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jueves, 28 de septiembre de 2017

Firma falsificada en la "corrección" eleva interrogantes de fraude e intento de desacreditar el esfuerzo (Steve Skojec)


Imagen: [OnePeterFive] Captura de pantalla de la página de Facebook del Director Ejecutivo de ACI Prensa, Alejandro Bermúdez.

En una breve declaración el día de hoy, Alejandro Bermúdez, director ejecutivo de Agencia Católica de Informaciones (ACI prensa), indicó que su firma agregada a la Corrección Filial sin su conocimiento o consentimiento. “Me sorprende ver que mi nombre ha sido agregado a la lista de gente que ha firmado la llamada Correctio Filialis De Haeresibus Propagatis”, se lee en la declaración. “Nunca he firmado su carta ni tengo intención de firmarla. Como periodista, me sorprende lo fácil que el nombre de una persona puede ser añadido a su lista sin verificar la autenticidad de la misma”.

En la versión en español de su declaración, Bermúdez ha llevado el asunto más lejos, diciendo que en un intercambio de correos electrónico con el Dr. Joseph Shaw, portavoz para la Correctio Filialis, escribió que la aparición de su nombre sin su permiso “habla mucho de la falta de seriedad de su iniciativa. Por favor retire mi nombre inmediatamente”.

Bermúdez ha sido abiertamente crítico de la Correción filial, compartiendo hoy una publicación en su página de Facebook en la que relaciona el más reciente episodio de su podcast en español “Punto de Vista”, la cual dedica a la discusión de este tema.

Esta mañana, el nombre de Bermúdez aún podía verse entre los firmantes de la lista, pero al momento en que escribía estas líneas, ha sido removido de ella.

En change.org, uno de los más grandes sitios de internet dedicados a alojar peticiones y cartas abiertas, las políticas de usuario prohíbe la suplantación de identidad de otras personas. “No firmen a nombre de otras personas”, establecen estas políticas, “[no] usar el correo electrónico de alguien más, o suplantar personas, incluyendo figuras públicas u organizaciones”. El formato de inscripción en correctiofilialis.org, no hace mención a tal política, pero aquellos que desean firmar deben ingresar su nombre, dirección de correo electrónico, y título. Una respuesta al formato enviado dice, “¡Gracias! Su nombre será considerado para una lista ‘moderada’ de académicos y pastores”.

La aparición de la firma de Bermúdez en la Correctio Filialis eleva preguntas sobre una falsificación ilegal, y el alcance de hasta dónde llegarán los oponentes de la Corrección a fin de desacreditar el esfuerzo de sus autores


De acuerdo con el sitio en internet sobre información legal, Findlaw.com, la falsificación está definida como incluir “un documento o firma falsos” que es “utilizado con la intención de defraudar a un tercero”. “Aquellos que incurren en falsificación”, se lee en el sitio, “son imputados con el delito de fraude”. El sitio describe el robo de identidad como “un delito en el que el perpetrador obtiene y utiliza indebidamente los datos personales de otra persona de alguna manera que implique fraude o engaño”. La cuestión de si se ha perpetrado un acto criminal permanece abierta, independientemente de que el registro de una firma falsificada claramente fue nada ético.

Si el propósito de tal acción fue poner en duda la integridad de la lista de los firmantes, la reacción de Bermúdez parece haber validado la intención del delincuente. La indignación expresada en su declaración fue notoriamente no dirigida a quien haya sido responsable de su representación no autorizada, sino más bien a los autores de la Corrección misma, y a su alegada “falta de seriedad” – un reclamo que sólo sirve para reforzar sus propias críticas al esfuerzo. Una actualización de la declaración de Bermúdez ha sido realizada este medio día indicando la eliminación de su nombre.

A partir de que el llamamiento filial fue publicado el sábado pasado, los defensores de Amoris Laetitia han intensificado el ataque en contra de tanto los firmantes como de los autores del documento, recurriendo a inventivas ad hominem mientras se niegan a ofrecer una crítica teológica sustancial. 


Con noticias de firmas falsificadas añadidas al documento en un esfuerzo por verter dudas sobre su integridad, algunos se preguntan qué medidas desesperadas no habrán de recurrir los oponentes a fin de mantener la discusión alejada de las “herejías” de las que los autores han acusado al papa de “propagar” mediante sus “palabras, hechos y omisiones”.

En una declaración para OnePeterFive, el Dr. Joseph Shaw dijo que “Los organizadores están al tanto de los intentos de avergonzarlos tanto a ellos como a ciertas figuras católicas haciéndose pasar por estos últimos para añadir sus nombres a la petición. A pesar de que un reducido número de nombres ha sido afectado, los organizadores se toman muy en serio esta actividad fraudulenta y ya han tomado medidas para remover estos nombres de la lista y para prevenir que esto suceda de nuevo. Los responsables de este fraude deberían estar al tanto de la gravedad moral y legal de sus acciones”.

La declaración del Dr. Shaw de que “un muy reducido número de nombres” ha sido afectado, indica que otras firmas también han sido falsificadas, a pesar de que ningún nombre adicional se ha hecho público en este momento.

[Traducción de Dominus Est. Original de OnePeterFive]


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COMENTARIO PERSONAL

Habría que añadir que era extraño que Alejandro Bermúdez firmara la Correctio conforme se explica en Secretum Meum Mihi. Alguien se está tomando muy en serio eso de introducir en la famosa lista a personas conocidas que se han manifestado claramente en contra de la Correctio. ¿Quién o quiénes? No sabemos sus nombres, aunque está claro su deseo de fastidiar, mediante mentiras. ¿Por qué se toman tanto interés quienes sean que hayan sido los responsables de esta sucia acción? Tal vez porque no quieren que salga a relucir la verdad. Y por eso implican a aquellos que sí han firmado la Correctio como si estuvieran actuando de mala fe. ¿Cómo se iban a tirar piedras sobre su propio tejado? Lo que está clarísimo es que la Correctio ha dado en la llaga y escuece: ¡es lo que siempre ocurre con la verdad! ... todo hay que decirlo.

José Martí