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miércoles, 11 de marzo de 2020

ORACIÓN DEL GENERAL MAC ARTHUR



Dios Padre,
dame un hijo que sea lo bastante fuerte
como para tener conciencia
de sus debilidades,
lo bastante valiente
para recobrarse de su ánimo cuando tenga miedo.

Un hijo que sepa aceptar con nobleza
la derrota honrosa
y ser sencillo y generoso con la victoria.

Dame un hijo
que tenga el corazón y la cabeza en su sitio.
Un hijo que te conozca
y sepa que el conocerte a Tí
es la piedra angular de la sabiduría.

Te lo pido, Señor;
no le lleves por los caminos fáciles,
sino por los senderos erizados de obstáculos y dificultades.
Enséñale a permanecer fiel en las tormentas
y a compadecerse de los que han caído.

Dame un hijo, Señor, de corazón puro,
con aspiraciones elevadas,
que sepa ser dueño de sí mismo
antes de querer mandar sobre los otros,
que sepa reír sin olvidar cómo se llora,
que mire el porvenir
sin perder de vista el pasado.

Y cuando tenga todo esto
añádele, Señor, te lo suplico,
unas gotas de buen humor
para que sepa mantenerse siempre sereno,
sin tomar nunca las cosas por el lado trágico.

Dale humildad para que recuerde siempre
la comprensión de la verdadera sabiduría
y la serenidad de la auténtica fortaleza.
Gracias, Señor.

Entonces yo, su padre
me atreveré a confesarme a mí mismo:
¡No has vivido en balde!