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viernes, 27 de julio de 2018

¿A quién iremos, Señor? Sólo tú tienes palabras de vida eterna (José Martí) [1 de 4]


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Sobre el tema del mal llamado fundamentalismo cristiano le hemos dedicado, en este blog, bastantes entradas. Aun así, es un tema recurrente, al que Francisco alude en infinidad de ocasiones. Por eso, comenzaré diciendo algo más sobre el tan manido "fundamentalismo" (que no es tal, como digo). Algunos párrafos los he tomado directamente de lo que ya escribí al respecto, con algunos retoques. 

Coloco, a continuación, dos cortos vídeos, que tratan sobre este asunto. El primero es de una entrevista que concedió el papa Francisco al periodista Henrique Cymerman el 13 de Junio de 2014:

Duración 1:22 minutos

El segundo es del 26 de agosto del 2016:

Duración: 1 minuto

Cuando el papa Francisco dijo: "Los cristianos tenemos grupos fundamentalistas también"yo voy a interpretarlo -aunque no fue esa la intención del Papa al usar esa palabra- como si hubiese dicho grupos fundamentistasSoy consciente de que esta palabra no existe (me la acabo de inventar) pero expresaría mejor aquello que son, en realidad, estos grupos cristianos ... ¿Por qué? Pues porque estamos hablando de cristianos que se han tomado en serio al Señor, y creen con toda su alma y con todo su corazón, que "en cuanto al fundamento nadie puede poner otro distinto del que está puesto, que es Jesucristo" (1 Cor 3, 11).

Ojalá que hubiera muchos cristianos de este "grupo". Son los mismos que están convencidos de las palabras que el apóstol Pablo dijo a los cristianos de Éfeso: "Ya no sois extraños ni advenedizos sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Diosedificados sobre el cimiento de los apóstoles y los profetassiendo piedra angular el mismo Cristo Jesús, sobre quien toda la edificación [es decir, la Iglesia] se alza bien compacta para ser templo santo en el Señor, en quien también vosotros entráis a formar parte del edificio para ser morada de Dios por el Espíritu" (Ef 2, 19-22).

Y es muy tajante en sus palabras: "Te ordenoen presencia de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús (...) que conserves el mandamiento sin tacha ni reproche [es decir, que conserves íntegramente la doctrina que has recibido, sin añadir ni quitar nada],  hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo" (1 Tim 6, 13-14). "Me sorprende -dice en otro lugar- que abandonéis tan deprisa a quien os llamó por la gracia de Cristo para ir a otro evangelio; no que haya otro, sino que hay quienes os perturban y quieren trastocar el Evangelio de Cristo(Gal 6, 6-7).

Teniendo en cuenta todos estos versículos de las Sagradas Escrituras, voy a colocar también un tercer vídeo, muy corto, de Gloria TV, del 21 de agosto de 2016, en el que se explica lo que piensa Antonio Socci acerca del "fundamentalismo" cristiano:


Duración: 42 segundos 

En realidad, de verdad, a fuer de ser rigurosos, y usando el lenguaje del papa Francisco, el primer fundamentalista fue Jesucristo, sin lugar a dudas, mucho antes que san Francisco de Asís, pero en fin ... 

Nadie -absolutamente nadie- y, al decir nadie, quiero decir nadie, puede cambiar ni una tilde de lo que viene en las Sagradas Escrituras: se trata de un pecado gravísimo. No se puede añadir nada ni sustraer ninguna palabra de lo contenido en el Evangelio. Si alguien hiciese tal cosa "Dios enviará sobre él las plagas descritas en este libro" [el Apocalipsis] (Ap 22, 18) "y le quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa" (Ap 22, 19). 

Así ha sido durante casi veinte siglos. Se podrá tener fe o no tenerla, pero lo que no se puede hacer [y, sin embargo, se está haciendo ya, desde hace más de cincuenta años, usando todos los medios, habidos y por haber y -lo que es peor- en el seno de la misma Jerarquía eclesiástica, por parte de algunos Jerarcas, sin ser, por ello, ni siquiera reprendos] es cambiar el mensaje de Jesucristo por otro mensaje diferente y, además, presentarlo como si fuera el verdadero mensaje de Jesús.


De ese modo el pueblo cristiano [no todos los cristianos, gracias a Dios, pero cada vez hay más, por desgracia] está siendo engañado por muchos que se supone que son sus pastores y, sin embargo, "anuncian" otro Evangelio distinto al de Jesucristo. 


Hay muchos cristianos que piensan que, si viven conforme a esos nuevos enfoques del Evangelio, están siendo buenos cristianos y buenos católicos. ¡Nada más lejos de la realidad!. ¿Por qué?, podría preguntarse alguno. La respuesta es muy sencilla ... y es que, aunque se diga otra cosa, en estos nuevos enfoques "pastorales" "modernos" no se produce, como suele aducirse, una adaptación del Evangelio a los nuevos tiempos, para hacerlo más comprensible y más cercano a la gente y al mundo ... ¡No hay tal: Eso es una gran mentira! ¡Ojalá que así fuera! 

En lo que sí se está luchando, sin embargo (aunque son muchos los que no lo ven) es en TRANSFORMAR LA DOCTRINA CATÓLICA de siempre EN OTRA, que no se le parece en nada a la original ... ¿Habría que llamarle también "doctrina"? 

En definitiva, y para no hacerme cansado, lo que se pretende -y en lo que, por cierto, se está teniendo bastante "éxito"- es la demolición de la Iglesia Católica, tal y como siempre se ha conocido, y su cambio por otra "nueva iglesia"  ideada por unos cuantos "filósofos" (Maritain, entre ellos, con su obra "El humanismo integral") y "teólogos" (entre los que cabría citar, aunque no son los únicos, a Karl Rahner, Henri de Lubac y Hans Kung).

La influencia protestante fue enorme en las decisiones del Concilio Vaticano II. Y en la actualidad, estamos viendo los "frutos" de esa Nouvelle Theologie . Por lo visto, el mismo Jesucristo (fundador de la Iglesia), sus apóstoles, los santos Padres, los Doctores de la Iglesia y toda la Iglesia en su conjunto se han estado equivocando durante casi dos mil años ... ¡hasta que llegó el Concilio Vaticano II (1962-1965) ... que puso las cosas en su sitio, enmendando al propio Fundador! ¡Ahora sí que se iba a producir una primavera eclesial y un nuevo Pentecostés! 

[Ironía sobre lo que estamos viendo y viviendo en la realidad actual, en donde se ha llegado a una situación de relativismo y de apostasía generalizada en casi toda la Iglesia: éstos son los frutos del Concilio Vaticano II, un Concilio al que se quiere canonizar, canonizando a todos los papas, desde Juan XXIII que fue quien dio comienzo a esta "revolución" eclesial que hoy día padecemos]. 

Y es que, en el fondo de todo subyace una concepción de la realidad basada en las "filosofías" idealistas, sobre todo desde Kant hasta Hegel, que son las que han dado lugar a los estados totalitarios: el caso más claro y evidente es el del comunismo

La frase, que se atribuye a Lenin, "si los hechos contradicen mis teorías ... peor para los hechos", está siendo aplicada hoy, como una consigna fundamental que hay que cumplir, sí o sí. 

No hay más que ver lo que está ocurriendo en España con la estúpida Ley de Memoria Histórica, según la cual lo que ocurrió no ocurrió, o con la Ideología de género, según la cual no hay sexo en las personas, sino género; y el ser hombre o mujer es una opción personal, fundamentada en el sentimiento y no en la ciencia y en la realidad biológica. 

Lo que está sucediendo hoy, no sólo en España, sino a nivel planetario, es una lucha a muerte contra la Ley natural y contra el sentido común, contra la filosofía realista del gran santo y sabio Tomás de Aquino, la cual, por cierto, no se imparte en la mayoría de los seminarios y ha sido cambiada por otras "filosofías" de tipo idealista. 

Por desgracia, esta mentalidad mundana y apóstata, se ha introducido también en la Iglesia y amenaza con destruirla. Sabemos que no lo conseguirán, pues están ahí las palabras de Jesucristo de que "las puertas del Infierno no prevalecerán contra la Iglesia que Él fundó"; pero, sin embargo, el número de los elegidos quedará reducido a su mínima expresión. La Iglesia se convertirá en una Iglesia catacumbal, como en los inicios del cristianismo. De hecho, ya está ocurriendo. Pero, de nuevo, volvemos a las palabras de Jesús, que nos animan y nos fortalecen: "No temáis, mi pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros el Reino" (Lc 12, 32) ... y "el que persevere hasta el fin, ése se salvará" (Mt 24, 12)

José Martí (continuará)