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jueves, 12 de diciembre de 2024

NOTICIAS 12 Diciembre de 2024



Pedro Sánchez: El cadáver político que aún respira | José María Romero

El PP traiciona a su electorado al homenajear a Dolores Ibárruri, "La Pasionaria" símbolo de la represión comunista en la Guerra Civil

España se enfrenta a una transformación demográfica deliberada: 1 de cada 3 recién nacidos ya es extranjero

La hora de la justicia: víctimas de la DANA denuncian al Gobierno y la Generalidad Valenciana por las «negligencias» durante la DANA

¿Las vacunas contra la COVID-19 costaron más vidas de las que salvaron?

Los mártires de la teóloga Emilce Cuda



Hemos hablado muchas veces de la irrelevancia en la que ha caído la Iglesia y, aunque nos duela, creo que es lo mejor que puede pasar porque, si fuera relevante, seríamos aún más el hazmerreír del mundo.

Ayer nos enteramos que, desde el Vaticano, el Celam lanzó una campaña tras el asesinato de un sacerdote y un laico por su defensa del medio ambiente. Ellos son Juan Antonio López, delegado de la Palabra, coordinador de la pastoral social en la diócesis de Trujillo (Honduras) y miembro fundador de la Pastoral de Ecología integral, que murió asesinado por defender el río Guapinol y el Parque Nacional Botaderos. Y un mes más tarde, el padre Marcelo Pérez Pérez, párroco maya tsotsil de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas (México), asesinado por defender los derechos de los indígenas chiapanecos.

Toda muerte, y mucho más si es violenta, es lamentables pero eso no justifica la ridícula pretensión del Vaticano: presentar a los difuntos como mártires. Las declaraciones de una de las integrantes de la Comisión pasan ya la gravedad habitual de las declaraciones francisquistas y lo grotesco de las de Tucho, para inscribirse en las de una herejía pura y dura por la que merecería ser investigada, o bien, por la de una ignorancia mayúscula por la que merecería ser devuelta a su casa a lavar los platos.

Se trata de la teóloga feminista Emilce Cuda, formada en la Universidad Católica Argentina, y desde hace varios años, oficial de la curia vaticana en la Pontificia Comisión para América Latina. Dijo sin sonrojarse: “Hagamos memoria del documento del Papa Francisco cuando nos habla del ‘santo de la puerta de al lado’, estos mártires que mueren por el Evangelio y que mueren por los documentos que promulga el Santo Padre y que salen de esta curia romana, como es la Laudato si’ y la Fratelli tutti”.

Tratemos de hacernos conscientes de este disparate mayúsculo. Nadie duda que los mártires, todos los mártires lo son por el Evangelio de Jesucristo. Pero ¿desde cuándo existen mártires por los documentos papales? El nivel de insanía de Emilce Cuda es preocupante. Ni al ultramontano más extremo del siglo XIX se le habría ocurrido algo semejante. A lo más que se atrevió William Ward fue a pedir una bula papal diaria, a la cual leer en el The Times mientras desayunaba. Yo tengo muchos buenos amigos allegados a la FSSPX, y que son muy contrarios al modernismo y defensores de San Pío X, pero creo que a ninguno de ellos se le ocurriría morir por la Pascendi. Si de entregar la vida se trata, la entregarán por defender a Nuestro Señor en la eucaristía o la verdad del Evangelio, pero no un documento que, por más notable que sea, escrito por manos humanas.

Se me ocurren muchas preguntas para hacerle a la teóloga Emilce Cuda, y seguramente aparecerán muchas más en los comentarios:

1. Si es un acto martirial morir por los documentos promulgados por el Papa y emitidos por la Curia Romana, ¿podremos morir, o al menos, quedar magullados, por el motu proprio Summorum Pontificum, firmado hace menos de veinte años por el Papa Benedicto?

2. Si quienes mueren por los documentos pontificios son mártires como quienes mueren por el Evangelio, ¿se sigue de ello que esos documentos tienen el mismo carácter de verdad revelada que tienen los evangelios?

3. Según nos enseña la teología, los documentos pontificios integran el magisterio de la Iglesia. Por lo tanto, los escritos del Papa Francisco tiene el mismo valor magisterial que el Syllabus de Pío IX, entre otros tantísimos escritos. ¿Daría la Dra. Emilce Cuda la vida por el Syllabus? No le pedimos tanto, ¿al menos lo defendería públicamente, aunque eso le costara la humillación que sufriría por parte de los medios de comunicación?

4. De acuerdo a la respuesta a la pregunta anterior, que intuyo cuál sería, los documentos del Papa y de la Curia vaticana, ¿tiene algún vencimiento? Es decir, ¿tienen fecha de expiración, de modo tal que hasta un cierto día sería loable y hasta preciso morir por ellos, pero pasado ese momento ya sería un acto inocuo o peligroso?

5. Si un grupo de católicos apegados a la misa tradicional tomaran por asalto, por ejemplo, la Capilla Sixtina y un sacerdote celebrara allí, contra todas las normas, la misa tradicional, luego de la cual fueran todos apresados y arañados por el cardenal Tucho Fernández, Mons. Edgar Peña Parra y el P. Fabián Pedacchio, ¿los convertiría a estos católicos díscolos en mártires de Summorum Pontificum, y a los prelados en héroes de Traditiones Custodes?

Emilce Cuda, reaccione; usted está provocando vergüenza ajena. Vuelva a Argentina y dedíquese a tejer escarpines para sus nietos.

The Wanderer

miércoles, 11 de diciembre de 2024

San Dámaso, Papa del siglo IV




Es el XXXVII Pontífice de la Iglesia. San Dámaso, de origen español, nació hacia el año 305. Su pontificado comprende desde el año 366 al 384. Fue diácono de la Iglesia de Roma durante el pontificado del Papa Liberio.

(Catholic.net)- Su elevación a la cátedra de Pedro no se vio exenta de contrastes debido a los enfrentamientos de los dos partidos contrapuestos. Pero los frutos de su pontificado no se dejaron esperar. Ignorando las amenazas imperiales, depuso a los obispos que se habían adherido al arrianismo y condujo a la Iglesia a la unidad de la doctrina. Estableció el principio de que la comunión con el obispo de Roma es signo de reconocimiento de un católico y de un obispo legítimo.

Durante su pontificado hubo una explosión de ritos, de oraciones y de predicaciones, con nuevas instituciones litúrgicas y catequéticas que alimentaron la vida cristiana. A la iniciativa de este Papa se deben los estudios para la revisión del texto de la Biblia y la nueva traducción al latín (llamada Vulgata) hecha por San Jerónimo, a quien San Dámaso escogió como secretario privado.

En estos años la Iglesia había logrado una nueva dimensión religioso-social, convirtiéndose en un componente de la vida pública. Los obispos escribían, catequizaban, amonestaban y condenaban pública y libremente.

En el año 380, con ocasión del sínodo de Roma, el Papa Dámaso expresó su agradecimiento a los jefes del imperio que habían devuelto a la Iglesia la libertad de administrarse por sí misma. Con esta libertad conquistada, los antiguos lugares de oración como las catacumbas se habrían arruinado si este extraordinario hombre de gobierno no hubiera sido al mismo tiempo un poeta sensible a los antiguos recuerdos y a las gloriosas huellas dejadas por los mártires. Efectivamente, no sólo exaltó a los mártires en sus famosos “títulos” -epigramas grabados en lápidas por el calígrafo Dionisio Filocalo-, sino que los honró dedicándose personalmente a la identificación de sus tumbas y a la consolidación de las criptas en donde se guardaban sus reliquias.

En la cripta de los Papas de las catacumbas de San Calixto, él añadió: “Aqui, yo, Dámaso, desearía fueran enterrados mis restos, pero temo turbar las piadosas cenizas de los mártires”. San Jerónimo sostiene que el Papa Dámaso murió casi a los ochenta años. Fue enterrado en la tumba que él mismo se había preparado, humildemente alejada de las gloriosas cenizas de los mártires, sobre la vía Ardeatina. Más tarde sus restos mortales fueron trasladados a la iglesia de San Lorenzo.

Publicado en Catholic.net.

lunes, 9 de diciembre de 2024

Los malos no saben lo que es la maldad (Bruno Moreno)




“Ningún hombre sabe lo malo que es hasta que ha intentado con mucho esfuerzo ser bueno. Una idea estúpida que corre por ahí es que la gente buena no sabe lo que significa la tentación. Esto es obviamente falso. Solo los que intentan resistirse a la tentación saben lo fuerte que es. Después de todo, se averigua la fuerza del ejército alemán luchando contra él, no rindiéndose. Se averigua la fuerza de un viento intentando caminar contra él, no tumbándose en el suelo. Quien cae en la tentación después de cinco minutos simplemente no sabe cómo habría sido esa tentación una hora después.

Por eso, los malos, en cierto sentido, apenas saben nada sobre la maldad: han vivido una vida resguardada por el mismo hecho de rendirse siempre. No averiguamos la fuerza del impulso hacia el mal que hay en nosotros hasta que intentamos luchar contra él. Cristo, que es el único hombre que nunca cayó en la tentación, es también el único hombre que sabe de verdad lo que es la tentación, el único plenamente realista”.

C.S. Lewis, Mero cristianismo

…………

El mal y la ignorancia no son lo mismo, pero van de la mano como piojos y liendres. A veces el mundo nos convence de que ser bueno equivale a estar en la inopia y que solo el malo sabe cómo son las cosas de verdad. Muchos cristianos se lo creen y sufren un claro complejo de inferioridad, que les lleva a transigir una y otra vez con la mentalidad mundana. La realidad, como dice Lewis, es exactamente la contraria. Solo el que practica el bien y evita el mal conoce las cosas como realmente son, porque, si el mal y la ignorancia van de la mano, lo mismo se puede decir, en mucho mejor sentido, del bien y la verdad.

Para el mundo, el paradigma de sabiduría es el diablo, que “se las sabe todas” y no tiene ningún escrúpulo en hacer lo que sea necesario para conseguir lo que quiere, el cínico, el que lo ha experimentado todo y por eso está de vuelta de todo. No es extraño, pues, que el mundo, igual que el propio diablo, no entienda nada y menos aún a sí mismo.

Lo cierto es, en cambio, que nadie conoce mejor al ser humano que los santos, que, como decía san Pablo, han llegado hasta la sangre en su lucha contra el pecado. Nadie conoce mejor al ser humano que la Iglesia santa, esposa de Cristo. Nadie conoce mejor al ser humano que nuestra Señora, que aplasta a la serpiente con su talón y a la que el pecado nunca rozó siquiera. Ante todo, nadie conoce mejor al ser humano que Cristo, que tomó sobre sus hombros todos los pecados de la humanidad. Nosotros, finalmente, nos entenderemos a nosotros mismos y todo lo demás en la medida en que sigamos su ejemplo y permanezcamos fieles y unidos a ellos.

Bruno Moreno

domingo, 8 de diciembre de 2024

El brazo tonto del PSOE (por Carlos Esteban)




Apuntaba recientemente Hughes que el antisanchismo, además de mezquino como meta política, puede resultar ineficaz e incluso contraproducente, viendo que Sánchez, como un malvado de Marvel, parece alimentarse de la energía oscura de la crítica y la denuncia. Y tiene razón.

Pero yo ampliaría más el foco de la oposición necesaria para incluir al Partido Popular. Sostengo desde hace tiempo que el PP ha sido mucho más dañino para España que el PSOE, y que su desaparición para siempre de la escena política sería mucho más beneficiosa que la de los socialistas. Trataré de explicarme.

El PSOE es una banda, una mafia, una maldición. Tienen una historia criminal y un presente que no desentona, una ideología destructiva y la ética de una garrapata. Todo eso es cierto, diría que indudable, pero si el esquema ideológico funcionara, si España fuera, de verdad, esa cosa tan triste que es un bipartidismo, el PSOE tendría una contestación, un contrapeso. No podría cambiar España de modo que no la reconociese ni la madre que la parió, como auguraba certero Alfonso Guerra, porque de la cal del PSOE —viva o no— podríamos pasar a la arena del partido rival. El PSOE aprobaría sus políticas demenciales y suicidas durante sus mandatos, y el partido rival paliaría el daño en los suyos.

Pero el PP, en lugar de ser el representante de la derecha social que creen contra toda evidencia sus votantes, ha sido desde el inicio el cómplice necesario del PSOE, su comparsa, el payaso de las bofetadas, el brazo tonto del socialismo.

El PSOE defiende una ideología destructiva. El PP no tiene ninguna, es el partido nihilista. El PP es el escolar buenecito que, en el fondo de su corazón, admira al gamberro de clase y desearía ser como él, ser él. Y va a buscar, antes que la aprobación de quienes les votan, la de su admirado rival. Cuando el líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, dijo haber votado al PSOE de Felipe González, no estaba confesando, sino presumiendo. Algo así, que en el PSOE sería inimaginable, entre peperos se considera normal, casi obvio. Son del PP porque, por lo que sea, no pudieron ser socialistas.

El mito del «PSOE bueno», la fantasía de que hubo una vez un partido socialista que no fue ladrón ni enemigo de España, que Felipe González fue un estadista, el Maestro Yoda de nuestra democracia, y no el capo de una banda, es un invento del PP que el PP necesita para justificar su pleitesía masoquista. Necesitan presentarse como oposición a efectos electorales, pero no renuncian a su embeleco enamorado, y en lugar de pintar para sí un glorioso mito de origen, lo crean para su supuesto rival.

Mariano Rajoy fue el presidente de gobierno con mayor poder institucional en España: mayoría absolutísima, poder autonómico mayoritario, el gobierno de las principales ciudades españolas. Y lo aprovechó para no cambiar una coma de las leyes ideológicas de Zapatero, incluida la que les presentaba a ellos mismos como herederos directos e irredentos de una dictadura, y mimar, incluso, a los medios que les escupían a diario hasta torcer la ley para favorecerles.

Debo reconocer que esta enfermedad de la derecha débil, de la derecha falsa de posguerra, no es exclusiva de España. David Cameron, antaño primer ministro conservador británico, confesó al acceder al poder que se sentía mucho más cercano al nefasto laborista Tony Blair que a Margaret Thatcher.

El PP es Moreno Bonilla. Bonilla dice del PSOE que es «un partido histórico y necesario en la democracia española», lo que no impedirá nunca al PSOE asegurar que Bonilla es un facha. propone destinar más de 3,5 millones de euros a CCOO y UGT en los Presupuestos de 2025, dos sindicatos de partido que les odian. Bonilla quiere ahora impulsar el «habla andaluza» en centros educativos, inventando un engendro para mayor gloria de chiringuitos de izquierdas.

Si no existiera el PSOE, España tendría, por fuerza, algún otro partido de izquierdas, con las mismas ideas disolventes y generadoras de miseria y recorte de libertades que son comunes a toda izquierda. En cambio, si no existiera el PP, si la Santa Transición no hubiera engendrado a esa engañifa, esa estafa ideológica que es el PP, nacido para desactivar la opinión conservadora en España y hacer digerible a la ciudadanía la ingeniería social del PSOE, España hubiera tenido la oportunidad de generar una auténtica derecha.


sábado, 7 de diciembre de 2024

El Gobierno y la UE utilizan ideológicamente la tragedia de Valencia


DURACIÓN 2:50 MINUTOS

https://youtu.be/Du-TdaK67I8


Fernando López Mirones explica cómo se ha redirigido la indignación de la gente para impulsar la agenda climática de Bruselas y del Ejecutivo español. Transmiten que nada se podía hacer porque era “cambio climático”. Lavan así a Sánchez de toda culpa por su inacción.

6 de diciembre y hay que decir que “la Constitución está muerta”



DURACIÓN 3:44 MINUTOS

https://youtu.be/n0EitCaXzR0

miércoles, 4 de diciembre de 2024

Si la mitad de lo que dice Aldama es verdad, es el mayor caso de corrupción de la historia




Duración 3:10 minutos

https://youtu.be/USadHHoNg9U

Elogio a la locura. El próximo Papa




Escribía Erasmo de Rotterdam en su Elogio a la locura que “la verdadera felicidad es algo que solo la locura puede ofrecer”. Una de la ideas que sugiere es que hay algunos logros, como la felicidad, que sólo pueden ser alcanzados con un cierto grado de locura. O podemos ponerlo en otros términos: algunos logros, o algunas hazañas, sólo pueden llevarlas a cabo quienes tienen un cierto grado de locura.

El 2 de septiembre del año pasado publicaba yo un post en el que planteaba mis serias reservas con respecto a la posibilidad de que Javier Milei fuera un presidente apropiado debido a su rasgo de locura. No creo haberme equivocado con respecto a la existencia de ese rasgo tan peculiar, pero sí me equivoqué con respecto a la posibilidad de hacer un buen gobierno o, al menos, un gobierno mucho mejor de lo que todos esperábamos a pesar de su locura.

Enfoquemos el caso desde otra perspectiva: sólo un loco podía aplicar en Argentina, la patria del populismo peronista, un imprescindible ajuste del 7% del PBI, eliminar en pocos meses el déficit fiscal -al que la Argentina estaba condenada desde hace 70 años- y mantener no solamente la paz social sino niveles de aprobación superiores al 50%. Pero mucho más impactante aún: sólo un loco podía animarse a hacer lo que está haciendo en lo que él denomina “batalla cultural”. ¿Quién pensó que un gobernante iba a atreverse a cerrar el INADI (Instituto contra la Discriminación) o el Ministerio de la Mujer diciendo que no servían para nada y que su único objetivo era el adoctrinamiento en las políticas progresistas? Y todavía más: ¿en qué mente fantasiosa podía nacer la idea de que entregaría la política exterior argentina, exceptuando las relaciones comerciales, a un grupo de funcionarios al que los medios califican de “ultracatólicos”? Y estos funcionarios no se han dedicado solamente a hacer declamaciones: se negaron a firmar la declaración de la OEA de Asunción por lo que se debieron modificar varios párrafos donde estaban contenida la monserga progre; la delegación argentina se retiró de la Cumbre del Clima de Bakú denunciando la ideología que se esconde detrás; en la Asamblea General de la ONU, Argentina votó en contra de una resolución que protege los derechos de los pueblos indígenas (ya todos sabemos lo que eso significa); fue el único país del G20 que votó en contra de una declaración sobre la igualdad de género y empoderamiento de la mujer. Y el mismo presidente Milei, en la Asamblea General de la ONU se expresó en contra del aborto, del gobierno de las elites mundiales y de la Agenda 2030. Más aún, en el presupuesto que se está debatiendo por estos días en el Congreso, el gobierno destinará $0 a financiar la educación sexual en las escuelas, uno de los más preciados logros de la izquierda peronista. Sólo un loco como Milei podía ser capaz de hacer lo que muchos pensábamos que era imposible, y sólo un loco como Trump será capaz de tomar decisiones que nos sorprenderán tanto o más de lo que nos sorprendieron, para bien, las de Milei.

En pocas palabras: un loco —sea Milei, sea Trump y con seguridad aparecerán otros más— es capaz de patear el tablero y cambiar rápidamente lo que parecía establecido, y recuperar en pocos meses territorios que creíamos perdidos. Pero la pregunta que quiero hacerme en este post es si podemos hacer una analogía con la Iglesia. No es necesario decirlo en esta página, pero la crisis de la Iglesia es monstruosa y los católicos desesperamos de que pueda existir alguna solución porque estamos razonablemente convencidos de que ningún cardenal será capaz, una vez elegido pontífice romano, de hacer los cambios drásticos que hay que hacer. Soñemos con lo imposible, como soñábamos no solo durante los abominables gobiernos kirchneristas sino también durante el gobierno del modosito Mauricio Macri. Pensemos en un Papa que, una vez que todos los puestos jerárquicos de la Curia le presentaran su renuncia como es de rigor, se las aceptara a todos, y mandara a Tucho de capellán de la cárcel de Ushuaia (haría buenas migas con el gobernador Melella); a Roche de obispo de la isla de Juan Bravo y a todo el resto de purpurados de misioneros a Corea del Norte. Que nombrara de prefecto de Culto al padre Claude Barthe; de Doctrina de la Fe al cardenal Burke y de Obispos al cardenal Sarah. Que pidiera la renuncia a todos los obispos argentinos —como hizo Francisco con los obispos chilenos—, se la aceptara a la mitad, y nombrara en las sedes más importantes a los buenos curas que todos conocemos y que aquí no nombraremos. Y que hiciera lo mismo en España y, para reinvindicar a los curas de la Sacristía de La Vandée, los eligiera obispos para reemplazar a los impresentables que ahora están en la península. Que declarara inválidos los puntos conflictivos de Amoris laetitiae, se dejara de hablar de la madre tierra y del calentamiento global y dejara sin efecto Fiducia supplicans. Y podríamos seguir soñando indefinidamente con medidas de este tipo. Y seguramente, a los pocos minutos, nos despabilaríamos, diríamos “Basta de pavadas” y seguiríamos rezando el rosario.

Anhelos análogos, insisto, teníamos los argentinos el año pasado. Y ocurrió lo impensado: muchos de esos anhelos se hicieron realidad en mayor o menor medida, y muchos otros se seguirán concretando en los próximos meses. ¿Cómo fue posible? ¿Cuál fue la condición de posibilidad para que esos autoengaños optimistas se hicieran realidad? Curiosamente, que un loco llegara al poder. Y volvamos al caso de la Iglesia: ¿podría pasar algo análogo en la Iglesia a lo que ocurre en Argentina y ocurrirá en Estados Unidos? ¿Se animarían los cardenales a elegir a un loco para gobernar la Iglesia como último recurso para evitar su auto aniquilación? Pero todavía más importante, ¿existe algún miembro del colegio cardenalicio capaz de tales locuras?

Yo creo que existe uno, y es el cardenal Gerhard Lüdwig Müller.

Algunos buenos amigos se enfadarán y me dirán: “¡Müller es un moderno!” “¡No. Es modernista!”. “No favoreció a los tradis cuando estaba en Doctrina de la Fe”. "¡Sólo ocasionalmente celebra la misa tradicional!" “¡Era amigo de Gustavo Gutierrez!”. “¡Celebra el rito nuevo!”. “¡Concelebra!” Y otras cuestiones del mismo tenor. Más o menos lo mismo que otros buenos amigos dicen de Milei: “¡No tiene la castidad de San Luis Gonzaga!” “¡No tiene la fe de San Luis Rey de Francia!” “¡Ha nombrado a muchos judíos en su gobierno!” “¡No leyó El liberalismo es pecado de Sardá y Salvany!” Y tienen razón. Es todo eso y muchas cosas más, pero a pesar de eso, Milei está haciendo por la restauración de los principios de la civilización occidental mucho más de lo que hicieron los presidentes de los últimos cincuenta años. ¿Por qué no dejar abierta la posibilidad, entonces, de que un cardenal con el mismo grado de locura (¿o de arrojo?) que Milei haga los mismo con la Iglesia?

The Wanderer

viernes, 29 de noviembre de 2024

A GOLPE DE MALLETE LA MASONERÍA DIFUNDE LA CORRUPCIÓN POR ESPAÑA Y LAS NACIONES!




DURACIÓN 16:45 MINUTOS



Invitado especial al programa "BUTACAS VACÍAS", el Teniente Coronel de Infantería, D. Francisco Bendala Ayuso, quien desarrolla magistralmente, en breve espacio de tiempo, la indigente formación de los jóvenes de nuestro tiempo. 

Se exponen algunas causas de la degradación espiritual y moral de la juventud actual. Leyes perversas, difusión de todo tipo de vicios, etc. son dictadas en las logias masónicas a golpe de mallete (martillo). 

La Masonería ha tenido siempre el objetivo de controlar la educación de los jóvenes para dirigirla a una educación laica, libre e independiente de la formación religiosa que es la que tanto bien ha dado a las almas y a la sociedad.

Corrompiendo el espíritu y la moral de los jóvenes se destruye y se controla al hombre y sus actividades dirigiéndolos a una verdadera dictadura y esclavitud de lo más satánica. 

Si no existe el bien ni el mal, si el hombre es libre sin frenos, si no hay Ley Moral que lo censure, si sola la razón, débil y flaca, relativista y cambiante, lo mueve a actuar... ¿Qué mundo resultará de esto?. 

Destruyendo a la Masonería las naciones fructificarían y se desarrollarían en armonía y hermandad bajo la suave Ley de Dios. 

Deseamos que los jóvenes españoles despierten de su indolencia y respondan a Dios con total valentía y amor.

Mons. Schneider explica por qué cree que Francisco es efectivamente el Papa



La hipótesis de que la abdicación de Benedicto XV fue inválida es un callejón sin salida. Si no, la Sede Apostólica llevaría de facto once años vacante.

Monseñor Athanasius Schneider

(LifeSiteNews) — El principio más seguro para dilucidar la crucial cuestión sobre la validez del pontificado de Francisco es la práctica, mantenida hasta hoy en la historia de la Iglesia, con la que se han resuelto situaciones de supuesta invalidez de renuncias o elecciones de papas. En dicha costumbre que permanece hasta hoy se manifiesta el sensus perennis ecclesiae.

Ni el principio de legalidad aplicado al pie de la letra ni el del positivismo jurídico han sido considerados principios absolutos en la costumbre de la Iglesia, dado que la legislación relativa a las elecciones pontificias no es más que una ley humana (positiva), no divina (revelada).

La ley humana que regula la asunción del cargo de papa o la abdicación del mismo tiene que estar subordinada al bien mayor de toda la Iglesia, que en este caso es la verdadera existencia de la cabeza visible de la Iglesia y la certidumbre de su existencia para todo su cuerpo, integrado por el clero y los fieles.

La naturaleza misma de la Iglesia exige la existencia visible de la cabeza y la certidumbre de ella. La Iglesia universal no puede existir durante un tiempo considerable sin un pastor supremo visible, sin el sucesor de San Pedro, ya que la actividad vital de la Iglesia universal depende de su cabeza visible. Por ejemplo, para nombrar obispos diocesanos y cardenales; para ello hace falta un papa legítimo. Y a su vez, el bien espiritual de los fieles depende de que haya prelados válidamente nombrados, pues de ser inválido el nombramiento (por invalidez del Papa), los sacerdotes carecerían de competencia pastoral (es decir, entre otras cosas no podrían confesar ni casar).

Las dispensas e indulgencias que sólo concede el Romano Pontífice, todas las cuales tienen por objeto el bien espiritual y la salvación eterna de las almas, dependen igualmente de la existencia y certidumbre mencionadas. En esos casos, aplicar el principio de suplencia de jurisdicción socavaría la visibilidad que caracteriza a la Iglesia y sería en sustancia una postura sedevacantista.

Aceptar la posibilidad de que la Santa Sede está vacante por un tiempo prolongado (sedisvacantia papalis) puede conducir fácilmente a una actitud sedevacantista, que en el fondo es un fenómeno sectario y poco menos que herético que está presente desde hace sesenta años por culpa de los problemas originados por el Concilio y por los papas conciliares y postconciliares.

La Iglesia tiene un remedio para las elecciones polémicas

El bien espiritual y la salvación de los fieles es la ley suprema en la normativa de la Iglesia. Por ese motivo, existe ese principio de supplet Ecclesia o sanatio in radice (sanar en la raíz). Dicho de otro modo: la Iglesia completa lo que faltaba según la ley positiva humana en el caso de los sacramentos, que exigen facultades jurisdiccionales: confesar, oficiar matrimonios, confirmar, aplicar intenciones de Misa, etc.

Inspirada en este principio auténticamente pastoral, el instinto de la Iglesia ha aplicado siempre los principios de supplet Ecclessia y sanatio in radice siempre que ha habido dudas en la renuncia o elección de un pontífice. Concretamente, la sanatio in radice de una elección papal inválida se manifestó en la aceptación moral universal y sin controversia del nuevo pontífice por parte del episcopado y del pueblo católico, además de que el papa electo actual, inválido para algunos, es nombrado en el Canon de la Misa por la práctica totalidad del clero católico.

Papas válidos surgidos de elecciones aparentemente inválidas

La historia de la Iglesia es una maestra segura en este sentido. La vacancia más larga de la Sede en la historia duró dos años y nueve meses (del 29 de noviembre de 1268 al 1 de septiembre de 1271). Y coincidió con la época en que vivía Santo Tomás de Aquino. Ha habido sin duda elecciones en que claramente estaba en duda la validez de la asunción pontificia. Por ejemplo, Gregorio VI subió al trono comprando en 1045 el cargo a su predecesor Benedicto IX por una elevada suma de dinero. A pesar de ello, la Iglesia de Roma siempre consideró a Gregorio VI un papa legítimo, y hasta Hildebrando, que más tarde llegaría a ser San Gregorio VII, consideró legítimo a su predecesor, no obstante la manera ilegítima en que ascendió al pontificado.

Por su parte, Urbano VI fue elegido bajo una enorme presión y amenazas por parte del pueblo romano. Algunos de los cardenales electores llegaron a temer por sus vidas. Ese fue el ambiente en que se eligió a Urbano VI en 1378. En la coronación del nuevo pontífice todos los cardenales del cónclave le rindieron pleitesía y lo reconocieron como papa durante los primeros meses de su pontificado. Pocos meses después, algunos cardenales, sobre todo franceses, comenzaron a dudar de la validez de la elección en vista de las intimidatorias circunstancias y las presiones de que habían sido objeto durante el cónclave. Esto llevó a dichos purpurados a elegir un nuevo pontífice, que se llamó Clemente VII, era francés y fijó su residencia en Aviñón. Tanto él como sus sucesores fueron siempre considerados antipapas por la Iglesia Católica Romana (véanse las ediciones del Anuario pontificio). Así se inició una de las crisis más desastrosas de la historia de la Iglesia, el gran Cisma de Occidente, que duró casi cuarenta años, desgarró la unidad de la Iglesia y fue tan perjudicial para el bien espiritual de las almas.

La Iglesia Católica Romana siempre ha reconocido a Urbano VI como un papa legítimo a pesar de los factores que probablemente hicieron inválida su elección. El hecho de que incluso personas canonizadas como San Vicente Ferrer reconocieran por un tiempo a al antipapa Clemente VI como único pontífice legítimo no es un argumento convincente, ya que los santos no son infalibles en todas sus opiniones. El santo valenciano abandonó más tarde su apoyó al antipapa de Aviñón y reconoció al Papa de Roma.

San Celestino V hizo su renuncia en medio de presiones e insinuaciones del poderoso cardenal Benedetto Gaetani, que le sucedió con el nombre de Bonifacio VIII en 1294. Ante estas circunstancias, un sector de fieles y clero de la época nunca llegó a reconocer a Bonifacio VIII como legítimo papa. Pero la Iglesia Católica siempre ha considerado legítimo a este pontífice, porque su aceptación por parte de una mayoría abrumadora del episcopado y los fieles sanó en la raíz las circunstancias que pudiesen haber invalidado la renuncia de Celestino V y la elección de su sucesor.

La siguiente explicación del profesor Roberto de Mattei demuestra de modo convincente la incoherencia de las teorías sobre la ilegitimidad de Francisco como papa: «De nada ha servido que en una declaración a LifeSiteNews publicada el 14 de febrero de 2019 el propio monseñor Gänswein corroborase la validez de la renuncia al ministerio petrino, afirmando: «Sólo hay un papa legítimamente elegido: Francisco». La idea de una posible redefinición del munus petrino ya estaba lanzada».

Algunos afirman que la intención de Benedicto era seguir siendo papa, entendiendo que el cargo podía desdoblarse en dos; pero esto es un error sustancial, ya que la naturaleza monárquica y unitaria del pontificado es de derecho divino.

«Sólo Dios juzga las intenciones –prosigue De Mattei–, mientras que el derecho canónico se limita a evaluar el comportamiento externo de los bautizados. Una célebre sentencia del derecho romano, recordada tanto por el cardenal Walter Brandmüller como por el cardenal Raymond Leo Burke, afirma: De internis non iudicat praetor: un juez no juzga cuestiones internas».

De Mattei se pregunta qué pasaría después de morir Benedicto si él fuera el único papa legítimo. Y responde: «La paradoja está en que para demostrar la nulidad de la renuncia de Benedicto se valen de sofismas jurídicos, pero luego, para resolver el problema de la sucesión de Benedicto o de Francisco sería necesario recurrir a soluciones extracanónicas» (cf. https://adelantelafe.com/incognitas-sobre-el-final-de-un-pontificado/, 1 de julio de 2020).

Por qué la teoría de la ilegitimidad de Francisco es un callejón sin salida

La hipótesis de la ilegitimidad de la renuncia de Benedicto, y por consiguiente de la ilegitimidad de Francisco como papa, no conduce en realidad a ninguna parte. Equivaldría a decir que durante once años la Sede habría estado de facto vacante, ya que Benedicto no realizó ningún acto gubernativo, no creó a ningún obispo ni cardenal, no concedió dispensa ni indulgencia alguna, etc. Esto habría tenido como consecuencia que la Iglesia estuviera paralizada en el aspecto visible. En la práctica, equivaldría a una postura sedevacantista.

Desde hace once años, todos los nombramientos de nuncios apostólicos, obispos diocesanos y cardenales, todas las dispensas pontificias y todas las indulgencias recibidas por los fieles habrían sido nulas e írritas, lo cual habría tenido unas consecuencias perjudiciales para las almas (prelados ilegítimos, jurisdicciones inválidas, etc.). Ningún cardenal creado por Francisco sería legítimo. O sea, que no habría cardenales, lo cual afectaría a la mayor parte del Colegio Cardenalicio.

Veamos otra situación hipotética: si Benedicto XVI hubiese sido un papa liberal en extremo y herético, y hubiera abdicado en 2013 en circunstancias similares a las del momento en que lo hizo (con lo que podría haber causas de invalidez); y a continuación se hubiera elegido a un nuevo pontífice que fuera verdaderamente tradicional, y este nuevo papa –la invalidez de cuya elección se podría suponer debido a la invalidad de la renuncia de su predecesor liberal y por haber quebrantado algunas normas del cónclave– se hubiera puesto a reformar la Iglesia en un sentido auténticamente católico, como creando obispos y cardenales buenos, promulgando profesiones de fe y declaraciones ex cátedra para sostener la Fe verdadera ante los errores que pululan actualmente en la Iglesia, desde luego ningún buen cardenal, obispo o católico de a pie consideraría ilegítimo a ese nuevo papa que es ciento por ciento católico, ni pediría su renuncia ni que el liberal que abdicó volviera a gobernar.

Otra posible hipótesis: si se murieran todos los cardenales que crearon Juan Pablo II y Benedicto XVI, el Colegio Cardenalicio estaría integrado exclusivamente por cardenales nombrados por Francisco. Pero entonces, según la teoría del pontificado ilegítimo de Francisco, todos serían ilegítimos, y ya no habría Colegio Cardenalicio. De donde se desprende que no quedarían electores válidos que pudieran proceder a la elección de un nuevo pontífice.

La ley del Derecho Canónico que prescribe que sólo los cardenales son electores válidos en los cónclaves está en vigor desde el siglo XI, y fue sancionada por los romanos pontífices, por lo que sólo un papa podría modificar las normas jurídicas que regulan las elecciones pontificias y promulgar una que permitiera votar a quienes no tuvieran la púrpura cardenalicia. Hipotéticamente, de acuerdo con la teoría de que Francisco es un papa ilegítimo, una vez que murieran todos los cardenales creados antes de la elección del actual pontífice no sería ya posible elegir a un papa legítimo. La Iglesia se habría metido en un callejón sin salida, sería un dilema insoluble.

La hipótesis según la cual Benedicto sería el único pontífice legítimo y por tanto Francisco ilegítimo contradice la razonable costumbre, de demostrada eficacia, de la gran Tradición de la Iglesia, y también el sentido común. No sólo eso; se da un carácter absoluto al aspecto de la legitimidad; en este caso, a las normas humanas que rigen las renuncias y las elecciones, en detrimento del bien de las almas, al haberse introducido la incertidumbre en cuanto a la validez de los actos de gobierno de la Iglesia. Y eso socava la naturaleza visible de la Iglesia. Y por otra parte, roza la mentalidad sedevacantista. En este caso hay que seguir la vía más segura (via tutior) y el ejemplo de la práctica constante de la gran Tradición de la Iglesia.

¿Qué podemos hacer ante la conducta del papa Francisco?

La manera de reaccionar a la conducta del papa Francisco es amonestarlo públicamente por sus errores. Eso sí, hay que hacerlo con el debido respeto. Luego, hay que hacer una profesión de fe especificando las verdades que Francisco ha contradicho o socavado con sus ambigüedades. Y después es preciso realizar actos de reparación. También hay que implorar a Dios la gracia de la conversión para el papa Francisco, y su intervención divina para resolver esta crisis sin precedentes. En todo caso, Francisco es sin duda alguna el papa legítimo.

Nuestro Señor Jesucristo está al timón de la nave de la Iglesia, incluso en las más torrenciales tempestades, entre las que puede darse el pontificado de un papa doctrinalmente ambiguo, aunque esas tormentas suelen ser relativamente breves en comparación con otras graves crisis que han afectado a la Iglesia Militante en sus dos mil años de existencia.

En medio de la confusión y la tempestad que se han desatado en la Iglesia actual, Nuestro Señor se alzará y reprenderá el mar y los vientos (véase Mt.8,24). Entonces, está garantizado un tiempo de calma, seguridad doctrinal, sacralidad en la liturgia y santidad en los sacerdotes, prelados y papas. Ante una situación que, a los ojos humanos, parece irremediable, debemos renovar la fe inquebrantable en que las puertas del Infierno no prevalecerán contra la Iglesia Católica.

+Athanasius Schneider, 
obispo auxiliar de la diócesis de Santa María de Astaná

(Artículo original. Traducido por Bruno de la Inmaculada)

jueves, 28 de noviembre de 2024

Todo es verdad, Sánchez es un psicópata y la UCO salvará la democracia


DURACIÓN 3:41 MINUTOS




José Javier Esparza sostiene que las respuestas del Gobierno a las acusaciones de corrupción dan a entender que todo es verdad. Afirma, además, que el presidente actúa como un psicópata al acusar a la oposición de lo que él mismo hace. Finalmente, pone todas las esperanzas en la UCO que está desvelando el mayor caso de corrupción de la historia de España-

martes, 26 de noviembre de 2024

De tabú a ley: así se impuso la eutanasia en España con la estrategia de la ventana de Overton | José María Romero



La semana pasada escribía un artículo en Adelante España sobre la derecha cultural y cómo la izquierda había ganado la batalla cultural al usar la ventana de Overton.

Desde entonces, han sido muchos los que habéis preguntado en qué consiste eso de la ventana de Overton. La mejor explicación es verlo con un caso práctico: la eutanasia, que, en unos años, pasó de lo impensable a lo normalizado en España. Esta transformación no fue espontánea, sino el resultado de una estrategia social, política y mediática que se ajusta al modelo conocido como la Ventana de Overton. Este concepto explica cómo las ideas, independientemente de lo controvertidas que sean, pueden evolucionar desde el rechazo absoluto hasta su aceptación como política pública.

La ventana de Overton es una estrategia bien diseñada que puede extenderse durante años e, incluso, varias décadas. Comprender su naturaleza de largo plazo es crucial para identificar cómo se manipulan y moldean los valores y el discurso cultural con fines ideológicos.

En el caso de la eutanasia, el proceso se desarrolló mediante la aplicación de técnicas de sensibilización, el cambio de narrativas, manipulación de lenguaje y una constante legitimación social ficticia. Analizar este caso permite entender no solo los mecanismos detrás del cambio legislativo, sino también cómo se moldean los valores de una sociedad. No es casualidad.

La Ventana de Overton: Transformación paso a paso. La Ventana de Overton define un proceso de transformación que atraviesa seis fases: impensable, radical, aceptable, sensato, popular y política pública. En cada etapa, las ideas evolucionan gracias a la introducción de nuevas narrativas, el uso estratégico de casos paradigmáticos y el apoyo de actores clave. Veamos en el caso de España que fue lo que ocurrió.

1. De lo impensable a lo radical. En los años 80 y 90, la eutanasia era un tema tabú y era visto como impensable. Las voces a favor de la eutanasia eran marginales. Se consideraba un atentado contra la vida humana y opuesta a los valores de la dignidad humana, según la mentalidad, aún provida, de aquella época. Las posturas dominantes eran fuertemente favorables a la vida, con un fuerte peso aún de la moral cristiana. Sin embargo, el caso de Ramón Sampedro, quien quedó tetrapléjico tras un accidente y solicitó públicamente la eutanasia, marcó un antes y un después. Su historia, amplificada convenientemente por los medios y llevada al cine con Mar Adentro, abrió el debate desde una perspectiva emocional.

En el paso de lo impensable a lo radical dentro de la ventana de Overton, se recurre muchas veces a grupos que realizan acciones estrafalarias, provocadoras y diseñadas para generar un impacto mediático inmediato (Por ejemplo, el grupo Femen y sus protestas con los pechos al descubierto, el acto de arrojar pintura a los cuadros de los museos, bloquear los camiones que transportan gallinas, abrazar árboles, entre otras acciones). Estas iniciativas, de grupos subvencionados – y no espontáneos-, aunque puedan parecer absurdas o chocantes, tienen como objetivo inicial romper el silencio en torno a un tema hasta entonces tabú. Al lograr titulares y debates, aunque sea desde el rechazo, introducen el primer mensaje en la agenda mediática. Este ruido inicial, por extremo que sea, siembra la semilla para futuras discusiones más moderadas, allanando el camino hacia la aceptación gradual de lo que antes era impensable.

2.De lo radical a lo aceptable. Durante la década de 2000 comenzó a considerarse aceptable. En este período se intensificaron los debates sobre lo que le pasaron a llamar la «muerte digna», con la incorporación de términos como «calidad de vida» y «autonomía personal»

En el proceso de desplazar lo radical hacia lo aceptable dentro de la ventana de Overton, los seminarios y congresos científicos juegan un papel crucial como herramientas de legitimación. Estas reuniones, cuidadosamente organizadas, presentan estudios y conclusiones que, bajo un barniz de rigurosidad académica, avalan las posturas ideológicas que se pretenden normalizar. A menudo, se financian investigaciones alineadas con el objetivo buscado, mientras se desacreditan o invisibilizan otras perspectivas. Así, lo que inicialmente era inaceptable se reviste de credibilidad, ganando adeptos y allanando el camino hacia su aceptación social e institucional. Esos estudios, informes y documentos serán repetidos incansablemente por medios, políticos y administraciones, convirtiéndose en auténticos mantras. Como bien se dice, “una mentira repetida mil veces, se convierte en verdad”.

Simultáneamente, la aprobación de leyes de eutanasia en países europeos como los Países Bajos y Bélgica ofreció ejemplos concretos que sirvieron como modelo. Esto ayudó a que España comenzara a considerar la posibilidad de legislar sobre el tema. Fue la época de la promoción de la sensibilización social.

3. De lo aceptable a lo sensato. En la década de 2010, la eutanasia se hizo popular gracias a movimientos sociales que la incluyeron en la agenda pública. Las campañas de organizaciones como la Asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) ganaron fuerza. Estas campañas pusieron el foco en casos individuales de sufrimiento extremo, presentando la eutanasia como una solución compasiva y válida. Al mismo tiempo, las encuestas debidamente realizadas y «cocinadas» comenzaron a reflejar un aumento en el apoyo social, superando el rechazo de los sectores providas. Se consolidó como un tema sensato y necesario para garantizar derechos individuales. En esta época se consiguió dar la sensación de un respaldo social lo suficientemente mayoritario.

4. De lo sensato a lo popular y política pública. El respaldo social y político culminó en la aprobación de la Ley de Regulación de la Eutanasia, que institucionalizó el derecho a morir dignamente. En 2020, la coalición socialista-comunista de gobierno liderada por PSOE y Unidas Podemos incluyó la legalización de la eutanasia en su agenda. El proyecto de ley fue aprobado en diciembre de ese año, y en marzo de 2021 se convirtió en una realidad legislativa. La Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia otorgó a los ciudadanos con enfermedades terminales o sufrimiento crónico e irreversible el derecho a solicitar asistencia para morir.

Como se puede observar, han sido necesarios más de 40 años de trabajo constante para imponer la eutanasia en España. Este logro ha implicado una terminología nueva, la movilización de grupos sociales, el respaldo persistente de medios de comunicación, el apoyo estratégico de figuras públicas y la complicidad activa de algunos partidos políticos. Todo ello, por supuesto, siguiendo una hoja de ruta meticulosamente diseñada, donde cada paso ha estado orientado a normalizar esta práctica en la sociedad y a debilitar la defensa de la vida como valor esencial.

Además, la normalización de la eutanasia en España se apoyó en varias estrategias que fueron erosionando la resistencia inicial. Las principales fueron:

  • Los argumentos sentimentales y las emociones prevalecen sobre los racionales en la configuración del debate público, y la Ventana de Overton se mueve principalmente a través de ideas fuerza emocionales. Casos como el drama de una niña violada utilizado para justificar el aborto, o la conmovedora historia de un hombre tetrapléjico para legitimar la eutanasia, son ejemplos de cómo se apela al corazón antes que a la mente. La derecha, al enfrentarse a estos argumentos con una respuesta puramente racional y científica, ha perdido terreno, incapaz de competir con la carga emocional que mueve a las masas. Para revertir esta tendencia, es imprescindible adaptar las estrategias y elaborar mensajes que conecten emocionalmente con el público, reservando los argumentos racionales para los niveles donde sean efectivos. La batalla cultural exige inteligencia, pero también sensibilidad en la comunicación.
  • Controlar el marco del discurso. Esto implica decidir qué se discute, cómo se discute y qué posturas son consideradas legítimas o inadmisibles. Este poder es un arma decisiva que, en manos de quienes dominan los medios, las instituciones y la cultura, inclina la balanza antes de que la otra parte tenga oportunidad de presentar sus argumentos. En este contexto, la derecha cultural siempre ha participado en el debate, sin desafiar activamente las reglas preestablecidas, sin cuestionar al árbitro y sin proponer un marco alternativo donde sus ideas puedan tener una oportunidad justa de ser escuchadas y aceptadas. Ha sido como los primeros cristianos en los circos romanos, destinados a ser devorados por los leones. Con ello, además de ofrecer un espectáculo, han logrado casi siempre un éxito asegurado.
  • Humanización del debate: Los medios de comunicación y las campañas de los lobbies proeutanasia utilizaron historias personales para presentar la eutanasia como una solución ética al sufrimiento. Esto desplazó el debate de la abstracción moral a la empatía individual, de la razón y la ciencia al sentimiento.
  • La manipulación del lenguaje es una herramienta clave en la aplicación de la ventana de Overton, pues redefine conceptos para hacerlos más aceptables socialmente. Cambiar términos como «eutanasia o muerte asistida» por «derecho a morir dignamente» suaviza la percepción pública y elimina la resistencia inicial. Este uso estratégico del lenguaje no solo altera la forma en que se debate un tema, sino que también condiciona cómo las personas lo entienden, facilitando que ideas impensables avancen hacia la normalización.
  • Cambio de narrativas: Como consecuencia de lo anterior, se dejó de hablar de “matar” o “eutanasia o suicidio asistido” para centrarse en conceptos positivos como “dignidad”, “compasión” y “derecho a decidir”. Este cambio terminológico en la narrativa fue fundamental para vencer el rechazo inicial.
  • Los medios de comunicación y los personajes populares han jugado un papel fundamental como catalizadores de la ventana de Overton. Mediante una narrativa calculada, han introducido gradualmente ideas controvertidas al discurso público, presentándolas primero como temas de curiosidad o polémica y, con el tiempo, como derechos o cuestiones legítimas. Estos actores, aprovechando su alcance e influencia, han amplificado el impacto de estas ideas, normalizándolas en el imaginario colectivo. Ya sea a través de series, películas, entrevistas o redes sociales, han suavizado la percepción de lo inaceptable, convirtiéndose en herramientas clave para quienes impulsan agendas ideológicas que transforman profundamente los valores de la sociedad
  • Legitimación mediante determinadas «encuestas ad hoc»: Los estudios de opinión realizados «ad hoc» mostraron un apoyo creciente a la eutanasia, lo que permitió que los partidos políticos izquierdistas integraran esta causa en sus programas sin temor a perder respaldo electoral.
  • Los partidos políticos no fueron los motores del cambio cultural, sino más bien sus pasajeros, arrastrados por la dinámica de la Ventana de Overton, que define los límites de lo que la sociedad considera aceptable en cada momento. No son los partidos los que transforman la opinión pública, sino que adaptan sus posturas en función de lo que perciben como rentable electoralmente. Aunque ideológicamente puedan coincidir con ciertas ideas o principios, rara vez las impulsan si no hay un claro rédito político en ello. Solo cuando perciben que una iniciativa cuenta con un respaldo social amplio y puede traducirse en votos o ventajas estratégicas, la hacen suya, moldeando sus discursos y agendas en función de los intereses del electorado, más que por convicciones profundas.
  • Debilitamiento de la oposición provida y religiosa: A medida que la sociedad española se secularizaba, las posturas religiosas tradicionales perdieron influencia. Esto permitió que los defensores de la eutanasia presentaran la medida como una cuestión de derechos civiles y no como un conflicto ético o moral.

La implementación de la eutanasia en España es un caso claro de cómo una idea inicialmente rechazada puede convertirse en una política pública aceptada – o al menos no discutida- mediante estrategias de sensibilización, cambio discursivo y apoyo social. Este proceso refleja el cambio cultural de una sociedad cada vez más secular y enfocada en los derechos individuales.

Obviamente, el proceso ha dejado fuera del debate cuestiones fundamentales como la legalización del asesinato o suicidio asistido, el papel del Estado en la protección de los más vulnerables o el impacto de la legalización en el sistema sanitario.

En definitiva, es imprescindible tomar conciencia de cómo la ventana de Overton ha sido aplicada con éxito en numerosos temas que antes eran impensables y hoy forman parte del discurso aceptado o normalizado en la sociedad. Esta manipulación progresiva no es casual, sino intencional y dirigida. Actualmente, se está comenzando a emplear esta misma estrategia con la pederastia, presentándola inicialmente como un tema tabú «a debatir» bajo la apariencia de derechos o libertades personales. Reconocer este patrón es el primer paso para detener el avance de agendas que amenazan los valores esenciales de nuestra sociedad.

…continuará…

José María Romero | Analista Político

lunes, 25 de noviembre de 2024

Objeción contra la Providencia: la existencia del mal




¿Qué se objeta contra la Providencia? La existencia del mal, ora se trate del mal físico, llamado también dolor, ora se trate del mal moral, que es el pecado y sus consecuencias.

¿Qué dicen los que objetan el mal contra la Providencia? Que si Dios es tan bueno y gobierna el mundo con tanto poder y sabiduría, no se explica porqué hay en el mundo tantas calamidades, padecimientos e injusticias y crímenes.

¿Tiene algún fundamento esta objeción? Ninguno: como fácilmente se verá considerando: 1º Que nuestra inteligencia es en extremo limitada, y que es temeridad suma querer juzgar los designios de Dios; “Cuán incomprensibles son sus juicios, cuán inescrutables sus cami­nos” (Rom., XI, 33); 2º Que Dios no es el autor del mal, y que del mal saca bien; “Dios no quiere que perezca ningún hombre” (II Reyes XIV, 14) – “Todas las cosas contribuyen al bien de los que aman a Dios” (Rom., VIII, 28); 3º Que la vida presente es tiempo de prueba, y que en la otra vida será recompensada la virtud y castigado el crimen. “Saldrán los que hicieron buenas obras a resucitar para la vida eterna; pero los que las hicieron malas, resucitarán para ser condenados” (Juan, V, 29)

¿Por qué no es Dios el autor del mal? Porque siendo absolutamente bueno, no puede ser causa más que del bien. La raíz del mal está en la imperfección esencial de la criatura.

¿Cómo se explica la existencia del mal físico? 1º El cuerpo humano es naturalmente corruptible, y, por lo mismo, está sujeto al padecimiento y a la muerte. 2° El universo está gobernado por leyes de una sencillez y armonía admirables, pero accidentalmente producen algunos efectos que a nosotros nos parecen desórdenes, como son cataclismos, plagas, enfermedades, etc. 3° La mayor parte de las miserias de la vida provienen de las pasiones humanas, de la imprudencia, de la pereza, de la destemplanza y del orgullo.

¿No podía Dios eximir al hombre del padecimiento y de la muerte? Así lo hizo con el primer hombre; pero Adán, por su desobediencia, perdió para sí y para toda su posteridad esos privilegios que liberal mente recibió de la bondad de Dios.

¿Cómo se explica la existencia del mal moral? Por el abuso de la libertad.

¿No podía Dios eximir al hombre del mal moral? No repugna de ninguna manera a la bondad de Dios haber creado un mundo en el que los seres libres estén sujetos a la prueba, y merezcan por su fidelidad la dicha eterna. Además, conviene considerar que si por causa de la prueba se ha hecho posible el mal, Dios, en su bondad, pone límites al mal, y por su poder e infinita sabiduría, saca bien del mismo mal.

¿Luego Dios no es la causa de los males? No: porque todos los males provienen o de la imperfección natural de las criaturas, o de la malicia de los seres libres,

¿No podía Dios crear un mundo mejor que el actual? Absolutamente hablando, sí; pero con relación al plan que Dios ha escogido para realizar sus designios, nada prueba que el mundo actual no sea el mejor de los mundos posibles, ya que del mismo mal saca Dios mayor bien. “Vio Dios todas las cosas que había hecho: y eran en gran manera buenas” (Gen., I, 31)

¿Cómo convierte Dios en bien el padecimiento? 1º Del dolor hace Dios un remedio contra el vicio, haciendo que vuelva a Él por medio del padecimiento el alma que le había olvidado. “Me hallé en medio de la tribulación y del dolor; e invoqué el nombre del Señor” (Salmo CXIV, 3, 4); 2° Del dolor hace Dios una prueba de la virtud y una fuente de méritos; porque el padecimiento puede excitar en los que padecen la paciencia, la resignación, y la fortaleza más admirable; y en aquellos que son testigos del padecimiento, la piedad, la compasión, la caridad, y la más sublime abnegación. “Cuando estoy débil, entonces con la gracia soy más fuerte” (II Cor., XII, 10) – “Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación ejercita la paciencia, la paciencia sine a la prueba de nuestra fe, y la prueba produce la esperanza” (Rom, V, 3, 4) – 3° Del dolor hace Dios una expiación del pecado; pues es justo que el placer que se buscó en la violación de la ley divina se pague con el dolor. “Él nos ha castigada a causa de nuestras iniquidades: y él mismo nos salvará por su misericordia” (Tob., XIII, 5)

¿Cómo obra Dios para que del mismo pecado resulte algún bien? 1° Dios, tolerando a los malos ya los perseguidores, propor­ciona a los justos ocasión de practicar virtudes heroicas. “Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia: porque de ellos es el reino de los cielos” (Mat., V, 10) – 2° Perdonando a los pecadores arrepentidos, Dios manifiesta su misericordia y su clemencia, y castigando a los pecadores impenitentes, hace brillar su eterna justicia. “Abandone el impío su camino y conviértase al Señor, el cual se apiadará de él” (Isaías LV, 7) – “El Señor en su ira conturbará a sus enemigos, y el fuego los devorará” (Salmo XX, 10)

Juan Cruz

viernes, 22 de noviembre de 2024

Cecilia, aquella apasionada mujer que fue torturada y degollada por convertir a los suyos



Hay personas en la historia que parecen estar hechas de una madera especial. No solo por su carisma, liderazgo o capacidad de resistencia frente a la persecución, sino porque, con una imperturbable confianza en algo más grande que ellos, decidieron llevar adelante un plan que, a ojos de los demás, podría haber parecido condenado al fracaso desde el principio. Personas como Tomás Moro, Francisco de Asís o Juan Pablo II pudieron haber elegido un camino más cómodo, que sin duda les habría facilitado la vida.

Oponerse, con un silencio coherente, a los deseos de un rey y, como consecuencia, ser encarcelado y decapitado, no es algo que atraiga a nadie. Dejar la vida acomodada de 'niño bien', tirar por la ventana las riquezas de la familia y vivir, literalmente, en la pobreza más extrema, tampoco parece una historia ganadora. Convertirse en Papa y tener el coraje de desafiar al telón de acero, arriesgándose a las amenazas de un país comunista, es una jugada arriesgada. Sin embargo, a pesar de que sus opciones parecían limitadas, estos personajes ganaron el mayor premio de todos: la santidad.

Uno de esos personajes, de los primeros siglos del cristianismo, también estuvo hecho de esa misma madera. Se llamaba Cecilia. Era una noble dama romana, cristiana a pesar de la incomprensión de su familia, con un corazón sensible hacia los acordes melodiosos que, en su momento, le recordaron la belleza de Dios y la acercaron a Jesús en medio de una persecución que le llevarían a un largo y atroz martirio.

La información más antigua sobre ella proviene de las Actas de Santa Cecilia, escritas en latín hacia el año 480, lo que confirma que la Iglesia romana ya la conmemoraba en esa época. Según las Actas, Cecilia nació en una familia romana noble. Desde pequeña, abrazó la fe cristiana y llevó una vida de profunda devoción. A pesar de la resistencia de sus padres, quienes no compartían sus creencias, fue comprometida en matrimonio con un joven noble pagano, Valeriano. Durante la celebración nupcial, Cecilia le reveló a su esposo que había entregado su virginidad a Dios y que un ángel la protegía.

Intrigado, Valeriano pidió ver al ángel y, tras convertirse al cristianismo, recibió su visión. Juntos, Cecilia y Valeriano vivieron en castidad y dedicación religiosa, y con el tiempo, el hermano de Valeriano, Tiburcio, también abrazó la fe cristiana.

Pero la persecución contra los cristianos se intensificó, y Valeriano y Tiburcio no pudieron evitarla. Ambos fueron arrestados y sentenciados a muerte por orden del prefecto Turcio Almaquio. Máximo, un funcionario encargado de ejecutar la sentencia, se negó a cumplirla, pues él mismo había abrazado la fe cristiana. Ante su negativa, el prefecto ordenó su ejecución junto a la de los hermanos. Cecilia, fiel a su devoción, recogió los cuerpos de los tres mártires y los enterró conforme a la tradición cristiana.

Poco después, Cecilia también sufrió las consecuencias de la persecución. Fue arrestada y se le ordenó rendir culto a los dioses romanos, a lo que ella se negó rotundamente. Como castigo, fue condenada a morir ahogada en la fuente de baño de su casa, pero sobrevivió.

La condena de Cecilia fue aún más cruel: la sumergieron en un recipiente con agua hirviendo, pero milagrosamente permaneció ilesa, resistiendo las llamas sin sufrir daño alguno. Ante tal inexplicable resistencia, el prefecto ordenó que la decapitaran en el mismo lugar. El verdugo, incapaz de cumplir con su tarea, intentó tres veces cortar su cabeza, pero no logró separarla del cuerpo. Desesperado, huyó, dejando a la santa bañada en su propia sangre, lo que prolongó su sufrimiento hasta tres días más, según cuenta la tradición. En ese brevísimo tiempo, Cecilia continuó haciendo limosnas y dispuso que su casa se convirtiera en templo.

El cuerpo de Santa Cecilia permaneció intacto durante siglos, siendo hallado en las catacumbas de San Calixto en 820, milagrosamente preservado y cubierto por una túnica de oro. El Papa Pascual I trasladó sus restos a la basílica de Santa Cecilia en Trastevere, donde, en 1559, se realizó una restauración que reveló su cuerpo en perfecto estado, con el rostro inclinado hacia el suelo y los dedos de las manos señalando la Santísima Trinidad, lo que añadió un halo místico a su figura.

¿Por qué Cecilia es patrona de los músicos?

Santa Cecilia fue proclamada patrona de la música y los músicos en 1584 por el Papa Gregorio XIII, debido a la estrecha asociación que su figura adquirió con el arte musical. Sin embargo, el origen de su patronazgo sobre la música y los músicos sigue siendo incierto. ¿Podría ser a que Cecilia cantaba a Dios en su corazón? Este acto de rezar con toda el alma, en silencio y devoción, podría haber inspirado la conexión.

Las Actas de Santa Cecilia describe cómo, durante su boda, mientras sonaban los instrumentos, Cecilia cantaba en al Señor, pidiendo la pureza de su cuerpo y su alma. Este canto, más allá de la música, reflejaba su profundo amor por Dios. Es probable también que, como parte de la educación de las jóvenes de familias aristocráticas romanas, Cecilia haya aprendido a tocar algún instrumento musical, como la lira o la cítara, y es por eso que siempre se le representa con uno de esos instrumentos.

Tumba del Papa Francisco | El Vaticano, en Quiebra | Canonización de Carlo Acutis | Camarlengo Papal (Padre Santiago Martín)





Duración 13:12 minutos