Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios (1 Cor 2, 12), el Espíritu de su Hijo, que Dios envió a nuestros corazones (Gal 4,6). Y por eso predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero para los llamados, tanto judíos como griegos, es Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,23-24). De modo que si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema! (Gal 1,9).
Traslado aquí un comentario que he leido en Facebook, de Pablo de Molina, escrito en tono irónico, pero que refleja, (quizás exagerando un poco, sobre todo para la gente sencilla) la situación en la que se encuentra (o va camino de encontrarse, por desgracia) el catolicismo.
CREDO MODERNISTA:
Creo en Dios; que puede ser el Alá de los musulmanes, o el Buda de los budistas, o el Gran Arquitecto del Universo de la baja masonería, o elBaphomet de la masonería esotérica, o el Cristos-Lucifer de la gnosis ... ¡pero en fin lo importante es creer!
Creo en Jesucristo, que más que hijo de Dios fué un gran revolucionario que luchó por los intereses del pueblo, que nació de María... quien quizás pudo haber tenido más hijos, por obra y gracia del Espíritu Santo (aunque esto es un símbolo, como otros tantos en la Biblia) y después de haber puesto en marcha su revolución fué crucificado por los burócratas del Templo, muerto y sepultado; descendió a los infiernos simbólicamente, puesto que el Infierno no existe, y al tercero resucitó en el corazón de los Apóstoles, su alma subió al cielo y está sentado a la diestra de Dios (quien quiera que sea) y desde allí va a venir a perdonarnos y dejarnos entrar a todos al cielo, puesto que él es nuestro amigo y no nuestro juez, pero eso si... juzgará a todos los burócratas, los «tradis» y los fachas.
Creo en el Espíritu Santo, como un símbolo mas de la Biblia claro está, en la Iglesia Católica que es uno más de los medios para la salvación, puesto que todo el mundo puede salvarse; crea o no crea en Jesucristo se pueden salvar siempre y cuando sean tolerantes y ayuden a construir un mundo mejor; y no digo «Santa Iglesia Católica» para no ofender a mis «hermanos separados». Creo en la Comunión y Liberación, en el Camino Neocatecumenal, en la liberación del pueblo y en la vida eterna... pero no el Cielo como tú te lo imaginas, puesto que el Paraíso lo podemos hacer aquí en la tierra siempre y cuando respetemos la opinión de los demás y construyamos un mundo más justo y mejor... en fin. Amén, Shalom, Aloha o lo que sea ... Facebook (Pablo de María)
Del mismo autor tomo un vídeo de RomanBerna, que Pablo de María sacó de Facebook, titulado "Erik, el vikingo. Esto no está ocurriendo" . Está fechado el 23 de diciembre de 2013. Y la mala uva aflora por todos los costados. Sin embargo, hay que reconocer que expresa bastante bien -por desgracia- la situación actual de hoy en día, tanto la que se observa en el mundo -particularmente en la política- como la que se observa también -para mayor desgracia- en el seno de la misma Iglesia. Se refleja perfectamente la actitud del avestruz que no quiere ver la realidad pensando que ése es el mejor modo para que las aguas revueltas vuelvan a su cauce ... lo que, lógicamente, no ocurre.
Ya se ha hablado en este blog, varias veces, sobre el famoso vídeo del papa Francisco. Yo ya he dado mi propia opiniónen la entrada del 7 de enero, en la que hacía referencia también a otros enlaces que hablaban sobre lo mismo. Luego he reproducido tres nuevas entradas: una de The Wanderer, otra de Fray Gerundio y una tercera del padre Santiago Martín. Dada la enorme gravedad de lo que se refleja en dicho video han surgido nuevas voces y nuevos comentarios. En esta entrada reproduzco uno de ellos cuyo original puede encontrarse pinchando aquí. Está sacado de "Adelante la Fe" (traducción de un artículo de Catholic Family News) y puede leerse lo que sigue:
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Católicos de todo el mundo están escandalizados por la reciente manifestación de aberracionismo post-conciliar: el vídeo publicado por el Papa Francisco para explicar sus intenciones de oración este mes de enero, y convertido en una celebración pan-religiosa, en el que Francisco exhorta a dialogar más y afirma que todos nosotros, seamos de la religión que seamos, somos “hijos de Dios” (Ver nota final).
Por supuesto que no hay llamada a la conversión de los no-católicos a la única Fe verdadera. El vídeo generó mucha discusión en las redes sociales católicas, denunciando la presentación como hereje y modernista. Sin embargo, un sacerdote -quizá bien intencionado- parecía confundido por todo este malestar: “Lo siento -dijo-. ¿Qué frase es, exactamente, la herética? Y no veo ninguna declaración que afirme que todas las religiones son iguales (pluralismo)”.
He aquí la clave para comprender qué está sucediendo realmente. El modernismo raramente opera con “declaraciones que sean exactamente heréticas”. Su método es una praxis que conlleva un nuevo enfoque de las acciones que entra en conflicto con el Magisterio eterno. Las actividades interreligiosas de hoy día dan la apariencia de que todas las religiones son lo suficientemente buenas para lograr la salvación, lo cual es, probablemente, el principal error religioso de nuestro tiempo.
Personas de todo el mundo veían a Juan Pablo II y a Benedicto XVI, en aquellas reuniones de oración interreligiosa en Asís, puestos en pie al lado de budistas, hindúes, rabinos, musulmanes, protestantes e, incluso, de otras religiones que están, más o menos, en una posición aceptable ante Dios. Es la expresión visual del indiferentismo religioso que lleva a las almas a aceptar tácitamente la doctrina herética.
Sólo un ejemplo: el día de la muerte del Papa Juan Pablo II recibí una llamada de una joven de Nueva Zelanda, amiga de la familia. Trabajaba en unas circunstancias por las cuales trataba con musulmanes e hindúes. Cuando les dijo a estos no-católicos, con suavidad y caridad, que debían de convertirse a la Iglesia Católica - la única verdadera- para salvar sus almas, musulmanes e hindúes se rieron de ella. “Tu Papa no cree eso -le dijeron refiriéndose a Juan Pablo II-, tu Papa no enseña eso. Sus acciones interreligiosas no transmiten esto. Tu Papa reza con el Dalai-Lama y con los hindúes; visita mezquitas y besa el Corán. Si no estás en sincronía con tu propio papa, ¿por qué deberíamos escucharte?” Aquí vemos como una nueva hetero-praxis se eleva por encima de la Doctrina, lo que conduce a los individuos a pensar en la misma línea que la doctrina herética.
Ésta es la misma táctica que han empleado los progresistas en el reciente sínodo, abogando por cambiar el procedimiento sobre la comunión de los divorciados y vueltos a casar, y repitiendo algo que sólo los muy ingenuos aceptarían: “Pero no hemos cambiado la doctrina”. ¿No hemos aprendido nada en los últimos 50 años? La revolución del Vaticano II se basaba enteramente en la táctica de elevar “lo pastoral” por encima de “lo doctrinal”, sin cambiar la doctrina explícitamente, sino creando una revolución en las actitudes católicas.
Otra táctica del Modernismo y de la revolución Conciliar es el significativo silencio acerca de los puntos de la Doctrina que desafían a la nueva inclinación; en palabras del eminente padre Edward Hanahoe: “Los ecumenistas simulan que el Magisterio no ha hablado”. Nunca escucharán a los papas conciliares, desde Juan XXIII a Francisco, reiterar la clara condena al indiferentismo religioso que encontramos en laencíclica Mirari Vos del Papa Gregorio XVI:
“Ahora llegamos a otra causa muy fértil de los males que -sentimos decirlo- afligen a la Iglesia contemporánea. Ésta es el indiferentismo, o esa perversa opinión que ha crecido por todos lados por medio del engaño de hombres malvados. De acuerdo con esta opinión, la salvación eterna del alma puede obtenerse profesando cualquier tipo de fe, mientras que la moral del hombre esté de acuerdo al estándar de justicia y honestidad. Ustedes deben sacar de la mente de las personas confiadas a su cuidado este deplorable error en un tema tan obviamente importante y tan completamente claro. Ya que, dado que el Apóstol nos ha advertido que existe un Dios, una fe y un bautismo, aquellos que pretenden que el camino a la [beatitud] eterna se inicia desde cualquier religión, deberían temer y deberían reconsiderar el hecho de que, de acuerdo al testimonio del Propio Salvador, están contra Cristo porque no están con Cristo, y que se están dispersando miserablemente porque no se están juntando con El; y que, consecuentemente, lo más seguro es que van a perecer para siempre, a menos que sostengan la fe Católica y la mantengan integra e inviolada.”
Pretender que “el Magisterio no ha hablado” y la elevación de la hetero-praxis por encima de la Doctrina, son las dos tácticas básicas de los Modernistas de la revolución Conciliar.
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Nota final: No olvidemos que la actividad pan-religiosa fue alentada por todos los papas post-conciliares, incluyendo el predecesor inmediato del Papa Francisco. Para dar un solo ejemplo, la orientación interreligiosa estaba a la vista de todos durante el Pontificado, supuestamente conservador, del Papa Benedicto XVI. Vean mi reportaje sobre la reunión pan-religiosa celebrada en Asís en 2011 cuyo enlace es Asís III: Dioses paganos son invocados en una Basílica Católica durante el evento convocado por Benedicto XVI:
Este tipo de actividad fue el que sentó las bases para el enfoque más atrevido del Papa Francisco. En el evento de Asís, el profesor nigeriano Wande Abimbola -representante de Yoruba, una religión africana-, subió al púlpito mientras los miembros de todas las religiones mundiales compartían la Basílica del Santuario de Santa María de los Ángeles con el Papa Benedicto. Abimbola cantó una oración y agitó un instrumento de percusión, mientras decía a los delegados que la paz sólo puede llegar con el respeto a las religiones indígenas. “Debemos recordar siempre que, nuestra propia religión, junto con las religiones practicadas por otras personas, son válidas y preciosas a los ojos del Todopoderoso, que nos creó a todos en pluralidad, diferentes modos de vida y sistemas de creencias”, dijo.
Nota: esta entrada está relacionada con el famoso vídeo del papa Francisco, concerniente al diálogo interreligioso, un vídeo que salió a la luz el 7 de enero de este año de 2016.
Propiamente hablando, sólo el Verbo, que se hizo hombre, es decir, Jesucristo, es hijo de Dios; sólo Él posee la naturaleza divina y es consustancial al Padre. Esta filiación divina Él puede concederla a quien quiere. Y para ello instituyó el sacramento del bautismo: recibiéndolo nos hacemos hijos en el Hijo: verdaderos hijos de Dios y herederos de Dios somos hechos partícipes de la naturaleza divina; somos hechos realmente hijos de Dios, hijos adoptivos de Dios, pero verdaderos hijos y esto no por méritos personales, sino por pura gracia. El padre Santiago Martín habla sobre este tema. He tomado nota de un enlace al contenido de su charla (en letra) y asimismo adjunto el correspondiente vídeo que titula como "el don de ser hijos de Dios".
Llevo algún tiempo planteándome que podría muy bien ocurrir que la actual sede de Pedro estuviese ocupada por un Papa hereje, dada la cantidad de afirmaciones que viene realizando, a lo largo de sus casi tres años de pontificado ... y esto ya desde el primer día, en su toma de posesión, cuando pidió la bendición del pueblo ... siendo la gota que ha colmado el vaso el último vídeo que ha publicado y que se ha difundido en la red como un virus. Tratándose de un tema tan serio y tan grave tenía necesidad de estudiarlo bien antes de dar una opinión al respecto. Entre otras cosas, debía saber si tal idea de un Papa hereje era algo impensable o si, por el contrario, dicho evento estaba ya previsto y estudiado por el Magisterio Perenne de la Iglesia (incluyendo, además, las posibles soluciones para estos casos ... si llegaran a darse). Esa preocupación es la que me ha llevado a documentarme lo mejor que sé y a expresar aquí los resultados de la investigación que he llevado a cabo. El estudio más serio y riguroso que he encontrado es el llevado a cabo por el reverendo padre Juan A. de Jorge, cuyo contenido completo se puede obtener pinchando aquí. Puesto que dicho documento consta de 32 páginas, me he limitado tan solo a señalar lo más significativo con relación al tema que nos ocupa, a modo de resumen; y citándolo textualmente. Comienza el ensayo formulando una serie de interrogantes y ya, desde el principio, se avanzan las respuestas que, posteriormente, se explican con más detalle.
1. ¿Puede un Papa caer en herejía? Sí.
2. ¿Cae el Papa hereje en excomunión ipso iure (latae sententiae)? Sí, cuando se produce el delito de herejía, es decir, cuando es herejía formal, externa y contumaz.
3. ¿Pierde un Papa hereje la potestad de jurisdicción (misión divina) por el hecho de caer en la herejía? No, hasta que haya sido declarado formalmente por un órgano competente el hecho de su herejía.
4. ¿Puede un Papa ser depuesto por cualquier autoridad eclesiástica? No. Nadie en la Iglesia puede juzgar al Papa. La pérdida de su potestad primacial proviene directamente de Dios, que la retira cuando se ha producido el hecho de la herejía y la declaración formal de que ese hecho se ha producido (el acto de la autoridad eclesiástica no impone ninguna pena, sino se limita a constatar un hecho; no es sentencia constitutiva, sino puramente declarativa).
5. ¿Una vez perdida su potestad primacial, puede el Obispo de Roma ser juzgado como cualquier otro eclesiástico? Sí, porque ya no tiene la condición de Papa.
6. ¿Son válidos los actos realizados por el Papa desde que cayó de hecho en el delito de herejía hasta la declaración del hecho de la misma por el órgano competente? Hay que distinguir entre los actos de la potestad de orden que sí serían válidos de los propios de la potestad de jurisdicción, que se conserva hasta la declaración del hecho de la herejía.
Antes de continuar, es necesario tener en cuenta una serie de verdades, entre ellas las que vienen a continuación:
1. El dogma de la infalibilidad en el Magisterio del Papa, que solo se produce cuando habla ex cathedra con las condiciones exigidas en Derecho,(cfr. el Concilio Vaticano I, y el canon 749 del CIC). El magisterio sin esas condiciones no está protegido por la infalibilidad.
2. El dogma del Primado de Jurisdicción de Pedro y del Romano Pontífice y de su gobierno sobre toda la Iglesia universal, pastores y fieles.
3. El origen de la potestad primacial del Romano Pontífice que le es otorgada directamente de Dios, mediante la elección legítima aceptada por él juntamente con la consagración episcopal (canon 332, 1). El título de Vicario de Cristo implica que su autoridad proviene directamente del Señor y se ejerce en su nombre.
4. El principio de la inmunidad judicial del Sumo Pontífice: Ninguna autoridad es superior al Papa, por lo que no puede ser depuesto por ninguna otra en la Iglesia. (CIC de 1917, canon 1556: "La Primera Sede por nadie puede ser juzgada". El Papa puede perder su oficio papal directamente por Dios, bien sea por renuncia libre conforme a Derecho, o por otras causas (demencia psíquica, herejía, cisma o apostasía).
5. Por eso, el conciliarismo es una herejía. El Concilio o el Colegio Episcopal no es nunca superior al Papa. El conciliarismo se impuso en el conciliabulo de Pavía Siena (1423- 1424), aunque no experimentó su desarrollo pleno hasta el concilio de Basilea (1431-1437).
6. Los límites obvios a la autoridad plena del Romano Pontífice. La potestad plena del Papa que abarca a la potestad de orden como de jurisdicción, se extiende a toda la sacra potestas (munus sancti candi, docendi et regendi) y a toda la potestad de gobierno (legistativa, ejecutiva y judicial). Sin embargo no es una potestad sin límites: puesto que tiene que ejercerse dentro de los fines de la Iglesia: El Romano Pontífice, como todos los fieles, está subordinado a la Palabra de Dios, a la fe católica, y es garante de la obediencia de la Iglesia y, en este sentido, 'servus servorum'. No decide según su arbitrio, sino que es portavoz de la voluntad del Señor, que habla al hombre en la Escritura vivida e interpretada por la Tradición.
7. Distinción entre el poder de jurisdicción y el de orden: el primero es el poder de gobernar (potestas regendi) a los fieles mediante las leyes, juicios y penas; el segundo es el poder de santificarlos por el culto y la confección o aplicación pública de los sacramentos o sacramentales.
8. El principio de la obediencia a la auténtica jerarquía de la Iglesia, aunque ésta pueda ser corrupta: nihil sine Papa ... nihil sine Episcopo.
9. El principio de extra Ecclesia nulla salus y la necesidad de pertenecer a la Iglesia para que la salvación sea posible.
10. La declaración de herejía es automática (latae sententiae), pero para llevarse a cabo es necesaria la declaración de la autoridad competente. En efecto, el canon 1364 del CIC dice: El apóstata de la fe, el hereje o el cismático incurren en excomunión latae sententiae. El problema que existe para aplicar la excomunión latae sententiae y la remoción del oficio al que cae en la herejía, es determinar cuándo existe ésta, así como su naturaleza y su gravedad.
Un corto video clip de acción viral (ver al final del artículo)
Con motivo del comienzo de este nuevo año, el Presidente de la Empresa de Automóviles más prestigiosa del Mundo, la Automobili Lamborghini Corporation, se ha dirigido a sus trabajadores, clientes y accionistas por medio de un video clip de poco más de un minuto de duración (1′ 20”), para expresarles sus propósitos y planes para el presente 2016. Ha causado furor en la red este comunicado, que -como dicen mis novicios modernistas-, se ha hecho viral. Es impresionante la capacidad de convicción y de fuerza argumentativa, el buen hacer y el buen discurrir de este hombre que lleva sobre sus hombros el peso de una Corporación Automovilística, reconocida hasta ahora como la que tiene mayor consideración, crédito y buena fama entre todas las fábricas de automóviles de lujo del mundo.
En un derroche de imaginación y buen hacer, el Presidente se dirige a sus video-videntes con estas bellas y expresivas palabras:
La mayor parte de los habitantes del planeta se declaran necesitados de un automóvil. Esto debería provocar un diálogo entre las diversas corporaciones automovilísticas. No debemos dejar de dialogar y colaborar con quienes piensan distinto.
A continuación, y en una secuencia muy bien elaborada, aparecen cuatro conductores que van diciendo uno detrás de otro:
– Confío en la marca Mercedes – Creo en la marca Audi – Creo en la marca Lamborghini – Creo en la marca Ferrari
Y continúa hablando el Presidente:
Muchos piensan distinto, sienten distinto, buscan un automóvil o encuentran un automóvil de diversa manera. En esta multitud, en este abanico de marcas de automóviles, una sola certeza que tenemos para todo es que todos somos automovilistas.
De nuevo, los cuatro conductores van repitiendo en el mismo orden que anteriormente:
– Creo en el automóvil – Creo en el automóvil – Creo en el automóvil – Creo en el automóvil
Y por último, en un espléndido final, acaba diciendo el Presidente:
Confío en tí para difundir mi deseo para este nuevo año: que el diálogo sincero entre hombres y mujeres de diversas empresas automovilísticas conlleve frutos de paz y justicia.
Ha sido genial. Este mismo día, todas las empresas automovilísticas del mundo se han felicitado, y han felicitado al Presidente por este mensaje tan ilustrativo y luminoso.
Al mismo tiempo, las acciones de Lamborghini en las Bolsas Mundiales se han venido abajo. Parece ser que muchos accionistas están que trinan con este mensaje, y van reduciendo o anulando sus inversiones en la Empresa. Hasta el punto de que exigen una reunión de urgencia del Consejo de Administración de Lamborghini, con la esperanza de poder encontrar el modo -siguiendo los Estatutos, claro- de destituir al Presidente por sus intenciones. Parece que la caída en picado de la Corporación para 2016 es inevitable. Quien tenga fuerzas, puede ver el mensaje aquí.
Para leer este post en su versión original pinchar aquí
Se trata de un video oficial de la Santa Sede. Ya no hay espacio para pensar en maldades de los periodistas o en interpretaciones equivocadas de la prensa.
El obispo de Roma, sucesor de Pedro, pareciera que ha apostatado públicamente de la fe de Nuestro Señor Jesucristo.
La toma final del video en la que aparecen, en igualdad de posiciones, una imagen de Nuestro Señor junto a la de un ídolo -Buda- y a los símbolos de otras religiones no cristianas, es signo suficiente de apostasía: El Santo Padre no creería -al menos eso es lo que demuestra- en la Redención única y universal de Jesucristo, el Hijo de Dios, y en la necesidad del bautismo y de la conversión para la salvación. La nueva religión que él proclama es la religión universal del amor. Y lo dice con todas las letras. Y, sin darse cuenta, confirma todas las profecías e interpretaciones, desde Malaquías a Castellani, pasando por Benson y Malachi Martin.
Con este vídeo, de un modo definitivo e irrefutable, tira por tierra dos mil años de historia: ¿qué sentido pueden tener ahora las discusiones que nuestros padres en la fe mantuvieron con los paganos y las enseñanzas de los Concilios Ecuménicos y de los Papas?
Más aún, ¿qué sentido tiene la sangre de innumerables mártires derramada justamente por sostener la divinidad de Nuestro Señor y la falsedad de los ídolos y de las otras religiones?
Como acota Ludovicus, hay una declaración implícita de apostasía cuando dice que entre el conglomerado de religiones hay una sola certeza. Y una mentira: que esa certeza es que para todos somos hijos de Dios: ni un budista, ni un musulmán dirían eso; más aún, les resultaría absurda la idea. Y un sofisma: que porque la mayoría de los habitantes del planeta se reconocen creyentes, hay que dialogar entre las religiones.
Cuando Bergoglio fue elegido Papa advertimos con alarma, tristeza e inquietud, desde este sitio, lo que esto significaría para la Iglesia y la posibilidad de que las fuerzas más oscuras hubiesen sido desatadas.
Pareciera, en efecto, que las puertas de Mordor están abiertas y que un Falso Profeta está sembrando la mentira y la confusión entre los débiles y entre los fuertes.
No queda mucho tiempo para que algún signo se manifieste.
Este corto vídeo de minuto y medio de
duración ha supuesto un auténtico bombazo para la Iglesia Católica y para el
catolicismo, en general. Transcribo aquí literalmente(excepción hecha de lo escrito entre
corchetes) laspalabras
del papa Francisco, sacadas de dicho vídeo, en el cual expresa sus
intenciones de oración para este mes de enero del año 2016.
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La mayor parte de los habitantes del
planeta se declaran creyentes. Esto debería provocar un diálogo entre las
religiones. No debemos dejar de orar por él[por el diálogo]y colaborar con quienes piensan
distinto.
[Luego aparecen en el vídeo cuatro
personas: una budista, un rabino, un sacerdote y un mahometano. Y conforme le
va llegando a cada una su turno, dicen, respectivamente:]
- Confío en Buda
- Creo en Dios
- Creo en Jesucristo
- Creo en Dios (Alah)
[Y sigue hablando el santo Padre:]
Muchos piensan distinto, sienten
distinto, buscan a Dios o encuentran a Dios de diversa manera. En esta
multitud, en este abanico de religiones,una
sola certezaque tenemos para
todo es quetodos somos hijos
de Dios.
[Luego cada una de esas cuatro personas
va diciendo la misma expresión, a medida que le llega su turno:]
- Creo en el amor
- Creo en el amor
- Creo en el amor
- Creo en el amor
[Y acaba el papa Francisco diciendo, en
una frase que va dirigida a cada uno:]
Confío en tí para difundir mi petición
de este mes: que el diálogo sincero entre hombres y mujeres de diversas
religiones conlleve frutos de paz y justicia. Confío en tu oración.
------------------------
Las anteriores palabras del Papa indican su modo "sui
generis" de pensar en lo que se refiere al "diálogo" entre
religiones (entre las que incluyeel
budismo, una religión quees
puro ateísmo, puesto que en ella no se adora a ningún dios). Mucho
se podría decir acerca del contenido de este vídeo.
Sin embargo, en este post me voy a limitar a recoger alguna de las expresiones
que pueden leerse en el Nuevo Testamento con relación al tan manido tema de la
diversidad de religiones; aunque haré también algún comentario ...
Las citas que siguen a continuaciónno
son opinionesde personas
concretas (como en el caso del papa Francisco) sino queson la misma Palabra de Dios.Su autor es el Espíritu Santo.
Y son, por lo tanto, verdades absolutas, que no admiten discusión.
Oigamos, por ejemplo, lo que dice el apóstol san Juan sobre las cautelas que
debemos de tomar los cristianos ante el error. [Constato, a modo de curiosidad,
aunque podría ser también Providencial, que la primera cita que coloco está
tomada de la lectura de la Misa de hoy mismo, 7 de enero. Y en dicha
lectura se da una respuesta (clara e inequívoca) aestas opiniones del Papaque hemos podido leer -o escuchar- al
comienzo de esta entrada. Y digo "opiniones" porque lo que dice aquí
el santo Padre, con todos mis respetos a su persona y a lo que representa, no
se parece en nada a la Verdad reflejada en las Sagradas Escrituras]:
"Carísimos, no creáis a cualquier espíritu, antes bien examinad si los
espíritus son de Dios, porque se han presentado en el mundo muchos falsos
profetas. En esto conoceréis el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa
que Jesucristo vino en carne, es de Dios; peroel espíritu que no confiese a
Jesús, no es de Dios; ése es el Anticristo, el cual oísteis que viene, y
ahora ya está en el mundo"(1 Jn 4, 1-3).
A este respecto se podrían poner infinidad de citas del Evangelio
y del Nuevo Testamento. Hablando de Jesucristo, se lee, por ejemplo, en los
Hechos de los Apóstoles:"En ningún otro hay salvación, puesningún otro nombre hay bajo el
cielo dado a los hombres por el que podamos salvarnos"(Hech 4, 12). Y san Pablo dice con una
claridad tal que es imposible que dé lugar a malos entendidos (y lo repite dos
veces) lo siguiente:"Aunque nosotros mismos, o un
ángel del cielo, os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado,
¡sea anatema!Como hemos
dicho y ahora vuelvo a decirlo: si alguien os anuncia un evangelio distinto del
que recibistéis, ¡sea anatema!"(Gal 1, 8-9)
[Anatema significa "maldito"; expresión aplicada a los
herejes, quienes quedan separados del seno de la Iglesia; son miembros
amputados del cuerpo místico de Cristo].
La misión de los Papas es la de
transmitir el depósito revelado con fidelidad, sin añadir ni quitar nada y sin
invenciones personales, máxime si éstas contradicen el sentir de la Iglesia de
siempre, que es justo lo que ha ocurrido con estas declaraciones del papa Francisco.
Se podría decir -en cierto modo, y por desgracia- que estamos ante un Papa
hereje; por si había alguna duda, con estas declaraciones suyas de hoy tal
duda se ha despejado pues, además, lo que ha dicho ha sido de una manera
formal, pública y contumaz, que son las condiciones necesarias que se requieren
para que pueda hablarse de herejía en el caso de un Papa. Al tratarse de un tema muy delicado, dedicaré más adelante algunas otras entradas relativas a la posibilidad de un Papa hereje y a las implicaciones que tal evento supondría.
El hecho histórico de la venida de Jesucristo al mundo supuso una
transformación radical de la sociedad, cambiando el corazón de las personas y
dándoles un sentido a sus vidas. Ningún Papa, por muy Papa que sea, puede
alterar ni modificar el depósito de la fe que ha recibido, sino que tiene que
propagarlo en toda su integridad. Y sigue siendo cierto aquello de que"fuera de la Iglesia no hay salvación":no la hay, por lo tanto, en otras religiones.
Esto admite matices a nivel particular de algunas personas concretas, pero
sigue siendo cierto, en términos generales: sólo en la unión con Jesucristo, en
el seno de la Iglesia, es posible la salvación.
Como bien sabemos, nada de lo que el santo Padre ha dicho, en los
casi tres años de Pontificado que lleva, tiene carácter dogmático ... Nunca ha
hecho uso de la facultad de lainfalibilidadpontificia. Por lo tanto, dado que
"su mensaje" es confuso -e incluso contradictorio, en algunas
ocasiones-, al fiel cristiano no le queda otro camino que el demantenerse en el seno de la
verdadera Iglesia, que es aquélla que nos ha transmitido, en plenitud, el
Mensaje de Jesucristo. El cuerpo de Doctrina de la Iglesia puede conocerse, sin
error, en todos los documentos anteriores a la celebración del Concilio
Vaticano II, puestodos ellos tienen carácter dogmático reconocido;
no así los del Concilio Vaticano II, cuya celebración fue de carácter meramente
pastoral: así lo hizo saber el papa Juan XXIII, cuando lo convocó.
El diálogo interreligioso, tal como el actual papa lo entiende,
según el vídeo y según todo lo que ha ido diciendo a lo largo de su
Pontificado, es -sencillamente- un sincretismo religioso y éste está condenado
por la Iglesia como herejía.
Tal "diálogo" (realmente inexistente) sitúa al
catolicismo al mismo nivel que el resto de religiones y en él sólo prima -como
si eso fuese lo que realmente importa- aquello que cada cual sienta y lo que
cada cual entienda por "amor". El relativismo doctrinal entraría así
de lleno en la Iglesia y esto supondría su aniquilación como tal Iglesia ... lo
que no puede ocurrir de ninguna de las maneras. Hay un artículo de Luis Segura (bastante bueno a mi entender) que coloqué en este mismo blog, sobre el diálogo interreligioso, en el que afirma, entre otras cosas: Dialogar con el otro “en términos de igualdad” puede dar la impresión a éste de que efectivamente quien está en posesión de la verdad [¿o no es Cristo la Verdad?] no posee tal verdad. Pensemos en alguien que afirma la Trinidad, y en otro que la niega: ¿Deberían aceptar ambos que la divinidad la forman dos personas, y no una ni tres, para lograr el anhelado acuerdo? ¿No es esta forma de diálogo entre religiones, además, una forma de decir que no se está dispuesto a sumar ni un solo fiel más al bando de la Verdad; que si éste ha de venir que lo haga por aquellos caminos inescrutables que sólo Dios conoce, porque es preferible respetar a los no creyentes que anunciarles la superioridad del Dios revelado por el Hijo? Si no es así, lo parece.
Según el propio Papavive y deja vivires el primer paso de la paz y de la
felicidad ... Bueno: todo esto podría ser inteligible desde una perspectiva
meramente "humanística"; e incluso así sería también discutible. Pero
de lo que no cabe la menor duda es de que tal afirmación no tiene nada que ver
con la esencia de la Doctrina Católica ... ¡ pequeño inconveniente, al que no
se puede dar de lado!
Jesús lo dijo y lo dejó bien claro: "Si no hubiera venido ni les hubiera
hablado, no tendrían pecado;pero ahora no tienen excusa de su
pecado"(Jn 15, 22)."Quien me odia a Mí, odia también a
mi Padre"(Jn 15, 23)
Así que, por más vueltas que le demos, no se puede reconciliar lo
que es, en sí mismo, irreconciliable: ¿qué sentido tiene decir que todos somos
hijos de Dios, si al pronunciar la palabra Dios cada uno piensa en algo
completamente diferente? Eso es algo carente de sentido, contradictorio y, por
lo tanto, imposible; y esto desde un punto de vista meramente natural de la
pura razón: es, sencillamente, irracional.
Afirmar que todas las religiones son iguales y que da lo mismo una
u otra -pues eso es lo que se está diciendo, sin palabras, al realizar tal
equiparación entre ellas- decir que el proselitismo es una grandísima
tontería; y que todas llevan a Dios [¡no está claro a qué "dios" se
refiere! ... y, en cuanto a que sea el mismo, como afirma el Papa al decir que
todos somos hijos de Dios, es una contradicción manifiesta -y, por lo tanto,
una falsedad-, como hemos podido ver] ... todo esto, en último término,
equivale a decir (¡no nos engañemos!) que Dios -entendiendo por tal el
verdadero Dios- no existe: cada cual se fabrica su propio Dios. Dios es un mero
invento del hombre. El que tenga buena voluntad y actúa conforme a
"su" religión se salvará (¡me pregunto en qué consistirá esa
salvación, si aquello en lo que cree se lo ha inventado!).El ser ha sido aniquilado
porel sentimiento: ya no
importa lo que las cosas son, ya no importa la verdad; no existe tal verdad;
sólo vale y sólo importa lo que cada uno siente. Si aún puede hablarse de
"verdad" ésa sería la verdad: el sentir ... una conclusión que es
consecuencia lógica delolvido
del ser, que ha sido sustituído por el sentir.
Es increíble el grado de locura al que puede llegar un hombre cuando se aparta
de Dios; y no hablo aquí de un "dios" cualquiera, sino del único Dios
verdadero, que se ha manifestado en Jesucristo: no hay otro dios que éste ...
porque, en contra de lo que dijo el papa Francisco, Dios sí es católico.
Recordemos sus palabras:
“Yo creo en Dios. No en un Dios católico, no
existe un Dios católico, existe Dios. Y creo en Jesucristo, su encarnación.
Jesús es mi maestro y mi pastor, pero Dios, el Padre, Abba, es la luz y el
Creador. Este es mi Ser. ¿Le parece que estamos muy distantes?”(Entrevista
con Scalfari 1 de octubre de 2013)
Esta idea de que sí
existe un dios católico que, además, es el único y verdadero Dios, ha sido
comentada ya en este blog, en un estupendo artículo de Fray Gerundio. Se puede
leer de nuevo haciendo clicaquí.
Es necesario, para un cristiano, tener las ideas muy claras. La Iglesia católica sólo posee un Magisterio y éste supone la fidelidad a la Sagrada Escritura y a la Tradición, que son las dos únicas fuentes de la Revelación. Los Pastores son los encargados de transmitir fielmente lo que han recibido, sin añadir ni quitar nada; la Palabra de Dios siempre es actual y nunca se queda obsoleta: sirve para todos los hombres de todos los tiempos y culturas. No existe cambio o evolución en los Dogmas. Se puede -y se debe- profundizar en el conocimiento de Dios, manifestado en Jesucristo: esa es la misión de la Teología, que es la ciencia de Dios ... pero, en todos los casos, debe de partirse, como verdad cierta, del Dato Revelado: éste nunca puede ser alterado ni modificado ni puesto en duda. Lo escrito en los Evangelios no es leyenda sino verdades históricas, con infinidad de testigos que han dado fe de ello ... y una infinidad aún mayor de mártires que han dado la vida como testimonio de la veracidad de los Evangelios: "Lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos también a vosotros" (1 Jn 1, 3). Si nos ceñimos al Apocalipsis allí puede leerse: "Si alguien añade algo a esto, Dios enviará sobre él las plagas descritas en este libro; y si alguien sustrae alguna palabra a la profecía de este libro, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa que se describen en este libro" (Ap 22, 18-19). Pero lo mismo cabe decir del resto de la Sagrada Escritura, como hemos visto que dice el apóstol san Juan. Si alguno modifica un ápice del contenido de la Sagrada Biblia, y en particular del Nuevo Testamento, lo que transmitiese ya no sería la recta doctrina, sino invención humana. La fidelidad a lo que se ha recibido es fundamental. Como sabemos las palabras de la Sagrada Escritura fueron inspiradas por el Espíritu Santo: su autor verdadero es Dios mismo. Esto es sumamente importante. La trascendencia de esta realidad queda perfectamente reflejada en la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas: "Aunque nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anatema! Como hemos dicho, y ahora vuelvo a decirlo: si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema!" (Gal 1, 8-9). Es decir ... si alguien -no importa quien sea- nos explicara algo diferente a lo que está escrito y nos ha sido revelado en las Sagradas Escrituras y en la Tradición de la Iglesia (que son las dos únicas fuentes de la Revelación) los cristianos no sólo no deben de seguirlo, sino que, caso de hacerlo, se estarían buscando su propia condenación, ya que "es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hech 5, 29). Es preciso recobrar la cordura, si es que la hemos perdido; y dejar de ser ingenuos, de una vez por todas, aprendiendo a discernir entre lo que es verdad y lo que es mentira. No es ésta una cuestión baladí ... pues es nada menos que nuestra salvación eterna la que está en juego. Y al decir esto estoy pensando no sólo en los sacerdotes, en los obispos y cardenales o incluso el mismo Papa, sino también en los simples fieles. Nadie, por ejemplo, para tranquilizar su conciencia, puede admitir como excusa de su conducta o de sus creencias, el siguiente pensamiento: "Es que los pastores son los pastores ... y si ellos lo han dicho sus razones tendrán". El que así razone está olvidando algo que es de vital importancia y contra lo que Jesús nos previno durante su estancia en esta tierra ... Y es la existencia de los malos pastores ... Existen los malos pastores, aquellos a quienes no les importan las ovejas. Y esto es así no porque yo lo diga, pues mi palabra sería, sin más, una mera opinión. No. Esto ya lo dijo Jesucristo con toda claridad. Nos convendría darnos por enterados, pues éstas fueron sus Palabras: "Mirad que nadie os engañe. Muchos vendrán en mi Nombre, diciendo: 'Yo soy' y seducirán a muchos" (Mc 13, 5)."Surgirán falsos cristos y falsos profetas, y harán grandes signos y prodigios para engañar, si fuera posible, incluso a los mismos elegidos. Mirad que os lo he avisado" (Mt 24, 24-25) Sólo Jesús es el buen Pastor, Él "conoce a las suyas y las suyas le conocen a Él" (Jn 10, 14), "va delante de ellas" (Jn 10, 4) y "da la vida por sus ovejas" (Jn 10, 11), como efectivamente ocurrió. Esta misión de pastorear a las ovejas se la encomienda Jesús a Pedro cuando le dice, por tres veces, después de resucitar: "Apacienta mis ovejas" (Jn 21, 17) confirmándole así en la labor que ya antes le había prometido, cuando le dijo: "Yo te daré las llaves del reino de los cielos, y cuanto ates en la tierra será atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos" (Mt 16, 19) Jesús conoce perfectamente que Pedro es incapaz de llevar a cabo esta tarea por sus propias fuerzas. Por eso le va adviertiendo, poco a poco: "Simón, Simón, mira que Satanás os busca para cribaros como el trigo, pero Yo he rogado por tí para que no desfallezca tu fe. Y tú, cuando te hayas convertido, confirma a tus hermanos" (Lc 22, 31-32). Y por eso les envió su Espíritu, a él y a los demás discípulos que estaban reunidos con él en el Cenáculo, por miedo a los judíos. Esto ocurrió diez días después de su ascensión, en cuerpo y alma, a los cielos (Hech 1, 9). Así quedaron patentes las palabras de Jesús cuando les dijo a sus discípulos: "Sin Mí nada podéis hacer" (Jn 15, 5) y aquellas otras: "Sabed que Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 20b). De no ser así, el cristianismo ni siquiera hubiera tenido un comienzo. Y si lo tuvo y se sigue manteniendo es debido al hecho de que el Fundador de la Iglesia, Jesucristo, el hijo del Hombre, es realmente Dios, Aquel por quien todo fue creado (Jn 1, 3). El discurso de Pedro (Hech 2, 14-47), por ejemplo, posterior a la venida del Espíritu Santo, produjo el arrepentimiento y la conversión de unas tres mil personas en un solo día, las cuales fueron bautizadas (Hech 2, 41), ... , "y el Señor aumentaba cada día el número de los que abrazaban el mismo género de vida para salvarse" (Hech 2, 47). Este fenómeno así como muchos otros hechos y la propia vida de la Iglesia, que se sigue manteniendo a pesar de que tiene casi todos los poderes del mundo en contra de ella, es una señal de que, ciertamente es el Espíritu de Cristo el que guía a su Iglesia. Fue el mismo Cristo quien dijo: "El cielo y la tierra pasarán, pero mis Palabras no pasarán" (Mt 24, 35). La realidad histórica muestra la veracidad de estas palabras. La Iglesia, en medio de grandes persecuciones, se sigue manteniendo ... ¡todo ello no hubiera sido posible si quien las pronunció no fuese el mismo Dios, como así lo creemos los cristianos, por la gracia que Él nos ha concedido, sin mérito alguno por nuestra parte! De manera, pues, que es obligatorio para un cristiano el hacer un uso correcto de la razón en la búsqueda de la verdad ... lo que nos lleva a no poder admitir todo aquello que sea contradictorio en sí mismo. Los principios de la ciencia o primeros principios, verdades evidentes por sí mismas, que no necesitan demostración ... y que posee cualquier persona con sentido común, por el mero hecho de ser persona, no pueden ser negados jamás. No podemos hacer violencia a la razón, esa facultad tan maravillosa que hemos recibido de Dios y llamar negro a lo que vemos que es blanco y viceversa (por ejemplo) ... ¡Y esto se está haciendo! Pongamos algún ejemplo concreto para entender mejor la razón de estas aseveraciones que caen por su propio peso. Analicemos esta frase del santo Padre, que fue pronunciada en su saludo a los refugiados en la parroquia romana del Sagrado Corazón de Jesús el 19 de enero de 2014:"Los que son cristianos, con la Biblia; y los que son musulmanes, con el Corán; (...) compartir, incluso, la propia fe, pues Dios es uno solo: el mismo". Bueno, es el santo Padre quien lo ha dicho; y como tal merece nuestro respeto; pero el amor a la verdad y el espíritu de discernimiento nos dicen enseguida que aquí falla algo. Abro el Nuevo Testamento y leo lo que se dice de Jesucristo: "En ningún otro hay salvación, pues ningún otro nombre hay bajo el cielo dado a los hombres por el que podamos salvarnos" (Hech 4, 12). Es absolutamente imposible compaginar esta última frase, sacada del Nuevo Testamento y que es, por lo tanto, palabra de Dios, con la opinión del papa Francisco (en este caso concreto): el "dios" de los musulmanes no es el mismo dios que el de los cristianos. No puede serlo puesto que, para ellos, Jesucristo no es Dios. Y nosotros sabemos que "todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre" (1 Jn 2, 23). Se pueden poner infinidad de ejemplos. Pongamos sólo uno más: Desde la Ciudad del Vaticano se dice que "los católicos no deberían intentar convertir a los judíos" . Bueno, esto no deja de ser una opinión. Lo que sí es cierto es que tal opinión, aunque haya salido del Vaticano, no se compagina con la verdad del Evangelio, pues en éste, que es palabra de Dios, se lee: "Id y enseñad a las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que Yo os he mandado" (Mt 28, 19-20). ¿Acaso los judíos no tienen necesidad de conversión? En nuestras manos está la elección: ¿Nos quedamos con lo que se invente cualquiera, aunque sea sacerdote, obispo o el mismo Papa? ¿O nos quedamos con la Palabra de Dios, que nos ha sido transmitida fielmente por el Magisterio de la Iglesia, a partir de las Sagradas Escrituras y de la Tradición, que son las dos únicas fuentes de la Revelación? ¿Nos quedamos con lo que piensa el mundo o hacemos nuestro el pensamiento de Cristo? Así, pues: por una parte, debe de quedar claro que estamos ante la legítima Iglesia, que es una sola. No hay en ella dos Magisterios diferentes: no puede haberlos, pues sería una contradicción. Ahora bien: debemos discernir entre los buenos y los malos pastores, entre aquellos que transmiten la palabra de Dios y los que la adulteran o la niegan. Para ello es preciso que conozcamos bien nuestra fe y que vivamos vigilantes y siempre con la esperanza completamente puesta en Dios. Si quienes están a cargo de la Iglesia transmiten fielmente la verdad que han recibido, pues ¡a obedecerlos toca ... y con gran alegría! Pero, si quienes tienen la obligación de transmitir dicho Mensaje con fidelidad no cumplen con su misión sino que nos transmiten sus propias ideas y éstas se contraponen al Magisterio fiel de la Iglesia, entonces es nuestro deber, como cristianos, desobecerlos. Y vuelvo a insistir: nos va en ello nuestra salvación eterna y no podemos tomárnoslo a la ligera ... Y no nos debe de importar, en este sentido, el cargo de la persona que ha expuesto "sus" opiniones acerca de determinados temas. Al fin y al cabo, lo ha hecho a título personal; e incluso aun cuando se trate del mismo santo Padre, sus palabras no poseen el carisma de la infalibilidad, la cual sólo tiene lugar cuando el Papa habla "ex cathedra", lo cual no lo ha hecho hasta ahora. Y si lo hiciera en algún momento, aquello que dijese no podría nunca oponerse a la Tradición recibida y a la Sagrada Escritura, que son las únicas fuentes seguras de la Revelación. Mientras nos atengamos a ellas, estaremos en la Verdad y en la verdadera y única Iglesia, aquella que es "Una, Santa, Católica y Apostólica", no importando demasiado que haya en ella algunos pastores que hayan perdido la fe ... porque, en definitiva, "Dios dará a cada uno según sus obras" (Rom 2, 6) y tengamos siempre presente, en nuestra mente y en nuestro corazón, las palabras de Jesús: "Mira que vengo pronto y conmigo mi recompensa, para dar a cada uno según haya sido su conducta. Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin" (Ap 22, 12-13). Me gustaría terminar estas siete entradas sobre la Nueva Evangelización con la exhortación del apóstol san Pedro a los cristianos de su época: "Queridísimos (...) estad alerta, no sea que -arrastrados por el error de esos disolutos- decaigáis de vuestra firmeza. Creced en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A Él la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén." (2 Pet 3, 17-18)