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viernes, 3 de julio de 2020

Comisarían a los consagrados de Comunión y Liberación (C.Esteban)




¿Otra institución al borde de ser ‘misericordiada’? El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida ha nombrado comisario para los consagrados de Comunión y Liberación, los Memoris Domini, el jesuita Gianfranco Ghirlanda, informa Aciprensa.

El dicasterio en cuestión está a cargo del cardenal Kevin Farrell, ‘pupilo’ del defenestrado pedófilo Theodore McCarrick, con quien vivió varios años en Washington. Y ha sido Farrell quien ha impuesto, con la aprobación del Papa, a los consagrados de Comunión y Liberación (CyL) el mando de un jesuita “para que la guíe [a la asociación] en el proceso de revisión del directorio y del estatuto y contextualmente en el saneamiento de algunos problemas asociativos ya señalados al dicasterio”.

El 29 de mayo de 2018, Farrell se reunió con los responsables, incluida su presidente, Antonella Frongillo, y les transmitió un mensaje que, para un oído atento y con alguna experiencia en las formas de la actual Curia, presagiaba lo que ha acabado llegando: “El dicasterio los ha convocado hoy porque, en el ejercicio de la propia competencia al servicio de la asociación de fieles, ha solicitado reiteradamente a la presidenta, desde el 29 de mayo de 2018, proceder a la modificación de algunas normas contenidas en el directorio y a una reforma del estatuto”.

El vaticanista Aldo Maria Valli daba la primicia en su blog Duc in Altum, quien asegura que Ghirlanda se enfrenta a una espinosa misión. En el núcleo de todo está la figura del padre Julián Carrón, presidente de Comunión y Liberación desde 2005, luego de la muerte del fundador, Luiggi Giussani, al mismo tiempo que consejero eclesiástico de los Memores Domini, lo que suscita problemas de democracia interna y libertad para los miembros de la asociación”.

Valli añade “el asunto de la crisis de identidad que está marcando a Comunión y Liberación, con la consecuente ruptura interna y el sufrimiento de cuantos, en la línea de Carrón, ya no reconocen en CYL el movimiento tal como lo quiso y lo fundó don Giussani”.

El decreto del 26 de junio pide explícitamente a Ghirlanda, que ya se ha ocupado de ‘asesorar’ en anteriores ocasiones al Regnum Christi de los Legionarios de Cristo y al Sodalicio de Vida Cristiana en sus procesos de revisión de estatutos, que vele para que en los Memores Domini “haya una clara separación entre el ámbito de gobierno de la asociación y el ámbito de la conciencia de sus miembros” y exista “una real representatividad de los órganos de gobierno de la asociación”.

En el proceso de revisión, que se hará con una comisión presidida por el delegado pontificio, se deberá seguir una “consulta en todas las casas, acogiendo las contribuciones de todos los miembros”. Los miembros y las funciones de la comisión serán decididos por el delegado y el dicasterio, que recibirán las sugerencias sobre su composición de parte del consejo directivo de los Memores Domini.

Carlos Esteban