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jueves, 17 de septiembre de 2020

La respuesta de los obispos españoles ante la amenaza de derribar la mayor cruz del mundo




Este martes, con motivo de la presentación de su ley de manipulación de la historia, Carmen Calvo dijo que el Gobierno se plantea derribar la Cruz del Valle de los Caídos.

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Una exhibición de odio anticristiano que recuerda a la de 1936

Con su amenaza de derribar la Cruz, el Partido Socialista se suma al odio de los comunistas de Podemos, que hace dos años reclamó derribar esa Cruz afirmando que es “simbología fascista” (sic): una exhibición de talibanismo anticristiano que recuerda peligrosamente a la destrucción del Cerro de los Ángeles, incluyendo el fusilamiento de una imagen de Cristo en 1936 por fanáticos izquierdistas. Cabe preguntarse si con esa provococación los socialistas y sus aliados comunistas pretenden captar el apoyo de la ultraizquierda más fanática y del fundamentalismo islámico, pues ambos tienen como denominador común su furibundo odio al Cristianismo.

Un acto de profanación que sería abiertamente ilegal

A eso hay que añadir que la vicepresidenta socialista ya ha adelantado que pretende expulsar a los monjes benedictinos de la Abadía del Valle de los Caídos. La propuesta del Gobierno incluiría desacralizar la Basílica del Valle, una profanación que atenta contra el Acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede sobre asuntos jurídicos, firmado el 3 de enero de 1979 y cuyo Artículo I señala: “Los lugares de culto tienen garantizada su inviolabilidad con arreglo a las Leyes”.

Como ya he señalado otras veces, los citados acuerdos entre España y la Santa Sede tienen rango de tratado internacional, según ratificó el Tribunal Constitucional en su sentencia 66/1982, por lo que en este caso es aplicable lo que señala el Artículo 96 de la Constitución Española sobre dichos tratados: “Los tratados internacionales válidamente celebrados, una vez publicados oficialmente en España, formarán parte del ordenamiento interno. Sus disposiciones sólo podrán ser derogadas, modificadas o suspendidas en la forma prevista en los propios tratados o de acuerdo con las normas generales del Derecho internacional”. Es decir, que ese acuerdo no puede ser derogado ni lesionado por una ley ordinaria, de modo que lo anunciado por el Gobierno sería una clara ilegalidad, además de un grave ataque contra la libertad religiosa.

Una afrenta y una provocación contra todos los cristianos

Por otra parte, el anuncio del Gobierno del posible derribo de la citada Cruz tendría una relevancia mundial. Y es que la del Valle de los Caídos es la mayor cruz monumental del mundo. Con sus 150 metros de alto (la altura de un edificio de 50 pisos), está a mucha distancia de la segunda más grande, la de Dambana ng Kagitingan (Filipinas), con 95 metros de altura y construida en 1970 con un diseño muy parecido a la cruz de San Lorenzo de El Escorial. Su derribo sería una afrenta y una provocación contra todos los cristianos del mundo, algo que cabe enmarcar en la visceral cristianofobia que viene caracterizando al PSOE desde sus inicios, un odio al Cristianismo que le llevó a tomar parte en la brutal persecución anticatólica perpetrada por la izquierda durante la Guerra Civil Española, una persecución con millares de víctimas.

Indignación entre el pueblo católico y silencio entre sus obispos

El anuncio hecho anteayer por el Gobierno ha provocado indignación entre muchos católicos y también entre muchos españoles que no lo son. Unos y otros se sienten escandalizados por el hecho de que en plena pandemia, y ante los más de 50.000 muertos que ya nos ha costado la incompetencia y las graves negligencias de este Gobierno en materia sanitaria, la prioridad de socialistas y comunistas sea iniciar una nueva persecución anticatólica, como lo hicieron en 1936.

Desde el martes por la mañana, en las redes sociales muchas personas se han preguntado cuál sería la respuesta de la Conferencia Episcopal Española, que agrupa a los obispos de nuestra Nación. Cuando el rebaño está siendo atacado, es lógico que el pastor acuda en su auxilio. En las últimas horas hemos visto declaraciones en defensa de la Cruz de cargos electos de Vox, de varias asociaciones y también de sacerdotes que participan activamente en las redes sociales. He estado buscando y rebuscando en la web de la Conferencia Episcopal, en sus redes sociales y en los medios de comunicación, y nada: ni una sola palabra de nuestros obispos ante ese ataque del Gobierno contra la Cruz, la Basílica y la Abadía del Valle de los Caídos.

La CEE sí que se pronunció sobre el Ramadán hace unos meses

Ayer, el digital izquierdista Religión Digital aseguraba, citando a fuentes oficiales, que los obispos españoles “no tienen previsto hacer valoración alguna” sobre el citado anteproyecto de ley. Cuesta entender este silencio de nuestros obispos ante ese ataque. Hace unos meses, la CEE sí que se pronunció para dirigir un mensaje de afecto a los musulmanes por el Ramadán, pero ante la amenaza del Gobierno español de derribar la mayor cruz del mundo, silencio absoluto. Cabe preguntarse si para recibir el apoyo de nuestros obispos, los monjes benedictinos del Valle de los Caídos tendrán que ponerse un turbante y peregrinar a La Meca… Termino recordando una cita del Evangelio de San Lucas: “Os digo que si éstos callan, gritarán las piedras”.

Elentir