BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



lunes, 18 de octubre de 2021

«Clima» para imponer la agenda abortista



La conferencia anual de la ONU sobre los cambios climáticos, denominada Cop-26, se celebrará en Glasgow del 1 al 12 de noviembre. Una coalición de más de 60 organizaciones pro-aborto escribió una carta a Alok Sharma, presidente de la conferencia sobre el clima de Cop-26, en la que pide al Reino Unido que modifique los criterios de admisibilidad al financiamiento para el clima, que asciende a 11,6 millones de libras, de modo que incluya también proyectos que subvencionen la llamada salud reproductiva. En otras palabras, las organizaciones pro-choice solicitan que una parte del dinero destinado al clima terminen financiando el aborto, la anticoncepción y la esterilización.

Inmediatamente un portavoz del Foreign, Commonwealth and Development Office declaró: «El Reino Unido es un líder global tanto en la igualdad de género como en la lucha contra el cambio climático. Es evidente que respaldar a las mujeres, también a través de la planificación familiar y la educación de las niñas, ayuda a las comunidades a adaptarse y a ser más resistentes a los cambios climáticos. Por eso nos estamos asegurando de que nuestros financiamientos internacionales para el clima tengan en cuenta las cuestiones de género y que estamos utilizando nuestra presidencia de la Cop26 para invitar a los demás a que hagan lo mismo».

Bethan Cobley, directora de la organización abortista MSI Reproductive Choices, ex Marie Stopes International, quiso precisar «que lo que verdaderamente queremos» las comunidades más afectadas por la emergencia climática «es el acceso a los servicios de salud reproductiva, para que podamos elegir cuándo o si tener hijos». En la misma línea se sitúa la profesora Susannah Mayhew, de la London School of Hygiene & Tropical Medicine, quien afirma que existe una conexión entre el clima y el acceso a la anticoncepción y el aborto: «las personas que se han visto afectadas por los cambios climáticos y que tienen poco acceso a servicios sanitarios de calidad, comprenden esa conexión mucho más que nosotros». En resumen, parece que millones de mujeres africanas quieren abortar a causa del calentamiento global.

Pero después de dos occidentales, damos la palabra a un africano, a un trabajador: Obianuju Ekeocha, fundador y presidente de Culture of Life Africa. Frente a esas argumentaciones, Ekeocha así objetó: «Si hablamos del aborto, pues, no creo que ningún país occidental tenga derecho a pagar por los abortos en un país africano, sobretodo cuando la mayoría de la gente no quiere el aborto… En ese caso, entonces, se convertiría en una forma de colonización ideológica». Ekeocha recordó además que los programas de planificación familiar de las organizaciones internacionales envían a África unos 2.000 millones de preservativos al año, con un costo de 17 millones de dólares, que podrían ser destinados para proporcionar acceso, a precios accesibles, a fuentes de agua potable, a la asistencia sanitaria y a la educación.

Una opinión diferente es la del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) que utiliza como pretexto el tema del cambio climático para liberar el aborto en todo el mundo. El UNFPA ha publicado un documento titulado «Cinco modos en que el cambio climático perjudica a las mujeres y las niñas». El quinto modo, dice: «Como ha demostrado el COVID-19, las emergencias desvían los recursos sanitarios para contrarrestar la amenaza sanitaria más reciente y los distraen de los servicios que consideran menos esenciales. Las emergencias debidas a los cambios climáticos serán cada vez más frecuentes, lo que significa que los servicios de salud y derechos sexuales y reproductivos podrían estar entre los primeros en ser reducidos». Con escalofriante franqueza, el documento, al recordar la devastación del ciclón Idai que azotó a Malawi en el 2019, recoge el testimonio del doctor Treazer Masauli, que trabaja en el hospital del distrito de Mangochi: «Tuvimos que utilizar un helicóptero para llegar a zonas no accesibles por carretera para prestar servicios de salud sexual y reproductiva, como los preservativos, método de planificación familiar y para la prevención del VIH y las enfermedades sexualmente transmisibles.» El lector ha comprendido bien: los socorristas levantaron vuelo en helicópteros para distribuir preservativos a los residentes que estaban heridos, sedientos, hambrientos, congelados, que resbalaban en el agua, tenían sus casas destruidas y lloraban a sus seres queridos porque habían muerto. No llevaban agua, comida, artículos de primera necesidad y medicamentos, sino preservativos y píldoras abortivas.

El documento del UNFPA así continúa: «Las cosechas perdidas debido al cambio climático también pueden influenciar la salud sexual y reproductiva. Un estudio descubrió que, tras un choque como la inseguridad alimentaria, las mujeres tanzanas que trabajaban en la agricultura recurrían al sexo transaccional para sobrevivir, lo que ha contribuido a aumentar las tasas de infección por el VIH/SIDA». Traducido: las mujeres empobrecidas por las malas cosechas debidas al llamado cambio climático terminaron en el comercio internacional de la prostitución. De ahí los embarazos no deseados y las enfermedades venéreas. Conclusión: las mujeres, debido al cambio de clima, necesitan el aborto y la anticoncepción. Extraordinarias son las del UNFPA: en lugar de preocuparse por encontrar recursos para amortiguar los daños causados por las pérdidas de las cosechas, para incentivar a las mujeres a quedarse en la tierra natal y trabajar, y para desincentivar el tráfico de esclavas sexuales, se preocupan en proporcionales herramientas abortivos y de anticoncepción dado que se prostituyen, con lo que terminan incentivando la misma prostitución ya que así será más segura para las mujeres.

Conclusión: el clima no es sino un pretexto para difundir aún más las creencias abortistas en el mundo.