BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



lunes, 12 de junio de 2023

Una advertencia que la derecha debe tomar en serio para las elecciones generales del 23J



En el siglo VI antes de Cristo, en la antigua China, vivió un señor que se llamaba Lao-Tse, un filósofo y erudito muy famoso.



Algunos dudan de que Lao-Tse existiese en realidad, pero a decir verdad hay reflexiones que se atribuyen a él que deberían ser tenidas en cuenta, con independencia de su historicidad. Una de las que más ha hecho pensar afirma lo siguiente: "No hay mayor peligro que subestimar a tu oponente". Es una afirmación cargada de sabiduría y que muchos han ignorando a lo largo de la historia, con fatales consecuencias.

Traigo esa cita ahora ante la convocatoria de elecciones generales para el 23 de julio en España. Unas elecciones que la izquierda y la extrema izquierda afrontan con las encuestas en su contra y después de la reciente derrota que han sufrido en las elecciones locales y autonómicas del 28 de mayo. El cuadro que presenta la izquierda es realmente penoso, con dirigentes desesperados por garantizarse su futuro tras la derrota.

Ese panorama está llevando a una parte de la oposición política en España a dar por hecha su victoria electoral el 23 de julio. La situación penosa de la izquierda anima a muchas personas de centro y de derecha a la euforia y a dar por hecho que en la noche del 23 de julio podremos celebrar la derrota de Pedro Sánchez y sus aliados.

Hay un grave riesgo en esa euforia, el típico riesgo que se corre cuando uno considera al enemigo ya derrotado y lo subestima, confiando en exceso en las propias posibilidades de victoria y rebajando los esfuerzos para hacerla posible. Es un craso error. Nunca hay que subestimar al enemigo. La historia está llena de ejemplo de generales que cometieron esa equivocación y acabaron derrotados a causa de ello. Sin ir más lejos, el ejército de Putin lleva más de un año sufriendo los efectos de haber subestimado a los ucranianos y haber dado por hecho que la invasión de Ucrania sería un desfile militar.

Hasta ahora sólo he visto a un político llamar la atención sobre ese riesgo: el diputado de Vox Iván Espinosa de los Monteros. El 31 de mayo, tres días después de las elecciones locales y autonómicas, escribió un hilo de Twitter que recomiendo leer, en el que decía lo siguiente:

"Las elecciones que ahora afrontamos son una enorme OPORTUNIDAD... pero no exenta de riesgo. El primer riesgo es leer mal lo que realmente sucedió el domingo, y por tanto afrontar equivocadamente las elecciones que llegan ahora. Asumir errónea y acríticamente lo que no paramos de leer en prensa, es decir que unos se estrellaron estrepitosamente, y que otros arrasaron, puede generar un exceso de confianza que nos debilita a los que queremos un cambio real. El sesgo de confirmación tan frecuente entre comentaristas políticos que se retroalimentan, y se repiten mutuamente unos a otros lo que otros y unos han concluido, puede ser letal.

Y es que la realidad empírica no siempre se comparece con la opinión publicada. Vamos a ejemplos concretos. "Descalabro del PSOE". ¿Seguro? "¡Sí, seguro!" te dirán los comentaristas. "Han perdido 6 comunidades autónomas, docenas de alcaldías, y miles de concejales! ¡Es su final!"

Vamos a los datos. En estas elecciones, el PSOE ha obtenido 6.291.812 votos, el 28,12%. En las anteriores municipales, de 2019, obtuvieron 6.695.553, el 29.38 %.O sea, HAN PERDIDO SÓLO UN POCO MÁS DE UN PUNTO (el 1,26%). "Bueno, pero se han dado el batacazo en número de concejales", podrás pensar. ¿Seguro? En realidad apenas han perdido concejales. Han pasado de los 22.341 de 2019 a tener 20.784 ahora, una caída de sólo 1.557, que en esas magnitudes no es gran cosa.

Lo relevante es que las apariencias engañan; el PSOE no está tan mal. Con todas las barbaridades que han hecho en esta legislatura, (prometo hilo de recordatorio en los próximos días, incluyendo todo, desde Delcy hasta Bildu)... ¡y apenas han caído! Ojo con darles por muertos.

El mundo podemita sí ha caído. En este caso es un poco más difícil comparar los datos, por las infinitas configuraciones que van adquiriendo con el paso del tiempo. La caída es contundente y por eso hay que dar las gracias a las Yoko Onos de Podemos, Irene Montero y Yolanda Díaz. Pero de nuevo, ojo con alguna lectura incorrecta de quién ha "arrasado" en estas elecciones. Por ejemplo, Ayuso. Lo que ha hecho Ayuso en 4 años tiene mucho mérito, en especial lo de arrogarse el discurso de Vox, cuando antes de ayer defendía todo lo contrario. Le ha funcionado. Y como le ha funcionado, chapeau. Además, siempre es bueno que nos copien. El caso es que leo mucho lo de que Ayuso esta vez ha "arrasado", que mayoría "absolutísima"... ¿Seguro?

De nuevo, datos: Ayuso en estas elecciones ha perdido más de 33.000 votos respecto a las últimas. De hecho, podría deducirse que ha perdido bastantes más; como Vox también ha perdido (unos 85.000), y es de suponer que casi todo se habrá ido a Ayuso, eso quiere decir que habría casi 120.000 personas que cogieron la papeleta de Ayuso en 2021 pero no la han cogido este domingo. 120.000 votantes menos, parcialmente compensados con 85.000 votantes que vienen de Vox. Pero ojo... 120.000 votantes menos.

Hay que decir, en defensa de Ayuso y de Vox, que TODOS los partidos perdieron votos este año, por la menor participación... y porque el censo ha disminuido. Y respecto a esa mayoría absolutísima... la tiene porque Podemos se quedó fuera del reparto. Pero ojo, ¡porque Podemos se quedó fuera por muy poco! Obtuvo el 4,7% de los votos, y les hacía falta llegar al 5% para pasar el corte y entrar. Si llegan a obtener un puñado de votos más, entran y hasta se hubieran llevado 3 ó quizá 4 diputados de los que se ha quedado Ayuso... perdiendo esa mayoría absoluta".

Espinosa de los Monteros añade: "Esta vez Podemos se ha quedado fuera de Madrid y otras comunidades con un 4,7%; pero con ese mismo porcentaje sí obtendría representación en las generales en más de una provincia. NO NOS CONFIEMOS. Con el resultado de estas elecciones, NO HAY QUE DAR NADA POR HECHO. NADA ESTÁ ASEGURADO. EL 23 DE JULIO HAY QUE IR A VOTAR, PASE LO QUE PASE. Y si no podemos hacer un esfuerzo un día, corremos el riesgo de pasarnos otros 3 años, 11 meses y 29 días quejándonos. Estamos avisados".

ELENTIR