Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios (1 Cor 2, 12), el Espíritu de su Hijo, que Dios envió a nuestros corazones (Gal 4,6). Y por eso predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero para los llamados, tanto judíos como griegos, es Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,23-24). De modo que si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema! (Gal 1,9).
Una vez más ha quedado demostrado en otro auto judicial que criticar la aprobación del llamado matrimonio homosexual o las prácticas homosexuales no es delito pese a las denuncias que grupos LGTB han ido interponiendo contra los que se atreven a hablar del asunto. Pasó recientemente con el sacerdote Custodio Ballester y ahora con el presidente de la Universidad Católica de Murcia (UCAM), José Luis Mendoza.
La Audiencia Provincial de Murcia publicó un auto que confirma el sobreseimiento de la causa contra Mendoza al no apreciar ningún delito de injurias, ni tampoco de odio que le atribuía la querella presentada por el colectivo "No te prives".
Los hechos se remontan a 2015 cuando el presidente de la UCAM en el discurso de apertura del curso del centro universitario dijo que “el mal llamado matrimonio homosexual es una abominación a los ojos de Dios”.
No hay desprecio ni discriminación
Según informa La Opinión de Murcia, el auto judicial dice que “visto el contexto en el que se vierte la expresión denunciada y su tenor, en especial, la referencia que se hace a Dios, entendemos que las manifestaciones no dejan de ser más que una manera de expresar, aunque sí un tanto desafortunada, una opinión o crítica hacia la nueva legislación que ha permitido la celebración del matrimonio entre personas del mismo sexo, pero no en sí contra el colectivo de gays y lesbianas”.
Además, añade que “el querellado al decir esa frase no está mostrando desprecio hacia el colectivo en sí, ni tampoco está incitando a la discriminación hacia él o provocando una acción violenta contra el mismo, sino que expone su oposición al matrimonio homosexual entre personas del mismo sexo y desde el punto de vista puramente ideológico o teológico”.
Por último, la Audiencia Provincial de Murcia incide en que “hay que tener en cuenta cuál fue la reacción del sector tradicional de la Iglesia cuando comenzó a reconocerse la posibilidad de contraer matrimonio entre personas del mismo sexo, las críticas y la oposición mostrada al chocar con la idea arraigada de la unión entre un hombre y una mujer que siempre ha tenido el sacramento del matrimonio”.
Hay que llevar cuidado con la lectura -o la escucha- de ciertos autores, aun cuando sean sacerdotes, porque filtran ideas que no son ortodoxas ni reflejan la realidad de la Tradición de la Iglesia, aunque de un modo tan sibilino que sean muy pocos los que se dan cuenta del engaño y la mentira (No se juzga aquí a las personas concretas sino a lo que dicen o hacen, según aquello que dijo Jesús y que es la regla perfecta para el perfecto discernimiento, palabra ésta que está hoy muy de moda).
Se trata de autores con un tinte más o menos acusado de modernismo, cuya lectura no es aconsejable, a menos que se tengan las ideas muy claras ... y si se dedica algún tiempo a escucharlos es, sobre todo, con vistas a desmontar sus mentiras, de modo que los cristianos no se dejen conducir por ellos, dado que el camino que proponen conduce a la perdición. Básicamente, estos sujetos lo reducen todo a lo puramente humano, haciendo tabla rasa (por lo general) de lo sobrenatural, bien directamente, como algunos que niegan la Presencia real de Cristo en la Eucaristía y su resurrección, también real, en cuerpo y alma, etc... o bien, silenciando una serie de verdades, que están ahí, y que no dejan de ser verdad porque no se las cite: la existencia del infierno y del pecado, de la necesidad de la confesión con arrepentimiento verdadero y propósito de enmienda, etc... Actuar así es escamotear la Doctrina recibida.
La Iglesia "nueva" no puede contradecir la Iglesia de siempre. La Iglesia, como organismo vivo que es, progresa, avanza y se desarrolla, pero nunca lo hace contradiciéndose a sí misma, sino que mantiene siempre su propia identidad, a través de los siglos. De lo contrario [que es lo que hoy está ocurriendo] todo se relativiza.
Se considera así, por ejemplo, que no hay verdades absolutas, que lo importante no es lo que se haga siempre que quien lo haga proceda según "su" conciencia [desapareciendo así la idea del bien y del mal]; se predica, falsamente, en muchos lugares, que todos los hombres se van a salvar, porque Dios es misericordioso y no puede consentir que nadie vaya al infierno (un infierno en el que no se cree, o si se cree, se piensa que está vacío) olvidándose de que Dios es igualmente justo y de que "cada cual recibirá su recompensa conforme a sus obras" (1 Cor 3, 8), etc...
El modernismo es el mal de la Iglesia de hoy, ya condenado por el Papa San Pío X, en su encíclica Pascendi, hace más de 100 años, al que definió como "suma de todas las herejías". En definitiva, no es sino la sustitución de la Religión revelada de Dios, en Jesucristo, como verdadero Dios y verdadero hombre, por otra "religión" inventada por el hombre, la cual varía continuamente, adaptándose a los tiempos. En palabras llanas, es la apostasía general lo que se está hoy viviendo en el seno de la misma Iglesia.
La Iglesia no es ya hoy la luz del mundo, como debe ser, según el mandato de Jesús, sino que está siendo traicionada por los suyos que, a modo de caballo de Troya, están infiltrados en el Vaticano y ocupan los más altos cargos jerárquicos dentro de ella. Pretenden -y lo están consiguiendo- transformar la Religión católica en otra "religión" diferente, de modo que sea así aceptada por todo el mundo.
Se trata de una religión cómoda y fácil, en la cual se le dice a la gente lo que ésta quiere oír, pero no, en cambio, la Palabra de Dios, hasta el punto de cambiar los pasajes evangélicos y hacerle decir a Jesús lo que nunca dijo o callar muchas de las cosas que dijo y que eran fundamentales para nuestra salvación. Y así, lo que no se entiende bien, por ejemplo, se lo considera como un resquicio del pasado, como una leyenda o un mito que debe ser abandonado, porque hoy hemos progresado y sabemos más que entonces, que eran muy incultos.
Esto sucede, como digo, con todo lo sobrenatural, que es diluido, hasta llegar a negarlo, como ocurre en el caso de los milagros o en el caso de los Dogmas. En definitiva, y para no llevarnos a engaño, de lo que se trata es de elegir el camino fácil, olvidando que la senda que conduce a la vida es estrecha y que son muy pocos los que van por ella, según palabras del mismo Jesucristo, cuya existencia histórica, incluso, llega a ponerse en duda.
En fin, los tiempos que corren son harto difíciles y convulsos para todos aquellos que quieran conservarse en la integridad de la fe recibida de una vez para siempre. Y, sin embargo, la doctrina es clara: "Te ordeno, en presencia de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que ante Poncio Pilato dio testimonio confesando la verdad, que conserves el mandamiento, sin tacha ni reproche, hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo" (1 Tim 6, 13-14). Y en otro lugar: "Timoteo, guarda el depósito. Evita las novedades profanas y las contradicciones de la falsa ciencia, pues algunos que la profesaban perdieron la fe" (1 Tim 6, 20-21).
De manera, que "ya es hora de que despertemos del sueño" (Rom 13, 11), como decía el apóstol san Pablo a los romanos y que "nos vistamos con las armas de la luz" (Rom 13, 12), pues "no es nuestra lucha contra la carne o la sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus malignos que están por los aires" (Ef 6, 12).
Cardenal Parolín, Secretario de Estado del Vaticano
Se relanza la AL. Hoy, por boca del mismísimo Secretario de Estado del Vaticano, card. Parolin y, ayer como quien dice, por Chiodi y sus intentos de destrucción directa -"fuego amigo", dirían los yanquis- de la encíclica “Humanae Vitae” de Pablo VI. Y se relanza en la misma Iglesia Católica desde hace unos pocos añitos, con el sonsonete de LO NUEVO. Siempre es “el nuevo advenimiento"; porque “lo que hay -y lo que ha habido hasta ahora- me lo voy a cargar". Que así las gastan. Todo el “discurso” -mero trampantojo, o simple engañabobos- se monta en la mejor y más fiel lexicografía marxista, que vuelve a infectar a algún sector poco avisado y menos leído de la misma Jerarquía católica, pero que ahí está, instalado por puesto e impuesto; intentando -el cardenal- hacer honor a su sueldo y a la mano que le da de comer. Todo se resuelve y se lleva al terreno -irreal, porque “no es"- de la “nueva hermenéutica", la “nueva apertura", el “nuevo entendimiento", la “nueva acogida” de los “nuevos problemas", para construir “la nueva iglesia” construída según “la nueva sabiduría” Ciertamente, calificar todo esto de “nueva sabiduría", si no fuera porque lo dice en serio -lo que tiene su mérito, indudablemente-, sería de chiste: malo, por supuesto. Pero así están las cosas. Y le voy a entrar a “esto", porque creo que hace falta. En primer lugar: se apela a “lo nuevo” porque no hay ninguna razón plenamente lógica que justifique ese cambio. Y como “lo que aún no es", que eso es exactamente “lo nuevo", no está presente, la realidad o “lo que es” se puede manipular hacia cualquier dirección, porque no es contrastable y queda a merced de cualquier manipulación o de cualquier ideología. Que es lo que se busca. Parolin se zafa del contenido -competencia y responsabilidad exclusiva del autor- que es exactamente a lo que debería entrarle, y se queda con el “nuevo paradigma” al que nos pretende llevar el Santo Padre; al menos, eso es lo que subraya el Sr. Cardenal: supongo que por encargo superior o por afición. O sea y para entenderlo: la responsabilidad es nuestra, y nunca y para nada del que lo ha escrito y firmado; aún reconociendo -unos y otros- que su contenido ha generado estas inquietudes y estas discrepancias públicas, además de fuertes, muy fuertes. Porque el tema, o los temas, lo reclaman. Pretender que la conciencia personal, como afirma AL, está por encima de la propia Ley Moral -"lex perfectae caritatis” o “Ley del amor a Dios sobre todas las cosas"-, no es racional: supone que la propia conciencia que, por definición, puede errar, es la única y última norma moral. Craso error; que viene de Lutero, por cierto. Porque se le hurta a Dios lo que es de Dios: la autoría de la Ley, de la persona humana y del mundo. Argumentar con que la Ley Moral, dada su formulación abarcante e indefinida no puede aplicarse universalmente a todos los casos, también es irracional: precisamente lo propio de la Ley es su amplitud, para ser el referente de todos los casos particulares, al abarcarlos todos; de este modo, todos los casos particulares tienen siempre un referente inmutable: también para “ver” las excepciones, o para aplicar la epiqueya por parte de los legisladores. Finalmente, la pretensión de que la praxis pastoral está por encima de la Ley también es irracional, porque no puede haber una praxis pastoral en el orden moral sin la Ley Moral o sin la Doctrina: la praxis se quedaría sin los referentes que le dan autoridad y, por tanto, legitimidad: se rebajaría a convertirse en un mero “ordeno y mando"; y de “pastoral” no quedaría ni una sola letra. La “sabiduría", tal como parece entenderla o inventarla -la “nueva sabiduría"- el Sr. Secretario de Estado, de sabiduría no tiene nada: esa es la verdadera “novedad", porque se monta sin verdad y, por tanto, sin racionalidad; es decir, sin los factores que construyen la verdadera y única sabiduria: la que viene -y la que lleva- de Dios; nunca la que Le lleva la contraria. Por cierto: todas estas “novedades” que maravillan a tantos “stultus” como nos rodean in Ecclesia, están todas condenadas ya en el Syllabus de Pio IX, allá por 1864, si no me equivoco. O sea, son errores -o quasi herejías- mas VIEJAS que el capitán Trueno. Por tanto, “nada nuevo bajo el sol". Aunque sí hay una maligna novedad, que no podemos dejar de denunciar: que lo que Pío IX condenaba desde la Iglesia y contra el mundo, eso mismo está hoy dentro de Ella: un auténtico y terrible “caballo de Troya". Y Parolin -y desde la AL- lo ha dejado meridianamente clarito. A mayor abundamiento, Pío X también condeno estas tesis, que vienen de Lutero, como ya he dicho, más el racionalismo y el socialismo real; pero denunciandolas ya como infección, grave -muy grave- de la misma iglesia: lo que llamó “Modernismo". Que lo están resucitando. A seguir rezando. Que toca.
No Interest: Catholic Culture reported the story of the seminarian Nick Sentovich, who is a 3rd-year student at the North American College in Rome. The American third-year seminarians are traditionally given the opportunity to serve during the papal Mass on Christmas Eve. Usually, a lottery decides who will serve, but this year there weren’t enough students who expressed interest, Sentovich said, so everyone who applied was accepted. Act of Fidelity? The blog Anonimi della Croce writes that Pope Francis is studying to introduce an act of fidelity to himself and to his magisterium. According to the blog this act will be required of all clerics, deacons, priests, bishops and cardinals. They will all have to pronounce it publicly. Those who refuse, will be suspended. Anonimi della Croce asks the question: “How can one promise fidelity to a heretical magisterium?” Fake News Against Cardinal Pell: There is a pronounced media bias against Cardinal Pell after one of his accusers died whom it took 40 years to report alleged offences and who has a record of violence and drunk driving, writes Catholic League’s Bill Donohue. Quote, “The media in Australia, Europe, and North America have led the public to believe that Pell is a guilty man.” Donohue mentions fake news outlets like Guardian, Herald Sun, Daily Mail, BBC and many others whoaccused Pell of paedophilia without making reference to the date of the alleged offense, the date it was reported, or the nature of the alleged offense. Abbey Church Becomes Ice Rink: The nave of the church of the former Abbey of Notre-Dame de Bernay, built in 1010, has been turned into a fully synthetic ice rink. Sponsor of the project was the local trade union. According to local media this “original idea” was generally “well received”. In the past, the church was used as a basketball field.
Today, an example of failed motherhood. And for the record, this isn't being mean; this lady wrote this in a public newspaper column. She celebrated in a public forum her son’s leaving the Faith. So it gets a public response. First, the actual case: A Catholic mom who writes commentaries for a local paper in Carmel, Indiana recently wrote how proud of her teenage son she was for him bowing out of receiving the sacrament of confirmation: On the last day of their five-day preparation retreat, literally seven hours before the ceremony, I got a call from my son telling me he did not want to be Catholic. He would not be making his confirmation that evening. ... When I picked him up prior to the [M]ass, I heard his reasons. They were good. They were strong. And in that moment, I realized maybe I was actually a decent mom. I'd somehow taught my kid to stand up for his beliefs, whatever they are, and even if they aren't the same as my own. This is a perfect example of how the Faith is being destroyed generationally. Interestingly, she did have a pang of conscience for a moment: "Had I done this? Had I been the one to turn him away from Catholicism, from my heritage?" But, she says, she quickly disposed of that thought and was more concerned that she had already ordered two cakes for the confirmation party. It's not able to be said with any certainty that in answer to her own question, had she done this? But given her happy response to him abandoning the Faith, it's difficult to picture that she didn't have something to do with it. Did she turn him away from Catholicism? Who knows for certain? Did she help him remain in it? Doesn't sound like it. She went on to say that all her family members were also excited and encouraged him in his apostasy — hardly surprising owing to the fact that they more than likely are apostates themselves. And for all the liberal, Church Of Nice, Catholic establishment types out there, don't forget this story multiplied millions of times across America when you express shock over the next round of Church closings and lack of vocations and death spiral of Catholic marriages and so forth. How do you think the Church is in such a freefall? Because of parents like this. What Catholic mother whose first concern has to be the eternal life of her children ever declare that her own child has good reasons, strong reasons for leaving the Faith? That is failed motherhood — because no matter what her son goes on to achieve in this life, no matter how worldly successful he is — if he institutes world peace, finds a cure for cancer, ends world hunger, saves the entire planet from fake man-made climate change — if he loses his soul, his life was a failure. Where did a mother who appears from her picture to be in her mid- to late forties get such a crazy notion that there are good reasons for leaving the Church? That her son, abandoning the Church established personally by the Son of God, the one true Faith, could have good reasons, strong reasons? Well, all she and millions of other Catholics have heard for 50 years — so her entire lifetime — is that all religions are essentially the same, there are many paths to God, and she has heard this, directly or implied, from Catholic clergy. She has heard or absorbed the idea that sex outside of marriage is okay, as long as you "love" each other — apparently not enough to commit to a lifetime of love, but hey, good enough. She's learned that contraception even in marriage is okay. Even if God wanted to create more humans, it's perfectly fine if you told God to take a flying a leap; you were going to do what you wanted to do. And on and on and on. This is the condition of the Church these days: unfaithful Catholics, partially unfaithful from what they've absorbed from unfaithful priests and bishops, and the part of them unfaithful because they like not hearing about the Cross. They like their social club, suburban, middle-class, Church of Nice of Catholicism where spirituality is a myth and all that matters is the self. There will come a day when this young man will need his faith, and his mother would have been complicit in his losing it. She wondered for a moment if she was a good mother. Her son walked away from the Faith with his mother applauding it, and inviting the rest of the family to join in the ovation. You do the math. Pray for this family, and all the millions of others they stand in place of. The enemies of Christ, those most dangerous, are standing inside the Church — some are clergy, others are mothers.
The disgusting scene that unfolded on the streets of Washington, D.C. Saturday called the Women's March needs to be labeled for exactly what it was: a march in support of lesbianism and transgenderism, ensuring that mothers can continue to slice their children to pieces in the womb and that the government will pay for their contraception. It had nothing to do with changes to healthcare, because lesbianism, child murder and contraception have nothing to do with healthcare — although gender dysphoria does. And to call it a "women's" march is an insult to all the hundreds of millions of decent women who fortunately outnumber these feminazis. The filth that spewed from the mouths of people like Madonna — who belted out the F-word more than anyone else in recorded history — the wearing of what we will politely call "Cat Hats," the number of middle fingers that were flipped by the thousands — all of these made it difficult for their mainstream media allies to leave the cameras on them for any length of time. This was a revolting display from the real Deplorables, who cloak their evil in the guise of good. Healthcare? Killing your child is neither health nor is it caring. This is a completely ginned-up cause by those who want to act (with emphasis on act) desperately aggrieved by Trump's lewd comments that were revealed during the campaign. But no one can claim to be revolted by his comments who, at the same time, marches through the nation's capital spewing out language with accompanying signs and symbols that would make devils blush with shame. Where were all these women when Bill Clinton wasn't just "saying" crude and lewd things but actually doing them — repeatedly, dozens of times, even in the Oval Office itself? Not a peep from the victims of patriarchy, wounded, abused feministas — because it's never been about that. That's just a convenient cover. Bill Clinton sexually assaulted more women than you could count. His female wife verbally attacked those same women in public when they came forward — and no one in the media of the feminazi crowd breathed a word. They kept their mouths shut because Bill was their champion of childkilling, the Planned Parenthood patsy; and while they may have been disgusted with him (we don't know because they never said, and 30 years later, have still never said), they weren't about to rally against the man who had sworn to keeping their child murdering machinery in place. No. This whole victimhood thing needs to be unmasked for what it is: a massive protest against morality. That's why the organizers kicked out pro-life women from the march preps earlier in the week; it's all about advancing their immorality and evil — a giant release of pained and guilty consciences that know down deep their lesbianism is a psychological disorder and the children the rest of them have murdered in their own wombs have wrecked them spiritually. They rail against Trump because the policies — not necessarily the man — he advances are connected to God in the areas of sexual morality; and they cannot bear to hear that they are depraved and killers. Their own consciences convict them. The rage displayed by these emotionally and psychologically devastated women is completely unbalanced, mentally off. It needs to be called out for what it is. That a person like Madonna, whose own children have expressed dismay at her exploitation of sex during her career, would be one of the lead representatives of this event says everything you need to know. How many marchers in that crowd have the blood of their own children on their hands? Guilt is what inspired them to march, not fear of Trump. If Bill Clinton — who actually did assault and abuse women by the dozens — didn't inspire deep fear in these women, then you'd have to be completely off the reservation to think a man who just says something vile would. The sounds you heard in the streets of D.C. on Saturday are echoes of the sounds the damned will hear in Hell — hate, rage, anger, guilt, shame. This was not a women's march; it was a march for lesbianism and mothers who murdered their children and needed a way to vent their shame and guilt. That there were so many only speaks to the depth that the diabolical has reached into life on this earth. The women who marched hate God and cannot tolerate their consciences. During the New York Times hit piece on us here at Church Militant last month that liberals are starting to pick up on, I said in response to a question that the current political climate in the United States is a war between two camps: those who believe in God and those who don't. This war isn't going anywhere or ending anytime soon because Satan never sleeps — and neither can we. The Church Militant must call out evil for what it is. It's all about consequence-free sex with whomever you want, whenever you want — and that's all it's about.
IMPORTANTE: Rorate Caeli entrevista a monseñor Athanasius Schneider en relación con la Profesión de las verdades inmutables, y la comunión para los divorciados vueltos a casar.
Monseñor Athanasius Schneider –obispo auxiliar de Astaná (Kazajistán) y uno de los tres firmantes originales de la Profesión de verdades inmutables aparecida esta semana en respuesta a Amoris Laetitia y a la aprobación oficial del papa Francisco de la administración de la Sagrada Comunión a algunos católicos «divorciados y vueltos a casar»– fue entrevistado por Rorate Caeli tras la publicación del documento.
En esta dirección pueden leer más sobre el documento original. Instamos a todos los medios y blogs católicos a reproducir la entrevista en su totalidad. Eso sí, les rogamos que citen como fuente a Rorate Caeli [y a Adelante la FE para la versión en castellano, N. del T].
RORATE CAELI (RC): Vuestra Excelencia lleva muchos años dando la cara en lo que se refiere a la restauración de la liturgia tradicional. Ahora, junto con los arzobispos Peta y Lenga ha dado la cara enérgicamente en defensa del matrimonio después de la publicación de Amoris Laetitia. ¿Que les ha llevado a la conclusión de que ha llegado la hora de responder?
MONSEÑOR ATHANASIUS SCHNEIDER (MAS): Tras la publicación de Amoris Laetitia, varios prelados y conferencias episcopales comenzaron a publicar normas pastorales para los supuestos «divorciados vueltos a casar». Hay que afirmar que para el católico no existe el divorcio, porque un vínculo sacramental válido de matrimonio rato y consumado es totalmente indisoluble, e incluso el vínculo del matrimonio natural es de por sí igualmente indisoluble. Es más, para el católico sólo hay un matrimonio válido en tanto que viva su legítimo cónyuge. Por tanto, en este caso no se puede hablar de segundas nupcias.
La expresión «divorciados que se han vuelto a casar» es, por consiguiente, equívoca y engañosa. Por ser un expresión conocida, sólo la escribimos entrecomillada o precedida de un adjetivo como supuesto o llamado. Las mencionadas normas pastorales para los supuestos divorciados vueltos a casar, enmascaradas en una retórica rayana en la sofística, consideran básicamente la admisión de los «divorciados recasados» a la Sagrada Comunión sin el requisito de la indispensable condición establecida por Dios de que no se viole el sagrado vínculo conyugal mediante una relación sexual habitual con alguien que no sea el legítimo cónyuge. Se ha llegado a un extremo en este proceso de reconocimiento implícito del divorcio en la vida de la Iglesia con la reciente orden del papa Francisco de publicar en los Acta Apostolicae Sedis una carta en la que aprobaba normas semejantes a las promulgadas por los obispos de la región pastoral de Buenos Aires.
A este acto siguó una declaración de que dicha aprobación pontifica pertenecería al Magisterio auténtico de la Iglesia. Dado que tales normas pastorales contradicen la divina Revelación, que prohíbe tajantemente el divorcio, así como las enseñanzas y la práctica sacramental del magisterio ordinario infalible y universal de la Iglesia, nos vimos obligados en conciencia, como sucesores de los Apóstoles, a levantar la voz y reiterar la doctrina y la práctica inmutables de la Iglesia en relación con la indisolubilidad del matrimonio sacramental.
RC: ¿Ha publicado oficialmente la conferencia episcopal kazaja una interpretación de Amoris Laetitia? ¿Tiene pensado hacerlo, o quiere decir esta carta que la conferencia cree que no es posible entender Amoris Laetitia de un modo que se ajuste a la ortodoxia, o que sea de alguna manera compatible con el Catecismo, la Escritura y la Tradición?
MAS: El texto de la Profesión de verdades no es un documento de la conferencia episcopal kazaja, sino de los obispos que lo firmaron; nada más. Nuestra conferencia no consideró necesario promulgar normas pastorales para interpretar Amoris Laetitia. Aunque a consecuencia de setenta años de materialismo comunista la plaga del divorcio está extendida en nuestra sociedad, y también tenemos en nuestras parroquias casos de «divorciados vueltos a casar», no se atreverían a pedir que les dieran la Sagrada Comunión, ya que gracias a Dios la conciencia de pecado está arraigadísima en las almas, incluso en la sociedad civil.
En nuestro país la gente peca como en todas partes, pero el pueblo todavía reconoce lo que es pecado, y por tanto hay esperanza de conversión y de divina misericordia para esos pecadores. Para nuestros feligreses –incluso para los que están «divorciados y vueltos a casar»–, sería como una blasfemia exigir que se les permitiera comulgar mientras siguen cohabitando con una persona que no es su legítimo cónyuge. Por tanto, nuestra conferencia no consideró necesario publicar normas al respecto.
RC: Se enviaron al Papa los famosos dubia, así como una corrección filial firmada en mayor parte por laicos, y en ambos casos ha dado la callada por respuesta. Sin embargo, muchos piensan que Francisco ya ha respondido en cierto modo al aprobar oficialmente las instrucciones al parecer heréticas de los obispos bonaerenses para los divorcriados que se han vuelto a casar y siguen conviviendo. ¿Debemos esperar algo más de Francisco a este respecto?
MAS: Los obispos de Buenos Aires no han expresado de forma directa una herejía. Ahora bien, en casos particulares permiten que personas divorciadas que se han vuelto a casar reciban la Sagrada Comunión a pesar de que no desean dejar de mantener relaciones sexuales con una persona con la que no están casadas. Ese ese caso, las mencionadas instrucciones pastorales niegan en la práctica, de forma por tanto indirecta, la verdad divinamente revelada de la indisolubilidad del matrimonio. Se da la triste circunstancia de que el Papa ha aprobado esas instrucciones. De esa manera el Papa ha respondido, en mi opinión, de forma directa el primer dubium y de forma indirecta los otros cuatro dubia. Lo único que podemos esperar es que por nuestros ruegos, oraciones y sacrificios el papa Franscisco responda de forma claramente inequívoca los cinco dubia de un modo que se ajuste a las enseñanzas del magisterio infalible ordinario y universal en ese sentido.
RC: El peligro para los fieles se ha hecho patente, no sólo desde la promulgación de Amoris Latetitia, sino nada más por las cosas que se hablaron en los sínodos. Nadie puede negar la confusión que todo ello ha causado. Sin embargo, de forma muy parecida a como el tiempo que demoró en publicarse la Humanae Vitae disminuyó su utilidad, ¿diría Vuestra Excelencia que ya es tarde para impedir el daño, sobre todo ahora que el Papa ha autorizado oficialmente a los divorciados vueltos a casar a recibir la Sagrada Comunión?
MAS: Debemos tener presente que la Iglesia no está en nuestras manos, ni siquiera en las del Papa, sino en las todopoderosas manos de Cristo, y no podemos por tanto afirmar si ya es tarde para impedir el daño. Podemos también aplicar la siguiente afirmación de San Pablo a lo que está sucediendo en el seno de la Iglesia: «Donde abundó el pecado sobreabundó la gracia» (Rom. 5, 20). Dios ha permitido la extraordinaria confusión moral y doctrinal que atraviesa la Iglesia para que una vez pasada la crisis la verdad reluzca con más esplendor y la Iglesia se vuelva espiritualmente más bella, sobre todo en los matrimonios, las familias y los pontífices.
RC: Hemos tenido noticia de que desde hace más de un año es inminente una corrección formal de parte de los cardenales, pero hasta ahora no ha pasado nada. ¿Qué es lo que cree que la está impidiendo?
MAS: Ante el presente eclipse temporal y parcial de la función magisterial del Papa en lo que se refiere concretamente a la defensa y aplicación práctica de la indisolubilidad del matrimonio, los integrantes de los colegios episcopales y cardenalicios tienen que asistir al Sumo Pontífice en este debe magisterial haciendo profesión pública de las inmutables verdades que el magisterio ordinario y universal, es decir, lo que a lo largo de todos los tiempos han enseñado los papas y la totalidad de los obispos con relación a la doctrina y a la práctica sacerdotal del matrimonio.
RC: ¿Qué pasará si varios cardenales hacen una corrección formal y Francisco sigue aprobando oficialmente que las conferencias episcopales permitan que se administre la Comunión a algunos divorciados que se hayan vuelto a casar?
MAS: Desde los primeros siglos existe el siguiente principio en la doctrina católica tradicional: Prima sedes a nemine iudicatur. Esto es, que la cátedra episcopal primada de la Iglesia –la del Papa– no puede ser juzgada por nadie. Cuando los obispos le recuerdan respetuosamente al Romano Pontífice la verdad inmutable y la disciplina de la Iglesia, no juzgan con ello la autoridad de la cátedra primada. En vez de ello actúan como colegas y hermanos del Papa. La actitud hacia él de los prelados deber ser colegial, fraterna, no servil, y siempre sobrenaturalmente respetuosa, como se recalcó en el Concilio Vaticano II, en particular en los documentos Lumen gentium y Christus Dominus. Hay que seguir profesando la fe inmutable y rezar todavía más por el Papa, y luego, sólo Dios puede intervenir; sin ninguna duda que lo hará.
RC: ¿Qué diría Vuestra Excelencia al católico típico que va a Misa pero tal vez no esté al tanto de los politiqueos de la Iglesia como los lectores de Rorate, los católicos de a pie que en los últimos años han oído decir al Papa tantas cosas que confunden, cosas que parecen contrarias a lo que (esperamos) se les ha enseñado toda la vida? ¿Y cómo reaccionan los católicos serios cuando los modernistas les preguntan sin son más papistas que el Papa?
MAS:En primer lugar, esos católicos tienen que seguir leyendo y estudiando el Catecismo inmutable, y sobre todo los grandes documentos doctrinales de la Iglesia. Documentos como por ejemplo los decretos del Concilio de Trento sobre los sacramentos; encíclicas como Pascendi de S. Pío X, Casti connubii de Pío XI, Humani generis de Pío XII y Humanae vitae de Pablo VI; el Credo del pueblo de Dios de Pablo VI; la encíclica Veritatis splendor de Juan Pablo II, y su exhortación apostólica Familiaris consortio. Estos documentos no reflejan el sentido personal y efímero de un papa o un sínodo pastoral. Al contrario, reflejan y reproducen el magisterio infalible ordinario y universal de la Iglesia.
En segundo lugar, deben tener presente que el Papa no es creador de la verdad, de la fe ni de la disciplina sacramental de la Iglesia. Ni el Papa ni la totalidad del Magisterio están «sobre la Palabra de Dios, sino que la sirven, enseñando solamente lo que les ha sido confiado» (Concilio Vaticano II, Dei Verbum, 10). El Concilio Vaticano Primero enseñó que el carisma ministerial de los sucesores de San Pedro «no quiere decir que puedan dar a conocer alguna doctrina nueva, sino que, por asistencia [del Espíritu Santo] ellos puedan guardar santamente y exponer fielmente la revelación transmitida por los apóstoles» (Pastor aeternus, chap. 4).
Y en tercer lugar, el Papa no puede ser el centro focal de la vida diaria de fe de un católico fiel. Por el contrario, el centro focal debe ser Cristo. De lo contrario, seríamos víctimas de un papocentrismo demente, una especie de papolatría, actitud que es contraria a la tradición de los apóstoles, los Padres de la Iglesia y la tradición mayor de la Iglesia. El llamado ultramontanismo de los siglos XIX y XX ha alcanzado su cenit en nuestros tiempos y creado un papocentrismo y una papolatría que son una locura. Veamos un ejemplo: hubo en Roma a finales del siglo XIX un célebre monseñor que solía llevar grupos de peregrinos a las audiencias papales. Antes de hacerles pasar ante el Sumo Pontífice para que lo vieran y escucharan, les decía: «Escuchad atentamente las palabras infalibles que saldrán de la boca del Vicario de Cristo.» Es indudable que semejante actitud es una caricatura del ministerio petrino y contraria a la doctrina de la Iglesia. Y sin embargo, en nuestros tiempos, no son raros los católicos, sacerdotes y obispos que manifiestan en sustancia la misma actitud ridícula hacia el sagrado ministerio del sucesor de San Pedro.
Según la tradición católica, la verdadera actitud que se debe tener hacia el Papa debe ser la misma moderación sensata, con inteligencia, lógica, sentido común, espíritu de fe y, por supuesto, sentida devoción. Pero tiene que haber una síntesis equilibrada de todas esas características. Esperamos que después de la crisis actual la Iglesia adquiera una actitud más equilibrada y sensata hacia la persona del Romano Pontífice y hacia su sagrado e indispensable ministerio en la Iglesia.
El Secretario de Estado del Vaticano habla con Vatican News sobre los fuertes temas del Papa Francisco y la Iglesia en 2018, desde el Sínodo de la Juventud hasta el Encuentro Mundial de las Familias en Dublín.
Duración 9:08 minutos
Una entrevista en video con el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, proporciona una ventana al próximo desastre inminente para la Iglesia: el "Sínodo sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional". A medida que la Iglesia se deshace de los efectos de la eclesial Bomba H que es Amoris Laetitia (AL), Parolin revela que el próximo falso Sínodo, que será manipulado de principio a fin como los dos últimos, probablemente culminará en un documento ya escrito como el "fruto predeterminado del proceso sinodal".
Parolin aconseja -o más bien advierte- que el próximo Sínodo implicará "una búsqueda de una nueva relación de la Iglesia con los jóvenes" según la cual la Iglesia "entablará un diálogo con la juventud" que involucre "la realidad y la comprensión de la juventud" . Éste será un paso de evolución "acorde con AL, que ha dado lugar a "un nuevo paradigma de responsabilidad excluyendo cualquier paternalismo", "un cambio de actitud", "un nuevo espíritu, un nuevo enfoque".
Hay un gran peligro al acecho en esta palabra ensalada. ¿Qué es exactamente esta "nueva relación con los jóvenes" que "buscará el Sínodo"? ¿Qué se entiende por "un nuevo paradigma de responsabilidad" sin "paternalismo"? ¿Qué se espera del "cambio de actitud"? ¿Y cuál es el "nuevo espíritu, un nuevo enfoque" que supuestamente surgirá?
Eso es para que ellos lo sepan y para que lo descubramos. El único misterio es lo que ya están preparando para saltar sobre nosotros. El proceso indudablemente reflejará el de los sínodos falsos I y II sobre la familia, después de lo cual AL introdujo lo mismo que los padres sinodales habían rechazado insistentemente: la admisión de los adúlteros públicos a la Sagrada Comunión. Es decir, los Sínodos I y II realmente no tenían nada que ver con el resultado predeterminado de AL. Por lo tanto, muy probablemente ocurrirá igual con el Sínodo III.
Una pista alarmante se proporciona en la observación de Parolin de que el "diálogo con la juventud" en el Sínodo III abordará sus "debilidades y miedos". Aquí yo apuntaría al increíble título del Capítulo 8 de AL: "Acompañar, discernir e integrar la debilidad". "Es decir, integrando "la debilidad" de los "divorciados y casados" al admitirlos a la Sagrada Comunión mientras continúan entablando relaciones adúlteras, una barbaridad que el Papa Francisco ha tenido la audacia de etiquetar como " Magisterio auténtico" ... aunque sea numeroso el grupo de obispos que se niegan rotundamente a implementarlo y siete prelados, incluido un cardenal, lo condenen públicamente como "una disciplina ajena a toda la Tradición de la fe católica y apostólica".
Lo que se ve venir, pues, es una aplicación de AL a la "debilidad" de la juventud a fin de institucionalizar la tolerancia de sus "uniones irregulares", es decir, la cohabitación sin matrimonio. Para citar AL (n. 78), que se atreve a invocar el nombre de Nuestro Señor como una orden para la subversión moral que se presentará en el Capítulo 8:
"La luz de Cristo ilumina a cada persona (ver Jn 1: 9, Gaudium et Spes, 22). Ver las cosas con los ojos de Cristo inspira el cuidado pastoral de la Iglesia hacia los fieles que viven juntos o que solo están casados civilmente, o están divorciados y vueltos a casar ... Cuando una pareja en una unión irregular logra una notable estabilidad a través de un vínculo público -y se caracteriza por un profundo afecto, responsabilidad hacia los niños y la capacidad de superar los juicios- esto puede verse como una oportunidad, cuando sea posible, para llevarlos a celebrar el sacramento del Matrimonio ".
Entonces, de acuerdo con el "nuevo paradigma", el concepto de vivir en pecado ha sido abolido a favor de la cohabitación y el adulterio como meras etapas que conducen, posiblemente, pero no necesariamente, al Sacramento del Matrimonio. Que las personas involucradas en tales uniones pecaminosas estén en peligro de condenación ha sido completamente eclipsado por el "nuevo paradigma". Así, el falso Sínodo III intenta predeciblemente validar las relaciones entre "los jóvenes" que constituyen, objetivamente, un pecado mortal habitual. De hecho, prácticamente hablando, la aplicación de AL tiende a la abolición del concepto mismo de pecado mortal a favor de la idea insana de que los comportamientos pecaminosos son simplemente puntos en un continuo del bien que son más o menos buenos, nunca simplemente inmorales como tales .
Debemos, entonces, prepararnos para lo peor a medida que se acerca el Sínodo falso - con la confianza, sin embargo, de que Dios sacará un bien mayor de " este desastroso papado ".
Por su voluntad permisiva, Dios ha permitido que ocurra este desastre, tal vez porque conllevará una gran criba en la Iglesia por la cual sus enemigos serán expuestos y sus defensores revelados en previsión de un gran clímax histórico en el largo retraso de la Consagración de Rusia - probablemente en medio de los acontecimientos más dramáticos de la Iglesia y el mundo .
The birth control pill, since being approved by the United States Food and Drug Administration, has become the weapon of choice against conception. Among American women who use contraceptives, 28 percent use the Pill — the single most popular form. And when you drill down into the numbers, American Catholic women — they use the Pill at just about the same rate as their non-Catholic counterparts.
The Pill has become a part of the American and Western world landscape, all in an effort to simply have sexual license and consequence-free sex. And thanks to Obamacare, the pill now has an enshrined place in law. Employers must provide the Pill for their employees through company health insurance plans or face fines and penalties.
The only exceptions to this are religious employers, but exactly who qualifies for that limited definition of "religious" is what the U.S. Supreme Court will be hearing arguments on and deciding in a short while.
What is known is that the Pill comes with all kinds of hidden dangers and side-effects, and no one really wants to talk about them.
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We know it's death-dealing spiritually. We know that it's death-dealing biologically for the unborn — not just preventing conception, but also causing the newly conceived to actually be killed. Estimations are that the 60 million deaths in the United States caused by surgical abortion since 1973 pale in comparison to the deaths brought about by the birth control pill.
Moreover, women themselves are in lethal danger, however limited that may be. The question which logically arises is: Is a life of sexual license really worth your life? Unfortunately, we know that for many "liberated" women, the answer is yes, it is.
But what is perhaps most shocking in all this is the silence of the bishops on this matter of the birth control pill. For a gang of men who are constantly going on about the need to avert the dangers of fake, manmade climate change to simply fall silent on the very real deaths of tens of millions of small humans owing to the birth control pill has no explanation.
They will not support Church teaching on contraception, certainly not enough to voice their support for it and declare the evils – spiritual and physical — of the birth control pill is contributing to that evil. What is most frightening for the souls of the bishops who have made a career of keeping silent in the face of evil is the peril their own souls are in.
Their job is to teach, and through that teaching sanctify their sheep so that their souls can be saved. Short of doing their job, they are on the path to eternal damnation. But a bishop's being damned — what a horrible thought — is nothing new. We have Judas as the first example; but we even have St. John Chrysostom warning that bishops not doing their job is their eternal undoing.
Why do the bishops not do what they are supposed to do? Where is their fear of God? Their silence imperils the souls of tens of millions — and it absolutely falls to them to witness to the truths of the Church.
Contraception, the birth control pill — that little pill — who but the diabolical could imagine that that would be the undoing of so many bishops and the cause of their damnation?
The deadliness of the Pill is the subject of this week's "Mic'd Up" that you can view by clicking the link. The birth control pill is the reason hundreds of parishes have and continue to be closed. It's the reason vocations have dried up. The Pill has all but killed the Faith in the West, exactly as its inventors had hoped and planned. The Pill has brought nothing but death, and the guardians of life have refused to attack it — and their silence will bring them death in their turn.
A couple of years ago, while he was president of the U.S. Conference of Catholic bishops, Cdl. Timothy Dolan was being interviewed by NBC and made the astonishing claim that, at the time, he had been a priest for 37 years and had almost never preached on the evil of contraception.
In a separate interview around the same time, again as leader of the U.S. bishops and speaking for them and himself, he said they had all grown "gun shy" about teaching on the issue of contraception and sexual immorality. Talk about condemned out of your own mouth.
Contraception is contracepting the Faith — and the only men on earth who can speak about it are instead content to speak of immigration and carbon emissions. They need to open their eyes or close them forever. Souls are being led astray — and not by the culture but by the very men consecrated to save them.
In the Gospel of St. Mark, we hear Our Blessed Lord make a very frightening prediction about the fate of the damned. He says in reference to Gehenna (meaning Hell): "where the worm dieth not and the fire is never extinguished."
The fire part is more obvious, but the worm that never dies? What is that about?
The worm is a person's conscience, their everlasting shame, the guilt of their own choosing constantly burrowing into them, giving them no rest, no respite from the agony of shame. The word for "worm" in Greek is the word for "maggot," which feeds on festering flesh in a perpetual cycle of larvae and egglaying and new rounds of maggots feeding on their hosts.
And since Hell is continual, everlasting, so too will be the horror of the damned who will be forever subjected to the guilt of their own self-accusing consciences which they did not conform to the truth in this life.
We all know the feeling of shame, of guilt. When our consciences accuse us of some misdeed, some sin, the resulting feeling in our souls is awful. The difference between guilt on earth and guilt in Hell cannot be understated. On earth, time can have the effect of lessening the sense of guilt and of shame. Over time, a conscience can become dulled, even killed, to any sense of shame regarding sin.
Beware the man who feels no guilt. Healthy guilt is the correct response to the recognition of the evil inside. The man who feels no guilt is like Hitler or Stalin. But do not be deceived that a person has to be a megalomaniacal, murderous dictator to feel guilt. The lives of those individuals just happen to be where having no conscience met opportunity.
Many men alive today would be just as notorious if only the right circumstances had presented themselves. But absent those specific, world-altering circumstances, many men abandon their duties as fathers or husbands for the thrill of a sexual liaison. Many more walk out on their families to take up sexual relations with another woman.
These men feel little if any guilt for their actions and even rationalize their actions as good because they have found their soulmate, or rationalize the evil and blame it on their wives for gaining weight or not being understanding or a host of other reasons.
All the while, they bury their guilt or don't really have any because they are just little Hitlers who never got the chance to play out their own evil on a world stage. What happens to these men when they are damned to Hell, to Gehenna, where the flame is never extinguished and the worm dieth not?
Their consciences accuse them in the brilliant light of truth, which creates for them a neverending torment. They can ignore the reality of their sin perhaps while they live on earth, hampered as it is by space and time and incomplete knowledge. But in the glaring brightness of the glory of God at their judgments, they see their sin manifest in all its ugliness and reality and horror and revulsion. And they are locked in that self-torture forever and ever — the affairs they never repented of, the sexual liaisons never repented of, the abortions they were a part of and never repented of, the abuse of their bodies and minds never repented of.
Yes, the worm that dieth not! No rest, the fullness of the reality of the sin, always digging deeper, always burrowing more and more, each torment giving way, folding into further torment — and all the while, the knowledge that this was their own doing. Salvation — escape from all of this — was completely within their grasp.
Yet like a drowning man, they ignored the lifeline thrown to them, did not heed the siren call of warning to save their souls. So great did they esteem the pleasures of this life that they passed up eternal life for a few brief moments, and in the process, killed their consciences. But the conscience is resurrected in the next life and becomes the everlasting accuser in the next.
No rest, always weary, tossed about in the agonies of Hellfire, scorched from the outside, tortured on the inside. Indeed, where the fire is never extinguished and the worm dieth not.
If you are one of those stupid Catholics who has not been to confession because you have deadened your conscience, then wake up and fly to the nearest confession you can find. You can face and conquer your guilt in this world — or have it torture you forever in the next.
Get to confession.
And don't believe anyone — even a bishop — who tells you you have a reasonable hope that you and the rest of men are saved. No you don't, not if you have deadened your conscience and not repented of your sins.
Si el progresismo goza de una posición hegemónica en Occidente no es por su fuerza de convicción. El adoctrinamiento escolar tampoco sería capaz de garantizar por sí solo es dominio.
Indudablemente, el papel de los medios de comunicación en ese escenario ha sido fundamental, pero con manipular los hechos no habría bastado para que el progresismo alcanzase sus objetivos. A la hora de transmitir ideas y blindarlas frente a cualquier crítica, el progresismo ha utilizado formidablemente el poder de las palabras, manipulándolas.
En su famosa novela “1984”, George Orwell escribía:
"La intención de la neolengua no era solamente proveer un medio de expresión a la cosmovisión y hábitos mentales propios de los devotos del Ingsoc, sino también imposibilitar otras formas de pensamiento".
Ésta es la misma finalidad de la neolengua progresista de hoy en día. Veamos algunos ejemplos:
1. Disfrazar la verdad
Este método se ha utilizado a menudo en cuestiones como el aborto. La organización polaca Instytut Ordo Iuris recordaba este lunes lo ocurrido en ese país eslavo durante la dictadura comunista: “la doctrina comunista sobre la interpretación de la ley del aborto subrayó que el bien legalmente protegido en lugar del ‘niño concebido’ se convirtió en un ‘estado de embarazo’ y, por lo tanto, no la persona humana con derecho a la vida.” La organización polaca también señalaba la forma con que los comunistas quebraron el estrecho vínculo entre toda madre y el niño que lleva en el vientre: evitando referirse a las mujeres embarazadas como “madres”, pues la propia palabra indica la presencia del hijo. Catalina Adair, antigua empleada del lobby abortista estadounidense Planned Parenthood, señalaba hace unos años: “Me recordaban continuamente que en lo referido al bebé, la terminología adecuada era ‘grupo de células’ o ‘el contenido del útero’.“ El objetivo es claro: cosificar e invisibilizar a los seres humanos a los que se propone liquidar, y de paso ridiculizar a quienes defienden los derechos de esos seres humanos, caracterizándoles como “defensores de fetos” o como personas más preocupadas por un “puñado de células” que por seres humanos propiamente dichos. Curiosamente, es un método de estigmatización ya usado por movimientos racistas, que han presentado despectivamente a defensores de ciertas minorías raciales como “amigos de los negros” o “amigos de los judíos”.
2. Blanquear el mal
Para ocultar el hecho objetivo de matar a un ser humano inocente e indefenso, en la Segunda Guerra Mundial los nazis promovieron el aborto en países como Polonia usando la expresión “auswahl-freiheit” (libertad de elección). Con esta expresión se buscaba que las madres pensasen que no estaban haciendo algo tan horrendo como deshacerse del hijo que llevaban en su vientre, sino que se limitaban a hacer algo tan legítimo como elegir sobre su propio cuerpo, aunque el hijo por nacer no sea parte del cuerpo de la madre y aunque los nazis buscasen, en realidad, la desaparición de la población nativa de los países ocupados: “sólo nos puede satisfacer que las niñas y las mujeres tengan tantos abortos como sea posible”, escribió Hitler en una carta a Martin Bormann sobre Ucrania en 1942. El progresismo actual ha copiado esas técnicas de manipulación, usando términos como “aborto libre” o “interrupción voluntaria del embarazo”, de forma que se oculta la realidad del aborto y, de paso, los provida quedan como personas autoritarias que rechazan la libertad de las mujeres. En esta retorcida forma de manipulación, la libertad de los hijos por nacer y su derecho a vivir son totalmente ignorados.
3. Si discrepas eres una mala persona
Es otro método que el progresismo ha usado con gran eficacia. Con él consigue que el hecho de opinar distinto te convierta en una persona odiosa. Por ejemplo, defender el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer -lo que ha sido históricamente y sigue siendo en la mayor parte del mundo- ya no es algo legítimo: te convierte en culpable de “homofobia”, es decir, odio contra los homosexuales y, con ello, te arriesgas incluso a ser multado en algunos sitios. De igual forma, discutir los disparates de la ideología de género y afirmar el origen biológico de las diferencias entre hombres y mujeres ya ha dejado de ser una opción legítima en medio de un debate de ideas: ahora lo llaman “transfobia”. En la misma línea de impedir el libre debate de ideas, en Occidente puedes criticar cualquier otra religión, pero si criticas el Islam te acusan de “islamofobia”, término que equiparan con el racismo, aunque no estemos hablando de una raza. Curiosamente, estos términos han sido aceptados por medios de comunicación que teóricamente tienen líneas editoriales opuestas, y algunos de los cuales consideraban ridículo que en el franquismo se llamase “antiespañoles” a quienes se oponían a la dictadura. Sin embargo, esos mismos medios nunca llaman hispanofobia o cristianofobia ni a las más claras manifestaciones de odio a España o a los cristianos.
4. El cebo de la tolerancia
La dictadura del relativismo ha socavado el reconocimiento de la verdad. Para el progresismo lo importante no es la verdad, sino una idea tramposa de la tolerancia, que consiste en tolerar únicamente aquellas ideas o hechos que esa ideología considera positivos, aunque luego sus partidarios se muestren intolerantes hacia quienes discrepan de ellos. Un ejemplo de estas manipulaciones lo tenemos en España en los sondeos de opinión del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Bajo diversos gobiernos (se hizo, por ejemplo, en diciembre de 2000, con el PP en el poder, y en junio de 2004, ya gobernando el PSOE), el CIS ha planteado a sus encuestados preguntas en las que se les animaba a pronunciarse cómo eran de “tolerantes” ante diversas cuestiones, metiendo en el mismo saco a otras ideologías y religiones, por un lado, y a atrocidades como el aborto. Era una forma de condicionar al encuestado, haciéndole sentirse intolerante si no daba una respuesta satisfactoria desde un punto de vista progresista. A pesar de ello, la mayoría de los encuestados se mostraron poco o nada tolerantes con el aborto (un 49,3% en 2000 y un 48,6% en 2004). Cabe preguntarse si el porcentaje habría sido mayor de haber preguntado a los encuestados-sin eufemismos- si están de acuerdo con que se mate a hijos por nacer.
5. Sólo eres extremista si discrepas del progresismo
Un método de manipulación del que ya he hablado en este blog y que ha sido muy eficaz, pero que cada vez lo es menos, consiste en presentar como radicales a los que discrepan, pero negando todo extremismo en las filas afines al progresismo, incluso cuando hablamos de elementos totalitarios como los comunistas. Los medios de distintas tendencias hablan a menudo de “ultraderecha”, pero no de “ultraizquierda”. De igual forma, ciertos medios hablan de“ultracatólicos”pero nunca de“ultraateos” o “ultramusulmanes”, o afirman que hay “ultraconservadores”, pero nunca se les ha visto hablando de “ultraprogresistas”. Es como si el hecho de ser de izquierdas te hiciese inmune a ese prefijo tan poco favorecedor. Curiosamente, este método de manipulación ha funcionado durante décadas, mientras sembraban el terror bandas terroristas de ultraizquierda como ETA, los GRAPO y otras. ¿Cómo es posible? La propia izquierda moderada se encargaba de borrar el carácter de ultraizquierdista de esos criminales tachándoles de “fascistas”, aunque en realidad fuesen partidarios del marxismo-leninismo. Estos últimos años, el auge de los populismos de extrema izquierda ha empezado a cambiar las tornas. Paradójicamente, ahora más gente reconoce la existencia de esa ultraizquierda, pero al mismo tiempo planteamientos surgidos de ese sector, concretamente del marxismo cultural, están más extendidos que nunca: ideología de género, corrección política, ecologismo radical, etc.
Happy Solemnity of the Mother of God — a tremendous Feast! And we are going to need the protection of our heavenly Mother this year. Recall that since the Blessed Virgin Mary is the Mother of God, and at the Incarnation, her Divine Son became our brother, then that makes Her our Mother as well, hence the title Our Blessed Mother. This was, of course, all confirmed for us by Our Lord's words from the Cross on Calvary when He said to St. John standing in the place for all of us, "Behold, Your Mother," a point that those who accept the heresy of Protestantism — like those fake Catholics who preach the Alpha program — are happy to dismiss. Don't want to offend anyone, don't you know, anyone, that is except Catholics who actually believe and profess all that the Church teaches.
But back to the thrust of this Vortex — the Church in 2018 is going to need its Mother, its Holy Mother, more than perhaps any time in our 2,000-year history. The crisis in Rome will devolve into chaos. The homosexual affrontery to the Faith by homosexualist bishops will reach a breaking point. The breakdown in the administration of canon law will become clearly evident, bringing about a state of crisis. Everything is in place for a near-complete, visible and total collapse of the Faith, with this entire situation being precipitated by treacherous bishops, greatly assisted by weak, cowardly, feminized and careerist brother bishops.
We are about to behold the greatest visible shrinking of the Church in living memory, with hundreds if not thousands of parishes being sold, scuttled or merged — all while bishops and their delusional staff drone on about the glories of their new evangelization geared around a "welcoming" program completely reliant on heresy as its foundation. Can you say Alpha?
Things never stay static, especially when there are forces at play — just out of sight — who work tirelessly to orchestrate all this and bring it to fruition. And let's be very clear here, what we are talking about: The "forces" at play are not philosophies and ideologies and so forth floating around in the air. They are people, individual, specific people, in league with the diabolical to destroy the Church. In their minds, they may or may not be intentionally trying to end the Church, but whatever their internal intentions that is the effect of their actions.
Huge majorities of Catholics reject the Faith. An Establishment comprised of individuals who do not believe or care about the salvation of souls is largely in charge of the controlling mechanisms of the Church. The very idea of "salvation of souls" is laughable to this crowd and even viewed with scorn. This group of individuals is far-flung and numerous, one might even appropriately say legion. They control the bulk of the Catholic Establishment — religious orders, universities, chanceries, houses of formation, seminaries, hospitals, the bishops' conference in the United States, as well as other countries, parishes, religious education programs. You name it, they run it. And what they push has everything to do with establishing a Church of Humanism, using the existing structures of the Church to accomplish their ends.
Just as what is happening in the culture with everything being exposed from Washington, D.C. to Hollywood, 2018 is shaping up to be the year of reckoning — a reckoning from Heaven. This we do know and know with dogged certainty — evil does not long perdure. God is not mocked forever. A terrific and terrifying battle is about to explode on the Church and therefore the world.
This is the year the Church will need to have recourse to Her Mother more than any other time in Her sacred history. According to the private revelations of Bd. Mother Mary Agreda about the life of Our Lady, it was the Mother of God Herself who organized the structure of the Church after Her Divine Son's Ascension and before Her own Assumption. All of this makes perfect sense when you think and reflect and contemplate with a Catholic mind.
The Church is the Mystical Body of Her Divine Son. It is Him present here on earth. When He was on earth as a child, She organized life for Him as His mother. Raised to the glories of Her maternal life by God Himself, She became, accordingly, Mother of the Church, as well so, of course, it was She counseling, comforting and inspiring the Apostles in those early days who would have loved Her beyond all telling. Saint John had Her in his home. And even though he was not an original apostle, St. Luke appealed to Her to unlock the secrets of those first moments of the incarnated history of salvation.
We are desperately in need once again of Our Mother, and this will be the year She comes to our assistance. And when Mom shows up to make things right, the troublemakers will regret and, we hope, repent — enough is enough.
"Never was it known that anyone who fled to Thy protection, implored Thy help or sought Thine intercession was left unaided."