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jueves, 13 de julio de 2017

Aclarando ideas (IX): La Eucaristía es menospreciada. Medidas de gobierno inmisericordes (Froilán Aulé)



La Eucaristía es menospreciada

A la par del magisterio ordinario expresado en documentos está el otro, hecho de imágenes que, como fue dicho, en una cultura icónica donde poco se lee o escasamente sólo titulares, ese otro cuenta mucho.

En ese orden de cosas se manifiesta el tratamiento a la Eucaristía, por ejemplo, nunca se ve al Papa Francisco arrodillarse durante la celebración. Se intenta explicar aduciendo que no se arrodilla debido a un problema en la columna. ¡Problema que parece no contar cuando en cambio aparece en las fotos arrodillado ante protestantes para que recen por él o cuando se inclina -doce veces! - en los lavatorios de pies de sus "reformados" Jueves Santos.



Además, en todos sus años como Pontífice nunca ha hecho la procesión del Corpus Domini.

(...) Ha reformado el Jueves Santo con un lavatorio de pies no a sacerdotes ni siquiera a católicos laicos sino a no creyentes, creyentes de otras religiones, mujeres y travestis. Y todo ello en deterioro de la memoria de la institución de la Eucaristía y del sacerdocio.

Otro hecho, ya no de menosprecio sino sacrílego, ha sido y es su decisión de admitir a la comunión a quienes viven en situación permanente de pecado mortal.

Quienes se oponen y defienden la doctrina de siempre en materia de uniones y Eucaristía son maltratados. A quienes defienden la doctrina y la moral católica, el Papa Francisco los descalifica tratándolos de fariseos, duros de corazón. Y lo hace repetidas veces en sus homilías de Santa Marta. (...)

Eso en cuanto al tratamiento verbal y luego en los hechos remueve a todo aquel que esté en contra de sus posturas modernistas.

Medidas de gobierno inmisericordes

Así se pueden calificar -inmisericordes- no sólo por el brusco modo en que fueron tomadas sino, además, por las consecuencias que han dejado. Lo significativo es que tales medidas estuvieron y están dirigidas en una misma dirección: contra todo lo que significa ortodoxia y -como en el caso de los conventos de clausura- un bien de y para la Iglesia.

Entre las primeras de tales medidas estuvo la inmediata defenestración del Cardenal Raymond L. Burke del Tribunal de la Signatura Apostólica, o sea como cabeza de la Iglesia de todos los tribunales eclesiásticos. Lo mismo hizo con otro Cardenal de sanísima ortodoxia, Mauro Piacenza, a quien, entre sus primerísimas medidas, quitó del cargo de Prefecto para el Clero.

La demolición de la comunidad modelo, llena de vocaciones de ambos sexos, Franciscanos de la Inmaculada. Para la medida blitz sirvió como excusa el hecho que un grupo dentro de la comunidad masculina se había quejado que la única Misa celebrada era la latina del rito antiguo [lo cual, además, era falso]. Eso bastó para establecer un comisariato, y en un evidente abuso de poder hacer lo mismo con la rama femenina, donde no había habido ninguna queja. A cargo del comisariato de la rama femenina se puso a una religiosa progresista. 

Remoción del Obispo de Ciudad del Este, Paraguay, Mons. Livieres, [un obispo del Opus Dei, en solitario] bajo la acusación de romper la unidad del episcopado. En Ciudad del Este había ocho capillas de adoración perpetua y un seminario modelo fundado por este obispo. La acusación era la de haber "roto" la unidad cuando, con pleno derecho como obispo, había fundado su propio seminario donde la enseñanza era de acuerdo a la sana ortodoxia de la fe y la moral católica. A partir de entonces dejaba de haber un único seminario en Paraguay y eso era intolerable. Un dolorido Livières, ante tal injusticia, le escribe al Papa Francisco diciéndole: "que Dios le perdone lo que ha hecho". Poco tiempo después Mons. Livières fallecía. 

Así como ocurrió con Mons. Livieres también pasó con Mons. Leonard, Arzobispo de Bruselas. El modernismo en Bélgica se había instalado en el post Concilio y los protagonistas fueron los Cardenales Suenens y su sucesor Daneels (sí, ¡el mismo del grupo San Galo!). Benedicto XVI trató de contener el proceso de devastación nombrando a Mons. Leonard como Arzobispo de Bruselas. Al llegar este último a los 75 años fue inmediatamente sustituido por el ex Obispo auxiliar de Daneels, de Kesel, y así se ha vuelto a lo de antes, es decir a traer el espíritu del mundo a la IglesiaPor eso, no debería causar sorpresa -sí tristeza e indignación- que, por ejemplo, la Iglesia belga no haya dicho ni una palabra de condena ante el primer caso de eutanasia infantil. Y también, como el caso paraguayo, que el único seminario con muchas vocaciones fundado por Mons. Leonard fuese obligado a cerrar con la excusa que hay demasiados seminaristas franceses (¡¡!!).

Mediante la Constitución Apostólica "Vultum Dei quaerere" - que deroga las disposiciones de otra Constitución anterior del Papa Pío XII- obliga a todas las comunidades femeninas de clausura a formar federaciones y a abrir la clausura para estudios fuera de ella. De ese modo, las abre al mundo -dejando de ser lo que por esencia son- y quitando toda autonomía a los monasterios. El estar federados hará que los buenos conventos impolutos, de estricta observancia, se vean ahora arrastrados por quienes dirijan las federaciones y terminen contaminados con el mundo. Los monasterios de clausura han sido el puntal que sostiene a la Iglesia, el pulmón con que respira. 

El prefecto de la Congregación para el Culto Divino y disciplina de los sacramentos, el Cardenal Robert Sarah, un hombre santo y sabio, de sólida doctrina, (...) que, además, fue muy probado en su país, Guinea, en época de la dictadura comunista) ... como su línea en liturgia es la del Papa Benedicto, su dicasterio es víctima -como escribe el vaticanista Marco Tosatti- de una purga sin precedentesDe la asamblea desaparecen los Cardenales George Pell, Malcom Ranjih, Raymond L. Burke, Angelo Scola, Angelo Bagnasco y Marc Ouellet, y en cambio aparecen como nuevos miembros los Cardenales Parolin (Secretario de Estado), Stella (Prefecto de la Congregación para el Clero, para muchos verdadera eminencia gris detrás del Pontífice) y Gianfranco Ravasi, quien participó de una ceremonia a la "Pacha Mama" en Argentina; Dew, Piero Marini, Domenico Sorrentino. 

El Cardenal Sarah, que como muchos Cardenales africanos había sido también muy crítico con la interpretación liberal de la Amoris Laetitia, sobre el tema de permitir la comunión a los divorciados vueltos a unir, con esta purga, queda en soledad en su propio dicasterio.

[Y podríamos seguir ...]