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sábado, 2 de junio de 2018

“No es no”, para siempre (P. Santiago Martín) [Comentado por mí]


Duración 6:22 minutos

COMENTARIO PERSONAL

El padre Santiago hace un pequeño elogio del futuro cardenal Monseñor Ladaria, quien (se supone), habiendo consultado previamente con Francisco, indica algo que ya es conocido desde siempre en la Iglesia, cual es la imposibilidad de ordenar a las mujeres como sacerdotisas. Ese oficio está reservado única y exclusivamente a los hombres; tal ha sido la práctica constante de la Iglesia a lo largo de veinte siglos y tal es, por lo tanto, la voluntad de Jesucristo.  No se necesita de ningún concilio ni de definiciones "ex cathedra" para saber que la ordenación sacerdotal es exclusivamente para los hombres: esto es un dogma de fe.


Y lo mismo ocurre con otros temas, cual es la imposibilidad de que los divorciados vueltos a casar puedan comulgar, la imposibilidad del divorcio en la Iglesia, la aceptación del aborto o de la eutanasia, la homosexualidad como algo antinatural, el concepto erróneo de familia y de matrimonio (que hoy están desfigurados), etc...
Me parece que está todo muy bien explicado: el padre Santiago - a quien aprecio, sin conocerlo personalmente- es un excelente comunicador y se hace entender muy bien. Pero -dicho esto- no entiendo por qué, de un tiempo a esta parte, hace siempre tanto hincapié en defender a Francisco, sí o sí. 

Cierto es que un cristiano debe de estar con el Papa, como Vicario de Cristo en la tierra. Pero también lo es que la fidelidad completa y total debe de ser a Jesucristo y al Papado, es decir, a la Tradición y al Magisterio de la Iglesia de veinte siglos; la Doctrina católica no es invento de ningún papa. Y la autoridad papal lo es en tanto en cuanto está en conformidad con el Magisterio anterior. No puede haber dos magisterios en la Iglesia, ni ésta comenzó en el Concilio Vaticano II. 

Entonces: ¿estar con el Papa? Sí. Pero, ¿a cualquier precio? No: sólo si lo que dice está en conformidad con el sentir de la Iglesia de siempre. Y ése -sintiéndolo mucho- no es el caso de Francisco, pues los hechos cantan. Todo el mundo conoce la gran oposición de Francisco a la Tradición, una oposición demostrada desde el mismo día que accedió al Pontificado.

Y esto que voy a decir me da cierta pena, porque aprecio de corazón al padre Santiago, y sé muy bien de su fidelidad a la Iglesia y a la Tradición y el Magisterio de la Iglesia. Pero me desconcierta que esté continuamente defendiendo a Francisco: Los "malos" siempre son los que lo rodean; y si hay algún problema, es porque se le ha interpretado mal y que, en realidad, él no quería decir aquello que dijo, sino otra cosa.

No importa que acepte la dimisión de Monseñor Aguer y coloque en su lugar como Arzobispo de la Plata a "Tucho Fernández", autor oculto de la Amoris Laetitia; que mantenga como cardenales a quienes son claramente homosexuales o apoyan la homosexualidad, que diga que quien actúa mal no va al infierno sino que, simplemente, desaparece (se esfuma), que calle ante el "matrimonio" de homosexuales o el referéndum sobre el aborto, ambos realizados en Irlanda y un sinfín de cosas más: habría para escribir una enciclopedia.

La capacidad de pensar no está prohibida sino que es querida por Dios, que así nos ha creado. Y quiere que la ejercitemos ... pero con vistas a conocer la verdad. Ésta ha de resplandecer, por encima de nuestras estimaciones o intereses personales, pues, como decía san Pablo: "Nada podemos contra la verdad, sino en favor de la verdad" (2 Cor 13, 8). 

Esto es lo único que no logro entender del padre Santiago. Y no me cabe duda de que tendrá una explicación para actuar como lo hace. Pero a mí se me escapa.

José Martí