Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios (1 Cor 2, 12), el Espíritu de su Hijo, que Dios envió a nuestros corazones (Gal 4,6). Y por eso predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero para los llamados, tanto judíos como griegos, es Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,23-24). De modo que si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema! (Gal 1,9).
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domingo, 11 de diciembre de 2022
Declaración Abascal en Navarra tras la manifestación contra la expulsión de la Guardia Civil
Declaración de Santiago Abascal, presidente de VOX, en Navarra tras la manifestación a favor de la Guardia Civil:
Domingo 3º de Adviento - Verdaderos y falsos reformadores de la Iglesia (Audio del Padre Alfonso Gálvez)
Reig Pla: «La Iglesia vive hoy una crisis interna muy seria»
En esta entrevista, Reig Pla lamenta que a día de hoy, muchos católicos desconocen «la voz de Juan Pablo II o de Benedicto XVI y lo que nos han enriquecido los distintos Papas».
Preguntado sobre si ha pagado un alto precio por ir a contracorriente, el obispo emérito de la diócesis Complutense contesta que «estaba anunciado en el Evangelio: si al Maestro lo han perseguido, a vosotros os perseguirán. Navegar a contracorriente te hace pagar un precio alto. Primero te desprestigian, desvirtúan tus palabras, montan campañas para que desistas… De todas las cosas que dicen de mí difícilmente he encontrado algo verdadero. Lo he vivido siempre como un camino hacia lo que más me interesa: la humildad. Las humillaciones son una bendición de Dios para aprender a confiar plenamente en Él».
Durante este tiempo de calumnias y persecución contra su persona, Reig Pla afirma sentir la compañía de Dios y de la Iglesia. «Y luego cada uno en este mundo escoge. Uno, si quiere pasar desapercibido, pasa desapercibido. Si quiere disimular, disimula. Y si quiere afrontar la verdad tiene que pagar el precio. Pero la recompensa es enorme. Y luego te vienen compensaciones. Después de que el Papa aceptara mi renuncia he recibido miles de mensajes. Eso te carga el corazón de paz y alegría. Si estás con Dios y con la Iglesia, nunca estás solo», afirma el obispo Reig Pla.
Sobre su momento de mayor sufrimiento como obispo, monseñor Juan Antonio Reig Pla afirma que es «cuando veo que no triunfa la verdad. Ver que en el mundo se introduce la oscuridad genera muchísimo sufrimiento, y más cuando no ves brillar la verdad en el seno mismo de la Iglesia. Se experimenta cuando eres sacerdote y sobre todo siendo obispo».
El ataque a la familia
«Hoy se quiere reducir a la persona a simple individuo. Una persona nunca es un simple individuo. Lo que se pretende es una sociedad desvinculada en todos los sentidos. Este es el signo de los tiempos más evidente. El enemigo a batir es la familia. Está en el marxismo, en el liberalismo extremo y en el cóctel de estas ideologías. Asistimos a la desvinculación de la persona de su propio cuerpo. Esto es la gobernanza mundial que quiere reducir la población y que busca personas incapaces de afrontar la realidad con pensamiento propio», afirma sin tapujos Reig Pla.
Iglesias abiertas en pandemia
Ante la pregunta de por qué decidió dejar abiertas las iglesias durante la pandemia, Reig Pla responde que «la Iglesia no puede cerrar nunca. ¿Qué pasa, nos hemos vuelto locos? ¿Viene una peste y nos ocultamos y dejamos a las personas sin la asistencia de los sacramentos? A mí me daría una vergüenza enorme estar recogidito en casa y ver cómo morían las personas. Es una barbaridad total. Hemos venido para servir. Aquí no se podía cerrar ninguna iglesia, ¡y mira que tuve dificultades! La catedral estaba siempre llena. Yo celebré todos los días. Eso ahora nos beneficia porque en otros lugares se están quejando de que les cuesta recuperar la normalidad. La Iglesia tiene que estar siempre donde las personas sufren para llevarles el alivio de Dios y los auxilios divinos».
La «enfermedad» de la Iglesia
En referencia a la situación que atraviesa hoy día la Iglesia, Reig Pla afirma que «la Iglesia vive hoy una crisis interna muy seria. Está enferma, y por tanto hemos de regenerar el corazón de la Iglesia y palpitar con Jesucristo para poder afrontar estas consecuencias de lo que vengo anunciando desde hace tantos años».
El obispo emérito de Alcalá matiza que «no me refiero solo a Alemania, una situación que puede parecer extrema, o a las realidades que puedan ocurrir en Centroeuropa. Aunque la tentación es acomodarse al mundo, nosotros no podemos hacer eso. Esta enfermedad que hoy padece la Iglesia, esta crisis de civilización, necesita de santos. Y cuando digo santos, digo mártires. Mártires dispuestos a dar la vida por Jesucristo. Una Iglesia martirial no queda convertida en una Iglesia mundana, reducida a una ONG. Eso no es la Iglesia».
sábado, 10 de diciembre de 2022
Una cuestión seria
Analizar las palabras en sus propias categorías – ontología, etimología, semántica, sintaxis, gramática – siempre ha sido una actividad particular nuestra, tanto como para haber sostenido, en tiempo pasado, numerosas conferencias sobre el tema y haber publicado estudios sobre “lugares comunes” lingüísticos y estar a la espera del tercero acerca de los “modos de decir”, de publicación inminente. Esta curiosidad nace de la lectura del episodio bíblico (Gen. 2, 19-20) en donde se narra que Adán, ante la presencia del Señor, da el nombre a todos los animales y a las cosas.
Antes de pasar a la cuestión seria, anunciada en el título, damos razón de la inclusión de la ontología en las categorías verbales, término que refiere al ser de una res y, en este caso, de una palabra. Ahora bien, ¿qué tiene que ver la ontología con la “palabra”; es decir, un flatus vocis que, en cuanto tal, desaparece perdiéndose en el aire donde se dice “verba volant”?
Mucho: 1) porque más allá de la fonética, puro medio de transmisión, la palabra acoge en sí un significado que – abstracto/concreto – constituye su esencia misma; 2) porque de simple sonido se transforma, mediante el alfabeto, en documento, certificado que asevera el dicho “scripta manent”.
Era común que Santo Tomás de Aquino, antes de iniciar la lección, mostrase a los presentes una manzana diciendo: “Esta es una manzana. Quien no esté de acuerdo puede también retirarse” para demostrar que desde el pensamiento concreto brota el abstracto.
Todo esto se resume en el áureo brocardo justiniano “nomina sunt consequentia rerum” – los nombres se corresponden a las substancias de las cosas.
Con esto como premisa, pasamos a nuestra cuestión seria.
La expresión “religiones cristianas” es el área desde la cual parte nuestra atenta crítica que, poniendo aparte el sustantivo “religiones”, asume, cual elemento único a analizar, el atributo de “cristianas” porque nuestro intento es aquel de demostrar como ilícita atribución abusiva de este atributo a algunas confesiones – que son la mayor parte – y que son así llamadas e identificadas entre sí.
Ahora bien, para proceder con el examen completo, es necesario establecer qué significado atribuir al término “cristiano”. Entre los tantos presentes en el diccionario, aquel que corresponde a nuestro intento se despliega así: “dicho de quien se identifica con la doctrina y la práctica del cristianismo”; es decir, de Jesús el Cristo.
Por doctrina cristiana se entiende – sin duda alguna – el mensaje de todo el N.T., vale decir: los cuatro Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, las Epístolas Paulinas, aquellas Católicas y el Apocalipsis. Naturalmente, aquello que prevalece, en términos de doctrina, es la Palabra de Dios, Jesús, quien constituye, enseñando, perfeccionando y dando pleno cumplimiento a la vieja ley (Mt. 5, 17-20), la nueva religión en la cual, entre las nuevas e importantes realidades, viene revelada la Santísima Trinidad con todos sus corolarios.
Ser y decirse cristiano exige la aceptación total del anuncio evangélico, significa acoger y vivir la secuela de Cristo, quiere decir adherirse a la praxis; es decir, a aquel complejo de normas, ordenamientos y comportamientos conformes al magisterio de Jesús y establecidos por la Tradición que el fiel, en cuanto cristiano, debe observar y poner en acto.
La historia del Cristianismo registra en su interior – en varias épocas y por diversas razones – escisiones, destajos y separaciones con las cuales partes de la Iglesia Católica, desconocida la autoridad central papal de Roma – sede del Vicario de Cristo y sucesor apostólico- se dan, con un acto de pronunciamiento público y rebelde, su propia autonomía tal que, por ejemplo, la interpretación de la Sagrada Escritura – dominio del Sagrado Magisterio, de la Jerarquía y del Clero – se transforma en ejercicio personal y subjetivo.
Cada cisma tiene origen en la herejía, desde la trinitaria hasta la cristológica, desde la mariana hasta la eucarística, sin faltar, para tales separaciones, pretextos de orden económico, personales y de poder, camuflados por motivaciones teológicas ficticias, como el caso del anglicanismo.
Damos un elenco de máximas de estas Iglesias/Confesiones que, con el infringir el estado de obediencia, son otra cosa que la Iglesia Madre, Cristiana, Una, Santa, Católica, Apostólica y Romana. Ellas pueden ser repartidas en dos grupos, así como sigue:
Protestante (luterana, anglicana, valdense, puritana, metodista, cuáquera, pentecostal, adventista, baptista, testigos de Jeová)
Ortodoxa (nestoriana, copta, oriental, rusa, griega, Armenia)
No está en el programa de la presente intervención dar las coordenadas históricas y los acontecimientos que caracterizaron el formarse de cada confesión. Es, en cambio, indispensable connotarlas como heréticas y cismáticas – como en efecto lo son- porque este es el punto que, demostrado, nos permitirá concluir según el tema propuesto, tema que nace de una investigación lingüística para terminar en una sentencia teológica.
Entonces: estas Confesiones son llamadas “cristianas” porque – se dice- sin importar el rechazo de la Iglesia Católica, la verdadera y única Iglesia cristiana, ellas se identifican con el culto de Jesús Cristo y a las secuelas de sus enseñanzas. Veamos entonces cuáles son los parámetros establecidos por Jesús – el Cristo- según los cuales se es cristiano.
Naturalmente son los Evangelios la fuente doctrinaria y documental que, con la autoridad del Hijo de Dios y de su Palabra, dan y despliegan las normas con las cuales será posible el sostenerse “cristiano” como lícita atribución o abuso. A tal fin, citaremos pericopas relativas a la supremacía del Papado y otras pertinentes a las condiciones de cuantos se encuentran escindidos de Cristo.
1) “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré Mi Iglesia… a ti te dare las llaves del reino de los cielos y todo aquello que unas en la tierra será unido en los cielos y todo lo que disuelvas en la tierra será disuelto en los cielos” (Mt. 16, 18-19). En esta primera declaración de Jesús, con el otorgamiento a Pedro del máximo poder sacerdotal – que legitima la facultad de decidir con plena autonomía intervenciones de orden y de importancia superior – se advierte manifiestamente que es la Iglesia Católica la única que puede decirse “cristiana”, y como institución divina – siendo el fundador y el custodio el Hijo de Dios – y como realidad humana histórica, cuya sucesión apostólica está en el trono pontificio – ininterrumpida en los siglos – afirma su inalterable e inalterada identidad originaria. Cuestionar la legitimidad del primado de Pedro y de sus sucesores, como lo hacen las Iglesias cismáticas, es ponerse en contra de la voluntad de Cristo.
2) “Cuanto hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: ´Simón de Jonás, Me amas tú mas que estos?´ Le respondió: ´Ciertamente, Señor, Tú sabes que te amo´. Le dijo: ´Apacienta Mis corderos´. Le dijo de nuevo: ´Simón de Jonás, Me amas?´. Le respondió: ´Ciertamente, Señor, Tú sabes que Te amo´. Le dijo: ´Pastorea mis ovejas´. Le dijo por tercera vez: ´Simón de Jonás, Me amas?´. Pedro se entristeció de que le dijese por tercera vez: Me amas? Y le dijo: ´Señor, Tú sabes todo, Tú sabes que Te amo´. Le respondió Jesús: ´Apacienta Mis ovejas´. “ (Juan 21, 15-17). Jesús, el resucitado, confirma el primado de Pedro y, con el encargarle la grey, lo constituye como el Primer Pastor a quien le es delegada la custodia y la cura del rebaño cristiano. Cuestionar, como lo hacen las Iglesias cismáticas y no aceptar esa supremacía, es ponerse contra la voluntad de Cristo.
3) “Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirmaa tus hermanos” (Lc. 22, 31-32). Con esta exortación, Jesús confiere a Pedro el primado del poder magisterial que, con el sacerdotal y con el pastoral, lo califica como la suma autoridad espiritual. Cuestionar, rechazar o desconocer esta función, como lo hacen las Confesiones cismáticas, es ponerse contra la voluntad de Cristo.
4) “Y tengo otras ovejas que no son de este aprisco; tambien debo conducir a estas; escucharán mi voz y se convertirán en un solo rebaño y un solo pastor” (Juan 10, 16). En este versículo del Evangelio de Juan, Jesús declara que su Iglesia es el único aprisco en el cual, más allá de las ovejas que ya son suyas, deberán ser conducidas aquellas lejanas, aquellas “remotas y vagabundas… vacías de leche” (Par. XI, 127-129) de modo que se constituya un solo rebaño – comunidad católica – bajo la custodia de un solo pastor que, según tal connotación, es Cristo mismo y, subordinadamente, el Papa. Rechazar y no acoger esta visión de una Iglesia como la única y sola institución redentora, como lo hacen las Iglesias cismáticas, es ponerse contra la voluntad de Cristo.
Es esclarecedora a tal propósito la repuesta que el santo cura d´Ars – Juan María Vianney – dio a un anglicano que sostenía que, sin importar la diversidad de las creencias, “estaremos ambos en el reino de los cielos porque me fio en Cristo que dijo ´quien crea en Mí, tendrá la vida eterna´. A lo que, el santo cura: “Pobre de mí, querido mío, no estaremos unidos allá arriba más que en la medida en la cual habremos comenzado a serlo sobre la tierra: la muerte no podrá modificar nada. Donde cae el árbol, ahí permanece… El Señor también dijo otra cosa. Dijo que quien no haya escuchado a Su Iglesia debe ser considerado como un pagano. Dijo que no debía haber más que un solo rebaño y un solo pastor y estableció a San Pedro como cabeza de este rebaño. Querido mío, no existen dos maneras buenas de servir al Señor; existe solo una; es decir, como Él quiere ser servido” (Alfred Monnin: espìritu del cura d´Ars – ed Ares, 2009, pag. 172-173).
5) “Por lo tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado” (Mt. 28, 19). Con esta recomendación imperativa, Jesús pone el sello que garantiza el ser cristiano solo en la observación de lo enseñado y comandado por Él. Entre los elementos de los cuales Jesús nos comanda la observación y que se dan como distintivos del ser cristiano, están: a) obsequencia racional al dogma, con lo que se evita la herejía; b) el reconocimiento del primado episcopal de Pedro, transmitido en los siglos a sus sucesores que, como Vicarios de Cristo en la tierra, representan la única y suprema autoridad espiritual; c) el respeto unido al cumplimiento de todas las normas morales, litúrgicas, disciplinarias que constituyen la praxis. Relativizar el dogma, no reconocer como única y legítima la autoridad del Obispo de Roma – Christi Vicarius – sucesor de Pedro, mutar la praxis – así como hacen las Iglesias cismáticas – es ponerse contra la voluntad de Cristo, quien, en términos precisos, inequivocables, afirma: “El que no es conmigo. Contra Mí es, y el que conmigo no recoge, desparrama.” (Lc. 11, 23)
¿Cómo se está en contra de Jesús? La pregunta encuentra respuesta inmediata. Se está en contra de Jesús no creyendo en Su Palabra, no observando sus mandamientos, alterando sus enseñanzas con falsas y desvariadas interpretaciones y blasfemándolo. De esto se sigue, naturalmente, el encontrarse separados de Cristo, escisos de Su vida, separados del flujo vivificador de Su comunión, ser destinados a la perdición eterna.
Jesús mismo es quien aclara la condición de quién está en Su contra en el versículo evangélico (Juan 15, 5-6) donde afirma: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden… En esto está glorificado Mi Padre: que portéis mucho fruto y os convirtáis en Mis discípulos”. Discípulos; es decir, CRISTIANOS, del modo histórico y tradicional con el cual son llamados los seguidores de un maestro o de una escuela. Ahora si, por ejemplo, llaman “crociano” a un intelectual que sigue y vive la filosofía de Benedetto Croce (1866 – 1952) no acreditaremos el mismo título a quien niega, combate o denigra el sistema del mencionado filósofo, sino que lo definiremos como “anticrociano”.
Parece, por lo tanto, obvio sostener como “anticristiano” a quien no solo no vive las enseñanzas de Cristo, sino que incluso las enfrenta con actos privados y públicos, distorsionando a cuenta propia tales mandamientos, como por ejemplo – Mc. 10, 1-12 – Jesús define el divorcio como pecado de adulterio.
Las Confesiones cismáticas, así llamadas “cristianas”, admiten en su orden el divorcio, así como algunas de ellas permiten a las mujeres el acceso al orden sacerdotal, y así como otras incluso definen como “simbólica” la presencia de Cristo en las especies eucaríticas del pan y del vino, habiendo sido formadas sobre el tronco protestante, cuya doctrina, legada al nombre de un “reformador”, es un conglomerado de elementos incoherentes y personales que chocan abiertamente con el Evangelio.
Más allá de todo esto, estas Confesiones continúan llamandose “cristianas” y, como tales, son reconocidas también por la Iglesia Católica, la cual, inmersa y sumergida en el “espíritu ecuménico conciliar VAT.II”, sostiene su existencia como un don del Espíritu Santo, el cual “hace la diversidad en la Iglesia, y esta diversidad es tan rica y tan bella, y luego, el mismo Espíritu Santo hace la unidad. Y así la Iglesia es una en la diversidad” (Papa Francisco, Caserta – Iglesia pentecostal 28-07-2014). Continúan llamándose y a ser consideradas cristianas porque sostienen de seguir las enseñanzas de Jesús, invocan el nombre y Lo adoran en sus propias formas culturales.
A ellas así responderá el Señor Jesús: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos… no los he nunca conocido” (Mt. 7, 21)
Hacer la voluntad del Padre es lo mismo que hacer la voluntad del Hijo. No basta decirse cristiano para serlo y estas Iglesias/Confesiones no han correspondido a los mandamientos y no han hecho la voluntad de Cristo, por lo tanto, mas allá de definirse y ser consideradas “cristianas” no lo son porque el verdadero atributo, pertinente a su ser, es “anticristianas”; es decir, enemigas de Cristo e, incluso, por Él desconocidas. Solo con el regreso a la Iglesia Católica de Roma podrán sanar su anomalía y sentirse, “cum Ecclesia”, un solo rebaño con un solo pastor y un solo sacerdote en el pleno privilegio de decirse “cristianas”.
viernes, 9 de diciembre de 2022
Abascal anuncia una moción de censura contra el golpe de Sánchez a la independencia judicial
El golpe a la separación de poderes conocido anoche ya ha tenido una respuesta firme desde el tercer partido más votado de España.
Ayer Perú y ahora España: golpe del gobierno izquierdista contra la independencia judicial
¿España se dirige hacia una dictadura? Hay datos alarmantes que indican ese derrotero
En una rueda de prensa, el presidente de Vox, Santiago Abascal, ha denunciado la liquidación de "los últimos vestigios de la separación de poderes" en España, acusando al gobierno de amenazar directamente "los derechos y libertades de todos los españoles", y ha señalado que "ha llegado el momento de presentar una nueva moción de censura", tras la presentada por Vox hace dos años y en la que otros partidos de la oposición, como el Partido Popular y Ciudadanos, se pusieron del lado del gobierno. "El Grupo Parlamentario de Vox iniciará hoy mismo conversaciones para proponer un candidato neutral, con experiencia de Gobierno, que no milite en partido político alguno y que se comprometa a convocar elecciones inmediatas", ha señalado Abascal.
Podéis ver aquí el vídeo completo de la rueda de prensa (dispone de subtítulos para las personas con problemas de audición):
Aquí podéis leer la transcripción de la intervención de Abascal, publicada por Vox:
"Hoy, 9 de diciembre de 2022, el señor Sánchez ha iniciado un nuevo ataque a la Constitución y a los principios más elementales del Estado de Derecho.
Hoy, el señor Sánchez ultima el asalto al Poder Judicial, liquidando los últimos vestigios de la separación de poderes y, por lo tanto, amenazando directamente, los derechos y libertades de todos los españoles.
Hoy, al permitir que el gobierno pueda nombrar directamente a dos magistrados del Tribunal Constitucional, sin control por el propio Tribunal de la idoneidad y legalidad de los designados, asalta al gobierno de los jueces; vulnera el artículo 159.3 de la Constitución, que obliga a que las renovaciones del Tribunal sean por tercios de sus miembros; y, de paso, coloca a dos de sus cómplices, con la exclusiva finalidad de perpetuar la ilegalidad.
Hace apenas dos años, VOX presentó una moción de censura denunciando la deriva ilegal que había iniciado el gobierno social comunista; su desprecio a la Constitución; su alianza con golpistas y filoterroristas y los graves daños que iba a ocasionar al Estado de Derecho.
Por desgracia, en aquella ocasión las demás fuerzas de la oposición hicieron una lectura partidista, sin entrar a valorar el discurso que advertía de lo que ya estaba sucediendo.
Espero que en este momento de especial gravedad prevalezca el sentido de Estado, porque es evidente que ha llegado el momento de presentar una nueva moción de censura.
El Grupo Parlamentario de VOX iniciará hoy mismo conversaciones para proponer un candidato neutral, con experiencia de Gobierno, que no milite en partido político alguno y que se comprometa a convocar elecciones inmediatas.
Sea cual sea el resultado de la moción, es el deber de toda la oposición presentarla. Todos los diputados del Congreso deben retratarse ante este nuevo golpe a la Constitución. Y nosotros debemos dejar constancia nacional e internacional de los verdaderos actos y planes del señor Sánchez y de sus cómplices.
Para que nos hagamos una idea, el señor Sánchez está preparando un escenario en el que podría dar el autogolpe que ha dado Pedro Castillo en Perú, y no habría capacidad legal de detenerle o de juzgarle porque los delitos han sido derogados.
España está sufriendo un gobierno extremista, que pretende perpetuarse en el poder arrasando cualquier impedimento legal o moral.
Por ello, es la hora de la unidad. El pueblo español, como en sus mejores momentos, ha de unirse frente a quienes le quieren robar su pasado, su presente y su futuro.
Con la fuerza de las urnas, debemos conformar un gobierno que reconstruya la democracia herida y devuelva a los españoles la libertad arrebatada. En VOX no descansaremos hasta conseguirlo".
¡LO PAÍS COMPARA A VOX CON NAZIS, BULO DE TVE ATACANDO A ABASCAL Y GOLPE DE ESTADO DE SÁNCHEZ!
No podemos volver al ritual que el Concilio reformó (según el Papa Francisco)
El Papa Francisco redobla las restricciones de la misa en latín en una nueva carta
“No veo cómo es posible decir que se reconoce la validez del Concilio [Vaticano II] – aunque me asombra que un católico pueda presumir de hacerlo – y al mismo tiempo no aceptar la reforma litúrgica nacida de Sacrosanctum Concilium', escribió el Papa Francisco.Hoy nos acompaña el Sr José Antonio Ureta para hablar del tema
PROEMIO
22. §1. La reglamentación de la sagrada Liturgia es de competencia exclusiva de la autoridad eclesiástica; ésta reside en la Sede Apostólica y, en la medida que determine la ley, en el Obispo.
§ 2. En virtud del poder concedido por el derecho la reglamentación de las cuestiones litúrgicas corresponde también, dentro de los límites establecidos, a las competentes asambleas territoriales de Obispos de distintas clases, legítimamente constituidos.
§3. Por lo mismo, nadie, aunque sea sacerdote, añada, quite o cambie cosa alguna por iniciativa propia en la Liturgia.
Conservar la tradición y apertura al legítimo progreso
23. Para conservar la sana tradición y abrir, con todo, el camino a un progreso legítimo, debe preceder siempre una concienzuda investigación teológica, histórica y pastoral, acerca de cada una de las partes que se han de revisar. Téngase en cuenta, además, no sólo las leyes generales de la estructura y mentalidad litúrgicas, sino también la experiencia adquirida con la reforma litúrgica y con los indultos concedidos en diversos lugares. Por último, no se introduzcan innovaciones si no lo exige una utilidad verdadera y cierta de la Iglesia, y sólo después de haber tenido la precaución de que las nuevas formas se desarrollen, por decirlo así, orgánicamente a partir de las ya existentes. En cuanto sea posible evítense las diferencias notables de ritos entre territorios contiguos.
Lengua litúrgica
36. § 1. Se conservará el uso de la lengua latina en los ritos latinos, salvo derecho particular.
§ 2. Sin embargo, como el uso de la lengua vulgar es muy útil para el pueblo en no pocas ocasiones, tanto en la Misa como en la administración de los Sacramentos y en otras partes de la Liturgia, se le podrá dar mayor cabida, ante todo, enlas lecturas y moniciones, en algunas oraciones y cantos, conforme a las normas que acerca de esta materia se establecen para cada caso en los capítulos siguientes.
§ 3. Supuesto el cumplimiento de estas normas, será de incumbencia de la competente autoridad eclesiástica territorial, de la que se habla en el artículo 22, 2, determinar si ha de usarse la lengua vernácula y en qué extensión; si hiciera falta se consultará a los Obispos de las regiones limítrofes de la misma lengua. Estas decisiones tienen que ser aceptadas, es decir, confirmadas por la Sede Apostólica.
§ 4. La traducción del texto latino a la lengua vernácula, que ha de usarse en la Liturgia, debe ser aprobada por la competente autoridad eclesiástica territorial antes mencionada.
Lengua vernácula y latín
54. En las Misas celebradas con asistencia del pueblo puede darse el lugar debido a la lengua vernácula, principalmente en las lecturas y en la «oración común» y, según las circunstancias del lugar, también en las partes que corresponden al pueblo, a tenor del artículo 36 de esta Constitución.
Procúrese, sin embargo, que los fieles sean capaces también de recitar o cantar juntos en latín las partes del ordinario de la Misa que les corresponde.
Si en algún sitio parece oportuno el uso más amplio de la lengua vernácula, cúmplase lo prescrito en el artículo 40 de esta Constitución.
Comunión bajo ambas especies
55. Se recomienda especialmente la participación más perfecta en la misa, la cual consiste en que los fieles, después de la comunión del sacerdote, reciban del mismo sacrificio el Cuerpo del Señor. Manteniendo firmes los principios dogmáticos declarados por el Concilio de Trento, la comunión bajo ambas especies puede concederse en los casos que la Sede Apostólica determine, tanto a los clérigos y religiosos como a los laicos, a juicio de los Obispos, como, por ejemplo, a los ordenados, en la Misa de su sagrada ordenación; a los profesos, en la Misa de su profesión religiosa; a los neófitos, en la Misa que sigue al bautismo.
Unción de enfermos
73. La «extremaunción», que también, y mejor, puede llamarse «unción de enfermos», no es sólo el Sacramento de quienes se encuentran en los últimos momentos de su vida. Por tanto, el tiempo oportuno para recibirlo comienza cuando el cristiano ya empieza a estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez.
Uso del latín o de la lengua vernácula
101. §1. De acuerdo con la tradición secular del rito latino, en el Oficio divino se ha de conservar para los clérigos la lengua latina. Sin embargo, para aquellos clérigos a quienes el uso del latín significa un grave obstáculo en el rezo digno del Oficio, el ordinario puede conceder en cada caso particular el uso de una traducción vernácula según la norma del artículo 36.
§ 2. El superior competente puede conceder a las monjas y también a los miembros, varones no clérigos o mujeres, de los Institutos de estado de perfección, el uso de la lengua vernácula en el Oficio divino, aun para la recitación coral, con tal que la versión esté aprobada.
§ 3. Cualquier clérigo que, obligado al Oficio divino, lo celebra en lengua vernácula con un grupo de fieles o con aquellos a quienes se refiere el § 2, satisface su obligación siempre que la traducción esté aprobada.
Canto gregoriano y canto polifónico
116. La Iglesia reconoce el canto gregoriano como el propio de la liturgia romana; en igualdad de circunstancias, por tanto, hay que darle el primer lugar en las acciones litúrgicas.
Los demás géneros de música sacra, y en particular la polifonía, de ninguna manera han de excluirse en la celebración de los oficios divinos, con tal que respondan al espíritu de la acción litúrgica a tenor del artículo 30
Roma, en San Pedro, 4 de diciembre de 1963.
Yo, PABLO, Obispo de la Iglesia Católica
El callejón sin salida del conservadurismo
1. ¿Es idéntico pensar y actuar como conservador y pensar y actuar como católico? ¿Son iguales los enfoques conservador y tradicional? ¿Qué distingue al conservador de los amantes de los principios perennes? ¿Es la conservación, como tal, un criterio en sí mismo, o se juzga la conservación por su objeto? Estas son sólo algunas de las preguntas que surgen cuando se trata de salirse del entramado de un lenguaje aproximado y evitar malentendidos y errores fatales tanto para el conocimiento como para la acción.
Este es un problema que se ha presentado muchas veces, a partir de los cambios de época que han visto las grandes transformaciones impuestas por las revoluciones modernas, y particularmente frente a los resultados de la Revolución Francesa. La pregunta surgió instantáneamente, no en sus términos formales, sino en su esencia, después de la derrota de Napoleón en Waterloo y la Restauración posterior. La pregunta que surge (y que con frecuencia se vuelve a plantear) podría formularse en estos términos: cuando la revolución se encuentra en dificultades o detenida, ¿qué camino tomar para superarla no sólo en sus efectos, sino también en sus causas? En consecuencia, ¿qué pensar y cómo hacer para sanar lo que ha sido alterado por la fuerza?
El Congreso de Viena eligió el camino de la conservación más que el de la tradición. La Restauración, en efecto, mantuvo gran parte del orden napoleónico, mantuvo a las clases dominantes civiles y militares instaladas por los regímenes pro-franceses en las filas ya ocupadas, hizo suyos muchos cambios territoriales impuestos por el expansionismo revolucionario. Así se comportaban generalmente los reyes, una vez que regresaban a sus respectivos tronos. La “política de la amalgama”, emprendida por el ministro Medici, y refrendada por Fernando I, en el Reino de las dos Sicilias, constituye, a su manera, un caso ejemplar. El deseo de conservar lo ya existente hizo que el retorno al orden anterior fuera, en gran medida, sólo aparente, y sentó las bases para posteriores reveses.
Este diseño fue (diversamente) criticado por autores como el Príncipe de Canosa, Antonio Capece Minutolo, el Conde Monaldo Leopardi, el Conde Clemente Solaro della Margarita. Probaron de nuevo el modelo, mostraron sus errores, señalaron la raíz de sus fracasos. Manteniendo el pasado cercano (absolutista o napoleónico), no se volvió a la tradición, sino que se consolidó la revolución -en sus resultados y en sus hombres- y se sentaron las premisas para la reanudación del fermento revolucionario y para el debilitamiento de la fuerza política. estructuras, que afirmó querer proteger.
2. Si nos detenemos a considerar la tipología de la actitud conservadora, nos damos cuenta, ya a primera vista, de que tiende a considerar un hecho como un valor. Inclinarse, es decir, a preferir lo existente como existente (apreciado y defendido) y por tanto un cierto poder, como efectivo. Entre los que se jactan de la legalidad (entendida positivamente) y los que plantean el problema de la legitimidad, la mensconservador expresa una armonía con el primero, en lugar de tomar en consideración el dilema planteado por el segundo. Del mismo modo, entre el orden existente y la necesidad de justicia, el conservadurismo (generalmente) se adapta al primero, en lugar de tomar partido por el segundo. Como podría representar el diálogo de Sófocles entre Creonte y Antígona: después de todo, el tirano, llamando a la observancia de sus preceptos ("edictos humanos") invoca la conservación de una estructura normativa, mientras que Antígona la impugna apelando a una normatividad superior (las "leyes divinas"), es decir, a principios que trascienden y juzgan todo poder.
La fenomenología del conservadurismo se manifiesta en una serie de actos y tesis, que establecen unos rasgos recurrentes y unos desembarcos reveladores. Es típico del conservador adoptar como criterio el "rendir para no perder", excepto para comprobar más tarde, contra su voluntad, que el ceder mismo era el requisito previo para la derrota (a pesar de cualquier intención en contrario). Además, el conservadurismo (muchas veces) toma la forma de la opción por el “mal menor”, por lo que a pesar de cualquier intención diferente, termina aceptando y consolidando el mal, en lugar de reemplazarlo por el bien (deseado). Por otra parte, el conservador parece estar hipotecado por el miedo a la inestabilidad, la anarquía o el caos, hasta el punto de considerar preferible un arreglo institucional considerado (en su conjunto) injusto a su eventual impugnación.
El trasfondo de estos marcos (teórico-prácticos) - implícita o explícitamente - es una especie de "debilidad espiritual", que pone entre paréntesis las grandes cuestiones de principio. Sobre esta premisa, se admite que "los enemigos de ayer son los aliados de hoy", y se teoriza que las instituciones nacidas de la Revolución (Francesa) y sus consecuencias, en el proceso del que forma parte, deben ser ellas mismas preservadas, ser plenamente vinculantes o son apreciables en sí mismos.
Esta actitud presupone (más o menos conscientemente) la convicción de la irreversibilidad de la historia, o más bien de su camino unívoco y horizontal. Por lo tanto, solo se podría registrar el movimiento "hacia adelante" o "hacia atrás" (no "arriba" o "abajo"). El tiempo mismo, en su sucesión, pasa a ser asumido como vehículo de aumento cualitativo. De modo que, después de una transformación revolucionaria, cualquier "retorno al orden" sería imposible (operacionalmente) o imposible (teóricamente). Habría, pues, que limitarse a evitar los excesos de la praxis revolucionaria, exigiendo como máximo el respeto a ciertos "valores" (como tales, inevitablemente abstractos).
3. Si se busca la esencia del conservadurismo, considerado en sí mismo, no es difícil ver en él una categoría de liberalismo. Como tal, constituye una ideología, y no se confunde con el espíritu natural de conservación de la propiedad (y de todo lo que de ella participa). Propiamente, es decir, es un punto de vista absolutizado, no la responsabilidad de la mayordomía o la tendencia racional a perseverar en lo que se conoce como válido.
En el marco del liberalismo, el conservadurismo pretende sustraer algo del campo de la opinión. Frente al convencionalismo liberal, el conservador tiene como objetivo "proteger" algunos bienes de la posibilidad de aniquilamiento (por vía normativa, administrativa o judicial). Pretende estabilizar las inevitables fluctuaciones del sistema, sustentando un ancla (en cierto sentido, inquebrantable). De este modo, sin embargo, cae en una aporía fatal: por un lado, acepta la primacía de la opinión, y por otro la excluye; o viceversa, bajo un aspecto defiende unos bienes como independientes de toda voluntad, y bajo otro acepta la institucionalización de la primacía de la libertad (como criterio de sí misma).
Tipificando la experiencia histórica, se puede observar que el conservadurismo constituye la sustancia de la Revolución en su fase napoleónica. En efecto, una vez en el poder, la Revolución apela a la preservación (de sí misma), a consolidar lo adquirido, a estabilizar las estructuras que ha producido y a evitar nuevos sobresaltos. En efecto, precisamente al intuir el peligro de sucumbir (ante la inevitable reacción), la revolución victoriosa se presenta como portadora del orden y de la paz, evidentemente del orden producido por la revolución. Ofrece a los antiguos adversarios la posibilidad de una convivencia no conflictiva, pero en sus propios términos y dentro del ámbito de sus propias normas.
En última instancia, el conservadurismo corresponde a la pretensión de cristalizar el proceso revolucionario en una determinada fase, ignorando o descuidando su dinámica intrínseca. Visto más de cerca, toma la forma de unirse al lado perdedor de la revolución misma, es decir, al anterior y "superado" por su posterior radicalización. En su mayor parte, adopta el liberalismo cristalizado en su versión menos consecuente con las premisas, abrumado (históricamente) por su desarrollo en democratismo y libertarismo. Con esto, el conservadurismo asume que puede encontrar una mediación entre la primacía del ser y la primacía del devenir. Pero esta mediación, aunque imposible desde el punto de vista teórico, parece tanto más ilusoria desde el punto de vista operativo. En esta imagen,
El conservador, por lo tanto, termina apuntando a perpetuar un orden particular, sin trascenderlo objetivamente. Lo defiende a fondo sin evaluarlo hasta el final. Su orientación epistémica, más que realista, es empirista.
En resumen, el conservadurismo se revela como el "camino muerto" en el que se agota la reacción a la subversión programática, o el "callejón sin salida" que (objetivamente) neutraliza la oposición a las transformaciones revolucionarias. Más que la premisa, constituye el "malentendido capital" con respecto a la contrarrevolución (tanto desde el punto de vista intelectual como operativo). A fortiori, el conservadurismo es (objetivamente y más allá de las intenciones) la "falsificación radical" de la tradición (entendida en su sentido axiológico).
4. Un análisis conciso revela que el enfoque conservador es inconfundible con el fundamento (del juicio y de la acción) en la tradición. Esto requiere una evaluación a partir de la cual distinguir lo accidental y lo esencial, lo transitorio y lo precioso, lo repetitivo y lo tradicional. Donde el segundo término es el criterio del primero, y no al revés. De modo que el primero debe ser objeto de un discernimiento selectivo, y viene a revelarse (por sí mismo) sólo el simulacro del segundo.
Pensar la tradición significa acomodarse a la primacía del ser, de la contemplación y de la finalidad, por tanto con la primacía de la inteligencia, la verdad y la bondad. Al mismo tiempo, presupone el escrutinio de la experiencia y la prioridad noética del "sentido común", es decir, de la aprehensión primaria de la realidad (en sus diversos aspectos) y de la naturaleza de las cosas.
La tradición auténtica (en cualquier ámbito, desde el político al jurídico, desde el artístico al literario) entrega lo que es válido, lo que perdura, lo que permanece, no lo que prevalece, lo que fue o lo que pasa. En la medida en que mantiene lo permanente en lo transitorio, lo más alto en lo más común.
Se entiende, por tanto, que la tradición no consiste en la imitación de lo ya acontecido, ni en la hipostasiación del pasado. Más bien, se sustancia en la capacidad de atesorar el legado de verdad y bienes, de adquisiciones y perfecciones. Por tanto, más que un ansiado residuo (según una precedencia horizontal) constituye una fundada prenda de esperanza (por su elevación vertical).
jueves, 8 de diciembre de 2022
¡ABASCAL HUMILLA AL PSOE, IGEA ATACA A GARCÍA-GALLARDO Y GOLPE DE ESTADO EN PERÚ: PODEMOS CALLA!
Duración 12:37 minutos
Bienvenidos a RoberSR!!! Nuevo vídeo en el canal comentando las últimas humillaciones de Abascal al PSOE, los enésimos ataques de Francisco Igea a Juan García-Gallardo, líder de VOX en Castilla y León y como ante el intento de golpe de Estado de Pedro Castillo en Perú; Podemos y el gobierno de España han guardado silencio. Todo esto y mucho más en el vídeo de hoy!!!Noticias 8 de diciembre de 2022
- Detrás de las masivas 'protestas contra el confinamiento' (Video) CHINA
ADELANTE LA FE
- «Vigía, ¿qué hay de la noche?» A 25 años de la muerte de Romano Amerio (1905-1997)
https://adelantelafe.com/vigia-que-hay-de-la-noche-a-25-anos-de-la-muerte-de-romano-amerio-1905-1997/
INFOCATÓLICA
- La Comisión Europea pretende imponer la adopción por homosexuales y los vientres de alquiler a todos los países de la UE
https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=45098&utm_medium=RSS&utm_source=atom&utm_campaign=home
THE WANDERER
- Dos buenas noticias. Sí, se puede.
http://caminante-wanderer.blogspot.com/2022/12/dos-buenas-noticias-si-se-puede.html
- ¡TREMENDO lo que le HA PASADO A FIGO!... y otros momentos MARAVILLOSOS (Video)
martes, 6 de diciembre de 2022
El breve examen crítico de la nueva misa de Pablo VI
A continuación, examinaremos brevemente los principales cambios en sentido protestante introducidos en la Misa de Pablo VI, tanto en la estructura litúrgica como en el propio rito.
Naturalmente, sólo nos vamos a ocupar de los que resultan más perceptibles para los fieles sencillos, para que todos se hagan una idea clara de los contras entre el rito nuevo y el tradicional.
Cambios estructurales en la Iglesia
1) Eliminación sistemática de la barandilla que separa del espacio sagrado del presbiterio. Éste último, que antes estaba reservado a los sacerdotes y otros ministros sagrados, está abierto actualmente a todos, sean consagrados o laicos. Las consecuencias de ello han sido la eliminación del concepto de lugar sagrado, la desacralización del sacerdote y la progresiva equiparación en la práctica de clero y seglares.
2) El altar destinado a la celebración está ahora de cara al pueblo. El sacerdote ya no se dirige a Dios para ofrecer el divino Sacrificio en beneficio de los fieles, sino hacia el pueblo, en un simple encuentro de oración.
Obsérvese que el altar antiguo ni siquiera estaba orientado hacia los feligreses, sino hacia el Oriente, símbolo de Cristo, como testimonia entre otras cosas la orientación geográfica de muchas basílicas antiguas. El altar, mejor dicho, la mesa orientada hacia el pueblo, es por el contrario una creación enteramente personal de Lutero y demás pseudorreformadores del siglo XVI.
3) En la mayoría de los casos el altar está diseñado en forma de mesa, como si fuera a servir para una cena. La Misa ya no es el Sacrificio expiatorio; se ha convertido en una simple comida fraterna. Mientras que en realidad el altar evoca la idea de un sacrificio ofrecido a Dios, la mesa hace pensar en una comida compartida en una mera conmemoración. Por eso en los templos protestantes se usa -donde la hay- una mesa, nunca un altar.
4) Según las rúbricas de la nueva Misa de Pablo VI, el Sagrario puede estar apartado del centro del presbiterio. Disposiciones recientes, como por ejemplo las de la Conferencia Episcopal Italiana, han culminado la operación, imponiendo una capilla lateral al efecto. Es para no ofender a los protestantes; de ese modo, la Presencia permanente de Nuestro Señor Jesucristo en el Tabernáculo dejará de ser un obstáculo para el irreversible camino ecuménico.
5) En el centro del presbiterio, y generalmente en lugar del Sagrario, se encuentra actualmente la silla del sacerdote celebrante. El hombre ocupa el lugar de Dios, y la Misa se convierte en un simple encuentro fraterno entre la asamblea y su «presidente», es decir el sacerdote, cuya misión ha quedado reducida a la de un mero director, animador litúrgico de la antropocéntrica nueva Iglesia conciliar.
Con la entusiástica aprobación de los obispo, se inserta en este ambiente festivo el estilo pop de grupos musicales parroquiales más o menos juveniles, con miras a caldear el ambiente con ritmos y músicas bailables (en no pocas eucaristías conciliares se baila ya a todos los efectos).
Cambios dogmático-litúrgicos en el rito de la Misa
1) Se han eliminado las oraciones preliminares al pie del altar, al final de las cuales el sacerdote, entre otras cosas, se reconocía indigno de entrar en el sancta sanctorum para ofrecer el sacrificio divino e invocaba la intercesión de los santos para purificarse de todo pecado.
En su lugar, en la nueva Misa antropocéntrica el que preside la asamblea se explaya dando la bienvenida, que en muchos casos no es más que un preludio al desencadenamiento de una más o menos anárquica creatividad litúrgica.
2) Se ha eliminado el doble Confíteor (el primero lo rezaba sólo el celebrante, y a continuación el pueblo hacía el segundo). Esto distinguía al sacerdote de los fieles, que se dirigían a él llamándolo páter, padre.
En la nueva Misa todos rezan juntos el Yo, pecador una sola vez. El sacerdote ya no es padre para los fieles, sino un hermano más entre ellos. Democráticamente y a la manera protestante, queda borrado -ni más ni menos- en el actual «yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante vosotros hermanos…» O sea, que todos somos hermanos.
3) Las lecturas bíblicas las pueden hacer simples laicos (se podría decir que hoy en día es invariablemente así), lo mismo hombres que mujeres.
Totalmente contrario a la prohibición, que se remontaba a los primeros siglos y que siempre había reservado ese cometido a clérigos ordenados de lector para arriba. Precisamente, el lectorado era una de las órdenes menores que llevaban al estado clerical. Entre los protestantes, no existe clero, sino meros ministros y ministerios, por eso la reforma de Pablo VI eliminó las órdenes menores e instituyó en su lugar nada menos que ministerios: lectorado y acolitado y cualquiera, da igual que sea hombre o mujer, tiene acceso al atril para leer.
4) En el Ofertorio de la Misa de antes el sacerdote ofrecía a Cristo al Padre como Víctima propiciatoria y expiatoria por los pecados, con palabras inequívocas: «Recibe, Padre Santo […] esta Hostia inmaculada que yo, indigno siervo tuyo, te ofrezco […] por mis innumerables pecados […] y también por todos los fieles cristianos, vivos y difuntos […] a fin de que a mí y a ellos nos aproveche para la salvación y la vida eterna».
A los protestantes siempre les resultó bastante indigesto que se pusiera de relieve el aspecto propiciatorio de la culpa y expiatorio de la pena, hasta el punto de que las primeras partes de la Misa Romana que suprimió Lutero fueron precisamente las oraciones del Ofertorio. Hoy en día, en el Ofertorio de la nueva Misa de Pablo VI el presidente de la asamblea se limita a ofrecer pan y vino para que se conviertan en un indeterminado pan de vida y una vaga bebida de salvación. La idea misma de Sacrificio propiciatorio y expiatorio ha quedado concienzudamente suprimida.
5) En la Misa de Pablo VI se ha conservado el Canon Romano para guardar las apariencias, pero eso sí, mutilado. Se le han añadido, con el claro fin de suplantarlo gradualmente, tres nuevas plegarias eucarísticas (II,III y IV) más actualizadas, fruto de la colaboración con seis peritos protestantes. Con esas oraciones, para que nos entendamos, el presidente de la asamblea da gracias a Dios porque «nos haces dignos de servirte en tu presencia» (plegaria II), mezclando así su misión con la de los simples fieles en un único sacerdocio común que recuerda a Lutero. Si no, se dirige a Dios y lo alaba diciendo: «congregas a tu pueblo para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso» (plegaria III), con lo cual el pueblo y no el sacerdote parece convertirse en el elemento determinante para que se produzca la Consagración.
En la segunda parte del plan protestantizante del Misal de Pablo VI se han insertado cuatro oraciones eucarísticas que van más lejos todavía.
Llega a afirmarse que Cristo nos congrega para el banquete pascual (concepto y terminología enteramente protestantes), mientras el presbítero-presidente conciliar ya no pide que el pan y el vino se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Cristo (como todavía se hacía en las plegarias II, III y IV), sino tan solo que Cristo se haga presente entre nosotros con su Cuerpo y su Sangre. Una simple y vaga presencia de Cristo entre nosotros. Nada queda ya de transustanciación ni de Sacrificio expiatorio y propiciatorio. Sin los cuales, huelga recordarlo, ya no hay Misa.
El sacrificio del que se habla después en la misma plegaria eucarística debe entenderse necesariamente por tanto como mero sacrificio de alabanza (cosa todavía aceptada por Lutero y compañía, que rechazaban de plano toda idea de sacrificio expiatorio y propiciatorio).
6) En el nuevo rito de Pablo VI ha desaparecido en todas las plegarias eucarísticas el punto que precedía a las palabras de la Consagración. En el antiguo Misal Romano ese punto y aparte obligaba al sacerdote a interrumpir la mera conmemoración de lo que pasó en la Última Cena para disponerse a realizar, o sea a renovar de forma incruenta pero real el divino Sacrificio.
El presbítero-presidente conciliar se encuentra ahora en presencia de dos puntos ortográficos que lo llevarán -psicológica y lógicamente- a limitarse a seguir recordando y pronunciar por tanto las palabras de la Consagración con intención meramente conmemorativa (exactamente como en la llamada cena de los protestantes).
7) Se ha eliminado la genuflexión del sacerdote inmediatamente después de la Consagración, mediante la cual expresaba la fe en la transustanciación que se acababa de producir con las palabras consagratorias recién dichas. Concepto totalmente inaceptable para los protestantes que, como es sabido, niegan el sacerdocio derivado del sacramento del Orden con todos los poderes espirituales que conlleva.
En la nueva Misa actual de Pablo VI el presidente de la asamblea se arrodilla una sola vez, y no es inmediatamente después de la Consagración, ni después de elevar cada una de las dos especies para mostrarlas a los fieles presentes. Esto es perfectamente aceptable para los protestantes, para quienes (sin la menor transustanciación) sobre la mesa de la Santa Cena Cristo se hace presente únicamente gracias a la fe de los congregados.
Por enésima vez, salta a la vista que el nuevo rito de los conciliares es un amplio punto de encuentro con los llamados hermanos separados.
8) La aclamación de los fieles al final de la Consagración, si bien está tomada del Nuevo Testamento, es totalmente inoportuna y engañosa: introduce por enésima vez un elemento de ambigüedad al presentar a un pueblo que espera la venida de Cristo, cuando por el contrario Él ya está realmente presente sobre el altar como Víctima del Sacrificio expiatorio y propiciatorio que se acaba de renovar.
Como con todas las otras modificaciones e innovaciones, se hace más evidente al encuadrarlo en el contexto general de los demás cambios.
9) En el antiguo Rito Romano, en el momento de la Comunión los fieles, arrodillados humildemente, repetían a imitación del centurión: «Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme» (Mt.8,8). De ese modo manifestaban fe en la Presencia Real del Señor bajo las sagradas especies.
En cambio, en la Misa de Pablo VI se limitan a decir que no son dignos de participar de la mesa*, expresión vaguísima y totalmente aceptable en ambientes protestantes. [* En la versión italiana, N. del T.]
10) En la Misa romana antigua, la Eucaristía se recibía obligatoriamente de rodillas, en la lengua y tomando todas las precauciones para evitar la caída de partículas, utilizándose para ello una patena.
Por el contrario, en la Misa de Pablo VI y, conforme a la sinuosa táctica modernista, se empezó por disponer ad experimentum la mera posibilidad de recibir la Comunión de pie. Al poco tiempo, comulgar de pie se volvió poco menos que obligatorio. Sucesivamente se introdujo -por parte de las diversas conferencias episcopales- la comunión en la mano, entusiásticamente promovida por un clero conciliar que había perdido la fe, totalmente indiferente a los inevitables sacrilegios, voluntarios o involuntarios, a los que es sometido de esa forma el Cuerpo de Cristo. Con la pandemia de 2020, comulgar en la mano se volvió prácticamente obligatorio en todas partes.
11) La administración del Sacramento de la Eucaristía ya no está reservada a los sacerdotes y diáconos como lo ha sido desde los tiempos de los Apóstoles; con autorización del obispo, gozan en la actualidad de la misma facultad monjas y simples seglares.
Conclusión: Para terminar, recordemos la grave amonestación de aquel célebre estudioso de la sagrada liturgia que fue Dom Prospero Géranguer:
«Lo que caracteriza ante todo a la herejía antilitúrgica es el odio a la Tradición en las formas del culto divino. Todo sectario que quiere introducir una falsa doctrina se topa inevitablemente con la Liturgia, que es la Tradición en su máxima potencia, y no descansará hasta que logre callar esa voz arrancando las páginas que contienen la fe de los siglos que nos precedieron».
Hoy se celebra a San Nicolás, patrono de los niños y ejemplo de generosidad
A su patronazgo sobre la niñez, hay que sumarle -por razones históricas y culturales- ser patrono de países como Rusia, Grecia y Turquía.
La “leyenda”
Lo primero que hay que señalar sobre este querido santo -más de dos mil templos llevan su nombre alrededor del mundo- es que fue un personaje histórico, real, no obstante su vida ha quedado, para bien o para mal, envuelta en cierto manto de leyenda.
San Nicolás de Bari ha servido de inspiración para la popular figura de Papá Noel, Santa Claus o San Nicolás, personaje legendario que lleva regalos a los niños la noche de Navidad.
Dicha inspiración radica probablemente en el conocido desprendimiento del santo -eso de hacer regalos- y su preocupación por el bienestar de los más frágiles, entre los que están los niños de ayer y de hoy. Esas actitudes y que su fiesta se celebre en Adviento parece que hicieron el resto del trabajo.
San Nicolás solía animar o invitar a la generosidad; solía decir estas bellas palabras: “Sería un pecado no repartir mucho, siendo que Dios nos da tanto”.
Llamado a seguir los pasos de Cristo
San Nicolás de Bari nació en Licia, antigua provincia del Imperio romano ubicada en el actual territorio de Turquía, alrededor del año 270. Sus padres eran cristianos y participaban activamente de la vida de la Iglesia. Ambos solían ayudar a enfermos y menesterosos. Lamentablemente, cayeron enfermos durante una epidemia y murieron dejando a Nicolás en la orfandad, aunque amparado por cierta fortuna.
Al descubrir el llamado de Dios a consagrar su vida, Nicolás repartió sus bienes entre los pobres y pidió ser admitido en un monasterio. Años después sería ordenado sacerdote. Como tal, inició un viaje de peregrinación a Egipto y Palestina con el propósito de recorrer las tierras por donde vivió el Señor.
A su regreso se estableció en la ciudad de Myra (Turquía), en momentos en los que se debatía intensamente la elección del nuevo obispo local. Los sacerdotes y diáconos de Myra, gracias a su buena reputación, se inclinaron por poner en el cargo al recientemente llegado Nicolás.
Bajo el espectro de la persecución
Muy pronto las circunstancias dieron un giro dramático cuando se desató una nueva persecución contra los cristianos. Nicolás, que ya había mostrado gran diligencia en el cuidado de las almas, terminaría apresado. El buen obispo permaneció en cautiverio por largo tiempo, hasta que la reforma del emperador Constantino entró en vigencia en Myra.
Gracias al Edicto de Milán, Nicolás pudo volver a la vida pública y retomar su misión pastoral. Lo hizo con igual celo y amor, enseñando y defendiendo la sana doctrina frente a las numerosas herejías que amenazaban a la comunidad cristiana.
"Gracias a las enseñanzas de Nicolás, la metrópolis de Myra fue la única que no se contaminó con la herejía arriana la cual rechazó firmemente, como si fuese un veneno mortal", escribió haciendo referencia a él San Metodio, arzobispo de Constantinopla.
Lamentablemente el arrianismo se había hecho muy popular y constituía un peligro para la enseñanza de las verdades elementales de la fe, ya que suponía la negación de la divinidad de Jesucristo.
Defensor de la justicia: los tres soldados
Defensor de las causas justas, alguna vez, Nicolás salvó a tres jóvenes soldados, víctimas de una falsa acusación, de ser ejecutados. Los cargos habían sido presentados bajo soborno, pagado por el gobernador Eustacio. Estando los tres oficiales prontos a morir, pidieron que Dios los ayude y solicitaron la mediación del obispo Nicolás, a quien consideraban hombre compasivo y de gran autoridad.
Días después, el emperador Constantino tuvo un sueño en el que se le apareció el obispo. En el sueño, Nicolás le ordenaba poner en libertad a los jóvenes porque eran inocentes. El emperador, acto seguido, los mandó llamar. Constantino luego de escuchar su versión de los hechos, los dejó libres y escribió una carta al obispo Nicolás en la que agradecía su intervención en este asunto y le pedía que rece por la paz en el imperio.
Patrono de los marineros y viajeros
San Nicolás es patrono de los marineros. Cuenta la leyenda que unos navegantes viéndose perdidos en el furioso mar empezaron a clamar: “Oh Dios, por las oraciones de nuestro buen Obispo Nicolás, sálvanos”. En ese momento -sigue el relato- apareció el santo sobre el barco, bendijo el mar y este se calmó. Luego el obispo desapareció.
De acuerdo a una antigua tradición cristiana de Oriente, los navegantes que surcan el mar Egeo y el Jónico se orientan con una estrella llamada “Estrella de San Nicolás”; y se desean buen viaje diciendo: “Que San Nicolás lleve tu timón”.
Patrono protector de los niños
Existe también una historia sobre tres niños que fueron asesinados y sus cuerpos arrojados en un depósito de sal. Por la oración de San Nicolás, los infantes volvieron a la vida. Debido a esto a Nicolás se le considera patrono de los niños, y suele ser representado con tres infantes al costado.
Finalmente una leyenda da cuenta de que en la Diócesis de Myra había un hombre abatido por la pobreza que decidió prostituir a sus tres hijas vírgenes. San Nicolás, buscando evitar que esto sucediera, trepó por el techo de la casa de aquel hombre amparándose en la oscuridad de la noche y arrojó por la chimenea una bolsa con tres monedas de oro. Con ese dinero el santo salvó a las doncellas de la perdición.
De Myra a Bari
San Nicolás murió un 6 de diciembre, no se sabe con seguridad si del año 345 o 352. En el siglo VI, el emperador Justiniano construyó una iglesia en Constantinopla en su honor, y su devoción se hizo popular en todo el mundo cristiano.
En 1087 sus restos fueron rescatados de Myra, que había caído bajo invasión musulmana, y llevados a Bari, en la costa adriática de Italia. Por esta razón es llamado tanto “San Nicolás de Myra” como “San Nicolás de Bari”. En la iglesia de esta ciudad italiana reposan sus restos hasta hoy.
Una antigua tradición de los habitantes de Bari reza lo siguiente: "El venerable cuerpo del obispo, embalsamado en el aceite de la virtud, sudaba una suave mirra que le preservaba de la corrupción y curaba a los enfermos, para gloria de aquél que había glorificado a Jesucristo, nuestro verdadero Dios". Ese aceite que brotó de los restos del santo es conocido como el “Manna di S. Nicola” (el maná de San Nicolás).
¿Qué dice Santo Tomás sobre el secreto de la Confesión?
Por cierto:
4. Un sacerdote por la confesión puede darse cuenta de que uno de sus penitentes es indigno de la prelatura. Ahora bien, todos están obligados a oponerse a la promoción de personas indignas, cuando de él dependa. Por tanto, ya que con su oposición podría hacer sospechar el pecado, y por tanto revelar de alguna manera la confesión, es evidente que a veces es necesario revelar la confesión.
DE LO CONTRARIO:
1. En los Cánones leemos: "Cuídese el sacerdote de no traicionar al penitente con palabras, signos o de cualquier otro modo".
2. El sacerdote debe conformar su propia conducta a la de Dios, de quien es ministro. Ahora bien, Dios no revela sino que cubre los pecados manifestados en la confesión. Por lo tanto, ni siquiera el sacerdote debe revelarlos.
Respondo que: En los sacramentos los actos que se realizan externamente significan los que se realizan internamente. Luego la confesión con que uno se somete al sacerdote es el signo del interior con que se somete a Dios Ahora bien, Dios cubre con la penitencia el pecado de quien se somete a él. Luego esto debe ser significado en el sacramento de la penitencia. Por eso es necesario que la confesión permanezca en secreto; y porque el que revela la confesión peca como profanador del sacramento. También hay otros beneficios de este secreto; en efecto por esto los hombres se sienten más atraídos a la confesión; y confesar sus pecados con más sencillez.
SOLUCIÓN DE DIFICULTADES:
1. Algunos dicen que el sacerdote no está obligado a guardar bajo secreto de confesión sino los pecados que el penitente promete enmendar: si no, puede hablar de ellos a las personas que pueden beneficiarse de ellos para bien y no para mal. Pero esta opinión es errónea, por ser incompatible con la verdad del sacramento. En efecto, como el bautismo sigue siendo un verdadero sacramento, aunque se lo reciba con malas disposiciones, tampoco cambia nada de lo que es esencial al sacramento; así la confesión no deja de ser un acto sacramental, aunque el que confiesa no pretenda enmendarse. No obstante, por lo tanto, exige secreto. El secreto de la confesión tampoco es incompatible con la caridad. Porque la caridad no exige que lo que se ignora sirva de remedio al pecado. Bueno, lo que se sabe en la confesión se ignora prácticamente: porque uno no lo sabe como hombre, sino como Dios.Sin embargo, en los casos antedichos se debe procurar los remedios que sean posibles, sin revelar la confesión: esto es, amonestar al penitente y cuidar que los demás no sean pervertidos por la herejía. También puede exhortar al prelado a velar más diligentemente por su rebaño: pero sin decir ni insinuar nada que pueda traicionar al penitente.
2. El precepto de guardar la confesión en secreto está implícito en el mismo sacramento. Por tanto, como la obligación de confesar es de derecho divino, y no puede dispensarse de ella por ninguna licencia o mandato humano, así nadie puede ser obligado o autorizado por un hombre a revelar la confesión. Por lo tanto, si a uno se le ordena bajo amenaza de excomunión que diga si es consciente de ese pecado dado, no debe hablar: porque debe pensar que se le ordena condicionalmente, "si es consciente de él como hombre". Y aunque se le interrogue expresamente sobre la confesión, no debe hablar. Tampoco incurriría en excomunión por esto, ya que no está sujeto a su superior sino como hombre; ahora, él es consciente de esos pecados no como hombre, sino como Dios.
3. Un hombre sólo puede ser citado a declarar como hombre. Por tanto, sin perjuicio de la conciencia, el confesor puede jurar que no sabe lo que sabe sólo como Dios. Asimismo, el prelado puede dejar sin castigo y sin otro remedio el pecado que sólo conoce como Dios, pues no está obligado a usar remedios sino en la forma que le conviene. Por tanto, las cosas que le son referidas en el tribunal de penitencia, debe remediar en lo posible dentro de este tribunal. En el caso anterior, el P. por ejemplo, el abad debe insistir en que el penitente renuncie al priorato. O, si no quiere, puede eximirlo del cargo por alguna otra razón: pero para evitar cualquier sospecha de que revela el secreto de la confesión.
4. Uno puede ser indigno de la prelatura por muchas otras razones, además del pecado: por ejemplo, por falta de conocimiento, edad u otras cosas similares. Por tanto, quien se opone no hace sospechar un delito, ni revela la confesión. -