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viernes, 17 de agosto de 2018

Soplos de aire fresco



Hace días me disgustaba por ciertas afirmaciones de algunas personas que no terminan de darse cuenta de que con la fe no se juega y que cuando enseñan doctrina, no ponen en riesgo sólo su salvación, sino la salvación de aquellos a los que enseñan.
Lo peor de todo es que muchos documentos eclesiásticos pretenden “venderlos” como magisterio, aunque contradigan las verdades reveladas hasta ahora. Todo esto pone en riesgo la fe, aunque muchos pretendan escudarse en un indiferentismo, cuando es la Verdad de Cristo lo que está en juego. Es una actitud que nunca terminaré de entender.
Cuando veo esa actitud en muchas personas me pregunto: Y si esto no les mueve, ni les preocupa, ¿qué les moverá, dónde tendrán su corazón?
Una de las peores cosas que trajo el “espíritu del concilio” fue el ecumenismo. En este blog hemos hablado mucho de ese ecumenismo y cómo la encíclica Mortalium animus fue pisoteada por todos los papas postconciliares. Ya fueron documentos, gestos o palabras, todos pusieron su granito de arena para  la demolición de la fe.  Nunca sabremos la repercusión que todo esto tuvo para la caída de las conversiones, para el indiferentismo religioso y para eliminar de la mentalidad católica, como una enfermedad, la frase: “Fuera de la Iglesia católica no hay salvación”. Frase que hoy ya nadie se atreve a pronunciar.
Ante este tsunami de ataques a la fe, desde dentro de la Iglesia, al final las cabezas van cambiando y lo que se cree ahora,  por muchos de los católicos que podríamos llamar conservadores, no es para nada lo que creían nuestros padres. Pero no como una evolución natural, sino como una ruptura buscada y asimilada por tantos creyentes que se han dejado arrastrar por las nuevas doctrinas de perdición.
Hoy un sacerdote se atreve a hablar claro el lenguaje católico, el lenguaje de la Verdad, frente a tantas ambigüedades que tenemos que soportar por aquéllos que han sido llamados a confirmarnos en la fe. El dios de los musulmanes no es el Dios de los católicos por mucho que algunos se empeñen.
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El obispo de Ratisbona recuerda que el Corán niega explícitamente la Trinidad ( Infocatólica)

Durante un sermón pronunciado el pasado fin de semana, Mons. Rudolf Voderholzer, obispo de Ratisbona (Alemania), recordó que la fe cristiana y la islámica difieren en algo tan fundamental como es la enseñanza sobre Dios.


(CNADeustch/InfoCatólica) El obispo explicó:
«Todas las modalidades del Islam, por diferentes que sean entre sí, se basan en la afirmación claramente formulada en el Corán y dirigida contra la profesión de fe cristiana: Alá no ha sido engendrado y no engendra, nadie es igual a él (ver Sura 112). Cuando de vez en cuando digo esto públicamente, la prensa insinúa que estoy criticando al Islam, pero lo cierto es que, en principio, no se trata de una crítica, sino de una constatación objetiva».
El prelado indicó que, lógicamente, ello afecta directamente a la vida y práctica religiosa de unos y otros creyentes. «Debido que Dios es Trino, puede acercarse a nosotros en el Hijo hecho hombre, hacerse uno de nosotros, y tener comunión con nosotros en el Espíritu Santo»
Mons. Voderholzer recordó que precisamente la Encarnación del Hijo hace que sea posible su representación en imágenes y esculturas sagradas
«La Encarnación ha producido una increíble y gloriosa riqueza artística en las diversas culturas cristianas, y es lo que moldea profundamente nuestro Occidente».
El obispo aseguró que cuando se habla del Islam, la clave no es el uso o no uso del velo ni comer o no comer carne de cerdo, sino la concepción sobre Dios. Y animó a dar testimonio de la Trinidad con alegría.
Mons. Voderholzer es uno de los siete obispos alemanes que pidió la intervención de la Santa Sede ante la cuestión de la comunión de los cónyuges protestantes de matrimonios mixtos.