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jueves, 2 de agosto de 2018

Papa contra Papas. Mortalium animus vs Unitatis Redintegratio



Me hace gracia como muchos intentan buscar una explicación a la crisis de la Iglesia y se quedan en el papa Francisco. Ven el lenguaje confuso, ambiguo, claramente carente de esa fuerza que tiene el auténtico lenguaje católico en el capítulo VIII de AL y sin embargo no son capaces de ver el juego de palabras, los giros y ambigüedades de gran cantidad de documentos postconciliares, sobre todo aquellos más problemáticos que han dado pie a la ruptura con muchas de las doctrinas que la iglesia ha defendido durante 2000 años. Una de estas doctrinas ha sido la unión de los cristianos. Dios juzgará a todos aquellos que han sido cómplices de estas ambigüedades . Ambigüedades que ningún papa postconciliar fue capaz de corregir , ni de aclarar. Es más todos y cada uno fueron dando un pasito hacia adelante hasta llegar a Francisco para quien el mayor enemigo del ecumenismo es el “proselitimo”.  
                                       MORTALIUM ANIMUS
  1. Otro error – La unión de todos los cristianos. – Argumentos falaces
    Pero donde con falaz apariencia de bien se engañan más fácilmente algunos, es cuando se trata de fomentar la unión de todos los cristianos. ¿Acaso no es justo -suele repetirse- y no es hasta conforme con el deber, que cuantos invocan el nombre de Cristo se abstengan de mutuas recriminaciones y se unan por fin un día con vínculos de mutua caridad? ¿Y quién se atreverá a decir que ama a Jesucristo, sino procura con todas sus fuerzas realizar los deseos que El manifestó al rogar a su Padre que sus discípulos fuesen una sola cosa?(1). y el mismo Jesucristo ¿por ventura no quiso que sus discípulos se distinguiesen y diferenciasen de los demás por este rasgo y señal de amor mutuo: En esto conocerán todos que sois mis discípulos, en que os améis unos a otros?(2). ¡Ojalá -añaden- fuesen una sola cosa todos los cristianos! Mucho más podrían hacer para rechazar la peste de la impiedad, que, deslizándose y extendiéndose cada más, amenaza debilitar el Evangelio.
    5. Debajo de esos argumentos se oculta un error gravísimo 
    Estos y otros argumentos parecidos divulgan y difunden los llamados “pancristianos”; los cuales, lejos de ser pocos en número, han llegado a formar legiones y a agruparse en asociaciones ampliamente extendidas, bajo la dirección, las más de ellas, de hombres católicos, aunque discordes entre sí en materia de fe.
UNITATIS REDINTEGRATIO
Es más: de entre el conjunto de elementos o bienes con que la Iglesia se edifica y vive, algunos, o mejor, muchísimos y muy importantes pueden encontrarse fuera del recinto visible de la Iglesia católica: la Palabra de Dios escrita, la vida de la gracia, la fe, la esperanza y la caridad, y algunos dones interiores del Espíritu Santo y elementos visibles; todo esto, que proviene de Cristo y a El conduce, pertenece por derecho a la única Iglesia de Cristo.
Los hermanos separados practican no pocos actos de culto de la religión cristiana, los cuales, de varias formas, según la diversa condición de cada Iglesia o comunidad, pueden, sin duda alguna, producir la vida de la gracia, y hay que confesar que son aptos para dejar abierto el acceso a la comunión de la salvación.
Por consiguiente, aunque creamos que las Iglesias y comunidades separadas tienen sus defectos, no están desprovistas de sentido y de valor en el misterio de la salvación, porque el Espíritu de Cristo no ha rehusado servirse de ellas como medios de salvación, cuya virtud deriva de la misma plenitud de la gracia y de la verdad que se confió a la Iglesia.
Nota 1: La aplicación de este ecumenismo lleva a la caída de las conversiones. Si con la conversión al catolicismo nada varía sustancialmente y como dice este ambiguo documento “Cristo no ha rehusado servirse de estas iglesias como medios de salvación”, el mensaje que manda es que da lo mismo estar en una iglesia que en otra. En los EEUU, antes del Concilio se contaban anualmente cerca de ciento setenta mil conversiones: después del concilio cae dramáticamente la cifra a pocos centenares (1). El paralelismo entre este lenguaje y el utilizado por Francisco es indiscutible. Francisco es hijo del concilio y de sus concesiones y caprichos. Quejarse ahora de que el hijo les ha salido respondón creo que es totalmente incoherente teniendo en cuenta su contribución a la causa.
Nota 2: Hay que decir que es totalmente deshonesto enseñar en una universidad católica el documento Unitatis redintegratio sin explicar Mortalium animus. Yo he oído a profesores de religión de colegios católicos decir que la salvación está en otras iglesias también y que tampoco hay que ponerse dramáticos con lo de la Iglesia católica. Estos profesores han estudiado teología en universidades católicas.
Nota 3: La hermenéutica de la continuidad se cae a pedazos, el papa Benedicto XVI quiso arreglar un juguete roto. Si en el documento postconciliar pone A, no entiendo porque tenemos que leer B. Como siempre todos aquellos que tienen en su mano solucionar el problema y retractarse prefieren que la nieve vaya cubriendo el paisaje y las almas se vayan enfriando.
Nota 4: La crisis de fe y doctrina que ya existía y que el CVII en lugar de corregirla la agravó hasta extremos insospechados, oculta una crisis moral, la de los abusos a menores y la de la homosexualidad. El silencio cómplice de tantos obispos, cardenales y los mismos papas refleja que no les importa que los inocentes sean abusados, ni que las almas sean llevadas al desfiladero, no les importa que a los jóvenes se les arranque la inocencia y tampoco que las almas sean privadas de la salvación.
Todos y cada uno responderán ante Dios.
Nota 5: Una de las causas de estos silencios es síntoma de una grave enfermedad, el clericalismo.
(1) Iota Unum. Romano Amerio