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sábado, 6 de abril de 2019

San Roberto Belarmino y el Papa ‘hereje’



Roberto Belarmino, doctor de la Iglesia, expone las cinco principales opiniones que sobre éste asunto sostienen los teólogos católicos (en Tercia Controversia Generalis “De Summo Pontifice” liber II caput XXX).

Primera opinión que aquí señalo es la de que la providencia nunca permitirá un Papa hereje. En el Concilio Vaticano I se planteó esta cuestión y el obispo Zinelli, relator de la fe dijo: “Estimamos con bastante probabilidad que esto nunca sucederá, porque confiamos en la providencia de Dios. Ahora bien, Dios nunca falla en lo necesario; y por tanto si Dios permitiera un mal tan grande, El suplirá abundantemente con su providencia”. (Tomado de Salaverri “De Ecclesia Christi” nº 657 en “Sacrae Teologiae Summa T-I ed. BAC Madrid 1958 pag. 718). San Roberto la considera probable.

Segunda opinión. El Papa hereje nunca deja de ser Papa y aunque no sea miembro ya de la Iglesia, es un instrumento separado –de la Iglesia de Cristo- a través del cual Cristo nos gobierna, debiendo obedecerle en todo menos en lo que sea herejía o pecado.

Un ejemplo sencillo nos hará entender la noción de instrumento separado. Instrumento separado es el no bautizado y sin fe que con intención de hacer lo que hace la Iglesia, aunque no crea en ella, bautiza a un moribundo por petición de éste.

El Vaticano II habla de la Comunión plena y no plena, el hereje tendría una comunión no plena y muy débil por el carácter sacramental que conserva. Y aunque según esto no puede decirse sin más que el hereje esté totalmente excluido del Cuerpo de la Iglesia, sería chocante que quien no está en comunión plena sea el máximo responsable de velar por la comunión y que quien no tiene fe sea el máximo custodio del depósito de la fe y tenga que confirmar en la fe a los demás.

Esta opinión ha sido defendida recientemente por Mons. Schneider con argumentos y reflexiones interesantes, S. Roberto la considera muy improbable (valde improbabilis) pues si al hereje no debemos ni saludarle como dice la Escritura como vamos a tenerle por cabeza. (II Jn 10 11; Tit 3, 10-11).

Las tres opiniones restantes admiten que el Papa hereje deja de ser Papa y difieren en qué momento deja de serlo.

Así la tercera opinión, dice que el Papa deja de ser Papa, enseguida que comete el pecado de herejía, aunque sea solo internamente, mentalmente, y no lo manifieste. Y si ya fuera hereje cuando comenzó su pontificado, nunca fue Papa. Pues el que no cree ya está juzgado (Jn 3, 18) y se pone por debajo de todos los fieles. Esta opinión la sostiene Torquemada. Los teólogos advierten de los peligros que pueden resultar de ésta opinión, por ejemplo Domingo Bañez (en su Comentario ST II – II q. 1 a. 10).

La cuarta opinión dice que el Papa deja de ser Papa y es depuesto por Dios mismo enseguida que se hace manifiesta su herejía. Wernz- Vidal y Billot argumentan que el peligro es tan grande que no admite demora. Esta opinión la considera S. Roberto verdadera (“opinio vera”). También tratan los teólogos hasta qué punto ha de ser manifiesta la herejía para quedar depuesto por Dios, haciendo reflexiones semejantes a las que hace poco ha hecho Roberto de Mattei distinguiendo con la tradición canónica entre público y notorio.

La quinta opinión sostiene que el Papa hereje deja de ser Papa cuando interviene un acto declaratorio de su herejía. Esta opinión la sostiene Cayetano, Suárez (“De fide” disp. X sect. VI y “De legibus” lib. IV cap. VII), así Suarez dice que lo deben declarar los cardenales si así lo hubiera dispuesto el Papa, si no por los obispos en Concilio (convocado por cardenales u obispos solo para este asunto y por derecho de defensa), o en diversos concilios provinciales, u otros modos de manifestaciones pues son pastores puestos por Cristo. Y, del mimo modo que el Papa recibe el poder de Cristo después de la elección de los cardenales, es depuesto por Cristo después de la declaración de los obispos con fe. Ve esto proporcionado a la naturaleza visible de la Iglesia. El Papa Inocencio III en un sermón dice: “La fe es para mí a tal punto necesaria que teniendo a Dios como único Juez en cuanto a los demás pecados, sin embargo solamente por el pecado que cometiere en materia de fe, podría ser yo juzgado por la Iglesia” (Tomado de la L. Billot “De Ecclesia Christi” Roma 1927 pg. 633). Según Suarez como hemos visto seria en juicio con sentencia declarativa no con sentencia imponiendo la deposición del Papa, pues éste sería depuesto por Cristo. De modo semejante S. Alfonso María de Ligorio, doctor de la Iglesia, dice “Si el Papa como persona privada, incurriera en herejía, al instante quedaría despojado del pontificado; porque como entonces estaría fuera de la Iglesia, no podría ser el jefe de la Iglesia. En éste caso, la Iglesia debería por tanto, no desposeerlo, porque nadie tiene autoridad sobre el Papa, sino declararlo privado del pontificado”(En “Defensa del Poder Supremo del Soberano Pontífice “ Cap. VIII). Los teólogos suelen hablar del Papa que cae en herejía como persona privada, o como doctor privado, lo cual no explican mucho, así en la práctica se entiende que esto incluye desde lo que el Papa habla en conversación personal, hasta lo expresado en su Magisterio no infalible.

Permítaseme una última reflexión. Así como los hechos invalidan la primera opinión. Y no lo digo por el caso del Papa Honorio –pues hay historiadores que defienden que no fue hereje- sino a lo sumo falto de valor y celo en la defensa de la fe. (Así Agostino Saba “Historia de los Papas” T-I ed. Labor 1964 pgs. 278-s) sino por el presente. Podría darse el caso de que el Papa usara las formalidades solemnes al uso para “definir ex cathedra” lo herético. Como Dios no se contradice, si permitiera este hecho nos estaría mostrando o la verdad de la opinión cuarta, según la cual ya no sería Papa en el momento de la definición, pues ya habría dejado de ser Papa cuando anteriormente había manifestado la herejía de otros modos; o la verdad de la tercera opinión, o sea, que habría dejado de ser Papa cuando cometió pecado interno de herejía. La seudodefinición ex Cathedra sería ocasión para conocerlo.

Fco. Suárez pbro. Valencia