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martes, 11 de abril de 2017

Acerca del asesinato cobarde de los 44 coptos cristianos, mientras asistían a Misa el domingo de Ramos (José Martí)


Los cristianos son perseguidos y muertos por mantenerse en su fe ... ¡Y esto se calla en los medios ... no pasa nada! ¿Son personas de menos categoría que los demás? Una gran hipocresía es lo que hay. Pero Dios es justo y escuchará el clamor de los que han dado su vida por amor a Él antes que renegar de su fe

Los cobardes, los asesinos, los hipócritas tendrán su suerte con los condenados, algunos porque rechazan a Dios, claramente, y otros porque se avergüenzan de Él, el Único que, por cierto, es quien les puede hacer verdaderamente felices. Dios es Amor. Y el Amor supone la reciprocidad. 

Imposible la felicidad eterna para aquellos que rechazan el Amor, haciendo un mal uso de su libertad. Esto dice el Señor: "Todo pecado y blasfemia se les perdonará a los hombres; pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no será perdonada. A cualquiera que diga una palabra contra el Hijo del Hombre se le perdonará; pero al que hable contra el Espíritu Santo no se le perdonará ni en este mundo ni en el venidero" (Mt 12, 31-32).

En estos dos cortos vídeos se ilustra lo que ha ocurrido con los 44 cristianos coptos, muertos por asistir a misa. Qué poca importancia se ha dado a esta noticia. ¿Por qué? Muy sencillo: porque los que han muerto eran cristianos. No eran musulmanes, ni homosexuales, ni comunistas, por poner algún ejemplo, en cuyo caso sí que se hubiera lanzado el grito al cielo, durante mucho tiempo, en todos los medios de comunicación.

Pero Dios lo ve todo y lo conoce todo ... que es lo que realmente importa; y no el reconocimiento de los hombres. Y, además, no se deja ganar en generosidad ni en amor. Éstos que han muerto y que han entregado su vida por amor a Él irán directamente al Paraíso, sin pasar por el purgatorio. Allí está Jesús esperándolos para darles un abrazo a todos y a cada uno de los que han sido martirizados por su fe. 

Y es más: desde el Cielo tiene aún más fuerza su oración por la Iglesia, que tan necesaria es. Su muerte no ha sido en balde, como no lo fue la muerte de Jesucristo. Ahora gozan de la felicidad eterna y junto a Él se han convertido en corredentores del mundo, para todos aquéllos que se arrepientan de corazón de sus pecados y maldades. Para ellos son estas palabras, entresacadas de la Biblia:

"Bienaventurados los muertos que desde ahora mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, que descansen de sus trabajos, porque sus obras les acompañan" (Ap 14, 13). 

San Juan pone en boca de Jesús estas palabras: "Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida" ( Ap 2. 10). Y también:  "El vencedor será revestido con vestiduras blancas y no borraré su nombre del libro de la vida; confesaré su nombre en la presencia de mi Padre y delante de los ángeles" (Ap 3, 5)

En cambio: "Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los homicidas, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira" (Ap 22, 15). Para éstos su nombre no estará escrito en el libro de la vida ... y les espera la muerte segunda, que es la eterna condenación. 

Duración 2:11 minutos

Duración 1:13 minutos

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José Martí

Desde Lovaina a Roma, la eutanasia de los "principios no negociables" (Sandro Magister)


Lovanio

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Ha hecho ruido lo que aconteció en la Universidad Católica de Lovaina, que suspendió y finalmente despidió a un profesor de filosofía de la casa, Stéphane Mercier, por haber escrito en una nota para sus alumnos que "el aborto es el homicidio de una persona inocente".
El hecho no sorprendió, vistos los antecedentes de esta universidad también identificada por su título de "católica", en cuya clínica se practican también desde hace tiempo y a la luz del sol intervenciones de eutanasia, "desde 12 a 15 al año", según palabras del rector de la gemela universidad flamenca de Lovaina, el canonista Rik Torfs.
Pero lo que más golpea es la sustancial aprobación que los obispos de Bélgica han dado a la expulsión del profesor Mercier.
Pero también impresiona la reticencia del diario "Avvenire", editado por la Conferencia Episcopal Italiana, que al ofrecer un relato conciso del caso – cuya documentación más completa apareció hasta ahora en el blog Rossoporpora – evitó tomar posición, limitándose a un: "queda por comprender el significado de lo que ha sido declarado por el portavoz de la Conferencia Episcopal Belga".
Para no hablar del silencio del papa Francisco, aunque en otras ocasiones no ha dejado de definir al aborto como un "crimen horrendo".
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Hay de hecho un contraste notable entre la forma en que el papado y gran parte de la jerarquía católica intervienen hoy en el tema del aborto y la eutanasia y la forma en la que intervenían ayer.
Los que durante los anteriores pontificados eran "principios no negociables" hoy se han convertido en realidades que hay que "discernir" y "mediar", tanto en el ámbito político como en la práctica pastoral.
La Conferencia Episcopal Italiana y su diario "Avvenire" son ejemplos perfectos de esta mutación.
En febrero del 2009, cuando Italia fue impactado por el caso de Eluana Englaro, la joven en estado vegetativo a quien se le arrebató la vida despojándola de la alimentación y la hidratación, el actual director de "Avvenire", Marco Tarquinio, escribió un editorial incendiario, definiendo ese acto como un "asesinato".
Pero hoy hay otro clima. Basta ver la ligera displicencia con la que "Avvenire" informa y comenta la ley actualmente en discusión sobre las Declaraciones Anticipadas de Tratamiento (DAT), es decir, las indicaciones dadas previamente a los médicos sobre los cuidados que hay que llevar a cabo para mantener vivos o no a quienes padecen la pérdida del conocimiento.
Un ejemplo flagrante de este cambio de ruta está dado por el profesor Francesco D'Agostino, docente de Filosofía del Derecho en la Universidad de Roma Tor Vergata y en la Pontificia Universidad Lateranense, presidente de la Unión de Juristas Católicos Italianos, presidente honorario del Comité Nacional Italiano para la Bioética, miembro de la Pontificia Academia para la Vida, editorialista de "Avvenire", en síntesis, un histórico punto de referencia de la Iglesia italiana en lo que se refiere a las cuestiones bioéticas.
La carta reproducida aquí abajo saca justamente a la luz el contraste entre lo que escribe hoy el profesor D'Agostino sobre las Declaraciones Anticipadas de Tratamiento y lo que escribía sobre la misma materia hace diez años.
Autor de la carta es el abogado Antonio Caragliu, del foro de Trieste, también él miembro de la Unión de Juristas Católicos Italianos.
Dos anotaciones para la mejor comprensión de su escrito:
– el diputado Mario Marazziti, diputado desde el 2013 y presidente de la Comisión para los Asuntos Sociales que se ocupa de la ley sobre las DAT, es miembro de primerísimo nivel de la Comunidad de San Egidio, de la cual ha sido portavoz durante muchos años;
– monseñor Nunzio Galantino, secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana y con un vínculo directo con el papa Francisco que lo puso personalmente en ese cargo en el 2013 y lo confirmó hasta el 2019, es de hecho el editor único de "Avvenire", sobre el cual tiene pleno y apremiante control.
He aquí la carta.
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Estimado Magister,
encuentro interesante confrontar el editorial del profesor Francesco D'Agostino, publicado en "Avvenire" del 30 de marzo del 2017, titulado "Sulle DAT necessaria una buona legge. Non tutto è eutanasia. La storia chiede coraggio" [Sobre las DAT es necesaria una buena ley. No todo es eutanasia. La historia pide valentía], con otro editorial de su autoría, publicado diez años antes, también en "Avvenire", el 6 de abril del 2007, elocuentemente titulado "Come uno scivolo mascherato verso l'eutanasia" [Como un tobogán enmascarado hacia la eutanasia].
En el 2007 D'Agostino sostenía que las Declaraciones Anticipadas de Tratamiento pueden considerarse justas y válidas en determinadas condiciones, entre las cuales contemplaba las siguientes:
1. que el médico, destinatario de las Declaraciones Anticipadas, a pesar de estar obligado a tenerlas en adecuada y seria consideración, nunca está obligado por la ley a cumplirlas (de la misma manera que el médico de un paciente "competente" no puede transformarse nunca en un ejecutor ciego y pasivo de los pedidos de éste);
2. que el rechazo de las terapias no incluya la hidratación y la alimentación artificial, debiendo considerar a éstas como "formas pre-médicas de sostenimiento vital, dotadas de un altísimo valor ético y simbólico, cuya suspensión realizaría de hecho una forma particularmente insidiosa, aunque indirecta, de eutanasia". Al sostener esto D'Agostino se remitía al documento del Comité Nacional para la Bioética, del 18 de diciembre del 2003, sobre las "Dichiarazioni anticipate di trattamento" [Declaraciones Anticipadas de Tratamiento].
Ahora, el artículo 3 del proyecto de ley actualmente sometido a examen por la Comisión para los Asuntos Sociales, presidida por el diputado Mario Marazziti, no respeta ni la primera condición ni la otra.
No obstante esto, el profesor D'Agostino escribe que "el proyecto de ley no está destinado de ninguna manera a introducir en Italia una normativa que legalice la eutanasia". Más bien, sólo "un intérprete tortuoso y malévolo" podría llegar a una conclusión similar, a través de una "interpretación forzada".
No es de extrañar que muchos juristas católicos hayan quedado sorprendidos por el giro del profesor D'Agostino, quien preside su asociación.
Es un giro que, me parece, puede encontrar explicación en la posición de considerable valoración del proyecto de ley hoy en examen, expresado por el secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana, Nunzio Galantino, en la conferencia de prensa conclusiva del Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Italiana, ofrecida el 26 de enero del 2017.
En esa ocasión Galantino dijo:
"En la Comisión para los Asuntos Sociales, presidida por el diputado Mario Marazziti, están preparando un texto al cual hay que observar con interés. Resulta que no se debe atribuir todo el poder a la persona, porque la autodeterminación desarma la alianza entre paciente, médico y familiares y termina por ser solamente el triunfo del individualismo".
En síntesis, para Galantino el texto bajo estudio representa un buen compromiso. Totalmente en línea con la ya conocida política del secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana, cuidadoso para evitar cualquier confrontación de los católicos con el gobierno de centro-izquierda reinante. Es como decir que la acción de los católicos en política debe ser dictada por las orientaciones del alto dignatario eclesiástico de turno, en este caso él, en una enésima forma de clericalismo.
Obviamente la situación es lamentable, bajo diversos puntos de vista.
Sería deseable que el profesor D'Agostino, el del 2007, que es una persona de probada inteligencia y competencia, se clarifique con el profesor D'Agostino del 2017. Y después, quizás, se confronte con monseñor Galantino. Sin secundarlo.
Un cordial saludo,
Antonio Caragliu

sábado, 8 de abril de 2017

El Papa misericordioso detiene los matrimonios de la FSSPX y libera adúlteros públicos (Christopher A. Ferrara)



Con aprobación del papa Bergoglio, la Congregación para la Doctrina de la Fe emitió una carta respetando la “regularización” de los matrimonios entre los adherentes a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX).En la parte pertinente de la carta se establece que:

“pretende tranquilizar la conciencia de los fieles –no obstante, que la situación canónica de la Fraternidad S. Pío X continúa siendo, por ahora, objetivamente ilegítima;

“el Santo Padre… ha decidido autorizar a los Reverendísimos Ordinarios a que concedan las licencias para asistir a los matrimonios de fieles de la Fraternidad…;

“el Obispo delegará a un sacerdote de la Diócesis para asistir a los matrimonios (o bien, a un sacerdote de otra circunscripción eclesiástica con las debidas licencias) recibiendo el consentimiento de los cónyuges durante la celebración del matrimonio;

“que en la liturgia del Vetus Ordo se realiza al inicio de la Santa Misa. Ésta la celebra, después, un sacerdote de la Fraternidad;

“Allí donde ello no sea posible o no haya sacerdotes de la Diócesis que puedan recibir el consentimiento de las partes, el Ordinario puede conceder directamente las facultades necesarias a un sacerdote de la Fraternidad que celebrará también la Santa Misa…”

Consideremos brevemente lo absurdo -hay que decirlo- de estas disposiciones

Si al Papa realmente le preocupara “tranquilizar la conciencia de los fieles”, no obstante la persistencia objetiva de la irregularidad canónica de los matrimonios de la FSSPX, podría simplemente decretar la sanación radical de todos los matrimonios realizados por un sacerdote de la FSSPX hasta ahora, corrigiendo todo defecto o forma proveniente de la falta de delegación de parte de un ordinario local.

Luego, de aquí en más, podría simplemente conceder la facultad universal a todos los sacerdotes de la FSSPX para celebrar las bodas futuras de los laicos de la Fraternidad, de la misma manera que les concedió la facultad universal para escuchar confesiones válidamente sin delegación de un ordinario local. 

En cambio, el papa Bergoglio exige que un sacerdote diocesano o un “sacerdote de otra circunscripción eclesiástica con las debidas licencias” reciba los votos matrimoniales mientras que sólo autoriza al de la FSSPX a celebrar la misa nupcial. 

Al ordinario local se le concede meramente la discreción, aunque no la obligación, de permitir que un sacerdote de la FSSPX reciba los votos en caso de que un sacerdote diocesano u otro “con las debidas licencias” no esté disponible. 

De ahí lo absurdo de las disposiciones que, considerando la concesión previa de la facultad universal para escuchar confesiones, significarían lo siguiente:

  • Los sacerdotes de la FSSPX pueden celebrar válida y lícitamente el santo sacrificio de la misa, pero no pueden recibir válida o lícitamente el consentimiento matrimonial.
  • Los sacerdotes de la FSSPX pueden escuchar válida y lícitamente las confesiones de la novia o el novio en cualquier momento o lugar del mundo, hasta en el mismo templo en el que van a casarse, pero no pueden recibir válida o lícitamente sus votos en ese mismo templo el día de su casamiento.
  • La FSSPX puede celebrar misas lícitamente solo tras el intercambio de votos; de otra forma sus misas son ilícitas. 
  • La FSSPX puede estar presente para escuchar el consentimiento matrimonial de los adherentes a la FSSPX, pero no puede ser testigo de esos votos.
  • La gente puede confesarse válida y lícitamente cada semana con un sacerdote de la FSSPX, pero no puede asistir a sus misas lícitamente—excepto en un casamiento.
  • Los sacerdotes de la FSSPX actúan regularmente cuando escuchan confesiones y ofrecen misas nupciales, pero saltan inmediatamente a la irregularidad cuando presencian votos matrimoniales o celebran una misa que no es la nupcial.

Lo que tenemos aquí, de un Papa que nunca deja de condenar el legalismo farisaico y la casuística de los católicos ortodoxos, es un ejemplo de legalismo y casuística que haría sonrojar hasta a los fariseos

El poder del sacerdocio es rebanado como el salami y los sacerdotes de la FSSPX reciben solo algunas de las rebanadas mientras que otras les son retenidas. 

La suma total de estas disposiciones se condensa en la declaración del papa Bergoglio que de aquí en más ningún matrimonio de la FSSPX será válido o lícito a menos que se encuentre dentro del marco que él acaba de construir. Él no ha regularizado los matrimonios de la FSSPX, sino que los ha sometido a control diocesano.

Mientras tanto, Bergoglio trabaja incesantemente para asegurar que los adúlteros públicos viviendo en “segundas nupcias” reciban la sagrada comunión, al elogiar recientemente las “directivas” de los obispos malteses conformadas con Amoris Laetitia, que exigen que la comunión sacrílega le sea permitida a todo adúltero público que se considere “en paz con Dios”. 

Pero no puede haber matrimonios entre adherentes de la FSSPX que se sientan en paz con Dios si recurren al clero de la FSSPX, a menos que un sacerdote “regular” designado esté físicamente presente para recibir los votos. ¡A los que no cumplen con la letra o la ley canónica no se les puede permitir la paz de conciencia! ¡La paz de conciencia es solo para los adúlteros públicos!

Ese chirrido es el papa Bergoglio abriendo la canilla de su misericordia infinita para permitir que solo una gota o dos caigan sobre los resecos precintos de la FSSPX. La tortura de la gota china canónica continúa sobre estos fieles católicos. 

Mientras tanto, los adúlteros públicos de todo el mundo marchan a recibir la sagrada comunión dando la apariencia de “matrimonios” válidos que no son más que un “concubinato escandaloso que conduce a la muerte”, citando al papa Pío XI.

Recen para que termine esta diabólica farsa de pontificado.

Christopher A. Ferrara

Aclarando ideas (V) La Iglesia debe proteger la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía, con claridad y sin confusión posible ... ¡O tendríamos otra Iglesia que no sería la de Cristo! [Froilán Aulé]


Para destruir la fe hay que apuntar al corazón de la Iglesia Católica, de su vida espiritual, de su razón primera de ser y eso se logra minando el dogma de la presencia real y substancial y banalizando la celebración, es decir atacando la liturgia.

Ya en 1965, al final del Concilio, circulaban teorías como la transignificación y la transfinalización sobre la Eucaristía que, pretendiendo dar una forma nueva y más entendible al dogma de la transubstanciación, en realidad lo que hacían era minar la fe
en la presencia real del Hijo de Dios en el augusto sacramento. Tuvo que salir al paso Pablo VI con su encíclica Mysterium Fidei. Tales teorías heréticas eran las mismas opiniones de Lutero dichas con otras palabras.

-En la misma línea de desacralizar y banalizar la Eucaristía se inserta la comunión en la mano. En Argentina como en todos los demás países de América e incluso los latinos de Europa se introdujo el indulto forzadamente y dolosamente -como lo hace notar el Obispo ahora emérito de San Luis (Argentina), Mons. Juan Rodolfo Laise -sobre poblaciones católicas que deseaban seguir comulgando como siempre; y llega a decir, demostrándolo, que la reintroducción de la Comunión en la mano no es otra cosa que el triunfo de una desobediencia.

"Desobediencia gravísima ante todo porque se trata de la Eucaristía. Luego porque implica la resistencia abierta a una directiva clara, explícita y sólidamente fundamentada del Papa Pablo VI; por su extensión universal; y porque quienes no obedecieron no fueron sólo fieles o sacerdotes, sino en muchos casos obispos y hasta Conferencias Episcopales enteras; gravísima, porque no solamente permaneció impune sino que obtuvo un éxito rotundo; gravísima, en fin, porque ha logrado que su carácter de desobediencia permaneciese oculto, haciendo que se crea, al contrario, que se estaba adoptando una propuesta venida de Roma, Por todo esto creemos poder afirmar que la introducción y difusión por todo el mundo de la práctica de la comunión en la mano constituye la más grave desobediencia a la autoridad papal de los últimos tiempos"

Sin embargo, es tan grande el poder de algunas Conferencias Episcopales y también el hecho que la desacralización se extendió de tal manera y ganó los ánimos de las personas que quitarla, para muchos -si no para la mayoría- es quitarles un derecho (¡!) ¡Como si nosotros no tuviésemos no el derecho sino el deber de reverenciar, respetar y adorar al Señor en la Eucaristía! Derecho es el de Dios de ser tratado con santo temor y reverencia a su divina majestad.

Se sabe que los últimos Prefectos del Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos querrían volver a la comunión de rodillas y en la boca, pero no pueden. Esta es la triste realidad.

La pregunta entonces es ¿cómo se ha podido llegar a esto? La respuesta es obligada: porque nunca en la Iglesia se ha tolerado la difusión de errores y abusos tan ampliamente.

Si antes, con los Papas Juan Pablo II y Benedicto no fue posible revertir la situación ahora lo es mucho menos. La desacralización ahora se presenta con mayor gravedad al admitirse dar la comunión a quienes están en situación permanente de pecado mortal olvidando las palabras de san Pablo: «Quien coma el pan o beba el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor. Examínese, por tanto, cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba del cáliz; porque el que come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación»" (1 Cor 11, 27-29).

Mons. Athanasius Schneider comenta en una entrevista: "Que Cristo, bajo las especies eucarísticas, haya llegado a ser hoy en día el más débil, vulnerable, indefenso y deshonrado en la Iglesia es un claro y lamentable síntoma de hasta qué punto se han deteriorado el amor y la fe plena en la Eucaristía y la Encarnación. Ciertamente, la esencia del protestantismo consiste en rechazar la plena verdad de la Encarnación con todas sus consecuencias: la visibilidad de la Iglesia, la vida de sacramentos, la realidad y grandeza de la Presencia Eucarística, las características encarnativas de la liturgia.

La crisis actual de la Iglesia se manifiesta principalmente en estas dos actitudes: una espiritualidad gnóstica y un naturalismo horizontal, cuya raíz está en el antropocentrismo, el cual por su parte es un rasgo típico del protestantismo".

Confusión

La confusión no es católicaEs, en cambio, la nota propia de las comunidades cristianas protestantes. En ellas la confusión y la división son crónicas, congénitas, pues nacen inevitablemente del libre examen interpretativo y de la carencia de Autoridad apostólica.

El papa León X, en la bula Exsurge Domine (1520), condena esta proposición de Lutero: «Tenemos camino abierto para enervar la autoridad de los Concilios y contradecir libremente sus actas y juzgar sus decretos y confesar confiadamente lo que nos parezca verdad, ora haya sido aprobado, ora reprobado por cualquier Concilio» (n. 29: DS 1479).

Partiendo de esas premisas, una comunidad cristiana solamente puede llegar a la confusión y la división. Este modo protestante de acercarse a la Revelación pone la libertad por encima de la verdad, y así destruye la libertad y la verdad. Hace prevalecer la subjetividad individual sobre la objetividad de la enseñanza de la Iglesia, y pierde así al individuo y a la comunidad eclesial. Es éste un modo tan inadecuado de acercarse a la Revelación divina que no se ve cómo pueda llegarse por él a la verdadera fe, sino a lo que nos parezca. No se edifica, pues, la vida sobre roca, sino sobre arena.

La fe católica

Lo más grave de Lutero fue hacer añicos la roca que sostiene todo el edificio cristiano: la fe en la enseñanza de la Iglesia apostólica. Y lógicamente todo el edificio se viene abajo.

La fe teologal cristiana es cosa muy distinta, esencialmente diferente, de la libre opinión de un parecer personal. Como enseña el Catecismo, «por la fe, el hombre somete completamente su inteligencia y su voluntad a Dios... La Sagrada Escritura llama "obediencia de la fe' a esta respuesta del hombre a Dios que revela (cf. Rm 1, 5; 16, 26)» 

La fe cristiana es, en efecto, una «obediencia», por la que el hombre, aceptando ser enseñado por la Iglesia apostólica, Mater et Magistra, se hace discípulo de Dios, y así recibe Sus «pensamientos y caminos», que son muy distintos del parecer de los hombres (Is 55, 8)" [63].

La nueva Iglesia

-Para los modernistas -y en esto coinciden con sus oponentes tradicionalistas- a partir del Concilio nace una nueva Iglesia.

Los primeros para justificar todos los cambios y herejías y los segundos para denunciarlos y no aceptar en bloque al Concilio Vaticano II, origen de la revolución en la Iglesia. Frente a ellos el Papa Benedicto habla de una hermenéutica de la continuidad, entre el pre y el post-Concilio. Y emprende, sin resultado positivo, porque no fue secundado, una "reforma de la reforma litúrgica" como camino corrector para poner nuevamente las cosas en su lugar, ya que en la liturgia que se fue imponiendo a partir de Concilio, él ve la devastación de la fe. 

A este punto, necesario es aclarar que nada tiene que ver lo que se hizo en liturgia con el Concilio porque la Constitución sobre la liturgia, Sacrosantum Concilium, pide, por ejemplo, mantener el latín

El quitar el sagrario del medio y las imágenes incluso de la Santísima Virgen, la celebración del sacerdote "versus populum", la comunión en la mano, todo se hizo apelando a un difuso "espíritu del Concilio" y a misteriosas "razones pastorales".

Continuará

martes, 4 de abril de 2017

IDEOLOGÍA DE GÉNERO EN LA ESCUELA

Duración 4:27 minutos

Las "dubia" de los cuatro cardenales hacen escuela. Es la hora de los laicos (Sandro Magister)


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"Clarificar". Con el mismo título-apelación con el que los cardenales Walter Brandmüller, Raymond L. Burke, Carlo Caffarra y Joachim Meisner hicieron públicas sus "dubia" sobre los puntos más controvertidos de "Amoris laetitia" se celebrará en Roma el sábado 22 de abril un gran congreso internacional, a un año de la publicación de la exhortación post-sinodal.
El congreso se celebrará en el Hotel Columbus, a dos pasos de la plaza San Pedro. En ese encuentro tomarán la palabra especialistas congregados de todo el mundo: Anna M. Silvas, de Australia; Claudio Pierantoni, de Chile; Jürgen Liminski, de Alemania; Douglas Farrow, de Canadá, Jean Paul Messina, de Camerún y Thibaud Collin, de Francia.
Los dos primeros son bien conocidos por los lectores de Settimo Cielo.
De Anna M. Silvas, católica de rito oriental e ilustre estudiosa de los Padres de la Iglesia, han podido leer el pasado mes de junio esta brillante y muy argumentada crítica del documento del papa Francisco:
Mientras que del ítalo-chileno Claudio Pierantoni, también él patrólogo, han leído el pasado mes de noviembre el instructivo paralelo entre el desmadre de la Iglesia actual y el de las controversias trinitarias y cristológicas del sigo IV, para superar las cuales se llevaron a cabo los concilios ecuménicos, tal como podría suceder de nuevo hoy:
El elemento caracterizante del congreso es que en él hablarán solamente laicos, como prueba que la controversia que divide hoy a la Iglesia no es para nada exclusiva de "pocos" eclesiásticos retrógrados – como algunos se arriesgan a decir –, sino que incluye a todo el "pueblo de Dios".
Ni tampoco los especialistas que tomarán la palabra el 22 de abril son voces aisladas. Basta pensar – entre muchos otros que se podrían citar – a dos figuras eminentes como el polaco Stanislaw Grygiel y el francés Rémi Brague, ambos convencidos partidarios de la validez de las "dubia" planteadas al Papa por los cuatro cardenales.
En la foto, el encuentro de dos días atrás entre Francisco y uno de los cuatro, el arzobispo emérito de Boloña, Carlo Caffarra, ex presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia.
Entre los firmantes de las "dubia", el cardenal Caffarra es aquél a quien Jorge Mario Bergoglio le manifestó muchas veces en el pasado su estima. Y es también aquél que más ha desarrollado en público los argumentos a favor de sus objeciones a "Amoris laetitia", en especial en la entrevista concedida a "Il Foglio" el 14 de enero del 2017, ampliamente retransmitida en varios idiomas por Settimo Cielo:
El encuentro tuvo lugar el domingo 2 de abril, durante la visita del Papa a la diócesis de Carpi.
El congreso del 22 de abril es promovido por el mensuario de apologética "Il Timone" y por el sitio web "La Nuova Bussola Quotidiana", ambos dirigidos por Riccardo Cascioli.

Carta a los cuatro cardenales que plantearon las Dubia al papa Francisco (José Martí) ANEXO



NOTAS ADICIONALES:

1. Según Hilary White [en un escrito del 21 de noviembre de 2016, una semana después de la publicación de las Dubia] si todos los factores se mantienen estables —o sea, si Francisco no se arrepiente y los cardenales no se amedrentan— lo que ocurrirá, lo que tiene que ocurrir, es lo siguiente:

—Francisco continuará sin responder permitiendo que sus agentes hablen por él cómo hasta hoy. Continuará llamando «enemigos» y «detractores» a todo aquel que intente obligarlo a cumplir con su obligación.

Los cardenales, tras una pausa, durante la que quizá podrían emitir una nueva advertencia, se verán obligados a cumplir con su deber y denunciar su herejía por el bien de la Iglesia y la salvación de las almas. Esto debe ocurrir aunque la única razón sea que los fieles están siendo conducidos por este Papa al precipicio del pecado mortal

Después de la denuncia formal, por lo tanto, el episcopado, el clero y el laicado quedarán divididos en dos gruposLa parte católica será muy pequeña y, a los ojos del mundo, débil, impotente e insensata. La verdad de la fe será su única arma y escudo.

— El bando opuesto contará con todas las instituciones materiales de la Iglesia, todos sus recursos monetarios, los beneficios psicológicos del patrimonio material de sus templos, escuelas, universidades, hospitales, etc., además del poder político resultante del reconocimiento y el apoyo del mundo secular y de todos aquellos que continúan haciéndose llamar católicos.

— Francisco demandará la aquiescencia de todos los católicos por medio de sus amenazas e insultos habituales. Otorgará poderes a sus allegados a nivel nacional para castigar a sacerdotes, seminaristas, maestros, profesores universitarios, etc, si no se suman al Nuevo Paradigma.

— Este alejamiento posiblemente sólo podrá ser sanado a través de lo que los canonistas llaman una «sentencia declarativa» estipulando que Bergoglio es un hereje formal obstinado o pertinaz y que es a causa de sus propios actos por lo que pierde el oficio del papado.

— El deber de los cardenales quedará clarola Iglesia católica no puede funcionar sin un Papa y se verán obligados a convocar un cónclave.

¿Qué forma tomarán las cosas una vez que se haya realizado el cisma? 
Su aspecto podría elucidarse extrapolando la situación actual. 

La inmensa mayoría del mundo católico, laico o clerical, no tiene problema alguno aceptando el Nuevo Paradigma o los nuevos conceptos de dualidad del Vaticano. 

La Iglesia verdadera estará formada por los que siguen siendo creyentes, como siempre ha sido, mas ya no habrá edificios

La realidad, a los ojos de Dios, será que el cuerpo mayor consistirá en lo que podríamos llamar la secta bergoglianaPoseerán toda apariencia de legitimidad y serán respetados, o cuando menos aceptados, por el mundo quien considerará al grupo más pequeño de objetores como necios y «detractores».


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[Bien, de esto hace ya más de cuatro meses y los cardenales siguen sin  hablar. Está prevista una reunión en Roma el 22 de abril de 2017, solamente de laicos de gran prestigio internacional, para hacer hincapié en que el problema no es sólo de unos cuantos cardenales, con los que están completamente de acuerdo, sino de toda la Iglesia, a nivel mundial. Es algo que afecta a todos los católicos del mundo]


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2. Sobre esa idea del cisma en la Iglesia y de un nuevo Papa, siendo Bergoglio declarado hereje, hablé en este blog ... aunque lo que dije se trataba de un sueño. Pinchar aquí aquí. Y esto es lo que escribí después de salir del sueño: pinchar aquí.

José Martí

Carta a los cuatro cardenales que plantearon las Dubia al papa Francisco (José Martí) [3 de 3]


Me vienen ahora a la memoria unas palabras que dijo Jesús y que, como todas sus Palabras, son las únicas que nos pueden dar la Vida ... pues, además, al mismo tiempo que señalan un problema, señalan también su solución: 

"Todo reino dividido contra sí mismo será desolado y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no subsistirá" (Mt 12, 25)

En la actualidad la Iglesia está dividida contra sí misma. Y si continúa por este camino estaría abocada a su desaparición, a su destrucción como tal Iglesia (situación de apostasía universal).

Cierto que tal destrucción no puede ocurrir, pues "las puertas del infierno no pueden prevalecer contra ella" (Mt 16, 18) pero cierto también que "surgirán muchos falsos profetas que engañarán a muchos. Y al crecer la maldad, se enfriará la caridad de muchos"(Mt 24, 11-12) ... hasta el punto de que llegará un momento en el que "quien os dé muerte piense que así sirve a Dios" (Jn 16, 2).

La Iglesia subsistirá (la verdadera Iglesiapero serán pocos los que pertenezcan a ella y puedan salvarse. Y esto es así hasta el punto de que "si no se acortasen tales días, nadie se salvaría; pero por los elegidos se acortarán aquellos días" (Mt 24, 22), nos dice Jesús.

En realidad no deberíamos de extrañarnos demasiado, pues todo lo que está ocurriendo ahora ya estaba anunciado en las Sagradas Escrituras: Vendrá un tiempo en que (los hombres) no soportarán la sana doctrina, sino que, dejándose llevar de sus caprichos, reunirán en torno a sí maestros que halaguen sus oídos, y se apartarán de la verdad, volviéndose a las fábulas (2 Tim 4: 3-4).

Éste será (¡es!) el problema. Y junto al problema, la solución:

"Pero tú vigila en todo, afánate en el trabajo, haz labor de evangelista, desempeña bien tu ministerio" (2 Tim 4, 5).

Por eso, sus Eminencias, dado que "nadie puede servir a dos señores, porque o tendrá aversión a uno y amará al otro, o bien se allegará a uno y despreciará al otro" (Mt 6, 24), según dijo Jesús, yo les suplicaría humildemente que, por lo que más quieran, no se vuelvan atrás en su corrección formal al Papa.

No se contenten con una simple declaración de lo que la Iglesia siempre ha dicho, porque eso ya lo están haciendo otros cardenales. Vendría a ser como otra "opinión" más ... cuando, en realidad, no lo es. Pero digo esto porque también hay muchos otros cardenales que, con la excusa de la adaptación de la Iglesia a los tiempos modernos, quieren cambiar toda la estructura de la Iglesia católica.

Considero que tienen una grave responsabilidad. Ya que han dado el primer paso ... ¡no se vuelvan atrás! ¡Cumplan con su deber (según 2 Tim 4, 5) y atiendan, sobre todo, a las palabras de Jesús"No temáis a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; temed, sobre todo, al que puede arrojar el alma y el cuerpo en el infierno" (Mt 10, 28).

¡No pueden abandonar el rebaño que les ha sido encomendado, sobre todo cuando son conscientes de la existencia -comprobada y publicada-  de tantos falsos pastores que se han entronizado en la Iglesia y que están siendo causa de confusión y también de perdición eterna para muchas almas! 

El papa Francisco necesita de una corrección formal seria, pues AL supone un auténtico peligro para la fe.

Porque, además, lo que va a ocurrir es tan solo el primer paso. Una vez abierta la puerta a los adúlteros, es cuestión de poco tiempo el que pueda comulgar cualquiera, independiente de si tiene o no pecados, del tipo que sean.

Y dado que ya se ha entronizado a Lutero en el mismo Vaticano y que se quiere celebrar la conmemoración de la Reforma Protestante ...  hasta el punto, incluso, de querer celebrar una misa conjunta entre católicos y protestantes ... con motivo del quinto centenario de la ruptura protestante, se llegaría a una situación gravísima en la Iglesia, puesto que los protestantes niegan la Presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, amén de otros puntos incompatibles con la fe católica. 

Necesitamos recordar, una vez más, las palabras de san Pablo a los corintios: “Nada podemos contra la verdad, sino a favor de la verdad” (2 Cor. 13: 8). La Iglesia católica es la única Iglesia verdadera. No hay otra. Y fuera de la Iglesia no hay salvación posible. Esto es una verdad de fe. Si no creyéramos que esto es así, actuando, por lo tanto, en coherencia con esta fe, entonces ¿qué sentido tendría la vida de un católico? ¿Qué importaría tener una religión u otra? ... ¡Como si la religión católica fuese comparable a las demás, que son todas inventos humanos! ¡Ninguna otra religión ha sido revelada directamente por Dios, en Jesucristo, para nuestra salvación!

Si llegase a producirse esa celebración conjunta, la Iglesia habría pasado a mejor vida. Y las palabras de Jesús estarían teniendo ya su cumplimiento: "¿Pensáis que cuando venga el Hijo del hombre encontrará fe en la tierra?" (Lc 18, 8). Posiblemente sería una señal de que el fin de los tiempos está cercano ... ¡y los verdaderos cristianos serían perseguidos por todos, incluida la Iglesia oficial, y vivirían en un estado catacumbal, al estilo de los primeros cristianos! 

Ese es el motivo por el que considero que, con carácter de urgencia, deben de dar un paso adelante, abandonándose por completo en las manos del Señor, que nunca falla, y realizar formalmente la corrección formal al papa Francisco, tal y como dijeron que haríany que no sea verdad el bulo que se corre de que no van a realizar tal corrección directa  pues es mucho - ¡muchísimo!- lo que está en juego. Y somos muchos los católicos que estamos expectantes de que se produzca esa corrección formal al Papa, dado que la cizaña está creciendo de un modo acelerado, en particular, a modo de ejemplo, en Alemania, aunque prácticamente se está extendiendo a nivel mundial. 

Deseo fervientemente que Dios les ilumine para que tomen la decisión que sea mejor para la Iglesia. Sepan que cuenta con mis oraciones continuas y con las de miles y miles de católicos que están atravesando una etapa en su vida de gran sufrimiento, al observar cómo el mundo ha penetrado en la Iglesia, cambiándola desde dentro ... y, lo más grave, que la mayoría de los obispos y cardenales que estaban viendo lo que ocurría callaban, por cobardía o por respetos humanos o por lo que sea. Eso ha dado lugar al panorama que ahora estamos contemplando en la Iglesia ... y lo que aún nos espera.

Por eso mi deseo es más una súplica porque la Iglesia se hunde.

Suyo afectísimo en el Señor Jesús:

José Martí