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viernes, 22 de mayo de 2015

VOTO CATÓLICO (24): CARTA ENVIADA AL SEÑOR OBISPO DE LA DIOCESIS DE CARTAGENA (MURCIA)

Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquíPido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Hacia mediados de marzo de este año de 2015 llamé por teléfono al Obispado de Murcia, al objeto de concertar una cita con el señor Obispo, pero debido a su apretada agenda me contestaron que lo más rápido sería escribirle una carta directamente a él. Y eso es lo que hice. 

Aún no he obtenido ninguna respuesta, ni pienso que llegue ... lo que entiendo perfectamente, poniéndome en su lugar, ya que serán muchas las cartas que reciba y le será imposible contestar a todas ... eso y, sobre todo, la extensión exagerada del escrito, cuya lectura requiere de una paciencia heroica y de un tiempo de dedicación, del que no todos disponen. 

En realidad, se trataría de un "resumen" de todos los post que he dedicado a este tema del voto católico, así que no añade nada nuevo a lo que se ha dicho ya anteriormente, ..., aunque si alguno de los lectores desea purgar por sus pecados aquí tiene una ocasión estupenda para llevar a cabo esa tarea

El contenido de la carta no es personal sino pastoral y podría ser dirigido a cualquier obispo. Por eso he decidido introducirla en este blog, pues está relacionada con el voto electoral y estamos a tan solo dos días de las Elecciones del 24 de Mayo. Transcribo la carta en su totalidad, suprimiendo tan solo dos o tres párrafos que son irrelevantes y que no añaden ni quitan nada que tenga relación con el tema que se aborda.
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José Manuel Lorca Planes
En Murcia, a 21 de Abril de 2015


Excelentísimo y Reverendísimo Sr. Obispo:
Intentaré no hacerme demasiado pesado sobre la pregunta que quiero plantearle, aunque puede que no lo consiga. Mis disculpas de antemano por el tiempo que le pueda llevar la lectura de este escrito.

La consulta está relacionada con el tema del aborto y la intervención de la Iglesia, a través de sus obispos y sacerdotes, con vista a las próximas votaciones del 24 de mayo de este año.

Sobre la postura de la Iglesia lo tengo muy claro: protección de la vida desde el instante de la concepción de un ser humano hasta su muerte natural. El aborto es un crimen.

Pero a la hora de votar, lo usual es que un cristiano, que quiera ser coherente con su condición de cristiano, tenga infinidad de dudas con respecto a los partidos políticos a los que puede votar (si es que hay alguno). Mons. Munilla ha dado unas orientaciones muy claras en este sentido, pues dice que un católico fiel a la Iglesia no puede votar a los partidos presentes en el Congreso de los Diputados, al ser todos pro-abortistas. Claro está: son pocos los medios de comunicación que transmiten sus palabras. Utilizan la técnica del silencio, que suele ser bastante eficaz, pues así, el Obispo Munilla-aunque diga la verdad- se queda prácticamente solo.

Teniendo en cuenta esas recomendaciones, y siendo coherente, queda clarísimo que un católico no puede votar a partidos como Podemos, Izquierda Unida, PSOE, UPyD, Ciudadanos y otros análogos … pues todos ellos están a favor de la ley del aborto … ¡pero es que, además, visto lo visto, nos encontramos con el hecho sorprendente, en principio, de que un católico tampoco puede votar al PP!, partido abortista como el que más. Y la teoría del mal menor es una excusa. En palabras de Monseñor Munilla: «El tiempo ha demostrado que por el camino del “mal menor” se termina llegando al “mal mayor”. La opción del “mal menor” solo puede ser acogida por un cristiano de forma circunstancial y transitoria; sin caer en la tentación de hacer de ella su “santo y seña”. Y es que… Jesucristo nos enseñó a apostar por el bien; no por el mal menor». Se nos atemoriza con la idea del llamado voto útil, pues de lo contrario, sería la izquierda anticatólica la que llegaría al Poder, y -en cierto modo- nosotros seríamos responsables de ello, por no haberle dado nuestro voto al PP que, teóricamente, representa la derecha "católica".

De hecho, uno se encuentra con que al Cardenal Blázquez, Presidente de la Conferencia Episcopal Española, le parece "correcta" la minirreforma de la Ley del Aborto del PP . Pero no deberíamos de caer en la trampa: un cristiano debe regirse por la verdad, y al PP se le ha visto el plumero y de apoyo al catolicismo, nada de nada. Muy inteligentemente, el autor de dicho artículo comenta: Este acercamiento de Rajoy al presidente de la CEE y a la Jerarquía Eclesiástica se ve, desde algunos sectores, como un intento desesperado del PP por no perder el voto católico, después de incumplir su compromiso electoral acerca de la Ley del Aborto y de alejarse completamente de cualquier política que defienda el derecho a la vida. En mi opinión, las palabras del cardenal Blázquez no han sido muy afortunadas.

Por otra parte, el portavoz de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, se limita a decir que toda persona debe votar en conciencia, lo que no nos hace ningún favor, pues utiliza un lenguaje que se presta a confusión: primero porque se refiere a "toda persona" cuando es a los católicos a quienes debe dirigirse; y segundo porque la conciencia de un católico, si está bien formada, se refiere a la voz de Dios en su alma, una voz que se autentifica como verdadera y no engaña cuando está en conformidad con la ley divina, la cual dice expresamente: "No matarás".

Nos encontramos así con el hecho de que en el seno mismo de la Iglesia, aunque es cierto que, "teóricamente", todos los Pastores condenan el aborto, sin embargo, en lo que concierne a la "praxis", los Pastores que hablan con suficiente claridad son, por desgracia, muy pocos. Y para más INRI esos tales son reducidos al silencio, en el mejor de los casos, y se quedan prácticamente solos. Casi todos los medios de comunicación de masas son contrarios al Catolicismo; y ocurre incluso, a veces, que algunos de esos medios tienen el beneplácito de miembros de la Jerarquía Eclesiástica. Da mucha pena decir estas cosas, pero es la verdad. Lo deseable sería que hubiese unidad real en la Iglesia Católica, para que los fieles no se confundan y sepan, en todo momento, a qué atenerse … y esto comenzando por el Santo Padre quien, haciendo uso de su autoridad como Pontífice Supremo y Vicario de Cristo en la tierra, podría pronunciarse al respecto y decir, con toda claridad y de modo solemne, que los católicos no pueden votar a ningún partido político en cuyo programa aparezca una defensa del abortorecordándoles, además, a todos los miembros de la Iglesia, incluidos obispos y cardenales, la obligación que tienen de informar a los fieles católicos que aquellos que voten a un partido abortista incurren en excomunión "Latae sententiae", es decir, de modo inmediato

Esto es algo que la inmensa mayoría de los católicos desconoce, porque no se les enseña… pero viene recogido en el Código de Derecho Canónico art. 1398 y en el Catecismo de la Iglesia Católica núm. 2272. Es cierto que tal excomunión no se produce si los católicos que votan no conocen que existe esa norma. Y ahí es donde deben de intervenir los Pastores, cuya misión es la de enseñar, gobernar y santificar a los fieles que les han sido encomendados: por ello, deben de hacer todo cuanto esté en sus manos para que este conocimiento llegue al conjunto de los fieles cristianos

No debemos avergonzarnos de la verdad, ni asustarnos. Porque, ¿qué puede ocurrir? ¿Qué los votos se pierdan porque no existe ningún partido al que se pueda votar? No tiene por qué ser necesariamente así, [y de hecho no lo es] pero, aunque así fuera … ¿por qué tanto miedo al mundo? Aquellos que odian a los cristianos seguirán haciéndolo en todos los casos, haga la Iglesia lo que haga. Pues bien: démosles un motivo ["práctico" y no teórico] para hacerlo, aunque ellos no necesitan ninguno, pues no se rigen por la razón, sino por aquello que aparece en los medios de comunicación, aunque sea mentira. Además, ¿acaso la democracia es un valor supremo, un absoluto? Es un sistema de gobierno, como podría serlo cualquier otro, ni mejor ni peor, en principio. Lo que se pide de un gobierno es que busque el bien común de los ciudadanos. Eso es lo esencial; el cómo es, cuando menos, opinable … pero no debe de imponerse. La "democracia", en cambio, se ha impuesto como algo sagrado: ¡ay de aquel que diga que no es demócrata! Es un contrasentido, pero es lo que ocurre, en realidad.

A mí me admira -y me congratulo por ello- la declaración que ha hecho el Patriarca de Antioquía, su Beatitud Ignatius Youssef III Younan: «Para los cristianos es mejor una dictadura en la que se cumple la Ley que el totalitarismo islamista». Declaración en la que ha demostrado una gran valentía, diciendo lo que verdaderamente piensa, que coincide con lo que realmente es, pues la Ley divina y la Ley natural están por encima de las componendas de los hombres. Pues bien: lo que ha dicho el Patriarca Youssef III yo lo aplicaría también - salvadas las distancias- y en el contexto adecuado, a la mayoría de las democracias actuales: "Es mejor una dictadura que hace cumplir la Ley que no una democracia que reniega de Dios"

Y que no nos dé miedo de llamar a las cosas por su nombre; porque -y ésta es la verdad- la democracia es una palabra vacía al significar cosas diferentes según sea quien pronuncie esa palabra: no es el gobierno de la mayoría, como suele decirse, sino el gobierno de una minoría despótica, que se impone totalitariamente, cuando llega al Poder … una vez que se ha asegurado los votos del pueblo, mediante la manipulación y el engaño. No hay más que recordar a Hitler, nacionalsocialista quien, una vez llegado al Poder, mediante votación democrática de la mayoría de los ciudadanos, va e impone sus propias reglas -inicuas- al resto de la sociedad.

Esto ocurre hoy también, por desgracia, en todos los partidos (sean de izquierdas o de "derechas" porque la derecha, como siempre se ha entendido, aquella que respeta la ley natural y la libertad y no negocia con los principios irrenunciables que recordaba el papa Benedicto XVI, cuales son la vida, la familia, etc…, esa derecha … hoy en día, prácticamente no existe). ¡Todo ha de estar consensuado!, se dice. ¡Hay que escuchar la voz del pueblo! … ¡Mentira ...! (...) porque ese "pueblo" al que tanto se remiten, como si de verdad les importara su verdadero bien, ha sido manipulado convenientemente, a través de los medios de comunicación, los cuales son, en su mayoría, anticristianos.


Ante una situación así ¿a quién votamos? Según Mons. Munilla: "La vocación de los laicos católicos, a diferencia de los sacerdotes y obispos, es la de hacerse presentes en la vida pública proponiendo alternativas políticas, capaces de encarnar de forma coherente en la vida pública los principios que inspiran la Doctrina Social Católica"En vista de todo lo cual, a mí se me ocurren (se me presentan) tres alternativas posibles:

a) No votar: abstención, lo que significa no estar de acuerdo con el sistema democrático como forma de gobierno.

b) Votar en blanco, lo que supone que se está de acuerdo con la democracia, en general, con una democracia bien entendida, pero no con esta democracia, que no respeta la Ley ni el Derecho y se constituye en diosa que decide sobre el bien y el mal.
c) Votar a partidos minoritarios que apoyan la vida al 100%, no importando que no tengan ninguna representación en el Parlamento: la tendrían si la gente les votara.

De las dos primeras opciones no hay nada que comentar. Se comentan por sí solas. Y respecto a la tercera, ¿existe hoy algún partido político alternativo al que un católico pueda votar en conciencia, no importando que no tenga -todavía- representación en el Parlamento?

Hasta el momento, un católico solía votar al PP como un mal menor. También los había que votaban a los partidos de izquierdas, como PSOE e IU, debido -entre otras cosas- a su ignorancia, pues estos partidos se decantan directamente contra la fe católica. Pero ahora las cosas han cambiado. El PP ya no es lo que era (incluso lo que era, de verdad, estaba más bien oculto). De manera que, como señala Monseñor Munilla, un católico no puede votar al PP 


¿Qué ocurre, entonces? ¿A qué partido puede votar un católico? Se está observando una desbandada de gente que está cambiando su intención de voto desde el PP al partido de Ciudadanos … ¡pero es que ciudadanos es también un partido laicista, que apoya el aborto! Todo esto sucede porque los fieles católicos están confusos … y sus pastores, en general y desgraciadamente, no están por la labor de "mojarse" y se limitan a dar a sus fieles una serie de instrucciones que pueden ser interpretadas de diferentes maneras … pero un fiel católico necesita de la contundencia de sus pastores, de que les hablen llana, claramente y sin complejos ante el mundo … o de lo contrario se encuentran "como ovejas sin pastor".

Yo he estado investigando por Internet para ver si encontraba algún partido al que poder votar sin actuar contra la Ley de Dios. Y me he encontrado con dos (puede que haya más, pero éstos me han parecido los más significativos y con mayores posibilidades de conseguir más votos). Es el caso de VOX (al que se le ha unido Partido Familia y Vida) y también el caso de AES (alternativa española). Lo ideal sería que VOX y AES se unieran … y que lo hicieran también el resto de grupos (si existen, que no lo sé) que tenga un ideario cristiano o, simplemente, sentido común… Pero, en fin: eso es lo que tenemos ahora mismo, si no estoy mal informado. VOX tiene a su favor frente a AES que su número de votantes es mayor aunque, en ambos casos, este número es bajo. 

De aquí al 24 de mayo, que es el día de las votaciones, queda poco más de un mes. Yo me decantaré por una de las tres opciones a las que he aludido más arriba. Me gustaría, ciertamente, hacerlo por la tercera opción y votar … pues nos interesaría tener en el Parlamento algún partido que representara los auténticos valores cristianos, lo que redundaría en el bien común de todos los ciudadanos. Sin embargo, para ello, para conseguir algún escaño de VOX o de AES, por ejemplo, se necesitaría que los electores católicos tuvieran un mayor conocimiento acerca de aquellos partidos a los que puede votar y a los que no, una información de la que la mayoría carece.

Y aquí, y éste es el motivo principal de mi carta, es donde pienso que puede y debe intervenir la Iglesia Jerárquica, con todos los obispos y el Papa a la cabeza. Pido un imposible, lo sé; porque me consta que hay divisiones dentro de la misma Iglesia … pero cada Obispo, al igual que el Papa, tiene su conciencia y es responsable ante Dios de sus acciones y también de sus omisiones. De todo ello tendrá que dar cuenta. Yo veo que la situación es muy grave … y que el futuro de España, de nuestros hijos y de nuestros nietos depende, en gran medida, de la actuación valiente de la Jerarquía Eclesiástica en este intervalo de tiempo que falta para las elecciones. Y pienso, además, que también el Papa -y sobre todo el Papa- debería de intervenir y dar instrucciones precisas a sus obispos y éstos a los sacerdotes … O estamos realmente perdidos.

Digo todo esto porque, como ciudadano católico y padre de familia que soy, tengo también mi parte de responsabilidad y Dios también me pedirá cuentas a mí de lo que haga o de lo que deje de hacer. Y reflexionando, he llegado a la conclusión de que, si se quiere que todos los fieles cristianos estén bien informados … dada la gran influencia de los medios de comunicación en el pensamiento de la gente, ES NECESARIO que el verdadero pensamiento de la Iglesia en cuanto al aborto (desde el punto de vista de la "praxis") salga a la palestra; y que todos los medios de comunicación se vean obligados, de alguna manera, a sacarlo a relucir.


Que los sacerdotes hablen en los púlpitos … por indicación expresa de sus obispos ¡Por supuesto que sí! … Pero esto no es suficiente si se quiere que ese mensaje llegue al conjunto de la sociedad porque, además. son muy pocos los católicos que asisten a Misa desgraciadamente, pero es así. Por lo tanto, deben de ser, sobre todo, los obispos los que hablen con valentía "y se mojen", porque ésa es su obligación y porque está en juego el futuro de la Humanidad: una Humanidad en la que se prescindiera de Dios, encarnado en la Persona de su Hijo, Jesucristo, sería antihumana… y estaría abocada al fracaso más estrepitoso. Y, aunque parezca extraño e incomprensible, eso es precisamente lo que, hoy en día, se pretende. Y todo parece indicar que vaya a conseguirse, al menos por ahora. De ahí la importancia y la necesidad que tenemos los cristianos de que nuestros Pastores, como el Buen Pastor, se definan con claridad meridiana e iluminen a sus fieles con sus palabras. 

Lo ideal- insisto- sería que el Papa hablara, porque -además de ser su obligación- sus palabras saldrían a la palestra mundial a los pocos minutos de ser pronunciadas, dado el talante del Papa que tenemos y la gran importancia que el mundo ateo y anticristiano le concede, por las razones que sean, que ahora no proceden.

Si el Papa se pronunciara en ese sentido no cabe la menor duda de que se granjearía grandes enemistades por parte del mundo (así como también aquellos Obispos que lo obedecieran y actuasen conforme al Ministerio que les ha sido encomendado) … pero ¿no es acaso éste el destino de un cristiano, o sea, el mismo que el de su Maestro? ¿Por qué tanto miedo? [El martirio de tantos cristianos que, a día de hoy, están siendo perseguidos y mueren antes que renegar de su fe, como los primeros cristianos, debería de ser un estímulo para que su sangre no se esté derramado en vano]. Bastaría -es una idea que se me ocurre- con enviar a todos los Obispos católicos un mensaje semejante al que sigue, con la obligación de dar a conocer su contenido a todos los fieles:

Dado que la Iglesia es Maestra y Madre y tiene la misión de confirmar en la fe a todos los fieles cristianos que por Dios le han sido encomendados; y considerando la profunda ignorancia de la mayoría de éstos adolecen,

Nos, el Papa, hemos decidido de modo solemne, dar a conocer a todos los cristianos de la Iglesia Universal la siguiente doctrina, de manera oficial, para que ningún cristiano católico posea ninguna duda acerca de su actuación a la hora de emitir su voto a un determinado partido político:




Todo católico que preste su voto a un partido que defienda el aborto en su programa político queda excomulgado "Latae sententiae", es decir, ipso facto, de modo automático.

Todos los obispos y sacerdotes de la Iglesia Universal están obligados a dar a conocer este mensaje a sus fieles, poniendo para ello todos los medios de que dispongan, dado que está en juego la supervivencia de la fe católica en el mundo. 

De todos modos, independientemente de que el Papa haga algo semejante o no lo haga, tanto los sacerdotes como, sobre todo, los Obispos, tienen la grave obligación de explicar estas cosas en sus homilías y en los medios de comunicación de los que dispongan al efecto. Y esto deben de hacerlo insistentemente y sin temor, un día y otro, hasta que llegue el día de las elecciones … pues es mucho lo que está en juego en estas elecciones. Es también muy importante que los Obispos tengan clara conciencia de que, actuando así, no se están inmiscuyendo en política. Son más bien los "políticos" los que están jugando a ser "dioses" y a decidir lo bueno y lo malo. Habría que recordar aquí aquello de que "es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" o tal vez aquello otro de "dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios".

Por supuesto que, si proceden así, van a ser duramente acusados de inmiscuirse en política y de mucho más, pero esto es algo con lo que, como cristianos y -sobre todo- como Pastores del pueblo cristiano, deben de contar; y no amedrentarse; como no lo hizo Jesucristo ni lo hicieron los primeros cristianos y los cristianos de Oriente Medio, en la actualidad. Lo que está en juego es el bien, y la vida, de todos los seres humanos, no sólo de los que ahora viven sino, también y con mayor razón, el bien de las futuras generaciones. Es misión de la Iglesia proclamar siempre la verdad con vistas al verdadero bien de los hombres y a su salvación eterna.

Si la Jerarquía actuase de esta manera, los resultados electorales del 24 de mayo serían completamente diferentes a los esperados y, posiblemente, existiría algún parlamentario católico en el Gobierno. Es cierto que la sociedad está paganizada y que son muchos los católicos con poca o ninguna fe; y que muchos lo son sólo de nombre. Pero se trata de hacer despertar al pueblo cristiano de su modorra y de su indiferencia. Tengo la seguridad de que el número de cristianos que conoce la relación que existe ABORTO Y EXCOMUNIÓN es prácticamente nulo. ¿Por qué? Pues porque no se les ha enseñado. Al no conocerla, lógicamente no quedan excomulgados si votan al PP, por ejemplo, o a Ciudadanos, pues no existe pecado si hay ignorancia y desconocimiento respecto a algún punto concreto de la Doctrina …

Pero, precisamente por esto mismo, la Jerarquía Católica, desde el Papa hasta los sacerdotes, todos sin excepción, tienen el grave deber de informar a sus fieles acerca de esta disposición tan importante del Código de Derecho Canónico (el artículo 1398). Desde luego que hablar así es "políticamente incorrecto"; pero, ¿desde cuándo Jesucristo hablaba a la gente para no molestarla? Quería el bien para todos y por eso les decía siempre la verdad. Esto es lo que hicieron los Apóstoles, y es lo mismo que deben hacer los sucesores de los Apóstoles, imitando así a su Maestro.

Esta noticia saldría en todos los medios, sin lugar a dudas, aunque fuera para criticarla y decir que la Iglesia no se debe meter en política (lo cual sería falso a todas luces, pero es lo que dirán … y muchas cosas más). Será duro y difícil, pero habrá merecido la pena … entre otras cosas porque daría ideas claras a los cristianos acerca de lo bueno y de lo malo, según Dios. Y, además, esta intervención de los Obispos y del Papa, serviría de revulsivo de sus conciencias: muchos cristianos, que permanecen ignorantes de estas realidades (en particular, la de la excomunión automática si votan a partidos abortistas) aun cuando sólo fuera por miedo, si aún les queda un resquicio de fe, tendrían mucho cuidado, y se lo pensarían muy bien, a la hora de emitir su voto.

Les quedarían esas tres posibilidades: abstención, voto en blanco o voto a un partido que defienda los principios no negociables. Y claro, si se opta por la tercera opción, ¿a qué partido votar? Como he dicho más arriba, y si no me equivoco -pues no conozco todos los partidos-, quedan, prácticamente, AES y VOX (no el VOX de antes, que era una especie de PP bis, sino el actual, pues ha habido cambios sustanciales, a mejor, en dicho partido; y, concretamente, tiene una importancia fundamental el hecho de que se les haya unido el Partido Familia y Vida,  cuyo programa se puede encontrar haciendo clic aquí. En cuanto al programa electoral de VOX , de Santiago Abascal, puede leerse aquí . Y con respecto al partido AES (Alternativa Española), de Rafael López Diéguez su programa electoral puede verse pinchando aquí 

¿Podríamos poner la mano en el fuego (suponiendo que VOX o AES llegaran al Poder, cosa que ahora es imposible) en cuanto a que cumpliría con las promesas que vienen reflejadas en esos programas? Ciertamente no. La experiencia nos dice que son muchos los políticos que nos han engañado con sus promesas electorales. Prometen mucho … y luego cumplen poco o nada de lo prometido. Sin embargo, de lo que no cabe duda, al menos a mí así me lo parece, es de que la existencia de esos partidos -o análogos- nos da una cierta esperanza de renovación y una salida de la confusión en la que, al día de hoy, nos encontramos los católicos a la hora de votar.

En fin, no quiero cansarle más. Soy consciente de que me he alargado demasiado. Pero éste era el mejor modo de decirle exactamente lo que le quería decir, mucho mejor que si hubiéramos hablado personalmente, lo que no descarta esa entrevista, si tal fuese su deseo. (...)

Gracias por su paciencia, si ha sido capaz de llegar hasta aquí. La decisión que usted tome con relación al contenido de este escrito es algo totalmente personal, en la que yo ni pienso, ni debo inmiscuirme: no soy quién para hacerlo pues, además, no dispongo de todos los datos y se me pueden escapar muchas cosas [pero aun cuando dispusiera de ellos, no me pertenece a mí el juzgar su actuación].



Sé, no obstante, que "todo confluye para el bien de los que aman a Dios" y eso me consuela, lo cual no me exime de la responsabilidad de intentar hacer todo aquello que esté dentro de mis posibilidades de actuación … Y no se me ha ocurrido otra cosa que la de escribirle a usted esta carta, en la que me limito a expresar lo que veo que está ocurriendo en la Iglesia y que, como miembro que soy de ella, me hace sufrir.

Quedo a su disposición, como Obispo que es de la Diócesis de Cartagena, a la que yo también pertenezco. 

Un cordial saludo.
Suyo en el Señor

José Martí