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miércoles, 27 de junio de 2018

Cardenal Electo: grandes problemas por delante




Al hablar a un grupo de periodistas de Bergoglio, el cardenal electo Luis Ladaria insinuó que el Vaticano está preparado para hacer cambios que llevarán a gran parte de los obispos a la herejía.

Declaró, por ejemplo, que la intercomunión patrocinada por los [obispos] alemanes no está fuera de la mesa. Ladaria no criticó el contenido herético de la propuesta alemana, sino solamente el hecho que la decisión no puede aplicarse a un solo país.

Dijo además que la comisión vaticana sobre las “diaconisas” pronto entregará sus conclusiones al papa Francisco, dando la impresión de que él estaba ocultando algo, al hacer la improbable afirmación de que Francisco sólo estaba interesado en el aspecto histórico de la cuestión.

El cardenal electo dijo que él quiere cumplir su rol como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe “con diálogo” y “en una forma discreta, en orden a no dañar la buena reputación de las personas”.

Pero, sin embargo, ese tratamiento está reservado a teólogos del espectro herético que viven bajo la protección de los medios de comunicación oligarcas. El Vaticano los maneja con guantes de terciopelo.

Para el resto de los que defienden y explican la Fe, Francisco ha llevado a cabo su política de cubrirlos con  insultos.


[Podemos verlo a continuación]

“Gaudete et Insultate”: Francisco se señala con el dedo

La exhortación apostólica de Francisco, “Gaudete et Exsultate” , dada a conocer el 9 de abril ha sido etiquetada por la comunidad de Internet como “Gaudete et Insultate” o “Provocar e Insultar”.

Las siguientes citas de “Gaudete et exsultate” son simplemente unos pocos ejemplos.

Francisco retrata a “algunos cristianos” que son “egocéntricos” y “despojados del verdadero amor”. Ellos tienen “la obsesión por la ley, la fascinación por mostrar conquistas sociales y políticas, la ostentación en el cuidado de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia” (n. 57).

Pero Francisco ha sido acusado de ponerse por encima de su cargo, y tratar de ganar prestigio y ventajas políticas agradando a los medios de comunicación anti-Iglesia y mostrar poco amor hacia los que tratan de corregirlo.

La exhortación martillea contra “el que usa la religión en beneficio propio, al servicio de sus elucubraciones psicológicas y mentales” (n. 41).

Él critica la idea de una doctrina como “un sistema cerrado, privado de dinámicas capaces de generar interrogantes, dudas, cuestionamientos” (n. 44). Sin embargo, desde noviembre de 2016 Francisco se ha negado rigurosamente a responder las Dudas (Dubia) de sus cardenales y fieles.

La exhortación de Francisco abofetea a los que buscan un refugio seguro que puede tener muchos nombres: repetición de esquemas ya prefijados, dogmatismo, nostalgia, pesimismo, refugio en las normas” (n. 134).

Pero Francisco mismo cultiva una nostálgica línea partidaria paleo-liberal que elimina a todos los que no juegan estrictamente de acuerdo a sus reglas