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jueves, 3 de enero de 2019

Discurso del Papa Francisco a la Curia romana en las Navidades de 2018 (5) [UN FALSO COMPROMISO] (José Martí)


- FRANCISCO: Desde hace varios años, la Iglesia se está comprometiendo seriamente por erradicar el mal de los abusos, que grita la venganza del Señor, del Dios que nunca olvida el sufrimiento experimentado por muchos menores a causa de los clérigos y personas consagradas: abusos de poder, de conciencia y sexuales.

¿De veras que la iglesia se está comprometiendo seriamente? ¿Cómo se explica, entonces, que sean nombrados obispos y cardenales pro-homosexuales y que sean destituidos aquellos que son fieles a la Tradición de la Iglesia? ¿Por qué se guarda silencio ante el testimonio Viganò y no se investigan los casos de homosexualidad y pederastia en la Iglesia? ¿Por qué se permite que James Martin sea abiertamente pro-homosexual y Francisco no le llama la atención? ¿Por qué el propio Francisco se rodea de cardenales abiertamente pro-homosexuales (Cupich, Wuerl, ...) y en cambio, prohíbe manifestarse a aquellos cuya lealtad a la Iglesia ha sido más que probada (Burke, Schneider, ...)? Algo no cuadra. 

¿Por qué se les prohíbe a los obispos de EEUU que investiguen? ¿Por qué esperar a febrero para hacer esa reunión de todos los representantes de las Conferencias Episcopales del Mundo? No son las palabras las que definen a Francisco, el cual conoce muy bien aquello que es lo ortodoxo y lo correcto, sino su actuación, la cual es claramente heterodoxa y contradice sus propias palabras

Coloco a continuación algunos enlaces más, relacionados con esta dictadura papal, cuya "misericordia", de la que tanto habla, se realiza sólo en un sentido.




El SILENCIO del VATICANO ante el Testimonio Viganò, según SPECOLA (4) [11 al 14 de Septiembre de 2018] 


Viganò responde a Ouellet (19 octubre 2018)


Gato encerrado, y estofado 15 noviembre 2018 (The Wanderer)










En fin, no acabaríamos nunca ... pero todas las noticias van en el mismo sentido. Mientras tanto, la apostasía generalizada va en aumento. La falta de credibilidad del Vaticano es cada vez más manifiesta. La dictadura papal es algo indiscutible; lo saben muy bien los que lo conocen de cerca. Y todo esto ocurre ante el silencio de la mayoría de los obispos y de los cardenales, que viven aterrorizados, excepto -claro está- los "amigos" del Papa, aquéllos que van por el camino que él les marca y no le critican en nada (¡pues saben lo que se juegan, si lo hacen!). A quienes le quieren recordar las enseñanzas de la Iglesia (los cuatro cardenales de las Dubia, Monseñor Schneider, Cardenal Sarah, ...) o bien a quienes sacan a relucir verdades incómodas, pero no por ello menos verdad, como es el caso de Monseñor Viganò, para todos ellos ... ¡el silencio más absoluto! ... Algo insólito, pero que está ocurriendo.

No quiero terminar esta entrada sin referirme a un comentario de Specola, del mismo día en el que Francisco pronunció su discurso, el 21 de diciembre de 2018, que titula "El terror a la verdad publicada" y que reproduzco aquí. Dice:
Cuando escuchamos hablar al Papa Francisco en algunas ocasiones nos parece que no es el papa y que es un crítico que ve las cosas desde fuera. Él es el que gobierna la iglesia y del que dependen las decisiones de gobierno.  
Ha paralizado las decisiones de la Conferencia de Obispos de Norteamérica y ahora nos critica la cultura de silencios y de encubrimiento de la verdad que rodean muchos de los casos de pedofilia y abusos de menores
Agradece, aplaude a los medios la divulgación de los casos.  
Creemos que asistimos a una ceremonia de la confusión de dimensiones planetarias. Él sabe muy bien, lo puede preguntar a sus amigos directores de periódicos italianos, cómo se ha recortado el sueldo a los que han publicado algunos clamorosos casos como el de Pell. 
A los periodistas sumisos se les asciende y asegura una tranquila ancianidad.  A los indisciplinados con el poder se le aplasta. Basta abrir los ojos. En el Vaticano se niega todo hasta que la evidencia de los datos publicados es tal que hay que tomar decisiones
El Papa Francisco se ha rodeado de un círculo de personas de confianza, muy tocados, que no resisten la mínima embestida. Las grandes proclamas no sirven para nada y no solucionan nada. Parece que de aquí a febrero, finales, estaremos soportando condenas,  sin consecuencias. 
En febrero no esperamos nada de nada. Será una puesta en escena más de una reunión sin consecuencias. Lo que nadie quiere ver es que las normas están y el problema es que los que se reúnen en febrero son los mismos que por decenios han dejado de aplicar el derecho vigente y ahora nos quieren vender que son los salvadores de la patria
Ya es tarde, demasiado tarde. La burra está coja y ciega y es imposible que las mismas desgastadas palabras y personas nos quieren convencer de que ahora son muy buenos y de que harán muy bien lo que hasta ahora han dejado de hacer.
Para completar esta idea puede leerse también un artículo de Carlos Esteban, del 24 de diciembre de 2018, que viene a ahondar un poco más en lo dicho por Specola. Su título es: ‘El Papa nos hace luz de gas 
José Martí (continuará)