mismo mes:
«No, Santidad. Un papa no puede llamar perros salvajes al prójimo, y menos aún si se trata de católicos, de cristianos, de creyentes. De perros califican peyorativamente los islamistas a los infieles y los cristianos. Hasta los más despiadados terroristas fueron llamados por los pontífices predecesores de Francisco hombres de las Brigadas Rojas u hombres del ISIS. Nunca perros. No es digno de un Santo Padre rebajarse a utilizar términos tan rencorosos».
No nos inquieta la calificación de perros. La Sagrada Escritura llama perros mudos a los pastores que dejan de ladrar y se duermen (Is. 56,11). Nos gloriamos de ser Domini canes, perros del Señor, que ladran en la noche para romper el silencio. San Gregorio Magno escribe en su Regla pastoral que los malos pastores «por miedo a perder el favor de los hombres no se atreven a decir libremente la verdad, y huyen en cuanto aparece el lobo y se refugian en el silencio. El Señor los reprende por medio del profeta diciendo: “Todos son perros mudos que no pueden ladrar”» (Is. 56, 10).

Hoy en día los pastores mudos amenazan a los perros diciéndoles: «Al acusar a Francisco acusáis a los papas que lo precedieron, porque las imputaciones que alegáis contra él vienen de ellos».

En su último libro, El día del juicio, el vaticanista Andrea Tornielli no niega las revelaciones de monseñor Viganò sobre la corrupción del cardenal Theodore McCarrick y sobre la amplia difusión de la inmoralidad al interior de la Iglesia, pero como su objetivo no es tanto refutar a Viganò como salvar a Francisco, hace lo que el jugador de cartas que sube la apuesta ante una dificultad: si el culpable es Francisco –afirma–, más responsables son sus predecesores Benedicto XVI y Juan Pablo II, bajo cuyos pontificados se difundió la corrupción.

No nos molesta la acusación, y si llegara a probarse la responsabilidad de Juan Pablo II y de Benedicto XVI en la decadencia moral y la difusión de errores en las últimas décadas, no temeremos reconocerla, porque ante todo buscamos la verdad.

La Iglesia no tiene miedo de la verdad, porque la Iglesia es la verdad. La Iglesia es la verdad porque es divina y porque anuncia al mundo la verdad de su Cabeza y Fundador, Jesucristo. Él mismo dijo: «Ego sum via, veritas et vita» (Jn. 14,6). Por eso no nos asusta decir la verdad sobre la honda crisis doctrinal y moral que atraviesa la Iglesia.

El amor a la verdad nos impulsa a afirmar que: 

- Es hipócrita limitar los escándalos a la pedofilia, como harán los presidentes de las conferencias episcopales que se reunirán en Roma con Francisco el próximo 21 de febrero, sin prestar atención a la plaga de homosexualidad, que no sólo es un vicio contra natura, sino incluso una estructura de poder dentro de la Iglesia.

- Y también es hipócrita limitarse a denunciar los escándalos morales sin remontarse a sus raíces doctrinales, que están en los años del Concilio y el postconcilio.

Si cinco años de pontificado de Francisco pueden calificarse de calamitosos, ¿cómo vamos a negarnos el derecho a calificar de catástrofe el proceso de autodemolición de la Iglesia que está llegando a sus últimas consecuencias?

Ha llegado el momento de la verdad. Y la verdad que se hace patente a nuestros ojos es el fracaso de un proyecto pastoral que no sólo es del papa Francisco sino del Concilio Vaticano II. Aquel concilio anunció una gran reforma pastoral para purificar la Iglesia, pero todo lo contrario: ha resultado en una corrupción de la fe y la moral sin precedentes en la historia, porque ha llegado hasta el punto de no sólo entronizar la homosexualidad entre las más altas jerarquías eclesiásticas, sino de permitir que se defienda y teorice públicamente.

El balance de cinco años de pontificado de Francisco es también el fracaso de un cambio de paradigma que es a su vez el fracaso de un proyecto pastoral.

Las muletillas preferidas del papa Francisco son las palabras sinodalidad y periferias.

- La sinodalidad supone el trasvase de la autoridad desde la cúpula a la base: una revolución que desverticaliza la Iglesia.

- Por su parte, las periferias representan una revolución horizontal que descentraliza y desterritorializa la Iglesia.

Ahora bien:

- En las últimas semanas la Santa Sede ha negado la primacía de la sinodalidad y de las periferias al intervenir enérgicamente para impedir a los obispos estadounidenses que publiquen orientaciones transparentes sobre el tema de los abusos sexuales.

Esta intervención supone igualmente una traición a la limpieza de la Iglesia, en nombre de la cual Francisco había pedido a los cardenales estadounidenses que lo votasen. Es más que nada en Estados Unidos donde se alza más fuerte en la actualidad la voz de la fidelidad a la ley del Evangelio.

El pontificado de Francisco está en discontinuidad con la Tradición de la Iglesia, que aunque acusada de fariseísmo, de inmovilidad y de legalismo no ha sofocado la llama de la Tradición en la Iglesia.
Al contrario, nunca como en los últimos cinco años se ha visto revivir a la Tradición entre los jóvenes y los no tan jóvenes, en los laicos y en el clero, que en el centro y en las periferias, en seminarios y en blogs, redescubren cada día la verdad perenne de la Fe y de los ritos tradicionales de la Iglesia y están dispuestos a defenderlos con la ayuda de Dios.
Hoy comienza la novena a la Inmaculada Concepción, que nos introduce en una de las fiestas más hermosas de la liturgia católica. A los pies de la Virgen, nosotros, hijos de Eva heridos por el pecado original, proclamamos con inmensa confianza en María: Tota pulchra es Maria et non est in te macula.

Del mismo modo nosotros, miembros de una Iglesia enferma en su parte humana, desfigurada por errores y pecados de los hombres que la gobiernan, pero inmaculada en su esencia, proclamamos: Tota pulchra es Ecclesia et non est in te macula. La Iglesia es hermosísima y no hay en ella mancha, pecado ni error alguno.

La Santa Iglesia Romana, una, santa, católica y apostólica, es nuesta Madre y sigue nutriéndonos con sus sacramentos y protegiéndonos con el escudo de su doctrina mientras, con la ayuda de Dios, nos esforzamos por defenderla de todos los enemigos externos e internos que la acechan. El Corazón Inmaculado de María triunfará.

(Traducido por Bruno de la Inmaculada/Adelante la Fe)
Roberto de Mattei

Noticias varias 7 de diciembre de 2018 (Cumbre de febrero, iglesia alemana, China, silencios del papa, ...)




IPSI GLORIA

De Mattei: la “cumbre” de febrero estará viciada de hipocresía

INFOVATICANA

La iglesia alemana, en rebelión contra la doctrina católica sobre la homosexualidad (Carlos Esteban)

GLORIA TV

China: el papa Francisco está conociendo el camino duro

SECRETUM MEUM MIHI

LA LEY DE MEMORIA HISTÓRICA (Caridad Perlas)


Duración 5:21 minutos

jueves, 6 de diciembre de 2018

Noticias varias 5 y 6 de diciembre de 2018 (Burke, sinodalidad, educación, tradición, Argentina, ideología de género, James Martin, Hermenéutica, Cisma, padre nuestro, etc.)




LIFE SITE NEWS

Cdl. Burke: 'Sinodalidad' sugiere algún tipo de 'nueva iglesia' donde se destruye la autoridad del Papa

ADELANTE LA FE

Cuatro consejos para las jóvenes de hoy (Christopher Fleming)

ONE PETER FIVE

Tradition and Sanity Go Hand in Hand

INFOCATÓLICA

Argentina: Asociaciones Educativas Religiosas rechazan «campaña de desacreditación» por no seguir ideología de género

Duterte ataca nuevamente a los obispos filipinos: «Mátenlos, son inútiles»

P. Hermann del Colegio Calasanz de Buenos Aires «Si la ley es injusta, solo queda por amor a la Verdad, la desobediencia civil»

INFOVATICANA

La conciencia y la verdad en el pensamiento del beato cardenal John Henry Newman

‘Insieme’: ¿prepara el Vaticano una Democracia Cristiana 2.0?

Dolido, James Martin corrige al Papa sobre los sacerdotes homosexuales

GLORIA TV

Cardenal Burke: la Iglesia se está convirtiendo en un “Parlamento protestante”

GLORIA TV VIDEO

Francis Mercy Hits the Familia Christi Hard

THE WANDERER

Ha hecho adúltera la villa leal

CATHOLIC FAMILY NEWS


Véase también:

Tu es Petrus: verdadera devoción a la Cátedra de San Pedro (discurso del doctor Mattei el 7 de abril de 2018, en Illinois)

IOTA UNUM

EL FRACASO DE LA HERMENEUTICA (IV) (Capitán Ryder). Sobre la abrogación o no de la misa tridentinamente

CHIESA E POST CONCILIO

Provocando un cisma - Patrick Archbold

IL SETTIMO CIELO

Francisco monarca absoluto. Los tejemanejes del nuevo “Padre nuestro” italiano

Selección por José Martí

miércoles, 5 de diciembre de 2018

SHAMELESS But the truth will make you free (Michael Voris)

Duración 7:27 minutos

One of the pleas coming from some good bishops in Baltimore to the faithful were to make sure it didn't appear as though the laity were attacking the bishops, making the bishops out to be the enemies.
As events have been unfolding for the past few months, perhaps it would be better for the bishops to speak to their brother bishops and tell them to stop demonizing the faithful. The depth and increasing frequency of attacks against the faithful from various clerics is shameful, but very telling.
The latest example is Cdl. Wilfrid Napier of Durban, South Africa actually tweeting out an attack against EWTN host Raymond Arroyo, comparing him to a vicious anti-Catholic Northern Irish Protestant minister from the 1960–70s.
“The World Over” hosted by Raymond Aroyo is like a throwback to the 1960’s & 70’s, when Ian Paisley & his ilk were fulminating against the Catholic Faith in general, & Pope Francis in particular! I’ve still to hear a programme that does report negatively on or attack the Pope!
— Cardinal Napier (@CardinalNapier) December 3, 2018
Yeah, you heard that right. Raymond: a devout Catholic deeply concerned about the Faith and the direction of the Church under the current tyranny of the homoheresy and all that it has spawned routinely covers the current chaos. Napier, trying to earn goodie points with the Vatican cabal, doesn't think twice about slamming Arroyo for his truthful comments. All we can say is welcome to the club, Raymond — come on in.
Last summer, the Vatican lashed out against us here at Church Militant by name.
Little Rock Bp. Anthony Taylor called me demonic.
Cardinal Dolan has me forcibly ejected from the St. Patrick's Day parade for asking him for an answer as to why he pushed for active homosexuals to be allowed into the annual parade.
Buffalo Bp. Richard Malone twice threatened to call the police on the crew and me for just asking him about protecting sexually abusive priests and lying to law enforcement.
Cardinal Daniel DiNardo accused reporter George Neumayr of not loving the Church for his reporting on the scandal.
Father Thomas Rosica made sure Church Militant was refused press credentials at the Vatican for reporting the same.
And Fr. James Martin routinely launches attacks against us and various other faithful Catholics for calling him out on his homoheresy.
Lots of things happen to lots of faithful Catholics in their pursuit of the truth and exposing it, but since we have such firsthand knowledge of it in our own case, we've been liberal with the number of examples involving us because we know them — again, firsthand — to be perfectly true.
Heck, even the very popular much-adored Detroit-area priest Fr. John Riccardo told a close friend of mine that I was like Martin Luther and would end up leaving the Church — that was years ago.
So I'm Martin Luther and Raymond Arroyo is a fire-breathing anti-Catholic, along with many other faithful Catholics, for calling you-know-what on this lack of faith among the senior leadership of the Church.
Too much of the clergy lose any sense of reality when they get in the power structure. They think they can do and say whatever they want. They behave as though they are completely unaccountable.
They have created and continue to foster an environment of secrecy, lack of transparency and superiority where the faithful should just shut up, pay whatever money is asked for and never ask any questions — and certainly never question anything.
That attitude, rampant throughout the clerical ranks and enormously helpful to the wicked among them, has brought about the homoheresy and left sick men in positions of absolute power.
None of this has been able to be fixed from within the Church, which is why police keep battering down the doors of chanceries around the country. They'll fix it, one way or another.
What has Raymond's crime been that prompted a public slamming from such a well-known cardinal? That he wants the Pope to step it up and address the evil in the Church? Why is that so bad? Isn't that what St. Catherine of Siena did? St. Peter Damian?
In fact, it is only the cowards among the bishops who aren't doing that themselves. In one way, Napier is right. Neither Arroyo, nor us for that fact, nor any other layman should be saying what we are saying.
The bishops themselves should be saying it out loud and demanding a purging of the homosexuals and modernists in their own ranks. And if they end up being retaliated against by the homo current in Rome, then so be it, they'll lose their diocese, but they'll gain Heaven.
Saint Peter, 2,000 years ago, instructed leaders to not lord their power over the sheep. But lots of these men — loads of them, in fact — don't care what St. Peter said, what any part of Scripture says unless they can twist it to support some policy about illegal immigration.
They don't care what the Church teaches. They don't care what Our Blessed Lord said.
Heck, as an aside, Martin doesn't even seem to believe Jesus is divine. It's clear that many bishops no longer have supernatural faith.
When lesser-known bishops are standing up in their conference meeting and asking if their brother bishops actually believe the Church's teaching, they are much closer to the truth than they may want to believe.
The answer is no, they don't believe — they haven't for a long time, if they ever did. What they believe is a matter for conjecture, but whatever it is, it absolutely is not the Catholic faith.
As this scandal continues to grow, more and more faithful Catholics, especially those who know the full truth, are going to have to make a choice.
They will have to choose between saying out loud what they know and facing the wrath of cardinals or remaining silent, rationalizing to save their own skin, and then dying and facing the wrath of God for not loving souls more than themselves.
That was after the final call of Abp. Viganò in his last testimony, a call to brother bishops to step forward and say what they know before they die and face the Judge.
So Church Militant would like to extend a great big welcome to Raymond. Come on in, brother. It's foul, it's fetid and it's fantastic fighting for the Faith. What you lose in earthly whatever, you will be richly rewarded for in other ways.
You may not have been interested in war, but war was interested in you, as it is interested in everyone.
For all the "influential" Catholics who know about this, a word of warning: you're next. No one will escape this judgment of conscience. So will you prove yourself a man and embrace the truth at great personal cost or will you run away? Choose — say the truth.
Michael Voris

Llegan las rebajas al Vaticano (literalmente) [Carlos Esteban]



“¡Un día no basta para las promociones reales!”, es el título de la nota. “Del 4 de diciembre de 2018 al 28 de febrero de 2019, junto al Magazzino Abbligliamento, rebajas con descuentos desde el 20% al 40%. Se ruega informar a todo el personal”.

Aunque lo parezca, este anuncio promocional no lo firma el Jefe de Marketing de alguna firma de grandes almacenes, sino Sabatino Napolitano, responsable de la Dirección de Servicios Económicos de la Gobernación del Vaticano, que preside Su Eminencia el cardenal Giuseppe Bertello.


El Vaticano, ya saben, es un Estado, aunque sea solo un barrio de la capital italiana, Roma, y esto le da grandes ventajas económicas. Por ejemplo, la ausencia de determinadas tasas, que abarata enormemente algunos artículos, especialmente los de lujo y grandes marcas. Cualquiera que haya visitado la Santa Sede es probable que haya entrado en una de estas tiendas donde artículos de Gucci o Massimo Dutti se venden por precios sustancialmente rebajados y con todas las garantías.

No todo el mundo tiene acceso a estas compras, naturalmente: se exigen unas tarjetas especiales de que disponen los empleados en el diminuto Estado pero que, con los contactos convenientes, se pueden conseguir sin el engorro de trabajar allí.

Más popular aún es la gasolinera del Vaticano, una instalación que, justo enfrente de donde vive el Papa, Casa Santa Marta, desentona absolutamente entre las gloriosas piedras y las monumentales edificaciones, pero que reporta pingües beneficios, porque es difícil encontrarla desocupada. Muchos son los romanos dispuestos a dar un rodeo para repostar con la ‘santa gasolina’, como la llaman con retranca los del lugar, porque su ubicación en la Santa Sede obra el milagro de hacerla un 20% más barata. No, no todos los combustibles fósiles son condenables.

Carlos Esteban

El SILENCIO del VATICANO ante el testimonio Viganò, según SPECOLA (16) A cien días del primer testimonio: silencios y herencias



Hoy hace cien días que se hizo público el primer testimonio de Viganò, el nuncio. Siempre sostenemos que parece que no pasa nada pero que todo está pasando. 
La situación provocada por el testimonio del que fue varios años nuncio en Estados Unidos es tema de conversación en todos los encuentros sacerdotales americanos. El silencio de los que tienen los datos y los documentos no hace sino confirmar con gran fuerza su contenido

Hoy tenemos el ejemplo de cómo actuar sin prisa pero con la verdad de los argumentos. Son muchos los que, sin poder atacar el contenido del testimonio, se dedicaron a desacreditar al firmante. Es una táctica tan vulgar que da sonrojo el contarlo, pero es lo que ha sucedido. 

El litigio de la herencia entre los hermanos Viganò fue el arma que parecía que hundía al ex nuncio en la más absoluta ignominia. Hoy tenemos el comunicado, como corresponde a tema tan serio, de los abogados del ex nuncio que explican, con pelos y señales, lo sucedido

Desde esta Specola nos tentamos la ropa antes de comentar las noticias que consideramos falsas o medias verdades, que es peor. Defendimos en su momento, y después de las oportunas verificaciones con quien conocía de primera mano los hechos, que era un problema de valoración de bienes en el que los hermanos no habían llegado a un acuerdo. Viganò había ofrecido una solución en bien de la paz en la que ofrecía al que se consideraba perjudicado una cantidad mayor de la contemplada en la condena judicial. El ex nuncio se ha apresurado a pagar y ni ha querido apelar por estar más que de acuerdo con la resolución, que incluso le beneficiaba. 

Gracias a esta aclaración muy documentada hemos conocido, algo que el ex nuncio ha mantenido siempre en el ámbito privado, que con la sustanciosa herencia ha construido entre otras cosas un monasterio de clausura en África con el que ha querido rendir homenaje a sus padres

Es evidente que todo esto lo sabían -o podían saberlo- los medios que le han acusado de todo y que ahora se pueden enfrentar a una denuncia formal por las acusaciones publicadas

Se cierra así el capitulo que podía ensombrecer la calidad humana del firmante. 

Cien días de silencio no hacen sino incrementar la fuerza de los hechos. Cien días, en los que estamos viendo cómo se hace de todo para eludir las prometidas ‘oportunas aclaraciones’ que no llegan

Febrero está muy lejano y quedan muchos más capítulos de esta truculenta historia que esta descomponiendo la poderosa iglesia católica en los Estados Unidos.

Specola

Noticias varias 4 diciembre 2018 (Familia Christi misericordia, Viganò no ha robado, Vox, Guareschi, Sandro Magister, Hermenéutica BXVI, Morlino, COP24, Nicola Bux, etc.)



ADELANTE LA FE

Única Inmaculada (Germán Mazuelo-Leytón)

GLORIA TV

Vaticano pone un comisario en la italiana Familia Christi

Obispo italiano se pone por encima del Evangelio, anuncia la reparación del adulterio sin conversió…

Publicación oficial del Vaticano acusa a Donald Trump de difundir "Noticias Falsas"

INFOVATICANA

Viganò se defiende: no ha ‘robado’ un solo euro de la herencia a su hermano

“Con mi hermano sucedió así. Y financio misiones en África”

Las contradicciones del Papa Francisco, democracia cristiana 2, la gerontocracia vaticana, los jesuitas cierran. (Specola)

Cien días del testimonio Viganó: silencios y herencias, censura blasfema, los dineros de la inmigración, el cisma sumergido.(Specola)

INFOCATÓLICA

Peligro de guerra religiosa en la India tras el asesinato de un inspector a manos de «protectores de las vacas»

Los consejos del P. Fortea para las homilías (Luis Fernando)

Vox llega al parlamento andaluz con un programa contrario a la ingeniería social impuesta por la izquierda y la derecha del PP

“Fascista”, o cuando las palabras terminan por no significar casi nada

CORRESPONDENCIA ROMANA

La Inmaculada Concepción

Brasil: derrota de izquierdas procastristas, esperanzas sin bajar la guardia

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martes, 4 de diciembre de 2018

Familia Christi, en Ferrara, se suma a la lista de hermandades ‘misericordiadas’ (Carlos Esteban)



La Hermandad Sacerdotal Familia Christi de Ferrara, en Italia, es la última asociación religiosa tradicional y rica en vocaciones en ser intervenida por los nuevos aires de renovación, en este caso en forma de Monseñor Daniele Libanori, obispo auxiliar de Roma, recién nombrado ‘comisario plenipotenciario’ de la hermandad por orden de la Santa Sede. ¿Cuál será la siguiente?

La fraternidad sacerdotal Familia Christi, sociedad de vida apostólica de derecho diocesano, aprobada el 8 de septiembre de 2016 por el entonces arzobispo de Ferrara-Comacchio, monseñor Luigi Negri, llevaba ya algún tiempo en el punto de mira del actual titular de la archidiócesis, Gian Carlo Perego, conocido por sus posturas ultraprogresistas, muy en línea con los aires que corren tanto en la Conferencia Episcopal Italiana como en la Curia romana. Su calvario, que empezó cuando Perego decidió expulsarles de su parroquia original, Santa Maria in Vado, con el vago pretexto de la “unidad pastoral”, sólo para prohibirles la celebración de misa pública en su nueva ubicación provisional, Santa Clara, a la espera de un destino definitivo que no ha llegado.

En su lugar, a petición del propio arzobispo, el cardenal Luis Ladaria, prefecto para la Doctrina de la Fe, les ha nombrado un comisario que gestione la hermandad, el jesuita Daniele Libanori, obispo auxiliar de Roma y ferrarés, tras la acostumbrada “visita canónica”, para “verificar la validez de los elementos y conclusiones que surgieron” en dicha visita. Perego, en una nota, agradece “a la Santa Sede el cuidado y la atención al bien de los fieles de nuestra Iglesia” e invita “a todos a orar, para que el trabajo del comisario traiga frutos de gracia a la Iglesia de Ferrara-Comacchio”.

Una noticia, en fin, de carácter local y menor que juzgaríamos escasamente merecedora de nuestra atención si no fuera por el patrón que numerosos de estos casos ya han establecido, siempre con el mismo ‘modus operandi’. De hecho, no hay tal “verificación de la validez”; es una forma canónica de liquidación de una hermandad sacerdotal más cuyo pecado era apartarse de la línea oficial con su amor a elementos del sacerdocio y la devoción que probablemente merezcan el calificativo de ‘rígidos’, así como de su nacimiento espontáneo y su popularidad entre los fieles.

En la página web de la hermandad hay una nota al margen, ‘Las razones de nuestra movilización’, que pueden orientar sobre el espíritu de esta sociedad sacerdotal y las razones de su ‘intervención/liquidación’ cuando hablan de los sacerdotes “Don Riccardo, Don Matteo, Don Lorenzo, Don Enrico, Don Mattia y todos los jóvenes en formación que nos han hecho redescubrir el sentido de ser cristianos en una época marcada por la confusión y los errores religiosos, éticos, morales y también sociales”. Van entendiendo, ¿verdad?

Y añaden que el señor obispo “al parecer quiere alejar a estos sacerdotes de Ferrara. No entendemos por qué, las razones, ya que la comunidad pide unánime que permanezcan con nosotros”. Añaden, sin embargo, que aunque desconozcan los motivos, pueden “intuirlos”. Nosotros también.

¿De qué patrón estamos hablando? Del de la destrucción de comunidades religiosas vibrantes consideradas excesivamente apegadas a las formas tradicionales o meramente vistas en exceso ‘conservadoras’. El proceso puede empezar con cualquier excusa -una queja de algún hermano, una observación de un fiel, incluso la iniciativa directa del obispo- para que el proceso de liquidación se ponga en marcha.

El obispo recurre a Roma, que manda una “visitación apostólica”, a la que suele seguir la remoción del superior y el nombramiento en su lugar de un ‘comisario’ o ‘comisaria’, adepto a la línea renovadora deseada y completamente ignorante del carisma concreto de la asociación de que se trate. El nuevo superior, la nueva superiora, cambia las reglas, impone la necesaria ‘actualización’. A partir de ese momento, las vocaciones se secan súbitamente, algunos o muchos miembros abandonan y el final puede ser/suele ser el cierre por falta del número mínimo necesario para justificar su existencia.

Los que inauguraron esta modalidad de acoso y derribo canónico fueron, en 2013, los Franciscanos de la Inmaculada, fundada como orden mariana y tradicional por dos franciscanos descontentos con la relajación postconciliar de la orden, el padre Stefano Maria Manelli y el padre Gabriele Pellettieri. Los Franciscanos de la Inmaculada se convirtieron en la primera y, por ahora, única orden religiosa que ha vuelto al rito tradicional, pero siendo pastoral y bi-ritual.

Tras la queja de cinco hermanos por la reintrodución del rito romano, permitido por el motu proprio de Benedicto XVI Summorum Pontificum, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada esperó a la llegada de Francisco para, con la excusa de esta queja, tomar medidas enérgicas y drásticas. Manelli fue destituido como Superior general y puesto en arresto domiciliario. Quienes guiaban la orden fueron obligados a dejar sus cargos y a los sacerdotes se les prohibió celebrar en la forma extraordinaria. Se nombró un comisario apostólico, se cerraron los monasterios y el seminario de la orden y se llevaron a cabo deshaucios. Se prohibió su transformación en una comunidad Ecclesia Dei, como también la fundación de una nueva orden. Se amenazó a los obispos, prohibiéndoles que aceptaran a Franciscanos de la Inmaculada que habían abandonado la orden. ¿Razón alegada? Ninguna, aunque Tosatti sugiere la misma que para las sanciones que ahora se preparan contra su fundador: “demasiado católicos”, para la actual sensibilidad curial.

Después llegó el gran escándalo de la Soberana Orden de Malta, que de soberana ha demostrado no tener demasiado. La crisis estalló el 6 de diciembre, cuando el Gran Maestre de la Orden, Matthew Festing, cesó al Gran Canciller Albrecht Freiherr von Boeselager por no haber impedido la distribución de anticonceptivos, incluyendo los abortivos. El Papa intervino, rehabilitó a Boeselager en su puesto, obligó a Festing a renunciar e intervino la orden.

Siguiente: la Fraternidad de los santos Apóstoles, rica en vocaciones y popular en su sede de Bruselas, aprobada por Mons. Léonard, entonces Arzobispo de Malinas-Bruselas, disuelta sin complecaciones por un acto de autoridad papal a instancias del nuevo arzobispo, este nombrado cardenal y pupilo del cardenal Daneels, el que dio al grupo de San Galo el nombre de “mafia”, Cardenal De Kesel.

Más reciente es el caso de 34 de las 39 Hermanitas de María, Madre del Redentor, que gestionan asilos en la diócesis francesa de Laval, que han pedido la dispensa después de que se les interviniera desde Roma a petición (delación) del obispo, cambiando su carisma.

Carlos Esteban

Comisariada Fraternidad tradi en Italia


Noticias varias 3 de diciembre de 2018 (Viganò, San Francisco Javier, Andalucía votaciones, Fellay, Schönborn, ...)



ONE PETER FIVE



GLORIA TV

Monseñor Fellay tiene “una mirada amable” del papa Francisco


Selección por José Martí

Cardenal Ravasi: muchos clérigos ignoran que somos una minoría (Carlos Esteban)



Muchos clérigos siguen viviendo como si estuvieran “en el pueblecito todo los domingos por la mañana, cuando suenan las campanas, todos se apresuran hacia la iglesia”, ironiza el cardenal Gianfranco Ravasi presidente del Consejo Pontificio para la Cultura. Lo que domina en Occidente, dice Ravasi, no es ni siquiera verdadero ateísmo, sino una especie de apatía religiosa.

El cardenal Gianfranco Ravasi presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, ha querido recordar a los católicos y muy especialmente al clero que los fieles somos desde hace tiempo una minoría en medio de una cultura que, dice en un entrevista concedida al diario italiano Il Corriere de la Sera, está dominada no tanto por un ateísmo real como por “una especie de apatía religiosa: no importa si Dios existe o no”.

Ravasi, que acaba de concluir en la Universidad Gregoriana de Roma una conferencia internacional sobre el destino de los inmuebles destinados al culto que la Iglesia se ve obligada a vender -“¿Dios ya no habita aquí?”-, hace referencia a esta realidad pareja a la descristianización de nuestra cultura y que afecta potencialmente a un patrimonio, solo en Italia, de más de 65.000 iglesias para un número cada vez menor de fieles y pastores.

La descristianización no ha llevado, dice Ravasi, a una cosmovisión coherente rival, sino a un ateísmo práctico en el que cada individuo debe construirse su propio sistema moral, según lo vea conveniente y ajustado a sus preferencias personales.

Ni siquiera las encuestas sobre las que se basan las estadísticas oficiales tienen mucho sentido. Uno puede denominarse a sí mismo cristiano a efectos de una encuesta, dice Ravasi, pero eso a veces significa muy poco. En relación a esto recuerda cómo, hace algún tiempo, escribió en la red social Twitter: “Fui extranjero y me acogiste”. El comentario causó un considerable revuelo en medio del encendido debate sobre la inmigración masiva pero, recuerda el cardenal, la mayor parte de los que le respondieron “ni siquiera entendieron que estaba citando el Evangelio según San Mateo, 25:43”.

Ravasi plantea que existen dos alternativas como reacción a este entorno. La primera la detecta en el comportamiento de muchas iglesias protestantes: ceder a la tendencia, retirarse y limitar al mínimo las declaraciones religiosas y morales. El cardenal considera que esta postura es un error. “La presencia de los creyentes, aunque sean pocos, debe ser un grito, no un susurro”, dice Su Eminencia. Es mejor preservar el núcleo del mensaje cristiano: “los Diez Mandamientos, el Sermón de la Montaña, la Verdad, la Vida y la Muerte”.

Sin embargo, añade Ravasi, estas verdades deben proclamarse de modo que se entiendan hoy en día, en un lenguaje y unos medios adecuados. El Papa Francisco es ejemplo de ello, dice, “cuando habla en frases cortas y sencillas, usando imágenes creativas como hace Jesús, describiendo cosas tangibles en el mundo virtual”.

Carlos Esteban

El arzobispo Viganò niega rotundamente que haya defraudado a su hermano (Diane Montagne)


ROME, December 3, 2018 (LifeSiteNews) — Archbishop Carlo Maria Viganò today has denied claims he defrauded his brother, and has sought to clarify an October court ruling ordering him to pay his brother €1.8 million in inheritance. Many believe the ruling is being used by critics to discredit him after his bombshell testimonies.
In a Dec. 3 statement issued by his lawyers (see text below), Archbishop Viganò clarifies the nature of the court ruling, expresses his deep love for his brother, and communicates his intent to have his lawyers prosecute those who defame him.
According to his lawyers, the statement comes “in light of the recent unfounded news that appeared in multiple newspapers and other media outlets, regarding an alleged conviction for ‘fraud,’ ‘theft’ or misappropriation of funds, to the detriment of his brother Fr. Lorenzo Viganò.”
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Chapel of the "Fiat Pax" Carmelite monastery, Gitega, Burundi 

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El contenido completo de este artículo puede leerse aquíAbajo está el texto oficial en inglés de la declaración emitida por los abogados del Arzobispo Viganò.


In light of the recent unfounded news that appeared in multiple newspapers and other media outlets, regarding an alleged conviction for “fraud,” “theft” or misappropriation of funds, to the detriment of his brother Fr. Lorenzo Viganò, Archbishop Carlo Maria Viganò states the following: 
1)    The Court of Milan, by judgment no. 10359/2018 of October 9, 2018, ordered Archbishop Viganò to pay, in response to a judicial request for the division of assets and adjustment of their mutual debits and credit with his brother Fr. Lorenzo Viganò, the principal of approximately € 1.8 million against an initial request from Fr. Lorenzo Viganò of almost € 40 million, a grossly unrealistic figure compared to the actual value of the entire joint ownership of property of the two brothers; 
2)    With the above-mentioned Court ruling, which neither of the two parties has appealed and which therefore has become final, the Court of Milan rejected all the other requests made by Fr. Lorenzo Viganò, who started the case against his brother, refusing any mediation from the family. 
3)    Archbishop Viganò has already willingly paid entirely the amounts established by the judgment; 
4)    Fr. Lorenzo Viganò, as a result of the judgment, received essentially what he would have received had he accepted the settlement proposals made by his brother, pro bono pacis, in the course of the proceedings; 
5)    For over 10 years, Fr. Lorenzo Viganò has subjected Archbishop Viganò to a judicial siege and a veritable defamation campaign in the press, while failing to inform obliging journalists that the accusations of Fr. Lorenzo Viganò have been abandoned or dismissed in the 10 civil, criminal, and administrative cases attempted to date.
6)    Nevertheless, Archbishop Viganò has always suffered such attacks in silence in order to avoid further exploitation of the family’s legal affairs, which have nothing to do with the other well-known “institutional” affairs in which he has become involved; 
7)    The assets came to the two brothers as the undivided inheritance of their parents, who were entrepreneurs in the industrial field;
8)    Archbishop Viganò has allocated most of this patrimony to works of charity and religion, including the construction of a Seminary in Nigeria and a Carmel in Burundi, and will continue to do so. 
9)    As for the painful personal relationship with his brother, Archbishop Viganò deeply loves his brother Fr. Lorenzo and will never stop hoping and praying that his brother would make peace with him and resume relations with him, which he unilaterally, totally and suddenly spurned in November 2008, when he fled from Milan accusing his brother, Archbishop Carlo Maria, of wanting to kidnap him. This is also why, despite having valid reasons to do so, Archbishop Viganò did not appeal the judgement of the Court, even though he considers it, in many ways, wrong and unjust. Archbishop Viganò intends to entrust his lawyers with the task of prosecuting by means of lawsuits any attempt to defame him. 
Diane Montagna