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lunes, 1 de octubre de 2018

Roberto de Mattei y el Vaticano II; Sínodo de los jóvenes; Santo Rosario (Specola)



El profesor Roberto De Mattei es ampliamente conocido por los lectores de lengua italiana. Gracias a la impagable tarea de ‘Homo legens’ podemos tener en español su ‘Concilio Vaticano II, una historia jamás escrita’. Es la traducción de su obra Italiana de similar título. Recomendamos vivamente su lectura. Se centra en aspectos históricos y no entra en los documentos conciliares sino en los hechos que han rodeado el último concilio de la Iglesia Católica. Al profesor De Mattei debemos nuestra convicción de que estamos en las últimas coletadas de los efectos conciliares. Para la práctica totalidad de los que componemos la Iglesia Católica el Concilio Vaticano II es un hecho histórico que no hemos vivido pero que explica muchas de las cosas que estamos todavía viviendo. Es una visión distinta, de un historiador, que sin dura abrirá nuevos horizontes en la comprensión de un hecho significativo en la historia bimilenaria de la Iglesia.

No cabe duda de que estamos viviendo un fin de periodo; esto no puede seguir así mucho tiempo, en la historia de la Iglesia y de la sociedad, de la que no podemos ser ajenos. Los aires del 68 trajeron cambios de mentalidad y pensamiento también en el seno de las confesiones religiosas. Este periodo y sus ideas están agotados y en mucho casos han demostrado un fracaso estrepitoso en sus intentos de cambiar la sociedad

En los que nos toca a nosotros es indudable que vivimos una de las crisis más serias de la Iglesia Católica y de la que su salida se presenta complicada. La profunda y generalizada crisis vocacional hace que nos enfrentemos a la extinción de la Iglesia como la conocemos en muchos ámbitos geográficos y sociales. Tampoco podemos olvidar que las crisis son el preámbulo de un nuevo periodo, que no acertamos todavía a descubrir, pero que no dudamos que ya ha nacido y está creciendo.

Desde estás lineas hemos defendido que los dos problemas a los que se enfrenta la iglesia son la corrupción financiera y moral, sin duda muy unidos entre ellos. La profunda crisis que estamos viviendo de corrupción en toda la cadena de mando hace que toda esta generación sea incapaz de salir del hoyo en el que ellos mismos y sus fracasados principios nos han metido. Por simplificarlo en pocas lineas, si seguimos los postulados del 68 y sus consecuencias, simplemente la iglesia desaparecerá. A los 80 años de edad es muy difícil reconocer un fracaso, sobre todo si se continúa mandando, y la prueba más evidente es que los jóvenes, ni manipulados, quieren perder su vida en caminos tan absurdos.
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El aumento del número de noticias desde la bomba Viganò es evidente y es posible que estemos viendo antes nuestros ojos como lo que estaba muerto simplemente se está descomponiendo. Viganò y sus consecuencias siguen adelante; por ahora sin nuevos datos nuevos significativos.
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Terminamos con la que nos parece la intervención más importante del Papa Francisco de los últimos tiempos. El humo de Satanás sigue presente dentro de la Iglesia también de los tiempos de primaveras y puertas abiertas. La presencia de tanto arco iris y de confesiones ecológicas no parece que hayan expulsado a tan persistente e ingrato intruso. El remedio es el de siempre: el demonio no cambia y las armas contra él tampoco. 

El Papa Francisco nos pide que recemos en el mes del rosario por esta intención: que no dude que lo hacemos, incluso fuera de octubre. El sínodo de jóvenes se desarrolla del 3 al 28 de octubre y,  aunque no hemos visto el rezo del rosario como prioridad en el ‘ instrumentum laboris’, suponemos que se seguirán con gozo las indicaciones del pontífice y se rezará completo, en sus tres partes, y con mucha devoción todos los días para expulsar de una vez el demonio de la Iglesia. Sólo con está sencilla recomendación viviríamos un sínodo muy distinto: si es con el Santísimo expuesto y  el exorcismo a San Miguel, también recomendado por el pontífice, ya tocamos el cielo. Las cosas son más sencillas de los que parecen si se quieren entender. El rosario venció a los musulmanes en la batalla de Lepanto y no dudamos que nos sacará de ésta y de muchas más que vendrán.

“Uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí” (Mc 9, 39)

Specola