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miércoles, 12 de noviembre de 2025

De Francisco a León XIV: Fernández y la continuidad de la agenda doctrinal



A comienzos de 2025, cuando el Papa Francisco aún se encontraba hospitalizado y su pontificado entraba en su fase final, el entonces prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, cardenal Víctor Manuel Fernández, adelantó la inminente publicación de dos textos: uno sobre la monogamia y otro sobre los títulos marianos de la Virgen, en particular Corredentora y Mediadora

Nueve meses después, ambos documentos ven la luz bajo el pontificado de León XIV, confirmando —según Specola— la continuidad teológica y estructural de la llamada “era Francisco”.

Para muchos observadores, este gesto supone una prueba decisiva del rumbo doctrinal del nuevo Papa: ¿mantendrá sin revisión los textos más controvertidos del pontificado anterior, o marcará distancia con el estilo autoritario y ambiguo de la Doctrina de la Fe bajo “Tucho” Fernández?
Un pontificado heredado

Specola describe el momento con ironía:
“Si el deseo del Papa León es tranquilizar las cosas, parece que vamos en el peor de los caminos”.
Ambos documentos —el de la monogamia y el dedicado a los títulos marianos— habían sido redactados y promovidos por Fernández antes de la muerte de Francisco, pero no llegaron a publicarse. La decisión de León XIV de no archivarlos, sino de ratificarlos y difundirlos oficialmente, muestra que el nuevo pontífice ha optado por dar continuidad a la línea doctrinal que pretendía cerrar debates más que iluminarlos.

El problema, señala Specola, no es sólo el contenido, sino el método:
“Todos estos textos —de Fiducia Supplicans a Traditionis Custodes— son documentos divisivos: sofocan la discusión con el ejercicio de un poder autoritario y alejan a los fieles de la fe”.
La Nota mariana y su ambigüedad teológica

La Nota Doctrinal Mater Populi Fidelis, dedicada a los títulos de la Virgen María, ha sido el detonante más visible de esta controversia. El documento desaconseja el uso del título “Corredentora” y modera el de “Mediadora”, alegando un riesgo de “malentendidos teológicos”. Para sus críticos, el texto es una negación velada del papel singular de María en la obra de la redención y una muestra de desconfianza hacia la tradición mariológica clásica.

El historiador Roberto de Mattei lo expresó con dureza:
“Tras un tono meloso, el documento esconde un contenido venenoso: pretende despojar a la Virgen de su grandeza sobrenatural, reduciéndola a una mujer cualquiera”.
De Mattei ve en esta Nota “la culminación de la deriva mariológica posconciliar”, que en nombre de la moderación ha optado por un minimalismo doctrinal que desfigura a la Madre de Dios.


El debate entre la corrección y la timidez

El teólogo Mario Proietti, en cambio, defiende una lectura positiva:
“La Nota niega con palabras lo que afirma con la doctrina”.
Según él, el texto reconoce implícitamente la cooperación de María en la redención y su intercesión materna, aunque evite los títulos tradicionales.
“El documento enseña que María cooperó de manera singular en la obra redentora de su Hijo y continúa ejerciendo una función de mediación maternal: esa es la definición clásica de Corredentora y Mediadora. Solo que el texto defiende la verdad, pero teme su propio nombre”
Proietti concluye que la Nota “no incurre en error dogmático”, pero peca de timidez pastoral, evitando proclamar lo que de hecho sostiene.

Una Iglesia que teme nombrar lo que enseña

Specola subraya que el problema de fondo no es lingüístico, sino espiritual: una Iglesia que teme pronunciar las palabras de su propia tradición acaba defendiendo la verdad en silencio. La Nota Mater Populi Fidelis no niega formalmente la corredención ni la mediación mariana, pero renuncia a afirmarlas con la claridad que exige el Magisterio.

El resultado es una teología sin voz: ortodoxa en la letra, insegura en el tono, incapaz de inspirar devoción o certeza.

Así, León XIV hereda no sólo los documentos de Francisco, sino su crisis teológica más profunda: una Iglesia que, en nombre de la «prudencia», teme enseñar y defender lo que siempre ha creído.