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miércoles, 23 de diciembre de 2020

En Grege Relicto. Mons.Viganò sobre la Natividad en la Plaza de San Pedro.

 CHIESA E POST CONCILIO


En el centro de la Plaza de San Pedro se alza una estructura metálica tensada, decorada apresuradamente con una luz tubular, bajo la cual se colocan, inquietantes como tótems, unas horribles estatuas que ninguna persona con sentido común se atrevería a identificar con los personajes de la Natividad. El fondo solemne de la fachada de la Basílica Vaticana aumenta el abismo entre la armoniosa arquitectura renacentista y ese indecoroso desfile de bolos antropomórficos. 

Poco importa que estos artefactos atroces sean el fruto de estudiantes de un oscuro Instituto de Arte de Abruzzo: quien se atrevió a armar esta cicatriz en el belén lo hizo en una época que, entre las innumerables monstruosidades en el No hagas nada bello, nada que merezca ser guardado para la posteridad. Nuestros museos y galerías de arte moderno rebosan de creaciones, instalaciones, provocaciones nacidas de mentes enfermas a finales de los sesenta y setenta: pinturas inimaginables, esculturas que causan asco, obras de las que no se comprende ni el tema ni el significado. Y también las iglesias están desbordadas de ella, que no se salvaron, siempre en esos años desafortunados, de audaces contaminaciones de "artistas" apreciados más por su filiación ideológica y política que por su talento. 

Durante décadas, los arquitectos y artesanos han estado creando horribles estructuras, muebles y muebles sagrados de tal fealdad que dejan a los simples disgustados y escandalizan a los fieles. De esa malaplanta, en el clima migratorio bergogliano, la barcaza de bronce no podía dejar de derivar, como monumento al migrante desconocido [ aquí y ver índice ], ubicado a la derecha de la columnata berniniana, desfigurando su armonía, cuya masa opresiva hace que los adoquines se hundan en el consternación de los romanos. 

Cabe recordar que el pesebre blasfemo de este año fue precedido por el igualmente sacrílego de 2017, ofrecido por el santuario de Montevergine, destino de peregrinaje de la comunidad homosexual y transgénero italiana. Este anti-pesebre, "meditado y estudiado según los dictados y doctrina del Papa Francisco", debería representar supuestas obras de misericordia: un hombre desnudo en el suelo, un cadáver con un brazo colgando, la cabeza de un preso, un arcángel con un guirnalda de flores de arco iris y la cúpula en ruinas de San Pedro. [1] 

Intentos similares, en los que la Natividad se utiliza como pretexto para legitimar juicios muy infelices, han sido la preocupación de muchos fieles, obligados a sufrir las extravagancias del clero y el deseo de innovación a toda costa, el deseo deliberado de profanar - en el sentido etimológico hacer profano - lo que es viceversa sagrado, separado del mundo, reservado para el culto y la veneración. Belenes ecuménicos con mezquitas inverosímiles; belenes inmigratorios con la Sagrada Familia en la balsa; belenes hechos de patatas o chatarra. 

Ahora es evidente, incluso para los más inexpertos, que no se trata de intentos de actualizar la escena navideña, como hicieron los pintores del Renacimiento o del siglo XVIII, vistiendo la procesión de los Magos con los trajes de la época; son más bien la imposición arrogante de la blasfemia y el sacrilegio como antiteofanía del Feo, como atributo necesario del Mal. 

No es casualidad que los años en que se creó este pesebre sean los mismos en los que vieron la luz el Concilio Vaticano II y la misa reformada: la estética es la misma y los principios inspiradores son los mismos. Porque esos años representaron el fin de un mundo y marcaron el inicio de la sociedad contemporánea, así como con ellos comenzó el eclipse de la Iglesia Católica para dar paso a la Iglesia conciliar. 

Poner esos artefactos de cerámica en el horno debe haber requerido muchos problemas, que la laboriosidad de los maestros de esa escuela de Abruzzo superó rompiéndolos en pedazos. Lo mismo ocurrió en el Concilio, donde ingeniosos expertos consiguieron introducir en los documentos oficiales novedades doctrinales y litúrgicas que en otros tiempos se habrían limitado a la discusión de un grupo clandestino de teólogos progresistas. 

El resultado de ese experimento pseudoartístico es un horror que es tanto más espantoso cuanto mayor es la afirmación de que el sujeto representado es la Natividad. Haber decidido llamar "belén" a un conjunto de figuras monstruosas no lo convierte en tal, ni responde al propósito por el cual se exhibe en iglesias, plazas, hogares: inspirar la adoración de los fieles hacia el Misterio de la Encarnación.  Así como haber llamado “concilio” al Vaticano II no ha hecho que sus formulaciones sean menos problemáticas y ciertamente no ha confirmado a los fieles en la fe, ni ha aumentado su frecuencia a los sacramentos, y mucho menos a multitudes de paganos convertidos a la Palabra de Cristo. 

Y cómo la belleza de la liturgia católica ha sido reemplazada por un rito que solo sobresale en la miseria; cómo la sublime armonía del canto gregoriano y la música sacra ha sido prohibida en nuestras iglesias para hacer resonar los ritmos tribales y la música profana; cómo la perfección universal de la lengua sagrada fue barrida por la babel de las lenguas vernáculas; así se frustra el impulso de la veneración antigua y popular concebido por San Francisco, para desfigurarlo en su sencillez y arrancarle el alma. 

La repulsión instintiva que despierta este belén y la vena sacrílega que revela constituyen el símbolo perfecto de la iglesia bergogliana, y quizás precisamente en esta ostentación de descarada irreverencia hacia una tradición secular tan querida por los fieles y los pequeños, es posible comprender qué es el Estado. de las almas que lo querían allí, bajo el obelisco, como desafío al Cielo y al pueblo de Dios. Almas sin Gracia, sin Fe, sin Caridad. 

Alguien, en un vano intento de encontrar algo cristiano en esas obscenas estatuas de cerámica, repetirá el error que ya se ha cometido al permitir que nuestras iglesias sean destripadas, al despojar de nuestros altares, al corromper con ahumado la simple y cristalina integridad de la Doctrina. ambiguo típico de los herejes. 

Reconozcámoslo: esa cosa no es una Natividad, porque si fuera una Natividad tendría que representar el sublime Misterio de la Encarnación y Nacimiento de Dios " secundum carnem», La admiración adoradora de los pastores y los Magos, el amor infinito de María Santísima por el divino Niño, el asombro de la creación y de los Ángeles. En definitiva, debe ser la representación de nuestro estado de ánimo antes del cumplimiento de las profecías, nuestro encanto de ver al Hijo de Dios en el pesebre, nuestra indignidad de la Misericordia redentora. Y en cambio se ve, de manera significativa, el desprecio por la piedad popular, el rechazo de un modelo perenne que recuerda la eternidad inmutable de la Verdad divina, la insensibilidad de las almas áridas y muertas ante la Majestad del Niño Rey, a la rodilla doblada del Los reyes magos. Allí se puede ver el sombrío gris de la muerte, la oscura aséptica de la máquina, la oscuridad de la condenación, el odio envidioso de Herodes que ve amenazado su poder por la Luz salvadora del Niño Rey. 

Una vez más, debemos estar agradecidos al Señor incluso en esta prueba, aparentemente de menor impacto pero aún consistente con las mayores tribulaciones que estamos atravesando, porque nos ayuda a quitarnos las vendas que los ciegan de nuestros ojos. Esta monstruosidad irreverente es el sello distintivo de la religión universal del transhumanismo defendida por el Nuevo Orden Mundial; es la explicación de la apostasía, la inmoralidad y el vicio, de la fealdad erigida como modelo. Y como todo lo que se construye por las manos del hombre sin la bendición de Dios, incluso contra él, está destinado a perecer, desaparecer, desmoronarse. Y esto sucederá no por la alternancia del poder de quienes tienen gustos y sensibilidades diferentes, sino porque la Belleza es necesaria esclava de Verdad y Bondad, 

+ Carlo Maria Viganò
23 de diciembre de 2020
Feria IV infra Hebdomadam IV Adventus 
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[1] https://www.corrispondenzaromana.it/lanti-presepe-piazza-san-pietro/

Sobre la ilicitud moral del uso de vacunas a base de células derivadas de fetos humanos abortados



Queridos amigos de Duc in altum, un cardenal y cuatro obispos han redactado un documento, que os propongo en versión italiana, relativo a la ilicitud moral del uso de las vacunas realizadas utilizando células derivadas de fetos abortados. El cardenal es Janis Pujats, arzobispo metropolitano emérito de Riga (Letonia). Los obispos son Tomash Peta, arzobispo de María Santísima en Astana (Kazajistán), Jan Pawel Lenga, emérito de Karaganda (Kazajistán), Joseph E. Strickland, obispo de Tyler (Estados Unidos) y Athanasius Schneider, obispo auxiliar de María Santísima en Astana (Kazajistán).

Recientemente se ha publicado por parte de varios servicios de información y fuentes periodísticas que, en relación con la emergencia Covid-19, en algunos países se están produciendo vacunas utilizando líneas celulares de fetos humanos abortados y en otros países está prevista la producción de tales vacunas. Cada vez son más numerosas las voces de eclesiásticos (conferencias episcopales, así como determinados obispos y sacerdotes) que afirman que, a falta de alternativas para la vacunación con sustancias éticamente lícitas, sería moralmente lícito para los católicos utilizar vacunas aun si para su desarrollo se han utilizado líneas celulares de niños abortados. Los defensores de tales vacunas invocan dos documentos de la Santa Sede (Pontificia academia para la vida, “Reflexiones morales sobre vacunas preparadas a partir de células derivadas de fetos humanos abortados” de 9 de junio de 2005 y Congregación para la doctrina de la fe, Instrucción “Dignitas Personae, sobre algunas cuestiones bioéticas” de 8 de septiembre de 2008), que consienten el uso de tales vacunas en casos excepcionales y por tiempo limitado sobre la base de lo que en teología moral se denomina cooperación material, pasiva y remota con el mal. Los documentos citados afirman que los católicos que recurran a dichas vacunas tienen al mismo tiempo “el deber de manifestar su desacuerdo al respecto y exigir que los sistemas sanitarios pongan a disposición otros tipos de vacunas”.

En el caso de vacunas obtenidas a partir de líneas celulares de fetos humanos abortados vemos una clara contradicción entre la doctrina católica, la cual rechaza categóricamente y más allá de cualquier sombra de ambigüedad el aborto en todo caso como un grave mal moral que clama venganza al cielo (ver Catecismo de la Iglesia católica 2268, 2270 ss.), y la práctica de considerar las vacunas derivadas de líneas celulares fetales abortadas como moralmente aceptables en casos excepcionales de “urgencia”, sobre la base de una cooperación material, pasiva y remota. Sostener que tales vacunas pueden ser moralmente lícitas si no hay alternativas es de por sí contradictorio y no puede ser aceptable para los católicos. Se deben recordar las siguientes palabras del Papa Juan Pablo II sobre la dignidad de la vida humana no nacida: “La inviolabilidad de la persona, reflejo de la absoluta inviolabilidad de Dios mismo, encuentra su primera y fundamental expresión en la inviolabilidad de la vida humana. Es de todo punto falso e ilusorio el discurso habitual, que por otra parte se hace con justicia, sobre los derechos humanos – como por ejemplo sobre el derecho a la salud, a la vivienda, al trabajo, a la familia y a la cultura – si no se defiende con la máxima resolución el derecho a la vida, como derecho primero y originario, condición de todos los restantes derechos de la persona” (Christifideles laici, 38). El uso de vacunas producidas a partir de células de niños no nacidos y asesinados contradice la máxima resolución en la defensa de la vida aún no nacida.

El principio teológico de la cooperación material es ciertamente válido y puede ser aplicado a toda una serie de casos (pago de impuestos, uso de productos realizados con trabajo esclavo, etc.). Sin embargo, este principio difícilmente puede ser aplicado al caso de las vacunas obtenidas a partir de líneas celulares fetales, puesto que quienes consciente y voluntariamente reciben tales vacunas entran en una suerte de concatenación, aun remota, con el proceso industrial del aborto. El crimen del aborto es tan monstruoso que cualquier tipo de concatenación con dicho crimen, aunque sea muy remoto, es inmoral y no puede ser aceptado en ninguna circunstancia por parte de un católico con plena conciencia de ello. Quienes usan estas vacunas deben darse cuenta de que su cuerpo se está beneficiando de los “frutos” (mediando una serie de procesos químicos) de uno de los mayores crímenes de la humanidad.

Toda cooperación con el proceso del aborto, incluso la más remota o implícita, ensombrecería el deber de la Iglesia de mantener firme testimonio hacia la verdad de que el aborto debe ser completamente rechazado. Los fines no pueden justificar los medios. Estamos viviendo uno de los peores genocidios conocidos por el hombre. Millones y millones de niños en todo el mundo están siendo masacrados en el seno de su madre, y día tras día este genocidio oculto continúa mediante la industria del aborto, las tecnologías fetales y la presión de los gobiernos y organismos internacionales que promueven tales vacunas como uno de sus objetivos. Los católicos no pueden ceder en estos momentos; hacerlo sería groseramente irresponsable. La aceptación de estas vacunas por parte de los católicos, sobre la base de que implican sólo una “cooperación remota, pasiva y material” con el mal, sería utilizada a manos de sus enemigos y debilitaría el último bastión contra el aborto.

¿Qué otra cosa podría ser el uso de líneas celulares embrionarias de niños abortados sino una violación del orden de la creación dado por Dios, desde el momento en que se basa sobre la ya grave violación de dicho orden al matar a un nascituro? Si a este niño no le fuese negado su derecho a la vida, sus células (que a continuación se someten varias veces a cultivo en probeta) no estarían disponibles para la producción de una vacuna, no podrían ser comercializadas. Por tanto, hay una doble violación del orden sagrado de Dios: por una parte, a través del aborto mismo y, por otra, por el negocio atroz de comercializar el tejido de los niños abortados. Sin embargo, este doble desprecio al orden de la creación nunca puede ser justificado, ni siquiera con la intención de preservar la salud de una persona a través de la vacunación basada en dicho desprecio del orden de la creación dado por Dios. Nuestra sociedad ha creado una religión de sustitución: la salud se considera el bien mayor, operación realizada con la creación de un “dios” ante el que deben realizarse sacrificios. En este caso, con una vacuna que se aprovecha de otra vida humana.

Al examinar las cuestiones éticas relativas a las vacunas, debemos preguntarnos: ¿cómo ha llegado todo esto a ser posible? ¿Por qué una tecnología basada en el homicidio se incluye en la medicina, cuya finalidad es proteger la vida y la salud? La investigación biomédica que se aprovecha de los nascituros inocentes y utiliza sus cuerpos como “materia prima” a los fines de la vacuna parece más cercana al canibalismo. Deberíamos también considerar, como último análisis, que para algunos en la industria biomédica, las líneas celulares de niños aún por nacer son un “producto”, el abortista y el fabricante de la vacuna son el “proveedor” y los destinatarios de la vacuna son consumidores. La tecnología basada sobre el homicidio radica en la desesperación y termina en la desesperación. Debemos resistirnos al mito de que “no hay alternativas”. Al contrario, debemos proceder con la esperanza y el convencimiento de que existen alternativas y de que el ingenio humano, con la ayuda de Dios, pueda descubrirlas. Ésta es la única vía para pasar de la oscuridad a la luz y de la muerte a la vida.

El Señor dijo que al final de los tiempos hasta los elegidos serán seducidos (cfr. Mc. 13,22). En la actualidad, la Iglesia entera y todos los fieles católicos deben tratar urgentemente de ser reforzados en la doctrina y en la práctica de la fe. Al afrontar el mal del aborto, más que nunca los católicos deben “abstenerse de toda apariencia de mal” (1 Tess. 5,22). La salud física no es un valor absoluto. La obediencia a la ley de Dios y la salvación eterna de las almas deben mantener su primado. Las vacunas derivadas de las células de niños no nacidos y cruelmente asesinados tienen un carácter claramente apocalíptico y hacen presagiar la marca de la bestia (cfr. Apoc. 13,16).

Algunos eclesiásticos de nuestros días tranquilizan a nuestros fieles afirmando que la vacunación con la vacuna anti Covid-19, preparada con las líneas celulares de un niño abortado, es moralmente lícita si no hay alternativas disponibles, justificándola con la llamada “cooperación material y remota” con el mal. Tales afirmaciones por parte de eclesiásticos son altamente anti-pastorales y contraproducentes, considerando el continuo crecimiento de la industria del aborto y de las inhumanas tecnologías fetales, en un escenario casi apocalíptico. Y precisamente en el contexto actual, que probablemente podría empeorar aún más, los católicos categóricamente no pueden animar y promover el pecado del aborto ni siquiera en forma remota y leve, aceptando la mencionada vacuna. Por tanto, como sucesores de los Apóstoles y de los Pastores, responsables de la salvación eterna de las almas, hemos considerado imposible callar y adoptar una actitud ambigua frente a nuestro deber de resistir con “máxima resolución” (Papa Juan Pablo II) contra el “crimen indecible” del aborto (Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 51).

Nuestra presente declaración ha sido redactada con el auspicio de médicos y científicos de diversos países. Hemos recibido una contribución sustancial por parte de laicos, monjas, padres y madres de familia y jóvenes. Todas las personas consultadas, con independencia de su edad, nacionalidad y profesión, han rechazado unánime y casi instintivamente las vacunas preparadas mediante líneas celulares embrionarias de niños abortados y, al mismo tiempo, han considerado inadecuada la aplicación del principio de “cooperación material y remota” y de determinadas analogías en relación con este supuesto. Ello es reconfortante y al mismo tiempo revelador, puesto que su respuesta unánime es una demostración más de la fuerza de la razón y del sensus fidei.

Necesitamos, más que nunca, el espíritu de los confesores y mártires, que evitaron la menor sospecha de colaboración con el mal de su época. La Palabra de Dios nos dice: “Sed sencillos como hijos de Dios sin mancha en medio de una generación depravada y perversa, en la cual debéis resplandecer como luces en el mundo” (Fil. 2,15).

12 de diciembre de 2020, Memoria de la Santísima Virgen María de Guadalupe

Cardenal Janis Pujats, arzobispo metropolitano emérito de Riga (Letonia)

+ Tomash Peta, arzobispo metropolitano de María Santísima en Astana (Kazajistán)

+ Jan Pawel Lenga, arzobispo-obispo emérito de Karaganda (Kazajistán)

+ Joseph E. Strickland, obispo de Tyler (USA)

+ Athanasius Schneider, obispo auxiliar de María Santísima en Astana (Kazajistán)

martes, 22 de diciembre de 2020

Monseñor Athanasius Schneider: "Esta podría ser la marca de la bestia"

 ES NEWS


Los poderes mundiales anticristianos impondrán sobre la humanidad una colaboración pasiva con el aborto a través de las vacunas [anti-]Covid19, derivadas de niños abortados, dijo el 21 de diciembre en el sitio web el obispo Athanasius Schneider.

Obispo que acepten las vacunas inmorales no harían eso si hubieran visto cómo los niños utilizados para las vacunas fueron asesinados por abortistas, cree Schneider.

Ahora, los abortistas afirmarán que toda la Iglesia “acepta el aborto”, predice Schneider. Él más bien “irá a prisión” antes que someterse a la vacunación obligatoria.

Schneider sugiere que la vacuna podría ser la “marca de la bestia” mencionada en el Apocalipsis, pero admite que “es, por supuesto, difícil de declarar esto”.

El 21 de diciembre el Vaticano afirmó que las vacunas que derivan de bebés abortados son “moralmente aceptables”.

El arzobispo de Miami, Wenski, fue el primer obispo que recibió públicamente la inmoral vacuna [anti-] Covid de Pfizerel 17 de diciembre.

El deplorable pesebre de la plaza de San Pedro



El Papa Francisco no deja de sorprender, chocar y escandalizar. El Pesebre 2020 de la plaza San Pedro en cerámica de los Abruzos, tan horrible como irreverente de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, indignó un mar de gente, que se han desatado en las redes sociales con un mar de comentarios desconcertados y a veces airados contra una “obra” horribilísima e indigna. El fuerte despertar de las opiniones negativas, muchas de las cuales han vinculado sus consideraciones religioso-artísticas con la tendencia destructiva de la Iglesia, hizo que gran parte de los mass media haya puesto la atención en aquel horrible “pesebre” donado al Papa Francisco e inaugurado el 11 de diciembre ppdo. por el Cardenal Giuseppe Bertello y Monseñor Fernando Vérgez Alzaga, respectivamente Presidente y Secretario General del Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Sin embargo, las manifestaciones negativas, que casi cotidianamente llegan del Vaticano, conviven con iniciativas positivas, que no han hecho sino crear confusión y desconcierto. Para seguir con el tema, tomemos el ejemplo del Pesebre de la Plaza de San Pedro: en la misma plaza, pero bajo el baldaquín de Bernini, puede visitarse, del 13 de diciembre al 10 de enero, la Muestra internacional de los «Cien pesebres en el Vaticano», este año excepcionalmente al aire libre, por causa de la emergencia sanitaria. La exposición, que está en su tercera edición, está formada por piezas artesanales únicas y procedentes de todos los continentes, obras grandes y pequeñas, estáticas o en movimiento y hechas con diferentes materiales. En el comunicado del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización, que se encargó de la iniciativa, se lee: «todos podrán detenerse para admirar la belleza de tantos pesebres provenientes de diferentes partes del mundo, y comprender cuanto amor e imaginación se puso en la realización del pesebre». En su mayoría se trata de pesebres tradicionales y, por lo tanto, bellos, catequísticos, auténticos en su mensaje natalicio. ¿Por qué, entonces, el pesebre más visible, el monumental, el papal, el acatólico debe convivir con los otros verdaderos pesebres?

¿Frente a todo el mundo son propuestos sarcófagos egipcios, marcianos, extraterrestres o bien monstruos? Los “artistas” abruzos dieron lo mejor de sí para crear el indecente espíritu que mueve el arte contemporáneo. Las horribles figuras fueron realizadas por alumnos y docentes del Instituto de Arte «F.A. Grue», actual liceo artístico estatal de diseño que, en la década 1965-1975, dedicó la actividad didáctica al tema navideño. Así, de Castelli, en la provincia de Teramo, llegó este pseudo-pesebre que, si San Francisco viviera, él, creador del pesebre católico, se quedaría no solo dolorido sino conmocionado y exigiría su inmediata retirada.

En la plaza del corazón de la Catolicidad fueron expuestas solo algunas piezas de la colección compuesta por 54 estatuas y fueron colocadas sobre una tarima luminosa de unos 125 metros cuadrados, que circunda levemente inclinada parte del obelisco. En el centro, en la parte más alta de la plataforma, está posicionado de un modo blasfemo e indecoroso el grupo de lo que se define como la navidad: se trata, en realidad, de la tremenda contrafigura de la Sagrada Familia, del Ángel y de los Reyes Magos. Todo esto aparece ensalzado en «Vatican news» como «Un signo de esperanza y de confianza para el mundo en la certeza de que Jesús vino a su pueblo para salvarlo y consolarlo». Es verdad: el Divino Niño vino a nosotros para salvarnos, ¿pero de qué? De los pecados, de los errores, de las mentiras, de los engaños y de las burlas de la fe católica, como las indigestas figuras donadas este año al Papa Francisco y expuestas al ludibrio público de muchos que todavía razonan y que aún saben qué es el Pesebre.

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RT-PCR ruido de fondo

 DOCTORA NATALIA PREGO CANCELO

Duración 5:33 minutos


Información sobre la nota informativa del dia 14 de Diciembre de la OMS para usuarios de productos de diagnóstico In Vitro. Según la cual hace una Descripción del problema: La OMS ha recibido de algunos usuarios información sobre el elevado riesgo de resultados falsos para el SARS-CoV-2 al someter a ensayo muestras utilizando reactivos para la prueba RT-PCR en sistemas abiertos. Source:https://www.who.int/es/news/item/14-1...

Feliz Navidad | P. Santiago Martín FM | Franciscanos de María |

 Magnificat TV - Franciscanos de María

Duración 4:40 minutos

El Vaticano y las vacunas a partir de fetos abortados. La Nota aclaratoria de Doctrina de la Fe

 QUE NO TE LA CUENTEN

Duración 8:24 minutos


En el día de ayer, 21/12/2020, la Santa Sede, a partir de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha publicado una Nota aclaratoria (ver abajo) acerca del uso de las vacunas a partir de fetos abortados adrede.

Dejamos aquí una breve reflexión para,

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi, SE

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Nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la moralidad del uso de algunas vacunas contra la Covid-19, 21.12.2020

La cuestión sobre el uso de las vacunas, en general, suele estar en el centro de insistentes debates en la opinión pública. En los últimos meses, han llegado a esta Congregación varias peticiones de una opinión sobre el uso de algunas vacunas contra el virus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, desarrolladas recurriendo, en el proceso de investigación y producción, a líneas celulares que provienen de tejidos obtenidos de dos abortos ocurridos en el siglo pasado. Al mismo tiempo, se han producido diversas declaraciones en los medios de comunicación por parte de Obispos, Asociaciones Católicas y Expertos, diferentes entre sí y a veces contradictorias, que también han planteado dudas sobre la moralidad del uso de estas vacunas.

Sobre esta cuestión ya hay un importante pronunciamiento de la Pontificia Academia para la Vida, titulado “Reflexiones morales acerca de las vacunas preparadas a partir de células procedentes de fetos humanos abortados” (5 junio 2005). Además, esta Congregación se expresó al respecto con la Instrucción Dignitas Personae (8 de septiembre de 2008) (cf. nn. 34 y 35). En 2017, la Pontificia Academia para la Vida volvió a tratar el tema con una Nota. Estos documentos ya ofrecen algunos criterios generales dirimentes.

Dado que están ya disponibles, para su distribución y administración en diversos países, las primeras vacunas contra la Covid-19, esta Congregación desea ofrecer algunas indicaciones que clarifiquen este tema. No se pretende juzgar la seguridad y eficacia de estas vacunas, aun siendo éticamente relevante y necesario, porque su evaluación es competencia de los investigadores biomédicos y las agencias para los medicamentos, sino únicamente reflexionar sobre el aspecto moral del uso de aquellas vacunas contra la Covid-19 que se han desarrollado con líneas celulares procedentes de tejidos obtenidos de dos fetos abortados no espontáneamente.

1. Como se afirma en la Instrucción Dignitas Personae, en los casos en los que se utilicen células de fetos abortados para crear líneas celulares para su uso en la investigación científica, “existen diferentes grados de responsabilidad”[1] en la cooperación al mal. Por ejemplo, “en las empresas que utilizan líneas celulares de origen ilícito no es idéntica la responsabilidad de quienes deciden la orientación de la producción y la de aquellos que no tienen poder de decisión”.[2]

2. En este sentido, cuando no estén disponibles vacunas Covid-19 éticamente irreprochables (por ejemplo, en países en los que no se ponen a disposición de médicos y pacientes vacunas sin problemas éticos o en los que su distribución es más difícil debido a las condiciones especiales de almacenamiento y transporte, o cuando se distribuyen varios tipos de vacunas en el mismo país pero, por parte de las autoridades sanitarias, no se permite a los ciudadanos elegir la vacuna que se va a inocular) es moralmente aceptable utilizar las vacunas contra la Covid-19 que han utilizado líneas celulares de fetos abortados en su proceso de investigación y producción.

3. La razón fundamental para considerar moralmente lícito el uso de estas vacunas es que el tipo de cooperación al mal (cooperación material pasiva) del aborto provocado del que proceden estas mismas líneas celulares, por parte de quienes utilizan las vacunas resultantes, es remota. El deber moral de evitar esa cooperación material pasiva no es vinculante si existe un peligro grave, como la propagación, por lo demás incontenible, de un agente patógeno grave:[3] en este caso, la propagación pandémica del virus SARS-CoV-2 que causa la Covid-19. Por consiguiente, debe considerarse que, en este caso, pueden utilizarse todas las vacunas reconocidas como clínicamente seguras y eficaces con conciencia cierta que el recurso a tales vacunas no significa una cooperación formal con el aborto del que se obtuvieron las células con las que las vacunas han sido producidas. Sin embargo, se debe subrayar que el uso moralmente lícito de este tipo de vacunas, debido a las condiciones especiales que lo posibilitan, no puede constituir en sí mismo una legitimación, ni siquiera indirecta, de la práctica del aborto, y presupone la oposición a esta práctica por parte de quienes recurren a estas vacunas.

4. De hecho, el uso lícito de esas vacunas no implica ni debe implicar en modo alguno la aprobación moral del uso de líneas celulares procedentes de fetos abortados.[4] Por lo tanto, se pide tanto a las empresas farmacéuticas como a los organismos sanitarios gubernamentales, que produzcan, aprueben, distribuyan y ofrezcan vacunas éticamente aceptables que no creen problemas de conciencia, ni al personal sanitario ni a los propios vacunados.

5. Al mismo tiempo, es evidente para la razón práctica que la vacunación no es, por regla general, una obligación moral y que, por lo tanto, la vacunación debe ser voluntaria. En cualquier caso, desde un punto de vista ético, la moralidad de la vacunación depende no sólo del deber de proteger la propia salud, sino también del deber de perseguir el bien común.Bien que, a falta de otros medios para detener o incluso prevenir la epidemia, puede hacer recomendable la vacunación, especialmente para proteger a los más débiles y más expuestos. Sin embargo, quienes, por razones de conciencia, rechazan las vacunas producidas a partir de líneas celulares procedentes de fetos abortados, deben tomar las medidas, con otros medios profilácticos y con un comportamiento adecuado, para evitar que se conviertan en vehículos de transmisión del agente infeccioso. En particular, deben evitar cualquier riesgo para la salud de quienes no pueden ser vacunados por razones médicas o de otro tipo y que son los más vulnerables.

6. Por último, existe también un imperativo moral para la industria farmacéutica, los gobiernos y las organizaciones internacionales, garantizar que las vacunas, eficaces y seguras desde el punto de vista sanitario, y éticamente aceptables, sean también accesibles a los países más pobres y sin un coste excesivo para ellos. La falta de acceso a las vacunas se convertiría, de algún modo, en otra forma de discriminación e injusticia que condenaría a los países pobres a seguir viviendo en la indigencia sanitaria, económica y social.[5]

El Sumo Pontífice Francisco, en la Audiencia concedida al suscrito Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en fecha 17 diciembre 2020, ha examinado la presente Nota y ha aprobado la publicación.

Dado en Roma, en la sede de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el 21 de diciembre de 2020, Memoria litúrgica de San Pedro Canisio.

Luis F. Card. Ladaria, S.I. + S.E. Mons. Giacomo Morandi

Prefecto Arzobispo Titular de Cerveteri

Secretario

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[1] Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción Dignitas Personae (8 diciembre 2008), n. 35; AAS (100), 884.

[2] Ibid, 885.

[3] Cfr. Pontificia Academia para la Vida, “Moral reflections on vaccines prepared from cells derived from aborted human foetuses”, 5 junio 2005.

[4] Congregación para la Doctrina de la Fe, Instruc. Dignitas Personae, n. 35: “Cuando el delito está respaldado por las leyes que regulan el sistema sanitario y científico, es necesario distanciarse de los aspectos inicuos de esos sistemas, a fin de no dar la impresión de una cierta tolerancia o aceptación tácita de acciones gravemente injustas. De lo contrario, se contribuiría a aumentar la indiferencia, o incluso la complacencia con que estas acciones se ven en algunos sectores médicos y políticos”.

[5] Cfr. Francisco, Discurso a los miembros de la Fundación “Banco Farmacéutico”, 19 septiembre 2020.

lunes, 21 de diciembre de 2020

Una cueva de ladrones



Exsurgat Deus, et dissipentur inimici ejus: et fugiant qui oderunt eum a facie ejus. Salmo 67

En los últimos días ha trascendido la noticia de que Bergoglio está dedicando tiempo a producir una serie de televisión titulada La sabiduría del tiempo (1), realizada por Netflix, la cual ayer mismo publicaba en su página de Twitter un mensaje (2) que sintetiza su punto de referencia ideológico: Praise Satan, es decir alabado sea Satanás. No hace falta recordar hasta qué punto difunde la mencionada multinacional la inmoralidad y el vicio, incluido el abuso sexual de menores.

También hace pocos días se firmó el acuerdo con la ONU a fin de promover la sostenibilidad y la igualdad de género (3), respaldando con ello a una organización que promueve el aborto y la anticoncepción. En el día de la festividad de la Inmaculada, 8 de diciembre de 2020, casi como un indigno ultraje a la Virgen, ha quedado formalizada la nueva asociación entre la Santa Sede y el Council for Inclusive Capitalism promovido por Lynn Forester de Rotschild (4), gran amiga de Hillary Clinton y Jeffrey Epstein, tras enviar un mensaje elogioso a Klaus Schwab, presidente del Foro Económico Mundial y teórico del Gran Reinicio. Y para no dar lugar a equívocos, tras numerosas llamadas a obedecer a las autoridades durante la emergencia de la psicopandemia, parece que la vacuna contra el covid será obligatoria para todos los funcionarios de la Ciudad del Vaticano, a pesar de haberse producido con material procedente de fetos abortados y de carecer de la menor garantía de eficacia o de inocuidad.

Creo que ya está fuera de toda duda razonable que el vértice de la actual jerarquía católica se ha puesto al servicio de la oligarquía mundialista y la Masonería: al culto idolátrico de la Pachamama en la basílica vaticana se agrega ahora la instalación de un sacrílego nacimiento con una simbología que parece aludir a antiguos ritos egipcios o a extraterrestres. Hay que ser ingenuo, o cómplice, para negar que tras esta concatenación de sucesos hay una clarísima coherencia ideológica y una lúcida mentalidad diabólica.

Pero como ya señalé, sería engañoso limitarse a hacer una evaluación de sucesos internos a la Iglesia sin encuadrarlos en un contexto político y social más amplio: tanto los protagonistas como los extras actúan a las órdenes de un mismo director y siguen un mismo guión. El objetivo ya está declarado: destruir a las naciones desde dentro por medio del estado profundo y la Iglesia de Cristo con la iglesia profunda a fin de instaurar el reinado del Anticristo con la ayuda del Falso Profeta.

El acuerdo secreto entre China y la Santa Sede, tan vivamente deseado por Bergoglio y renovado hace pocas semanas, encaja perfectamente en este inquietante panorama y confirma el pactum sceleris, pacto criminal, que entrega a los católicos chinos a la persecución, a los disidentes a la reeducación, los templos a la demolición y las Sagradas Escrituras a la censura y la adulteración. No es casual que un acuerdo semejante, hasta ahora siempre rechazado y desdeñado por los pontífices, haya sido posible gracias a la intervención del ex cardenal McCarrick y sus cómplices con la ayuda determinante de los jesuitas. Sabemos que los actores son siempre los mismos. Corruptos y corruptores, sobornados y sobornantes, unidos por la rebelión contra la doctrina y la moral y todos indistintamente sometidos a fuerzas anticatólicas, y de hecho anticristianas.

La China comunista es el brazo armado del Nuevo Orden Mundial, tanto por lo que se refiere a la propagación de un virus mutante creado en laboratorio como a la intromisión en las elecciones presidenciales de EE.UU. y el alistamiento de quintas columnas al servicio del régimen de Pekín. Y al promover la apostasía en la cúpula de la Iglesia le impiden proclamar el Evangelio y alzarse como un muro contra el ataque de la élite. Las ventajas económicas que ello comporta para el Vaticano hace más vergonzoso todavía el sometimiento de la secta bergogliana a este plan infernal, poniendo un significativo contrapunto al negocio que promueve la inmigración, que también forma parte del proceso de disolución de una sociedad que ha dejado de ser cristiana. Causa desconcierto que tan escandaloso tratamiento de la misión de la Iglesia Católica no haya ameritado una condena enérgica y valerosa por parte del Episcopado, que ante la evidencia de una apostasía perseguida con cada vez mayor determinación no osa levantar la voz por miedo o por un falso sentido de prudencia.

Las palabras del Dr. Tane, director del Council on Middle East Relations, pueden sonar fuertes y atrevidas, pero ponen en evidencia sin falsos temores la subversión operada bajo este infaustísimo pontificado. Es de esperar que con la publicación de la carta de Tane al cardenal Parolin se abran finalmente los ojos antes de que se cumpla el plan de los conjurados. Por esto concordamos con la loable denuncia publicada hace algunos días por el cardenal Burke a propósito de la utilización del covid con miras al Gran Reseteo (5): denuncia que se añade a la que yo hice el pasado mes de mayo y que he reiterado en varias ocasiones, y a la de los pastores fieles a la Palabra de Dios y solícitos en el servicio a su grey.

La carta de Arthur Tane al Secretario de Estado vaticano concluye con una cita evangélica que es más apropiada que nunca: «Si la Iglesia no entiende el significado de su misión, se convertirá en un templo de cambistas. Porque Jesús dijo: “Mi casa será casa de oración, pero vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones” (Mt.21,12-13)».

Los obispos no podemos callar. Nuestro silencio sería una intolerable complicidad con los mercenarios que, abusando de un poder usurpado, reniegan de Cristo y entregan las almas al Enemigo del género humano.

Carlo Maria Viganò, arzobispo

18 de diciembre de 2020

Víspera de las Témporas de Adviento

1 https://twitter.com/messainlatino/status/1339442807111561221/photo/1

2 https://twitter.com/realHirsty/status/1339213661802536961

3 https://www.ncregister.com/blog/vatican-youth-symposium-2020-day1

4 http://www.vatican.va/content/francesco/it/speeches/2019/november/documents/papa-francesco_20191111_consiglio-capitalismo-inclusivo.html


https://www.maurizioblondet.it/lynn-forester-rothschild-e-la-nuova-papessa-della-chiesa-bergogliana-del-sacro-great-reset-viene-alla-luce-il-grande-piano-gnostico-finanziario-per-cui-bergoglio-e-stato-promosso/

5 https://www.aldomariavalli.it/2020/12/14/cardinale-burke-cosi-le-forze-del-great-reset-usano-il-covid-per-far-avanzare-il-loro-programma/eto-advance-evil-agenda/

(Traducido por Bruno de la Inmaculada)

Gran reinicio, transhumanismo e ideologías. Entrevista a Miklos Lukacs

 QUE NO TE LA CUENTEN


Duración 1:05:56

https://youtu.be/mnf5X22Flqo


domingo, 20 de diciembre de 2020

Acerca del libro "La Poesía olvidada", de José Martí Florenciano


Haciéndome propaganda: 

Éste puede ser un buen libro para regalar esta Navidad. Se encuentra disponible en Murcia, en la librerías González Palencia y en la Librería Diocesana. Precio irrisorio: sólo 10 euros.



Puesto que la honradez exige la conformidad de la propia vida con lo que se escribe o, al menos, una cierta conformidad. Y, además, el amor no puede ser comprendido si no se experimenta ... lo propio, en buena lógica, habría sido no escribir nada, pues es demasiado atrevido pretender en mí esa honradez y esa experiencia ... cuando se trata, nada menos, que del amor divino-humano.

Claro que a las personas no siempre nos mueve la lógica. Y dado que este mundo en el que vivimos se está alejando de Dios, a marchas aceleradas, pienso que es razonable -e incluso necesario – hablar (o escribir) aunque sea torpemente, del amor de Dios, para colmar el vacío en el que se encuentra tanta gente que nunca ha oído hablar de que es posible un amor de intimidad con Dios, y que eso es, precisamente, lo único que podría dar sentido a sus vidas. De ahí que me haya decidido por escribir.

Como digo, el libro parte de la idea (que más que idea, es una realidad) de que este mundo, que se ha vuelto completamente loco, cambiando el verdadero sentido de las palabras, es un mundo que ha renegado de Dios y ha optado por la mentira, la maldad y la fealdad.

Sabemos, como dice san Pablo, que “el mal se vence con la abundancia de bien” (Rom 12, 21) y que la mentira se combate con la verdad; pero aquí vamos a tener en cuenta un aspecto, en el que se insiste poco y que es, sin embargo, muy importante ... y es la Belleza, una belleza que suele plasmarse en las diversas artes: pintura, escultura, arquitectura, música sacra (el canto gregoriano sería un buen ejemplo), etc ...

Yo hago uso, en el libro, de la belleza de la poesía. Como escribo en el prólogo del libro y en la contraportada: “la razón que me lleva a escribir este libro es el convencimiento de que, en un mundo prosaico, como el nuestro, que se ha olvidado de Dios, la lectura lenta y reposada de buena poesía es un camino que puede llevar hasta Dios ... probablemente, con más facilidad -y seguridad, incluso- que la lectura de varios tochos de teología”.

Se han dado muchas definiciones acerca de la poesía, siendo ésta, de Gustavo Adolfo Bécquer (1836 – 1870), en su rima XXI, la más conocida:

¿Qué es poesía? -dices mientras clavas 
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? 
Poesía ... eres tú.

Si prestamos atención nos encontramos con el hecho -sorprendente- de que la poesía no es tanto “algo” sino alguien: “Poesía ... eres tú”. Para ser exactos, diríamos que “el enamoramiento es poesía”, pues la respuesta que da Bécquer acerca de lo que se entiende por poesía tiene lugar “mientras siente clavada en su pupila la pupila azul de su amada”. Es sólo en ese ambiente amoroso, donde la poesía se muestra en toda su profundidad y belleza. Todo esto se refiere, como vemos, al puro amor humano. La poesía es un intento de expresar la belleza de esa tremenda y maravillosa realidad que es el amor. Un amor que supone el encuentro con el otro; y un encuentro que, para ser auténtico, ha de serlo en mutua reciprocidad.

Y todo esto, que es cierto en un plano meramente humano, adquiere unas dimensiones extraordinarias y sublimes, cuando de lo que se trata es del amor divino humano. No existen palabras. Podríamos decir, con el poeta mexicano Amado Nervo (1870 – 1919):

Pobres páginas, que ansiaron, 

con la mayor de las ansias, 

decir tan hermosas cosas ...

¡y al final no dijeron nada!

Por lo tanto, si tan maravilloso es el amor humano, tan indescriptible, tan real, tan hermoso, ¿qué no será la fuente de ese amor, que es Dios mismo?

Y si la poesía es el mejor modo que tenemos para expresar la realidad del amor humano, entonces la expresión del Amor divino va a requerir también de la Poesía ... aunque, en este caso, se tratará de una Poesía mucho más elevada y mucho más hermosa, pues hace referencia al amor íntimo y personal que Dios, origen de todo amor, profesa a cada ser humano. Ésta es la Poesía olvidada, la que se refiere al amor divino humano, tan cantado por los poetas de todos los tiempos. Por eso, la Biblia, que nos habla del Amor que Dios nos tiene y del amor que desea que le tengamos, resulta ser el Libro Poético por excelencia. Y Dios, que es el Sumo Hacedor y Creador, por Amor, de todo cuanto existe, es el Poeta por antonomasia: es la propia Poesía, como dice el poeta:

Tú eres Poesía1
y Belleza reside en tu Mirada, 
colmando de alegría, 
jamás imaginada,
a todo el que recibe tu llamada

En tu sola presencia2,
tan solo en ella puedo ser colmado; 
y todo es carencia,
aunque todo es amado 
porque todo tus labios han besado.

Toda la Biblia, en su conjunto, se revela, así, como lo que realmente es: un hermoso Poema, el más hermoso de los poemas que jamás haya sido escrito, sobre todo el Nuevo Testamento ... pero ya, en el Antiguo Testamento, en particular en el Cantar de los Cantares, encontramos versículos de una belleza extraordinaria. En todos ellos se establece un diálogo amoroso entre la amada (en quien podemos vernos reflejados cada uno de nosotros) y el Amado (que es Dios mismo, prefigurando a Jesucristo). Una vida sin Jesucristo es una vida triste y una vida perdida, pues falta en ella lo esencial, que es el Amor.

En lágrimas bañado3
llora mi corazón, de amor herido, 
en penas angustiado,
del tiempo que ya es ido
y por no haber amado se ha perdido.

José Martí

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NOTA

El libro consta de tres partes, bien diferenciadas. En la primera (pags 27 a 61) aparecen algunas poesías personales, considerando las más relevantes las 44 liras agrupadas bajo el título “El encanto de tu Mirada”.

La segunda parte (págs. 65 a 128) es una selección de poesías de varios autores, cuya lectura refrescará la mente y el corazón del lector ... entre los que se encuentran, cómo no, las de san Juan de la Cruz, mi principal referencia. Aparecen también otros autores, menos conocidos, que han sido para mí un auténtico descubrimiento: es el caso del poeta mejicano Amado Nervo y de un poeta actual, el padre Alfonso Gálvez, cuya faceta de poeta es conocida de muy pocos. Todos ellos son “grandes” y dignos de ser leídos.

Por fin, la tercera parte (págs. 129 a 248) la he dedicado a comentar algunas poesías, aquéllas que han despertado en mí un especial interés, como espero que así ocurra con el lector, quien puede encontrar, por sí mismo, otras interpretaciones que le sirvan más que la mía. Pero, sea de un modo u otro, lo único que realmente importa es el encuentro con la Persona de Jesucristo.

1 (José Martí núm. 12, pág. 30)
2 (José Martí núm. 8, pág. 29)
3 (Alfonso Gálvez, pág. 128, núm. 95 CFC) 

sábado, 19 de diciembre de 2020

De la Ciencia a Dios Documental Completo (Manuel Carreira)



Duración 2:07:40

https://youtu.be/VYSKpgGRZ1Y


IV DOMINGO DE ADVIENTO: Amor, Alegría y Penitencia

PADRE ALFONSO GÁLVEZ

Duración 8:59 minutos

https://www.alfonsogalvez.com/podcast/episode/3c6bcc03/iv-domingo-de-adviento


Homilía predicada el 5 de diciembre de 1982. Texto evangélico: Lc. 3: 1-6.

LA CULTURA DE LA MUERTE Y LA VACUNACIÓN



En Italia, como en muchos otros países, está abierto el melón de la ‘eutanasia’ y es lógico que sea noticia lo sucedido en España, que entra en la asquerosa lista de países que aprueban la ley de eutanasia, ‘muerte asistida’, o cómo la queramos llamar. Hay muchos católicos que siente impotencia al ver cómo incluso correligionarios suyos defienden ésta, y otras aberraciones, y se siguen llamando católicos. No vamos a repetir argumentos tan bien explicados por Santiago Martín en su último video ALGUNOS CATÓLICOS… MEJOR «QUE SE VAYAN, ni los elogios de Paco Pepe al mismo ,haciéndonos ver que esto es lo que deberían decir los obispos, que siguen mudos dejando abandonados a los más débiles, ¡éstos sí son débiles y no los ‘migrantes’ de los muros y los puentes!. Hace 35 años, en el 1985, se aprobó en España la primera ley del aborto y ya nos toca la eutanasia. La generación que ha sobrevivido al aborto aprueba la muerte de sus padres; todo muy macabro, todo muy lógico.

Si nos venden que está bien, muy bien, asesinar a un niño inocente, estará bien, muy bien, quitarse de encima al viejo que no sirve de nada y estorba, viejo, enfermo, triste, gordo, flaco, o lo que toque. En esas estamos y así quedamos retratados para la posteridad como una sociedad enloquecida, asesina y animalizada. No olvidemos que nuestro Dios es el Dios de la vida y estos ‘estorbos molestos’ que nos quitamos de encima son sus preferidos y su sangre clama al cielo; muy contento no lo debemos de tener. 

España ha optado por promulgar una ley de eutanasia que prevé la administración de fármacos letales a los pacientes que padecen enfermedades dolorosas e incurables y que han expresado el deseo de morir. Es una ley similar a la de Bélgica, los Países Bajos, Luxemburgo, más ‘abierta’ que Suecia y Finlandia, Francia, Alemania y Austria y Suiza. Esta es la gloriosa lista de países que permiten legalmente el asesinato de los más débiles. Los que aprobaron las leyes del aborto ven como sus hijos aprueban su asesinato, es demasiado lógico, demasiado cruel.

Unido a esta cultura de la muerte está el debate en torno a las famosas vacunas que pretenden imponernos para salvarnos la vida. Todo muy deprisa y muy poco razonado para no ser sospechoso. Hoy tenemos varios artículos que entran en la moralidad, o no, de esta vacunación y en sus consecuencias. 

De la vacuna Covid, aún no sabemos la duración y el tipo de inmunidad, todo el proceso es experimental, desconocemos las reacciones alérgicas, no están solucionados los riesgos de almacenamiento, distribución precipitada y es más que discutible la ‘obligación’ de vacunarse anulando la libertad personal. No es extraño que muchos pensemos que quieren que desaparezca del hombre la imagen de Dios, para configurarlo a una imagen diabólica. Crear un mundo nuevo sin Dios para terminar siendo todos zombis.

El Papa Francisco lo tiene muy claro y quiere que la vacuna sea para todos y gratis sin entrar en otros argumentos, pero haciendo buena la vacuna y señalando como ‘herejes’ a los que discuten sus bondades.,Él, por ahora, no parece predicar con el ejemplo.

Specola

La supuesta ‘censura’ del mensaje provida de Francisco (Carlos Esteban)

 INFOVATICANA


Se quejaba el otro día Francisco, en carta privada dirigida a sus antiguos alumnos, de que los medios censurasen -en el sentido, al menos, de ignorar su mensaje- sus reiteradas defensas del no nacido y su oposición al aborto, y hoy aparece en el blog del vaticanista Sandro Magister, Settimo Cielo, la carta de un sobrino del predecesor de Bergoglio al frente de la archidiócesis de Buenos Aires, José Arturo Quarracino, en la que su autor se pregunta por qué el Santo Padre no da a sus declaraciones contra el aborto la misma publicidad y ‘oficialidad’ que a sus otros proyectos favoritos, como ecología o inmigración.

En un sentido, esa dicotomía ha sido uno de los principales hilos conductores del presente pontificado. No es tanto que ‘censuren’ al Papa como que el propio Papa elige para sus declaraciones provida canales -entrevistas, cartas y comunicaciones privadas- que en sí mismo tienen menos fuerza y menos recorrido mediático que documentos o alocuciones oficiales.

Brillan indudablemente más, y se le da mucho más espacio en medios, incluidos los vaticanos, a esos proyectos que le alían con instituciones con frecuencia hostiles no solo a la Iglesia sino a la cultura cristiana en general, como en el reciente Consejo para un Capitalismo Inclusivo.

Lo que se preguntan muchos cristianos es: ¿qué pesa más cara a la opinión pública internacional, un comentario ocasional comparando el aborto con la contratación de un asesino a sueldo, o la alianza con empresas y fundaciones como la Ford o la Rockefeller, cruciales en la campaña internacional para la reducción de la población en todo el mundo y entusiastas abortistas?

Sin duda esta alianza, como los estrechos lazos que ha forjado con la ONU y su Agenda 2030 o el Pacto Educativo, tiene un grandioso objetivo benéfico del que cree que la Iglesia debe participar. Pero es obvio que cuando uno se asocia con otros en grandes empresas siempre se siente presionado para no irritar a los socios con referencias que éstos encontrarán ingratas.

Es algo parecido a lo que sucede con sus pactos secretos con el gobierno chino. Puede estar justificado llegar a acuerdos con la peor tiranía y la más abiertamente anticristiana para arrancarle algunas ventajas o, como parece ser el caso, para normalizar las relaciones de la Santa Sede con esa superpotencia emergente. Pero cualquiera advierte que esa coyunda parece haber impedido a Su Santidad pronunciarse con contundencia contra la represión que ejerce Pekín sobre sus habitantes, muy especialmente contra las minorías étnicas y religiosas y aún más particularmente contra los fieles católicos. Todos recordamos su modo de salirse por la tangente cuando fue preguntado en vuelo por la represión de las protestas de Hong Kong, en un lenguaje y con una vaguedad marcadamente distinta a la que emplea para fulminar sobre sus temas favoritos.

Así, puede decir que Trump “no es cristiano” porque “construye muros” (no ha construido ninguno), lo que no dirá de su presunto sucesor por su entusiasmo en la eliminación de niños por nacer. O de la tiranía china. O incluso del gobierno de su propia tierra, que acaba de legalizar el aborto. Sí, todos sabemos lo que el Papa piensa del aborto. Pero también sabemos lo que piensa de la fraternidad universal, y no se priva de repetirlo a tiempo y a destiempo.

Todo esto es esencial en una época de información incesante, en tiempo real y constante. Los fieles notan esto, en el sentido de que los ciudadanos en general advierten los mensajes no sólo por la literalidad de una frase, sino por muchas otras señales, desde la insistencia hasta las ocasiones elegidas para transmitirlos, desde los nombramientos clave hasta lo que se omite.

No creo ser irrespetuoso con el Santo Padre al afirmar que si realmente quiere que su mensaje provida no pase desapercibido, tiene sobrados medios para conseguirlo, aunque pierda algunos amigos de ocasión.

Carlos Esteban

LA OMS POR FIN ADMITE QUE HAY UN ‘PROBLEMA’ CON LA PRUEBA PCR Y EL DIAGNÓSTICO DEL COVID-19




El “problema” admitido por la OMS se produce a raíz de la ola de juicios internacionales y nacionales interpuestas por ciudadanos y asociaciones de médicos y abogados por la verdad en Portugal, Alemania, España y otros países, que exponen la mala conducta de los funcionarios de salud pública y los responsables de la formulación de políticas por confiar en una prueba de diagnóstico no apta para su propósito. Esta locura de hacer pruebas a todos y cada uno, incluso sin síntomas, ha sido un escándalo mundial de salud pública y debe ser detenido, y todos los funcionarios de altos cargos cómplices de este crimen deben ser procesados.

Por John O’Sullivan

En un comunicado emitido el 14 de diciembre de 2020, la Organización Mundial de la Salud finalmente admitió lo que médicos y profesionales de la medicina han estado diciendo durante meses: la prueba de PCR utilizada para diagnosticar la COVID-19 es un proceso impredecible que produce demasiados falsos positivos.

Este “problema” admitido por la OMS surge a raíz de los juicios internacionales que exponen la incompetencia y la mala conducta de los funcionarios de salud pública y los responsables de la formulación de políticas por confiar en una prueba de diagnóstico no apta para su propósito.

Esta admisión de la Organización Mundial de la Salud es que el quid del “problema” es un proceso cíclico totalmente arbitrario que “significa que se necesitaron muchos ciclos para detectar el virus”. En algunas circunstancias, la distinción entre el ruido de fondo y la presencia real del virus objetivo es difícil de determinar”.

El organismo de las Naciones Unidas está buscando claramente distanciarse de la prueba fatalmente defectuosa, ya que un número creciente de demandas judiciales están procesando a través de los tribunales exponiendo la locura de confiar en una prueba que incluso el inventor, el profesor Kary B. Mullis dijo que nunca fue diseñada para diagnosticar enfermedades. [1]

El profesor Mullis recibió el Premio Nobel de Química en 1993. Mullis murió justo antes de que comenzara la pandemia. ¿Casualidad?

El 22 de noviembre de 2020 informamos que un caso judicial histórico en Portugal había dictaminado que la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) utilizada en todo el mundo para diagnosticar la COVID-19 no era adecuada para el propósito. Lo más importante es que los jueces dictaminaron que una sola prueba PCR positiva no puede ser utilizada como un diagnóstico efectivo de la infección.

Entre los miles de doctores enojados que argumentan que las pruebas de PCR no deben usarse está el Dr. Pascal Sacré. Él escribió esto:

“Este mal uso de la técnica RT-PCR se utiliza como una estrategia implacable e intencionada por algunos gobiernos, apoyados por los consejos de seguridad científica y por los medios de comunicación dominantes, para justificar medidas excesivas como la violación de un gran número de derechos constitucionales, la destrucción de la economía con la quiebra de sectores activos enteros de la sociedad, la degradación de las condiciones de vida de un gran número de ciudadanos comunes, con el pretexto de una pandemia basada en un número de pruebas RT-PCR positivas, y no en un número real de pacientes”.

Pruebas científicas claras y concluyentes demuestran que estas pruebas no son exactas y crean un porcentaje estadísticamente significativo de falsos positivos. Los resultados positivos indican con mayor probabilidad “enfermedades respiratorias ordinarias como el resfriado común”. [2]

Sin embargo, nada de esto es nuevo para la ciencia. Estos hechos se conocieron al menos antes de 2007 después de que un informe del New York Times titulado “Faith in Quick Test Leads to Epidemic That Wasn’t” (La fe en las pruebas rápidas conduce a una epidemia que no lo fue) mostrara claramente lo científicamente inexactas que son las pruebas de PCR, con muchas declaraciones impactantes de expertos médicos sobre el uso de estas pruebas, exponiendo claramente cómo dan lugar a falsos positivos y conducen a exageraciones peligrosas y falsas alarmas. [3]

En su artículo de 2007, el New York Times citó una cita profética de la Dra. Elizabeth Talbot, epidemióloga estatal adjunta del Departamento de Salud y Servicios Humanos de New Hampshire, quien dijo:

“Uno de los aspectos más preocupantes de la pseudo-epidemia es que todas las decisiones parecían tan sensatas en ese momento”.

Los que dirigen nuestras instituciones públicas han permitido que la historia se repita. A la cabeza de la línea de incompetencia y malversación está la propia ONU. En la reunión informativa para los medios de comunicación sobre COVID-19, el 16 de marzo de 2020, el Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus dijo:

“Tenemos un mensaje simple para todos los países: Prueba, prueba, prueba”.

Esta locura de hacer pruebas a todos y cada uno, incluso sin síntomas, ha sido un escándalo mundial de salud pública y debe ser detenido. Todos los funcionarios de altos cargos cómplices de este crimen deben ser procesados.



Sobre el autor

John O’Sullivan es CEO y co-fundador (con el Dr. Tim Ball) de Principia Scientific International (PSI). John es un experimentado escritor científico y analista legal que ayudó al Dr. Ball a derrotar al principal experto mundial en clima, Michael Mann en el “juicio científico del siglo”. O’Sullivan es reconocido como el visionario que formó el grupo original de científicos ‘Slayers’ en 2010, que luego colaboró en la creación del primer desacuerdo a gran escala sobre la teoría de los gases de efecto invernadero, además de su nuevo libro de seguimiento.

Referencias

[1] Kary Mullis : « Le test PCR ne permet pas de savoir si vous êtes malade », vidéo accessible sur YouTube, 9 octobre 2020.

[2] David DeGraw, Torsten Engelbrecht and Konstantin Demeter, https://www.globalresearch.ca/national-security-alert-covid-tests-scientifically-fraudulent-epidemic-false-positives/5720271

[3] New York Times,’Faith in Quick Test Leads to Epidemic That Wasn’t,’ Gina Kolota, Published: January 22, 2007


Fuentes

World Health Organization — WHO Information Notice for IVD Users. Nucleic acid testing (NAT) technologies that use real-time polymerase chain reaction (RT-PCR) for detection of SARS-CoV-2.

John O’Sullivan / Principia Scientific International — WHO Finally Admits COVID19 PCR Test Has A ‘Problem’.

Arte crítico: Francisco "se ha condenado a través de este pesebre"

ES NEWS


La escena de Navidad del Vaticano parece pertenecer “a una religión diferente” y “no tiene nada que ver con el mundo cristiano”, escribe Vittorio Sgarbi, un famoso crítico de arte y político italiano, en el sitio web NicolaPorro.it (Ver vídeo aquí).

Las figuras no son reconocibles y los animales deambulan sin sentido por el espacio sin tener nada que ver con lo sagrado, observa Sgarbi: “Son una caricatura, una falsedad, algo que no puedes mirar sin el doloroso pensamiento de cómo el mundo religioso ha sido traicionado”.

Sgarbi habla de un “acto de humillación”, porque las figuras se transforman en algo distinto a ellos mismas: “Este Papa se ha condenado a sí mismo a través de este pesebre, al hacer algo que ha derribado, burlado y dado vueltas al espíritu mismo del nacimiento de Cristo. Esto es inaceptable”.

El arte y la fe han coincidido durante mucho tiempo, advierte Sgarbi: “Aquí no hay ni arte ni fe”.