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martes, 31 de diciembre de 2013

Se puede disentir del Papa...y ser un buen católico (3 de 3) [José Martí]



Dicho lo cual, pasemos ya a responder a la pregunta que es objeto de este artículo: ¿Se puede, entonces, disentir del Papa y llamarse y ser un buen católico?  Depende. Esto sería posible tan solo si se hiciese con relación a "algunas" expresiones del Santo Padre, aquellas que no estuviesen en conformidad con el sentir de la Iglesia de veinte siglos. Pues nadie, y el Papa menos que nadie, puede anunciar un mensaje distinto del que nos legó Jesucristo, mensaje recogido en la Sagrada Escritura y en la Tradición de veinte siglos de Historia de la Iglesia y refrendado por los veinte Concilios anteriores al Concilio Vaticano II. Aun siendo una potestad suprema, el Papa no puede variar la Constitución que para la Iglesia ha querido Cristo. Un Papa que cayera en herejía pertinaz sería privado de su oficio de Papa (el tema de la posibilidad de un Papa hereje será tratado, tal vez, en un artículo posterior). 

Un ejemplo lo tenemos en el Papa Juan XXII, el más importante de los Papas de Aviñón. Este Papa canonizó a Sto Tomás de Aquino, en 1323,  y para ello leyó y anotó personalmente la Summa. Pero enseñó, a título privado, que las almas de los justos no ven a Dios hasta el día del Juicio final, ni los condenados van al infierno hasta el fin del mundo... Sin embargo, sometió su opinión al juicio de la Iglesia y se retractó la víspera de su muerte, ocurrida el 4 de diciembre de 1334 (GER). 


Los Dogmas pasan a formar parte de la Tradición de la Iglesia (del Depósito). Un papa no puede contradecir lo que ha dicho otro Papa en materias de fe y de costumbres. Un Concilio no puede rebatir lo dicho por otro Concilio anterior. Al menos nunca se había dado este caso, a excepción de algunas cosas del Vaticano II (que por otra parte se auto-definió como Concilio Pastoral que no pretendía revisar lo dicho anteriormente por la Iglesia, según las propias palabras de Juan XXIII en la sesión de apertura). También de este asunto me gustaría hablar en otro post.



Debemos, pues, fidelidad al Papado, pero no a todo lo que diga un Papa, y menos aún si lo que dice es de modo improvisado o en entrevistas. El Papa no es Jesucristo y puede equivocarse. Nadie puede juzgarlo, pues él es la autoridad suprema en la Iglesia; pero puede errar cuando no habla "ex cathedra". Y nuestro mejor modo de honrarlo puede ser, a veces, "desobedecerlo", si somos buenos hijos de la Iglesia y amamos la verdad por encima de todo.


Es sólo el amor a la verdad el que nos debe llevar a los católicos a disentir de "aquellas expresiones" del Papa que sean "de este mundo" y que no se correspondan con el Espíritu del Evangelio y con lo que ha sido enseñado por la Iglesia de siempre. En la oración sacerdotal, Jesús rogaba a su Padre por sus discípulos: "Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los aborreció porque no eran del mundo, como Yo no soy del mundo. No te pido que los saques del mundo sino que los guardes del Maligno" (Jn 17, 14-15). En sentido bíblico cuando se habla del mundo se refiere a todo aquello que se opone a Dios. Por eso Dios y el mundo, así entendido, son incompatibles. 

Las palabras que dijo Jesús: "¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!" (Lc 6,26) son preocupantes, así como aquellas otras: "Ellos son del mundo: por eso hablan cosas mundanas, y el mundo los escucha. Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios nos escucha; quien no es de Dios no nos escucha. En esto conocemos el Espíritu de la verdad y el espíritu del error" (1 Jn 4,5-6). 


Por eso cuando leo noticias como ésta:


(23 diciembre, 2013). La revista LGBT The Advocate ha elegido como “Persona del Año” al Papa Francisco, con una portada tan llamativa como la que viene arriba. En su mejilla lleva escrito “NO H8″, una referencia a la proposición legislativa popular en el estado de California para definir el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer. Esto será obra del photoshop, pero lo que es real es la frase entrecomillada: “si alguien es gay y busca al Señor con buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarle?” En su página web, The Advocate explica el porqué ha elegido a Francisco como Persona del Año. Reconocen que el Papa “aún no es pro-gay“, pero señalan que se distingue de la “línea dura” de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Recuerdan que cuando era cardenal de Buenos Aires, se manifestó a favor de las uniones civiles entre personas del mismo sexo. Pero lo que más les entusiasma es la actitud nueva frente a los homosexuales de Francisco. Citan sus entrevistas recientes, en las que habla de la “acogida” que la Iglesia debe dar a los homosexuales. Dicen que los homosexuales que quedan en la Iglesia pueden tener mucha esperanza de que con este Papa las cosas cambien. Terminan diciendo que los católicos que aún “desprecian a los gays” [traducción: los que aún se atreven a predicar la Palabra de Dios respecto a las aberraciones que éstos practican], “ya no pueden alegar que sus afirmaciones representan la opinión del Papa.”


O esta otra:



WASHINGTON, 24 de diciembre (UPI) - Según una encuesta de la CNN / ORC publicada el martes pasado, alrededor del 88% de los norteamericanos consideran que Papa Francisco está desempeñando bien su función.
El director de encuestas de CNN, Keating Holland, añadió que casi las tres cuartas partes de los católicos estadounidenses ven al pontífice favorablemente, lo que hace de él la figura religiosa mejor considerada por el público de los EE.UU. en la actualidad.
...Y muchísimas de este tipo..., pienso que es como para estar preocupado, cuando menos: si tu enemigo habla bien de tí, lo sensato y lo prudente es pensar que algo se está haciendo mal. Porque, además, aquí se trata de hechos, independientemente de la mayor o menor objetividad de los comentarios que hagan los medios

Por supuesto (¡faltaría más!) que el Papa dice cosas muy buenas y en conformidad con la doctrina de la Iglesia, como no podría ser de otra manera, "pero" hay otras que, en el mejor de los casos, están produciendo hoy mucha confusión entre los fieles católicos, sobre todo en aquellos que se toman en serio su relación con Dios, conforme al sentir de la Iglesia de veinte siglos. Y eso no tendría por qué ocurrir. Algo está fallando. Algo muy grave está sucediendo.


En fin, no quiero hacerme más cansado porque, si Dios quiere, van a ser bastantes los artículos que, de un modo u otro, tratarán acerca de ciertos gestos o expresiones que el Papa Francisco realiza, dice o escribe. Sea como fuere, debe quedar muy claro que si un cristiano (sea quien fuese, aun cuando se tratase del mismísimo Papa) actúa "como el mundo" deja de ser de Cristo: "Quien no está conmigo, está contra Mí; y quien no recoge conmigo, desparrama" (Jn 14,23). Por lo tanto, y sólo si tal cosa ocurriera en el caso del Papa, y sólo entonces, la cuestión ya no sería si se puede disentir de lo que el Papa dice ... y continuar siendo un buen católico sino que (en mi opinión) tendría, incluso, la obligación de hacerlo, por el bien de la Iglesia y, en última instancia, por el bien del propio Papa.