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miércoles, 22 de febrero de 2023

Tiempo de penitencia ¿sinodal?, la caza de brujas con la misa de siempre, los jesuitas y su Rupnik, el jardín de la amistad, España sin vocaciones.



Miércoles de ceniza, Roma amanece, son ahora las 8,30 de la mañana, días grises de temperaturas más calmadas. Audiencia en el formato habitual, estirando a los asistentes en una lucha imposible por cubrir los vacíos. El Papa Francisco entra con bastón y se censuran las imágenes de la salida. Nos enfrentamos a otra jornada de noticias de fondo, y no pequeño. Empezamos por lo serio y 
Viganò nos ofrece sus reflexiones sobre el día de hoy. «Solo hay una cosa que mueve al Señor a la compasión, ante la multitud de nuestros pecados: la penitencia. Esa penitencia sincera que confirma en la actitud exterior el verdadero arrepentimiento por las faltas cometidas, la intención de no volver a cometerlas, la voluntad de repararlas y sobre todo el dolor por haber ofendido con ellas a la divina Majestad».
Este día se imponía un período de penitencia, hasta el Jueves Santo, en el que el obispo les daba la absolución, a los pecadores públicos: Ecce ejicimini vos hodie a liminibus sanctæ matris Ecclesiæ propter peccata, et scelera vestra, sicut Adam primus homo ejectus est de paradiso propter transgressionem suam». El Jueves Santo, volverían a aquellas puertas con la misma ropa humilde, de rodillas, con un cirio apagado en la mano: «Restaura en ellos, Apostólico Pontífice, lo que las seducciones del diablo han corrompido; por los méritos de vuestras oraciones y por la gracia de la reconciliación, acercad a estos hombres a Dios, para que los que en otro tiempo se avergonzaban de sus pecados, ahora se regocijen para agradar al Señor en la tierra de los vivientes, después de haber derrotado al autor de la propia ruina».
«¿Por qué los Pastores ya no nos hablan del pecado original, del vía crucis, de la necesidad de la penitencia? ¿Por qué la justicia divina es silenciada o negada, mientras que la misericordia de Dios es distorsionada y frustrada, como si tuviéramos derecho a ella sin importar nuestra contrición? ¿Por qué oímos que no se debe negar a nadie la absolución, cuando el arrepentimiento -como enseña el Concilio de Trento- es materia inseparable del sacramento, junto con la confesión de los propios pecados y la satisfacción de la penitencia? ¿Por qué es silenciada la meditación de la Muerte, la existencia del Juicio, la realidad del Infierno para los condenados y el Paraíso para los elegidos?»
Cada vez más vemos que hay unos ‘poderes’ superiores transversales, los jesuitas, Sant’Egidio, las mafias de San Gallo, etc.), y un pueblo católico, muy unido pero poco organizado, que poco tiene que ver son sus ‘superiores’. Hemos llegado a un punto que la desaparición de todo lo enunciado y, otras muchas realidades que todos tenemos en la mente, causaría, una enorme tranquilidad primaveral. Culto divino publica un Rescripto ad hoc, fruto de una audiencia con el Papa Francisco. La dirección no es prohibir totalmente, por ahora, sino poner más y más dificultades, los obispos son libres para negar pero no para conceder.

Mientras se habla y se habla de sinodalidad por todas partes, dejando que cada uno elija el camino que prefiera, ya sea «a la francesa» o «a la alemana» o «en salsa amazónica», la Santa Sede tiene miedo a un tipo concreto de celebración de la Misa elogiada por santos y papas. 
No es explicable tal furia del Papa Francisco hacia lo que «fue sagrado y grande para las generaciones anteriores» y «no puede ser… prohibido ni juzgado nocivo», como irrefutablemente afirmaba Benedicto XVI. Con un pobre ‘rescripto’, fechado el 20 de febrero, se sustrae al obispo diocesano el papel de «moderador, promotor y custodio» de la liturgia y el Santo Padre se reserva «la concesión del uso a iglesias parroquiales o la erección de nuevas parroquias personales y la autorización para celebrar según al Missale Romanum de 1962 para los sacerdotes ordenados después de la Traditionis Custodes». Los obispos son libres, sí, pero solo para negar, cosas de la sinodalidad selectiva.
El 2 de febrero el Papa Francisco: «Me gusta el rito congoleño, porque es una obra de arte, una obra maestra, litúrgica y poética» y lo definió como “un camino prometedor también para la posible elaboración de un rito amazónico”. Lo que se dice en Oriente se niega en Occidente, volviendo a levantar esos muros sólo frente a los fieles que se nutren espiritualmente de la tradicional liturgia romana. Donde queda el famoso «¿Quién soy yo para juzgar?»: estos son «más protestantes que católicos», «rígidos», «pelagianos» y demás. Es sospechosa la coincidencia de «cacería de brujas» con la administración del católico Biden persiguiendo a los «católicos tradicionales».

Comunicado oficial de los jesuitas sobre el caso Rupnik. Seguimos sin aclarar quién y por qué decidió, pocos días después de la condena, la revoca de la excomunión «Latae Sententiae». Si la remisión tuvo lugar sin el conocimiento del Papa Francisco, ¿por qué el Papa, habiéndose dado cuenta de ello, la tomó tan a la ligera? ¿Los obispos son removidos solo por retrasar las denuncias en casos de pedofilia, y quienes remiten una excomunión tan severa ni siquiera les dicen “no lo vuelvas a hacer?». El comunicado no fue presentado en rueda de prensa, como suele ocurrir en estos casos, para evitar preguntas incómodas. No olvidamos que el caso lo conocemos por una filtración a un medio digital que provoca las necesarias aclaraciones, que no llegan, en quienes quisieron ocultarlo todo. Todo suena a un infantil ‘yo no he sido’, estos jesuitas ya no son lo que eran, la decadencia se nota.

En la farragosa declaración parece que, en el caso Rupnik, los jesuitas todavía están en el año cero. Se limitan a hipotizar, con un desprecio radical por la inteligencia y la memoria, aunque sea breve, de sus interlocutores. Reconocen que: «Los comportamientos informados del padre Rupnik tuvieron lugar en varios períodos entre mediados de la década de 1980 y 2018. Cubren un lapso de tiempo de más de treinta años». » La naturaleza de las denuncias recibidas tiende a excluir la relevancia penal del comportamiento del padre Rupnik ante las autoridades judiciales italianas. Sin embargo, la relevancia de éstos desde un punto de vista canónico y en relación con su vida y su responsabilidad religiosa y sacerdotal es muy diferente».

«El Superior Mayor del P. Marko Rupnik, el P. Johan Verschueren, después de haber leído el informe y todo el dossier proporcionado por el Equipo Referente – a quien queremos agradecer aquí sinceramente el enorme y delicado trabajo realizado– confirma que la variedad de testimonios recibidos, combinado con lo que ya se sabe, demuestra cómo deben tomarse en serio y considerarse plenamente». Después de treinta años de ‘tolerancia’ reconocida, los mismos superiores ‘mayores’ ahora sí, una vez pillados, reconocen que no fueron superiores ni mayores, y «declaran que es su firme intención proceder con medidas que aseguren que no se produzcan situaciones análogas a las referidas». Parece que «como medida cautelar, ha endurecido las normas restrictivas en su contra al prohibirle cualquier ejercicio artístico público, especialmente en estructuras religiosas (como iglesias, instituciones, oratorios y capillas, casas de retiro o de espiritualidad). Por lo tanto, estas restricciones se suman a las ya vigentes (prohibición de toda actividad pública ministerial y sacramental, prohibición de comunicación pública, prohibición de salir de la Región del Lacio).

La Santa Sede vuelve a la XVIII Bienal Internacional de Arquitectura de Venecia con un Pabellón dedicado a la amistad social. La presencia de la Santa Sede, explicó Tolentino de Mendonça, pretende ser una «declaración del deseo de la Iglesia estar cerca, no solo del mundo de la arquitectura, sino de las artes en general y debe ser visto como una declaración programática de cómo el Dicasterio tratará de asegurar la presencia de la Iglesia en aquellos lugares, eventos y espacios donde se reúnen los artistas». «La Santa Sede dedicará su pabellón nacional de la Bienal al tema de la amistad social, particularmente querido por el Papa Francisco, quien habló de ello en Laudato si’ (2015) y en Fratelli tutti (2020)». La exposición lleva por título: «Amistad social: encuentro en el jardín» e invitará a los visitantes a» cuidar el planeta como nos cuidamos a nosotros mismos y celebrar la cultura del encuentro».

Las teorías del calentamiento global, son abrazadas y promovidas con un proselitismo digno de mejor causa, por el Papa Francisco y por la actual administración del Vaticano. Tosatti, en su Stilum Curiae, nos ofrece un artículo que revela las mentiras que se difunden sobre el clima, el calentamiento global, y demás dogmas considerados ‘progres’. «La más influyente» entre los críticos de la ideología climática afirma que «las políticas de eficiencia energética no tienen sentido, no tienen éxito en ninguna parte, los costos siempre superan los beneficios, el mundo está inundado de energía barata, lo único que encarece la energía es la mala política del gobierno, las políticas verdes conducen al desastre, con el caos social y un mayor control de los gobiernos. Los datos oficiales del gobierno de Estados Unidos dicen que nos enfriamos, de 2015-2022 un -0,11 °C, pero oficialmente seguimos con el calentamiento.

Nos duele dar esta noticia que vemos hoy en los medios italianos sobre España. Desde el Concilio Vaticano II, las vocaciones en España, con 47 millones de habitantes, se han secado. En 1965 en España había 8.000 seminaristas, en 2000 el número descendió a 1.737 y en 2020 a 1.028 (-40%). En 2021, había 179 novicias y 65 novicios para reemplazar a los 44.000 religiosos y religiosas. La catástrofe se acrecienta por días y la Archidiócesis de Barcelona, con 2 millones de católicos, tiene 26 seminaristas. En Gerona, quedan poco más de cien sacerdotes, con una edad media de 73 años. En Vic han muerto 144 sacerdotes desde 2003, mientras que se han ordenado 15. En el periodo 2000-2019, España pasó de 227 ordenaciones a 125, Alemania de 140 a 55, Francia de 150 a 94, Italia de 520 a 310, es un proceso que no ha mejorado, ha empeorado y mucho, en los diez años del Papa Francisco. ¿Esto es lo que algunos llaman primavera?

«…y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará».

Buena lectura.