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miércoles, 10 de marzo de 2021

Los vientos del concilio, el caos de Biden y el caos del Papa Francisco



Seguimos con los ecos de la rueda de prensa del Papa Francisco a su vuelta de Iraq. La noticia del viaje ha tenido muy poco presencia en la prensa generalista, el contenido de sus discursos de estos días, ninguna. Lo que sí tenemos seguro es que cuando el Papa Francisco improvisa, abandona los papeles preparados y nos da titulares para unos días. Ya hicimos referencia ayer a los aspectos que nos parecen más relevantes, hoy seguimos con noticias en la misma línea que no aportan nada al contenido de fondo. El Papa Francisco hace referencia a seguir ‘la línea que enseñó el concilio’, como mantra que justifica todo y que hace callar al posible adversario. El único concilio no dogmático de toda la historia se está convirtiendo en el más dogmático, hasta el punto de pretender anular todos los anteriores introduciéndonos en la quimera de refundación de la Iglesia Católica. Se rechaza todo lo anterior, el tesoro de dos milenios de fe, porque ya no sirve, y se nos ofrece un mundo de lentejuelas, de arco iris, de discursos imposibles que nos están enfilando al precipicio. El tan citado espíritu del concilio, del que tanto se ha hablado y escrito se ha convertido en un alma en pena que vaga por el mundo buscando en quien encarnarse.

Biden sigue con sus manifestaciones católicas provocando un mar de confusión. Mantenerse de perfil en esta situación es imposible y muchos católicos están dispuestos a tomar partido contra de Biden. Las instituciones eclesiásticas no pueden seguir una línea acrítica hacia la acción de un presidente que niega la doctrina cristiano-católica. En el Vaticano son plenamente conscientes de que Biden está ‘abierto’ a la llamada «ideología de género» y sigue tomando medidas en esta dirección. El Papa Francisco se ha puesto en contra de la proliferación de esa «teoría», pero es favorable a las leyes que rigen la «convivencia civil» y Biden es un «aliado» útil para el multilateralismo diplomático, del reconocimiento del «derecho a migrar» y para la expansión de la «ecología integral». Nos tememos que seguiremos en la buscada confusión.

Toda la entrevista es interesante, pero nos detenemos en la referencia a la confusión que provoca el Papa Francisco con sus intervenciones: «hay una gran confusión en la Iglesia sobre cuestiones doctrinales, morales y litúrgicas, y aunque el Papa diga lo contrario, el mundo en que nos encontramos es tal que una serie de comentarios ambiguos que hace se utilizarán en el sentido de una ruptura con la Tradición de la Iglesia. El Sumo Pontífice introdujo dos novedades: En primer lugar, habla mucho sin haber preparado sus declaraciones: en el avión, en reuniones con periodistas, etc. La otra novedad se puede ver, por ejemplo, en la encíclica Hermanos Todos, cuando el Papa dice: «Soñamos» y utiliza el pronombre personal «Yo». Sus sueños son muy interesantes, por supuesto, pero no tienen la autoridad de un Papa que, con la ayuda del Espíritu Santo, se coloca en la continuidad de dos mil años de la Iglesia. Realmente hemos pasado a otro modo de comunicación que, por un lado, es un factor de profunda confusión y, por otro, permite a los enemigos de la Iglesia utilizar las ambigüedades así creadas».

Specola