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miércoles, 9 de enero de 2019

Brandmüller: el vínculo entre homosexualidad y abusos clericales está “estadísticamente probado” (Carlos Esteban)



El cardenal alemán Walter Brandmüller, uno de los dos supervivientes de los cuatro que presentaron sus Dubia al Papa, vuelve a ser objeto de críticas por reiterar lo obvio: los números prueban que existe realmente una relación entre la homosexualización del clero y la crisis de los abusos que vive la Iglesia.

“En el 80% de los casos de abusos en el entorno clerical, la víctima era un adolescente varón, no un niño”, ha vuelto a insistir el cardenal alemán Walter Brandmüller, en declaraciones a la agencia alemana Deutsche Presse Agentur (DPA). Eso prueba “estadísticamente”, añade, que existe una vinculación entre abuso y homosexualidad. De las declaraciones de Brandmüller se han hecho inmediato eco los grandes medios alemanes, informa Maike Hickson en LifeSiteNews, como Der Spiegel, Die Bild, Der Stern, Die Welt e incluso la web informativa de la Conferencia Episcopal Alemana, Katholisch.de.

Brandmüller denuncia la “hipocresía” de la opinión pública secular al fingir escándalo ante los casos aparecidos en prensa sobre sacerdotes pederastas, ya que “lo que sucede con los abusos en la Iglesia Católica no es distinto a lo que sucede en la sociedad en general”, no es en absoluto un fenómeno típicamente católico. Lo verdaderamente escandaloso, añade, es que la Iglesia no sea en esto diferente al mundo.

“Nada más alejado de la realidad que olvidar o elidir el hecho de que el 80% de los casos de abusos en el entorno eclesial implicaba a varones adolescentes, no niños”. Esa es una de las razones por las que, en la firme opinión del cardenal, los homosexuales no deberían ordenarse sacerdotes

“No solo es difícil superar una inclinación homosexual, sino que los sacerdotes tienen que ser padres. Quien emocionalmente no tiene la capacidad de desarrollar un amor humano normal y de asumir la responsabilidad de una familia encontrará del mismo modo dificultades como sacerdote”.

“Qué modo tan penoso de relativizar la culpa y difamar a los homosexuales por parte de la Iglesia Católica”, tuiteó desde su cuenta el director de Die Welt, Ulf Poschardt. Dentro de la Iglesia, el inefable ‘apostol de los LGTBI’, el mediático jesuita James Martin, no podía tampoco dejar pasar la ocasión de comentar: “Una vez más, falso. Ni la homosexualidad (ni el celibato) causan abuso. La mayor parte de los casos de abusos sexuales se producen en las familias, y nadie dice que la heterosexualidad (o el matrimonio) causen abusos. Estas declaraciones no llevan a soluciones, sino solo a más homofobia”.

¡Y pensar que hubo un tiempo en que los jesuitas eran famosos por su brillante argumentación! Martin tergiversa de un modo bastante inhabil. La homosexualidad, naturalmente, no causa por sí sola el abuso, y tampoco es eso lo que ha dicho Brandmüller, sino un conveniente ‘hombre de paja’: el cardenal ha hablado de que existe una relación, y esto parece innegable, dados los números. Si la homosexualidad en la población general se mueve, según todos los estudios recientes, por debajo del 5% y los casos de abusos homosexuales entre los conocidos entre el clero representan el 80% del total, una de dos: o la proporción de homosexuales en el sacerdocio es demencialmente más elevada que en la población general, hasta el punto de poder hablarse de ‘infiltración’, o debe de haber algún factor en la homosexualidad que predispone de forma más acentuada al abuso.

Eso, naturalmente, está lejos de significar que todos, o siquiera una mayoría de sacerdotes homosexuales abusen sexualmente de nadie. De igual modo, comparar a la población homosexual con la heterosexual en cuanto mayor o menor incidencia de abusos sexuales es tener una nula comprensión de las magnitudes relativas o, más probablemente, manipular de forma deliberada.

Carlos Esteban