BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



miércoles, 3 de agosto de 2016

Al islam no puedes oponerle democracia, sino cristianismo (Eulogio López)



El europeo actual se comporta como aquellos madrileños urbanitas, cuando se inventó el tetrabrik que aseguraban preferir la leche salida de una central limpia a la extraída de una vaca sucia. Y se quedaban tan anchos.

Es la misma razón por la que el europeo actual se pregunta por qué el Islam avanza y Europa retrocede, abrumada por atentados y asesinatos que parecen no tener fin. La respuesta, como la vaca sucia, la tienen ante sus mismas narices: Europa se ha paganizado, los musulmanes tienen un modelo de vida -en mi opinión, en parte absurdo, en parte salvaje- pero nosotros no tenemos ninguno que oponerle porque hemos abdicado del nuestro: del cristianismo. 


Preferimos la leche aséptica a la vaca natural, ergo sucia, sin darnos cuenta de que la leche no viene de Pascual, sino de la sucísima vaca. Pascual sólo la limpia.

¿Europa se recristianiza o se islamiza? Yo diría que Europa se descristianiza pero no se islamiza. En primer lugar porque, repito, el musulmán no puede llamar padre a Dios. De hecho, para el muslim eso sería una blasfemia, mientras el cristiano no es más que infancia espiritual y confianza en Cristo. Ahora bien, es cierto que el Islam cree en algo, mientras que la Europa cristiana no cree en nada, porque lo que el Islam avanza y el cristianismo retrocede.

Los progres repiten que ante la violencia islámica oponen sus principios liberales. El problema de enfrentar liberalismo a Islam es que el liberalismo no es una moral, es un modelo.

Y el problema de enfrentar democracia a islam es que la democracia tampoco es una moral: es un sistema de Gobierno.

Otrosí: los occidentales sienten pavor a esa unión entre religión y política. Por eso mantienen unos regímenes laicistas, algo que gusta mucho a los islámicos. Es como si el adversario abandonara sus armas antes de entrar en batalla (tranquilos, me refiero a la batalla dialéctica).

Miren ustedes, el amigo Gandhi, nada sospechoso de extremismo, y tan admirado por los occidentales (salvo por Churchill que le llamaba “el pordiosero”), se reía de lo que los progres llaman hoy laicidad: “El que diga que la religión no tiene nada que ver con la política no tiene ni idea de religión”.

Muy cierto, sobre todo cuando se habla de moral, de que la política no es más que una disciplina secundaria. Claro que religión y política deben ir unidas. Lo que no debe unirse es a los clérigos con los políticos.


Pero lo más importante es que al Islam no puedes oponerle democracia, sino Cristianismo.


Eulogio López
eulogio@hispanidad.com