BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



miércoles, 23 de agosto de 2017

¿Es el papa Francisco el Falso Profeta? (P. Alfonso Gálvez)


(Los subrayados, cursivas, negritas, colores,...,
así como el título dado a esta entrada son míos)




[Transcribo aquí las páginas 2, 3, 4, 5 y hasta el segundo párrafo de la página 6 de este ensayo del padre Alfonso Gálvez titulado "Tiempos de dolor y de gloria".
A continuación paso al último párrafo de la página 21 y completo hasta el final. 
El lector interesado puede encontrar el artículo completo, que consta de 22 páginas, haciendo clic aquí ]. 


--------

Después de haber transcurrido más de cuatro años de Pontificado me he puesto de nuevo a reflexionar sobre el tema. Porque son muchos los que piensan que este Papa es el Falso Profeta, Precursor del Anticristo. Aunque si eso fuera así estaríamos entonces ante los Tiempos Finales de la Historia. Cosa que no se puede afirmar, precisamente por lo imprecisa que resulta la noción del Tiempo en el lenguaje de las Profecías, que es una razón que aquí abre camino a varias posibilidades. 

Algunos tratan de resolver el problema diciendo que este Papa es efectivamente el Precursor del Anticristo, pero sin que se pueda saber por eso la duración de ese período de precedencia. No hay que olvidar tampoco la absoluta incertidumbre, claramente anunciada por Jesucristo, que pesa sobre nuestro conocimiento acerca del momento preciso de la Parusía.




Pero cabría también —afirman otros— que este Falso Profeta fuera seguido de otros sin solución de continuidad, de tal manera que siendo otro diferente pareciera sin embargo el mismo. A semejanza de lo que sucedía en la película The Princess Bride [La princesa prometida], de Bob Rainer, en la que el Pirata Robert lograba mantener la ficción de su inmunidad a la muerte haciéndose sustituir por otro en el momento preciso, razón por la cual nunca se despojaba de la máscara.

Sea como fuere, nos encontramos dentro del terreno de las hipótesis, del que nos conviene salir cuanto antes para pisar tierra firme. Y la tierra firme aquí, como hecho incontrovertible que nadie puede negar, consiste en que son muchos los que dicen estar convencidos de que el Reinado del Papa Francisco está siendo testigo de la destrucción total de la Iglesia. O al menos eso parece que sería su deseo, dada su forma de proceder, por más que sabemos por la Fe que nadie será capaz de conseguirlo.

En este punto se ofrece a nuestra consideración un primer problema, que por supuesto es bastante espinoso. Gran parte de la Jerarquía de la Iglesia ha incidido en la llamada Apostasía Universal, dando señales claras de falta de Fe, que es precisamente en lo que consiste la Apostasía. Tal falta de Fe, seguida del consiguiente abandono del cuidado de las ovejas que le habían sido encomendadas, es la que está conduciendo a la demolición de la Iglesia.

Ahora bien, ¿se puede realmente diagnosticar a la Jerarquía como falta de Fe, causa a su vez determinante de su actitud negativa y casi enemiga contra la Iglesia?

Y efectivamente, así es como lo pensaría cualquier observador superficial, para quien la profundidad y última causa de los fenómenos suele escapar. Ahora bien, en el caso de que esa Jerarquía tachada de apóstata realmente careciera de creencias, no se ensañaría tan ferozmente contra la Fe. Le importaría muy poco, o nada, que los fieles creyeran o que dejaran de creer, que el culto se llevara a cabo de manera ortodoxa o que fuera una función de circo, etc., convencida como estaría de que siendo todo polvo y humo, todo acabaría en nada. Pero no es así, cuando todo se debe a que fácilmente se olvida que el odio a la Fe y la perseverancia en la Fe son perfectamente compatibles, como dice el Apóstol Santiago: ¿Tú crees que hay un solo Dios? Haces bien; pero también los demonios lo creen, y se estremecen. (
San 2:19). Si alguien no creyera en la Eucaristía, por ejemplo, le sería indiferente arrodillarse ante ella (según conveniencias) o no hacerlo.

Otro hecho concomitante, aún más extraordinario si cabe que los anteriores, es la falta de oposición al Papa Francisco por parte del Rebaño de fieles que constituyen la Iglesia. Las débiles y aisladas protestas que surgen aquí o allá son fácilmente eliminadas por el poderoso Aparato creado alrededor de Francisco. El silencio y la sumisión de la Jerarquía son tan totales como al mismo tiempo aterradores. Y en cuanto a los fieles, sin Pastores que los guíen y ahogados por la herejía modernista difundida en la Iglesia durante tantos años sin obstáculo alguno, no poseen criterios propios ni capacidad de pensar.

Lo que deja bien a las claras el hecho de que nos hallamos ante una auténtica Apostasía General por parte de la Iglesia.

Acerca de lo cual tropezamos con el mismo problema que el apuntado arriba para el Falso Profeta: si será o no la Apostasía Universal anunciada para los Últimos Tiempos. Pero de lo que no cabe duda alguna es que se trata de una Auténtica y General Apostasía que ha dejado la Iglesia reducida a escombros.

Y una vez más, como suele ocurrir tan a menudo, corremos el peligro de entender los conceptos y las palabras en un sentido meramente superficial. La malicia de la situación actual de apostasía es tan grande y extensa, y tan profunda la ceguera del conjunto de los fieles que forman la moderna Iglesia, que no puede tratarse aquí de una situación meramente transitoria o circunstancial, sino de un verdadero empecinamiento general mediante la voluntad decidida de renegar de la Fe. Dicho empecinamiento no puede ser ya calificado sino como una situación sin retorno, como una señal clara de predestinación negativa que viene a ser el preludio de la condenación eterna.

Falsos Profetas y Falsos Pastores han existido siempre en la Iglesia. Aunque no con tanta profusión como en la actualidad, ni con tan poderosos medios de influencia como los que ahora poseen. Sin embargo, prescindiendo por ahora de la cuestión de si el fenómeno debe atribuirse a la proximidad de la Parusía, el hecho claro es que Jesucristo dejó a sus fieles un criterio seguro para conocerlos


Criterio fundamentado, por otra parte, en el más estricto sentido común, cual es el de las diferentes clases de árboles, con frutos buenos los árboles buenos o con frutos malos los árboles malos. A los hombres no se les puede juzgar sólo por sus palabras, sino sobre todo por sus obras, como a los árboles por sus frutos.

Sin embargo, como todo lo que pertenece o hace referencia a la naturaleza humana, tampoco aquí las cosas son sencillas. Hay que contar con la debilidad del ser humano y la posibilidad de que haga mal uso de su libertad. Por eso, para que resulte práctico el recurso de acogerse al principio de los frutos buenos o de los frutos malos es necesario, como condición indispensable, que exista previamente la voluntad de distinguir los diferentes frutos. Y lo que es más importante todavía, la reconocida voluntad de elegir los buenos y desechar los malos, acerca de lo cual no existe desgraciadamente ninguna garantía.

La verdad de esta afirmación queda avalada por el hecho irrefutable de la existencia en la Iglesia de la situación de Apostasía General.

Ante esta situación de caos y de confusión, en medio de la que me encuentro en mi estado de avanzada ancianidad, sin apenas poder caminar por la invalidez de mis piernas, creo llegado el momento de ponerme a considerar el modo en que todo esto afecta a mi alma. A veces recuerdo el comienzo del Libro del Génesis: La Tierra estaba confusa y vacía, y las tinieblas cubrían la haz del abismo (
Ge 1:2) y se me ocurre pensar que tiene perfecta actualidad en estos momentos.

Aunque mis piernas me conceden un espacio muy limitado para moverme, me considero pese a todo un miembro activo de la Iglesia Itinerante. Que es lo que me da la confianza para pensar que, lejos de estar anulado, me encuentro plenamente en el Camino. Al fin y al cabo el Cristianismo consiste en el seguimiento de Jesucristo (Mt 10:38; Lc 9:23; Jn 8:12).

Y no solamente me encuentro dentro del camino, sino enteramente identificado con él, puesto que el Camino es Cristo, según Él mismo lo dijo: Yo soy el Camino (Jn 14, 6). Sin olvidar tampoco todo el profundo significado de su promesa: Quien come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él (Jn 6, 56)



-------


En el Cristianismo existe una verdad fundamental, que como todas las verdades fundamentales suelen ser olvidadas. La cual consiste en que la grandeza suele estar en lo pequeño, y que es lo humilde y lo desconocido del mundo lo que verdaderamente agrada a Dios. Su Fundador siguió el camino de la Cruz, y sus seguidores se estrellan irremediablemente cuando se empeñan en seguir otro. Órdenes, Ins- titutos y Congregaciones Religiosas, tanto empeño en ser conocidos y admirados por el mundo y olvidando, por otra parte, la advertencia del Apóstol Santiago: Quien desee hacerse amigo de este mundo se hace enemigo de Dios (Sant 4, 4)

La verdadera santidad es tan amada de Dios como desconocida por los hombres. En estos momentos de apostasía y de irremediable oscuridad es seguro que debe existir un buen número de santos. Confieso que en esta situación de desolación yo no los veo, aunque es evidente que deben de andar por ahí. Y son ellos, aun sin saberlo, quienes detienen la ira de Dios e impiden que el mundo no haya sido ya destruido. Son los que mantienen el sentido y el amor a la verdad y a la belleza, las ansias por la justicia y la fe en el amor. Los enemigos de Dios se han esforzado demasiado en destruir la Iglesia y en extender por todas partes el odio, la fealdad, la podredumbre y la aberración.

Pero la Barca de Pedro sigue resistiendo los embates de las olas, el verdadero amor está más vivo que nunca, los enamorados de Dios llamados santos son más numerosos que jamás lo han sido, aunque el mundo haga lo imposible por desconocerlos, y el mundo, o el conjunto de las cosas creadas por Dios sigue siendo maravilloso: Y vio Dios ser bueno cuanto había hecho (Ge 1:31).

Padre Alfonso Gálvez

lunes, 21 de agosto de 2017

Proselitismo sí (Padre Jorge)



No hay duda de que las lecturas de este domingo apuntan a la necesidad de comprender que la fe en Cristo no es algo exclusivo de una raza, una cultura, una forma de entender la vida. La clave de la fe no es el lugar de nacimiento, la descendencia de Abraham, la tierra de Israel. Judíos y gentiles llamados a ser de Cristo.

La fe en Cristo siempre se ha entendido así … hasta hoy.

Apenas un siglo después de la resurrección, la fe en Cristo estaba extendida por todo el imperio romano, en España estaba, por ejemplo. A la vez, estaba penetrando en lo que hoy es Rusia. Europa central estaba. Resulta impactante la preocupación por llevar la fe en Cristo a toda tierra conocida: América, Filipinas, África… Santos como Francisco de Asís, empeñado en llevar la fe a países islámicos, o Francisco Javier evangelizador de Oriente, nos hablan hoy de la fuerza de la predicación que entendía que la fe en Cristo es para todos y entendía como una obligación grave el anuncio del evangelio a todos los pueblos y naciones.

Así se ha entendido siempre … hasta hoy. Porque hoy nos encontramos con un abandono del celo apostólico y un miedo a la proclamación auténtica del evangelio de Jesucristo, camuflados bajo un supuesto respeto cultural, y la falsa propuesta teológica de que, en definitiva, todas las religiones son caminos de igual trazado para llegar a Dios y que hablar de Cristo a los ateos, agnósticos o creyentes de otras religiones, en lugar de ser un abrir sus ojos a la verdad del evangelio, es faltarles al respeto. No digamos nada si se trata de cristianos no católicos.

Tan es así todo esto, que estamos pasando del celo por las almas y la urgencia del anuncio del evangelio según nos ha sido transmitido en la iglesia católica, a declarar todo anuncio del evangelio como proselitismo y prohibirlo en la práctica. Me consta la orden expresa de un obispo a sus sacerdotes para que, ante la pregunta de algunas personas por Cristo, les inviten a buscar respuestas en internet.

No se comprende otra relación con las personas que no sea la pura solidaridad humana. Es lo que quizá se predique este domingo en muchas parroquias, tomando la primera lectura por los pelos. Es fácil detenerse en lo del derecho y la justicia, y olvidarse que aquí se habla de aquellos “que se han unido al Señor para servirlo, para amar el nombre del Señor y ser sus servidores, que observen el sábado sin profanarlo y mantienen mi alianza…”

El Señor nos pedirá cuentas por negarnos a predicar la verdad de Cristo. Con los argumentos de hoy, lo de evitar el proselitismo, muchos podrían lanzar soflamas contra los apóstoles, los santos Cirilo y Metodio, los evangelizadores de América y san Francisco Javier, empeñados en hacer proselitismo en lugar de quedarse en su casa, y que se empeñaron en hablar de Cristo cuando lo que tenían que haber hecho era limitarse a la humana solidaridad.

Hoy, como siempre, es momento de predicar, de hablar a tiempo y a destiempo, de anunciar el nombre de Cristo a vecinos, amigos, a todas las personas con las que tenemos relación. Sí, a los musulmanes también.

Dejemos de lado falsas disculpas. No evangelizar tiene solo una causa: la falta de fe, y la consecuencia es el miedo a lo que nos pueda pasar. Así que mejor dedicarnos a la mera solidaridad humana, siempre aplaudida … por el mundo, que no por Cristo.

Oh Dios, que te alaben los pueblos. Que todos los pueblos te alaben. Que así sea.

Padre Jorge

domingo, 20 de agosto de 2017

¿Qué es más violento, la Biblia o el Corán? (Bill Warner, especialista en religión mahometana)

Duración 3:54 minutos

El Estado Islámico aplica sencillamente lo que está en el Corán (P. Samir Khalil, S.J.)


Lo que se lee en el Corán, la vida de Mahoma y la primera 
generación de guerreros musulmanes inspira a los yihadistas

"No se puede decir que Islam sea igual a violencia, pero tampoco se puede decir lo contrario, que en el Islam no hay violencia. Sí hay violencia”. Y parte de esa violencia viene reglada desde su origen, desde el Corán y las experiencias de Mahoma, explica el islamólogo y jesuita egipcio Samir Khalil en una vídeo-entrevista para HM Television. (Puede verse pinchando aquí)

Un ejemplo extremo está en el terror que practica ISIS/Daesh. 
"El Isis se ha hecho bárbaro, no es ya humano, es inhumano. Matan niños, personas desarmadas, mujeres, han rehabilitado la esclavitud... Han organizado el mercado de esclavas como se hacía en la época de Mahoma. Una vez a la semana había ese mercado, y se compran esclavos como se compra la comida", señala el erudito egipcio.
ISIS se organiza según el modelo de Mahoma del siglo VII: 
"Ellos, el ISIS, o Daesh en árabe, lo que hacen lo justifican en argumentos tomados de la vida de Mahoma, o del Corán, o de los dichos de Mahoma. Por ejemplo, la esclavitud, en particular de las mujeres. Era la cosa más banal, porque la guerra se hacía para esto, para tomar los bienes pero también para tomar personas. Hay en el Corán un capítulo que se llama "Capítulo del Botín" donde se explica cómo tomar el botín durante la guerra y donde leemos literalmente que Dios, según los musulmanes, dice que la primera parte del botín pertenece al Profeta Mahoma, que toma una quinta parte, un 20 por ciento de los bienes, de las mujeres, de los hombres, de todo, para él , para los suyos y para los pobres; después, el que ha luchado más, escoge en segundo lugar, etc... Mahoma organizó unas 60 guerras, incursiones, razzias -en árabe se dice rashuá-, ataques a caravanas... Daesh/ISIS no dice nada contra la ley islámica, han aplicado lo que está en el Corán, o en la vida de Mahoma o en las palabras de Mahoma",constata.
Samir Khalil, islamólogo natural de Egipto, profesor durante muchos años en Líbano, sacerdote jesuita

Un experto en Islam y mundo árabe

Doctor en islamología y profesor del Pontificio Instituto Oriental y del Pontificio Instituto de Estudios Árabes e Islamistas, ambos en Roma (Italia), Khalil es autor de más de 60 libros y más de 1.500 artículos especializados. Sus principales vías de investigación son: el Oriente cristiano, el patrimonio cultural y teológico árabe cristiano, el Islam y la integración de los musulmanes en Europa, así como las relaciones entre cristianos y musulmanes.

En la entrevista, Samir Khalil comienza hablando de la discriminación que sufren los cristianos en países musulmanes. Y afirma: 
“La discriminación que más nos cuesta es en el trabajo. (…) Hay muchas formas de discriminación para encontrar un trabajo”.
El P. Samil no habla en teoría. Nacido en Egipto, describe la experiencia de exclusión sufrida por su propia familia.

Y reflexiona de esta manera: 
“¿Cómo se sabe que una persona es cristiana? En el carnet de identidad, en Egipto y otros países, se escribe la religión. En todos los países árabes. Así que, las discriminaciones existirán siempre, porque el sistema musulmán no consigue concebir una laicidad positiva, que es lo que nosotros pedimos. No el laicismo anti-religioso, que existe en algunos países occidentales, sino una laicidad positiva, como la llama también el Papa Benedicto XVI en su Exhortación Apostólica Ecclesia in Medio Oriente. Es decir, un laicismo en el cual no se haga distinción entre creyente y no creyente, cristiano, musulmán o hebreo”.
Libertad de conciencia

El siguiente argumento tratado es la libertad de conciencia. El P. Samil afirma con rotundidad: 
“(En el Islam) la libertad de consciencia no existe. Un musulmán que abandona públicamente el Islam es reo de muerte”.
Esta situación, contradice abiertamente el artículo 18 de la Carta Universal de los Derechos Humanos, que dice: 
“Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”.
El P. Samil continúa explicando este punto: como un occidental que revelara secretos de estado a un país enemigo es castigado, 
“Si alguien abandona el Islam para cambiar a otra religión, es un traidor y por lo tanto tiene que ser castigado”. Ante esta situación, nuestro experto en Islam argumenta: “Yo digo: ‘Sí, pero allí estamos hablando del estado y de la política. Aquí se trata de religión’. Sí, pero éste es el meollo del Islam: que es religión, estado, política, economía, todo”.
Hay otra dificultad seria con el Islam, y es que identifican Occidente y comportamiento moral de Europa y América con cristianismo, y se convencen que los cristianos son peores que los paganos.

El Islam más radical ha tomado el poder

Pasa después el P. Samil a reflexionar sobre la realidad del Oriente actual. Y dice textualmente: 
Las tendencias más fanáticas del Islam, más radicales, han tomado el poder. Ha triunfado la fuerza y han aparecido movimientos radicales hasta llegar al Isis o Daesh. ¿Qué hay detrás?" 
"Si miramos bien al Isis, primero, ¿qué quiere decir Isis? La abreviación viene en inglés: Islamic State in Irak and Siria. ISIS. ¿Por qué en Irak y en Siria? ¿Por qué no en Egipto o en otra parte? Porque en Irak los que gobernaban eran en su mayoría chiítas, puestos por los Estados Unidos después de que eliminaran a Saddam Hussein. Porque antes, bajo Saddam Hussein, el gobierno era esencialmente sunita. Pero como los chiítas eran más numerosos que los sunitas, América dijo: demos la mayoría a los chiítas. ¿Qué hay en Siria, quién gobierna? Los alauitas, los alauitas son chiítas. Entonces, cuando el Isis, que quiere decir Estado Islámico en Irak y Siria, quiere decir Estado Islámico ahí donde gobernaban los chiítas. Era un movimiento sunita contra los chiítas. Era muy claro" 
¿Quién está detrás de Estado Islámico? Samir Khalil lo ve claro: "Detrás están estados suníes radicales, esencialmente Arabia Saudita, Qatar y otros países. Pero ellos no hacen la guerra. Ellos financian la guerra. Hay gente pagada. Las armas vienen de occidente: América en particular y, en parte, Europa. ¿Quién las compra? Arabia Saudita. Y las hace llegar al Isis. Por eso es todo una artimaña que, para el occidente, es una cuestión económica, un buen negocio, digamos. Para Arabia Saudita y Qatar es una lucha contra los chiítas, que son musulmanes, pero que son vistos por ellos como herejes".
Islam y violencia

¿Cuál es entonces la relación entre Islam y violencia? Muchos musulmanes, dice Samir Khalil, afirman:
"Daesh no tiene nada que ver con el Islam, porque Islam quiere decir Salam, paz’" 
"Esto, en primer lugar, es una mentira lingüística. Puede significar salud, paz, la sumisión, etc. Islam quiere decir sumisión, sobreentendida esta sumisión a Dios. (…) Así que, decir que esto no pertenece al Islam es una mentira. La realidad es que el ISIS es cien por cien musulmán. Que no les gusta a los musulmanes y a su honor, quiere decir que quien dice que esto no es musulmán, es una persona moderada. Pero jurídicamente, es musulmán. (…) No se puede decir que Islam sea igual a violencia. Pero no se puede decir lo contrario, que en el Islam no hay violencia. Hay violencia”.
Sí se puede convivir

El P. Samil concluye su intervención un pensamiento muy hermoso: 
“La situación es ésta, pero la experiencia, como he dicho antes, muestra que se puede vivir juntos, en paz y tolerancia. Y es esto lo que tenemos que recrear hoy en día: ayudar a los musulmanes a vivir juntos como hermanos. (…) A nosotros nos toca dar otro modelo de coexistencia, de fraternidad, y decir de dónde lo hemos aprendido: del Evangelio y de Jesús. Si quieres ser perfecto, ve y sigue a Jesús. Vive según el modelo del Evangelio. Esta es nuestra misión” 
“Se podrían cambiar muchas cosas si se dijese: Bien, Dios ha enviado a los musulmanes a Europa. Son ahora tal vez quince millones, casi. ¿Qué hacemos para hacerles conocer el Evangelio? Es decir, una superación del Islam y del ser humano ordinario. El Evangelio es el máximo. ¿Por qué no lo transmitimos? Antes, nuestros padres atravesaron los mares, afrontaron el martirio, fueron matados, etcétera… para ganar a un musulmán para el Evangelio. Hoy no tengo necesidad de atravesar el mar. Ellos vienen. Entonces, intentar marginarles… esto es un crimen. No es permisible. Se trata de acogerlos, y decirles: ‘Te doy la cosa más hermosa que tengo, el Evangelio’. (…) Y si alguien descubre que el Evangelio es de veras la cosa más hermosa, le invito a ser cristiano. Pero es una invitación, nada más”
P. Samir Khalil, S.J

Jesús es radical y no hace rebajas para conseguir clientes: el divorcio está prohibido, sin excepciones (P Santiago Martín)

Duración 8:11 minutos

El islam "moderado" es considerado una herejía por los que siguen "de verdad" el Corán (Padre Santiago Martín)

Duración 10:27 minutos

viernes, 18 de agosto de 2017

Atentado en La Rambla de Barcelona׃ Perdonar al que nos hace daño (P Santiago Martin)

Duración 6:46 minutos

MI NOMBRE ES CONFUSIÓN

(Visto en infocaótica)

Desde hace un tiempo un pensamiento me venía molestando. Por supuesto que en medio de la tremenda crisis de la Iglesia que atravesamos hay mucho para preocuparse.

Pero no. La molestia no es porque se nos quiera hacer creer que ahora la Iglesia desprecia todo aquello que amó y se ríe de todo por lo que luchó. Tampoco porque, según los nuevos profetas, los santos o pecadores que se jugaron por defender a los inocentes, por educar a la juventud, por la santidad de la familia, por la conversión de otros pecadores, por poner ante todo el amor y el honor de Dios, son ahora unos ridículos, pasados de moda. (Y eso que la moda cambia tan presto que los últimos dos Papas han pasado a pertenecer a la prehistoria)

No, no era eso. De pronto ayer me di cuenta de que la molestia venía de aquellas palabras…

¿Sería por “misericordiar”? Y no, no me molestan los “neologismos”. Las que me fastidiaban eran aquellas viejas palabras, por ejemplo: “pelagiano” o “casuística”. ¿Por qué usar palabras “viejas” del vocabulario teológico desconocido del vulgo en contextos pastorales que pretenden “estar en onda” con lo nuevo? ¿Cómo se compagina “misericordiar” con “pelagiano”?

Se podrían ensayar varias respuestas no necesariamente excluyentes:
-se usan para denigrar al adversario recurriendo a términos que él mismo desprecia;…
-se usan para impresionar como teólogos al vulgo;…
-para sembrar confusión…
Sí. Sin desechar las dos primeras, la tercera respuesta me resulta más convincente.

¿Razones? La principal es el uso incorrecto de dichas palabritas.


Porque, ¿qué quiere decir “pelagiano”? Pelagio fue un hereje de los primeros siglos quien negó la necesidad de la gracia para la salvación, el daño del pecado original y de alguna manera, puso en tela de juicio el entero orden sobrenatural. Existieron luego posturas parciales conocidas como semipelagianismo. En la actualidad, si queremos encontrar cristianos con ideas semejantes, tendríamos que pensar en muchos progresistas, siempre sonrientes y creyendo que todo está bien y que vamos cada vez mejor; identificando el pecado con el error y a Cristo con un Flaco que te guiña el ojo y te perdona “de onda”. O con los que identifican el “mensaje” cristiano con la asistencia social.

Entonces, ¿qué tiene que ver el pelagianismo negador de la necesidad de la gracia divina para la propia salvación con rezar por el prójimo, ofreciendo Rosarios u otras devociones por la salud, conversión o necesidades del prójimo? Porque el mote “pelagianos” cayó sobre los que ofrecieron Rosarios por el Papa. ¿Desde cuándo se es pelagiano orando por otros?


En cuanto a la “casuística”, es una corriente de la teología moral, principalmente jesuítica, que se interesó en analizar los casos o circunstancias particulares y no meramente la ley moral universal. Sin embargo, nos encontramos con que se aplicó esta palabreja a la actitud de los fariseos interrogando al Señor: “Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?". (Mc 10,1-12).

Los fariseos no hacen casuística. Plantean un precepto general y se mantienen en ese nivel. En todo caso son legalistas, y perfectamente desinteresados de las excepciones y casos particulares, de los fundamentos y los fines de la ley. Entonces, ¿por qué mencionar la casuística a propósito de ellos? Ellos no ponen pequeños ejemplos… van a la pura ley. En cambio Cristo va al fundamento y fin de la ley que es Dios. ¿Para qué, entonces, enlazar casuística con fariseísmo?...

A los únicos que uno ve analizando situaciones particulares o de hecho, por más numerosas que sean, es a los que quieren modificar la disciplina respecto de los sacramentos, no a los que quieren conservarla. Y eso ni siquiera es casuística.


Más; ¿cuál es la misteriosa ligazón entre hablar de “fracaso del amor” al estilo mundano y de “casuística farisea”? ¿Qué quiere decir “acompañar” –término a la moda–, “sin hacer casuística”–término teológico–?

Seguramente alguien podrá decir que no importan esas palabras raras sino si “el fondo del mensaje” está bien. El tema es que no está bien. Y las raras palabritas, tampoco. Porque, o son producto de la ignorancia del que las usa –que no es poco–, o se usan equívocamente adrede –que es peor.

Aunque tediosa, la tarea de desmontar estas resignificaciones puede ayudar. La verdad siempre ayuda.

Pero lo que queda en el aire es el tema –demasiado fácil–, de los fariseos. Que las personas conservadoras o con gusto por lo tradicional tienen la tentación del fariseísmo no es una novedad. Que no sea, precisamente, un mal muy actual y extendido en medio del desparramo progresista no quita que la tentación para ese tipo humano siempre exista.

Ahora bien, ¿no será que, dada la oposición evangélica entre el fariseo y el publicano, algunos pretenden identificarse con “los publicanos y las pecadoras” porque parecen más simpáticos y los “buenos de la película”? ¿Acaso se creen “semejantes al publicano”? Porque el publicano de la parábola tenía conciencia de pecado.

Yo no los vi en el fondo de los templos golpeándose el pecho y pidiendo perdón sin preocuparse por la mirada despreciativa del fariseo. Más bien, sonríen y cantan en el frente, entran y salen de los templos como si todo lo que importase fuese “la buena onda”. Y si ven a alguien piadoso, lo miran con la misma distancia superior que el fariseo usó con el publicano.


Tampoco los veo adornándose con sus mejores vestidos y derramar perfumes para adorar a su Rey, como Santa María Magdalena. Dicen que no quieren gastar y que lo darán a los pobres, como Judas (que llevaba la bolsa). Dicen que quieren una Iglesia pobre para los pobres, pero solamente desvisten altares.


Menos todavía los vi bajarse del árbol y preparar un gran banquete a su Señor al tiempo que se reparaban las injusticias con el prójimo, como hizo Zaqueo. No, desprecian la liturgia y la quieren lo más chabacana posible. Y al prójimo se le pueden aplicar toda clase de motes para que el público mediático festeje.


Entonces…

Entonces, mi nombre es Confusión.

Bea Reyes Uribe

La abolición del sentido común (Juan Manuel de Prada)




Uno de los rasgos más estremecedores de nuestra época es la abolición del sentido común. Aquella fábula del rey desnudo, en la que un niño intrépido se atrevía a decir lo que todos callaban, ha alcanzado hoy su paroxismo; sólo que el desenlace de esa fábula sería hoy trágico, pues el rey de inmediato privaría de la patria potestad a los padres de ese niño, que entregaría a una parejita chunga, para que lo “reeducase”.

El desprestigio del sentido común no es un fenómeno reciente. Todos los sistemas filosóficos prometeicos que han querido negar la naturaleza de las cosas se han preocupado de anatemizar el sentido común. Así, por ejemplo, Hegel (el Antiaristóteles por excelencia) arremete en el prólogo de su Fenomenología del espíritu contra «el sentido común y la inmediata revelación de la divinidad, que no se preocupan de cultivarse con la filosofía» y que son «la grosería sin forma ni gusto». Resulta, en verdad, muy revelador que Hegel vitupere en la misma frase la Revelación divina y el sentido común humano; prueba inequívoca de que sabe misteriosamente –como sólo saben quienes creen y tiemblan– que ambos se amamantan de la misma luz.

Y es que, en efecto, el sentido común no es un amontonamiento informe de opiniones cazurras o tópicas sobre esto, eso y aquello. El sentido común es el juicio sano que permite el conocimiento de la verdad de las cosas; y es un sentido que tiene toda persona, con independencia de que sea creyente o incrédula, si no ha sido ofuscada por visiones culturales o ideológicas deformantes


Toda la historia de la filosofía moderna ha sido un combate –a veces soterrado, a veces furioso– contra el sentido común y contra los filósofos que lo sostuvieron, empezando por Aristóteles. Y en nuestra época ese combate se ha trasladado a la política, que nos impone construcciones abstractas y utopías mórbidas con escaso o nulo anclaje en el orden real de las cosas. Las ideologías modernas han logrado instaurar de este modo una nueva barbarie (como siempre ocurre cuando se pierde contacto con la realidad), sólo que esta vez se trata de una barbarie más incitante y golosona, porque nos hace creer que somos soberanos.

No pensemos bobaliconamente que esta abolición del sentido común propone a cambio diversas “versiones relativistas" de la realidad. Por el contrario, aunque ofrezcan aderezos variados, lo cierto es que las ideologías en liza ofrecen las mismas definiciones dogmáticas que, por supuesto, niegan el sentido común y postulan la subversión del orden real de las cosas. Sus premisas no pueden ser discutidas; y quienes se atreven a hacerlo son de inmediato señalados, desprestigiados, estigmatizados, incluso civilmente eliminados. Y, entretanto, las definiciones dogmáticas contrarias al orden real de las cosas son proclamadas por “iluminados” de izquierdas y derechas con todos los medios propagandísticos puestos a su servicio, hasta la abolición completa del sentido común, hasta la conversión de los hombres en bestias esclavizadas que, además, se creen grotescamente soberanas.

En estos momentos asistimos a la última ofensiva contra el sentido común, con la imposición de leyes que atentan contra la misma naturaleza humana, que la rectifican hasta convertirla en una parodia (no en vano los clásicos llamaban al demonio “el simio de Dios”) y que consagran la muerte civil de quienes osen rechistar

Sin embargo, más acongojante aún que estas leyes que van a imponernos es el remoloneo inane de la única institución que, por ser depositaria de la Revelación divina, podría reavivar el sentido común entre los hombres esclavizados. Ese remoloneo inane hiela la sangre en las venas.

Juan Manuel DE PRADA, escritor

El cardenal Burke describe cómo sería la corrección formal que el Papa estaría obligado a responder

(Sólo la primera parte del enlace)

(Edward Pentin/NCRegister/InfoCatólica) El cardenal dijo al periódico The Wanderer el 14 de agosto que tal acto formal de corrección no ha sido invocado desde hace «varios siglos» y hasta ahora nunca ha sido utilizado para cuestiones «de doctrina».

Añadió que el acto sería «bastante simple» e implicaría presentar por un lado la «enseñanza clara de la Iglesia» y por otro «lo que realmente está siendo enseñado por el Romano Pontífice». La enseñanza en cuestión se refiere en particular a doctrinas y temas publicados en la exhortación apostólica del Papa 2016, Amoris laetitia.

«Si hay una contradicción, el Romano Pontífice está llamado a conformar su propia enseñanza en obediencia a Cristo y al Magisterio de la Iglesia», explicó el cardenal, añadiendo que se presentaría una «declaración formal» al Santo Padre a la que estaría «obligado a responder».

El cardenal subrayó que las dubia, cinco preguntas que él y otros tres cardenales (Carlo Caffarra, Walter Brandmüller y Joachim Meisner) emitieron hace casi un año, pretendían dar al Santo Padre la ocasión de aclarar estos aspectos de la enseñanza de la Iglesia.

Las dubia fueron planteadas de una manera «muy respetuosa y no agresiva en modo alguno», dijo, pero como el Papa «ha escogido no responderles», entonces «ahora es necesario simplemente declarar lo que la Iglesia enseña sobre el matrimonio, la familia, los actos que son intrínsecamente malvados, y así sucesivamente».

«Estos son los puntos que no están claros en las enseñanzas actuales del Romano Pontífice. Por lo tanto, esta situación debe ser corregida. La corrección se dirigiría entonces principalmente a esos puntos doctrinales», dijo.

El cardenal, ex prefecto de la Signatura Apostólica, máximo tribunal de la Iglesia, no dio un plazo para la corrección, pero insinuó su urgencia subrayando que la Iglesia «está siendo desgarrada ahora por la confusión y la división» y que su unidad está en juego.

«El Santo Padre debe ser llamado a ejercer su cargo para poner fin a esto», dijo.

En su última entrevista, dijo que encuentra que la situación «sólo ha empeorado» y señaló a grupos de fieles laicos, sacerdotes y obispos que ha conocido que están «prácticamente desesperados» por lo que está sucediendo.

Cualquier corrección fraternal se espera que se realice en primer lugar en la cámara caritatis, es decir, no en público, según el cardenal Brandmüller.

En esta última entrevista con The Wanderer, el cardenal advirtió del peligro del cisma si no se restaura la disciplina doctrinal universal, pero reiteró su firme oposición a que ocurra. «Un cisma nunca puede ser correcto», dijo, añadiendo que lo que está sucediendo es una situación de apostasía que la Santísima Madre advirtió en su Mensaje de Fátima.

«Puede haber apostasía dentro de la Iglesia y esto, de hecho, es lo que está pasando», dijo. «En relación con la apostasía, Nuestra Señora también se refirió al fracaso de los pastores para llevar a la Iglesia a la unidad».

------

Esta entrevista, obtenida del diario on-line The Wanderer,  que tuvo lugar el 14 de agosto de 2017, viene estructurada en tres partes. A la segunda, que es la que aparece en esta entrada, se puede acceder pinchando aquí. Dicha noticia puede leerse igualmente, en su original inglés, en Corrispondenza Romana , en National Catholic Register y en Life Site News, entre otras. 

Recordemos, brevemente, lo sucedido con el asunto de las Dubia:

En privado, el 19 de septiembre de 2016, los cuatro cardenales dirigieron al papa Francisco una carta, con cinco preguntas o dubia, al objeto de que las contestase con un Sí o un No. No recibieron ningún tipo de respuesta; de modo que el contenido de esa carta se hizo público el 14 de noviembre de 2016.

De nuevo, también en privado, pidieron una audiencia con el Papa mediante otra carta, fechada el 25 de abril de 2017 y recibida por el Papa el 6 de mayo. Y otra vez volvieron a recibir la callada por respuesta. Francisco no se dio por enterado. Y así, otra vez, el contenido de esta segunda carta se hizo público el 19 de junio de 2017.

Resumiendo, las cinco preguntas que hicieron se reducen a lo siguiente:

(1) Si los adúlteros pueden recibir la Sagrada Comunión. 
(2) Si existen normas morales absolutas que deben ser seguidas "sin excepciones".  
(3) Si el adulterio habitual puede ser una "situación objetiva de grave pecado habitual". 
(4) Si un acto intrínsecamente malo puede convertirse en un acto "subjetivamente" bueno "basado en" circunstancias o intenciones ". 
(5) Si se puede obrar en contra de las conocidas "normas morales absolutas que prohíben actos intrínsecamente malos" basados ​​en la "conciencia"

Ya han pasado dos meses desde el 19 de junio (estamos a 18 de agosto) y lo que estamos presenciando (y esto son hechos) es que [traduzco, a continuación, a mi manera, el resto del contenido de esta entrevista] la exhortación AL ha sido usada por varios obispos y grupos de obispos, como los de Alemania, Malta, Bélgica y Argentina , para emitir directrices pastorales que permiten la comunión a los católicos divorciados civilmente y vueltos a casar (viviendo en adulterio; mientras que los obispos de Canadá y Polonia han emitido declaraciones, basadas en la lectura del mismo documento, en el sentido que la Iglesia siempre ha mantenido [y, en contra, por lo tanto, de las declaraciones de los otros obispos]

El Papa Francisco aún no ha entablado diálogo con los tres cardenales que todavía quedan [pues el cardenal Meisner falleció el 5 de julio]. El cardenal Burke dijo en su entrevista con The Wanderer que el Papa es el "principio de unidad de los obispos y de todos los fieles ... Sin embargo, la Iglesia está siendo desgarrada, en este momento, por la confusión y la división ... El santo Padre debe ser llamado a ejercer su cargo para poner fin a esto", añadió.

Si el Papa continúa en su rechazo a contestar las dubia, "el siguiente paso sería una declaración formal y clara acerca de la enseñanza de la Iglesia en lo que se refiere a esas Dubia", dijo Burke. "Además, debe decirse que estas verdades de Fe no han sido establecidas con claridad por el Romano Pontífice. De manera que ahora, en lugar de hacer las preguntas tal como se hizo en las dubia, la corrección formal consistiría en declarar como verdaderas las respuestas que, con toda claridad, han sido enseñadas siempre por la Iglesia", agregó.

Siguiendo las doctrinas de la Iglesia sobre el matrimonio, la confesión y la Eucaristía, es ampliamente sostenido que los cardenales responderían a las cinco dubia de sí o no de la siguiente manera: [dichas dudas o dubia se pueden leer, con mayor rigor y extensión, haciendo clic aquí


1. Siguiendo las afirmaciones de Amoris Laetitia (nn. 300-305), ¿se puede conceder a una pareja adúltera habitual la absolución y recibir la Sagrada Comunión? NO 
2. Después de la publicación de la Exhortación post-sinodal "Amoris Laetitia" (ver n ° 304), ¿es necesario considerar válida la enseñanza de la encíclica "Veritatis Splendor".79 de San Juan Pablo II basada en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia, sobre la existencia de normas morales absolutas que prohíben actos intrínsecamente malos y que son vinculantes sin excepciones?  
3. Después de "Amoris Laetitia" (301), ¿todavía es posible afirmar que el adulterio habitual puede ser una "situación objetiva de grave pecado habitual"?  
4. Después de las afirmaciones de "Amoris Laetitia" (n ° 302) sobre "circunstancias que mitigan la responsabilidad moral", ¿es necesario considerar válida la enseñanza de la encíclica "Veritatis Splendor" de San Juan Pablo II. 81, basada en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia, según la cual "las circunstancias o intenciones nunca pueden transformar un acto intrínsecamente malo en virtud de su objeto en un acto subjetivamente bueno o defendible como elección"?  
5. Después de "Amoris Laetitia" (n. 303), ¿es necesario considerar válida la enseñanza de la encíclica "Veritatis Splendor" de San Juan Pablo II. 56, basada en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia, que excluye una interpretación creativa del papel de la conciencia y enfatiza que la conciencia nunca puede ser autorizada a legitimar excepciones a normas morales absolutas que prohíben actos intrínsecamente malos en virtud de su objeto?
El cardenal Burke dijo que los fieles católicos que están frustrados con el liderazgo que el Papa Francisco ejerce en la Iglesia no deben albergar ninguna intención de "cisma". "La gente habla de un cisma de hecho [lo cual es cierto]. Estoy absolutamente en contra de cualquier tipo de cisma formal - un cisma nunca puede ser correcto", dijo."Sin embargo, la gente puede vivir en una situación cismática si la enseñanza de Cristo ha sido abandonada. La palabra más adecuada sería la que utilizó la Virgen en su mensaje de Fátima: apostasía. Puede haber apostasía dentro de la Iglesia y, de hecho, es lo que está ocurriendo. En relación con la apostasía, Nuestra Señora también habló del fracaso de los pastores en llevar la Iglesia a la unidad ".


jueves, 17 de agosto de 2017

Lo natural y lo sobrenatural: "Todos los hombres NO son hijos de Dios" (José Martí) [1]


Al leer el título de esta entrada puede que nos quedemos algo sorprendidos. Siempre se ha dicho que todos los hombres son hijos de Dios. En mi época de niño era frecuente que cantáramos en el colegio esta canción:


Los pajaritos que van por el aire
vuelan, vuelan, vuelan, vuelan, vuelan.
Los pececitos que van por el agua
nadan, nadan, nadan, nadan, nadan.
Unos y otros son de Dios,
pero los hombres hijos suyos son. 


Y, sin embargo, a poco que pensemos, nos encontraremos con que tal afirmación es falsa. Y la demostración de este aserto es, además, bastante simple. Ni que decir tiene que, para poder entenderla, se   requiere de mentes que razonen, sin prejuicios, aplicando simplemente la lógica y el sentido común más elemental. Desde luego, lo más cómodo, en estos casos, es limitarse a repetir lo que todos dicen, sea cierto o no; pero tal modo de proceder equivale a prescindir del uso racional de la mente.



Hoy en día (posiblemente haya sido siempre así) la gente no está acostumbrada a pensar. Una inmensa mayoría vive de tópicos y de lugares comunes, de dichos que hay en el ambiente y que todo el mundo dice y asume como verdaderos (lo sean o no: puede que sean verdad ... o puede que no lo sean). El problema es que se repiten tanto (incluso de unas generaciones a otras), que se presumen como ciertos, sin más, y no se discute ni se piensa acerca de ellos, acerca de si tienen o no consistencia, acerca de su veracidad. Simplemente se los acepta (de modo superficial) sin reflexionar en su contenido, considerando que son indiscutibles ... e incluso evidentes.

Desde luego, en el caso que nos ocupa, aunque todo el mundo repita lo contrario, no es evidente que todos los hombres sean hijos de Dios. Y, como digo, la argumentación es sencilla. Para ello partiré de unas pocas afirmaciones que sean absolutamente evidentes para todos (lo que podríamos llamar verdades de Perogrullo) ... y luego, a partir de ellas, razonaré un poco, procurando no caer en ningún tipo de contradicción. Al menos lo intentaré. Y lo haré al estilo socrático, en forma de preguntas y respuestas. Lo que viene a continuación sería el diálogo entre dos personajes. Uno de ellos (P) tiene muchas dudas, pero muy buena voluntad y grandes deseos de aprender (P). El otro (R) se dedica a resolver las dudas de P, consciente, por otra parte, de sus propias limitaciones y de que no todas las preguntas tienen una solución que pueda ser respondida haciendo sólo uso de la razón ... aunque tienen una solución, una solución real, pero de carácter sobrenatural. Estas últimas dudas se dejan para el final.



-------


P. ¿Son todos los hombres hijos de Dios?

R. Te contestaré aplicando la lógica humana y el sentido común. Pon atención a los siguientes puntos:
1. Un hijo debe de tener la misma naturaleza que su padre. Por ejemplo, una ardilla no puede dar a luz corderos, ni una cebra pichones. Y lo mismo ocurre en el mundo vegetal: un almendro produce almendras y no albaricoques. 
2. Si Dios fuese  nuestro padre, entonces nuestra naturaleza sería divina.
3. Es evidente que nuestra naturaleza no es divina, sino humana: no somos dioses, sino seres mortales.
4. Luego ... Dios no puede ser nuestro padre.
P. La lógica parece impecable, pero entonces, ¿de dónde viene el dicho -tan frecuente- de que "todos los hombres son hijos de Dios"?

R. Porque se habla en sentido figuradoLo correcto sería decir que todos los hombres son criaturas de Dios, en cuanto que son seres creados, como ocurre con el resto de la creación. 

P. ¿No hay diferencia ninguna entre el resto de la creación visible (animales, vegetales y cosas) y las personas humanas?

R. Por supuesto que la hay. El ser humano, tanto el hombre como la mujer, fueron creados a imagen y semejanza de Dios. Son criaturas, ciertamente, pero con un alma inmortal, una inteligencia y una voluntad, a diferencia de las demás criaturas visibles. 

[De momento dejo el caso de los ángeles para otra ocasión. Éstos son igualmente criaturas de Dios, pero no tienen cuerpo. Son espíritus puros, dotados de una inteligencia y de unos poderes excepcionales. Tal vez, en otra ocasión, hablemos de ellos]

P. ¿Y qué ocurre en el caso de Jesucristo? ¿Es o no es hijo de Dios?

R. Es difícil contestar a esa pregunta en pocas palabras. 

P. ¿Dónde radica la dificultad?

R. Te explico: Damos por sentado, en primer lugar, que Dios existe. La existencia de Dios es algo que puede ser demostrado, aplicando la recta inteligencia, aunque ahora no podemos profundizar en ello.

P. De acuerdo. Continúa.

R. Vale. Pues bien: en esa demostración de la existencia de Dios no sólo se llega al hecho de que Dios existe sino que, además, posee todas las perfecciones posibles en un grado infinito. Citaré algunas, para lo que nos interesa en esta entrada: es Espíritu Puro, Todopoderoso y Eterno, Simple [no hay partes en Él, como en nosotros] y -esto es muy importante- es Único. No puede haber dos dioses

P. ¿Por qué?

R. Bueno, imagínate, por un momento, que los hubiera.

P. Me lo imagino.

R. Vale. Enseguida vas a entenderlo: Si hubiese dos dioses, por ejemplo, ambos no podrían ser infinitos ... porque se estarían limitando mutuamente, el uno al otro. En palabras de santo Tomás de Aquino:
"Si lo propio de Dios es que contiene en Sí mismo toda la perfección del ser, en el caso de haber muchos dioses, entre ellos debería de haber alguna diferencia. Algo le correspondería a uno que no tendría el otro" (...) "luego es imposible que haya muchos dioses. De ahí que los antiguos filósofos, impulsados por esta misma verdad, al establecer un principio infinito, establecieron un solo principio" (S. Th: 1; C.11; a.3).
P.  Eso es cierto. Además, pese a mis pocas luces, tengo entendido que esa idea de un solo y único Dios se encuentra ya contenida, desde el principio, en el Antiguo Testamento así como en sus leyes ... Da la casualidad de que llevo encima una Biblia, pues sabía que la íbamos a necesitar ... Como ves, me he preparado nuestra charla ...

R. Eso me halaga y me honra ... Bueno, dime lo que has encontrado:

P. Te leo: "Escucha, Israel: el Señor es nuestro Dios. El Señor es Uno" (Deut 6,4). Y razonando, como me has dicho que haga, e informándome, he encontrado que la Religión judía es la única Religión monoteísta, antes de la venida de Jesucristo. Y, por cierto, según me has explicado más arriba, sería la más racional, pues habla de un único Dios como causa de todo lo existente, frente al resto de "religiones", que son politeístas. El politeísmo no tiene razón de ser, desde una perspectiva meramente humana, como muy acertadamente ha explicado santo Tomás. ¿Qué te parece mi modo de discurrir?

R. ¡Fenomenal! Yo no lo habría expresado mejor. Agrada mucho tener alumnos como tú, que no sólo te siguen y entienden lo que dices sino que llegan a aventajarte. Pero no te lo vayas a creer demasiado ...

P. ¡Pero si yo no he dicho nada! 

R. ¡Anda, anda, ... que nos conocemos! Bueno, ahondando en lo que acabas de decir, podría añadir que en las demás "religiones" es el hombre el que se construye y se inventa sus propios dioses, en un batiburrillo increíble.

P. Vale, todo eso está muy bien, pero ¿me podrías contestar ya a la pregunta que te hice acerca de si Jesucristo es hijo de Dios?

R. Vas a necesitar tener un poco de paciencia ... pues no quiero precipitarme ni adelantar acontecimientos antes de tiempo. Ya conoces mi lema: "Sin prisa, pero sin pausa". La prisa no es buena consejera. Vayamos por partes:  Fíjate que acabamos de decir que sólo puede haber un único Dios. Si eso es así ... y lo es ... entonces ¿qué sentido tendría hablar de que Dios tiene hijos, aun cuando sólo sea uno? Y digo esto porque, de entrada, suponiendo que Dios tenga un Hijo, nos encontraríamos con dos dioses ... lo cual, como se ha demostrado, no puede ser. Precisamente los judíos acusaban de esto a Jesús, porque siendo un hombre se consideraba Dios. De ahí que le llamaban blasfemo, porque sólo puede haber un único Dios. ¿Cómo podía Jesús pretender ser Dios? ... Y ésa fue la razón principal, por no decir la única, que les llevó a crucificarle. 
(Continúa)