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jueves, 21 de mayo de 2015

VOTO CATÓLICO (21): Democracia y Derecho Natural.

Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquíPido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Este artículo trata sobre unas reflexiones en torno a la necesidad fundamental que tenemos, no sólo los españoles, sino todo el mundo, de respetar y aceptar la realidad natural de las cosas. Si se rechaza el Derecho natural, que es la base de todo el Derecho, entonces no tiene sentido hablar de derechos humanos; todo el Poder se centrará en el Poder ejecutivo, que es el que dictará las leyes; y decir que estamos en un estado de derecho será, sencillamente, una farsa más, a las que estamos ya tan acostumbrados. 



La democracia que no respeta los derechos fundamentales y los principios innegociables queda deslegitimada y se transforma en otro tipo de tiranía, mucho peor que la de una dictadura, porque diluye su responsabilidad en el pueblo y no en una persona concreta. Quien esté en el Poder esgrimirá siempre como argumento para justificar su mala gestión o su mal proceder que fue la mayoría del pueblo quien lo colocó en el Poder para que los representara, en lugar de admitir que se ha equivocado o mejor aún, dimitir si considera, con honradez, que no es capaz de llevar adelante su proyecto y que, por lo tanto, no debe defraudar a quienes le votaron.


La libertad será otra farsa porque se aplicará la ley del embudo: libertad sólo para aquéllos que dicen amén a todas las ocurrencias del Gobierno de turno; ataque duro y opresión contra los que discrepan del pensamiento único, el llamado "políticamente correcto", que es el único que será permitido.

De manera que si quitamos la separación de poderes, suprimimos el derecho natural y eliminamos la libertad de expresión, lo que queda de la llamada Democracia, cuando es así entendida, es un Estado injusto, arbitrario y, en definitiva, totalitario: sin libertad y sin justicia no puede haber paz, sino odios, resentimientos, discordias, guerras y empobrecimiento de la Nación, que es lo que ocurre en todos los totalitarismos: Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Rusia, China, etc... que, por cierto, son todos anticristianos y más aún, anticatólicos.

Y si esto es así, ¿qué sentido tiene hablar del voto útil? Útil ... ¿para quién? Un voto tiene sentido cuando quien vota lo hace en conciencia. Y la conciencia de un católico le impide votar a partidos pro-abortistas. De manera que si vemos que el Sistema falla, lo que habría que hacer es cambiarlo por otro o bien, modificarlo y mejorarlo. Lo que no se puede hacer -y, sin embargo, se hace- es votar en contra de nuestra conciencia ...  por un miedo muchas veces indeterminado, pero que contriibuye, ineludiblemente, a que el Sistema siga igual, es decir, igual de corrupto ... o más. 

La democracia, como cualquier otra forma de gobierno, si se pervierte, deja de ser válida y legítima. De manera que si se quiere mantener el Sistema democrático, porque pensamos que es el más acorde al tiempo en el que vivimos, es preciso que cambiemos la postura del avestruz, que es a la que estamos acostumbrados, por otra más valiente, que se enfrente con la realidad, y que llame a las cosas por su nombre. 

No pueden ponerse en tela de juicio aquellos principios que forman parte de la naturaleza humana. Si no hay acuerdo sobre esa base, que debe de ser inamovible, porque responde a la realidad de las cosas, entonces no tiene ya ningún sentido hablar de eliminar la corrupción, o hablar de derechos humanos, de diálogo, etc ... porque todo será una gran mentira y un enorme montaje: desde el momento en que el fundamento tambalea, el edificio entero se desmorona. Y no le demos más vueltas.

¿Qué es lo que queremos, en realidad? ¿Por qué tanto miedo y por qué se cede en aquellos principios, que no son políticos ni consensuables, sino propios de la naturaleza del ser humano y, por lo tanto, intocables? 

¿Por qué tomar la mentira acerca de la realidad como base y fundamento para el recto funcionamiento de la sociedad? ¿A qué estamos jugando? El hombre de hoy, representado por los políticos a quienes vota, pretende, por todos los medios, burlarse de la naturaleza (aunque parezca mentira) llamando negro a lo que es blanco, blanco a lo que es negro, malo a lo que es bueno y bueno a lo que es malo ... y así con todo. Y se queda tan pancho, como si nada. 


Por otra parte, la sociedad no reacciona, está como adormecida, atontada. Una gran mayoría de ciudadanos, incapaces de pensar por sí mismos (éste es uno de los grandes logros de la LOGSE) deja que sean los demás quienes piensen por ellos. ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo hemos llegado a esta situación? 


(Continuará)

miércoles, 20 de mayo de 2015

VOTO CATÓLICO (20): ABORTO CERO ... lo demás son componendas

Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquíPido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Dios es el autor de la vida humana. Y sólo Él puede decidir acerca de su principio y de su final. Nadie puede otorgarse a sí mismo ese poder: desde el momento de la concepción hasta el final de su vida natural, la vida es un regalo que Dios nos ha dado ... y que, por desgracia, no sabemos apreciar, ni aprovechar, como deberíamos. Dios, al crearnos, primero, y luego al darse a Sí mismo, en la Persona de su Hijo, Jesucristo, nos ha dado la posibilidad de ser contertulios y amigos suyos y, por lo tanto, de ser verdaderamente felices, ya en este mundo.

El Amor, que no busca lo suyo, sino al Amado, es lo que da sentido a la vida, a cualquier vida. Ninguna vida humana es despreciable, pues POR TODOS MURIÓ JESUCRISTO, y lo hizo por amor, porque nos quería ... y nos sigue queriendo. Y si alguien es amado por Dios es señal de que ese alguien es importante. Por eso todos somos importantes, porque a todos nos ama Dios, que nos ha dado la vida a través de nuestros padres y que se nos ha dado, Él mismo, en la Persona de su Hijo, en Jesucristo. Nadie está excluido de este amor si no quiere ser excluído. No acabamos de caer en la cuenta de la realidad del Amor que Dios nos tiene, a cada uno, de una manera personal y única. Eso es lo que nos hace importantes, pues si lo somos para Él es que, en realidad, lo somos.

Dios nos ama, y nos lo ha demostrando, dando su Vida por nosotros, para que también nosotros le demos a Él la nuestra, libremente, de modo que no tengamos ya otra voluntad que no sea la Suya. Dios no nos impone su amor, porque un amor impuesto no sería tal. La libertad es un componente esencial del amor verdadero. 

Por eso Dios ofrece su Amor al hombre. Y, como amor verdadero que es, requiere ser correspondido de la misma manera. Sin reciprocidad no puede darse el amor. Yo soy para tí y tú eres para mí. Esta nota de reciprocidad es igualmente esencial en el auténtico amor. Y no le importan a Dios nuestras diferencias de raza, sexo, edad, capacidades o limitaciones: somos su obra más sagrada. Y aunque herida nuestra naturaleza por el pecado de origen, Dios no nos deja solos, porque nos quiere. 


Lo propio y lo razonable sería vivir de continuo con espíritu de agradecimiento, primero por la vida que Dios nos ha dado, al crearnos, sacándonos de la nada; y segundo, y más importante, por la posibilidad que nos ha concedido -verdaderamente increíble- de que podamos llegar a ser verdaderamente hijos suyos, en unión con su Hijo Jesucristo, por medio del Espíritu Santo.  


Un cristiano, un católico -que lo es por pura gracia- si tiene conciencia de su dignidad, de su ser realmente hijo de Dios (siempre que esté unido a Jesucristo) ... valora todo, porque todo le habla de Dios. Y, en particular, valora su obra más preciada, que es el ser humano, la vida humana; y la valora en cualquiera de sus estadios vitales, desde que comienza a existir como cigoto hasta su fin natural. 

La Iglesia está llamada a defender esta realidad: todos somos valiosos porque Jesús, que es Hijo de Dios, Dios Él mismo, además de ser verdadero hombre (como uno de nosotros), nos amó hasta el extremo y dio su Vida por todos para hacer posible nuestra salvación: su Amor nos hace valiosos. Y si esto es así, como lo es, ¿cómo es posible que un ser humano se atribuya la facultad de decidir acerca de la vida de otro ser humano? ¿Cómo es posible entender que el aborto se justifique y se considere, incluso, como un derecho de la mujer, cuando es un crimen execrable, cometido contra los seres humanos más inocentes que existen, cuales son los niños aún no nacidos, los "nasciturus", que -además- no pueden defenderse? ¿Cómo es posible que se defienda, de igual modo, la eutanasia?

La vida es hermosa; no hay nada que justifique la muerte de un inocente, aunque haya sido concebido como consecuencia de una violación (se le deja nacer y seguro que hay matrimonios sin hijos que están deseando adoptar uno. El niño no es culpable de esa violación. Y a la madre habría que hacerle ver que si aborta, tendrá sobre sí no sólo el sufrimiento grande de una violación que no pudo evitar, sino el sufrimiento culpable y mucho mayor de un asesinato, el de su propio hijo, que sí que pudo evitar). 


Tampoco el aborto está justificado porque se presuponga que el niño que va a nacer lo hará con algún tipo de deficiencia; no deja de ser humano por ello. 


Y desde un punto de vista psicológico, el aborto supone un terrible trauma para la mujer que ha sido mal aconsejada. Todas las clínicas abortistas tendrían que desaparecer ... pero ahí tenemos el gran negocio del aborto. Si las madres sufren trastornos psicológicos graves por haber abortado eso no les va a quitar el sueño a esta gente que les ha practicado el aborto ... y a quienes sólo les interesa percibir el dinero estipulado.


De manera que, en ningún caso, absolutamente en ningún caso, el aborto tiene justificación, cuando es procurado directamente como un fin en sí mismo. 


El terrible problema de fondo es la pérdida de fe en Jesucristo, a quien no se conoce porque no se predica sobre Él. Si se le conociera bien, se le amaría; sus palabras llegarían a nuestro corazón; y éste se alegraría por haber encontrado al Único Amigo que es capaz de entender y comprender las aspiraciones más profundas de nuestro ser, el Único para quien somos realmente importantes, por nosotros mismos. Y Aquél que dice:


"Venid a Mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, que Yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Pues mi yugo es suave y mi carga ligera" (Mt 11, 28-30).


Y para finalizar oigamos lo que nos dice el profeta Jeremías, como palabra de Dios dirigida a él, y a cada uno de nosotros: "Antes de plasmarte en el seno materno, te conocí; antes de que salieras de las entrañas te consagré ..."( Jer 1, 5). Dios es el autor de la vida y nadie puede disponer de la vida de otra persona y menos aún cuando está en el seno materno. Esa persona ha recibido la vida de Dios. Y esa vida es sagrada. El que atenta contra la vida de un inocente transgrede la ley divina y es culpable.


Conclusión: la única opción válida para un católico es la de votar a un partido que respete esta ley divina, sin supuestos de ningún tipo. Y si tal partido no existe, entonces abstención o voto en blanco. 
Y no nos asustemos. Es cierto que el poder del mal es enorme: "El mundo entero está bajo el poder del Maligno" (1 Jn 5, 19), pero si Dios permite el mal es para poner a prueba nuestra fe, así como nuestra confianza y nuestro amor por Él

"Sabemos que todas las cosas contribuyen al bien de los que aman a Dios, de los que han sido llamados según su designio" (Rom 8, 28). No estamos solos: "Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 20). Y tenemos la seguridad de la victoria definitiva"En el mundo tendréis tribulación; pero confiad: Yo he vencido al mundo" (Jn 16, 33), pues Dios, manifestado en la Persona de su Hijo hecho hombre, Jesucristo, no nos engaña. Él es la Verdad y nos dice que "el cielo y la tierra pasarán pero mis Palabras no pasarán" (Mt 24, 35)


Tampoco podemos tener miedo, porque Él está con nosotros. Miedo sólo del pecado, que es lo que nos separaría del Señor ... pero de ninguna otra cosa más: "No temáis a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; temed -sobre todo- al que puede arrojar el alma y el cuerpo en el infierno" (Mt 10, 28)]



DURACIÓN 1:19 MIN


LA DEFENSA DE LA VIDA NO PUEDE TENER EXCEPCIONES

martes, 19 de mayo de 2015

VOTO CATÓLICO (19): El voto útil (3 de 3)

Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquíPido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Según los últimos datos del CIS de marzo de este mismo año hay un 71,8% de católicos en España. Bien es cierto que desde hace unos cuarenta años, el número de creyentes y practicantes va disminuyendo, debido a múltiples factores, siendo uno de ellos la ignorancia y el desconocimiento que poseen los católicos de su propia religión, una labor que los gobiernos de turno, desde la muerte de Franco, se han encargado de llevar a cabo, paulatinamente -y hoy descaradamente- a través de un sistema educativo, cada vez más deficiente ... y no sólo en el aspecto religioso.  




Retomando de nuevo el tema del voto útil me pregunto qué ocurriría si los que se dicen católicos, aunque el porcentaje no fuera tan alto como el que recoge el CIS votaran en conciencia, es decir, no votaran a ningún partido pro-abortista. Tendríamos un problema, puesto que todos los partidos que, a día de hoy, nos representan en el Congreso de los Diputados son pro-abortistas. Y, como ha hemos comentado, en repetidas ocasiones, un católico, en conciencia, no podría votar a ninguno de ellos

Entre los nuevos Partidos que se presentan, que estén claramente a favor de la vida (aborto cero) tenemos muy pocos y, además, se les silencia, como si no existieran; apenas si salen en los medios. Se pretende así que no consigan ningún escaño en el Gobierno ... en donde no habrá ninguna voz discordante, que pueda remover la conciencia al resto de partidos, puesto que todos tienen la misma ideología pro-abortista. Pero lo que importa es conocer que, aunque escasos, tenemos algunos. Yo destacaría, entre ellos, los que son un poco más conocidos, los que más suenan que serían, por eso mismo los que podrían tener alguna posibilidad de obtener algún escaño. Tales son AES y VOX y, por supuesto, el Partido Familia y Vida (hablaremos de ellos en el siguiente post). En Murcia no se presentan ni AES ni el Partido Familia y Vida, aunque éste está en coalición con VOX en varias circunscripciones de España


La conclusión salta a la vista: en la Región de Murcia (al menos) un católico que vote en conciencia, sólo tiene una de estas tres opciones: (a) No votar; (b) Votar en blanco; (c) Votar a VOX. Como ya he dicho en otras entradas yo voy a optar por VOX, en estas elecciones autonómicas, aunque no me caso con ningún partido. Y siempre queda por ver cómo actuaría VOX si consiguiera algún tipo de representación parlamentaria. El programa electoral está claro, pero la experiencia nos dice que no todos los partidos cumplen luego con lo prometido, una vez que han llegado al Poder (hasta el momento, yo diría que ninguno, aunque puede que me equivoque. Mis   conocimientos en política no llegan a más). 


Espero no equivocarme en este caso concreto. Soy consciente de que muy pocos son los que piensan de esta manera. Se dirá, y puede que con toda la razón del mundo, que ni VOX ni AES [que, en mi opinión deberían de formar coalición, dada la situación actual] tienen futuro dado que hoy, en día, son muy pocos los que piensan en católico ... de manera que lo más probable es que estos partidos obtengan pocos votos y entonces serán votos perdidos: ¡No lo son! Es más: si reflexionamos un poco, resulta que, si todos aquellos que se consideran católicos votan en conciencia (en este caso a VOX) la suma de muchos pocos, hacen un mucho.


Estamos en las manos de Dios ... Él sabrá por qué consiente todo lo que está pasando. El Sistema está corrompido ... Todo eso es cierto ... ¡pero nosotros, particularmente los católicos, no tenemos por qué contribuir, con nuestra voto, a que esa corrupción se perpetúe!. Votar en conciencia. Eso es lo auténticamente útil, útil para nuestra salvación; y útil también para esta nación española que se está descomponiendo poco a poco. Y no tenemos por qué asustarnos. Dios proveerá.

El problema de fondo es que estamos perdiendo la fe y la confianza en Dios, a pasos agigantados. Por eso el mundo va a la deriva. Se requiere, se hace preciso, por nuestra parte, realizar un acto de fe y de confianza en la Providencia divina, apostando por Dios, en grado heroico. Saldremos ganando, sin lugar a dudas. Pensemos, por ejemplo, en la parábola del grano de mostaza: en esta vida, todo lo que ha llegado a ser grande comenzó siendo pequeño. No debemos olvidarlo. Si la semilla sembrada es buena (y en este caso lo es) y es buena también la tierra sobre la que se siembra, lo que es de esperar, si ponemos de nuestra parte todo lo que dependa de nosotros, el fruto llegará, sin ningún género de duda, aun cuando nosotros no lo veamos.


Pensemos no en nosotros, sino en nuestros hijos y, luego a luego -y sobre todo- en nuestros nietos y bisnietos. De nosotros va a depender, en gran medida (y Dios cuenta con ello) el tipo de sociedad en la que les va a tocar vivir y desarrollarse. Y, desde luego, lo mejor que les podría ocurrir es que el Cristianismo auténtico, el de siempre, volviera, de nuevo, a impregnar los corazones de todas las personas.


Si Dios permite lo que está ocurriendo, Él sabrá lo que hace; sus razones tendrá, con toda seguridad. A los que, por la gracia de Dios, somos cristianos -aunque indignos- sólo nos queda vivir de fe y de esperanza, y rezar. Sufrir, sin duda alguna, pero jamás perder la alegría


Resuenan en nuestros oídos las palabras del Nuevo Testamento, que son luz para nuestra inteligencia y que hacen que nuestro corazón arda de amor y nos fortalecen en nuestra debilidad: "Es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hech 5, 29). "Todas las cosas contribuyen al bien de los que aman a Dios, de los que han sido llamados según su designio" (Rom 8, 28), etc... No estamos solos"Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 20). Y tenemos la seguridad de la victoria definitiva"En el mundo tendréis tribulación; pero confiad: Yo he vencido al mundo" (Jn 16, 33), pues Dios, manifestado en la Persona de su Hijo hecho hombre, Jesucristo, no nos engaña. Él es la Verdad y nos dice que "el cielo y la tierra pasarán pero mis Palabras no pasarán" (Mt 24, 35). 


¿Qué más podemos pedir? ¿Qué nos puede preocupar? Nuestra única preocupación debe consistir en seguir los consejos de Jesús y procurar hacerlos realidad en nuestra vida. ... ¡Espabilar y no dormirnos!.  "Ya es hora de que despertéis del sueño" (Rom 13, 11), nos dice el apóstol Pablo. Y Jesús: "Velad porque no sabéis en qué día vendrá vuestro Señor" (Mt 24, 42). Las palabras de Jesús siempre son consoladoras. Y, sobre todo, son verdad: "Las palabras que os he dicho son Espíritu y Vida" (Jn 6, 63). "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna" (Jn 6, 68) le contestó Pedro a Jesús cuando éste preguntó a los apóstoles si también ellos querían abandonarlo.

Jesús se dirige a los apóstoles y les dice: "Vosotros ahora tenéis tristeza, pero os volveré a ver, y se alegrará vuestro corazón, y nadie podrá quitaros vuestra alegría" (Jn 16, 22). De manera que, si así están las cosas con relación al Señor, ¿de qué podemos tener miedo? Absolutamente de nada ... tan solo del pecado, pues éste nos separaría del Señor ... pero de ninguna otra cosa más: "No temáis a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; temed -sobre todo- al que puede arrojar el alma y el cuerpo en el infierno" (Mt 10, 28)]


(Continuará)

VOTO CATÓLICO (18): El voto útil (2 de 3)

Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquíPido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Votar en conciencia no puede ser un "voto perdido" sino un acto de fe en Dios. Cualquier partido, por poderoso que sea, tiene los días contados, desde el momento en que se enfrenta al Creador y pretende burlar sus leyes. Esto dice san Pablo: "No os engañéis: de Dios nadie se burla. Pues lo que el hombre siembre, eso mismo cosechará" (Gal 6, 7). Y ya sabemos que quien siembra vientos, recoge tempestades. 

Porque, ¿qué es, en realidad, el voto útil? Sencillamente el de aquél que vota, por miedo a lo que pueda suceder, a un determinado partido, aunque no esté de acuerdo con todo su programa. Y acude a la famosa expresión -falsa, por otra parte- de "el mal menor", con lo que "tranquiliza" así su conciencia. O aquella otra de "Virgencica, que me quede como estoy", que viene a ser lo mismo: miedo, cobardía y falta de fe en la Providencia, aunque en muchos casos es ignorancia. 

Y en principio no tendría por qué haber ningún problema. Éste aparece en el momento en que un determinado partido político -el que sea- se arroga una prerrogativas que no le corresponden. El sistema democrático por el que nos regimos, si de verdad estamos en un estado de derecho, no puede "meterse" a solucionar cuestiones que no le competen, cuales son las referentes a la moral, a la religión (en concreto la religión católica) e incluso al orden natural de las cosas. 


La misión de un Gobierno es la de procurar el bien común de sus ciudadanos y no la de adoctrinarlos en ideologías falsas y perversas, que corrompen a la juventud y a la sociedad, en general. Hay principios no negociables: no todas las cosas se pueden votar. Si yo tengo delante de mí una mesa. Y digo: Esto es una mesa, la veracidad de esta afirmación no es discutible, ni hay que someter a consenso ese juicio, porque se trata de algo evidente: "No es una mesa ... para mí". No. Es una mesa. Y punto. Y si alguien lo niega es que debe de estar loco o véte tú a saber.


Pues bien, de modo análogo se puede hablar de leyes naturales que no son discutibles: la ley de la gravedad, un hombre es un hombre, una mujer es una mujer, el matrimonio es la unión de por vida entre un hombre y una mujer, la familia es la célula de la sociedad y su fin principal es la procreación, matar a una persona es un crimen (no importando que se trate de un embrión, de un feto, de un niño, un joven, un adulto o un anciano), etc.


Pero la sociedad, al apartarse de Dios, se ha vuelto loca. Y niega lo evidente. Y no sólo lo niega, sino que quiere imponer esta locura a todos, por la fuerza, mediante la sutileza de cambiar las leyes sobre cuestiones que están ya zanjadas, desde siempre, porque son lo que son, conformes a la ley natural, como se acaba de decir. Esto se estudia en Derecho Natural. Ninguna ley puede contradecir las leyes naturales. Y, sin embargo, por poner algún ejemplo, se habla como de algo "normal", en los propios programas políticos, de que "las mujeres tendrán derecho al aborto" ... "de que se implantará la ideología de género en la educación, como signo de progreso que es",  "asimismo se establecerá el matrimonio entre personas del mismo sexo, como una forma más de matrimonio", ...,  y otras aberraciones por el estilo. Nos ceñiremos al caso del aborto.

Hablando sobre el llamado voto útil, nunca puede ser verdaderamente útil apostar por un partido pro-abortista, pues ello conlleva apostar contra Dios y, según san Pablo "es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hech 5, 29). 



Jesús mismo lo expresó con toda claridad, cuando los fariseos pretendieron engañarlo, tendiéndole una trampa. Les dijo: "Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios" (Mc 12, 17). Si el César realiza su cometido propio, el católico, como cualquier ciudadano, tiene que colaborar con él, poniendo en ello su máximo empeño, porque es el bien común [es decir, el bien de todos y de cada uno] lo que está en juego.  Pero si el César juega a ser Dios y se introduce en un terreno que no le compete, la obligación de un católico es la de desobedecerle, aun cuando en ello le fuera la vida: Así ocurrió con los primeros cristianos, que prefirieron morir antes que adorar al César y reconocer en él a un dios.

No podemos jugarnos la salvación eterna por un plato de lentejas. ¿Qué sabemos nosotros acerca de lo útil y lo inútil? Todo lo que nos acerca a Dios es útil y hermoso. Todo lo que nos aleja de Dios lleva como marca la mentira. Y los políticos -salvo escasísimas excepciones- son bastante mentirosos. Con el miedo del voto inútil o voto perdido pretenden atraer hacia sí el voto de los indecisos, engañándoles, por supuesto, como han venido haciendo hasta ahora. De manera que la utilidad auténtica consiste en votar en conciencia, conforme a los principios innegociables. No votar nunca a ningún partido que los ponga en tela de juicio. Si fueran todos, pues como he dicho en otra ocasión y he justificado: a votar en blanco (colocando el sobre dentro de la urna, sin ninguna papeleta en su interior) o bien abstenerse de votar. Y punto. 

Un sistema democrático que no respete la ley natural (la ley divina, en definitiva) no constituye un estado de derecho, por más que se diga otra cosa. Si se niega el Derecho Natural, que es el fundamento de todo derecho, se están negando, en realidad, todos los derechos humanos. Propiamente hablando, un sistema así no es legítimo. La legitimidad viene dada por el respeto y el cumplimiento de la ley; y toda ley humana que se oponga a la ley natural y a la ley divina, en tanto en cuanto eso sea así, deja de ser ley y deja de ser vinculante. 

Afortunadamente, por los pelos, aún nos queda algún partido aquí en Murcia, al que podamos votar, pues su programa es conforme a esos principios no negociables. Hablaremos de ello en otro post. De momento quiero hacer algunas reflexiones acerca de la importancia del voto católico en estas elecciones, aunque sólo algunos, muy pocos, lean este blog. El hilo conductor de todas ellas hace referencia, básicamente, a la realidad de nuestra condición de criaturas, una realidad que no queremos reconocer, situándonos así en la mentira; lo que se traduce en la soberbia y la ambición por ser dioses nosotros. No es la verdad ni la realidad la que va a regir el mundo sino el pensamiento o el sentimiento de los hombres, que son quienes deciden acerca de "todo". Esto tiene mucha más importancia de lo que parece. 


(Continuará)

lunes, 18 de mayo de 2015

VOTO CATÓLICO (17): EL VOTO ÚTIL (1 de 3)

Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquíPido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Me he sentado y me he puesto a reflexionar un poquito acerca de la situación que nos espera. Y, mal que me pese, no puedo evitar "echar la culpa", en gran parte, a la mayoría de la Jerarquía de la Iglesia Católica (incluyendo también al propio papa Francisco). El razonamiento que he seguido para llegar a esta conclusión lo he desglosado en puntos. Y es el que sigue:

1. Todos los miembros de la Jerarquía Eclesiástica (desde el Papa hasta los sacerdotes) tienen la obligación de conocer el Código de Derecho Canónico (CIC)

2 No sólo es obligatorio el conocimiento del CIC por parte de la Jerarquía sino también lo es el dar a conocer a los fieles aquel o aquellos puntos concretos que pudieran afectarles, de modo directo, para el bien de sus almas. (Sin embargo, no se dice, como tantas otras cosas que son obligatorias y que tampoco se dicen. No entro aquí en detalles)

3. Así en el caso particularmente importante del aborto, los pastores tienen la grave obligación de dar a conocer a sus fieles el punto 1398 del CIC, en donde se habla expresamente de excomunión "latae sententiae" [o sea, automática] para aquellos católicos que apoyen con su voto a partidos pro-abortistas [Punto 1398: Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae] Tienen obligación grave de advertirlo, pero no lo hacen y cometen, por lo tanto, un pecado por dejadez y abandono de sus funciones, del cual tendrán que dar cuentas ante Dios; en esto, como en tantas otras cosas en las que, por las razones que sean, callan.




4. Si un católico vota al PP o a Ciudadanos, por ejemplo, que son también partidos pro-abortistas ... pero no conoce que, haciendo tal cosa incurre en excomunión, de modo automático, ... , ciertamente no se puede decir, en principio, que cometa pecado, por ello. Lo que pasa es que hoy en día hay posibilidades suficientes de información para que todo católico sepa estas cosas, aunque no las digan los Obispos. Y siempre hay algún Obispo que sí dice algo ... En todo caso, no estamos aquí para juzgar a nadie, ni siquiera a nosotros mismos. Dios es el Único que lo conoce todo. Y sólo ante Él tenemos que responder, tanto los Pastores como los fieles.

5. Dada la situación que hay en España, en donde casi todos los "católicos" aún creen que el PP y Ciudadanos son de orientación católica, sería obligación de sacerdotes y de obispos definirse claramente, a través de las homilías y de los medios de comunicación, para sacar del engaño a los que así piensan y para advertirles que, de votar a esos partidos, incurren en excomunión, "latae sententiae", indicándoles el sentido de esas palabras.

6. Si un sacerdote o un obispo actúa de ese modo será criticado y saldrá en la prensa, con toda seguridad ... Bueno, ¿y qué? Mejor incluso, pues así se daría a conocer esta realidad a los católicos y les ayudaría muchísimo a clarificar sus conciencias. A través de la tele, la prensa, Internet, redes sociales, etc..., este mensaje llegaría a muchas más personas, que son legos en la materia y, de este modo, habría al menos, una razón para que un católico se lo pensara bien antes de emitir su voto. El ambiente pagano y anticristiano no favorece que los sacerdotes y obispos hagan su labor y se les va a acusar de hacer política ... ¡lo cierto es que son los políticos quienes se han metido en cuestiones morales y religiosas que no les competen! ... pero así están hoy las cosas.

7. Aunque sobre este punto ya he dicho algo antes reproduzco aquí de nuevo parte de una entrevista que hicieron a Monseñor Munilla en el diario El Prisma, en relación al voto de los católicos. 

El Prisma: Hace poco escribió una carta en la que decía que no había ningún partido político en el arco parlamentario que un católico pudiera votar en conciencia

Munilla: Esto nos lleva al debate entre practicismo y conciencia. Algunos dirán: «es que si voto en conciencia mi voto no es práctico». Yo creo que entre practicismo y voto en conciencia está claro hacia dónde nos tenemos que inclinar: hacia el voto en conciencia. Que sea o no práctico es una cuestión secundaria. Uno de los problemas ha sido el pensar que el ejercicio del voto político es un ejercicio de posibilismo practicista y eso nos ha llevado donde estamos y hacia dónde vamos.

El Prisma:  ¿Se reafirma entonces en que no hay, a día de hoy, en España ningún partido político que un católico pueda votar en conciencia?

Munilla: Me reafirmo. No lo hay. Por lo tanto, si un católico ha de votar a un partido minoritario cuyo voto posiblemente no sea práctico a nivel de mayorías, que no sea un «voto útil» es secundario.


8. El católico debe de tener en cuenta de que, aunque pocos, todavía queda algún partido que no sea pro-abortista. Es cuestión de buscar bien. En Murcia, el único que yo he encontrado que sea ABORTO CERO, como he dicho en varias ocasiones, es VOX ... y aun así, tengo que hacer un acto de fe, pues si el programa que dicen que llevarán a la práctica, refrendado por partido Familia y Vida, con el que están en Coalición; digo, si ese programa lo cumplen, pues no habría problema. Me reafirmo en que, hoy por hoy, es el único partido (en Murcia, insisto) que no es pro-abortista (al menos, hasta ahí es dónde llego, después de todas las pesquisas que llevo haciendo durante algún tiempo en este blog y de haberme informado lo mejor que sé). Si hay algún otro partido, que sea igualmente "aborto cero" que me perdone por no haberlo citado, pero es que lo desconozco. AES lo es, con total seguridad, pero vuelvo a insistir en que AES no se presenta por Murcia. Lo hará en las Generales ... Yo pienso (ojalá no me equivoque) que si el voto católico se decantara por VOX  nos encontraríamos con alguna sorpresa agradable, en el sentido de tener alguna representación en el Gobierno.

9. La Jerarquía eclesiástica tiene una gran responsabilidad en este sentido. Al callar y no dar la voz de alerta a los católicos sobre la importancia y la trascendencia de su voto, son cómplices, aunque sea de modo indirecto, de que miles de votos de católicos vayan a parar a partidos pro-abortistas. Algunos obispos sí han alertado de ello como Monseñor Munilla y Monseñor Reig Plá. Puede que haya algún otro aunque no me consta.No deberían de tener miedo pues es lo propio de un cristiano tener el mundo en contra; esto autentifica su mensaje: "El que desee ser amigo de este mundo se hace enemigo de Dios" (Sant 4, 4). ¿Qué cosa más natural que manifestarse como lo que uno es, sin ningún tipo de complejos? Los antiguos cristianos tenían muy claro algo que sigue siendo cierto también hoy, y es que "es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hech 5, 29). 


10. En resumidas cuentas: la Iglesia Católica no le dice a la gente por quién votar. Pero sí tiene el deber y la responsabiliad de informar a los católicos y al público en general acerca de los criterios morales que deben guiar el acto de votar. En la actual coyuntura histórica y debido a los valores inmutables que constituyen, los criterios morales esenciales son la defensa de la vida humana inocente ante el aborto en todas sus formas y la eutanasia, la defensa del matrimonio entre un hombre y una mujer, y la defensa de la libertad religiosa [bien entendida] y de conciencia. 



(Continuará)

domingo, 17 de mayo de 2015

VOTO CATÓLICO (16) ABORTO: Nadie menciona al niño

Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquíPido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Esta entrada es simplemente un vídeo del director de Hispanidad, Eulogio López, que salió a la luz el 19 de febrero del 2014, a raíz de las ideas que sobre el aborto habían lanzado Mariano Rajoy y Pérez Rubalcaba. En esencia, ambos partidos piensan lo mismo.

España, el paraíso del aborto
Duración 4: 49 min

sábado, 16 de mayo de 2015

VOTO CATÓLICO (15). AES MADRID: La oportunidad pro-vida, desde el rigor (Rafael López-Diéguez)

Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquíPido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Ha sido la gran oportunidad del PP, teniendo mayoría absoluta, la del aborto cero, pues no hay otro modo de entender el derecho a la vida: no se puede discriminar y decir que unas vidas valen más que otras. Eso es la eugenesia, que prácticó Hitler contra los judíos. Volvemos marcha atrás, hacia la esclavitud y el poder del más fuerte, adornado de bellas palabras, todas falsas, como libertad, democracia, etc...

En este artículo de Rafael López Diéguez, Secretario General del partido Alternativa Española (AES), se hace referencia a esta idea. Lo copio aquí, en este blog, permitiéndome la libertad de cambiar el formato de algunas expresiones, en las que quiero hacer hincapié. Eso hará también más cómoda y rápida la lectura del artículo

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Rafael López-Diéguez, secretario general de AES



No es la hora del reproche, del “yo tenía razón”, o del tan manido como insultante “ya te lo había dicho”. Es la hora de la unidad, de la humildad y la templanza, pero también de la verdad y la firmeza, de dejar las cosas claras e identificar los errores y sus responsables, para evitar caer nuevamente en los mismos.

Esta situación, como ya he dicho en reiteradas ocasiones, nos abre un mundo de esperanza,  al haber evitado que se cometiera un gravísimo error, un escándalo, que hubiera dado carta de naturaleza de por vida al execrable crimen del aborto. 

La desesperanza no es cristiana, debemos estar llenos de esperanza y convertir esta situación en lo que es: la oportunidad provida, pero desde el rigor. 

Me sorprende la llamada que muchos hacen a los senadores y diputados católicos del PP para que abandonen sus escaños por razón de esta decisión de Rajoy. Bien saben ellos que, conforme a la Doctrina y el Magisterio [de la Iglesia], deberían haber abandonado su escaño el mismo día en que la decisión tomada por el PP no fue la de abrogar el aborto, con mayoría absoluta [como tenían], bien posible, sino regular el aborto como un derecho en determinados supuestos, [el llamado] mal menor.

Que el PP no aprobara este inicuo proyecto de ley de Gallardón no es un drama, todo lo contrario, es un gran consuelo. Serán algunos los que sigan manteniendo, en buena fe o por aquello de no “enmendarla”, que se ha perdido la oportunidad de reducir el aborto un 10%, dicen ellos, al evitar el aborto eugenésico, que finalmente estaban dispuestos a aceptar y exigir más requisitos formales, lo que como ya he dicho no creo y la experiencia de lo acontecido en los últimos 30 años me avalan. 

Pero ese supuesto 10% de vidas salvadas - solo una sería importante - haría que el restante 90% se hicieran recurrentes y legales de por vida y con ello la lucha por defender la vida como un valor absoluto la hubiéramos dado por perdida definitivamente, y lo peor con el “sello” y amparo de ciertas asociaciones provida

Permítaseme explicarme. ¿Hubiera sido lícito aprobar, por los que lucharon contra la esclavitud, una ley que liberara a un tipo de esclavo que representaba el 10% sobre el total y se regulara, por ser una realidad social, que no es delito tener un esclavo del tipo del 90% restante, y de esta forma se diera carta de naturaleza a la esclavitud en determinados supuestos? 

Es claro que no, en ningún caso, en ningún supuesto se puede admitir la esclavitud, pues por las mismas razones, pero aún más grave, el caso del aborto. Los contrarios a la esclavitud, con el sacrifico de muchos, lucharon por el bien posible, no por el mal menor de por vida. Gracias al sacrificio de sus vidas nos libramos de una lacra social que duró tantos siglos. 

Pues ése es nuestro cometido en el aborto: es malo y debemos erradicarlo completamente, porque es intrínsecamente perverso, porque siega vidas por millones y su aceptación social equivale a la destrucción de la esencia de la sociedad.

El PP no ha sido capaz de sacar esta farsa adelante. Es claro y hoy no deja lugar a dudas, que no hubiera movido un dedo más por avanzar hacia el aborto cero. El aborto habría alcanzado de su mano carta de naturaleza; todos habían interiorizado lo que el sistema liberal y socialista- marxista ha consagrado como verdad absoluta, “el aborto es una realidad social y de una u otra forma se ha de regular”, hasta tal punto que el otro día para mi sorpresa un periodista en la televisión de la Conferencia Episcopal, y que días después se desgarraba las vestiduras, el director de La Razón, aseguraba: “soy amigo de curas, obispos, arzobispos y cardenales y me consta que estos tienen claro que debe existir una regulación del aborto” 

Menos mal que la realidad de los hechos y, al menos, el gesto valiente de un obispo, Monseñor Reig Plá, [y también Monseñor Munilla] le ha quitado la razón. Resulta paradójico que ahora, los que desde asociaciones provida, pro familia, partidos, movimientos civiles y demás han apoyado esta inicuo proyecto de ley del PP. Se constituyen en víctimas y sin reconocer su craso e inmoral error pretenden una vez más irrogarse el liderazgo por la vida, eso sí pidiendo que la forma de defenderla es mediante una ley abortista, según ellos más restrictiva, pero a la postre, abortista. 

Los mismos que querían y apoyaban una ley abortista, quieren ahora encabezar lo que dicen debe ser un movimiento cívico y otros un partido y eso “porque en España no existe ninguno que defienda la vida”, la cosa tiene tela… 

Pues bien, una vez más nos toca el desagradable trabajo de denunciar con caridad, porque esto yo ya lo he dicho personalmente y no ha surtido efecto alguno, pero con rigor, que quienes hacen tales afirmaciones son los que han apoyado esta ley y en ese sentido me remito a lo dicho por Monseñor Reig Plá en el punto 5 de su carta pastoral, “no es justificable moralmente la postura de los católicos que han colaborado con el Partido Popular en la promoción de la reforma de la ley del aborto a la que ahora se renuncia” ; pero lo que es peor, es que nos han demostrado que su estrategia pasa por consensuar y colaborar en la elaboración de una ley abortista como mal menor en un momento en el que el bien mayor era posible.

Sí, siendo posible el bien, apelaban al mal menor… ¿Qué podemos esperar de ellos cuando no sea posible el bien y deban permitir el mal? Lo peor es que estas instituciones se han quemado, no en el empeño de luchar por el bien, sino por el maldito mal menor. ¡Qué triste consumir tu vida al servicio de un mal menor fallido, cuando la podías haber dedicado a luchar en favor de un bien posible!

Importante diferenciar entre colaborar, es decir, el que ha sido proactivo, participado y ha incentivado la existencia de este proyecto de ley, y permitir el mal menor si era imposible demandar, exigir o que existieran condiciones para conseguir el bien. Es decir que cuando no sea posible abrogar una ley, se puede permitir dar su apoyo a propuestas encaminadas a minimizar el daño; ahora bien, este no era nuestro caso, el problema es que en este caso el bien de abrogar la ley, era posible, y por el contrario algunos colaboraron con el mal, intencionadamente o no, no entro a juzgar; incluso participaron en reuniones preparatorias y dieron su apoyo a este proyecto de ley abortista y al partido que lo promovía. Que cada uno resuelva en conciencia.

Los movimientos provida estamos obligados a no renunciar a defender la vida como un valor absoluto; ya estarán los tibios para ceder y los “contravida” para legislar a favor de la muerte. No podemos dar un paso atrás: esta experiencia nos ha de servir para saber que las tibiezas no nos conducen a nada, salvo que lo que se pretenda sea desestructurar las conciencias y los movimientos provida. 

También debemos desenmascarar a esos partidos que aseguraban desde posiciones liberales-conservadoras ( nunca he sabido que es eso) que con esta ley “se iba por el buen camino” y que hoy pretenden ser el cesto donde acoger a los desilusionados del PP para no sé que, ya que otra vez les volverían a llevar por el camino de apoyar leyes abortistas “malminoristas”, que se titularán, con total desprecio por la verdad, de “defensa de la vida y de la mujer embarazada”, para terminar siendo un tratado de cómo abortar legalmente y que el Estado te lo pague

¡Con cuánta razón y valentía ha definido monseñor Reig Plá esta situación como una estructura de pecado!

Contra algunos que se empeñan en negar lo evidente, tengo que decir que existen partidos en España de inspiración cristiana, que defienden la vida, la familia, sus raíces cristianas y la Justicia social como la mejor expresión del Bien Común y ese es el caso de Alternativa Española. Llevamos muchos años al pie de la calle, a la intemperie, sin que nadie nos dé cobijo, estamos en los estrados de los tribunales denunciando el atropello continuo a la vida por parte del PP y del PSOE; y por ello hemos sido objetivo del ataque precisamente de quienes han actuado inmoralmente, apoyando el inicuo proyecto de ley abortista del PP. 

Estos que se arrogan el patrimonio de la defensa de la vida, los mismos que querían regular la despenalización de aborto, son los que han conseguido, con mayor eficacia, que se nos margine y se nos tache de ultras y radicales

Ahora todos sabrán por qué éramos y somos muy incómodos… Denunciábamos, con argumentos muy sólidos, que hoy han sido validados, que su actuación era inicua y conducía al escándalo y por ello su perversa estrategia consistía en apartarnos y ocultarnos a los ojos de la sociedad. Pero una vez que han visto frustradas sus expectativas, la siguiente deriva, para que se nos siga ignorando y marginando, es con la fuerza de los medios con los que cuentan, que es mucha, sacar adelante un partido político que, una vez más, bajo un banderín de enganche, aparentemente “ impecable” , vuelvan a confundir conciencias. Dios no lo quiera. Deseo de corazón estar equivocado.

Pero nosotros los hombres y mujeres de Alternativa Española aferrados al derecho natural, a la moral objetiva y a nuestro Credo, seguiremos a la intemperie, luchando por la vida, la familia, las raíces cristinas y la unidad de nuestra Patria

Sí, permaneceremos defendiendo todos estos principios a la intemperie, pero no sin cobijo porque siempre nos sentimos seguros, protegidos y alegres bajo el manto maternal de Santa María, que es Madre de Dios y Madre Nuestra.

Rafael López-Diéguez
Secretario General de Alternativa Española

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1. Sería interesante, si se dispone de tiempo, leer la carta de López Diéguez titulada AES y el fracaso

2. AES se presenta por Madrid para las elecciones municipales y autonómicas. López Diéguez se presenta a la Presidencia de la Comunidad de Madrid por AES [también lo hace Santiago Abascal por VOX; véase el mismo enlace anterior. Es una lástima, en mi opinión, que no se presenten en Coalición). Aquí se pueden leer sus 100 propuestas, o también aquí.

VOTO CATÓLICO (14): Un católico no puede votar a ningún partido parlamentario ... ni a las dos fuerzas emergentes, Podemos y Ciudadanos

Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquíPido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Copio a continuación el siguiente artículo de Eulogio López, director de Hispanidad, sobre el Voto Católico

Eulogio López, director de Hispanidad
Al mismo tiempo, ni los amnésicos pueden olvidar, a estas alturas, que el PP, donde supuestamente vegetan y militan los políticos católicos, es un partido que, no sólo no tiene nada de cristiano, sino que, además, se permite el lujo de burlarse de esos valores no negociables y presume de ello.

Aun así, persisten los pusilánimes que insisten en que los católicos deben votar al Partido Popular. La verdad es que evoca aquello de que la vida es ruin con los ruines y audaz con los audaces. Porque insisto, a estas alturas, empeñarse aún en votar al PP, como mal menor,  empieza a adquirir ribetes de tragicomedia.

Está claro que un católico no puede votar a ninguno de los partidos que hoy ostentan representación parlamentaria ni tampoco a las dos fuerzas emergentes: Podemos, por neocomunistasCiudadanos porque exhibe el mismo laicismo que en su día exhibía su gemeloUnión, Progreso y Democracia (UPyD). Los cristianos que votaron a Rosa Díez son hoy conscientes de su plancha como lo serán los que sean engañados por Albert Rivera. ¿O es que se están engañando a sí mismos?

Ahora bien, EL DRAMA CONTINÚA: si voto a partidos que respetan mis principios siempre perderé. Sea, pero si no votas a esos partidos NUNCA obtendrán representación parlamentaria. Y sí, existen esos partidos. Por ejemplo, el izquierdista SAIN; por ejemplo, el derechista AES; por ejemplo VOX, si dejan de mariposear con algunos conceptos clave (espero que lo hayan hecho tras su alianza con Familia y Vida)  aunque en este punto no estoy tan seguro: que me demuestren que VOX ha cambiado.

Y si no, siempre queda la posibilidad, o el deber, de votar en blanco, que es un voto asaz significativo. Lo que no vale es votar contra la propia conciencia. Pero existe otra cuestión más primaria… y  más primera.

¿Para qué votamos? ¿Para ganar o para cambiar la realidad conforme a nuestros principios? Porque si sólo votamos para ganar, entonces vote usted al PP, al PSOE, a Ciudadanos, o a cualquier caballo ganador. A fin de cuentas, al votar de ese modo se estará comportando con la misma tibieza y la misma incoherencia con la que trabaja Mariano Rajoy o cualquier otro político capaz de vender sus ideas al ritmo del pensamiento groucho-marxista: “estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”.


Eulogio López 

NOTA ADICIONAL: 

Sobre esta idea de que un católico no puede votar al PP se puede acceder desde está entrada a varios artículos. Seleccionamos dos: uno de Monseñor Reig Plá, y el otro del padre Santiago Martín. De este último hay un vídeo de unos 7 minutos, muy interesante.