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miércoles, 1 de enero de 2020

Empezamos 2020, los malos aires del Papa Francisco, el tribunal Vaticano sin penalistas, María Corredentora


Empezamos el año del Señor de 2020. Son tiempos revueltos y convulsos para la vida de la iglesia pero también en la sociedad en que vivimos no hay dónde mirar. Son tiempos de mudanza en los que todo parece fracasar y en los que la fe milenaria se muestra aparentemente inútil para dar sentido a la vida del ser humano de la posmodernidad. Son tiempos de elevar la mirada hacia Dios, Señor de la historia, para que nos ilumine en medio de la tormenta que no termina. Creemos que es un día de oración y de esperanza ante un nuevo periodo de nuestra vida que Dios nos concede vivir y pedirle con insistencia que lo vivamos en plenitud. Son tiempos de retos que nos llevan a la purificación, a fiarnos mucho más de Dios y dejarnos de seguridades humanas, que siempre son tan inseguras, y que no pueden colmar las sedientas almas de los humanos creadas para la eternidad. Debemos tomar aire y dejarnos de agonías que solo son fruto de la falta de fe. Son tiempos en los que Dios necesita de amigos fuertes y por tanto debemos fortalecer nuestras debilidades para ser instrumentos adecuados y poder realizar el proyecto divino.
En medio de las tinieblas ha brillado una luz que a los ojos de los hombres es imposible que triunfe pero que más de dos mil años después sigue marcando el rumbo de la historia. Lo pasajero, lo caduco, lo terreno que nos ocupa no nos debe preocupar y tenemos que fiarnos mucho más de quien tiene las riendas y se va abriendo paso, misteriosamente pero de forma eficaz, en medio de los tiempos.
Es absurdo, además de inútil, el pensar que otros tiempos fueron, o serán, mejores; los nuestros son estos y no tenemos otros. Aprendamos del pasado y vivamos con confianza el presente, el mañana está en las manos de Dios y lo debemos esperar con tranquilidad. El 2020 es un tiempo de gracia que empieza y no volverá, no despreciemos el don de Dios y vivamos el tiempo presente. 
Mal ha terminado el año para el Papa Francisco. Estaba programada una tarde perfecta. Asistencia sorpresa a un funeral en una parroquia romana de una amiga fallecida y visita al nacimiento de la Plaza de San Pedro después del Te Deum. Los demonios, la pachamama, o lo que sea,  enredan y al fin todo ha terminado en unas terribles imágenes en que el Papa Francisco, visiblemente enfadado, se lía a manotazos con un pobre señora. Mejor guardar las fuerzas y los enfados para expulsar mercaderes del templo, el año no ha sido fácil, la edad se va notando y hace que se controlen peor las reacciones primarias. Es una imagen de una reacción impropia de un pontífice que parece que va recuperando con rapidez los malos aires de Buenos Aires.
El tribunal único del Vaticano está también en crisis y no encuentra penalistas. En el imposible reino pontificio está en vigor el código penal italiano de 1889, el Zanardelli, y esto complica todo. El retraso histórico no llega a doscientos años pero casi. Por si esto fuera poco se pide el uso fluido del latín y además el sueldo no es gran cosa.  Esto sí que es arqueología y basta ver los resultados del tribunal para ver que estamos ante un imposible histórico en nombre del Papa Rey.
Buen comienzo de año para los lectores y amigos de Specola y que María Corredentora nos bendiga en este 2020.
“El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor.
El Señor te muestre tu rostro
y te conceda la paz”
.
Buena lectura.
Specola