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sábado, 5 de marzo de 2022

Los reportes (científicos) de la muerte de Dios han sido muy exagerados




Por Enrique de Zwart

The Return of the God Hypothesis: Three Scientific Discoveries That Reveal the Mind Behind the Universe– HarperOne 2021, 568 pages.

Reseña

De acuerdo con «la ciencia», Dios es un mito. La vida, incluyendo nuestra propia vida, no es más que un accidente cósmico. Los supuestos portavoces de la ciencia nos dicen que la creencia en Dios es insostenible, y que la existencia del ser humano no tiene ningún significado. Por ejemplo, Richard Dawkins, el promocionado ateo darwinista ha afirmado que «el universo que observamos tiene precisamente las propiedades que deberíamos esperar si, en el fondo, no hay diseño, no hay propósito… nada más que una ciega y despiadada indiferencia«.

El materialismo científico tiene altas pretensiones, nada más ni nada menos que explicar la realidad ultima. Y de que entidad o proceso surgió todo. Afirma que la materia, la energía y las leyes de la física son dichas entidades, y que han existido eternamente (o casi) como los fundamentos no-creados de todo lo que existe. Los materialistas también sostienen que la materia y la energía se organizaron mediante procesos estrictamente naturales y produjeron todas las formas de vida que poblaron y pueblan la tierra. No es moco de pavo. Naturalmente niegan la existencia de entidades inmateriales como Dios, el alma, el libre albedrio, y siguiendo su lógica reduccionista incluso la misma mente humana (meras “ilusiones neuronales”).

Pero ¿somos el producto de tal indiferencia, es decir, procesos puramente materialistas sin ningún propósito? ¿Tiene el universo las propiedades que deberíamos esperar si esta visión de la realidad de «todo lo que hay es materia» es correcta? Quizás no.

Tres notorios descubrimientos científicos contradicen las expectativas (“expresiones de deseo” es una mejor descripción) de los científicos ateos, y apuntan en cambio en una dirección no solo claramente compatible con Dios, sino inexorablemente teísta. Y esto describe Stephen Meyer, filósofo de la ciencia, en Return of the God Hypothesis: Three Scientific Discoveries That Reveal the Mind Behind the Universe.

Meyer argumenta que la ciencia misma ahora nos obliga a considerar la hipótesis de Dios, que no es sino la hipótesis de que un agente trascendente y omnipotente estableció las leyes de la física, creó el universo y la vida.

Todo esto sin ninguna apelación a la autoridad (religiosa). En esta exhaustiva obra Meyer nunca cita ningún pasaje de la Biblia, ni ningún texto religioso, y jamás menciona a Cristo o a Yahvé (aunque a más de un científico ateo le vendría bien leer Job 38). Su abundante soporte, casi 100 páginas de notas y bibliografía, es rigurosamente académico.

¿Pero cuáles son estos tres grandes descubrimientos?


El sacerdote y físico belga Georges Lemaître, padre de la teoría del Big Bang. 

El Big Bang

Primero, el Big Bang, los descubrimientos en astronomía observacional y los desarrollos en física teórica han revelado que el universo tuvo un comienzo. Esto es contrario a las expectativas del materialismo científico, que durante mucho tiempo explicó el universo como eterno y auto existente y, por lo tanto, sin necesidad de un creador externo. ¿Qué había antes del Big Bang? Nada. Ni tiempo, ni espacio, ni materia, ni energía. Nada material, estrictamente hablando.

La primera evidencia de un comienzo cósmico llegó en la década de 1920 cuando los astrónomos descubrieron que la luz proveniente de galaxias distantes se estaba estirando o desplazando hacia la parte roja del espectro de luz visible[1] (red-shifted) como si las galaxias se estuvieran alejando de nosotros (análogo al efecto Doppler en el sonido cuando una ambulancia se aleja de nosotros). Poco después, el sacerdote y físico belga Georges Lemaître y el astrónomo Edwin Hubble demostraron independientemente uno del otro que las galaxias más lejanas a la Tierra se estaban alejando más rápido que las cercanas. Eso sugería una expansión esférica del universo (y del espacio mismo) como un globo que se inflaba desde un comienzo explosivo y singular, o sea desde un «big bang».


Los astrónomos han descubierto que las galaxias distantes se están alejando unas de otras y de la tierra. En consecuencia, la luz emitida a una cierta longitud de onda desde estrellas distantes parece estirada o «desplazada al rojo». Además, cuanto más lejos están las galaxias de la Tierra, más rápido se alejan de nosotros y más se estiran las longitudes de onda de la luz proveniente de ellas. Adaptado de Return of the God Hypothesis.

Lemaître también demostró que las ecuaciones de Einstein que describían la gravedad implicaban naturalmente un universo dinámico, a pesar del intento inicial de Einstein de manipular sus propias ecuaciones para representar el universo como eternamente existente y estático, es decir, sin contraerse ni expandirse. El motivo de Einstein era ideológico, no científico, ya que encontraba “repugnante” la proposición de que el universo tuviera un comienzo. En 1931, Einstein visitó el Hubble en el observatorio del Monte Wilson en California para ver la evidencia del desplazamiento al rojo por sí mismo. Einstein, quien se había referido despectivamente a la idea de Lemaître como «inspirada por el dogma cristiano de la creación y totalmente injustificada desde el punto de vista físico», reconoció luego que negar la evidencia de un comienzo fue «el mayor error» de su carrera científica.

Esta evidencia de un comienzo cósmico, más tarde reforzada por otros descubrimientos en astronomía y física teórica como la radiación de fondo cósmica[2], no solo contradijo las expectativas del materialismo científico, sino que confirmó las premisas teístas. Arno Penzias, premio Nobel y parte de un descubrimiento clave para establecer la existencia de un comienzo cósmico, observó:

«Los mejores datos que tenemos son exactamente lo que yo hubiera predicho, si no hubiera tenido nada más que el Pentateuco… y la Biblia en su conjunto.» [243]

Y no es el único. La evidencia cosmológica ha llevado a muchos otros prominentes científicos a afirmar a un creador trascendente más allá del espacio y el tiempo como la mejor explicación para el origen de nuestro universo finito.

En una conclusión memorable de su libro Dios y los Astrónomos, el astrofísico agnóstico Robert Jastrow observó que el descubrimiento de un comienzo cósmico:

«es un desarrollo extremadamente extraño, inesperado por todos menos por los teólogos. Siempre han aceptado la palabra de la Biblia: En el principio Dios creó el cielo y la tierra… El desarrollo es inesperado porque la ciencia ha tenido un éxito extraordinario en el rastreo de la cadena de causa y efecto hacia atrás en el tiempo. Para el científico que ha vivido por su fe en el poder de la razón, la historia termina como un mal sueño. Ha escalado las montañas de la ignorancia; está a punto de conquistar el pico más alto; cuando supera la roca final, es recibido por una banda de teólogos que han estado sentados allí durante siglos.» [109]

Ciertamente, ya que se ha construido una religión alrededor de la ciencia materialista. Y esta fe religiosa del científico es rudamente profanada por el descubrimiento de que el universo tuvo un principio.
La excelsa armonía del universo

Segundo, el extraordinario ajuste fino (fine tuning) del universo. Vivimos en lo que podemos llamar un «universo afortunado», donde las leyes fundamentales y los parámetros físicos de alguna manera han sido «afinados» con fuerzas y constantes adecuadas para que la vida sea posible. Esto comenzó a ser evidente a partir de la década de 1960. Las remotísimamente increíbles probabilidades de que esto suceda por casualidad han llevado a científicos agnósticos y ateos a maravillarse. «La impresión de diseño es abrumadora» reconoció el físico Paul Davies. El ateo George Greenstein admite sufrir disonancia cognitiva al respecto: «Surge insistentemente la idea de que algún agente sobrenatural… debe estar involucrado.»

Incluso minúsculas alteraciones en los valores de muchos factores independientes —como las fuerzas de atracción gravitacional y electromagnética, las masas de las partículas elementales y la disposición inicial de la materia y la energía en el universo— habrían hecho imposible la vida.

Valgan un par ejemplos, de lo muchos descriptos por Meyer. Las masas de los “quarks arriba” y “quarks abajo”, que constituyen los protones y neutrones, deben tener valores precisos para permitir la producción en abundancia de elementos esenciales para un universo “amigable con la vida”, como carbono y oxígeno. Dichas masas deben cumplir nueve condiciones simultaneas para que las reacciones nucleares “correctas” puedan haber ocurrido en los comienzos del universo y la vida fuera posible. Una condición, por ejemplo, es la existencia de protones estables. La simultaneidad exige la intersección de las nueve condiciones, que es una zona infinitesimal de todas las plausibles. Y esto es precisamente lo que ocurre.


Ejemplo de ajuste fino del universo. Cada punto en el gráfico corresponde a los valores posibles para las masas de los quarks arriba y quarks abajo (Mu, Md, que constituyen los protones y los neutrones), relativas a la masa de Planck, Mp, natural en cosmología. Cada una de las nueve líneas del gráfico delimitan regiones de hipotéticos universos que permiten la vida y que no la permiten de acuerdo con varios criterios. Los nueve criterios deben cumplirse simultáneamente, por lo que la región que permite la vida es la marcada en gris. Un área minúscula de todas las plausibles. Return of the God Hypothesis.

No es solo que los valores de las contantes en las leyes fundamentales de la física parecen estar sorprendentemente afinados para que haya vida en el universo, como la constante G en la fuerza de gravedad[3], sino que las leyes mismas son de carácter contingente mas que una necesidad lógica. La existencia de la vida en el universo depende de su precisa estructura matemática. La fuerza de la gravedad descripta por Newton decrece con el cuadrado de la distancia (es decir el numero 2 redondito, no 2.01 o 1.99, ¿curioso no?). Y sin embargo, sin violar ningún principio lógico u otra ley fundamental esta fuerza podría haber disminuido con el cubo de la distancia, o algún exponente mas grande aún. Pero esto habría resultado en fuerzas gravitacionales demasiado débiles para que haya vida. De igual modo, la fuerza gravitacional podría haber disminuido en modo linear (exponente 1), pero esto habría resultado en fuerzas demasiado grandes para que haya vida.

Hay cuatro fuerzas fundamentales (léase inexplicables[4]) en la naturaleza: fuerza gravitacional, fuerza electromagnética (FEM), fuerza nuclear fuerte (FNF) y fuerza nuclear débil (FND). La fuerza nuclear débil causa radiación nuclear (es decir, radiactividad). La FNF, una fuerza atractiva de corto rango, mantiene unidos a los protones y neutrones. La FEM opera en todas las distancias, atrayendo partículas con cargas opuestas y repeliendo aquellas con la misma carga.

La vida depende de la existencia de estas fuerzas, que describimos con diferentes tipos de leyes, actuando en concierto. Por ejemplo, la vida en el universo requiere (1) una fuerza de atracción de largo alcance (como la gravedad) que facilite la coalescencia de las galaxias, las estrellas y los sistemas planetarios a partir de elementos químicos para proporcionar plataformas estables para la vida; (2) una fuerza como FEM para hacer posibles reacciones químicas y transmisión de energía a través del espacio; (3) una fuerza como la FNF que opera a distancias cortas para unir los núcleos de los átomos y superar las fuerzas electrostáticas repulsivas; (4) la cuantización de la energía para hacer posible la formación de átomos estables y, por lo tanto, la vida; (5) el funcionamiento de un principio de exclusión como el de Pauli que (a) permite la formación de estructuras materiales complejas y, sin embargo, (b) limita el peso atómico de los elementos.

Por lo tanto, las fuerzas que actúan en el universo mismo (y las matemáticas que describen las leyes de la física) muestran un ajuste fino que requiere explicación. Sin embargo, ninguna explicación física de esta estructura es posible, porque es precisamente la física (y sus leyes más fundamentales) la que manifiesta esta estructura y requiere explicación. En suma, la física no se explica a sí misma.

No es sorprendente que muchos físicos hayan concluido que este improbable ajuste fino para la vida apunta a un «afinador» cósmico. Fred Hoyle, el astrofísico que acuñó la frase «big bang» para ridiculizar la idea de que el universo tuvo un comienzo —una posición que le convenía como ateo y materialista— cambió de opinión y más aún se convenció de que un ser inteligente había orquestado el equilibrio preciso de fuerzas y constantes físicas en la naturaleza para hacer que el universo permitiera la vida: «Interpretando los datos con sentido común lleva a pensar que un superintelecto ha toqueteado la física» para hacer la vida posible ya que «las propiedades del universo caen dentro de rangos estrechos e improbables que son absolutamente necesarios para que existan formas de vida complejas».

Con el fin de evitar esta “inconveniente” conclusión, algunos físicos han postulado hipótesis bizarras, como que hay un gran número de universos. Esta idea del «multiverso» sugiere que nuestro universo se ganó la lotería; y también que hay un mecanismo generador de universos vomitando miles y miles de millones de universos. Tantos que uno como el nuestro con su improbable combinación de factores propicios para la vida eventualmente tendría que surgir. Ningún experimento puede proporcionar evidencia para refutar o confirmar la hipótesis del multiverso. Ergo esta fantasía no puede ser considerada ciencia.

Así y todo, los adalides del multiverso pasan por alto un problema obvio. Todas estas propuestas altamente especulativas, basadas en la «cosmología inflacionaria[5]» o en la «teoría de cuerdas[6]«, postulan mecanismos generadores de universos que a su vez requieren un ajuste previo inexplicable, lo que nos lleva de vuelta a donde comenzamos y a la necesidad de un afinador inicial.

Dijimos que antes del Big Bang no había ni tiempo, ni espacio, ni materia, ni energía. Pero ¿existían las matemáticas y las leyes de la física que no son materiales? Si hubiese un mecanismo que tratase de explicar el Big Bang de modo materialista tendría que asumir que existían leyes “incluso antes del universo mismo”. Lo cual presenta otro problema. Las leyes se expresan en forma de ecuaciones matemáticas. Si el medio de las matemáticas es la mente, ¿significa esto que la mente debe ser anterior al universo? Los ateos prefieren pasar por alto esta pregunta.

La complejidad de la vida

Tercero, la complejidad de la vida. La biología molecular ha revelado la presencia en las células vivas de un mundo exquisito de nanotecnología informativa: el código digital en el ADN y ARN; diminutas máquinas moleculares intrincadamente construidas; un complejo sistema de almacenamiento, transmisión y procesamiento de información que se asemeja, pero supera ampliamente, a nuestra tecnología digital más avanzada. No es lo que se esperaría encontrar si todo fuera el resultado de procesos materialistas al azar. El propio Dawkins confesó estar «asombrado por la complejidad miniaturizada de la maquinaria de procesamiento de datos en la célula viva».

Esto sugiere el trabajo de un programador maestro en las mismas bases de la vida. Después de que James Watson y Francis Crick dilucidaron la estructura de la molécula de ADN en 1953, Crick desarrolló su famosa «hipótesis de secuencia». En esta, Crick propuso que los componentes químicos en el ADN funcionan como letras en un lenguaje escrito o símbolos digitales en un código de computadora.

El funcionamiento del código informático depende de una secuencia precisa de ceros y unos. Del mismo modo, la capacidad de la molécula de ADN para dirigir el ensamblaje de moléculas de proteínas cruciales en las células depende de arreglos específicos de constituyentes químicos llamados «bases» a lo largo de la columna vertebral de su estructura de doble hélice. Dawkins reconoció que «el código máquina de los genes es extrañamente similar a una computadora». El ADN es como un programa de computadora, pero mucho, mucho más avanzado que cualquier software creado por el hombre. Meyer desarrollo en detalle este tópico en su primer libro, Signature in the Cell.

Es de notar que no hay enlaces químicos, y por lo tanto no hay fuerzas de atracción, entre las bases que corren a lo largo de la columna vertebral de la doble hélice de ADN. Sin embargo, es precisamente a lo largo de este eje de la molécula que se codifican las instrucciones genéticas en el ADN. Mas aun, cada una de las cuatro bases de nucleótidos adenina, timina, citosina y guanina -A, T, C, G- se adhieren a cualquier sitio en la columna vertebral del ADN con la misma facilidad, ya que están conectadas por el mismo tipo de enlace químico (enlace N-glicosídico). Las cuatro bases son aceptables, ninguna preferida. Por lo tanto, diferencias en afinidad de enlace no determinan la disposición de las bases. En otras palabras, las fuerzas de atracción química no explican la información en el ADN. ¿Cuál es el origen de esta información?


Esquema de la estructura química de la molécula de ADN que muestra los principales enlaces químicos entre sus moléculas constituyentes. No hay ningún enlace conectando las bases de nucleótidos (representadas por rectángulos con A, C, G. T a lo largo del eje donde se encuentra la información. Además, el mismo tipo de enlace químico conecta las diferentes bases a la columna vertebral de azúcar-fosfato (pentágonos y círculos P) de la doble hélice. Estas dos características de la molécula aseguran que cualquier base se puede conectar a la columna en cualquier lugar con la misma facilidad. Es decir que las propiedades de enlace de los constituyentes químicos del ADN no determinan la secuencia de las bases. Return of the God Hypothesis.

Hoy está claro que el código genético es un precisamente un código: una maravilla de sofisticación nanotecnológica para el procesamiento de información mediante la cual los codones (secuencia de tres nucleótidos) se traducen en aminoácidos que se ensamblan en proteínas. Incluso si los científicos pudieran algún día demostrar cómo la “sopa prebiótica” pudo haber generado una rica mezcla de nucleótidos, tal mezcla sería análoga a un cubo lleno de letras. La pregunta sin respuesta es cómo cucharadas al azar de la sopa podrían generar un libro como Don Quijote o la obra de Shakespeare. La célula viva más simple contiene más de 400 genes, cada uno compuesto por docenas o cientos de codones y cada uno de ellos esencial para la vida, es decir, si alguno de esos genes se elimina experimentalmente, la célula morirá. Ninguna teoría actual explica el origen de esta información genética. Algunos han propuesto ideas vagas como «autoorganización» y «selección natural prebiótica». Pero como señaló el premio Nobel de fisiología Christian de Duve, tales teorías «presuponen lo que debe explicarse en primer lugar», a saber: ¿de dónde proviene la información?

El premio Nobel de química Ilya Prigogine concluyó que las probabilidades de que las biomoléculas con alta densidad de información se desarrollen por casualidad son «desvanecedoramente pequeñas», incluso durante miles de millones de años. El mismo Crick tampoco vio ninguna posibilidad de que la vida en la tierra pudiera haber surgido espontáneamente de la “sopa primordial” y argumentó que la vida en la tierra debió haber sido sembrada por extraterrestres de otro sistema solar. La convicción entre ciertos científicos de que la vida pudo surgir espontáneamente de materia no viva es una cuestión de fe en el reduccionismo materialista y se basa completamente en ideología, no evidencia.

Ninguna teoría de evolución química al azar (no dirigida) explica el origen de la información en el ADN (o ARN) necesaria para construir la primera célula viva a partir de sustancias químicas inertes más simples. En cambio, nuestra uniforme y repetida experiencia, la base de todo razonamiento científico, muestra que los sistemas que poseen información funcional o digital surgen invariablemente de causas inteligentes.

Mas allá del misterio de la información necesaria para el comienzo de la vida, otro ejemplo de una explosión de información es la “explosión cámbrica«, a veces llamada big bang de la biología, en la que nuevos planes corporales, filos, aparecen dentro de un período de tiempo geológico cortísimo, a contrapelo de la evolución darwinista. En su segundo libro, Darwin’s Doubt, Meyer se explayó extensamente sobre esta temática.

Sabemos por experiencia que el software proviene de programadores. Sabemos en general que la información, ya sea inscrita en jeroglíficos, en libros o codificada en señales de radio, siempre surge de una fuente inteligente.

Por lo tanto, el descubrimiento de información, y un complejo sistema de transmisión y procesamiento de información en cada célula viva, proporciona bases sólidas para inferir que la inteligencia jugó un papel en el origen de la vida. Ya que «la información surge habitualmente de la actividad consciente».


El origen de los animales de acuerdo con la teoría darwinista (arriba) versus la evidencia (abajo). La teoría de Darwin predice un cambio evolucionario gradual, pero el registro fósil muestra la aparición abrupta de mayores grupos de animales, por ejemplo, durante el periodo cámbrico. Return of the God Hypothesis.

Conclusión

La premisa materialista no siempre ha sido parte del método científico. Los fundamentos de la ciencia moderna se pusieron en la edad media gracias a la cosmovisión cristiana de la época. Mas tarde los primeros científicos modernos fueron en general cristianos. Sin embargo, el materialismo ganó primacía después de Darwin. Hoy, la hegemonía de la suposición materialista es casi completa. El complejo educativo-mediático la presupone. Pero Meyer argumenta que la suposición materialista ahora plantea una obstrucción a la comprensión y niega la posibilidad del conocimiento, obligando a los científicos a proponer hipótesis inverosímiles e incomprobables con tal de evitar la hipótesis de Dios. Paradójicamente, el fanatismo religioso y la negativa a debatir los hechos honestamente ahora caracterizan a los ateos más que a los que creen en Dios.

Los científicos ateos han construido teorías cada vez más enrevesadas y fantasiosas, postulando diseñadores alienígenas para dar explicar el código de la vida; múltiples universos paralelos para tratar de explicar el ajuste fino; y desarrollado elaboradas ecuaciones matemáticas en un intento de usar la física para mostrar cómo el universo físico podría haber surgido de la nada física (lo cual es una contradicción en términos y metafísicamente absurdo). Como admitió el biólogo evolucionista Richard Lewontin:

«Nuestra inclinación a aceptar postulados científicos que van en contra del sentido común es la clave para comprender la verdadera lucha entre la ciencia y lo sobrenatural. Nos ponemos del lado de la ciencia a pesar del absurdo obvio de algunas de sus hipótesis… porque tenemos un compromiso previo, un compromiso con el materialismo… Mas aun, ese materialismo es absoluto, ya que no podemos permitir un Pie Divino en el umbral». [346]

Pero ¿y si Dios puso no solo un pie sino toda su divinidad en la creación? ¿y si el universo tiene precisamente las propiedades que deberíamos esperar si hay un creador con voluntad e inteligencia detrás de todo? Return of the God Hypothesis argumenta que el universo tiene precisamente tales propiedades.

Meyer argumenta que la evidencia científica que tenemos sobre los orígenes biológicos y cosmológicos conduce lógicamente al conocimiento de Dios. O como dijo San Agustín crede ut intelligas, «cree para entender«. Y esto confirma la esperanza de que no somos el producto de una «ciega y despiadada indiferencia»; ridículo postulado que ninguna persona sana toma seriamente (en general los materialistas son hipócritas que imbéciles), y que si fuera tomado en serio conduce a la desesperación. Al contrario, hemos sido pensados y creados con un propósito.

…Que no te la cuenten.

Enrique de Zwart


[1] En física, un desplazamiento al rojo es un aumento en la longitud de onda, y la correspondiente disminución en la frecuencia y la energía de los fotones, de la radiación electromagnética (como la luz). Este desplazamiento al rojo en el espectro visible es observado en objetos astronómicos distantes, como estrellas y galaxias.

[2] La radiación cósmica de fondo es una radiación electromagnética que llena todo el universo y representa el eco del Big Bang.

[3] La fuerza de atracción gravitacional entre dos cuerpos es proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre ambos: F = G × M1 × M2 /d2, donde G = 6.67430 × 10-11 Nm2/kg2 es la constante gravitacional.

[4] Que se conozca el efecto de algo, no significa que se conozca la causa. Por ejemplo, todos sabemos el efecto de la fuerza de gravedad, y podemos medirla. Pero nadie sabe su causa. ¿Qué es la gravedad? Los objectos caen debido a la gravedad, pero la gravedad es la tendencia de los objectos a caer. Lo cual es un argumento circular. Al describir esta misteriosa fuerza que actúa a distancia sin ninguna causa mecánica aparente, Newton fue criticado de “escolástico” por el “nominalista” Leibniz, quien acusó al inglés de estar simplemente asignando el nombre del efecto como su propia causa. En defensa de Newton podemos decir que hasta el día de hoy nadie sabe qué es la gravedad, o por qué existe.

[5] Serie de conjeturas teóricas para explicar la expansión ultrarrápida del espacio en los instantes iniciales del universo.

[6] Conjunto de hipótesis y modelos teóricos que asumen que las partículas subatómicas, aparentemente puntuales, son en realidad “estados vibracionales” de un objeto extendido más básico llamado “cuerda” o “filamento”. No hay evidencia de tal cosa.

Dos guerras en Europa | Actualidad Comentada 04-03-2022 | Pbro. Santiago Martín FM | Magnificat.tv

Magnificat TV - Franciscanos de María


Duración 9:18 minutos

jueves, 3 de marzo de 2022

NOTICIAS 2 y 3 de marzo de 2022




ROBERSR

¡FEIJÓO QUIERE COMBATIR A VOX Y PACTAR CON SÁNCHEZ!
ESPADA DE DOBLE FILO 

¿Teología del siglo XXI o rogativas para pedir la lluvia? 
(Bruno Moreno)

https://www.infocatolica.com/blog/espadadedoblefilo.php/2203010313-iteologia-del-siglo-xxi-o-rog

DE LIBROS, PADRES E HIJOS

LOS BUENOS LIBROS: UN CAMINO HACIA LA VERDAD, LA BELLEZA Y LA BONDAD

https://delibrospadresehijos.blogspot.com/2022/02/los-buenos-libros-un-camino-hacia-la.html


THE WANDERER

El triunfo de la voluntad

http://caminante-wanderer.blogspot.com/2022/03/el-triunfo-de-la-voluntad.html

IL SETTIMO CIELO
 

Entre Moscú y Kiev el Papa ha extraviado el camino 
(Sandro Magister)

http://magister.blogautore.espresso.repubblica.it/2022/03/03/entre-moscu-y-kiev-el-papa-ha-extraviado-el-camino/

CHIESA E POST CONCILIO

Carta a Australia (Monseñor
 Carlo Maria Viganò)

https://chiesaepostconcilio.blogspot.com/2022/03/arciv-carlo-maria-vigano-lettera.html

SECRETUM MEUM MIHI

Obispos ucranianos piden a Francisco: “Su Santidad, realice públicamente el acto de consagración de Ucrania y Rusia al Inmaculado Corazón de María, como lo solicitó la Santísima Virgen en Fátima”

Obispos ucranianos piden a Francisco que consagre a Ucrania y Rusia al Inmaculado Corazón de María (Carlos Esteban)



El episcopado católico de Ucrania, que sufre la invasión del ejército ruso, ha escrito una carta al Papa Francisco para implorarle que consagre su país y Rusia al Inmaculado Corazón de María, como había pedido la Virgen en las apariciones de Fátima.

“¡Padre Santo!”, invoca la carta enviada por los obispos ucranianos. “En estas horas de dolor inconmensurable y terrible prueba para nuestro pueblo, nosotros, los obispos de la Conferencia Episcopal de Ucrania, somos portavoces de la incesante y sentida oración, sostenida por nuestros sacerdotes y consagrados, que nos llega de todo el pueblo cristiano para dedique Su Santidad nuestra Patria y Rusia”.

“Respondiendo a esta oración, pedimos humildemente a Su Santidad que realice públicamente el acto de consagración al Sagrado Inmaculado Corazón de María de Ucrania y Rusia, como lo solicitó la Santísima Virgen en Fátima”.

“Que la Madre de Dios, Reina de la Paz, acoja nuestra oración: Regina pacis, ora pro nobis!”.

Ahora, la pregunta es: ¿no realizó ya esa consagración, tanto tiempo postergada, el Papa San Juan Pablo II el 25 de Marzo de 1984? Esa es, ciertamente, la respuesta oficial del Vaticano cuando se solicita por unos y por otro el cumplimiento de la orden celestial. Pero no todo el mundo, ni mucho menos, está de acuerdo.

“Es evidente que la consagración (de Rusia) no se hizo como pidió Nuestra Señora”, declaró en 2017 el Cardenal Raymond Burke en su discurso durante la conclusión de la Cumbre sobre el Centenario de Fátima, que se ha llevado a cabo este fin de semana.

“No dudo en absoluto de la intención del Papa San Juan Pablo II cuando llevó a cabo la consagración el 25 de marzo de 1984”, dijo Burke, añadiendo que Sor Lucía declaró que “Nuestra Señora la aceptó”.

Pero el cardenal norteamericano insiste en reconocer “la necesidad de una conversión total del materialismo ateo y del comunismo a Cristo, como también la urgencia de que Rusia siga la llamada de Nuestra Señora de Fátima y se consagre a Su Inmaculado Corazón siguiendo las explícitas instrucciones de la Virgen”.

El ex prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica volvió a hacer un llamamiento para realizar la consagración de Rusia según las instrucciones específicas de Nuestra Señora. Citó también el final del famoso secreto a los niños, en el que Nuestra Señora predijo: “Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz”.

Carlos Esteban

martes, 1 de marzo de 2022

Importancia de los buenos libros de espiritualidad. Se aconsejan algunos para esta cuaresma (José Martí)




ARTÍCULOS SOBRE CUARESMA EN ESTE BLOG

Cuaresma: un tiempo de preparación para la Semana Santa
(Los precios que aparecen son los de Amazon)


Alguna vez ... pensaste?: El llamado de Cristo (12, 14 euros) del padre Javier Olivera Ravasi (201 págs)

¿Alguna vez pensaste…?¿Alguna vez tu alma se vio tan inquieta, de modo tal que nada ni nadie podía detenerla al pensar en la inmensidad de Dios? ¿Alguna vez te detuviste a considerar que Dios sigue llamando a sus discípulos a que lo ayuden en la obra redentora?¿Alguna vez se te pasó por la cabeza que quizás podría estar llamándote? ¿Alguna vez pensaste que podrías tener vocación a la vida consagrada o al sacerdocio?Con las presentes páginas, que intentan seguir en todo la doctrina de los santos y maestros autorizados, deseamos brindar una ayuda para definir si es que Dios llama o no a alguien a la vida sacerdotal o religiosa. Nuestra idea es tranquilizar ante toda incertidumbre que aún mantiene al alma en un estado de indecisión, para hacerla reposar finalmente en las verdes praderas de la voluntad de Dios.

La humildad del corazón (9,99 euros) de Fray Cayetano María de Bérgamo (178 págs)

La humildad del corazón es un clásico de espiritualidad católica, para leer, meditar, poner en práctica y volver a leer muchas veces durante toda la vida. (Léase al respecto el excelente comentario de Bruno Moreno, de Infocatólica, sobre este libro)

Dios no es un aguafiestas (10,41 euros) de José Martí (282 págs)

Nada más lejos de la realidad que un cristiano “triste”. Si nos encontramos con alguien así, podemos estar seguros de que no es su condición de cristiano la que le produce esa tristeza, sino otros motivos. Tal vez esté atravesando por alguna depresión y requiera de cuidados médicos. Pero, es más: incluso en este caso, si verdaderamente cree en Jesucristo, unirá sus sufrimientos a los de Jesús, pidiéndole que se cumpla en todo su voluntad. Y eso, aun en medio del dolor, le dará una gran paz, una paz que es inexpresable e incomunicable, pero que es real. El mundo no lo comprende, pero es así.


La poesía olvidada: encontrar a Dios a través de la poesía (10, 40 euros) de José Martí (294 págs)

El lenguaje de la poesía llega a veces donde la Teología no alcanza. Un ejemplo:

El olor de las rosas
me llegó paseando por el prado.
Y las vi tan hermosas
que, su aroma inhalado,
me llevó, sin notarlo, hasta mi Amado.

Nueve días para recuperar la alegría de rezar (4,75 euros) de Jacques Philippe (78 págs)

Conceder a Dios la primacía absoluta sobre cualquier otra realidad (el trabajo, las relaciones humanas, etc.) es el único modo de establecer una recta relación con las cosas, con un interés proporcionado y una distancia que permita conservar la libertad interior y la unidad de vida. Si no, se cae en la indiferencia, en la negligencia o al revés: en las ataduras, en el agobio, en la dispersión, en preocupaciones inútiles.

Nueve días para recuperar la paz (4,75 euros) de Jacques Philippe (88 págs)

La paz que nos promete Jesús no es la del mundo. No es la tranquilidad de aquel a quien todo le va bien. que tiene los problemas resueltos y los deseos satisfechos. La paz que Jesús nos promete es una paz que puede recibirse y experimentarse en situaciones difíciles y de incertidumbre, porque tiene su origen y su fundamento en Dios.

Nueve días para fortalecer la fe (4,75 euros) de Jacques Philippe (84 págs)

La fe, el acto de fe, nos pone verdaderamente en contacto con Dios, nos abre, poco a poco, toda la riqueza y la profundidad del misterio de Dios. Todo progreso en la fe supone progreso en la esperanza y progreso en el amor. La fe es la luz que nunca nos decepcionará. Es de hecho nuestra verdadera fuerza. Nos permite apoyarnos en Dios. Puede decirse que todos nuestros pecados y todas nuestras faltas provienen, de algún modo, de una falta de fe. No creemos bastante en el poder y el amor de Dios y ese es, a fin de cuentas, el verdadero problema de nuestra vida. 

No anteponer nada a Cristo (18,52 euros) del cardenal Carlo Caffarra (232 págs)

Si la persona humana, cada persona humana, ha sido pensada y deseada por Dios mismo, a cada uno de nosotros se le ha conferido una tarea, es depositario de una "misión" confiada, precisamente, a su libertad. El sentido de la vida no debe ser inventado, sino descubierto.

Por José Martí

NOTA: Libros católicos gratis (en español y en formato pdf)

domingo, 27 de febrero de 2022

BRUTAL BOFETÓN de CARLOS CUESTA a IRENE MONTERO, por el tema del ABORTO



Duración 3:06 minutos

https://youtu.be/huk7GV54q6k

¿SORPASSO VOX AL PSOE? ¿PACTO PP-VOX EN CASTILLA Y LEÓN? ¿FIN DE OCCIDENTE? | PREGUNTAS Y RESPUESTAS



Duración 18:20 minutos


Lecciones de una guerra | Actualidad Comentada | 25-2-2022 | Pbro. Santiago Martín | Magnificat.tv

Magnificat TV - Franciscanos de María


Duración 10:35 minutos

https://youtu.be/RupooLmxATM

El gran ejemplo que Polonia está dando a Occidente ante la invasión de Ucrania



Libertad. Democracia. Europeísmo. Valores europeos. Son conceptos muy repetidos pero de los que muchos han desertado en el momento más crítico.



Las consecuencias del olvido de nuestra propia historia

Occidente se creía en la cima de la historia. La expresión más usada de nuestros tiempos es la que consiste en extrañarse de que algo pueda ocurrir “en pleno siglo XXI”, como si haber llegado hasta aquí nos hubiese vacunado de todos los males que han afectado a la humanidad en el pasado. Pero es precisamente el olvido del pasado el que nos ha llevado por una senda muy peligrosa. Un pasado que ocurrió hace menos de un siglo, cuando Hitler amenazó con una guerra si no le daban los Sudetes checos, y británicos y franceses cedieron acobardados. Y al final tuvieron deshonor y guerra, como advirtió Churchill.

La excepción de Polonia, un país fiel a sus raíces y que no olvida su pasado

Mientras el resto de Occidente se sumía en la decadencia, borracho por un cóctel de relativismo moral y desprecio de las propias raíces, Polonia ha seguido fiel a sus raíces cristianas y recordando todos los días el horror que vivió a causa del comunismo y del nazismo. Gracias a esas raíces el pueblo polaco no fue barrido de la historia por esos totalitarismos, porque en su fe estaba anclada su identidad nacional. Esa fidelidad a sus raíces le ha llevado a ser perseguida por la élite de una Unión Europea que quiere arrastrar a Polonia a esa decadencia moral, imponiéndole el aborto y la ideología de género. Ésta es la verdadera causa de esa persecución, y no la excusa de un Estado de Derecho que esa élite pisotea con esas imposiciones ideológicas puramente antidemocráticas.

La tibia actitud de mucho ‘europeístas’ ante las amenazas de Putin

La invasión rusa de Ucrania ha hecho caer muchas caretas. Los que más presumían de “europeístas” han mirado hacia otro lado, como si la suerte del pueblo ucraniano importase menos por el hecho de que ese país no esté en la UE ni en la OTAN. Esa indiferencia se explica, hasta cierto punto, en que parte de la clase política europea, especialmente la alemana, ha hecho enormes favores a Putin, dejando a sus pies a la Europa oriental con la construcción del gasoducto Nord Stream 2. El gobierno Polonia lleva años alertando del riesgo que suponía ese gasoducto. No fue escuchado, y hoy sufrimos las consecuencias.

El profético aviso del primer ministro polaco en noviembre de 2021

El año pasado la situación se repitió con el ataque migratorio de Bielorrusia contra Lituania y Polonia. Esto es sólo el comienzo. Los dictadores no pararán”, advirtió en noviembre el primer ministro polaco, Madeusz Morawiecki, en referencia a Lukashenko y Putin. Una vez más, la élite de la UE siguió a lo suyo. Lo urgente no era pararles los pies a esos dos dictadores, sino imponerle la agenda izquierdista a Polonia y Hungría. El 23 de noviembre, Morawiecki insistó en dar la alerta: “La UE está siendo chantajeada con la energía de Rusia, y añadió unas palabras que ahora parecen proféticas pero que se limitaban a constatar algo previsible: “Los países que permanecen fuera de la UE, como Ucrania y Moldavia, deben recibir una señal de que no están solos a merced de la política neoimperial de Moscú”.

Polonia ha hecho varios envíos de armamento a Ucrania

Morawiecki añadió otro diagnóstico que se ha confirmado con la invasión de Ucrania: “Europa se ha convertido hoy de nuevo en un continente de miedo y debería ser un continente de paz. Polonia es el guardián de la paz europea y mantendrá esta guardia”. Y así ha ocurrido finalmente. Mientras Europa se acobardaba ante las amenazas de Putin, Polonia volvía a dar ejemplo a Occidente. Ya a comienzos de mes, Polonia envió armas a Ucrania para prepararla para una invasión que también era previsible, a la vista de la movilización militar rusa. Anteayer, Polonia envió un nuevo cargamentos de armas para los ucranianos. Pero sus acciones no se quedaban ahí.

El Ejército Polaco se prepara para una invasión rusa

Ya el pasado martes, horas después de que se conociese la orden de Putin de atacar Ucrania, el gobierno polaco reaccionó anunciando una Ley para la Defensa de la Patria para incrementar el personal del Ejército Polaco de 111.500 a 300.000, aumentar el presupuesto de defensa, mejorar el adiestramiento de sus soldados y los incentivos para alistarse y mejorar la cultura de la defensa del pueblo polaco, entre otros fines. En resumen: Polonia se prepara para defenderse por las armas ante una posible invasión rusa, puesto que después de Ucrania, lo más previsible es que Putin fije su diana en ese país y en las repúblicas bálticas, que ya fueron invadidos por la URSS en 1939 y 1940.

Polonia abre sus puertas a los refugiados ucranianos

Además de asumir ese reto, Polonia ha abierto sus puertas a los ucranianos que huyen de la invasión, ofreciéndose a acogerlos y a proporcionar asistencia sanitaria a los heridos. Ayer, muchos polacos hicieron largas colas para donar sangre para los heridos ucranianos. De forma simultánea, 120 hospitales polacos se preparaban para recibir a esos heridos, ofreciendo 7.000 camas para personas que requieran operaciones quirúrgicas u ortopédicas adicionales.

Como ya os expliqué aquí en 2018, ya había 2 millones de ucranianos en Polonia a raíz del éxodo iniciado en ese país por la invasión rusa de 2014. El pueblo polaco asumió la mayor parte del peso de ese éxodo, acogiendo y dando trabajo a esos ucranianos que huían de la guerra, y que hoy se han integrado bien en el país que los recibió. Y todo esto mientras una parte de Europa acusaba a los polacos de ser insolidarios y xenófobos.

Veta los vuelos rusos y bloquea a los medios de propagada de Putin

En el ámbito político, el gobierno polaco ha sido uno de los más activos pidiendo medidas contundentes a la UE contra el gobierno de Putin, reclamando una completa exclusión de Rusia del sistema SWIFT (Morawiecki viajó ayer a Alemania para convencer al reticente gobierno de ese país al respecto). Y no sólo las ha pedido, sino que además Polonia ha implementado medidas duras contra el tirano ruso. El mismo día de la invasión de Ucrania, Morawiecki defendió “las sanciones de mayor alcance contra Rusia en el Parlamento polaco.

Ese mismo día, Polonia bloqueó las emisiones de los canales de propaganda rusa en su territorio (RT, RT Documentary, RTR Planeta, Soyuz TV y Russija 24) tanto por emisiones por cable como por satélite e internet. Al día siguiente, Morawiecki anunció el cierre del espacio aéreo polaco a las aerolíneas rusas. En respuesta, Rusia ha vetado los vuelos polacos sobre su territorio.

El presidente de Polonia pide una vía urgente para integrar a Ucrania en la UE

Además, ayer el presidente polaco, Andrzej Duda, pidió una vía urgente de integración de Ucrania en la UE: “El estado de candidato debe otorgarse de inmediato y las entrevistas de membresía deben iniciarse inmediatamente después. Ucrania también tendrá acceso a los fondos de la UE para la reconstrucción“, señaló. Esta petición es un claro desafío a Putin, que pretende decidir por los ucranianos cuál debe ser el destino de su país.

Si la cúpula de la Unión Europea hubiese sido tan firme contra Putin como lo ha sido Polonia, posiblemente hoy no estaríamos viviendo esta grave situación, provocada en gran medida por la debilidad mostrada ante Rusia no sólo por la UE, sino también por Joe Biden. En vez de oponerse al tirano, Bruselas prefirió copiar su modelo autoritario convirtiendo a la UE en una dictadura ideológica que persigue al disidente, como ha hecho la élite europea contra Polonia y Hungría. Europa debe decidir ahora qué prefiere: mostrar firmeza en la defensa de la Libertad, como hace Polonia, o dejarse llevar hacia una deriva de decadencia, cobardía y sumisión a Rusia, como ha venido haciendo la élite de la UE hasta ahora. No hay un camino intermedio.
ELENTIR

miércoles, 23 de febrero de 2022

Las diez razones por las que Feijóo sería mejor presidente del PP que ese tal Feijóo



Anoche, mientras esperaba a que dieran el tiempo en el Telexornal, que siempre ponen fotos muy bonitas de Galicia, se me ocurrieron algunas razones por las que el tal Alberto (se apellida Núñez Feijóo y es de Orense) sería un muy buen presidente del PP. Seguro que te convenzo más rápido de lo que tardan en volver las luces de Navidad cada año en Vigo:

1. Seguro que Feijóo haría posible echar al PSOE del gobierno pactando con Vox, ya sea si Vox queda por delante del PP o por detrás. No como ese tal Feijóo, que no traga a Vox y propuso un gobierno PP-PSOE en septiembre de 2019

2. Seguro que Feijóo combatiría la marginación del español que se está dando en algunas comunidades autónomas españolas. No como ese tal Feijóo, al que han demandado por discriminar a los hispanohablantes en Galicia y que incumple en esa comunidad las medidas a favor del español del propio programa de su partido.

3. Seguro que Feijóo pondría freno a la imposición de la ideología de género que se está promoviendo en diversas autonomías (algunas de ellas del PP), no como ese tal Feijóo que ya en 2014 aprobó en Galicia una ley de género (pactada con el PSOE y el BNG) que lesiona derechos fundamentales, que privilegia a los transexuales en los incentivos para la contratación y que apoya imponer la “perspectiva de género” en los planes de salud.

4. Seguro que Feijóo sería un firme baluarte contra el nacionalismo, en un momento en el que los separatismos están suponiendo un grave problema de convivencia para España, no como ese tal Feijóo que ha afirmado que Galicia es una “nación sin Estado”, que dijo: “tengo mucho más que ver con un militante del BNG, que un militante del BNG con un militante de Bildu” (por si alguien no lo sabe, los separatistas del BNG son los socios gallegos de Bildu), cuyo PP gallego regaló dos alcaldías al BNG en 2019 (sin que el tal Feijóo lo desautorizase) y que ha acusado a Vox de estar “en contra de Galicia”, un argumento calcado a los que usaba Quim Torra llamando anticatalanes a los que critican al separatismo.

5. Seguro que Feijóo sería un firme oponente al atropello de libertades que venimos sufriendo con el gobierno de Pedro Sánchez, no como ese tal Feijóo que promovió una ley de salud que lesiona derechos fundamentales y se salta la Constitución y que ha impuesto en Galicia un pasaporte Covid de dudosa utilidad y que discrimina a los que no se han vacunado, a pesar de que la vacunación en España no es obligatoria (tal como recomendó la OMS).

6. Seguro que Feijóo sería también un firme oponente a dictaduras como Cuba, Venezuela, Nicaragua o China, que que violan los derechos humanos. No como ese tal Feijóo, presidente de un PP gallego que en junio de 2021 respaldó una moción del BNG de apoyo a la dictadura comunista cubana.

7. Seguro que Feijóo no haría como Sánchez, que dedica nuestros impuestos a comprar a los medios, echando mano del dinero público para ganarse su favor. No como ese tal Feijóo, que ya sólo en 2020 se gastó 2 millones de euros en ayudas a medios para su particular chiringuito mediático, y cuyo canal público autonómico nos cuesta a los gallegos 121 millones de euros anuales.

8. Seguro que Feijóo sería un hombre sincero y cumplidor, algo muy necesario ahora que tenemos en el poder a un gobierno, el de Sánchez, instalado permanentemente en la mentira; no como ese tal Feijóo que llegó a la Xunta prometiendo “libertad lingüística”, y tras las elecciones rompió su promesa, que sigue sin cumplir 13 años después.

9. Seguro que Feijóo nos apartaría del ecologismo radical y absurdo de la izquierda, cuyos esperpentos e imposiciones están haciendo la vida cada vez más cara a los menos pudientes; no como ese tal Feijóo, cuyo PP gallego pretende que el “clima gallego” sea un sujeto de Derecho, como si fuese una persona. Un colosal disparate jurídico.

10. Seguro que Feijóo sería un gran defensor del primero de los derechos humanos, que es el derecho a la vida, frente a las políticas abortistas de la izquierda. No como ese tal Feijóo, que en octubre de 2021 apoyó una iniciativa del BNG que calificaba el aborto como “derecho”.

Espero que sepáis disculparme este derroche de retranca gallega, pero es que estos días estoy leyendo algunos mensajes que me dejan a cuadros sobre este señor. Lo que acabáis de leer no es más que un contraste entre la falsa imagen que algunos tienen de Feijóo y lo que en realidad hace en Galicia, una realidad que silencian constantemente muchos medios gallegos y también del resto de España. Feijóo es un político tan carente de principios y tan dispuesto a ceder ante los dogmas de la izquierda como Pablo Casado. La diferencia entre ambos es que, además, Feijóo también ha cedido ante los dogmas del nacionalismo. Si ésa es la alternativa a Casado que apoya el PP, lo tiene crudo.

ELENTIR

martes, 22 de febrero de 2022

LA HUMILDAD DEL CORAZÓN



¿Cuál es el principal problema de los cristianos corrientes? Me refiero a los de Misa dominical o incluso diaria, los de buena intención, los que hacemos lo posible por vivir en gracia y nos confesamos regularmente, rezamos el rosario y nos esforzamos por convertirnos en cuaresma o abrir el corazón en adviento. Problemas tenemos muchos, claro, como todo el mundo, pero ¿cuál es el principal, el que siempre está presente, como una piedra molesta e irritante en el zapato de la que no nos podemos librar?

Creo que, si lo pensamos un poco, no hay duda de que ese problema es generalmente la rutina y la tibieza. Para el cristiano, los pecados se solucionan confesándose, pero ¿y esa mediocridad de la que no podemos salir? ¿Para eso nos redimió Cristo en la cruz, para que viviéramos más o menos como los demás hombres, sin grandes vicios, pero también sin grandes virtudes? ¿Para que fuéramos tirando por la vida? ¿Acaso no estamos llamados a ser santos? ¿Por qué nos confesamos una y otra vez, año tras año, de lo mismo y parece que no avanzamos nada? ¿Por qué pasan cuaresmas y cuaresmas y no nos convertimos?

Esto nos lleva al problema real, que no es la tibieza en sí misma, sino algo más profundo: ¿de dónde viene esa tibieza? ¿Por qué nos domina? ¿Por qué estamos tan esclavizados por ella que no podemos liberarnos? ¿Es que no tiene remedio y solo un puñadito de santos estaba llamado a salir de la mediocridad? ¿Y nosotros?

Para encontrar la respuesta, propongo que acudamos a uno de los maestros de la vida espiritual que tiene la Iglesia en su Tradición: Fray Cayetano María de Bérgamo. Se trata de un capuchino italiano, que vivió a caballo entre los siglos XVII y XVIII y que fue uno de los grandes predicadores de su época. He leído recientemente un libro suyo en el que se habla del tema que nos ocupa y me ha gustado tanto que he pensado: estoy tiene que leerlo mucha más gente y, en particular, los lectores del blog. Así que lo he traducido y acaba de ser publicado por la Editorial Vita Brevis: La humildad del corazón.

Como sospecharán los lectores por el título del libro, Fray Cayetano explica que vivimos en la tibieza porque nos falta la humildad del corazón. Es decir, el problema está en la gran soberbia oculta que hay en nuestro interior. Somos soberbios y no sabemos que lo somos. Puede que digamos que ya lo sabíamos, pero estamos hablando de boquilla. Esa soberbia, como un iceberg, es enorme y nosotros creemos que no es más que un problemilla, es una herida por la que nos desangramos mientras pensamos que solo tenemos un pequeño arañazo.

De ahí vienen nuestras dificultades. Dios está deseando darnos la gracia de la santidad y liberarnos de la tibieza que nos domina, pero lo cierto es que no podemos recibir esa gracia, porque la gracia solo actúa en los humildes. La soberbia, por definición, rechaza la gracia, no la soporta ni puede acogerla y estamos enfangados y atascados en el barro de la soberbia, que forma en nuestras vidas el pantano de la mediocridad.

En el libro, con una grandísima paciencia y poco a poco, Fray Cayetano nos enseña a desear, amar, pedir y buscar la santa humildad de Cristo, mostrándonos la necesidad que tenemos de ella, el gran tesoro que es y los bienes que lleva consigo. A fin de cuentas, sin la humildad ninguna virtud puede subsistir mucho tiempo, mientras que, si tenemos humildad, Dios nos irá dando todas las virtudes. Como se nos recuerda desde la primera página, en el cielo hay santos de muchos tipos y que vivieron de formas muy diferentes, pero no hay nadie que no haya sido humilde.

Además de eso, en el libro se nos va descubriendo la soberbia escondida que tenemos dentro. No es agradable, lo confieso, encontrar soberbia por todas partes en el alma, incluidos los rincones más insospechados. Al arrojar luz sobre esos rincones es cuando se puede ver la suciedad de años y años de descuido que hay en ellos. Un descubrimiento duro, pero muy muy necesario. Del mismo modo que sin la humildad las demás virtudes no duran mucho, todos los pecados están mezclados con soberbia. Por ello, al final del libro se incluyen varios capítulos prácticos dedicados en concreto a cómo hacer examen de conciencia sobre la humildad para con Dios, para con el prójimo y para con nosotros mismos.

El libro es sencillo y claro, como si estuviera escrito para torpes, que, en cierto modo y si reconocemos la verdad, es lo que somos. Además, está cuajado de frases de la Escritura, que forman el entramado de todo lo que se dice y que claramente provienen de años de meditación del autor. También abundan las enseñanzas de los padres de la Iglesia y los grandes teólogos católicos, desde San Agustín hasta Santo Tomás, San Juan Crisóstomo, San Gregorio Magno y muchos otros.

Me permito decir que es un libro especialmente apropiado para leer en Cuaresma, ya que va al centro de la cuestión de por qué no nos convertimos. En fin, se trata de un libro magnífico, para leer, meditar, poner en práctica y releer muchas veces a lo largo de la vida. No se lo pierdan.

………………..

El libro se puede comprar, al económico precio de 9,99 euros en papel y 3,99 euros en formato electrónico, en la Editorial Vita Brevis, Amazon.es, Amazon.com, Amazon.mx, Apple ibooks, Barnes&Noble, Kobo, etc.

Bruno Moreno

Fe y Confianza en Dios




Homilía predicada el 18 de abril de 1982.
Texto evangélico: Jn. 20: 19-31

Duración 12:39 minutos

sábado, 19 de febrero de 2022

Pensamiento del día: el milagro de la modernidad



Este, y no otro, es el secreto de todo el modernismo teológico: atreverse a descubrir el gran fracaso que ha tenido la Iglesia y reconocer que seguir por el mismo camino no tiene sentido. Han pasado dos mil años desde Jesucristo y la humanidad tiene los mismos problemas, los mismos conflictos, los mismos sufrimientos. Sí, hay algunos santos aquí y allá, pero en esencia todo sigue igual, la masa de los cristianos se confiesan siempre de las mismas cosas y saben en su interior que es imposible no pecar. La Iglesia, sin embargo, se empeña en martirizarles con sus exigencias y mandamientos, convirtiendo su vida en una tortura de culpas y arrepentimientos, un combate sin esperanza contra sus deseos más profundos, en vez de hacer felices a los hombres, que es para lo que existe.

La única solución es abandonar el concepto mismo de pecado y reconocer que todo lo que hace el hombre está bien, que todos somos santos y buenos sin necesidad de ninguna conversión. ¿Engañas a tu mujer y te vas con otra más joven? No pasa nada, la Iglesia te acompañará en tu nuevo camino de santidad y se asegurará de que no escuches la palabra adulterio y otros conceptos ofensivos. ¿Quieres suicidarte, usar anticonceptivos, acostarte con tu novia, robar un poquito a tu empresa o emborracharte todos los viernes? Adelante. Puede que no sea el ideal, pero da igual. Todo va bien y cualquiera que lo niegue es un profeta de desdichas, un retrógrado y un rígido.

La misericordia no da la lata con que hay que cambiar y dejar de pecar, como si fuera una madrastra y no una madre. La verdadera misericordia es la que dice al hombre que está bien como está, que es perfecto en su imperfección y santo en sus pecados. Dios es misericordioso y le gustas así como eres, no necesitas cambiar. Más aún, es imposible cambiar. La esperanza es un espejismo medieval: el ser humano no puede salir del pecado y no necesita hacerlo.

¿Te avergüenzan partes de la fe de la Iglesia? ¿Te resultan antiguas y notas que no están en consonancia con los signos de los tiempos? Abandónalas sin ningún escrúpulo. Lo importante es tu verdad. Dios quiere, sobre todo, que seas sincero contigo mismo, en el sentido de que debes hacer lo que te venga en gana hoy, feliz en tu mediocridad y superficialidad. Aurea mediocritas. En cierto modo, así es como se lleva a cabo el mito de la encarnación: Dios se hace pequeño, se convierte en un dios a tu medida y a tu gusto: ¡un dios a tu imagen y semejanza!

Y, si necesitas una causa, algo que te dé la sensación de que haces cosas importantes y también (¿por qué no?) te permita sentirte mejor que los demás, tienes nuevos ideales blanditos, de esos que no exigen nada concreto, como la ecología, la fraternidad universal o, en general, el progresismo. Tienen todo lo bueno de la religión, pero sin la molesta necesidad de cambiar de vida o abandonar el pecado.

Por fin se ha descubierto la solución al problema de la humanidad. Este, y no otro, es el secreto de todo el modernismo teológico, que podría formularse también de esta manera: los cristianos de hoy somos mejores que Jesucristo.

Bruno Moreno

Tiempo de terror | Actualidad Comentada | 18-2-2022 | Pbro. Santiago Martín FM | Magnificat.tv



Duración : 8 minutos


viernes, 18 de febrero de 2022

El PP acaba de convertir a VOX en la única oposición creíble



DURACIÓN 3:11 MINUTOS

El perdón de Dios y los ataques del Demonio a la confesión



Homilía predicada el 14 de septiembre de 1980.
Texto evangélico: Lc 14: 25-33.


DURACIÓN 14:07 MINUTOS


Culpa, responsabilidad y autoridad en la Iglesia (Bruno Moreno)




En los comentarios del último artículo, me reprochaba un lector que culpara “a la jerarquía, al Papa y a los obispos” de la situación actual de la Iglesia. Nunca se me habría ocurrido hacer algo así, pero, en efecto, si lo hubiera hecho, el artículo sería injusto.

A fin de cuentas, la culpa es algo intrínsecamente personal, interior y misterioso. Eso significa que no podemos juzgar esa culpa adecuadamente en los demás. Por ello en el acto penitencial de la Misa decimos “por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa” y no “por nuestra culpa” o “por la culpa de Juanito, que vaya un envidioso que está hecho”. Lo cierto es que, incluso en el caso de que las acciones de Juanito o de Monseñor Nomeacuerdo sean objetivamente malas, no conocemos sus circunstancias interiores, que pueden ser atenuantes (o agravantes, claro) de las mismas. Es decir, la cuestión de la culpa en principio se la dejamos a Dios: no juzguéis y no seréis juzgados.

A esto se añade algo que sabemos por revelación de Dios, pero que normalmente no terminamos de creernos: cada uno de nosotros tiene cierta culpa en relación con la crisis y los problemas de la Iglesia. Del mismo modo que, por la comunión de los santos, cada miembro de la Iglesia se beneficia de sus tesoros y de los méritos de los demás, también nuestros pecados, nuestra falta de santidad y nuestra tibieza dañan a toda la Iglesia. La crisis de la Iglesia es, en parte, culpa mía y en este tema siempre debemos partir de ahí, pidiendo perdón a Dios por nuestra propia culpa.

De todas formas y fuera de ese hecho dogmático fundamental, ni siquiera la propia culpa la conocemos del todo bien. Absuélveme de lo que se me oculta, dice el Salmista. El alma, por su propia naturaleza, es un misterio que supera nuestro limitado conocimiento y solo Dios la entiende de verdad. El día del Juicio nos llevaremos muchas sorpresas, tanto sobre nosotros mismos como sobre los demás y, en especial, sobre la justicia y misericordia infinitas e insondables de Dios.

Dicho todo esto, a veces se confunde la cuestión de la culpa con otra relacionada pero distinta: la cuestión de la responsabilidad. Si la culpa es algo interior, misterioso para nosotros y en gran parte subjetivo, la responsabilidad es algo exterior, claro y objetivo: quien recibe una misión tiene la responsabilidad de llevarla a cabo lo mejor que pueda. Es responsable de ella, es decir, debe responder de lo que ha hecho ante quien se la ha encargado y ante aquellos que se ven afectados por su cumplimiento o incumplimiento.

Esto se aplica a cualquier misión. Pero si se trata de una misión encomendada por Dios y destinada a la salvación eterna de las almas, la responsabilidad es incomparablemente mayor. Esta es precisamente, la responsabilidad de los obispos y el Papa. Sobre las culpas concretas por la crisis de la Iglesia, apenas podemos decir nada y ciertamente no podemos atribuirlas con certeza a ninguna persona en particular. En cambio, si estamos hablando de responsabilidad por la crisis de la Iglesia, la cosa cambia. Puesto que la Iglesia les está encomendada a los obispos y al Papa como pastores supremos, su responsabilidad es incomparablemente mayor que la de ningún otro. Y deben responder de ella. Sobre todo ante Dios, claro, pero también ante los fieles que tienen derecho a que sus obispos desempeñen adecuadamente esos deberes.

Tengamos en cuenta que la Iglesia, sobre todo en su parte Occidental, ha sufrido una crisis tremenda en el último medio siglo (una crisis que tiene raíces mucho más antiguas, pero que se ha acelerado en ese tiempo de forma asombrosa y aún más en la última década). Digámoslo de forma sencilla: la desbandada ha sido general. Los antiguos países cristianos se han descristianizado hasta extremos indecibles. Las apostasías se cuentan por cientos de millones. Esta descristianización, además, es muchísimo peor que lo que muestran las cifras teóricas, porque lo cierto es que la gran mayoría de los supuestos “católicos” no creen en la fe de la Iglesia ni en su moral ni su vida se diferencia en nada de la de los apóstatas o agnósticos. Los países antiguamente cristianos, tanto en sus habitantes como en sus leyes, tradiciones y costumbres, han dejado de serlo en todos esos aspectos. A lo que se suma que la crisis eclesial es, en gran medida, endógena: no se trata de una persecución terrible, como la que acabó con la Iglesia en el norte de África, sino de una corrupción interior que ha deformado o destruido la fe de los fieles.

Los responsables, por el ministerio que tienen, son ante todo los obispos, en el sentido de que deberán dar cuentas a Dios. En una curiosa transformación de la parábola, no solo no han incrementado los talentos recibidos, sino que ni siquiera pueden decir que al menos han conservado el talento enterrándolo, como hizo el siervo malo y holgazán. Dios les entregó el talento de millones de cristianos y los obispos del último medio siglo se presentarán a rendir cuentas con un número diez o veinte veces menor. Teniendo en cuenta la durísima reacción del Señor en la parábola, ¿qué les dirá a los que objetivamente lo han hecho mucho peor aún que el siervo malo? Es como mínimo para echarse a temblar.

Por supuesto, como decíamos antes, la culpa subjetiva que pueda haber no la conoce más que Dios, pero la responsabilidad es tremenda y debería producir una gran inquietud a los responsables. Sin embargo, esa inquietud brilla por su ausencia en las manifestaciones episcopales exteriores, que consisten más bien en la actitud constante de “aquí no pasa nada”, congratulaciones mutuas y sonrisas complacientes, una llamativa obsequiosidad ante las autoridades seculares frecuentemente anticristianas, la tolerancia del mal que se sigue extendiendo en la Iglesia y la adulación sistemática al superior incluso cuando dice barbaridades. Al verlo, uno está tentado de pensar que no creen en el Juicio. O que son unos inconscientes. O ambas cosas a la vez.

Tengo varios amigos sacerdotes que podrían ser buenos obispos y, a mi juicio, estarían muy por encima de la media de los actuales. Sin embargo, si les ofrecieran el nombramiento y me preguntaran mi opinión, les aconsejaría que se lo pensaran muchísimo antes de aceptarlo, porque temo que uno de los grupos que en la actualidad tienen mayor riesgo objetivo de condenación eterna sean los obispos.

A mi entender y a diferencia de tiempos anteriores, vivimos en una época en que los obispos casi solo tienen dos opciones: ser santos o condenarse. Pasó el tiempo en que era posible una mediocridad más o menos honrosa, en que bastaba no estropear mucho lo recibido para desempeñar aceptablemente la misión episcopal. En la grave situación actual de la Iglesia, esa mediocridad equivale a abandonar a los fieles a los lobos, del mismo modo que no es lo mismo que un médico calle o se dedique a hablar de ecologías y fraternidad universal cuando el paciente está sano que cuando está gravemente enfermo.

La responsabilidad episcopal es grande y, por diversas razones, parece tomarse muy a la ligera. Vivimos en una época muy blandita y los obispos, con honrosas excepciones, también tienden a ser así así, blanditos y acomodaticios. En fin, quizá en tiempos de tibieza la ignorancia tenga que hacer el papel de la caridad y cubrir la multitud de los pecados. En cualquier caso, a nosotros lo que nos toca es pedir perdón por nuestras propias culpas, confiar en Dios, rezar mucho por los obispos y cuidar a los buenos sacerdotes que, en unos años, serán los únicos que queden y, Deo volente, darán lugar a obispos según el corazón de Dios.

Bruno Moreno