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sábado, 21 de diciembre de 2013

¿Reforma de la ley del aborto?

Incluyo aquí el contenido de un artículo de Infocatólica, publicado por su director Luis Fernando Pérez Bustamante. Hace unas reflexiones que considero que son particularmente valiosas y objetivas. 

Una ley abortista menos mala que la actual pero absolutamente insuficiente

A las 4:53 PM, por Luis Fernando
Categorías : Cultura de la muerteActualidadPro-vidaSociedad siglo XXI
Tras dos años en el gobierno por fin ha llegado elnuevo proyecto de ley del aborto. Por mucho que el gobierno lo defina como “Ley orgánica de protección de la vida del concebido y los derechos de la mujer embarazada“, la realidad es que en la práctica la vida del concebido queda tan desprotegida como antes.
Voy a señalar los puntos que creo positivos de la nueva ley, y de paso de las explicaciones de Ruiz Gallardón, y luego señalaré los negativos:

1- El aborto vuelve a ser un delito. Despenalizado en casos concretos, pero delito. Deja por tanto de ser un derecho. No es este un tema menor. Si el aborto es un derecho de la mujer embarazada, la vida del concebido no tiene derecho alguno y no es protegida de ninguna manera.
2- Los informes sobre el peligro de la salud física o psíquica de la madre deberán ser realizados por dos médicos que no trabajen en el centro sanitario donde se realiza el aborto. Y por especialistas en la enfermedad que sufra la mujer. Es decir, un traumatólogo no podrá acreditar que la vida de la madre corre peligro por padecer cáncer de pulmón. Y un cardiólogo no podrá acreditar que hay peligro para la salud psíquica de la madre. Ahora bien, aunque esto está muy bien en la teoría, ya verán ustedes como en la práctica no va servir de nada. Lo desarrollo después.
3- En caso de que el feto o embrión sufran una enfermedad, solo se podrá apelar como causa para abortar que dicha enfermedad sea incompatible con la vida fuera del seno materno. Es decir,si la criatura viene con síndrome de Down u otra circunstancia que no impide que viva, no se podrá usar dicha circunstancia como justificación para matarle antes de nacer.
4- Se regula la objeción de conciencia. No sé como estaba con la ley de 1985, pero parece ser que con la nueva legislación el derecho a objetar va a ser real y efectivo en todo momento. Se indica que el personal sanitario debe avisar que no participará en abortos para poder organizar las cosas en los hospitales públicos, pero incluso aunque no haya avisado previamente, podrá negarse a participar en un aborto.
5- Las menores de edad no podrán abortar sin el consentimiento de sus padres o tutores legales.
Puntos negativos:
1- El derecho a la vida del no nacido no es absoluto. Y por tanto, no se puede hablar de un derecho real a la vida. Con la ley anterior teníamos casi cien mil abortos al año. Eso no va a cambiar.
2- La mujer deja de recibir reproche penal. Ni siquiera tendrá que pagar una multa por abortar ilegalmente. El gobierno dice que la mujer que aborta siempre es una víctima. La realidad es queel único que siempre es una víctima es el ser humano no nacido al que se le quita la vida. Y quien toma la iniciativa de matarle es la mujer. Se entiende que en muchas ocasiones la madre es también víctima, debido a las circunstancias. Pero, pocas o muchas, lo cierto es que hay mujeres que abortan simplemente porque no quieren ser madres en ese momento de sus vidas. Así, sin más.
3- Se mantiene el coladero de la enfermedad psíquica de la madre. Esto quiere decir que si una mujer está deprimida por el embarazo, puede abortar. Por ese coladero se van a colar los mismos cien mil abortos que se practican hoy cada año en España. El hecho de que la enfermedad psíquica haya de ser confirmada por médicos que no trabajen en las clínicas abortistas donde se va a realizar el aborto puede “solucionarse” de una forma bien simple. Los médicos de una clínica firmarán los informes de los abortos que se practicarán en otra. Es decir, lo único que tendrá que hacer una mujer que quiere abortar es ir primero a un abortorio donde un médico le dé el informe y con el mismo en la mano se irá a otro abortorio a abortar.
De hecho, aunque pueda parecer que la nueva ley impide abortar a los niños que vienen con enfermedades no incompatible con la vida, como es el caso del síndrome de Down, bastará con que la madre diga que la enfermedad de su hijo le produce un daño psíquico para poder abortar. En ese sentido, aunque Gallardón ha quedado muy “digno” diciendo que “no hay embriones de primera y embriones de segunda“, la realidad es que eso es solo cierto en el sentido de que se puede abortar igual a unos embriones que otros. Basta con que la madre se plante ante un psiquiatra y le diga que llevar adelante su embarazo le supone una carga insoportable.
Estamos pues ante una ley que aunque pretenda defender el derecho a la vida, no defiende nada. El dicho “hecha la ley, hecha la trampa” lo tenemos delante de nuestros ojos con la misma fuerza que durante la ley de 1985.
A Gallardón le han preguntado si el gobierno retiraría este proyecto de ley en caso de que el Constitucional avalara con una nueva sentencia la legislación actual. Y ha dicho que no. Que creen que esta ley refleja mejor la concepción que tienen del derecho a la vida. Eso marca una diferencia con respecto a la ley del matrimonio homosexual, que el gobierno mantuvo tras la sentencia del TC. En todo caso, una sentencia contraria a la ley todavía vigente vendría muy bien para evitar que un próximo gobierno del PSOE quisiera volver a convertir el aborto en un derecho.
¿Es esta la ley que un provida puede aplaudir y apoyar? Sin la menor duda, no. ¿Es esta la ley que un católico practicante y coherente con su fe puede aplaudir y apoyar? Sin la menor duda, no. Y sin embargo, van a ver ustedes a católicos practicantes y a grupos y movimientos provida aplaudiendo y apoyando esta ley. Llevamos tanto tiempo usando la teoría del mal menor como excusa para no combatir el mal, que casi damos por hecho que no hay que luchar, por todos los medios -también la política- por lograr el bien. Y el bien en este tema no es otra cosa que una legislación que proteja de verdad el derecho a la vida. Sin excepciones, sin trampas, sin coladeros legales.
A partir de ahora, nadie podrá decir que la legislación abortista es obra de la izquierda parlamentaria. Esta ley es obra del PP. Y con esta ley se producirán los mismos abortos que antes. Que nadie espere de ese partido un futuro cambio legal encaminado a proteger el derecho a la vida. Ya no hay excusa para no votar a partidos realmente provida, que tengan la fuerza parlamentaria suficiente para promover una legislación realmente anti-abortista. Los pocos o muchos españoles que crean que este asunto es fundamental a la hora de votar ya no podrán apelar al PP como mal menor. Van a ver pronto que ese mal no tiene nada de menor. Es mayor. Muy mayor.
Luis Fernando Pérez Bustamante

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Demoliciones y derribos, S.A. (Fray Gerundio)

[Se advierte al posible lector que este artículo, tal como lo indica el propio autor, está escrito en clave de humor... aunque hace pensar...]
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Siempre me ha intrigado el papel que tienen los sueños en la mente humana mientras descansa. A veces son tan vívidos, claros y expresivos, que parece que se están dando en la realidad. Otras veces son disparatados, absurdos e impensables. Cuando uno se despierta y se ve en su celda monacal, da gracias a Dios por estar de nuevo en la realidad. Yo tengo que leer inmediatamente algo piadoso, porque me produce horror e inquietud. Menos mal que el disparate es tan mayúsculo, que enseguida volvemos a nuestras labores diarias, que esas sí que son reales. Vean si no, el sueño que me ha asediado durante la pasada noche. Es tan disparatado que resulta hasta cómico por irreal.
–Ring, ring, ring…
–Casa Santa Marta, dígame
–Buenos días. ¿Con quién hablo?
–Soy el Secretario del Obispo de Roma, ¿qué se le ofrece?
–Llamamos de la empresa Demoliciones y Derribos, S.A. Queríamos hablar con su Jefe.
–En este momento no se puede poner al teléfono. Está en una reunión de Rabinos. Pero me ha dicho que si llamaban ustedes, les contestara con toda sinceridad a sus preguntas, porque ustedes son de confianza.
–Bien. Es que nos hemos quedado momentáneamente sin fibra óptica. Hace mucho calor aquí, y los cables no resisten. Solamente queríamos constatar cómo va el Plan Semanal de Demoliciones, ya que no podemos leer ninguna información hasta que todo esté reparado.
–Tranquilo. Todo va bien. Esta semana hemos cumplido con el contrato  y estamos destruyendo algunas cosas, siguiendo el planning que ustedes nos dejaron.
–¿Cómo va el tema doctrinal?
–Muy bien. Le ha pegado un golpe de muerte a la consustancialidad, así como el que no quiere la cosa. Muy efectivo, porque las palabras suenan bien, cuelan entre los tontos, confunden a los que no saben mucho y de manera sibilina destroza la teología trinitaria. Para el común denominador de fieles, ahora la Virgen María también es consustancial. Muy agudo.
–Sí. Por eso le dijimos que lo hiciera así. Ten en cuenta que no sabe una palabra de filosofía y mucho menos de teología. Pero explicado así, creo que los musulmanes también le podrán declarar hombre del año. Y de paso le pegamos un buen disgustazo a los que todavía creen en el Niceno-Constantinopolitano. (Puajjj, qué asco).
–Por cierto, ¿se han enterado ya de la cantidad de revistas que le han premiado su labor en estos últimos meses? ¿Han visto que hasta los homos están encantados con él? ¿Y los hermanos del Time?
–Bueno, bueno…no se enrolle y sigamos viendo la programación. ¿Qué hay del destrozo de todo lo tradicional? ¿se ha dado el paso previsto?
–Sí. Ya hemos explicado con claridad que ahora mismo la Iglesia está plenamente identificada con todo lo que condenó el Vaticano I y San Pío X.
–¿Qué medios habéis utilizado para ello?
-Ha sido muy fácil. El Cardenal Madariaga está que se sale de felicidad y tiene una incontinencia verbal que nos está ayudando una barbaridad. Casi no tenemos que darle instrucciones, porque se basta por sí solo para demoler lo que haga falta. Ha dicho que “el modernismo fue, en muchas ocasiones, una reacción contra las injusticias y los abusos que menospreciaron la dignidad y los derechos de la persona” y que “la Iglesia y el laicado son uno”.
–Perfecto. Óscar nunca nos falla, aunque debería disimular su entusiasmo y hacer alguna declaración que parezca tradicionalista. Pero no hay manera. Por eso le dijimos a tu Jefe que lo pusiera en el G-8, ese Consejo de Administración para cargarnos poco a poco esa Maldita Institución llamada Papado.
–También le ha dado la coba al Jefe, tal como ordenasteis. Ha sicho que “después del papado de Benedicto XVI, un tiempo virtuoso, la persona del Papa Francisco surgió. No me parece ingenuamente optimista decir que estamos en el comienzo de un nuevo y dinámico período en la historia del catolicismo, en el que la Iglesia constituirá un movimiento misionero para la conversión de la cultura y propiciará y multiplicará los signos de crecimiento…. Yo no entiendo nada, pero suena bien.
–¿Para qué ha utilizado la palabra conversión? ¡¡Mira que se lo hemos dicho veces!!
–No, no hay problema. Porque ya el Jefe dijo hace poco que el evangelio hay que leerlo a la luz de la cultura contemporánea.
–Sí, pero no hay que confiarse. La palabra conversión es muy peligrosa en boca de los enemigos. Suena a pecado, arrepentimiento y cambio de vida. Mucho cuidado con eso.
–A la orden. ¿Algo más?
–Sí. ¿Qué se está haciendo en esta preparación de la Navidad? ¿Se ha avanzado algo?
–Por supuesto. Ayer dijo el Jefe que somos el apellido de Dios y que no solamente “es el Dios de Abraham, Isaac y Jacob sino también de Pedro, Marietta, Armony, Marisa, de Simone, de todos”.
–¡¡Genial!! Hay que ver qué inventiva demoledora tiene. Estamos a punto también nosotros de nombrarle hombre del año. Cada cosa que dice aniquila y aplasta cientos de años. Veo que todo sigue según el plan previsto. Tomás de Aquino debe estar dando botes.
–Y ha dicho también un revoltillo sobre la historia de Dios en nuestra historia y la historia nuestra en la historia de Dios. Pero nada de salvación del pecado ni Redención. Estas Navidades vamos a dar el golpe, porque va a quedar una turbulencia e inquietud en las almas, como hace tiempo no se ha conocido.
–Eso, eso. Dígale a su Jefe que todo lo que sea hablar de la evolución en la historia y el desarrollo de la temporalidad, nos ayuda a seguir eliminando los dogmas por caducos y anticuados. Eso va quedando en la mente de las gentes tontas y voluntariamente engañadas.
–Pues nada, a mandar. Yo se lo recordaré ahora después cuando acabe la reunión que tiene con los directivos de la Revista The Advocate, que han venido a agradecerle su labor por el colectivo, y  de paso a reunirse con Mons. Ricca, que hace tiempo que está desaparecido.
–Varias preguntas para finalizar: ¿le habéis dado ya la patada a Burke?
-Sí, esta misma semana. Falta la definitiva, que vendrá enseguida. No hay que parecer que despreciamos a los que usted ya sabe
–¿Sigue adelante lo de los Franciscanos de la Inmaculada?
–Va de miedo. Le hemos dicho a Lombardi que haga correr la voz de que el Comisario Político Volpi es el mejor de los Comisarios posibles.
–¿Habéis solucionado ya el milagro de Montini?
–Ha sido difícil, pero hemos encontrado por ahí un caso y lo hemos metido en los papeles de la Causa. Creo que eso está hecho. Y la gente encantada. Ahora ya abren el proceso de canonización a todo el que muere. Y si es ecumenista, mejor. Fíjese si habrá lío, que estas semanas atrás, hasta cristianos de otras confesiones y miembros de otras religiones, han pedido la canonización de la Fundadora de los Focolares. Me ha sorprendido, porque no sabía yo que a protestantes y creyentes de otras religiones les interesaran las canonizaciones; tampoco que estos movimientos eclesiales tengan “creyentes de otras religiones”.
–Usted no entiende. No se haga excesivas preguntas. Todo está organizado y previsto. Bueno, déle recuerdos a su Jefe. Espero que en pocas horas podamos arreglar los cables y nos volvamos a comunicar como siempre, en lugar de hacerlo por teléfono, pues incluso los de aquí están pinchados. En cualquier caso, para nuevas instrucciones, diríjanse de nuevo a la web de nuestra empresa en www.demolicionesyderribos.inf[1]
 –Un abrazo fraternal. Chao.
  Fray Gerundio, 18 de diciembre de 2013






[1] Esta dirección web es una invención

lunes, 16 de diciembre de 2013

Los cristianos "tristes" (Fray Gerundio)

Nuevo varapalo a los cristianos “tristes”

Nunca me he considerado un fraile triste. Pero he de reconocer que en los últimos meses, la tristeza ha llamado a mi puerta en muchísimas ocasiones. Y hoy especialmente, tras leer la homilía de este viernes [13 de diciembre de 2013] en Casa Santa Marta, me he visto reflejado en las palabras del Papa. Efectivamente, me siento muy triste. Claro que no resulta tan fácil de explicar como él lo ha hecho, porque me da la impresión de que la mía es una tristeza provocada por otras causas muy diferentes.

Quisiera explicarme con claridad, aunque para ello tengo que transcribir todas las palabras del sermón, de tal manera que mis comprensivos lectores entiendan mis sentimientos. Las pondré aquí tal como las ha comunicado la página de noticias del Vaticano. 

La libertad que viene de la predicación hace crecer a la Iglesia, el Papa el viernes en Santa Marta


Radio Vaticana. Los cristianos alérgicos a los predicadores siempre tienen algo que criticar, pero en realidad tienen miedo de abrir la puerta al Espíritu Santo y se vuelven tristes: lo afirmó el Papa Francisco este viernes en la Misa presidida en la Casa de Santa Marta.

En el Evangelio del día, Jesús compara la generación de su tiempo con aquellos muchachos siempre descontentos “que no saben jugar con felicidad, que rechazan siempre la invitación de los otros: si hay música, no bailan; si se canta un canto de lamento, no lloran … ninguna cosa les está bien”. El Santo Padre explicó que aquella gente “no estaba abierta a la Palabra de Dios”. Su rechazo “no es al mensaje, es al mensajero”. Rechazan a Juan el Bautista, que “no come y no bebe” pero dicen que “¡es un endemoniado!”. Rechazan a Jesús, porque dicen que “es un glotón, un borracho, amigo de publicanos y pecadores”. Siempre tienen un motivo para criticar al predicador.

“Y ellos, la gente de aquel tiempo, preferían refugiarse en una religión más elaborada: en los preceptos morales, como aquel grupo de fariseos; en el compromiso político, como los saduceos; en la revolución social, como los zelotas; en la espiritualidad gnóstica, como los esenios. Con su sistema bien limpio, bien hecho. Pero al predicador, no. También Jesús les hace recordar: ‘Sus padres han hecho lo mismo con los profetas’. El pueblo de Dios tiene una cierta alergia por los predicadores de la Palabra: a los profetas, los ha perseguido, los ha asesinado”. 

Estas personas – prosiguió el Obispo de Roma- dicen aceptar la verdad de la revelación, “pero al predicador, la predicación, no. Prefieren una vida enjaulada en su preceptos, en sus compromisos, en sus planes revolucionarios o en su espiritualidad” desencarnada. Son aquellos cristianos siempre descontentos de lo que dicen los predicadores: “Estos cristianos que son cerrados, que están enjaulados, estos cristianos tristes … no son libres. ¿Por qué? Porque tienen miedo de la libertad del Espíritu Santo, que viene a través de la predicación. Y este es el escándalo de la predicación, del que hablaba San Pablo: el escándalo de la predicación que termina en el escándalo de la Cruz. Escandaliza el hecho que Dios nos hable a través de hombres con límites, hombres pecadores: ¡escandaliza! Y escandaliza más que Dios nos hable y nos salve a través de un hombre que dice que es el Hijo de Dios y que termina como un criminal.Eso,escandaliza”.

“Estos cristianos tristes – afirmó Francisco – no creen en el Espíritu Santo, no creen en aquella libertad que viene de la predicación, que te advierte, te enseña, te abofetea, también; pero que es precisamente la libertad que hace crecer a la Iglesia”:

“Viendo a esos muchachos que tienen miedo de bailar, de llorar, miedo de todo, que en todo piden seguridad, pienso en esos cristianos tristes que siempre critican a los predicadores de la Verdad, porque tienen miedo de abrir la puerta al Espíritu Santo. Recemos por ellos, y recemos también por nosotros, para que no nos convirtamos en cristianos tristes, quitando al Espíritu Santo la libertad de venir a nosotros a través del escándalo de la predicación”.

Hasta aquí la transcripción.

No cabe duda de que se trata de un nuevo mensaje (esta vez más intenso y violento en el fondo), transmitido a los de siempre: a los que se “aferran a sus tradiciones” y “se refugian en los preceptos morales, en su espiritualidad desencarnada”, a los que están “enjaulados en sus compromisos” y por tanto “no creen en el Espíritu Santo” y “siempre critican a los predicadores”.

Me parece que, una  vez más, los textos de la Sagrada Escritura se cogen por los pelos, en un deseo insaciable de machacar a los que todos conocemos. Es increíble que mientras se aconseja la misericordina con los de fuera (judíos, protestantes, anglicanos, musulmanes, ateos y agnósticos….) no quede ni una sola pastilla para administrarla a los que creen en la Iglesia y a los que pretenden mantenerse fieles al depósito recibido

Sí, porque no hay que olvidar que lo que hemos recibido es el depósito de la fe, el cual tiene que preservar incólume el Vicario de Cristo. Cuando el Señor hablaba de los que se quejaban de unos y de otros, estaba hablando justamente de los fariseos que se habían cerrado a la recepción del Mesías y de su Precursor. Tanto es así, que criticaban a uno y a otro. No les parecía bien salir de sus tradiciones (que según el Señor eran preceptos humanos), a las que se aferraban para no dejar paso a la Nueva Alianza, en la que jamás han creído los judíos, (incluídos los amiguetes rabinos del Papa). 

Pero en nuestro caso, los cristianos tristes de los que tanto se ocupa el Santo Padre, no han rechazado al Mesías (como el rabino Skorka o el rabino Bergmann), sino que se aferran a esa Iglesia que durante 20 siglos ha explicado el Mensaje de Jesucristo en verdades inmutables, que expresan la fe católica. No son preceptos humanos. Nada de eso. Si el Señor quiso que su Iglesia fuera la Roca en la que se sostuviera todo, no veo la razón para demoler en cuatro días el legado de la misma, rompiendo con una tradición de siglos y todavía más, derrumbando las verdades que hasta ahora eran objetivamente verdad, sin dejarlas a la interpretación de las culturas contemporáneas, o al albur de las religiones fraternales de la Tierra.

Somos precisamente los cristianos tristes que el Papa señala con el dedo, los que hemos tenido que tragarnos con desesperanza humana y con mucha esperanza sobrenatural, las herejías vomitadas por cardenales que ya no creen en la Sagrada Escritura, que ya no creen en la Divinidad de Jesús, que ya no creen en la Virginidad de María, que ya no creen en la Resurrección del Señor, que ya no creen en la multiplicación de los panes y de los peces –porque ya no creen en los milagros–, y que ya no creen en el Sacrificio de la Misa. En los que no creen en el Primado de Pedro (y ya están hace años en convesaciones para poder “entenderlo mejor”). En los que no creen en la indisolubilidad del matrimonio cristiano y nos lo han trastocado con vergonzantes y habilidosos trucos, y en los que no creen en ninguna norma moral que pueda molestar o inquietar a nuestro mundo moderno.

Pues claro que estamos tristes. ¿Y qué quiere usted que sintamos? Cuando ni siquiera hemos recibido una palabra de aliento, de solicitud del tan cacareado diálogo, de cariño paternal o de comprensión y misericordia, una mano amiga de quien se supone esta ahí para confirmarnos en la fe, sino solamente un enfermizo y continuado ataque a todo lo que constituye nuestra fe, tachando de hipocresía y pelagianismo cualquier manifestación de preocupación por esta Iglesia que va a la deriva

Hay algo que es evidente. Ya no se guarda el Depósito de la Fe. No hay depósito, porque eso significaría que hay algo encerrado, estable, inmutable y eterno. Y parece que ya no se está por la labor. Sólo nos queda estar aferrados a la fraternidad universal, al amor al Dios de todas las religiones. Y al últimamente tan repetido Dios Tres veces Santo, que es una mentira maliciosamente elaborada, para hacer pensar que nos referimos a la Trinidad, y así los judíos no se sientan violentados en su conciencia.

Hay algo que me intriga en todo este asunto tenebroso. Si la Iglesia está de maravilla, si no hay ningún problema y todo va super-bien. Si el Papa está en el top de los predilectos de la prensa de todos los colores, hombre del Año, comunicador del Año; si la Cristiandad está maravillada por el “efecto Francisco”, si no hay nada de qué preocuparse… ¿a qué viene esta obsesión con los cuatro gatos que son tradicionales y todavía sienten en sus almas esta profunda nostalgia de que nos están escondiendo y pisoteando la verdadera doctrina, la de siempre? ¿no sería mejor dejarlos en su jaula y no hacerles el menor caso? ¿por qué ese ensañamiento con los que han optado por una vía que al fin y al cabo es la de la Iglesia de siempre? ¿no será porque hay un odio a la Iglesia de siempre? ¿no será que estamos asistiendo a una auténtica demolición, ahora ya sin ambigüedades y disimulos, y con excesivas prisas?

Muchas veces me he preguntado por qué la Oración que todos rezamos por el Santo Padre, solicita de Dios que “no permita que caiga en manos de sus enemigos”. Es una oración bien antigua y consagrada en la liturgia de la Iglesia, cuando esta situación de desamparo de las verdades de fe, ni siquiera se sospechaba. Pero ahí está, en boca de tantos católicos que piden por él. Probablemente los que más la utilicen en su oración a Dios sean los tristes, pelagianos, enjaulados y sin fe en el Espíritu Santo. Dios sabrá por qué. Probablemente, porque sean de los pocos que todavía creen en el Papa como Vicario de Cristo en la Tierra y sientan la responsabilidad de recordárselo.

Así que ya ven ustedes. Sí que estoy muy triste. Sólo Dios puede socorrer este desamparo.

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Nota: Los subrayados, negritas o cursivas de este artículo son míos

sábado, 14 de diciembre de 2013

Franciscanos de la Inmaculada ( y 2)

[Artículo sacado de la página web de Acción Litúrgica]



Con frecuencia en esta web se han recibido recogidas de firmas que no hemos publicado. Por ejemplo solicitando que Su Santidad el Papa celebre la Misa tradicional, y otras a las que no nos hemos sumado. Sin embargo, la situación en el Instituto de los Franciscanos de la Inmaculada es sumamente preocupante y requiere el compromiso de todos los amigos y visitantes de esta página.

No queremos silenciar otras opiniones, y de hecho en el enlace de Rorate Caeli tienen también la respuesta  íntegra del comisario apostólico (comisario político lo definen en algunas webs) impuesto a los Franciscanos de la Inmaculada: el padre Fidenzio Volpi.

Los motivos por los que han sido intervenidos, castigados y purgados los Franciscanos de la Inmaculada, ya las ha dado Volpi: ni abuso de menores, ni escándalos sexuales, ni desfalcos de dinero, ni abusos litúrgicos. Este es el motivo: "criptolefebvrismo y deriva definitivamente tradicionalista". Mucho han tenido que rebuscar en los Franciscanos de la Inmaculada a los que querían poner en la picota, y muy poco han encontrado.

Suponiendo que fuera verdad esta tendencia teológica y que en el instituto de los Franciscanos de la Inmaculada creciera un rechazo al Concilio Vaticano II (¿al Concilio o a su interpretación? ¿acaso ilustres teólogos y pensadores católicos, muchos citados por Benedicto XVI en sus obras, no han mostrado sus reservas a determinadas interpretaciones de dicho concilio, o a una cierta ambigüedad en los textos conciliares que provocaba dichas interpretaciones?); si fuera verdad, decíamos, ¿no resultan desproporcionadas, arbitrarias y ajenas a la caridad cristiana las medidas adoptadas por el padre Volpi, y por la Congregación para los Religiosos? 

La respuesta no puede ser más que afirmativa, teniendo en cuenta que no se toma ninguna medida contra otros religiosos que defienden el aborto, el matrimonio homosexual, el sacerdocio femenino y que incluso ignoran, niegan o convierten en metáforas dogmas como la presencia real en la Eucaristía, la Resurrección o la Inmaculada Concepción, y alteran la liturgia a mala fe provocando escándalo en los fieles (en contra del Concilio Vaticano II y de todos los demás concilios). Ni siquiera ha habido purgas ni se han exigido responsabilidades en institutos y curias que han ocultado pecados terribles como el abuso a menores. "Misericordina" para los herejes y psicópatas, y palos sin fin contra los devotos Franciscanos de la Inmaculada.

Los argumentos sobre desvío doctrinal en los Franciscanos de la Inmaculada serán ciertos o no, pero quedan moralmente en entredicho desde el momento en que se les prohíbe a todos ellos el celebrar la Santa Misa tradicional incluso de forma privada. Convirtiendo una orden floreciente en un campo de batalla. El Papa Francisco lo habrá aprobado, no sabemos en qué terminos; los Franciscanos de la Inmaculada tendrán que obedecerle, pero ésto no convierte la medida (contraria al magisterio de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI) en un acto justo, porque se utiliza la Liturgia Sagrada como un arma de castigo, y porque los discrimina frente al resto de católicos, privándoles de un derecho. 

Por ello, desde el respeto y el afecto a la persona del Santo Padre, tenemos también que respetar nuestra conciencia y afirmar que el "pueblo Summorum Pontificum" está incompleto hasta que no se restablezca el derecho universal conculcado a estos frailes. Y la medida que ahora está en nuestra mano es firmar para pedir la dimisión del verdugo autor de la purga, el padre Volpi. Y que Roma nombre un administrador ecuánime y respetuoso con todas las sensibilidades litúrgicas.

No podemos seguir publicando fotos de bonitas ceremonias como si esto no fuera con nosotros. Porque la prohibición de la Liturgia tradicional y las medidas de inusitada dureza son también un agravio a todos los defensores de la forma extraordinaria del Rito Romano. 

Un lector dejó hace ayer un comentario muy certero: "Roma quiere institutos Ecclesia Dei que sean como piezas de museo. Claramente han ido a desmantelar este instituto que tenía una expansión brutal, era dinámico, y vivía la pobreza cerca de los pobres. Pero con la liturgia antigua. Roma no podía tolerar ni su expansión, ni su pobreza franciscana, porque los progres (y el "conservadurismo oficialista" podríamos añadir) quieren tener la exclusiva de la caridad".

El Beato Juan Pablo II con religiosas franciscanas de la Inmaculada



Franciscanos de la Inmaculada (1)





El anciano Padre Manelli: un nuevo mártir de la Tradición


[Traducción nuestra de un publicado por Marco Tosatti en Vatican Insider. Y reproducido también en francés por Riposte Catholique.]

"Recibimos una carta de un laico próximo a los Franciscanos de la Inmaculada, la pequeña orden "comisariada" - una decisión muy discutible según diversas fuentes - que denuncia una situación de marcada dureza de parte de los nuevos gestores de la situación. 

Por una larga experiencia, sabemos que la crueldad contra los hermanos en los ambientes eclesiásticos no tiene nada que envidiar a otros ambientes. 

Pero el Papa Bergoglio, que ha aprobado el envío de un comisario, exhortaba en su entrevista con el director de la Civiltá Cattolica a una actitud de "misericordia" y de "ternura", hablaba de la Iglesia como de "un hospital de campaña tras la batalla" y afirmaba: "Veo con claridad que lo que más precisa la Iglesia hoy es la capacidad de curar las heridas" porque "al fin y al cabo, las gentes están cansadas de autoritarismo".

Lean lo siguiente para saber si el autoritarismo y su hermana la tiranía están presentes en el caso de los Franciscanos de la Inmaculada. Bien puede uno preguntarse: "¿qué han hecho estos pobres religiosos? ¿defraudar, abusar de menores, llevar una vida inmoral? Ésta es la carta:

Después de la noticia de la puesta de los Franciscanos de la Inmaculada bajo la tutela de un comisario apostólico, los acontecimientos son poco conocidos. Es conveniente hacer un resumen:

1. Después de haber acusado al padre Stefano María Manelli, fundador del instituto de los Franciscanos de la Inmaculada (FI) de haber desviado a los hermanos de su carisma fundacional, sin explicar en qué consiste ese desvío.

2. Después de haberles prohibido celebrar el Vetus Ordo, prohibición aún vigente, seguida con obediencia total por parte del instituto, después de haber destituido de sus cargos, transferido y alejado, con furia y precipitación, a los hermanos fieles al carisma de los Padres Fundadores, y de haber promocionado a todos los hermanos que apoyan la "nueva" línea en los diferentes conventos FI diseminados por el mundo.

3. Después de haber, sin motivo claro, apartado de la enseñanza al padre Apollonio, Procurador General. Presidente del Seminario Teológico y Guardián del convento de Roma-Boccea, y haberlo transferido a Portugal.

4. Después de haber apartado de la enseñanza al padre Lanzetta, vice-delegado FI para Italia, superior en Florencia y profesor en el seminario, y haberlo transferido a Austria. Después de haber transferido al padre Settimio Manelli y al padre Siano, respectivamente rector y vice-rector del seminario, destituidos de sus cargos y reemplazados por dos hermanos de la "nueva" línea, uno de ellos ni siquiera bachiller en teología.

5. Después de haber expedido para África, de la noche a la mañana, al padre Budani, que estudiaba Derecho Canónico y se le impide continuar sus estudios. Después de haber exiliado al padre Stefano, siempre obediente, y de haberle prohibido recibir visitas, incluso de sus familiares, bajo pena de pecado grave, y de haberle prohibido recibir llamadas telefónicas o cualquier contacto directo con el mundo exterior.

6. Después de todo ésto, por una carta de 27 de noviembre, el padre Fidenzio Volpi, con el apoyo del padre Alfonso Bruno, ha considerado oportuno extender su guerra total también contra los laicos. Y ha suspendido todas las actividades de los laicos  pertenecientes a la MIM (Misión de la Inmaculada Mediadora) y de la Tercera Orden Franciscana de la Inmaculada, prohibiendo a los terciarios llevar el hábito.

¿Es así, con esta dureza inusitada y estas purgas estalinistas, como se resuelven las eventuales dificultades internas en una congregación religiosa? ¿O es así como se ha destruido un carisma, no solo capaz de atraer muchas vocaciones, sino que fue positivo hasta ayer y sostenido por las más altas autoridades vaticanas (teniendo en cuenta que los padres Manelli y Lanzetta, hoy réprobos, frecuentaban obispos y cardenales y encontraban eco en L´Osservatore Romano)".

Marco Tosatti


(Que el lector saque sus conclusiones)

Artículo censurado en "Religión en Libertad", de César Uribarri

El preocupante apartado 32 de la exhortación apostólica "Evangelii Gaudium"

César Uribarri

[Publicamos un artículo César Uribarri que "misteriosamente" ha desaparecido a las pocas horas de su publicación en "Religión en Libertad"].


Quizá es más cómodo callar. Yo he estado en silencio voluntario casi 6 meses y uno acaba acostumbrándose a los placeres de lo oculto: ves, oyes, lees, interpretas… y no tienes que dar cuenta a nadie de tus silencios.Quizá no quería hablar o quizá, simplemente, no podía. Desde la elección del Papa Francisco un terrible nubarrón se cernió, a mi entender, sobre la realidad. Y preocupado por la tormenta futura veía como mi desasosiego era, por el contrario, gozo y alegría en casi todos. Pero no era un gozo normal, era casi enfermizo, avasallador, total. Si sobre y contra Benedicto XVI se pudo decir cualquier cosa, parecía que con el advenimiento de Francisco estuviera prohibido el disenso. Y así los medios, casi al unísono, se convertían en portavoces del Papa. Incluidos, claro está, los medios católicos, ortodoxos o heterodoxos: lo curioso es que en ellos cualquier opinión en contrario era silenciada, cuanto menos dificultada. Y eso, esa unanimidad en los aprecios, en el seguidismo, no era normal -basta recordar las campañas de acoso contra Benedicto XVI que empezaron en el mismo inicio de su pontificado, incluso desde dentro de la misma Iglesia, y que en absoluto han ocurrido con el papa Francisco-. 

Algo había cambiado en la percepción de ésta, tanto desde fuera como desde dentro de la Iglesia. No en vano el papa Francisco ha sido elegido personaje del año 2013 por la revista Time, en lo que es la conclusión, el súmmum, del aprecio que le tienen los medios tradicionalmente enemigos de la moral y del papado. Por contra,¿acaso hemos de olvidar la persecución que sufriera el papa Benedicto XVI, dentro y fuera de la Iglesia? Cómo no recordar la terrible carta de 2009 en la que Benedicto XVI públicamente lloró por el abandono que había sufrido por parte de los obispos y de los católicos, reconociendo cómo unos y otros se habían lanzado a herirle “con una hostilidad dispuesta al ataque”, o usando calificativos tales cual “morder o devorar” referidos a su misma persona.


Pero bastó que subiera Francisco a la silla de Pedro para que preclaras figuras de la Iglesia comentaran que con el nuevo papado se había abierto una ventana de aire fresco en la Iglesia queriendo indicar que con el nuevo Papa vendrían nuevos tiempos. Imagen de la ventana abierta que me desasosegaba, por cuanto me parecía que el tal aire más bien nos iba a constipar, amén de lo poco respetuoso que me parecía para con el papa emérito. Luego me contaron que algún otro, más malévolo, parafraseando a Pablo VI dijo que Satanás ya no tendría que esforzarse en entrar por los resquicios de la Iglesia, ya que ahora se le habían abierto las ventanas de par en par. Y es que algunos, pocos, mirábamos con preocupación la deriva que parecía tomar el rumbo de la Iglesia, mientras que una mayoría ingente gozaba el tal evento.


Se dirá que nada cambiaba, pero la realidad nos mostraba, día a día incluso, que al menos el lenguaje sí había cambiado y con él muchos gestos. El problema es que tras el lenguaje se cambiara el contenido. Y esa era la preocupación, porque no se trataba simplemente de cambios menores como el coche papal, los apartamentos pontificios, o las diarias homilías en santa Marta. No era, simplemente, que el Papa día a día quisiera ser un pastor más, como párroco en su pequeña parroquia, permitiéndose ambiguas frases comprensibles por lo pastoral y coloquial del lugar y del discurso. No. Había una intención, una querencia que solo se vislumbraba en frases concretas, entrevistas desaparecidas o mensajes cara a cara. Y esa intención, lo que el Supremo Pontífice de la Iglesia entendía sobre cuál habría de ser su misión y la misión de la misma Iglesia, se evidenciaba someramente a pesar de los ímprobos esfuerzos del voluntario equipo de traductores y comentadores que trataban día tras día de reconducir todo cuanto dijera a la ortodoxia. Pero era un reflejo, un brillo, que permanecía en un terreno fantasmagórico. Lo querías atrapar y se escapaba. Querías ampararte en esas frases para alertar y se escapaban en lo coloquial o interpretable de las mismas. Parecía una lluvia fina que empapa sin darse cuenta. Nada cambiaba, decían, mientras nos parecía que el barco de la Iglesia se adentraba en aguas pantanosas.

Era necesario algo más, palabras firmes, no movibles por lo coloquial del lugar o del discurso. Con Lumen Fidei habló nuevamente Benedicto XVI, porque la encíclica que firmara Francisco nació de la mano y del corazón del papa anterior. Pero ahora, con la exhortación Evangelii Gaudium el Papa reinante ha expresado su programa, su parecer del mundo y de su misión. Y su contenido me preocupa porque la Iglesia parece que ha dejado de enfilar su mascarón de proa hacia Dios, para enfilarlo hacia el hombre. Y así, se dice en dicha exhortación apostólica que “el obispo siempre debe fomentar la comunión misionera en su Iglesia diocesana siguiendo el ideal de las primeras comunidades cristianas, donde los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma (cf. Hch 4,32). Para eso, a veces estará delante para indicar el camino y cuidar la esperanza del pueblo, otras veces estará simplemente en medio de todos con su cercanía sencilla y misericordiosa, y en ocasiones deberá caminar detrás del pueblo para ayudar a los rezagados y, sobre todo, porque el rebaño mismo tiene su olfato para encontrar nuevos caminos” pero la sensación que tenemos es que sólo se permiten caminos escorados hacia las fronteras. 


Que no en vano conviene recordar como en ese encuentro del Papa Francisco con la Presidencia de la CLAR el 16 de junio del 2013 les animaba a equivocarse (¿doctrinalmente?) y si les llegaba una carta de la Congregación para la doctrina de la fe (sí, era doctrinalmente) que no se preocuparan, que siguieran adelante

No parece que, por ejemplo, los Franciscanos de la Inmaculada puedan decir los mismo. ¿Permitirá el Papa que el olfato del rebaño de los Franciscanos puedan fundar esa nueva congregación que pretenden y que así han solicitado a Roma, anclada en el rito litúrgico vetus ordo, ahora que se les ha impedido celebrarlo? Desgraciadamente percibimos ya con los hechos como esos “nuevos caminos” que se van a poder abrir son caminos concretos en las fronteras de la doctrina y muy alejados de la tradición de siempre. Los otros, los que libremente el rebaño quiera dirigir hacia aquellos otros pastos, quizá esos no sean permitidos.

Pero no debo detenerme en esto. Otros serán los que vayan marcando y señalando esos aspectos. Yo, con todo, prefiero alertar de un riesgo que intuyo y que puede hacer entender unos de los aspectos más desconcertantes de Fátima.



Volvamos a la frase más explosiva que nos legó Fátima. Es una sencilla frase, pero justo por ello tremendamente enigmática: “En Portugal se conservará siempre el dogma de la fe, etc”. Dejando el “etc” aparte –y que ya fue objeto de algún post anterior- ¿qué relación puede tener esta frase del segundo secreto de Fátima con la exhortación apostólica del Papa? Probablemente ninguna, pero la exhortación apostólica abre un panorama que podría hacerlo comprensible más adelante. Si la situación de la fe es igual ahora en Portugal que en cualquier otro lugar del mundo, ¿qué puede explicar que una nación llegue a conservar la fe globalmente? Al tiempo que implícitamente se nos indica que otras naciones, por el contrario, no lo harán. ¿Cómo es posible que naciones salven la fe o la perviertan? Hasta ahora era difícil comprender esto, sobre todo en una época donde ya no cabe aquel cuius regio eius religio, pero el Papa ha anticipado un proyecto que, de realizarse, podría explicarlo. Es el preocupante apartado 32: dotar a las Conferencias Episcopales de facultades doctrinales al tiempo que la figura del papa se reubique en la Iglesia. Así lo dirá el mismo Papa:

Dado que estoy llamado a vivir lo que pido a los demás, también debo pensar en una conversión del papado. Me corresponde, como Obispo de Roma, estar abierto a las sugerencias que se orienten a un ejercicio de mi ministerio que lo vuelva más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la evangelización. El Papa Juan Pablo II pidió que se le ayudara a encontrar «una forma del ejercicio del primado que, sin renunciar de ningún modo a lo esencial de su misión, se abra a una situación nueva». Hemos avanzado poco en ese sentido. También el papado y las estructuras centrales de la Iglesia universal necesitan escuchar el llamado a una conversión pastoral. El Concilio Vaticano II expresó que, de modo análogo a las antiguas Iglesias patriarcales, las Conferencias episcopales pueden «desarrollar una obra múltiple y fecunda, a fin de que el afecto colegial tenga una aplicación concreta. Pero este deseo no se realizó plenamente, por cuanto todavía no se ha explicitado suficientemente un estatuto de las Conferencias episcopales que las conciba como sujetos de atribuciones concretas, incluyendo también alguna auténtica autoridad doctrinal. Una excesiva centralización, más que ayudar, complica la vida de la Iglesia y su dinámica misionera.”


¿Cómo será esto? Por ahora no es más que un anticipo de un proyecto, pero anticipo que da a entender que sobre ello ya se ha hablado en altos sectores de la Iglesia y en lo que estarían muy interesados en ver pronto realizado. Y así, unas conferencias episcopales con facultades doctrinales podrían explicar como naciones enteras puedan permanecer en la fe, en el dogma de la fe, mientras otras se perviertan. Porque algunas conferencias episcopales podrían decidir que la doctrina de la fe, que el dogma de la fe, ha cambiado. ¿Imposible? Conviene recordar algo muy reciente, donde la conferencia episcopal alemana ha aprobado, moralmente, el uso de la píldora del día después en determinados supuestos. ¿Acaso no podría ocurrir, entonces, que esas futuras conferencias episcopales, una vez tengan facultades doctrinales, marquen la fe, perdiéndola, en su territorio? ¿Acaso el papa, reubicado en un nuevo estatus en la Iglesia, no podría quedar atado de pies y manos para impedir tamaña perversión de la fe?

Sería como la guerra moderna, guerra sin bombas. Así una nueva forma de cisma en la Iglesia. Cisma incoloro, sin desgarramiento aparente, sin levantamiento de polvo. Una nueva forma de romper la Iglesia sin romperla formalmente. Simplemente el dogma de la fe se pervertiría en el mismo nombre del Señor, bajo su misma Autoridad, bajo su mismo mandato de apacentar al pequeño rebaño. Por obra y gracia de una decisión colegiada en conferencias episcopales redivivas.

Que este riesgo puede empezar a cobrar visos de realidad lo evidencia el mismo apartado 32 de la exhortación. Y que esta reforma de las estructuras del papado y de las conferencias episcopales puede ser una bomba de relojería parece alertarlo esa misteriosa frase del segundo secreto de Fátima -“en Portugal se conservará siempre el dogma de la fe, etc”. 

Y quisiera no tener razón. Quisiera.
César Uribarri

jueves, 12 de diciembre de 2013

Más sobre Nelson Mandela (José María Iraburu)


Mandela. Oremos por él
Por José María Iraburu 


Nelson Mandela ha muerto, y todos los medios de comunicación mundiales han informado de su vida y de su obra. También han sido y serán frecuentes las celebraciones cristianas ecuménicasque por él se realicen, como la que se anuncia en Madrid, en la Basílica de San Francisco el Grande (10-XII-2013), a la que son invitadas «distintas confesiones cristianas… y también representantes de otras religiones». En la tradición cristiana estas celebraciones funerales suelen ser de acción de gracias, por todo lo bueno que Dios le concedió al difunto, y de oración de súplica por todo lo malo que haya habido en su vida, para que la misericordia de Dios elimine en él toda huella de sus miserias.
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Los datos biográficos de Mandela (1918-2013) han sido recogidos estos días en todos los medios de comunicación. Nacido en Mwezo, Sudáfrica, pertenecía al clan Madiba, era bisnieto del rey Ngubengcuka (+1832), fue abogado, metodista, se casó tres veces y tuvo seis hijos. Líder delUmkhonto we Sizwe, el brazo armado del partido Congreso Nacional Africano, fue arrestado en 1962, pasó 27 años preso en la isla-prisión Robben Island, y liberado en 1990, colaboró con el presidente de Sudáfrica Frederick Willem De Klerk, consiguiendo para la nación en 1994 una considerable reconciliación nacional, en una sociedad política que consiguió superar el anteriorapartheid ignominioso de los negros.
En 1993 recibió, al mismo tiempo que De Klerk, el Premio Nobel de la Paz. Fue el primer presidente negro de Sudáfrica (1994-1999), y mantuvo a De Klerk como vicepresidente primero. En el tiempo de su gobierno estableció la Comisión para la verdad y la reconciliación, encomendando su presidencia a su amigo el arzobispo anglicano de Ciudad del Cabo, Desmond Tutu, también Premio Nobel de la Paz. Además del Premio Nobel, recibió una veintena de Premios internacionales y fue nombrado Doctor Honoris causa por más de diez Universidades de diversos países.
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La acción política de Mandela fué netamente laicista, y en la gran batalla entre la Iglesia Católica y el Humanismo anti-Cristo, recrudecida en la segunda mitad del siglo XX, de la que ya traté en otros artículos de este blog (107) y (108), se alió decididamente con las sociedades y grandes Organismos Internacionales empeñados en la destrucción de la Civilización Cristiana. Resumo algunos informes recientes de la Human Life International, una de las organizaciones pro-vida más importantes del mundo, expuestos en la Revista ARBIL, nº 61.
Consiguió el presidente Mandela, apoyado en su hegemonía política, una ley del aborto libre (1996), que se considera moralmente, después de la de China, la peor del mundo, y que incluye la posibilidad de abortos en menores sin el conocimiento y consentimiento de sus padres. Para conseguir esa ley hubo de imponerse a la abrumadora oposición mostrada en las encuestas realizadas en el pueblo sudafricano. Él ha contado siempre para su obra pro-abortista y anti-conceptiva con el potentísimo apoyo económico y político de la Fundación Rockefeller, el Banco MundialPlannedd Parenthood y de otros poderosos Organismos Mundiales. Logró impulsar la difusión de los anticonceptivos, también entre los menores, suministrados gratuitamente por laHealth Department. El gobierno confió a la dirección de Planned Parenthood la tarea de «enseñar sexualidad» a los sudafricanos desde que son niños. La ley de parejas de hecho (domestic partnership) favorece la formación de diverso tipo de parejas, también de las homosexuales.
Todas esas políticas, y otras de ingeniería social orientadas en la misma dirección, han ocasionado en Sudáfrica el desarrollo de otros muchos males, implantando en esa nación las graves degradaciones que afectan hoy a las naciones más ricas de Occidente, de antigua filiación cristiana, y que a veces son todavía ignoradas en algunos países «sub-desarrollados» (sic). Es posible que estos países, atraídos por el mundial prestigio de Mandela, imiten sus buenos ejemplos de reconciliación nacional, pero también sigan en sus políticas los mismos caminos perdidos que he señalado.
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Asistirán a los funerales de Mandela un gran número de entre los poderosos de este mundo. Y también, como decía al principio, en cientos, en miles de iglesias cristianas, también de la Iglesia Católica, se han organizado y se organizarán honras fúnebres religiosas, ecuménicas a veces, por el difunto Nelson Mandela. Por eso conviene advertir a los católicos que en ellas participen, que den gracias a Dios por todos los bienes que realizó en Mandela y a través de él, y que pidan al mismo tiempo, por la sangre de Cristo Redentor, que haya perdonado al difunto de todo lo malo que en su vida haya realizado en pensamiento, palabra, obra y omisión. Y que pidan también por Sudáfrica, para que se abra más a la salvación de Cristo, y no venga a ser para las demás naciones de África una guía en los caminos del mal.
Oremos por él.

José María Iraburu, sacerdote

Post .–La alerta de este artículo se dirige también especialmente a aquellas Catequesis Colegios católicos, que están inclinados a «dar culto a los ídolos», a los ídolos del mundo puestos en el candelero de la actualidad.

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Añado, además, otros dos artículos, muy interesantes, uno del Padre Jorge, de profesión cura. 


Y otro de D. Juan García Inza, sacerdote:

Los verdaderos pobres (Fray Gerundio)

Pobreza del hambre y Pobreza del pecado. Cáritas Internacional.
Escrito por Fray Gerundio

Ya sé que no es muy diplomático lo que voy a decir ahora, pero creo que hay que decirlo. Me suenan a excesivamente humanas (humanitarias, humanoides) estas campañas tan bien dirigidas para acabar con el hambre en el mundo. No es que me parezca mal que a los pobres se les ayude y se les permita acceder a lo que estos llaman una “vida digna”. Es que me planteo con inquietud si esto es exactamente lo que Dios quiere que tenga la Iglesia como principal misión. Aunque ahora no se diga, la Iglesia siempre ha sido pionera en eso de ayudar a los pobres. Lo sabe cualquiera, porque está en los libros de historia (sin manipular, claro). La Iglesia ha sido –durante muchos siglos– creadora de hospitales, dispensarios, clínicas, hospederías, escuelas… Se han fundado muchas Ordenes Religiosas con este fin exclusivo de atender a los pobres en todos los sentidos. La Iglesia siempre estuvo preocupada por este tema. Nadie va a darle ahora lecciones como si acabaran de descubrir el Mediterráneo. Ya dijo el Señor: Pobres siempre los tendréis con vosotros… y es verdad. Es una utopía acabar con el hambre en el mundo, pero es una realidad la preocupación constante por luchar contra ella y por ayudar a quienes lo necesitan.



Pero ahora, a pesar de tantas declaraciones papales en los últimos meses, de que la Iglesia no es una ONG, parece que se revista más que nunca de este ropaje, necesario para ser admirada y reconocida por el mundo. Y claro está cuando esto sucede, se hace el ridículo más espantoso porque la Iglesia falta a su misión principal y primordial, cual es la evangelización. Una de las señales de la llegada del Señor y de su misión y constitución como Mesías, se la da Jesús a los discipulos de Juan: Decidle a Juan… que los pobres son evangelizados. Así es. Los pobres son evangelizados. La Iglesia se preocupó de evangelizar, aunque también se preocupó de la salud y la vida digna de los pobres, aunque todavía esto no conllevaba las similitudes con el lenguage de la ONU, que lo mismo lanza una campaña  contra el hambre, que se carga a millones de niños mediante el aborto por vía directa o implantando sistemas de esterilización masiva por vía indirecta. Ambas gravemente pecaminosas y que claman al cielo. Esto le pega a la ONU, pero no le pega a la Iglesia. Esto le pega al sistema destructor internaciones de las almas, pero no le pega a quien ha sido constituida por Cristo para que todos los hombres se salven.

Ahora, Cáritas Internacional,  en un gesto tan llamativo como políticamente correcto, organiza una campaña de oración –cadenas de oración se les llama ahora–, para pedir a Dios que acabe el hambre en el mundo. Ya parece que la oración sólo puede tener efecto si es por internet, cogiditos de la mano, con velas encendidas y con cancioncitas focolares de guitarreo adolescente, y encima encadenados. Ah, y la cadena tiene que ser por todo el mundo, empezando (dicen) por la isla de Samoa. Muchos tendrán que mirar en el mapa a ver dónde paran los pobres de Samoa. Pero es que eso viste mucho, aunque Samoa esté pendiente de una evangelización intensa (solamente son católicos el 19,6 %) y tenga también legalizado el aborto. Pero bueno, eso son cosas del pasado que hoy día desunen a Humanidad.

Han contado los de Cáritas con un video especial del Papa,  apoyando la jugada, que diga la movida. Una llamada a que termine el hambre. El Papa alude a la multiplicación de los panes y de los peces, por la cual Cristo dio de comer a los necesitados. Claro que él no utiliza la palabra multiplicación, porque ya nos dijo hace meses que no era multiplicación,  sino que sencillamente no se acabaron:

"Respecto a los panes y los peces quisiera agregar un matiz: no se multiplicaron, no, no es verdad. Simplemente los panes no se acabaron. Como no se acabó la harina y el aceite de la viuda. No se acabaron. Cuando uno dice multiplicar puede confundirse y creer que hace magia, no. No, no, simplemente es tal la grandeza de Dios y del amor que puso en nuestros corazones, que si queremos, lo que tenemos no se acaba. Mucha confianza en esto.
Roguemos al Señor, –dice el Papa en su mensaje–, para que nos conceda la gracia de ver un mundo en el que nadie deba morir de hambre".

Yo creo que no es suficiente. Me parece, con todos los respetos, que el Santo Padre, Vicario de Cristo (por mucho que él mismo y los medios afines ya se hayan acostumbrado a primerearlo como Obispo de Roma), debe rogar para que el Señor nos conceda la gracia de eliminar el pecado del mundo, pues para eso vino el Cordero de Dios. 

¿Se han preguntado ustedes, por qué tanta preocupación por salvar al mundo de la pobreza, mientras no existe ninguna por salvar al mundo del pecado? ¿Cómo es posible que se organice tal campaña para dar vida digna a los que no tiene comida, mientras se organizan campañas absolutamente pecaminosas para quitar la vida de la gracia y hacer a las almas enemigas de Dios y poseídas por el Diablo? ¿Por qué no se hace una campaña de oración contra el terrible pecado de la homosexualidad? ¿Por qué no una cadena humana de repudio al orden internacional que promueve la drogadicción y su correspondiente comercio? ¿Por qué no una campaña de desprecio a los que apoyan el aborto, considerándolos pecadores públicos (incluídos, por supuesto, primeros ministros y Jefes de Estado) y por tanto necesitados de arrepentimiento y penitencia? ¿Por qué no una campaña en contra del divorcio, verdadero veneno destructor de la familia? ¿Por qué no un activismo militante de desagravio a Jesucristo por las constantes blasfemias y sacrilegios a los que se ve sometido su Cuerpo sacramentado?

¿Se imaginan lo que pasaría si la Santa Sede rompe sus relaciones diplomáticas con la ONU y la acusa de ser un Organismo corruptor de la humanidad por incitación al pecado?

¡Ah! Es que esto que acabo de decir, suena a estabilidad, a cristianismo de salón, a excesivo pelagianismo, a cristianos acomodados, a desprecio por las periferias, a tristeza en el anuncio del Evangelio. Es mejor adoptar un lema con sabor más bien masónico y aceptable, como el que ha hecho suyo Caritas Internacional: Una Familia humana. Comida para todos. Suena mucho mejor y desde luego, no habrá problema. La Iglesia por fin, esta preocupada por los pobres y los hambrientos. No como en aquella Iglesia antigua que solamente se miraba el ombligo.

Ahora sí que estamos bien. Bendito sea Dios.