BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



lunes, 5 de marzo de 2018

Conversando con Jesús: Un cisma inevitable ... tal vez necesario [5 de 22] (José Martí)




Es verdad que tal corrección formal -teniendo en cuenta el modo de pensar de Francisco- daría lugar, con toda probabilidad, a un cisma en la Iglesia, un cisma en toda regla ... porque ... el cisma ya existe, de hecho ...  [sobre todo en Alemania (cardenal Marx y otros afines), pero no se habla de cisma, aunque lo haya] ... y son muchos los cristianos que andan confundidos

No entiendo por qué se tiene tanto miedo a que se produzca un cisma formal en la Iglesia ... cuando tal cisma ya existe, en realidad. Nadie que tenga un mínimo conocimiento de lo que está ocurriendo en la Iglesia, puede negarlo. Sólo falta que  los cardenales, arzobispos y obispos que siguen siendo fieles a la Iglesia se pronuncien ya y realicen una corrección formal, sin más demora.

Tal vez esto que escribo pudiera parecer a alguien como que va en contra de la unidad de la Iglesia, pero es todo lo contrario:
Sí es cierto, sin embargo, que de producirse tal evento de una manera formal, se produciría una auténtica criba (necesaria, por otra parte) y quedarían al descubierto los pensamientos y las intenciones de muchos (cfr Lc 2, 35). Los católicos tendrían que decantarse necesariamente en un sentido o en otroen el de una "nueva Iglesia" (inventada por los hombres hace cincuenta años, a raíz del Concilio Vaticano II) o en el de "la Iglesia de siempre" (de dos mil años de dos mil años de antigüedad, la única verdadera Iglesia, fundada por Jesucristo).
¡Esto es muy importante, Señor! Por más que cerremos los ojos para no ver, lo cierto y verdad es que el cisma es ya una realidad en la Iglesia actualse reconozca o no. Son numerosas las declaraciones de Jerarcas, representantes tuyos, que no cuadran con el sentir de la la Iglesia que Tú fundaste.  La apostasía está llegando a niveles alarmantes, incluso en lo meramente natural, como es la razón  (ver también  aquí y aquí). Por supuesto que la solución es rezar y seguir siendo fieles a Tus enseñanzas, que no han cambiado. Pero si no hay un Pastor, al final las ovejas se dispersan y mueren

Aunque esté en un error, que no lo sé (y esto es una opinión muy personal y por eso te la confío a Tí) pienso que lo idóneo, ahora mismo, e incluso lo deseable, sería que se produjese un cisma formal y real en el seno de la Iglesia. Y que se eligiese a un nuevo Papa para la Iglesia de siempre ... aunque ésta quedase reducida al mínimo y fuese perseguida por TODOS, especialmente por la mayoría de los que se encuentran ahora en la Jerarquía ... y por todos aquellos que los siguen y que dicen ser católicos cuando, en realidad, no lo son. 


Se estaría cumpliendo entonces aquello que Tú dijiste a tus discípulos y que nos dices también ahora a nosotros: "Se acerca la hora en la que quien os dé muerte piense que así sirve a Dios" (Jn 16, 2). Y más adelante, para que no nos escandalicemos, añades: "Os digo esto para que cuando llegue la hora os acordéis de ello, de que ya os lo anuncié" (Jn 16, 4)


Y ésta, Señor, sería  la verdadera Iglesia, la Iglesia que siempre ha existido desde que Tú la fundaste, la única Iglesia, fuera de la cual no hay salvación posible. El Papa que eligiesen los cardenales fieles a Tí, es decir, el verdadero Papa, pondría todo en orden. Posiblemente convocaría un nuevo Concilio el cual, entre otras cosas, eliminaría todo lo que se había introducido, como cizaña, en algunos de los documentos del Concilio Vaticano II, debido a la influencia de las corrientes de pensamiento modernista que tanto daño han hecho y siguen haciendo a la Iglesia ... y que fueron condenadas a principios del siglo XX por el papa San Pío X, en su encíclica Pascendi, como la suma de todas las herejías ... ¡pero no se le hizo caso!


De dicho Concilio se mantendría todo aquello que estuviese en continuidad con la TradiciónY se volvería, de nuevo, a la misa de siempre, a la misa tradicional, en latín, la que desapareció prácticamente a raíz de dicho Concilio, siendo Pablo VI (futuro "santo" en octubre de este año de 2018) el principal artífice de este cambio [aunque según posteriores declaraciones del cardenal Ratzinger, sólo por él conocidas, dicha misa nunca había sido abolida]. 


Habría, de nuevo, un lenguaje común para toda la Iglesia (el latín), un mayor respeto a la Liturgia y, como consecuencia, todo se centraría en Tí, produciéndose así una auténtica y verdadera renovación de la Iglesia, la cual recuperaría su identidad, prácticamente perdida debido a la traición de la "nueva Iglesia modernista",  "Iglesia" que ha capitulado ante el mundo y ha dejado de ser "tu Iglesia" para transformarse en un engendro, en una invención puramente humana.


Como digo, esta Iglesia tuya, que no puede desaparecer, volvería de nuevo a renacer, como en los primeros siglos del cristianismo ... y volvería de nuevo a dar sus frutos. Y esto será así necesariamente, pues de no serlo "las puertas del infierno habían triunfado", lo cual no puede ocurrir (Mt 16, 18), a menos que estuviéramos ya en una época muy cercana a los últimos tiempos, respecto a los cuales dijo Jesús: "¿Pensáis que cuando venga el Hijo del hombre encontrará fe en la tierra?" (Lc 18, 8). Es más: "Si no se acortasen tales días, NADIE se salvaría; pero por los elegidos se abreviarán aquellos días" (Mt 24, 22)


Frente a esta prueba que nos espera -y que ya está teniendo lugar en muchas partes del mundo- tenemos Tus palabras: "No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros el Reino" (Lc 12, 32). La permanencia de este pequeño rebaño (en cuanto a que serán pocos los que te serían fieles) sería, sin embargo, la señal clara de que Tu Iglesia permanece viva y de que lo seguirá estando hasta el fin del mundo. Mientras tanto, Señor, los que queremos ser tus discípulos y serte fieles hasta dar la vida, si fuese necesario, debemos de tener muy bien grabado, en nuestra mente y en nuestro corazón, lo que los Apóstoles respondieron a los miembros del Sanedrín: "Es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hech 5, 29)



Continuará