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miércoles, 10 de abril de 2019

NOTICIAS VARIAS 10 de abril de 2019



ADELANTE LA FE

A propósito de la entrevista que el Papa Francisco concedió a un periodista español

INFOCATÓLICA



INFOVATICANA



SECRETUM MEUM MIHI


GLORIA TV




Selección por José Martí

LOS DESEOS (Cardenal Carlo Caffarra)



 ¿Cuáles son los deseos más profundos, es decir, los deseos de cuya plena, y no limitada, satisfacción depende la auténtica realización de vuestra humanidad? 

Es el deseo de tener una respuesta verdadera a las preguntas que habitan, inextirpables, en nuestro corazón: es el deseo de verdad. Pero […] os dicen que la verdad no existe, que el signo de una inteligencia sana es dudar siempre de todo, que quien no piensa así es un intoleranteAgustín dice algo muy profundo: «He tratado con muchos hombres a quienes daría gozo engañar, pero ser engañado, a ninguno». 

Es el deseo de realizar vuestra libertad en el bien; es el deseo de bien. Pero […] os dicen que no existe el bien, sólo lo que es útil o perjudicial, agradable o desagradable; que el hombre sólo puede buscar su bien individual prescindiendo de lo que es el bien para el otro, o a expensas del bien del otro; que el amor del otro como otro sí mismo es mera utopía. 

Sin embargo, vosotros sentís que no hay nada que deseéis más que amar y ser amados: amar y ser amados en la verdad, la dignidad y la belleza de una autoentrega sin límites. […] 

«¿Hay alguien que ame la vida y desee días de prosperidad?» (Sal 33, 13). Si uno responde: “yo”, que sepa que ha dicho una palabra inmensa: “yo”. Se ha elevado a la dignidad de persona; por encima del propio instinto, de todo lo que se dice y hace, con la conciencia de su inatacable subjetividad y responsabilidad, es decir, con la capacidad de responder al Señor mismo. […] Sí, quiero ver la vida. La Vida se ha hecho visible. Es Jesús: Él es la Vida hecha visible. Es la Verdad; es el Bien, es la Belleza, es la Comunión. Es todo, porque en Él cada cosa tiene consistencia

«Mente y deseo se han forjado en función de Él. Para conocer a Cristo hemos recibido el pensamiento; para correr hacia Él, el deseo; y la memoria para llevarlo con nosotros»

Caffarra, Cardenal Carlo. No anteponer nada a Cristo: Reflexiones y apuntes póstumos (Spanish Edition) . Homo Legens.

martes, 9 de abril de 2019

Severe Church Crisis, and What to do about It


Duración 2:44 minutos

ENGLISH

Severe Church Crisis, And What to Do About It

The crisis of the Faith is evident from the fact that the churches are emptying, Cardinal Robert Sarah told French Aleteia. Sarah concludes from divorce, abortion and euthanasia that the civil society is also disintegrating. Quote: "We are in a difficult situation and the crisis is deep and serious.”

Everybody says something different

For Sarah, the division inside the Church is particularly "tragic." It shows itself in the Church’s doctrine, moral teaching and discipline. Quote: "Everyone says and thinks what he wants." The Church seems to have no doctrine of the Faith and no clear moral teaching anymore.

Fold your hands, and shut up?

As a solution, Sarah proposes to devote oneself to more prayer and to cry out like the apostles in the storm-tossed boat: "Lord, do you care that we perish?" Sarah does not believe that the renewal of the Church comes from structural reforms and activism. According to him, it needs the grace that comes from prayer.

Women can never be ordained

Sarah explains that contemporary pseudo-reformers cannot change the doctrine of the Church because they have not invented it and the Church does not belong to them. For example, the Church has no power to consecrate women as priests. Since the days of the Old Testament, God has chosen only men as priests. For Sarah, the demand for the consecration of women shows a "lack of faith". Even if there were no more priest in the world, the consecration of women would be no option, Sarah adds.

“Proselytism” does not exist

When asked how to evangelize since Pope Francis has banned proselytism, Sarah said that the conversion of all peoples and religions is a mission which Christ entrusted to the Church, and therefore it is its "duty". Sarah points out that evangelization is not proselytism. Quote: "I do not know a single missionary who ever forced a people to become Christian.”

ESPAÑOL

Crisis severa de la iglesia, y qué hacer al respecto

La crisis de fe es evidente por el hecho de que las iglesias se están vaciando, dijo el cardenal Robert Sarah a la francesa Aleteia. Sarah concluye del divorcio, el aborto y la eutanasia que la sociedad civil también se está desintegrando. Cita: "Estamos en una situación difícil y la crisis es profunda y grave".

Todos dicen algo diferente.

Para Sarah, la división dentro de la Iglesia es particularmente "trágica". Se muestra en la Doctrina de la Iglesia, la enseñanza de la moral y la disciplina. Cita: "Todo el mundo dice y piensa lo que quiere". La Iglesia parece no tener Doctrina de la Fe y ya no tiene una enseñanza moral clara.

¿Dobla tus manos, y cállate?

Como solución, Sarah propone dedicarse a hacer más oración y a gritar como los apóstoles en el barco durante la tormenta: "Señor, ¿No te importa que perezcamos?" Sarah no cree que la renovación de la Iglesia provenga de reformas estructurales y activismo. Según él, necesita de la gracia que proviene de la oración.

Las mujeres nunca pueden ser ordenadas

Sarah explica que los pseudo reformadores contemporáneos no pueden cambiar la Doctrina de la Iglesia porque ellos no la han inventado y la Iglesia no les pertenece. Por ejemplo, la Iglesia no tiene poder para consagrar a las mujeres como sacerdotes. Desde los días del Antiguo Testamento, Dios solo ha elegido a hombres como sacerdotes. Para Sarah, la demanda por la consagración de las mujeres muestra una "falta de fe". Incluso si no hubiera más sacerdotes en el mundo, la consagración de las mujeres no sería una opción, agrega Sarah.

El “proselitismo” no existe.

Cuando se le preguntó cómo evangelizar, ya que el Papa Francisco ha prohibido el proselitismo, Sarah dijo que la conversión de todos los pueblos y religiones es una misión que Cristo confió a la Iglesia, y por lo tanto es su "deber". Sarah señala que la evangelización no es proselitismo. Cita: "No conozco a un solo misionero que haya forzado a nadie a convertirse en cristiano".

Pascua amarga en China. En el partido con Roma gana Pequín con facilidad (Sandro Magister)



*
El régimen chino aplica su acuerdo con la Santa Sede también así. Con la excavadora escoltada por la policía – ver foto – arrasa hasta el suelo el 4 de abril el edificio de una parroquia de Qianyang, que en el piso superior tenía una sala para la Misa y en el piso inferior un consultorio ambulatorio gratuito para los pobres, administrado por hermanas religiosas.
La culpa del párroco y de dos mil creyentes de esta parroquia “clandestina” es la misma de la diócesis de la que forman parte, la de Fengxiang, en Shaanxi, la única diócesis en toda China en la que ningún bautizado, desde el obispo al último de los fieles, ha aceptado hasta ahora inscribirse en la Asociación Patriótica de los católicos chinos, el principal instrumento con el que el régimen esclaviza para sí a la Iglesia, en nombre de una “independencia” de Roma que Benedicto XVI definió como “inconciliable” con la doctrina católica, en la carta del 2007 a los católicos chinos, todavía declarada válida por su sucesor.
Pero no es sólo la destrucción material de éste, como de tantos otros edificios de la Iglesia Católica. Lo que es más grave es el sofocamiento programático de esa gran porción de la Iglesia que no tiene el reconocimiento oficial del gobierno chino, sino que ni siquiera quiere someterse al chantaje de ser admitida en la legalidad sólo si acepta inscribirse en la Asociación Patriótica.
El caso de la diócesis de Mindong, en Fujan, es quizás el más instructivo, si se quiere entender cómo las autoridades de Pequín están poniendo en práctica el acuerdo secreto firmado el 22 de setiembre pasado con la Santa Sede.
Curiosamente, justamente la diócesis de Mindong es la que hace un año había sido señalada como “stress test” [prueba de esfuerzo] por el buen resultado del acuerdo entre la Santa Sede y China, en un artículo de Gianni Valente, el experto de temas vaticanos más leído y citado por el papa Francisco.
Mas a juzgar por lo que sucede allí hoy, esa diócesis es más bien el “test” no del éxito del acuerdo, sino de su fracaso.
*
Se acerca la Pascua, pero el obispo que actualmente cumple en la diócesis de Mindong el rol de auxiliar, Vincenzo Guo Xijin, corre el serio riesgo de ser impedido de celebrar tanto la Misa crismal, la mañana del Jueves Santo, como la liturgia del triduo posterior.
También el año pasado se le impidió a Guo celebrar los ritos pascuales. Y también en el 2017, cuando en la vigilia de Semana Santa fue secuestrado por la policía, para reaparecer veinte años después.
En los dos últimos años, el castigo le había sido aplicado por haberse negado a concelebrar los ritos de Pascua junto al excomulgado obispo sólo nombrado por el gobierno, Vincenzi Zhan Silu, establecido por el régimen comunista en su misma diócesis.
Pero después, el 22 de setiembre de 2018, llegó el acuerdo entre la Santa Sede y China sobre el nombramiento de los obispos, y Roma no sólo revocó la excomunión a Zhan, sino que convenció a Guo de cederle el gobierno de la diócesis, aceptando para sí el rol de simple auxiliar, a pesar de que en Mindong hay una gran desproporción entre la Iglesia “clandestina” de la que Guo sigue formando parte, firme con 80 mil fieles, 57 sacerdotes, 200 religiosas, 300 laicos consagrados y centenares de catequistas, y la Iglesia “oficial” del ex excomulgado Zhan, con unos pocos miles de fieles y una docena de sacerdotes.
Para arreglar de este modo, con total beneficio para el régimen chino, la posición de la diócesis de Mindong, viajó desde Roma a China, en diciembre del 2017 y luego también en diciembre del 2018, uno de los diplomáticos vaticanos más experimentados en la materia, Claudio Maria Celli.
La primera vez Guo resistió, pero la segunda vez dijo sí. Para obtener su obediencia, Celli le dijo que era el papa Francisco en persona quien le pedía este “sacrificio para la unidad de la Iglesia china”.
Pero es un hecho que frente a este paso atrás de Roma, las autoridades de Pequín no se han movido ni un milímetro. La revocación de la excomunión de Zhan no fue acompañada en absoluto por un reconocimiento oficial de Guo por parte del gobierno chino. Él continúa sin ser reconocido como obispo, viviendo, en consecuencia, en la ilegalidad, a merced del régimen, que en cualquier momento puede arrestarlo, secuestrarlo o impedirle celebrar.
“Asia News”, la conocida agencia del Pontificio Instituto para las Misiones en el Extranjero publicada también en idioma chino, dio la noticia que muchas veces, en los meses pasados, las autoridades chinas han puesto como condición para el reconocimiento de Guo su inscripción en la Asociación Patriótica, pero él se ha negado siempre.
Y lo mismo ha sucedido con decenas de sacerdotes “clandestinos” de su diócesis. Ninguno de ellos ha aceptado hasta ahora suscribir un documento en el que se exige pasar al servicio del nuevo obispo Zhan, obedecer las leyes del Estado, inscribirse en las organizaciones oficiales y sostener el principio de “independencia” de la Iglesia.
Además de vicepresidente de la Asociación Patriótica y de la seudo conferencia episcopal que congrega sólo a los obispos reconocidos por el gobierno, Zhan es también miembro de la Conferencia política consultiva del pueblo chino, que celebró su última sesión plenaria en Pequín, a comienzos de marzo. Al responder en esos días a un periodista del “Sintao Daily” que le preguntó qué pensaba de la obligación impuesta a los católicos de inscribirse en la Asociación Patriótica para hacer así que desaparezca la Iglesia “clandestina”, Zhan dijo que éste es el único modo de hacer efectivamente que “la Iglesia esté unida”.
Es así que se corre efectivamente el riesgo de que se ponga en práctica en China el presagio del papa Francisco de un proceso de reconciliación entre católicos “oficiales” y “no oficiales”. Da Wenzhou, de Henan, de Hubei y de otros numerosos lugares se tiene noticias que hay continuas presiones en tal sentido sobre obispos y sacerdotes “clandestinos”, en algún caso con ofrecimiento de dinero. Parece haber caído en el vacío la tímida reserva expresada en una entrevista publicada el 3 de febrero en “L’Osservatore Romano” realizada al cardenal prefecto de “Propaganda fide”, Fernando Filoni: “Espero no tener que sentir o leer de situaciones locales en las que se instrumenta el acuerdo con la finalidad de obligar a las personas a hacer lo que la misma ley china no obliga, como inscribirse en la Asociación Patriótica”.
*
El caso de Mindong no es en absoluto un caso aislado. Ni siquiera es el más grave. A fines de marzo, en la diócesis de Xuanhua, en la provincia de Hebei, la policía arrestó y llevó a un lugar desconocido a su obispo, monseñor Agostino Cui Tai. Fue el enésimo de una serie de arrestos que desde hace años aplican a este obispo “no oficial”, esta vez traicionado por uno de sus sacerdotes, de nombre Zhang Li, quien lo denunció a las autoridades, acusándolo de no obedecer las nuevas normas del Vaticano, que según él dice obligarían a todos los “clandestinos” a confluir en la Iglesia “oficial” y someterse a sus condiciones.
Pero en el Vaticano no hay ninguna señal de reacción a estas pésimas noticias sobre el post-acuerdo. A mediados de marzo, en vísperas de la visita oficial a Italia del presidente chino Xi Jinping, el jesuita Antonio Spadaro, director de “La Civiltà Cattolica” y primer consejero y ghostwriter [escritor fantasma] del papa Francisco, publicó con gran pompa un libro que lleva por título “La Chiesa in Cina. Un futuro da scrivere”, con el entusiasta prefacio del cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin.
Las autoridades vaticanas han dado a entender también en diversas maneras, en esos días, que las puertas del Palacio Apostólico estaban abiertas, muy abiertas, a una visita del presidente chino al Papa.
Pero no hubo visita. Parece que ni siquiera fue tomada en consideración por Xi Jinping. Una bofetada más a la Iglesia de Roma, también asumida en silencio.
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En otra reciente intervención suya, en una conferencia brindada el 28 de febrero en la Pontificia Universidad Gregoriana, el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, abordó el acuerdo con China y el acuerdo firmado hace pocos años entre la Santa Sede y Vietnam, ambos secretos.
“A veces – dijo – las cuestiones más delicadas e importantes han sido acordadas secretamente entre soberanos o entre jefes de Estado, fundamentándose exclusivamente en la palabra dada”.
El acuerdo con Vietnam – siguió diciendo – puede ser definido como un “gentlemen’s agreement” [acuerdo entre caballeros], es decir, un “acuerdo informal entre dos partes, cuya característica esencial es que su realización se basa en el honor, en la buena fe y en el respeto a la palabra dada, razón por la cual no puede ser defendido judicialmente. Un caso concreto está representado por Vietnam, donde los nombramientos episcopales acontecen según un procedimiento acordado oralmente con el gobierno”.
Mientras que – dijo también Parolin – “un caso ‘sui generis’ es el acuerdo sobre el nombramiento de los obispos, firmado el 22 de setiembre del 2018 entre la Santa Sede y la República Popular China: un acuerdo internacional entre dos partes, para las cuales todavía no hay un reconocimiento recíproco formal”.
Sandro Magister

Acusador de Pell copió la historia de Daniel Gallagher



Hay una llamativa coincidencia entre el falso testimonio que llevó a la condena del cardenal George Pell y el famoso y falso caso de abuso en 1998 en Filadelfia, que descubrió y dio a conocer el 7 de abril el sitio web Quadrant.org.au.

El acusador en el caso de Filadelfia fue el distribuidor de drogas e insignificante ladrón Daniel Gallagher. Él llevó a varios sacerdotes a la cárcel. Psiquiatras forenses lo consideraron un mentiroso. Gallagher cambió sus historia muchas veces.

Sin embargo, en el 2016 recibió 5 millones de dólares de la arquidiócesis de Filadelfia.

Una de las víctimas de Gallagher fue el padre Charles Engelhardt. Él fue condenado erróneamente y murió en prisión en el 2014.

Gallagher testificó muy gráficamente que Engelhardt lo había “acariciado”, lo había hecho “arrodillar” y lo había obligado a practicarle “sexo oral”.

Los elementos utilizados para armar el caso Pell son llamativos:

# ubicación: la sacristía
# momento: después de la Misa dominical
# las “víctimas”: monaguillos que bebieron vino
# ellos fueron “acariciados”
# fueron obligados a “arrodillarse”
# fueron obligados a practicar “fellatio”
# fueron “abusados” por segunda vez semanas más tarde
# no hubo evidencia que lo corroborara

El sitio web Quadrant.org.au concluye afirmando que el acusador de Pell copió la historia de Gallagher.

Cardenal Sarah: “La Iglesia no está hecha para escuchar” (Carlos Esteban)



Las declaraciones del cardenal guineano Robert Sarah, prefecto para el culto divino, siguen escociendo en la Curia, porque se dirían diseñadas para contradecir algunos de los mensajes más insistentes de Su Santidad.

Comparen estos dos textos. 
Éste: “Una Iglesia a la defensiva, que pierde la humildad, que deja de escuchar, que no permite que la cuestionen, pier­de la juventud y se convierte en un museo. ¿Cómo podrá acoger de esa manera los sueños de los jóve­nes? Aunque tenga la verdad del Evangelio, eso no significa que la haya comprendido plenamente; más bien tiene que crecer siempre en la comprensión de ese tesoro inagotable”.
Y éste: “Existe una fuerte mayoría de sacerdotes que son fieles a su misión de enseñanza, santificación y gobierno. Pero hay también un pequeño número que cede a la tentación enfermiza y perversa de alinear a la Iglesia con los valores de las sociedades occidentales actuales. Quieren, ante todo, que se diga de la Iglesia que es abierta, acogedora, atenta y moderna. La Iglesia no está hecha para escuchar, está hecha para enseñar: ella es mater et magistra, madre y educadora. Ciertamente, una madre escucha a su hijo, pero su papel, primero, es el de enseñar, orientar y dirigir, porque conoce mejor que sus hijos la dirección que hay que tomar. Algunos han adoptado las ideologías del mundo actual con el pretexto falaz de abrirse al mundo; sería necesario, más bien, hacer que el mundo se abriera a Dios, fuente de nuestra existencia”
La disonancia entre ambos es evidente, no meramente una cuestión de estilo, de formas, de énfasis: el uno parece -parece- estar contradiciendo al otro

El problema es que el primer texto corresponde a la exhortación apostólica postsinodal ‘Christus vivit’ (Cristo vive, esperanza nuestra), firmada el pasado 25 de marzo en Loreto por Su Santidad el Papa Francisco, y el segundo es parte de una reciente entrevista, de la que ya hemos dado extractos, concedida a la francesa Valeurs Actuelles por el cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

En esa misma entrevista, Sarah se opone también diametralmente a la política de Francisco con respecto a la inmigración masiva. Sarah llama a este fenómeno “una nueva forma de esclavitud” que la Iglesia no puede propiciar de ninguna manera, menos aún amparándose en una falsificación del mensaje evangélico, porque, además, Europa debe preservar su identidad. Todo, todo al revés.

Para más inri, a Sarah no hay forma de colgarle el sambenito de ‘supremacismo blanco’ o de no saber de qué está hablando. Nacido en una tribu minoritaria de Guinea Conakry, ha sufrido marginación y persecución en su propia patria y conoce perfectamente los problemas de su continente natal.

Pero Sarah no es el único prelado en disentir con el Santo Padre en su opinión de que la inmigración masiva hacia Europa de inmigrantes procedentes de culturas muy alejadas en todos los sentidos sea necesariamente una experiencia ‘enriquecedora’. Stanislaw Nowak, obispo emérito de Czestochowa, en Polonia, no ha tenido problemas para afirmarlo en declaraciones al sitio italiano La Fede Quotidiana. Los migrantes y las migraciones, ha dicho, “no son un enriquecimiento y menos aún un recurso”. Nowak aclara que “una cosa es el plano moral y religioso y otro el político, que se refiere al Estado”. Éste, dice Nowak, “debe tener en cuenta la voluntad de los ciudadanos”, que, recuerda, no suele ser partidaria de una política migratoria indiscriminada.

Carlos Esteban

NOTICIAS VARIAS 9 de abril de 2019



INFOVATICANA

Vox, la zorra y las uvas

Los fieles de Alcalá de Henares apoyan al obispo Reig Pla

La vida de Padre Pío contada por un narrador sorprendente

SPECOLA

Juan Pablo II, Benedicto XVI y Papa Francisco, a por los curas casados, a vueltas con la mafia, la política del Vaticano, hospitales católicos, optimismo.

ADELANTE LA FE

¿La «oración del papagayo»?

INFOCATÓLICA

El Ayuntamiento de Valencia niega el permiso para una procesión de Semana Santa

El Cerro de los Ángeles acogerá el simposio «El Corazón de Cristo, síntesis de la fe»

GLORIA TV

Acusador de Pell copió la historia de Daniel Gallagher

Cardenal Robert Sarah: ¿Dónde está la crisis? En la cabeza de la Iglesia

Obispo austríaco presenta una rana crucificada

Cardenal favorito de Francisco nuevamente en problemas


Selección por José Martí

¿Hacia dónde nos dirigimos? (Cardenal Carlo Caffarra)



La imagen del camino nos recuerda, enseguida, la realidad de la vida: ¿acaso nuestra vida no es un camino? Pero un camino tiene un punto de partida y una meta a la que se dirige. Y el hombre, cada uno de nosotros, ¿de dónde viene? ¿cuál es su meta última?

Hoy, muchos no saben responder a estas dos preguntas; y a causa de esta ignorancia caminan en las tinieblas y habitan una tierra tenebrosa. A sus espaldas, el azar. Ante ellos, la nada eterna. Existimos por un azar, y estamos destinados a desaparecer para siempre: es lo que hoy piensan muchos.

Puesto que ésta es la respuesta que el hombre, en gran medida, recibe hoy por parte de la cultura en la que vive y puesto que el peso de esta respuesta es insoportable para el hombre que debe cargar con ella, esta misma cultura le ha convencido de que las preguntas sobre su origen y su destino final son inútiles, o que no pueden recibir una respuesta verdadera.

Por consiguiente, se ha puesto en marcha un sistema educativo que tiende a exaltar lo provisional y a huir de lo definitivo, como buena forma de vida.

Ésta es la condición de un pueblo que camina en las tinieblas y habita una tierra tenebrosa. En esta noche [de Navidad], la Iglesia quiere comunicar a este pueblo, a quienes viven en esta condición, una noticia: se ha encendido una luz, una respuesta ha sido dada.

(...) En medio de esta “gran multitud de gente” puedo entrever los rostros de algunas personas a las que, sobre todo, la Iglesia petroniana ha mandado hoy a predicar la felicidad evangélica. Son, en primer lugar, los jóvenes. La suya es una “pobreza de sentido” porque nosotros, los adultos, hemos construido para ellos una morada en la que las supremas distinciones entre verdadero y falso, entre bien y mal, son consideradas insignificantes, reduciendo de este modo la medida de su deseo y apagando en ellos el gusto por la libertad. Que sobre cada uno de ellos se pose esa mirada llena de amor con la que Cristo miró al joven del Evangelio (cf. Mc 10, 21); que sientan, a través de nuestra cercanía, la invitación de Cristo: Venid y veréis, para que así puedan morar cerca de Él (cf. Jn 1, 39).22

(...) El hombre necesita al sacerdote, porque necesita que se le recuerde continuamente que su fin último es la vida eterna, y que se le muestre el camino que lleva a esta vida. El sacerdote existe precisamente para esto: para guiar al hombre a la vida eterna. Para la solución de otros problemas tiene que dirigirse a otros. Mas para la solución del problema del sentido último de su vida, y no sólo para ser informado, sino para ser plasmado de manera nueva, necesita al sacerdote. Que el Señor no nos prive nunca de ellos.

(...) El verdadero reconocimiento de la persona humana es como una navegación difícil que tiene que evitar dos escollos: el escollo de la desesperación de quien no sabe ir más allá de las amargas constataciones de Job, y el escollo de la presunción de quien se atribuye una soberanía que es sólo divina.

Ya sea una cultura o una civilización generada por la desesperación, como una cultura o civilización generada por la presunción, ambas [culturas] tienen como final de recorrido la pura y simple destrucción del hombre. 

¿Quién nos guía en esta difícil navegación? La luz de nuestra razón y de nuestra fe. La primera tiene en sí la evidencia originaria que ser “alguien” no es ser “algo”, y la segunda muestra el origen último de esta diferencia, el hecho de que cada persona humana es amada por Dios

Cardenal Carlo Caffarra. No anteponer nada a Cristo: Reflexiones y apuntes póstumos (Spanish Edition) . Homo Legens

El Cardenal Sarah nos advierte seriamente de la amenaza del islam que busca invadir el mundo




El Cardenal Robert Sarah nos previene de la gravedad de promover la inmigración apelando al Evangelio, cuando realmente esa inmigración descontrolada y fanatizada constituye una gran amenaza para la civilización occidental y para la cristiandad.

Sarah proviene de un país musulmán y habla con conocimiento de causa, pues ha estudiado y ha analizado en profundidad el fenómeno.

El prelado nos advierte que el islam es una religión invasiva y de conquista y según el purpurado “el oeste desaparecerá” fruto de esta amenaza y afirmó con rotundidad que “el islam invadirá todo el planeta” y “cambiará completamente la cultura, la antropología y la visión moral“.

Su nuevo libro “Evening Draws Near” está provocando un gran debate no exento de polémica y escándalo, ya que afirma sin ningún disimulo que la inmigración islamista es una gran amenaza para Europa.

“Si el mundo occidental sigue esta dinámica, hay un gran peligro de que desaparezca, debido a la falta de nacimientos, invadido por foráneos, como el imperio romano fue conquistado por los bárbaros“

Widow details ‘betrayal’ by Pope Francis and chief cardinal advisor in damning new book (Diane Montagna)



ROME, April 8, 2019 (LifeSiteNews) — The Vatican maneuvered to ensure that Honduran Cardinal Óscar Rodriguez Maradiaga would not be implicated in concealing the sexual and financial misdeeds of his auxiliary bishop, the widow of a former dean of the Vatican diplomatic corps has written in a damning new exposé. 
Such machinations, she says, allowed Maradiaga (one of Pope Francis’s closest advisors), to maintain his position on the C-9 Council of Cardinals, which advises the Holy Father on Church reform. The C-9 is meeting with the Pope this week in Rome.
Martha Alegria Reichmann, whose late husband, Alejandro Valladares, served as the Honduran ambassador to the Holy See for 22 years, calls such maneuvering “a grotesque action and a mockery of honesty” because it gave Cardinal Maradiaga.
 “In her new book, titled Sacred Betrayal, Alegria says that she and her husband were longtime friends of the archbishop of Tegucigalpa. She details how, while her husband was still alive, Maradiaga pushed them to invest a large sum of money into a London investment fund managed by a friend of his, which led the couple to lose their life savings. She also exposes how Cardinal Maradiaga covered for his auxiliary, Bishop Juan José Pineda, who resigned last year after allegations came to light that he had sexually abused seminarians, had a string of homosexual lovers, and had engaged in financial misconduct.
In an explosive interview with Edward Pentin of the National Catholic Register, Alegria explains why she chose Sacred Betrayal as the title for the new book. “I have been betrayed by people who carry a sacred investiture: former Bishop Juan Josè Pineda, Cardinal Oscar Andrès Rodrìguez Maradiaga and Pope Francis — three people I trusted blindly,” she says. 
“In my book, everything is very well explained and demonstrated. There’s no doubt that’s how it was,” the Honduran widow and mother adds.
Mrs. Alegria said she wrote the book after discovering “a dark side” of Cardinal Maradiaga through the events surrounding his betrayal of her family. She says she could not live in “peace and serenity” unless she went public, adding that her “Christian, ethical and moral principles” did not allow her to “keep quiet about such terrible things.” 
“That would have made me responsible for a cover-up,” she says. “To declare what I know and what they have done to me is not only a right that I have, but a duty; because I am a victim of the corrupt system that reigns in the current papacy.”
She says that, in the new book, she goes much further than just recalling her own “painful experiences,” because there are “things that many people don’t know.” 
Alegria says she wrote the book because “the wicked triumph when the righteous are silent; and because God himself is being mocked.”
Asked why she believes Cardinal Maradiaga is still archbishop of Tegucigalpa, as well as coordinator of the Council of Cardinals, Alegria says the Vatican “maneuvered” so that Maradiaga would not be implicated as Pineda’s concealer. She added that the Pope has acted against coverups “on very few occasions” and “only when the external pressure is very strong.” 
“I am just a widow to whom neither Maradiaga nor Francis have given importance because they do not practice the Gospel as it should be,” she says. “It seems that the teachings of Christ have gone out of fashion and the devil reigns. The reasons for this terrible situation are revealed in my book, and it’s something frightening.”
She says she finds Maradiaga’s “extreme protection” of Pineda over 20 years “incomprehensible,” but adds that it has caused the cardinals to lose credibility with the Honduran people. 
Nor does she understand why the Pope keeps Maradiaga by his side. “Perhaps he needs his bad advice,” she said. Alegria then contrasted the Pope’s keeping Maradiaga in position with those who have given him good advice, such as Capuchin Father Thomas Weinandy, who was removed from his post in the USCCB after writing an open letter to Pope Francis. 
Alegria went on to say that she hopes that Maradiaga will be replaced, and that there can be a “fresh start” with a shepherd who is “humble of heart, energetic, transparent, kind and just.”
She said that things won’t be cleaned up possibly until there’s another Pope, or “maybe if Pope Francis put into practice all those beautiful phrases that he knows how to say and that are blown away like clouds that disappear into nothingness.”
She also said she placed her hope and trust only in God. “God is merciful. God is just. God works miracles. ... ‘God alone is enough,’” she said, quoting the mystic and doctor of the Church, St. Teresa of Avila. 
It was put to her whether she had written the book, exaggerating some of the content, so that it would become a best-seller, and thereby recoup some of her financial losses. She welcomed the question, saying it was “easy” to answer it, because the facts can be backed up with evidence. 
“Everything that is written is not exaggerated. I just narrated the facts exactly as they are, and those that needed to be proved are proved,” she says
“What is more,” she adds, “there are cases that are terrible and I did not include them because I do not have the evidence.”
She also showed how the revenue from the book will be relatively little and added that its success “depends only on God.”
She also indicated that Maradiaga offered her a large amount of money, but she didn’t accept it because she believes “the money of the Church is for the poor.”
“I did it with my conscience; I did it with the truth in my hand; I did it for dignity, for conviction and for love of God. I started with a sentence by Edmund Burke that says: ‘Evil triumphs when good men do nothing.’” 
Editor’s note: Sacred Betrayal is currently available only in Spanish, under the title Traiciones Sacradas.
Diane Montagna

lunes, 8 de abril de 2019

Sarah reprende a Francisco: “Pluralismo religioso no es bueno”



No es verdad que el pluralismo religioso es bueno en sí mismo como cree el relativismo, dijo el 29 de marzo el cardenal Robert Sarah al sitio web LaNef.net.

Sarah no menciona al papa Francisco, pero su declaración contradice la herética Declaración de Abu Dhabi, en la que se afirma que el pluralismo religioso es querido por Dios.

El cardenal contradice también a los que [como Francisco] quieren que la Iglesia sea una sociedad horizontal, que en vez de hablar sobre Dios se enfoque en los problemas sociales como la migración, la ecología, el diálogo, la pobreza, la justiciar y la paz.

Sarah llama a esos clérigos los Judas Iscariote de nuestro tiempo, quienes confunden al creyente con un lenguaje ambiguo y están dispuestos a distorsionar y torcer la Palabra de Dios para ganar la aprobación del mundo.

NOTICIAS 8 de abril de 2019



INFOVATICANA

Descienden los abortos y aumentan los matrimonios en Hungría (Carlos Esteban)

El obispo Gregory colaboró con McCarrick para manipular una carta de Ratzinger (Carlos Esteban)

Pascua amarga en China. En el partido con Roma gana Pequín con facilidad (Sandro Magister)
¿Tendremos esta semana nueva Constitución de la Curia?

La CEE solicita a la Santa Sede un decreto general sobre abusos a menores

SPECOLA del 6 al 8 de abril

Las mafias nigerianas y el racismo, ni audiencia ni discurso LGBT, Medjugorje, inseguridad en San Pedro.

El Papa francisco y el nuevo orden mundial, si vis pacem para belum, las armas del Vaticano, santa Natuzza, demonios escondidos.

Cordatas para el cónclave, los italianos mafiosos, la omerta Vaticana, burla a las víctimas de abusos, el freno arco iris del Papa Francisco, Jerusalén ciudad abierta.

INFOCATÓLICA

De criptas, firmas y la brevedad de la vida (Bruno Moreno)

Abascal se opone a la eutanasia: «No queremos que los ancianos queden al albur de sus familias»

P. Valdemar: «De España hemos recibido lo más grande que tenemos los mexicanos, la fe verdadera»

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Martin Mosebach compara a Francisco con Hitler y Stalin

Pascua amarga en China. En el partido con Roma gana Pequín con facilidad

Francisco: “he tenido muchas dudas, muchas”

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Cardenal Robert Sarah -No [hay] un “problema homosexual” en la Iglesia

Sarah reprende a Francisco: “Pluralismo religioso no es bueno”

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Selección por José Martí

El obispo Gregory colaboró con McCarrick para manipular una carta de Ratzinger (Carlos Esteban)



El hombre elegido para encabezar la archidiócesis más importante de Estado Unidos, Washington, como sucesor de Donald Wuerl, Wilton Gregory, colaboró con McCarrick para manipular una carta de Benedicto XVI, que entonces era Joseph Ratzinger, prefecto de Doctrina de la Fe, dirigida al episcopado norteamericano sobre la comunión a los políticos abortistas.

Estamos en la primera semana de julio del año 2004, periodo electoral en Estados Unidos. Tradicionalmente, el episcopado americano se ha mostrado más próximo al Partido Demócrata que al Republicano, reflejando en parte la preferencia política también tradicional de la minoría católica hacia ese partido.

Pero los tiempos han cambiado, y los demócratas se habían convertido ya en el partido más entusiasta con el aborto y el más intransigente en esta cuestión, así que los obispos no sabían si debían o no negar públicamente la comunión a aquellos políticos nominalmente católicos que defendían una posición proabortista.

A efectos del electorado, la ‘foto’ hubiera sido demoledora para millones de votantes católicos, así como un cambio radical en las posiciones políticas de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos. Se consulta a Roma, y el prefecto de Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger, con una carta dirigida a los obispos y remitida al entonces arzobispo de Washington, Cardenal Theodore McCarrick y a su mano derecha en la conferencia, el arzobispo de Atlanta, Wilton Gregory.
La carta no es ambigua: la respuesta es que los obispos están obligados a pedir a los sacerdotes de sus diócesis que nieguen la comunión a los políticos abiertamente abortistas. No es que puedan negarles la comunión; no es que se les permita: deben.
McCarrick convoca a los obispos para comunicarles lo que ha decidido Roma en esta cuestión … Y les miente. Tranquilamente. Les dice que el Santo Padre deja en libertad a cada obispo para que decida por su cuenta lo que crea conveniente en este sentido. Gregory, que conoce la verdad, calla.

La noticia es recibida con un disimulado suspiro de alivio. Ningún obispo de Estados Unidos quiere indisponerse con los políticos, especialmente con los del partido al que solían votar sus fieles.

Hay muchas razones para deplorar la elección de Gregory, que habla mucho más alto sobre las prioridades de Francisco que todos los discursos
Ha convertido Atlanta en una de las diócesis más ‘gay-friendly’ de Estados Unidos: nombró a un sacerdote pro gay que dirige una parroquia de afirmación homosexual como director espiritual diocesano para víctimas de abuso sexual por parte del clero; en 2018 invitó personalmente a nuestro viejo amigo, el jesuita padre James Martin a que pronunciará un discurso titulado “Demostrar bienvenida y respeto en nuestras parroquias a los católicos LGBT” en la parroquia de St. Thomas More y en el Santuario de la Inmaculada Concepción de Atlanta; ha permitido que este último santuario se convierta en centro de eventos LGBT, que incluyen encuentros sociales LGBT y la participación en el Pride Parade de la ciudad;desde 2014, también ha permitido que el grupo “católico” pro homosexual y pro transgénero, Familias afortunadas y fieles, celebre retiros en su cancillería, mientras que personalmente da misa para el grupo, y en 2017 pronunció el discurso de apertura en la conferencia de la Asociación de Sacerdotes Católicos de los Estados Unidos (AUSCP). El grupo respalda la ordenación de mujeres al sacerdocio y está abierto a la idea de que la Iglesia apruebe el uso de anticonceptivos.
Con todo, lo que no puede interpretarse bajo una luz positiva por mucho que se retuerzan los argumentos, lo que no deja lugar a dudas sobre las inclinaciones de este prelado, es que fue capaz de mentir a toda el episcopado de su país sobre las palabras de Ratzinger.

Carlos Esteban

28-A: Un libro trata de explicar el voto católico



No pocos católicos, a estas alturas de la campaña electoral, se estarán preguntando cómo es posible que queden católicos que apoyan opciones políticas abiertamente contrarias a los principios de la doctrina católica. 


Para ayudar a responder a esa pregunta, el profesor de la Universidad CEU San Pablo y periodista, José Francisco Serrano Oceja, acaba de publicar en la editorial Freshbook el libro “A la caza del voto católico”.

En ese texto recuerda lo que, en las pasadas elecciones, escribió el obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla. Aludía el obispo al debate entre “practicismo y conciencia”, advirtiendo que “entre practicismo y voto en conciencia nosotros está claro hacia dónde nos tenemos que inclinar, hacia el voto en conciencia. Que sea o no práctico es una cuestión secundaria. Uno de los problemas ha sido el pensar que el ejercicio de voto político es un ejercicio de posibilismo practicista y eso nos ha llevado donde estamos y hacia donde vamos”.

El libro de Serrano, con estilo ágil, de fácil lectura, se plantea no pocos de los dilemas que puede tener un católico a la hora de votar. Arranca con una reflexión sobre lo que significa el voto católico para luego recordar lo que han votado los católicos en las últimas elecciones, según los datos del CIS.

En otra parte del libro, va repasando los temas que, en elecciones anteriores, han propuesto los partidos políticos que tenían relación con la doctrina de la Iglesia o con la Iglesia en la sociedad. 

Ahí encontramos reflexiones como que “Unidos Podemos es algo más que un grupo de utópicos idealistas cercanos a esa dimensión ahora puesta de moda del Evangelio. Representa lo que se entiende por una formación que responde al “gnosticismo revolucionario”, según los estudios de E. Voegelin y más recientemente de L. Pellicani”.

También analiza la reciente historia del PSOE, antes y después de Zapatero, lo que ha pasado en el PP, un partido que se encuentra ahora en plena operación cosmética tras abandonar todos los principios cristianos, la inexistente ideología de Ciudadanos más allá de ser un partido “demoscópico”, la evolución de los partidos nacionalistas y, por último, como si fuera una aparición, VOX, lo que es VOX y lo que significa.

Del análisis del programa de VOX, el único que coincide con la moral cristiana, concluye el citado autor, ante las acusaciones de que el planteamiento contra la inmigración ilegal sea poco evangélico:

“Según afirman destacados portavoces (de VOX) al respecto, el propio Catecismo de la Iglesia católica (2241) también se refiere a la obligación del migrante de obedecer las leyes de la sociedad de acogida, algo que conculcan entrando ilegalmente y que no parece tener un adecuado correlato en el hecho de que los inmigrantes delincan entre 3 y 4 veces más que los nacionales.

La Iglesia –apuntan- señala que el inmigrante está obligado a respetar el patrimonio material y espiritual del país de acogida, respetando y cumpliendo por tanto sus leyes, costumbres y usos culturales. La entrada masiva de inmigrantes empobrece a las sociedades de acogida, que pueden dejar de figurar entre esas “sociedades más prósperas” que según el Catecismo son las obligadas a acoger a los inmigrantes”.

Un libro que, sin duda, aclara las ideas.

¡Gracias a Dios por Francisco! (Pontificando las limitaciones de la Infabilidad Papal) [Christopher A. Ferrara]



El que la Iglesia católica sea la única Iglesia verdadera de Cristo depende completamente de su infalibilidad como un órgano de verdad, porque si no fuera así, no sería indefectible; la promesa de indefectibilidad de Cristo (cf. Mat. XXVIII:20) estaría anulada y Él mismo no podría, como consecuencia, ser quien dice que es: El Dios que no puede ni engañar ni ser engañado.
La Infabilidad en la enseñanza sobre la fe y la moral es intrínseca a la comisión divina, ya que sin ella la Iglesia no podría hacer de todas las naciones discípulos de Cristo, sino sólo discípulos de una enseñanza humana que puede o no corresponder a la verdad revelada del Evangelio. Esta fue la suerte de las naciones que se convirtieron en discípulos de Lutero y su progenie antes de que cualquier forma de la religión cristiana fuera finalmente desterrada de todas las naciones por el secularismo terminal de la modernidad política.
En breve, el Papa no tiene en absoluto poder para definir una novedosa doctrina que nunca fue parte del Magisterio de la Iglesia, ya sea ordinario o extraordinario.
Como manifestó el cardenal Newman: “Si el cristianismo es social y dogmático, y destinado a todas las edades, humanamente debe tener un expositor infalible”. [Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana, II.13]

Pero ¿quién o qué en la Iglesia es el expositor infalible?
Sólo puede serlo la Iglesia en su conjunto, cuyo líder supremo en la tierra es, ciertamente, el Papa, pero cuya cabeza es Cristo y solo Él.
El expositor infalible no puede ser sólo el Papa, incluso si su autoridad es suprema, universal y directa con respecto a todos los miembros de la Iglesia, ya que no es sólo el Papa quien recibió la comisión divina. Y mientras el Señor le decía a Pedro: “tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia (San Mateo XVI:18), ” también le dijo casi inmediatamente después, cuando Pedro se opuso a la Pasión:” ¡Vete! ¡Detrás de mí, Satanás! Me sirves de tropiezo, porque no tienes en cuenta las cosas de Dios, sino las de los hombres (San Mateo 16:23) “.
Esto sería continuado, en la noche de la Última Cena, por la profecía de que Pedro lo negaría tres veces y por la advertencia que se aplica no sólo a Pedro sino a todos sus sucesores: “¡Simón, Simón! mira que Satanás os ha reclamado para zarandearos como se hace con el trigo. Pero Yo he rogado por ti, a fin de que tu fe no desfallezca. Y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos. (Lc XXII, 31-32) “.
La promesa de nuestro Señor de asistencia divina al papado no es una garantía divina de Papas infalibles. El Papa es, después de todo, un hombre, y un hombre siempre está sujeto a la fragilidad humana y la posibilidad de error que viene con cada ejercicio del libre albedrío, que no se pierde con la elección al papado. De ahí el famoso reproche de San Pablo al primer Papa en Antioquía por su cobarde y fingida adhesión a las leyes dietéticas judías, que amenazaba toda la misión de la Iglesia a los gentiles al sugerir que debían seguir la ley mosaica:
“Mas cuando Cefas vino a Antioquía le resistí cara a cara, por ser digno, de reprensión. Pues él, antes que viniesen ciertos hombres de parte de Santiago, comía con los gentiles; mas cuando llegaron aquéllos se retraía y se apartaba, por temor a los que eran de la circuncisión. Y los otros judíos incurrieron con él en la misma hipocresía, tanto que hasta Bernabé se dejó arrastrar por la simulación de ellos. Mas cuando yo vi que no andaban rectamente, conforme a la verdad del Evangelio, dije a Cefas en presencia de todos: “Si tu, siendo judío, vives como los gentiles, y no como los judíos, ¿cómo obligas a los gentiles a judaizar? [Gálatas II 11-14]
Negar que un Papa determinado nunca pueda apartarse de la ortodoxia al proclamar sus propias ideas es argumentar implícitamente que cada declaración de un verdadero Papa que concierne a la fe y a la moral debe aceptarse sin cuestionamientos.
La Iglesia, sin embargo, no es un hombre o incluso un mero colectivo de hombres, sino el Cuerpo Místico de Cristo cuya subsistencia no puede ser destruida por ningún error humano. Perdida en la actual manía del hiper-papalismo está la infalibilidad de la Iglesia como un todo corporativo, que se extiende incluso a los fieles como un cuerpo, que obedece a lo que la Iglesia siempre ha enseñado y rechaza lo que es ajeno a esa enseñanza. Como explica Ludwig Ott:
“Se puede distinguir una infalibilidad activa y una pasiva. El primero pertenece a los pastores de la Iglesia en el ejercicio de su oficio de enseñanza (infallibilitas en docendo), el segundo a los fieles en su totalidad en su asentimiento al mensaje de fe (infallibilitas en credendo). Activo y pasivo se relacionan como causa y efecto”.
Durante la crisis arriana, esta infalibilidad “pasiva” de los fieles fue crucial para la supervivencia de la Iglesia, es decir, para el mantenimiento de Su indefectibilidad. Como explica el cardenal Newman, los laicos eran más fieles que sus maestros a lo que sus maestros siempre les habían enseñado a la luz de la Revelación:
“[E]n ese momento de inmensa confusión … el cuerpo del episcopado fue infiel a su comisión, mientras que el cuerpo de los laicos fue fiel a su bautismo; … una vez el Papa, otras veces el patriarca, el metropolitano y otras grandes sedes; en otras ocasiones los concilios generales, dijeron lo que no deberían haber dicho, o hicieron lo que ocultó y comprometió la verdad revelada; mientras que, por otro lado, fueron los cristianos quienes, bajo la Providencia, fueron la fuerza eclesiástica de Atanasio, Hilario, Eusebio de Vercelli y otros grandes confesores solitarios, que habrían fracasado sin ellos. [Sobre la consulta a los fieles en asuntos de doctrina (1859)]”
Por lo tanto, la infalibilidad de la Iglesia se refiere a la totalidad de su constitución divina: tanto la jerarquía como los laicos que juntos forman el Cuerpo Místico.

Y hay momentos — nuestro tiempo es uno de ellos—, cuando al menos un remanente de laicos conserva la fe que se les enseñó a pesar de que la jerarquía generalmente ha fallado en su comisión para defenderla y protegerla. Esto no niega que todavía haya muchos jerarcas que creen lo que se les enseñó. Para citar nuevamente a Newman a propósito de la crisis Arriana:
“… No estoy negando que el gran cuerpo de los obispos eran en su creencia interna ortodoxos; ni que hubieran numerosos clérigos que apoyaron a los laicos y actuaron como sus centros y guías; ni que los laicos realmente recibieron su fe, en primera instancia, de los obispos y el clero; ni que algunas partes de los laicos fueran ignorantes, y otras partes finalmente corrompidas por los maestros Arrianos… pero aún quiero decir que en ese tiempo de inmensa confusión, el divino dogma de la divinidad de nuestro Señor fue proclamado, aplicado, mantenido y (humanamente hablando) preservado, mucho más por la “Ecclesia docta” que por la “Ecclesia docens” …
¿Cuál es “la fe” que los fieles remanentes conservan mucho más que la mayoría de la jerarquía en nuestro “tiempo de inmensa confusión” actual? No es nada más que el conjunto total de doctrinas que la Iglesia en su conjunto ha enseñado y creído desde los tiempos apostólicos, también conocido como el depósito de la fe, desarrollado y aplicado a circunstancias particulares según sea necesario, pero nunca contradicho.
Ningún católico está obligado a creer en el ecumenismo, el diálogo, el diálogo interreligioso o la colegialidad, lo que puedan significar esas nociones, por la sencilla razón de que la Iglesia nunca había oído hablar de ellas antes de 1962.
Se ha prestado muy poca atención en nuestros días al criterio por el cual se juzga la validez de todas las enseñanzas de la Iglesia: la constancia de lo que ella ha transmitido en su función corporativa como maestra frente a la novedad de algún pronunciamiento particular extrínseco al depositum fidei. El beato Pío IX, el mismo Papa que definió de forma muy precisa la infalibilidad papal al aprobar el decreto del Vaticano I, se esforzó por aclarar en respuesta a Johannes Dollinger, antes de su apostasía y excomunión definitiva, que la Iglesia que enseña en su conjunto es infalible, no solo en cuanto a “dogmas expresamente definidos por la Iglesia”, sino también cuando se trata de “asuntos transmitidos como divinamente revelados por el Magisterio ordinario de toda la Iglesia dispersa en todo el mundo y, por esa razón, sostenida por el consenso universal de los teólogos católicos como pertenecientes a la fe “. [DZ 2879]
Es de importancia decisiva en nuestras circunstancias actuales recordar cómo la definición de infalibilidad papal del Vaticano I (frente a la corporación eclesial) la Infabilidad se limitó estrictamente a la infrecuencia de los pronunciamientos papales singulares y solemnes que ordenan el consentimiento universal en un asunto de fe y moral.

 Las condiciones del Concilio para la infalibilidad papal son 
(1): que el Papa, cuando habla "ex cátedra" —esto es, cuando cumpliendo su cargo de pastor y doctor de todos los cristianos”,
(2) “define, por su suprema autoridad apostólica,
“(3)” que una doctrina sobre la fe y moral debe ser sostenida por la Iglesia universal—… “[DZ 3074]
Sólo entonces, el Concilio declaró que se puede decir que el Papa en sus definiciones singulares “posee, por la ayuda divina que le prometió en San Pedro, la infalibilidad que el divino Redentor quiso que Su Iglesia disfrutara al definir la doctrina concerniente a la fe o la moral.”

Pero incluso en el ejercicio de este Magisterio extraordinario, el Papa no puede hacer nada más que definir solemnemente como dogma asuntos que ya han sido “transmitidos como divinamente revelados por el Magisterio ordinario de toda la Iglesia dispersa en todo el mundo”, incluyendo, por supuesto, Papas y Concilios presididos por Papas y el cuerpo de los obispos como una totalidad moral diacrónica.

(El cuerpo de obispos no significa conferencias episcopales en países particulares, que no son parte de la constitución divina de la Iglesia y que ni siquiera recibieron un estatus jurídico formal hasta el decreto Christus Dominus del Concilio Vaticano II, que Pablo VI implementó en 1966 con su motu proprio Ecclesiae sanctae (uno de sus muchos errores prudenciales).
En resumen, el Papa no tiene absolutamente ningún poder para definir una doctrina novedosa que nunca formó parte del Magisterio de la Iglesia, ni ordinaria ni extraordinaria.
Como lo declaró el Vaticano I en el proceso mismo de definir y delimitar la infalibilidad papal:
“pues no fue prometido a los sucesores de Pedro el Espíritu Santo para que por revelación suya manifestaran una nueva doctrina, sino para que, con su asistencia, santamente custodiaran y fielmente expusieran la revelación trasmitida por los Apóstoles”. [DZ 3070]
Ahora, ninguna de las nociones novedosas con las cuales Bergolio ha afligido a la Iglesia se pueden encontrar en parte alguna del depósito de la fe establecidos por la Iglesia en su conjunto desde tiempos apostólicos.
- Su autorización de la Sagrada Comunión para ciertos adúlteros públicos, 
- su noción de “pecados ambientales contra la Tierra”, 
- su intento absurdo de derogar la enseñanza bimilenial de la Iglesia en defensa de la pena capital al llamar a la supuesta revocación un “desarrollo”, 
- sus innumerables distorsiones y tergiversaciones del Evangelio para adaptarse a su interminable amonestación contra los católicos observantes y demás, ...,

no son más que sus propias ideas.

Como tales, por definición, no pueden pertenecer al Magisterio. Tampoco, en este caso, pueden considerarse doctrinas católicas en absoluto, a diferencia de la doctrina expuesta por Jorge Mario Bergolio, pero nunca impuesta a la conciencia católica por una solemne definición dogmática, lo cual es imposible dada la novedad de lo que predica Bergolio.
Las ideas novedosas no son doctrinas católicas, sino algo más que literalmente no tiene cabida para un católico creyente. 

Y así ocurre con todas las nociones y prácticas novedosas que han proliferado en la Iglesia desde el Concilio Vaticano II. Por ejemplo, ningún católico está obligado a creer en el ecumenismo, el diálogo, el diálogo interreligioso o la colegialidad, independientemente de lo que puedan significar estas nociones, por la sencilla razón de que la Iglesia nunca había oído hablar de ellas antes de 1962 —dejando de lado el problema adicional de su  falta de sentido literal como meros contenedores conceptuales para diversas actividades eclesiales imprudentemente irreflexivas.
La pregunta que enfrentamos con Bergolio, por lo tanto, es simplemente ésta: 

¿Es posible que la enseñanza personal de un Papa se aparte de lo que la Iglesia, en general, siempre ha enseñado y creído, a favor de sus propias ideas novedosas? Debe ser posible, ya que de no ser así, no habría distinción entre el Magisterio extraordinario y el Magisterio ordinario, y el Papa tendría que ser visto simplemente como simplemente infalible. El Papa Benedicto XVI ciertamente reconoció el peligro de un Papa que promueve sus propias ideas cuando dijo lo siguiente al comienzo de su propio pontificado, desde el cual fue impulsado a allanar el camino para Bergolio en una intriga romana digna de la época medieval:
“El poder de enseñar en la Iglesia implica un compromiso con el servicio de obediencia a la fe”. El Papa no es un monarca absoluto cuyas ideas y deseos sean ley. Al contrario: el ministerio del Papa consiste en una garantía de obediencia a Cristo y a su Palabra. No debe proclamar sus propias ideas, sino más bien vincularse a sí mismo y a la Iglesia a la obediencia a la Palabra de Dios, frente a cualquier intento de adaptarla o adulterarla y frente a cualquier forma de oportunismo”. (Papa Benedicto XVI durante la misa en ocasión de su toma de posesión de la Cátedra de Obispo de Roma el 7 de mayo de 2005)
Negar que un Papa determinado nunca pueda apartarse de la ortodoxia al proclamar sus propias ideas es argumentar implícitamente  que cada declaración de un verdadero Papa que concierne a la fe y la moral debe aceptarse sin cuestionamientos. Y es precisamente esta caricatura protestante del papado a la que los sedevacantistas recurren en oposición a la posición Tradicionalista que Bergolio puede ser resistido en sus errores mientras es reconocido como Papa. Para citar el principal sitio web sedevacantista en este sentido:
“Al decir que Francisco es Papa, pero luego rechazar su magisterio, los supuestos tradicionalistas en la Iglesia del Vaticano II están causando un daño incalculable a la Doctrina Católica Tradicional del Papado ya que la oficina papal fue instituida como norma segura de la ortodoxia en todo momento en la historia de la Iglesia, garantizada por Cristo mismo. Esto no significa que cada acto magistral papal sea infalible, pero sí significa que todo acto magisterial papal es autoritario, por lo tanto, vinculante para las conciencias y, por la providencia de Dios Todopoderoso, siempre seguro de seguir. Esto significa que las almas no pueden ser desviadas por ningún error pernicioso si siguen las enseñanzas del Papa. Esa seguridad está garantizada y causada por el mismo Cristo.” [énfasis añadido]
De esta manera, de acuerdo con los sedevacantistas, si bien no todos los actos magisteriales de un verdadero Papa son infalibles, todos sus actos magistrales son autoritarios, vinculados a la conciencia, seguros de seguir y libres de errores perniciosos. Esta mofa de autocontradicción está en el corazón de la polémica sedevacantista. Y así debe ser. Porque si los sedevacantistas admitieran que un Papa es capaz de equivocarse en su enseñanza cotidiana incluso una vez, su posición colapsaría en una vana discusión sobre una cuestión puntual: ¿cuánto error debe manifestar un Papa antes de poder concluir que él ha dejado de ser Papa o que nunca lo fue en primer lugar? ¿Bastaría un solo error? Si no es uno, ¿entonces cuántos?
No hay escapatoria a este defecto fatal en la posición sedevacantista: deben sostener que cualquier Papa que se equivoque en cualquier asunto de fe y moral al proclamar alguna novedad, como la opinión de Bergolio (contraria a la revelación divina) de que la pena capital es un ataque a la dignidad humana, no puede ser un verdadero Papa. Esa lógica determinista significa que también deben sostener que no hemos tenido Papas desde Pío XII, dada la profusión de novedades doctrinales —o lo que llamarían novedades doctrinales— y prácticas novedosas que ensucian cada pontificado que sigue a este en este momento de inmensa confusión. Bergolio simplemente ha hecho que parezca más fácil sostener el ridículo argumento sedevacantista de que no hemos tenido Papa desde 1958.
Y hay momentos —nuestro tiempo es uno de ellos— cuando al menos un resto de laicos conserva la fe que se les fue enseñada a pesar de que la jerarquía generalmente ha fallado en su comisión para defenderla y protegerla.
Desde nuestra perspectiva, sin embargo, la debacle Bergoliana es un mal del que Dios ya ha sacado un gran bien. Porque Bergolio ha demostrado dramáticamente, de una vez por todas, que las limitaciones del papado son superadas cada vez que un Papa, en el ejercicio de su libre albedrío, falla en corresponder con la gracia de su estado, se aparta del camino de la Tradición y elige “proclamar sus propias ideas” en lugar de “obligar[se] constantemente a sí mismo y a la Iglesia a obedecer la Palabra de Dios, ante cada intento de adaptarla o diluirla, y ante toda forma de oportunismo”. Bergolio ha disipado la piadosa ficción, promovida durante mucho tiempo por teólogos ultramontanos, de que los fieles están obligados a creer incondicionalmente que el Espíritu Santo garantiza infaliblemente la “seguridad” de cada enseñanza papal y que no debemos preocuparnos por una aparente desviación de lo que la Iglesia siempre ha enseñado.
Philip Lawler ha observado con razón de Bergolio que “el liderazgo del actual Papa se ha convertido en un peligro para la fe”. Que los católicos conservadores ahora reconozcan lo que los Tradicionalistas siempre han entendido —que el liderazgo de un Papa puede ser un peligro para la fe— es un paso importante hacia el mayor reconocimiento de que toda la crisis eclesial del último medio siglo ha emanado en primera instancia de la fallas de épocas en la gobernanza papal y que terminarán solo cuando un futuro Papa encuentre el valor para corregir las injusticias que sus antecesores cometieron, tal como Benedicto XVI, al menos en cierta medida, intentó hacerlo antes de renunciar al trono papal.

[En mi opinión esto último que afirma Ferrara sobre Benedicto XVI es bastante discutible, comenzando por su propia renuncia al Papado]
Como Bergolio ha manifestado (http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2016/may/documents/papa-francesco_20160529_scholas-occurrentes.html) acerca de su propia conducta del papado: “Por otro lado, por naturaleza soy inconsciente, así que sigo adelante". [“D’altra parte, per natura io sono incosciente, y cosi vado avanti”. ].

Quizás “descuidado” es una traducción demasiado amable del italiano “inconsciente”, cuyos significados alternativos son imprudente, irreflexivo, irresponsable e imprudente. Pero entonces todo el aggiornamento post-conciliar ha sido imprudente, irreflexivo, irresponsable e imprudente. El pontificado Bergoliano no es más que una continuación lógica de la misma ruinosa búsqueda de la novedad vana. Seguramente esto debe ser obvio ahora para cualquiera que todavía se preocupe por la fe de nuestros padres. Esto es lo que Jorge Mario Bergolio ha mostrado a quienes aún no lo sabían.
[Christopher A. Ferrara]
Traducido por Carlos Reyes