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sábado, 30 de marzo de 2019

Cardenal Walter Kasper se regodea en la hipocresía (comentado por José Martí)



El cardenal Kasper ha afirmado que el papa Francisco padece una “monstruosa deslealtad” por parte de algunos cardenales.

Al hablar en marzo en Herder Korrespondenz dijo que los cardenales deben ser los primeros en “ayudar al Papa”, en vez de oponerse a él en público. Luego continuó denunciando las
revelaciones del ex nuncio Viganò como “inconcebibles”.

Kasper dice que preguntó a diplomáticos si se le permitiría a uno de ellos criticar públicamente a su gobierno. La respuesta fue: “si hace eso, debería ser despedido al día siguiente”.

Como es usual, Kasper estuvo manipulando la situación, porque Viganò estaba jubilado cuando puso al descubierto la duplicidad del papa Francisco.

Por su parte, Kasper causó un escándalo internacional cuando en 1993 desafió públicamente a Juan Pablo II por “no permitir” que los adúlteros reciban la Comunión, cuando estaba asentado como obispo de Rottenburg- Stuttgart (Alemania).

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Reflexión

Si lo que de veras interesa es la verdad, tal como prescribe Nuestro Señor Jesucristo, ¿por qué tanto miedo en que esa verdad salga a relucir? La solución no es el ataque "hipócrita" contra quien da testimonio de unos hechos, que nadie ha podido rebatir, sino sacar a relucir esos hechos. El esclarecimiento de la verdad es fundamental para luchar contra todo tipo de perversidad, sea ésta cual fuere. Si lo que Monseñor Viganò dijo es cierto ... ¡pues que salga a relucir! Dice la Biblia que el que ama la verdad viene a la luz, para que sus obras queden manifiestas. No es eso lo que está ocurriendo; tan solo ataques para "defender" al papa Francisco. Pero, defender ¿de qué? Si la conciencia de Francisco es recta, ¿de qué puede tener miedo? ¿Acaso no le interesaría, a  él mismo, que se investigaran los hechos que Monseñor Viganò señaló en agosto del pasado año y, de ese modo, poder rebatirle ... o no, si es verdad todo cuanto dice. Pero, sin embargo, todo esto se tapa, se mira a otra parte, y aquí no ha pasado nada. Eso es, a mi entender, un grave error, que disminuye la credibilidad del papa Francisco, en todo cuanto dice (¡y se contradice!). Pero en el pecado se lleva la penitencia, porque "nada hay oculto que no vaya a descubrirse", tal y como decía Jesús. El problema lo tiene el cardenal Kasper que se empeña en defender al Papa, independientemente de lo que éste diga y haga, como si fuese el fundador de la Iglesia. Y no es así. Francisco está contribuyendo a la destrucción de la Iglesia con sus dichos y con sus hechos ... aunque Dios no se lo permitirá, porque Él sí que cuida de los suyos y da su Vida por sus ovejas. No así los malos pastores, que los hay en abundancia. Contra ellos deben de ir dirigidas las diatribas de Kasper y no contra los obispos y sacerdotes que aman la verdad  y la sana doctrina.

José Martí