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viernes, 18 de mayo de 2018

Una parroquia de Madrid organiza una vigilia “homoherética” a propuesta de Josito Segovia (Carlos Esteban)



Si ayer hablábamos de tres obispos italianos que habían bajado la cerviz para hacerle el juego al lobby LGTBI, hoy nos encontramos con un caso que nos toca más de cerca: concretamente en Madrid, en la Parroquia de la Madona (Nuestra Señora de Madrid), en pleno Paseo de la Castellana.

Allí, la Comunidad de Crismhom -una asociación de gays católicos- invitaba a participar en una Vigilia de Oración con motivo del Día Internacional contra la Homofobia el pasado jueves a las 9 de la noche. Se trata, pues, de rezar por la superación de la ‘homobiintertransfobia’ (sic) en el interior de una iglesia cuyo altar aparece presidido por un curioso icono, supuestamente una representación de “San Sergio y San Baco, patronos de las relaciones entre personas del mismo sexo”.

En la realidad -o, al menos, en la tradición piadosa de la Iglesia-, San Sergio y San Baco fueron dos militares romanos del siglo IV martirizados por el emperador Maximiano por su condición de cristianos. Al haber sido compañeros de armas y de fe, sufriendo juntos el martirio, es costumbre representarlos siempre uno junto al otro, y esa es todo lo que necesitan los revisionistas del ‘lobby’ para declararlos homosexuales, ya es de sobra sabido que la amistad entre dos varones es imposible sin una atracción sexual mutua.


Este icono en concreto que se expone sobre el altar, leemos en la página de la asociación, ha sido pintado por un miembro de Crismhom que en estos momentos se encuentra de misionero en Mozambique. Representa a los santos mirándose tiernamente a los ojos, a pecho descubierto, y entre ambos, inscrito en un círculo con los colores del arcoiris, un Cristo que los bendice o enciende sendas llamas en sus corazones, no sabría decir.

¿Otra parroquia rebelde, una más que se enfrenta a su obispo para hacer de su capa un sayo y presentar un catolicismo ‘a medida’ de la modernidad y en contradicción con dos mil años de doctrina moral?

Nada más lejos. La parroquia y el propio acto, así como el ‘acercamiento pastoral’ al colectivo LGTBI, cuenta con las bendiciones de la diócesis presidida por don Carlos Osoro, que incluso ha encargado a la misma ocuparse de esta labor. 

Según ha podido contrastar InfoVaticana, la iniciativa de este acto no ha sido del párroco, sino del controvertido vicario de Pastoral Social e Innovación de la diócesis de Madrid, José Luis Segovia, quien buscaba un templo para un acto de estas características. El propio ‘Josito’ impartió una conferencia el pasado mes de enero en la sede de Crismhom, en el madrileño barrio de Chueca.

De hecho, los miembros de la asociación han colaborado, según cuentan ellos mismos en su página online, con el órgano oficial de la Diócesis de Madrid, Alfa & Omega. “En los últimos meses y desde medios de comunicación de la Iglesia Católica (Vida Nueva, Alfa y Omega) se ha solicitado la colaboración de CRISMHOM para realizar entrevistas a personas LGTBI católicas y pedir su opinión sobre su pertenencia a la Iglesia y las dificultades que experimentan”, escriben. “En ambos casos, nuestra Comunidad ha estado dispuesta a participar, y fruto de ello ha sido la aparición de los testimonios de alguno de sus socios y simpatizantes en el número 3.061 de diciembre-17 de Vida Nueva y el 1.060 de Alfa y Omega de 15 de febrero”.

Una ‘Vela de Oración contra la Homofobia’ no es un acercamiento pastoral, es una rendición al lobby que solo puede sembrar la confusión. Es permitir que la Iglesia colabore en un proyecto ideológico, como ideológico es el concepto mismo de ‘homofobia’, con esa terminación que indica un tipo de desequilibrio psíquico.

En el mejor de los casos, sería como organizar una vigilia de oración contra la esquizofrenia; en el peor -y más probable-, señala un intento de revisionismo de la concepción cristiana de la moral sexual y, en concreto, de las relaciones homosexuales.

El ex prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe, Cardenal Gerhard Müller, ha calificado a los obispos italianos que han accedido a estas ‘vigilias’ en Italia, en entrevista concedida a la periodista italiana Costanza Miriano, como “obispos sin valentía”.

“Algunos obispos hoy carecen de valor para decir la verdad y se dejan intimidar, no entienden que la homofobia es un engaño que sirve para amenazar a la gente”, sostiene Müller. “Pero los cristianos no debemos tener miedo a las amenazas”.

El que tenga oídos para oír, que oiga.
Carlos Esteban