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viernes, 17 de junio de 2016

Un Obispo acusa al catolicismo de la masacre de Orlando (The Remnant)


Esta entrada, tomada de Adelante la Fe, de The Remnant, está también relacionada con el tema de la cristianofobia, al que aludí en un artículo anterior,. Sorprende que sea nada menos que un Obispo quien acuse al catolicismo de la matanza de Orlando. ¡Vivir para ver!. ¡Y sigue ocupando su cargo, como si tal cosa! ... Claro, tiene una explicación y es que el motu propio, "Como una madre amorosa", de Francisco, no tiene aún vigencia y no la tendrá hasta el 5 de septiembre del año en curso. Lógicamente hablo así en un plan irónico, por desgracia; pues lo cierto y verdad es que ni siquiera se le llamará la atención desde las altas instancias del Vaticano. No tenemos más que releer el anterior artículo de The Wanderer titulado Removeatur para hacernos una ligera idea de cómo están hoy las cosas, en gran parte de la Jerarquía Eclesiástica.


Robert Lynch, de la diócesis de San Petersburgo, en Florida

El lunes, en la publicación de su blog, el obispo Robert Lynch dijo que el catolicismo “ataca” y “frecuentemente genera desprecio hacia los gays, lesbianas y transexuales.” La semilla del desprecio, dijo, se convierte en odio, “que en última instancia puede conducir a la violencia”. A menos que cambie esta actitud, afirma, “podemos esperar más orlandos.”
“Lamentablemente, es la religión, incluso la nuestra, la que ataca, más que nada verbalmente, y que también con frecuencia genera desprecio hacia los gays, lesbianas y transexuales. Los ataques actuales a hombres y mujeres LGBT plantan con frecuencia la semilla del desprecio, luego el odio, que en última instancia puede conducir a la violencia.” Obispo Robert Lynch.
En el reportaje de Breitbart sobre esta extraña publicación, el autor Thomas D. Williams observa: “En su artículo, el obispo no intentó explicar cómo un musulmán de 29 años que jamás puso un pie en la Iglesia católica habría sido motivado para llevar a cabo este suceso por un supuesto “desprecio” católico hacia la homosexualidad.” LEA EL ARTÍCULO AQUÍ
COMENTARIO DE THE REMNANT: Tal falta de responsabilidad por parte de un obispo católico en un momento como este no está lejos de ser peligroso. El obispo Bob Lynch debiera ser obligado a retirarse por tratar de politizar esta horrible tragedia, incluso antes de que la policía y el FBI descubrieran los hechos del caso.
No se sabe nada a ciencia cierta, sólo que un montón de personas están muertas luego de que un tirador musulmán comenzó a desparramar plomo en una discoteca gay de Orlando. Ahora se está publicando que el tirador habría sido él mismo un homosexual, y Associated Press informa que Omar Mateen habría frecuentado la discoteca con regularidad. Dijo un testigo a AP que Mateen intentó ligar con hombres allí.
¿Entonces qué? ¿Su Excelencia va a acusar a toda la comunidad gay en su blog (como lo hizo con la comunidad cristiana) por este tiroteo, porque la comunidad gay no hizo lo suficiente como para que este desquiciado se sintiera bien consigo mismo? No, por supuesto que no. La intención del obispo es una sola: congraciarse con la izquierda.
Para el obispo Bob el mensaje políticamente correcto es: “¡el catolicismo es homofóbico, y yo soy grandioso por admitir la verdad!” Esto, el mismo día que comenzaron los procedimientos penales contra el arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares—el “Pequeño Ratzinger”—por iniciar ‘crímenes de odio’ en una homilía reciente en defensa de la familia cristiana en España.
“La familia se ve acechada hoy, en nuestra cultura,” dijo el cardenal, “por un sin fin de graves dificultades, al tiempo que sufre ataques de gran calado, que a nadie se nos oculta. Ahí tenemos legislaciones contrarias a la familia, la acción de fuerzas políticas y sociales, a la que se suman movimientos y acciones del imperio gay, de ideologías como el feminismo radical o la más insidiosa de todas, la ideología de género.”
El 3 de junio de 2016 se presentó una denuncia contra el cardenal por mensajes de odio, de parte de una coalición de asociaciones españolas en favor de los LGBT (incluyendo al partido comunista). ¿Estará de acuerdo el obispo Lynch en que se presenten esos cargos contra su hermano obispo, por defender la teología moral “homofóbica” de la Iglesia católica? Aparentemente sí.
En cuanto al mérito (o falta de él) del comentario del obispo Bob, ¿es necesario responder a tan cruda y transparente rendición a los dioses de lo políticamente correcto? ¿Hemos de creer que Su Excelencia desarrolló una repentina amnesia y olvidó por completo que toda la idea revolucionaria de la religión católica es poner la otra mejilla, amar al pecador, trabajar por la salvación de todos, y no odiar a nadie, ni siquiera a nuestros peores enemigos?
¿Recuerda todo esto, obispo Bob?  Y esto sin mencionar el hecho de que, actualmente, la gran mayoría de los católicos abandonaron en mayor o menor medida la enseñanza moral de la Iglesia sobre la homosexualidad. Por lo tanto, lo que el obispo Bob acusa en realidad es un espantapájaros. Está haciendo lo que mejor saben hacer los obispos norteamericanos: lamerle las botas a la izquierda, razón por la cual su blog también llama a un mayor control de armas, menor control de las leyes migratorias y el fin de la discriminación a islámicos.
La realidad es esta: la Iglesia católica jamás enseñó, sugirió o dio a entender a nadie, en ningún lugar o momento que el odio está bien, que asesinar a los que no creen es una opción, que asesinar pecadores y enviarlos directo al infierno, objetivamente hablando, es agradable a Dios Todopoderoso.
La idea de asesinar a los pecadores no arrepentidos es más repugnante para los católicos que para los seguidores de cualquier otra religión. Somos los que todavía creen en la noción “anticuada y medieval” del fuego inextinguible del infierno. Reverenciamos el sacramento de la extremaunción, mediante el cual se ofrece a los pecadores una última oportunidad de prepararse para el encuentro con Dios y salvar su alma inmortal. Para los fieles católicos, hay pocas cosas más terribles en este mundo que pensar en una muerte repentina y sin preparación, tanto para sí mismos como para todos de los hijos de Dios.
No todas las religiones comparten este sentimiento. El Verso de la Espada es el quinto verso de la novena sura del Corán. Es el verso del Corán ampliamente citado por los críticos del Islam sosteniendo que la fe promueve la violencia contra los “paganos” (“idólatras”), porque ordena a los creyentes “matad a los paganos dondequiera que les encontréis.”
Por supuesto que el obispo Bob no habla de esto en su publicación, ya que para él era más fácil decirle al mundo que el catolicismo tiene la culpa por el ataque de Mateen. Los animales políticos como el obispo Bob se rehúsan a unir los puntos, incluso cuando el tirador está parado en la puerta, con la AR-15 en su mano, gritando “Allahu Akbar” y “muerte a los infieles” mientras acribilla a su prójimo.
Es culpa de la cristiandad, dice el obispo Bob. ¿Por qué? Porque los musulmanes podrían resentirse frente a la verdad, y el obispo Bob es un cobarde que utiliza mensajes de odio contra un objetivo manso. Siempre se cuenta con que los cristianos harán lo que hacen siempre—poner la otra mejilla–. Así que el obispo Bob no tiene problema en hacer declaraciones grandiosas contra los cristianos que, por cierto, agradan mucho a los muchachos de la MSNBC. Incluso nos pide un monumental esfuerzo de imaginación para que un muchacho islámico disparando en una discoteca gay resulte culpable a causa de las enseñanzas de la Iglesia católica. No habrá consecuencias por su indignante afirmación, por supuesto, y el obispo Bob lo sabe. De hecho, cuenta con ello – así de “peligrosos” son los cristianos en el mundo real–.
Mientras la situación va de mal en peor en nuestro país, no olvidemos que el obispo Robert Lynch eligió ignorar los hechos de este horrible acto de violencia para poder dar una declaración en favor de su ideología de izquierda que polarizará aún más a las personas de ambos lados. En lugar de unir a la gente, él apunta con dedos acusadores, utilizando la retórica del odio que podría inspirar más violencia aún, esta vez contra personas que no tuvieron nada que ver con este retorcido acto terrorista. En otras palabras, el obispo es parte del problema, no la solución.
Por favor, recen por las víctimas de este impío y grotesco acto de terrorismo anticristiano de Orlando.
Escrito por THE REMNANT

NOTA: Se puede leer otro artículo sobre este mismo tema (de Religión en libertad) pinchando aquí

jueves, 16 de junio de 2016

Removeatur (por The Wanderer)


Con referencia a la última carta del papa Francisco "Como una madre amorosa" en forma de Motu Propio



Yo ya sé que estamos hartos de escuchar hablar de Francisco; que resulta imposible seguir el decurso de los disparates con las que nos desayuna diariamente, y que es mucho más importante dedicarnos a recordar y dialogar sobre las enseñanzas de siempre de la Iglesia. Sin embargo, es también un deber no descuidarnos y “estar vigilantes” como las vírgenes prudentes de las que nos habla el Señor. 

La semana pasada, la columna de Sandro Magister reprodujo la
reflexión de Anna M. Silvas, gran conocedora de las patrística oriental, sobre la exhortación apostólica "Amoris Laetitia". Recomiendo calurosamente la lectura de este texto en el que la autora incluye el siguiente párrafo dirigido a los obispos: 

“Obviamente, debe intentarse cualquier estrategia de presión para una clarificación oficial de la futura práctica [del documento]. Insto en particular a los obispos a hacer esto. Algunos de ustedes pueden encontrarse en situaciones muy difíciles respecto a sus iguales, casi exigiendo las virtudes de un confesor de la fe. ¿Están preparados para los latigazos, metafóricamente hablando, que pueden recibir?”

Yo creo que son muy pocos los que están preparados. Hasta ahora, todos se han quedado calladitos, temerosos de recibir una misericordiación. El único que ha hablado abiertamente es Mons. Atanasio Schneider, obispo auxiliar de Astaná (Kazajistán), que más misericordiado de lo que está ya no puede estar. Los obispos argentinos, en cambio, se preocupan por la cantidad de pobres que hay en el país (y un pequeñín de entre ellos se preocupa por las cartas documento que recibe), y allí se acabó su munus. 

Si bien no era de extrañar esta actitud por parte de los obispos, a quiene lo que menos les importa es conservar la fe católica [¡una afirmación muy grave!], yo pensaba que se preocuparían cuando lo que estuviera bajo amenaza fuera su poder. Pero resulta que su cobardía es mayor de lo previsto: se dejan, incluso, manosear el poder, y esto ha ocurrido hace pocos días y ha pasado casi desapercibido. Christopher A. Ferrara escribió una columna alertando sobre la gravedad de la situación. Y yo me animo a agregar que se trata de una gravedad extrema. Veamos.

En una nueva “
carta apostólica”, publicada en italiano y simplemente firmada por “Francesco”, Bergoglio establece motu proprio (por propia iniciativa), “nuevas normas” para una expedita destitución de obispos, mediante decreto del Vaticano. Presentado, simultáneamente, por el Vaticano y los medios de comunicación, como una medida destinada a los obispos que escudan a los sacerdotes pedófilos o son incapaces de actuar con prontitud contra ellos, la carta es realmente de mayor amplitud y allí radica su gravedad.

La advertencia viene en los dos primeros párrafos

El párrafo 1º dispone que un obispo en ejercicio, “incluso a título provisorio”, puede “ser legítimamente destituido de su cargo si, por negligencia, realiza u omite actos que han causado grave daño a otros, sea que se trate de personas físicas, una comunidad o ambas a la vez. El daño puede ser físico, moral, espiritual o patrimonial”.

El Párrafo 2º determina que un obispo puede ser destituido bajo la vaga fórmula contenida en el Párrafo 1: “si ha carecido objetivamente, de manera seria, de la diligencia requerida en su oficio pastoral, incluso sin seria falta moral de su parte.

Quisiera yo ver qué habría dicho y hecho San Atanasio o San Juan Crisóstomo si a algún obispo de Roma se le ocurría arrogarse el poder de inmiscuirse de ese modo en sus diócesis. Pero aún en tiempos posteriores, ¿cómo habría saltado Hincmaro de Reims? Este obispo, como ya comentamos en este blog, defendió teológica y jurídicamente en el siglo XI la potestad que tenían los metropolitanos sobre sus obispos sufragáneos. Ni qué decir lo que haría algún obispo de la Iglesia ortodoxa si al patriarca ecuménico se le ocurre disponer unilateralmente su destitución.

Los obispos de antes tenían claro que eran sucesores de los apóstoles y si bien el obispo de Roma tenían un primado sobre todos ellos, esto no significaba de ninguna manera el poder sobre ellos y sobre los fieles que estaban bajo su jurisdicción. Que los obispos actuales hayan aceptado mansamente esta intromisión del poder pontificio es otro acto de cobardía y una traición a lo que siempre la Tradición de la Iglesia practicó

Porque hay que ser bastante ingenuo para limitar las intenciones de Bergoglio al promulgar este documento solamente a los encubridores de pederastas. Es mentiroso y avieso, como todo jesuita, [en honor a la verdad pienso que siempre habrá algún jesuita que se salve de esta aseveración] y siempre hay que buscar la intención oculta. 

En este caso, ¿quién determinará el “daño moral” infligido por un obispo a una comunidad? ¿Cómo se determinará ese daño? 

Por ejemplo, un obispo que es favorable a la celebración de la liturgia tradicional y eso causa malestar a un grupo de progresistas de sus diócesis, ¿es pasible de destituciónpor causar divisiones entre sus fieles? O un obispo que, siguiendo la doctrina tradicional de la Iglesia y haciendo caso omiso a las recomendaciones de Leticia, no permite que los recasados se acerquen a la comunión, ¿podrá ser considerado “dañino a la comunidad”, en tanto que “factor de división” y consecuentemente removido de su cargo por la misericordia pontificia

El papa Francisco, siempre preocupado por la misericordia, ha sido muy duro en misericordiar a obispos que, casualmente, tenían simpatías tradicionales y que no estaban relacionados con casos de encubrimiento de pederastas

Franz Peter Tebartz-van Elstm, Obispo de Limburgo, Alemania (Marzo del 2014); 
Rogelio Ricardo Livieres Plano, Obispo de Ciudad del Este, Paraguay (Septiembre del 2014);
Mario Olivieri, de la diócesis de Albenga, Italia (Marzo del 2015); Robert Finn, de Kansas City-Saint Joseph, USA (Abril del 2015), John Nienstedt, de Minneapolis (Junio del 2015)
Oscar Sarlinga, de Zárate-Campana, Argentina (Noviembre de 2015).

Sin embargo, hasta la fecha, Francisco no ha ordenado la destitución de un solo obispo liberal en lo teológico o en lo litúrgico, en todo el episcopado mundial, a pesar de que muchos de ellos están mucho más gravemente comprometidos en escándalos que los seis cuyas cabezas han rodado

Peor aún, Francisco designó en el Sínodo de la Familia al Cardenal Godfried Danneels, a pesar de la abundante evidencia, incluyendo grabaciones en cinta, de los deliberados encubrimientos del purpurado de cientos de instancias de abuso homosexual a menores por parte de Mons. Roger Vanghluwe, cuando Danneels era arzobispo de Malinas - Bruselas y Primado de Bélgica, entre 1979 y 2010.

Como afirma Ferrara, este nuevo documento papal no es más que otro paso en la consolidación de una estrategia global que apunta a gobernar la Iglesia Católica como si fuese una república bananera (o kirchnerista): protección y hasta promoción para los amigos del Supremo, sin importar lo malos que sean, pero persecución para los que estén en la “lista negra”, sin importar lo buenos que sean.


Así las cosas, y visto el poder omnímodo que se ha atribuido el Papa sobre todos los obispos del mundo, me atrevo a dirigir a Su Santidad la siguiente sugerencia:

Beatisimo Padre, quiero felicitarlo y congratularme con usted por el gesto que tuvo este fin de semana de rechazar los dieciséis millones de pesos que había donado el gobierno argentino a sus Scholas. ¡Muy bien hecho! ¡Qué se cree este mocoso ricachón que ahora es presidente de Argentina! ¡Como si a usted lo pudieran comprar con esa bagatela! ¡Nada de recibir dinero de los sucios capitalistas! Como bien dijo Su Santidad al ínclito Gustavo Vera, las pobres carmelitas de Constitución no tienen dinero ni para comprar frutas y este mequetefre quiere derrochar esa millonada.

Por eso mismo Santo Padre, quiero acercarle una sugerencia. Ya que usted se resiste a recibir dádivas del capital internacional y nacional, dado que las pobres monjas están sometidas a una dieta penitencial sin poder comer mandarinas, y dado que usted tiene poder absoluto sobre los obispos, ¿por qué no renuncia también, en nombre de ellos, al sueldo de más de $100.000 mensuales que reciben del gobierno macrista? De esa manera, la Iglesia argentina se vería libre de compromisos con el poder temporal y nuestros obispos estarían felices de vivir en la pobreza en la que viven sus sacerdotes: de la generosidad de sus fieles.


Off topic: Posiblemente a muchos lectores les interese leer este texto acerca del modo de comprender y enfrentar el gravísimo problema que enfrenta por enésima vez el Instituto del Verbo Encarnado debido a las fechorías de su fundador.w

CRISTIANOFOBIA (contiene Video sacado de Gloria TV)


Duración: 22 segundos


Nerón acusó a los cristianos de los incendios en Roma que él mismo había ordenado; y  éstos,  los cristianos-, siendo inocentes, se convirtieron en los enemigos del pueblo, siendo perseguidos, encarcelados y martirizados: "Pan y circo"; "muerte a los cristianos". Un odio tan irracional no puede ser sino producto de una sociedad que está completamente pervertida y que ha entronizado al Diablo como a su "señor".

Estamos llegando a unos extremos de locura que no se entienden, humanamente hablando. Sólo razones de tipo sobrenatural pueden explicarlos. Pues bien: Que sepan todos los que así piensan, es decir, todos aquellos que viven según los criterios mundanos y que han rechazado a Dios de sus vidas, que "sus días están contados" (Job 14, 5) y que "su fin es la perdición" (Fil 3, 19). 

En palabras de Jesucristo, los que así hablan y actúan "tienen por padre al Diablo y sólo quieren cumplir los deseos de su padre" (Jn 8, 44a), "el cual es homicida desde el principio y no se mantiene en la verdad, porque en él no hay verdad" (Jn 8, 44b). "Cuando dice la mentira, habla de lo suyo, porque es mentiroso y padre de la mentira" (Jn 8, 44c) 

No se puede luchar contra Dios, burlándose de Él y de quienes lo siguen y quedar impunes. Sí, porque Dios es infinitamente misericordioso, pero es igualmente infinitamente justo: "No os engañéis. De Dios nadie se burla; pues lo que el hombre siembre eso mismo cosechará" (Gal 6, 7)


José Martí

Unidad en la verdad, no en la herejía (4 de 4)


Duración 5:29 minutos

Los errores de "Amoris Laetitia" se extenderán en la Iglesia como un cáncer (Monseñor Athanasius Schneider)


Duración: 35 segundos

Entrevista a Monseñor Athanasius Schneider


Duración 9:22 minutos

miércoles, 15 de junio de 2016

Unidad en la verdad, no en la herejía (3 de 4)


Duración 5:19 minutos

Traducción personal al español del Motu Propio de Francisco "Como una madre amorosa"



El papa Francisco publicó el sábado 4 de junio, la Carta Apostólica titulada “Como una madre amorosa”, en forma de Motu Proprio. En la página web del Vaticano sólo están las traducciones en italiano y en inglés. A continuación el texto completo de la Carta Apostólica traducido por mí, haciendo uso del traductor de Google 
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Carta apostólica en forma de Motu Propio por el Sumo Pontífice Francisco
COMO UNA MADRE AMOROSA
Como una madre amorosa la Iglesia ama a todos sus hijos. Pero cuida y protege con afecto particular a los más pequeños e indefensos. Se trata de una tarea que Cristo confía a toda la comunidad cristiana en su conjunto. Consciente de ello, la Iglesia dedica una atención vigilante para la protección de los niños y de los adultos vulnerables.
Tal tarea de protección y de atención le corresponde a toda la Iglesia pero es, sobre todo, a través de sus pastores, como esto debe de ser realizado. Por lo tanto los obispos diocesanos, los eparcas y quienes son responsables de una Iglesia particular, deben de tener una particular diligencia en proteger a los más débiles entre las personas que les hayan sido confiadas.
El Derecho Canónico prevé ya la posibilidad de remoción del Oficio Eclesiástico “por causas graves”: esto se refiere también a los obispos diocesanos, a los eparcas y a quienes están equiparados por el Derecho (cfr can. 193 §1 CIC; can. 975 §1 CCEO).
Con la presente carta quiero precisar que entre las llamadas “causas graves” se incluye la negligencia de los obispos en el ejercicio de su cargo, en particular cuando se refieren a los casos de abusos sexuales infligidos a menores y adultos vulnerables, como se indica en el Motu Propio  Sacramentorum Sanctitatis, promulgado por san Juan Pablo II y modificado por mi querido predecesor, Benedicto XVI. 
En tales casos se observará el siguiente procedimiento.
Artículo 1
1. El obispo diocesano, el eparca o incluso quien, a título temporal, es responsable de una Iglesia particular u otra comunidad de fieles que sea su equivalente legal, de acuerdo al canon 368 CIC y al canon 313 CCEO, puede ser legítimamente removido de su cargo si, por negligencia, ha cometido u omitido actos que hayan causado un grave daño a los demás, bien a las personas físicas o bien a la comunidad en su conjunto. El daño puede ser físico, moral, espiritual o patrimonial.
2. El obispo diocesano o el eparca puede ser removido sólo si, objetivamente, ha faltado de manera muy grave a la diligencia que debe tener por su oficio pastoral, incluso sin grave falta moral de su parte. 
3. En el caso de abusos de menores o de adultos vulnerables, es suficiente con que la falta de diligencia sea grave.
4. Los superiores mayores de los institutos religiosos y de las sociedades de vida apostólica de derecho pontificio son equiparables a los obispos diocesanos y eparcas.  
Artículo 2
1. En todos los casos en los que se presenten indicios de lo que está contenido en el artículo anterior, la  Congregación competente de la Curia Romana puede abrir una investigación sobre el caso, informando al sujeto implicado y dándole la posibilidad de proporcionar documentación y testimonios.
2. Al obispo se le dará la posibilidad de defenderse a sí mismo, algo que puede hacer con los medios previstos por la Ley. Todas las etapas de la investigación le serán comunicadas y le será siempre dada la posibilidad de reunirse con los superiores de la Congregación. Dicho encuentro, aun cuando el obispo no tome la iniciativa, será propuesto por el mismo Dicasterio.
3. A la vista de los argumentos presentados por el obispo, la Congregación puede decidir la apertura de una investigación complementaria.
Artículo 3
1. Antes de tomar una decisión, la Congregación podrá reunirse, si procede, con otros obispos o eparcas pertenecientes a la Conferencia episcopal, o al sínodo de los obispos de la Iglesia, sui Iuris, de la cual forma parte el obispo o el eparca interesado, para discutir su caso.
2. La Congregación tomará sus determinaciones reunida en sesión ordinaria.
Artículo 4
1.- Si se considera necesario remover al obispo, la Congregación establecerá, de acuerdo a las circunstancias del caso: (1) Dar, en el menor tiempo posible, el decreto de remoción; (2) Instar fraternalmente al obispo a presentar su renuncia en un plazo de 15 días. Si el obispo no da su respuesta en el plazo previsto, la Congregación puede proceder a emitir el decreto de remoción.
Artículo 5
La decisión de la Congregación, sobre los artículos 3 y 4, deberá ser sometida a la aprobación específica del Romano Pontífice quien, antes de tomar una decisión definitiva, se hará asistir por un Colegio especial de Juristas, designado para este fin.
Todo lo que he determinado con esta Carta Apostólica en forma de Motu Proprio, ordeno que sea observado en todas sus partes, incluso aun cuando hubiese alguna disposición en contra y aunque ésta sea digna de especial mención. Y establezco que sea publicado en los documentos oficiales del Acta Apostolicae Sedis y promulgado en la edición diaria de L’Osservatore Romano, entrando en vigor el 5 de septiembre de 2016.
Vaticano, 4 de junio de 2016 
Papa Francisco
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NOTA: (a posteriori: el día 15 de junio comprobé que ya existía una traducción al español del Motu Propio "Como una madre amorosa" en Rorate Coeli, de Adelante la Fe. Pinchar aquí. Podría haberme ahorrado el tiempo que le he dedicado a la traducción ... pero, bueno: ¡no es grave! Además, traducir agiliza la mente)

lunes, 13 de junio de 2016

DISIDENCIA FRENTE AL PENSAMIENTO ÚNICO (2 de 2) (Pedro Luis Llera, en Infocatólica)



(b) Cambiar el lenguaje: el Nuevo Orden Mundial pretende también transformar nuestra manera de hablar y de escribir porque consideran que el idioma es machista e “invisibiliza” a la mujer. Por eso se han inventado una nueva lengua “igualitaria” (como la neolengua orwelliana). Tienen que cambiar el lenguaje para cambiar el pensamiento y transformar la realidad. En esta nueva jerga, por ejemplo, se eliminan todas las palabras que incluyen lo femenino dentro de lo masculino. Así en vez de “los alumnos de esa clase” se dirá “los alumnos y alumnas de esa clase”. O se cambiarán términos como “Asociación de Padres” por “Asociación de Padres y Madres”. También están promoviendo el uso de la grafía “@” para incluir a los dos géneros de una palabra a la vez. Su pasión revolucionaria les lleva a pretender modificar nuestro lenguaje. Ya no les vale el español de Cervantes, Lorca o Rafael Alberti. Y en ciertos ámbitos, supuestamente “ilustrados” (políticos, psicólogos, periodistas, profesores…), esta ideología está calando de manera tan llamativa, como lamentablemente reveladora del nivel de servilismo y mediocridad de buena parte de la supuesta intelectualidad contemporánea. De nada vale lo que pueda decir la Real Academia Española de la Lengua ni los escritores que siguen manteniendo una pizca de libertad.


(c) Fomentar diferentes formas de contacto sexual como parte de la igualdad: se reclama el reconocimiento del derecho hedonista al placer sexual, libremente deseado, sin vinculación necesaria a la afectividad (al amor); sin que se limite al matrimonio, a la heterosexualidad o a la procreación. Ya no existen dos sexos. Existen cinco géneros: heterosexual masculino, heterosexual femenino, gay, lesbiana y bisexual; sin olvidar la transexualidad (incoherencia entre sexuación de cuerpo e identidad de género, que les lleva a someterse a intervenciones quirúrgicas de cambio de sexo), el transgenismo (los que desean cambiar su identidad de género, pero sin transformar su cuerpo), o el travestismo (placer erótico que surge de vestirse con ropa del otro sexo).

En este sentido, la Ideología de Género incluye como parte esencial de su agenda la promoción de la “libre elección” en asuntos reproductivos y de “estilo de vida”. “Libre elección de reproducción” es la expresión clave para referirse al aborto libre; mientras que “estilo de vida” apunta a promover la homosexualidad y toda forma de sexualidad “alternativa”. El homosexualismo político pretende “normalizar” comportamientos ciertamente rechazables moralmente para un católico. Su objetivo es cambiar la sociedad, nuestra cultura y nuestra civilización a través de cambios legislativos que redefinan las evidencias antropológicas y biológicas. Por ejemplo, pretenden perseguir penalmente a quienes afirmamos que los actos homosexuales constituyen una grave depravación moral. Así, todos los que no compartimos sus opiniones somos acusados de “homofobia”. La asignatura de Educación para la Ciudadanía que implantó la LOE – evaluable y obligatoria, al contrario que la Religión – se inscribe dentro de esta política de adoctrinamiento ideológico, de agitación y propaganda (el agitpro de toda la vida), al servicio de la nueva revolución del arco iris y del Pensamiento Único.

La Ideología de Género tiene una vocación sustancialmente totalitaria. Sólo pueden ser considerados demócratas aquellos que piensan como ellos. Y todos los que pensamos de manera diferente somos carcundia reaccionaria y casposa. Se trata de una concepción de la democracia al estilo de la antigua “República Democrática Alemana”. Los que nos apartamos del pensamiento políticamente correcto somos ciudadanos de segunda a los que hay que eliminar, reeducar o reducir al ostracismo (eso ya lo hacía papá Stalin). De ahí el constante acoso a los católicos y a todos cuantos se oponen a esta nueva revolución silenciosa, a esta nueva dictadura a la que nos quieren someter. Porque una vez que todo el arco político ha aceptado y asumido el pensamiento único, el único adversario que les queda a quienes promueven la Ideología de Género es la Iglesia Católica, que mantiene los principios morales cristianos y se opone radicalmente a esta Ideología totalitaria.

“Los códigos culturales profundamente enraizados, las creencias religiosas y las fobias estructurales han de modificarse. Los gobiernos deben emplear sus recursos coercitivos para redefinir los dogmas religiosos tradicionales”: son palabras recientes y muy reveladoras de Hilary Clinton. Espeluznante: mentalidad totalitaria pura y dura. Por este camino, llegaremos a la ilegalización de la religión católica. Con lemas como “arderéis como en el 36” o “la única iglesia que ilumina es la iglesia que arde”; con asaltos “pacíficos” a nuestras capillas; con la propagación del odio hacia los católicos, no tardaremos en encontrar a grupos descontrolados y violentos que pongan la bala donde otros han puesto previamente la diana. Lo mismo que ocurrió en los años treinta cuando los “descontrolados” se dedicaron a quemar iglesias y a fusilar a fieles católicos, a curas y a obispos.

Ante esta amenaza totalitaria, reivindico el derecho a la disidencia, a pensar como me dé la gana, a definirme como católico y a defender los valores cristianos que desde hace siglos configuran la cultura y la historia de España y de Europa.

Los católicos tenemos derecho a serlo, a vivir conforme a nuestros principios morales, a celebrar nuestros sacramentos “como Dios manda” y no como le gustaría al “lobby gay”; a vivir como ciudadanos libres en una sociedad plural. 
Nosotros no queremos imponer nada a nadie. Y la Iglesia no cierra sus puertas a nadie ni excluye a nadie. Pero la Iglesia tiene el deber de conservar y transmitir la fe en su integridad: guste más o guste menos. La Iglesia tiene la obligación de predicar el Evangelio y la doctrina que ha llegado hasta nosotros por la Tradición apostólica y por las palabras y la vida de los Santos. La salvación que anuncia la Iglesia pasa por la conversión de todos a Cristo. Cristo murió y resucitó para salvarnos a todos: si queremos. Pero esa salvación pasa, insisto, por la conversión; es decir, por cambiar nuestra manera de vivir para hacerlo conforme a los Mandamientos de la Ley de Dios. 

Lo que la Iglesia nunca podrá hacer es adaptarse a los gustos del mundo ni acomodar su predicación al pensamiento o a las imposiciones de los poderosos de este mundo o de los grupos de presión. No vamos a permitir que el pensamiento único nos obligue a renunciar a nuestros principios ni nadie nos va a obligar a redefinir nuestros dogmas, nuestro catecismo o nuestros sacramentos para adaptarlos a lo que le agrade al mundoNo vamos a adorar al Dios Estado ni vamos a plegarnos a las exigencias de los enemigos de Cristo y de la Iglesia:  “No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno” (Mt 10, 28). “Nos acosan por todas partes, pero no hasta el punto de abatirnos; estamos en apuros, pero sin llegar a ser presa de la desesperación; nos persiguen, pero no quedamos abandonados; nos derriban, pero no consiguen rematarnos”(2 Cor 4, 8). Se avecinan tiempos recios.

Pedro Luis Llera

DISIDENCIA FRENTE AL PENSAMIENTO ÚNICO (1 de 2) (Pedro Luis Llera, en Infocatólica)



Un artículo de Pedro Luis Llera, en el blog Santiago de Gobiendes, escrito el 2 de agosto de 2015 y con el que me he encontrado, por casualidad, pero que refleja muy bien la realidad actual, que ha cambiado muy poco en diez meses (y si lo ha hecho ha sido para ir a peor). Lo reproduzco aquí íntegramente y lo rubrico, si fuera necesario. Este artículo estará incluido también en la entrada titulada artículos de interés (actualizados) en VARIOS. Al ser algo largo lo divido en dos entradas


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Vivimos en los albores de una nueva etapa negra de la Historia. Si Dios no lo remedia, se nos avecina una nueva era marcada por el totalitarismo, las dictaduras y la represión; solo que esta vez la dictadura será a escala global. El llamado Nuevo Orden Mundial pretende imponernos un nuevo modelo de sociedad, dominada por un pensamiento único. Parece como si las distopías de Orwell o de Robert Hugh Benson se nos vinieran encima de repente. Quieren transformar la sociedad y dominarla. Y ello pasa por la destrucción de la familia.

Pero, ¿por qué quieren acabar con la familia? ¿Por qué esa obsesión? Pues porque la familia es la célula básica de la sociedad. La familia establece unos lazos, unos vínculos; la familia transmite unos valores que el pensamiento único detesta. La persona, sin familia, sin referencias, sin ningún tipo de anclaje, sin un paraguas que la ampare cuando llegan las crisis o las dificultades; la persona, desvinculada, queda a merced del Estado. De esta manera, una vez tomado el poder, los políticos de turno (todos piensan lo mismo y lo único que se puede pensar) adquieren un poder omnímodo y el Estado se convierten en un nuevo dios, dueño y señor del destino de cada individuo. El Estado se convierte en un ídolo al que hay que adorar para que solucione todos los problemas de la gente: la educación, la sanidad, las pensiones, las prestaciones por desempleo… El hombre queda a merced del Dios Estado Providente que me hará feliz y garantizará mi bienestar a cambio de que sea sumiso y obediente. Con eso, se consigue aplastar a la sociedad civil y a cualquier institución intermedia entre el Estado todopoderoso y la persona. 

Se acaba así con la libertad y con la democracia y se instaura un nuevo tipo de totalitarismo – con apariencias de democracia – que condenará a cualquiera que se atreva a ir en contra del pensamiento único políticamente correcto.

Marx afirmaba que toda la historia es una lucha de clases, de opresores contra oprimidos, en una batalla que sólo se resolverá cuando los oprimidos se alcen en revolución e impongan una dictadura de los oprimidos. Entonces, la sociedad será totalmente reconstruida y emergerá la sociedad sin clases, libre de conflictos, que asegurará la paz y prosperidad utópicas para todos. Los marxistas clásicos creían que el sistema de clases desaparecería una vez que se eliminara la propiedad privada, se facilitara el divorcio, se forzara la entrada de la mujer al mercado laboral, se colocara a los niños en institutos de cuidado diario y se eliminara la religión. Sin embargo, para los nuevos progresistas, los comunistas fracasaron por concentrarse en soluciones económicas sin atacar directamente a la familia, que es el verdadero origen de la lucha de clases.

En los años 70, tras la Revolución del mayo del 68, los movimientos de izquierda – comunistas, anarquistas, hippies – empezaron a atacar a la familia considerándola como una institución reaccionaria. Entonces se decía que el matrimonio mataba el amor; que cuando se ama a otra persona, no hacían falta contratos ni firmas ni ceremonias. Defendían entonces el “amor libre” y las “parejas de hecho”. Lo ideal era que las parejas vivieran juntas, sin ataduras ni compromisos ni vínculos matrimoniales. Y así, cuando el amor “se acabara”, cada uno se iba por su lado y aquí paz y después gloria. El problema surgía cuando había hijos de por medio y quedaban desamparados tras las separaciones. Así que hubo que regular legalmente las parejas de hecho para que tuvieran los mismos derechos y obligaciones que los matrimonios. Y así se hizo. 

Pero como hombres y mujeres seguían empeñados en casarse y el plan de acabar con la familia por ese camino había fracasado – o se mostraba claramente insuficiente – , los ideólogos “progresistas” tuvieron que ir más allá: si no podemos destruir a la familia convenciendo a la gente para que no se case, vamos a acabar con la familia procurando que legalmente cualquier cosa sea una familia. Y entonces, se acabó con el discurso del amor libre y decidieron reformular el concepto de matrimonio y propugnar “nuevos modelos de familia”: familias monoparentales, homosexuales… Y todos los que hasta hace un minuto despreciaban el matrimonio y atacaban la institución familiar, se pusieron a reivindicar su derecho a casarse. Y así se ha llegado a la legalización del matrimonio homosexual. Pero créanme: a quienes promueven el matrimonio homosexual, el matrimonio en sí les importa un bledo. Lo que quieren es acabar con la familia tradicional: si cualquier cosa es un matrimonio y una familia, el matrimonio y la familia acaban convirtiéndose en nada. Su objetivo sigue siendo el mismo que cuando predicaban el amor libre. Ni más ni menos.

Hoy en día, las ideologías tradicionales han muerto y los partidos políticos apena se diferencian. Liberales y conservadores han asumido que los principios progresistas son superiores. La derecha ha renunciado a sus propios valores y ha aceptado la superioridad moral de la izquierda. De este modo, al final, todos piensan igual y solo se distinguen unos de otros por alguna que otra receta técnica de carácter fundamentalmente económico. En lo demás, son esencialmente idénticos: cuando los partidos de derecha llegan al poder, lo que hacen es consolidar cada uno de los “avances” que la izquierda ha ido consiguiendo. Lo que ha pasado en España con la legislación sobre el aborto o el matrimonio homosexual resulta sumamente ilustrativo

Hay una serie de ideas de fondo en las que todos están de acuerdo. Se ha llegado a una especie de consenso ideológico transversal. Se mantiene la ficción del pluralismo ideológico y la democracia: puedes votar a distintas opciones. El problema es que todos los partidos son en realidad el mismo partido. Sólo se puede pensar de una manera y quienes se apartan de esa manera de pensar son automáticamente estigmatizados y señalados como peligrosos integristas radicales, lo que supone su muerte social. Predican la libertad y la tolerancia pero, a la hora de la verdad, practican lo contrario.

El instrumento de transformación social que el Pensamiento Único ha asumido como innegociable y que han asumido como propio todos los partidos políticos del arco parlamentario – no sólo las formaciones políticas de izquierda, sino también la derecha liberal pagana y anticristiana – se llama Ideología de Género. Esta ideología considera que los roles del hombre y la mujer no son resultado de la naturaleza, sino de la historia y la cultura; es la sociedad la que inventó los papeles de hombre y mujer

Según este planteamiento, para conseguir la igualdad definitiva entre hombre y mujer sería necesario:

(a) Cambiar los roles masculinos y femeninos existentes: hay que deconstruir (destruir) los roles del hombre y la mujer. En realidad, el ser humano nace sexualmente neutral. Más tarde, es socializado en hombre o en mujer. Esta socialización afecta de manera negativa a la mujer. Por ello las feministas proponen depurar la educación y los medios de comunicación de todo estereotipo de género.

Los ideólogos del Pensamiento Único saben muy bien que la educación, los medios de comunicación y los productos culturales (series de televisión, películas, teatro, literatura…) son instrumentos que deben dominar y controlar para transmitir su ideología. Por eso en todas las series de televisión hay su cuota de homosexuales, con el fin de normalizar y visibilizar la realidad que ellos quieren imponer. Por eso, en esas mismas series de televisión, los católicos siempre aparecemos como personajes patéticos, reaccionarios, ridículos, deleznables e hipócritas.

(Continúa y acaba)

Impactante discurso del senador de Oklahoma , James Langford, sobre el aborto y Planned Parenthood

Discurso pronunciado el 16 de julio de 2015, de completa actualidad.

Duración 8:59 minutos

Unidad en la verdad, no en la herejía (1 de 4)


A continuación entresaco cuatro fragmentos cortos de un vídeo de Un café con Galat, cuyo título es "Unidad en la verdad, no en la herejía". Incluiré uno cada día, independientemente de que aparezcan otras entradas en el blog. No lo he copiado todo. Puede verse por completo aquí. La duración sería entonces de 33:19 minutos.


Duración 6:01 minutos

domingo, 12 de junio de 2016

Apóstolas (Fray Gerundio)



Si bien hace tiempo que no suele sorprenderme nada ni por mi edad ni por mi experiencia, -o sea, por viejo y por fraile-, no dejan de llamar mi atención las perlas que uno puede encontrarse cada día en las decisiones, actos, dichos, hechos y ocurrencias de este Bergoglio con el que Dios nos ha castigado; sin duda como medicina saludable para hacer posible nuestra conversión. Por la paciencia, salvaréis vuestra almas, dijo el Señor pensando en los católicos del año 2013 y posteriores (digo yo).
Porque aunque es verdad que parte del mundo laico y pagano está alelado con la persona y la figura de Francisco; aunque no es menos cierto que parte del mundo papolátrico está embobado por sus actuaciones; aunque es fácilmente constatable que todo el progrerío frailuno, monijl, ex-monjil y ex-frailuno, episcopocobardoide, ecologistoide, gayperverso, lesbicomprometido, protestanticatolizado y católicodescarado está que se sale de gusto con el Pontífice que les acoge, les ama, les da la razón, les anima a seguir así y les comprende como un Buen Pastor que disfruta viendo a sus ovejas caer en el abismo –pasad, hijas mías, pasad; aunque aquello es un abismo, no hay problema; venid a mí que yo os voy a liberar de cargas y yugos pesados-, ya va siendo algo más habitual encontrarse con ovejas que están hasta las lanas del cogote de tanta destrucción, tanto mensaje puramente humano, tanta des-sobrenaturalización y tanta perversión calculada y medida. Como les digo a mis novicios (a los que tengo que explicar cada uno de mis neologismos papales), no hay mal que por bien no venga. Aunque sean muchos menos en número, creo que Dios está permitiendo que gracias a Bergogolio muchos están comenzando a abrir sus ojos de oveja mosqueada, a empezar a sospechar del pastor que pacta y disfruta con el loberío y a mirar al Cielo esperando la liberación.
No deja de tener su gracia el hecho de que con la que está cayendo en Europa y en el mundo en general, con el descaro satánico de todo el poderío mundial y con los graves problemas de persecuciones y muertes de cristianos a manos del Islam (muertes físicas) y a manos de la masonería reinante (muertes espirituales por el  pecado reinante), Francisco se dedique a jugar al parchís, a la oca y al poker con los judíos, musulmanes, protestantes y politicastros comunistas. Y pobre del que rechiste. A la vista está. Nadie se atreve a ponerle un calce para evitar el misericordieo. Tiene que haber sinodalidad en la destrucción, para destruir al que se salga de la sinodalidad. Antes se decía que el que se mueve no sale en la foto, pero ahora al que se atreva a moverse un poco se le pixela el cargo, la figura, el sueldo y la vesícula. Así que estamos a merced de Bergoglio. Menos mal que a fin de cuentas Bergoglio está a merced de Dios y en algún momento se acabará este valle de lágrimas. Ya decía el Señor que no es aconsejable quitar la cizaña por las buenas. Ya la quitará el Juez Supremo.
La ocurrencia de esta semana ha sido proponer a María Magdalena como Apóstola. Creo que dice Apóstola de los Apóstoles. Toma ya. Y como suele hacerse ahora, meten a Santo Tomás de Aquino por medio, con citas actualizadas al pairo de la moda actual. Ahora vamos a hacer a la Magdalena una feminista del siglo I, sin la cual no hubieran salido adelante los pobres apóstoles. Seguramente la hicieron lectora y ministra extraordinaria en Antioquía o en alguna capillita del Ponto. Y es que Francisco sigue al pie de la letra la partitura del Nuevo Orden Mundial. ¿Por qué hay solamente apóstoles? Si la ONU se entera de que no estamos aplicando la ley de paridad, nos la vamos a cargar. Así que ya tenemos de momento 12 apóstoles y una apóstola. Seguiremos buscando hasta completar la lista. Por lo menos que estén todos y todas. A ver si pronto metemos a Salomé, la suegra de San Pedro, la hemorroísa, la verónica, santa Marta y la sobrina de Herodes, que bailaba estupendamente el tango galileo.
No importa que en estos días se haya inaugurado el túnel de Suiza con un lamentable y execrable espectáculo satánico frente a los líderes europeos. Menudo aquelarre. Desde luego yo no me metería en ese túnel ni loco. No importa que la corrupción mundial esté al máximo, que se exalte el pecado, que el sexo se haya convertido en el dios de nuestros días. No verán ustedes a Bergoglio hablar contra esto. Él está en la solidaridad en las ciudades, en el feminismo apostólico, en el cambio climático, en los calvinistas, en el Ramadán y en conmemorar a Lutero como él se merece. Ah, y en el Prefacio propio de María Magdalena, feminista palestina.
Fray Gerundio

Las lágrimas de Jesús sobre la Amoris Laetitia (Josef Seifert)

Artículo tomado de Adelante la Fe. Con este mismo título hay en este blog una entrada, que es un vídeo de Gloria TV y que viene a ser como un resumen de lo que aquí dice Josef Seifert




En todo el mundo muchas voces de gozo y alabanza han dado respuesta al último documento del Papa Francisco, Amoris laetitia. 

Este texto contiene indudablemente numerosos pasajes muy bellos y profundas verdades que dan gloria a Dios y alegran al lector. El texto irradia el amor misericordioso de Dios y del Papa hacia todos y contiene grandes perlas de sabiduría. 

No obstante el gozo de La alegría del amor y todas las alabanzas que han tejido obispos y cardenales, estoy convencido de que Jesús y su Santísima Madre lloran sobre algunos pasajes de la exhortación apostólica y, en particular, sobre aquellos que tendrán mayores consecuencias. Tales pasajes, que a veces están escondidos en pocas líneas y notas a pie de página en el octavo capítulo, suplantan algunas de las más bellas palabras misericordiosas y de las más severas admoniciones de Jesús, algunas doctrinas y partes de la disciplina sacramental de la Iglesia, diciendo lo contrario que ellas. A mi parecer, por tanto, amenazan con producir una avalancha de consecuencias muy dañinas para la Iglesia y para las almas.

Sí, porque Jesús no condena a la mujer adúltera que, según la ley de Moisés, merecía la muerte, sino que le dice: “Vete y en adelante no peques más” (Jn 8, 11). Su sucesor Francisco, citando el Sínodo, dice a la mujer adúltera que, aunque continuara en el futuro pecando gravemente, no debería sentirse excomulgada ni es necesario que se convierta de su pecado de adulterio para ser un “miembro vivo de la Iglesia”: “Ellos [las parejas “irregulares”] no sólo no deben sentirse excomulgados, sino que pueden vivir y madurar como miembros vivos de la Iglesia, sintiéndola como una madre que los acoge siempre, los cuida con afecto y los anima en el camino de la vida y del Evangelio” (AL, 299)

Lo que dice el Papa no es falso y puede ser un consuelo para estas parejas saber que la misericordia de Dios está siempre presente; sin embargo está del todo ausente el “Vete y en adelante no peques más”, falta la invitación a la conversión del pecado y el hecho de que si la mujer adúltera no se convierte cesa de ser “un miembro vivo de la Iglesia” y no “va en el camino de la vida y del Evangelio”, aunque sí puede siempre emprender esta vía abierta a todos gracias a la confesión y el arrepentimiento.

Con toda misericordia, Jesús nos advierte 15 veces en modo explícito que existe el peligro de la condenación eterna si persistimos en un pecado grave; mientras su sucesor nos dice que “¡Nadie puede ser condenado para siempre, porque esta no es la lógica del Evangelio! No me refiero sólo a los divorciados que viven en una nueva unión, sino a todos, en cualquier situación en que se encuentren” (AL, 297) [aunque en el contexto no está claro a qué condena “para siempre” se refiera el Papa, dado que él no ha enunciado ninguna condena temporal, el significado que parece imponerse es el de que no existe ni el infierno ni el peligro de acabar en él].

Jesús a la mujer adúltera y a nosotros nos dice lo contrario a través del apóstol Pablo: es decir, que ningún adúltero (no convertido) entrará en el reino de Dios y por tanto todos “serán condenados para siempre”:  “¿No sabéis que ningún malhechor heredará el reino de Dios? No os hagáis ilusiones: los inmorales, idólatras, adúlteros, lujuriosos, invertidos, ladrones, codiciosos, borrachos, difamadores o estafadores no heredarán el reino de Dios.” (
1 Cor 6, 9-10).

El Papa Francisco dice a los adúlteros que es posible para ellos vivir en gracia de Dios y, mediante la sagrada Eucaristía, crecer en gracia aun sin retorno o conversión de la vida adúltera (no obstante este cambio haga el matrimonio muy deseable) (AL, 297). [1]

Si se considera que el padre jesuita Antonio Spadaro es un estrecho colaborador del Papa no se puede dudar cuando dice que: “Francisco ha quitado todos los “límites” del pasado, también en la “disciplina sacramental”, para las parejas “así llamadas irregulares”: y que estas parejas “se conviertan en destinatarias de la Eucaristía”. [2]

Jesús, a través de su Apóstol, dice a la mujer y al varón adúlteros que es necesario hacer un examen de conciencia antes de recibir el cuerpo y la sangre de Cristo, si no se quiere cometer un sacrilegio y comer y beber el propio juicio : "Quien coma del pan y beba del cáliz del Señor indignamente, es reo del cuerpo y de la sangre del Señor. Así, pues, que cada cual se examine, y que entonces coma así del pan y beba del cáliz. Porque quien come y bebe, sin discernir, el cuerpo come y bebe su condenación”.
(1 Cor 11, 27-29). En otras palabras, se trata de cometer un sacrilegio y poner en peligro la propia alma.

El Papa Francisco, que ni siquiera una vez menciona el posible sacrilegio o peligro para las almas de los que comulgan indignamente, dice a los adúlteros que en ciertas circunstancias, que deben decidirse caso por caso, es posible para quien vive en adulterio o en otra unión “irregular” acceder a la sagrada Comunión sin cambiar su propia vida y continuando viviendo como adúlteros.[3] . Dios ordena a la mujer adúltera y a cada uno de nosotros, de modo absoluto y sin condiciones: “No cometerás adulterio”.

El Papa Francisco enseña que estos mandamientos divinos son expresión del ideal (Zielgebote) que pocos pueden alcanzar, como si se tratase de puros consejos evangélicos válidos sólo para aquellos que buscan una perfección superior y no mandamientos reservados a todos. ¡Dios dice sin condiciones: “No cometerás adulterio”!

El Papa dice que si la mujer adúltera no puede separarse del adúltero (cuando, por ejemplo, la separación de la pareja casada por lo civil provocaría daño a los hijos), pero vive con él como hermana (lo que la Iglesia católica ha pretendido 
siempre en tales situaciones), practicaría un estilo de vida que puede causar la “infidelidad” propia o la de su pareja. 

En el caso de amenaza de infidelidad entre los dos adúlteros, según el Papa, más que vivir como hermana, es mejor que la mujer adúltera tenga relaciones íntimas con su pareja. En tal caso, por tanto, sería mejor continuar viviendo en adulterio que como hermano y hermana. Para probar esta tesis el Papa cita textos que se refieren a matrimonios, no a “uniones irregulares” (sobre todo por lo que respecta a la abstinencia temporal limitada, en conformidad con Humanae vitae). Tales textos, además, no permiten que un matrimonio evite el peligro por medio de un pecado.

“Existe el caso de una segunda unión consolidada en el tiempo, con nuevos hijos, con probada fidelidad, entrega generosa, compromiso cristiano, conciencia de la irregularidad de su propia situación y gran dificultad para volver atrás sin sentir en conciencia que se caería en nuevas culpas. La Iglesia reconoce “situaciones en las que el varón y la mujer, por serios motivos -como, por ejemplo, la educación de los hijos- no pueden satisfacer la obligación de la separación” ” (AL, 298). NOTA 329:  “… En estas situaciones, muchos, conociendo y aceptando la posibilidad de convivir “como hermano y hermana” que la Iglesia les ofrece, constatan que, si faltan algunas expresiones de intimidad, “no es raro que la fidelidad sea puesta en peligro y pueda ser comprometido el bien de los hijos” ” (Conc. Ecum. Vat. II, Const. Past. Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo, 51). [4]

¿Cómo pueden Jesús y su Madre santísima leer y comparar estas palabras del Papa con las de Jesús y de su Iglesia sin llorar? ¡Lloremos, pues, con Jesús, con profundo respeto y afecto por el Papa, y con el dolor profundo que nace de la obligación de criticar sus errores! ¡Y recemos para que el mismo Papa o un Santo Concilio revoquen estas falsas doctrinas contrarias a las santas palabras de Cristo, que no morirán jamás, y a las santas doctrinas de la Iglesia!

¡No es posible, como proponen algunos excelentes cardenales, leer estas pocas pero graves palabras de Amoris laetitia considerándolas en armonía con las palabras de Cristo o con las doctrinas de la Iglesia!

Alguno podría preguntarme cómo yo, mísero laico, pueda criticar a un Papa. Respondo: el Papa no es infalible si no habla ex cathedra. Varios Papas (Como Formoso y Honorio I) fueron condenados por herejía. Y es nuestro santo deber -por amor y por misericordia a tantas almas- criticar a nuestros obispos e incluso a nuestro querido Papa, si ellos se desvían de la verdad y si sus errores dañan a la Iglesia y a las almas. Esta obligación fue reconocida en la Iglesia desde el principio.

San Pablo resistió al primer Papa, san Pedro, con duras y enérgicas palabras, cuando él, en sus decisiones prácticas, se desviaba de la verdad y de la voluntad de Dios. San Atanasio resistió al Papa Liberio, que firmó una declaración que contenía la herejía arriana o semiarriana, que negaba la verdadera divinidad de Jesucristo. Este Papa, frente a la crítica de san Atanasio, lo excomulgó injustamente, cometiendo un error contra el cual hubo laicos que levantaron sus voces y que fue corregido más tarde. Y hoy la Iglesia, que debe en parte a este Santo la preservación de su fe, celebra su fiesta en todo el mundo.

Algunos laicos resistieron al Papa Honorio, que fue más tarde condenado por herejía por haberse declarado a favor de la herejía monotelita (que negó las dos naturalezas y las dos correspondientes voluntades humana y divina de la misma persona de Jesucristo). Laicos protestaron contra la herejía del Papa Juan XXII sobre la visión beatífica, una herejía que fue condenada en la bula Benedictus Deus de su sucesor.

Sigamos entonces sin miedo tales sublimes ejemplos de amor por la verdad y por la Iglesia y no consintamos nunca si vemos que Pedro ha caído en un error. El mismo Papa Francisco nos exhortaba a hacer exactamente esto y a criticarlo en vez de mentir al mundo católico o de adularlo. Tomemos en serio sus palabras, pero hagámoslo humildemente y sólo por amor a Jesús y a su Santa Iglesia, para enjugar las lágrimas de Jesús y para glorificar a Dios in veritate.

Josef Seifert


[1] En ciertos casos podría ser también la ayuda de los sacramentos. Por esto “recuerdo a los sacerdotes que el confesionario no debe ser una sala de tortura, sino el lugar de la misericordia del Señor”, Ex. ap. Evangelii gaudium (24 de noviembre de 2013), 44; AAS 105 (2013), 1038. Subrayo además que la Eucaristía “no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles” (ibid. 47: 1039).

[2] Cfr. Antonio Spadaro S.I., “Amoris laetitia”. Struttura e significato dell’Esortazione post-sinodale di Papa Francesco, La Civiltà Cattolica 2016 II pp. 105-128 (23 de abril de 2016)

[3] AL, 306.

[4] Esta alusión a la fidelidad en Gaudium et spes se refiere sólo al matrimonio y no, como en AL, a las relaciones extraconyugales. No conozco ningún otro texto eclesiástico en el cual se hable de la fidelidad o de la infidelidad entre los adúlteros.

La Iglesia se desmorona ante el mutismo y la cobardía de la Jerarquía ( P. Alfonso Gálvez)


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