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martes, 7 de mayo de 2019

El Cardenal Hummes se confiesa ‘feliz’ de haber sido nombrado relator del Sínodo de la Amazonía (Carlos Esteban)



El cardenal brasileño Cláudio Hummes se ha confesado “feliz” de que el Papa le haya nombrado relator del Sínodo de la Amazonía. El nombramiento de Hummes, exponente de la Teología de la Liberación y partidario de la supresión del celibato sacerdotal, parece dejar claro por dónde van a ir los tiros.

Hummes recibió la noticia de su nombramiento mientras participaba en la 57ª asamblea general ordinaria de los obispos brasileños en Aparecida, donde le entrevistó el portal de informaciones de la Conferencia de Obispos Católicos de Brasil.

“Agradezco al Papa la confianza en la gente, en mí, y quiero dar lo mejor de mí para realizar este servicio”, afirmó, tras declararse “feliz” del nombramiento. Y no es para menos, porque el sínodo -que se llama ‘de la Amazonía’ como el anterior, el de la sinodalidad, se llamó ‘de la Juventud’- se prevé como un intento de revisar aspectos importantes de la práctica sacerdotal, como la ordenación de ‘viri probati’, varones casados de probado prestigio en sus comunidades, algo por lo que Hummes lleva media vida haciendo campaña.

Uno podía descartar esos rumores de novedades como habladurías de los enemigos del papado, si no fuera porque se ha confirmado oficialmente que el asunto se tratará, o si no lo hiciera más evidente el nombramiento de Hummes, el hombre por quien Su Santidad lleva el nombre pontificio de Francisco. “Cuando los votos subieron a los dos tercios, hubo el acostumbrado aplauso, porque había sido elegido”, recuerda Francisco. “Y él me abrazó, me besó, y me dijo: ‘No te olvides de los pobres’. Y esta palabra ha entrado aquí: los pobres, los pobres. De inmediato, en relación con los pobres, he pensado en Francisco de Asís. Después he pensado en las guerras, mientras proseguía el escrutinio hasta terminar todos los votos (…) Francisco es el hombre de la paz. Y así, el nombre ha entrado en mi corazón: Francisco de Asís”.

La excusa para ‘probar’ la ordenación de los casados es la dificultad de proporcionar sacerdotes a las tribus indígenas dispersas por una gigantesca región del planeta, aunque todo parece sugerir que se pensó en el Amazonas para introducir el experimento más que a la inversa. De hecho, la iglesia nacional más interesada en que de este sínodo salga -en la práctica, por el tradicional método del “caso por caso”- la abolición del celibato es Alemania, tan alejada de la selva amazónica en todos los sentidos como se pueda imaginar. Aquí podría decirse que “el Amazonas desemboca en el Rin”.

Hummes llegó ya a Roma con esa idea en la cabeza cuando fue nombrado prefecto para la Congregación para el Clero, y no ha cejado nunca en un empeño que hoy ve por fin al alcance de la mano.

El nombre oficial del sínodo es “Amazonia: Nuevas Sendas para la Iglesia y para una Ecología Integral”, y según Su Santidad el principal objetivo es “encontrar nuevas formas de evangelizar esa porción del pueblo de Dios, especialmente las personas indígenas, a menudo ignoradas y privadas de la perspectiva de un futuro sereno, también por la crisis de la selva amazónica, un pulmón de importancia fundamental para nuestro planeta”.

Pero uno no puede dejar de desconfiar, después de ver cómo el prolongado sínodo de la juventud acababa siendo el de la sinodalidad en su última jornada, sin que se hubiese tratado del asunto. La atención de Berlín indica que se trata más bien un sínodo destinado a complacer la visión ‘abierta’ (¿protestante?) del episcopado de aquel país, aunque tenga un colorido decorado de lianas y tribus exóticas.

Carlos Esteban