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viernes, 22 de mayo de 2015

VOTO CATÓLICO (24): CARTA ENVIADA AL SEÑOR OBISPO DE LA DIOCESIS DE CARTAGENA (MURCIA)

Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquíPido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Hacia mediados de marzo de este año de 2015 llamé por teléfono al Obispado de Murcia, al objeto de concertar una cita con el señor Obispo, pero debido a su apretada agenda me contestaron que lo más rápido sería escribirle una carta directamente a él. Y eso es lo que hice. 

Aún no he obtenido ninguna respuesta, ni pienso que llegue ... lo que entiendo perfectamente, poniéndome en su lugar, ya que serán muchas las cartas que reciba y le será imposible contestar a todas ... eso y, sobre todo, la extensión exagerada del escrito, cuya lectura requiere de una paciencia heroica y de un tiempo de dedicación, del que no todos disponen. 

En realidad, se trataría de un "resumen" de todos los post que he dedicado a este tema del voto católico, así que no añade nada nuevo a lo que se ha dicho ya anteriormente, ..., aunque si alguno de los lectores desea purgar por sus pecados aquí tiene una ocasión estupenda para llevar a cabo esa tarea

El contenido de la carta no es personal sino pastoral y podría ser dirigido a cualquier obispo. Por eso he decidido introducirla en este blog, pues está relacionada con el voto electoral y estamos a tan solo dos días de las Elecciones del 24 de Mayo. Transcribo la carta en su totalidad, suprimiendo tan solo dos o tres párrafos que son irrelevantes y que no añaden ni quitan nada que tenga relación con el tema que se aborda.
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José Manuel Lorca Planes
En Murcia, a 21 de Abril de 2015


Excelentísimo y Reverendísimo Sr. Obispo:
Intentaré no hacerme demasiado pesado sobre la pregunta que quiero plantearle, aunque puede que no lo consiga. Mis disculpas de antemano por el tiempo que le pueda llevar la lectura de este escrito.

La consulta está relacionada con el tema del aborto y la intervención de la Iglesia, a través de sus obispos y sacerdotes, con vista a las próximas votaciones del 24 de mayo de este año.

Sobre la postura de la Iglesia lo tengo muy claro: protección de la vida desde el instante de la concepción de un ser humano hasta su muerte natural. El aborto es un crimen.

Pero a la hora de votar, lo usual es que un cristiano, que quiera ser coherente con su condición de cristiano, tenga infinidad de dudas con respecto a los partidos políticos a los que puede votar (si es que hay alguno). Mons. Munilla ha dado unas orientaciones muy claras en este sentido, pues dice que un católico fiel a la Iglesia no puede votar a los partidos presentes en el Congreso de los Diputados, al ser todos pro-abortistas. Claro está: son pocos los medios de comunicación que transmiten sus palabras. Utilizan la técnica del silencio, que suele ser bastante eficaz, pues así, el Obispo Munilla-aunque diga la verdad- se queda prácticamente solo.

Teniendo en cuenta esas recomendaciones, y siendo coherente, queda clarísimo que un católico no puede votar a partidos como Podemos, Izquierda Unida, PSOE, UPyD, Ciudadanos y otros análogos … pues todos ellos están a favor de la ley del aborto … ¡pero es que, además, visto lo visto, nos encontramos con el hecho sorprendente, en principio, de que un católico tampoco puede votar al PP!, partido abortista como el que más. Y la teoría del mal menor es una excusa. En palabras de Monseñor Munilla: «El tiempo ha demostrado que por el camino del “mal menor” se termina llegando al “mal mayor”. La opción del “mal menor” solo puede ser acogida por un cristiano de forma circunstancial y transitoria; sin caer en la tentación de hacer de ella su “santo y seña”. Y es que… Jesucristo nos enseñó a apostar por el bien; no por el mal menor». Se nos atemoriza con la idea del llamado voto útil, pues de lo contrario, sería la izquierda anticatólica la que llegaría al Poder, y -en cierto modo- nosotros seríamos responsables de ello, por no haberle dado nuestro voto al PP que, teóricamente, representa la derecha "católica".

De hecho, uno se encuentra con que al Cardenal Blázquez, Presidente de la Conferencia Episcopal Española, le parece "correcta" la minirreforma de la Ley del Aborto del PP . Pero no deberíamos de caer en la trampa: un cristiano debe regirse por la verdad, y al PP se le ha visto el plumero y de apoyo al catolicismo, nada de nada. Muy inteligentemente, el autor de dicho artículo comenta: Este acercamiento de Rajoy al presidente de la CEE y a la Jerarquía Eclesiástica se ve, desde algunos sectores, como un intento desesperado del PP por no perder el voto católico, después de incumplir su compromiso electoral acerca de la Ley del Aborto y de alejarse completamente de cualquier política que defienda el derecho a la vida. En mi opinión, las palabras del cardenal Blázquez no han sido muy afortunadas.

Por otra parte, el portavoz de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, se limita a decir que toda persona debe votar en conciencia, lo que no nos hace ningún favor, pues utiliza un lenguaje que se presta a confusión: primero porque se refiere a "toda persona" cuando es a los católicos a quienes debe dirigirse; y segundo porque la conciencia de un católico, si está bien formada, se refiere a la voz de Dios en su alma, una voz que se autentifica como verdadera y no engaña cuando está en conformidad con la ley divina, la cual dice expresamente: "No matarás".

Nos encontramos así con el hecho de que en el seno mismo de la Iglesia, aunque es cierto que, "teóricamente", todos los Pastores condenan el aborto, sin embargo, en lo que concierne a la "praxis", los Pastores que hablan con suficiente claridad son, por desgracia, muy pocos. Y para más INRI esos tales son reducidos al silencio, en el mejor de los casos, y se quedan prácticamente solos. Casi todos los medios de comunicación de masas son contrarios al Catolicismo; y ocurre incluso, a veces, que algunos de esos medios tienen el beneplácito de miembros de la Jerarquía Eclesiástica. Da mucha pena decir estas cosas, pero es la verdad. Lo deseable sería que hubiese unidad real en la Iglesia Católica, para que los fieles no se confundan y sepan, en todo momento, a qué atenerse … y esto comenzando por el Santo Padre quien, haciendo uso de su autoridad como Pontífice Supremo y Vicario de Cristo en la tierra, podría pronunciarse al respecto y decir, con toda claridad y de modo solemne, que los católicos no pueden votar a ningún partido político en cuyo programa aparezca una defensa del abortorecordándoles, además, a todos los miembros de la Iglesia, incluidos obispos y cardenales, la obligación que tienen de informar a los fieles católicos que aquellos que voten a un partido abortista incurren en excomunión "Latae sententiae", es decir, de modo inmediato

Esto es algo que la inmensa mayoría de los católicos desconoce, porque no se les enseña… pero viene recogido en el Código de Derecho Canónico art. 1398 y en el Catecismo de la Iglesia Católica núm. 2272. Es cierto que tal excomunión no se produce si los católicos que votan no conocen que existe esa norma. Y ahí es donde deben de intervenir los Pastores, cuya misión es la de enseñar, gobernar y santificar a los fieles que les han sido encomendados: por ello, deben de hacer todo cuanto esté en sus manos para que este conocimiento llegue al conjunto de los fieles cristianos

No debemos avergonzarnos de la verdad, ni asustarnos. Porque, ¿qué puede ocurrir? ¿Qué los votos se pierdan porque no existe ningún partido al que se pueda votar? No tiene por qué ser necesariamente así, [y de hecho no lo es] pero, aunque así fuera … ¿por qué tanto miedo al mundo? Aquellos que odian a los cristianos seguirán haciéndolo en todos los casos, haga la Iglesia lo que haga. Pues bien: démosles un motivo ["práctico" y no teórico] para hacerlo, aunque ellos no necesitan ninguno, pues no se rigen por la razón, sino por aquello que aparece en los medios de comunicación, aunque sea mentira. Además, ¿acaso la democracia es un valor supremo, un absoluto? Es un sistema de gobierno, como podría serlo cualquier otro, ni mejor ni peor, en principio. Lo que se pide de un gobierno es que busque el bien común de los ciudadanos. Eso es lo esencial; el cómo es, cuando menos, opinable … pero no debe de imponerse. La "democracia", en cambio, se ha impuesto como algo sagrado: ¡ay de aquel que diga que no es demócrata! Es un contrasentido, pero es lo que ocurre, en realidad.

A mí me admira -y me congratulo por ello- la declaración que ha hecho el Patriarca de Antioquía, su Beatitud Ignatius Youssef III Younan: «Para los cristianos es mejor una dictadura en la que se cumple la Ley que el totalitarismo islamista». Declaración en la que ha demostrado una gran valentía, diciendo lo que verdaderamente piensa, que coincide con lo que realmente es, pues la Ley divina y la Ley natural están por encima de las componendas de los hombres. Pues bien: lo que ha dicho el Patriarca Youssef III yo lo aplicaría también - salvadas las distancias- y en el contexto adecuado, a la mayoría de las democracias actuales: "Es mejor una dictadura que hace cumplir la Ley que no una democracia que reniega de Dios"

Y que no nos dé miedo de llamar a las cosas por su nombre; porque -y ésta es la verdad- la democracia es una palabra vacía al significar cosas diferentes según sea quien pronuncie esa palabra: no es el gobierno de la mayoría, como suele decirse, sino el gobierno de una minoría despótica, que se impone totalitariamente, cuando llega al Poder … una vez que se ha asegurado los votos del pueblo, mediante la manipulación y el engaño. No hay más que recordar a Hitler, nacionalsocialista quien, una vez llegado al Poder, mediante votación democrática de la mayoría de los ciudadanos, va e impone sus propias reglas -inicuas- al resto de la sociedad.

Esto ocurre hoy también, por desgracia, en todos los partidos (sean de izquierdas o de "derechas" porque la derecha, como siempre se ha entendido, aquella que respeta la ley natural y la libertad y no negocia con los principios irrenunciables que recordaba el papa Benedicto XVI, cuales son la vida, la familia, etc…, esa derecha … hoy en día, prácticamente no existe). ¡Todo ha de estar consensuado!, se dice. ¡Hay que escuchar la voz del pueblo! … ¡Mentira ...! (...) porque ese "pueblo" al que tanto se remiten, como si de verdad les importara su verdadero bien, ha sido manipulado convenientemente, a través de los medios de comunicación, los cuales son, en su mayoría, anticristianos.


Ante una situación así ¿a quién votamos? Según Mons. Munilla: "La vocación de los laicos católicos, a diferencia de los sacerdotes y obispos, es la de hacerse presentes en la vida pública proponiendo alternativas políticas, capaces de encarnar de forma coherente en la vida pública los principios que inspiran la Doctrina Social Católica"En vista de todo lo cual, a mí se me ocurren (se me presentan) tres alternativas posibles:

a) No votar: abstención, lo que significa no estar de acuerdo con el sistema democrático como forma de gobierno.

b) Votar en blanco, lo que supone que se está de acuerdo con la democracia, en general, con una democracia bien entendida, pero no con esta democracia, que no respeta la Ley ni el Derecho y se constituye en diosa que decide sobre el bien y el mal.
c) Votar a partidos minoritarios que apoyan la vida al 100%, no importando que no tengan ninguna representación en el Parlamento: la tendrían si la gente les votara.

De las dos primeras opciones no hay nada que comentar. Se comentan por sí solas. Y respecto a la tercera, ¿existe hoy algún partido político alternativo al que un católico pueda votar en conciencia, no importando que no tenga -todavía- representación en el Parlamento?

Hasta el momento, un católico solía votar al PP como un mal menor. También los había que votaban a los partidos de izquierdas, como PSOE e IU, debido -entre otras cosas- a su ignorancia, pues estos partidos se decantan directamente contra la fe católica. Pero ahora las cosas han cambiado. El PP ya no es lo que era (incluso lo que era, de verdad, estaba más bien oculto). De manera que, como señala Monseñor Munilla, un católico no puede votar al PP 


¿Qué ocurre, entonces? ¿A qué partido puede votar un católico? Se está observando una desbandada de gente que está cambiando su intención de voto desde el PP al partido de Ciudadanos … ¡pero es que ciudadanos es también un partido laicista, que apoya el aborto! Todo esto sucede porque los fieles católicos están confusos … y sus pastores, en general y desgraciadamente, no están por la labor de "mojarse" y se limitan a dar a sus fieles una serie de instrucciones que pueden ser interpretadas de diferentes maneras … pero un fiel católico necesita de la contundencia de sus pastores, de que les hablen llana, claramente y sin complejos ante el mundo … o de lo contrario se encuentran "como ovejas sin pastor".

Yo he estado investigando por Internet para ver si encontraba algún partido al que poder votar sin actuar contra la Ley de Dios. Y me he encontrado con dos (puede que haya más, pero éstos me han parecido los más significativos y con mayores posibilidades de conseguir más votos). Es el caso de VOX (al que se le ha unido Partido Familia y Vida) y también el caso de AES (alternativa española). Lo ideal sería que VOX y AES se unieran … y que lo hicieran también el resto de grupos (si existen, que no lo sé) que tenga un ideario cristiano o, simplemente, sentido común… Pero, en fin: eso es lo que tenemos ahora mismo, si no estoy mal informado. VOX tiene a su favor frente a AES que su número de votantes es mayor aunque, en ambos casos, este número es bajo. 

De aquí al 24 de mayo, que es el día de las votaciones, queda poco más de un mes. Yo me decantaré por una de las tres opciones a las que he aludido más arriba. Me gustaría, ciertamente, hacerlo por la tercera opción y votar … pues nos interesaría tener en el Parlamento algún partido que representara los auténticos valores cristianos, lo que redundaría en el bien común de todos los ciudadanos. Sin embargo, para ello, para conseguir algún escaño de VOX o de AES, por ejemplo, se necesitaría que los electores católicos tuvieran un mayor conocimiento acerca de aquellos partidos a los que puede votar y a los que no, una información de la que la mayoría carece.

Y aquí, y éste es el motivo principal de mi carta, es donde pienso que puede y debe intervenir la Iglesia Jerárquica, con todos los obispos y el Papa a la cabeza. Pido un imposible, lo sé; porque me consta que hay divisiones dentro de la misma Iglesia … pero cada Obispo, al igual que el Papa, tiene su conciencia y es responsable ante Dios de sus acciones y también de sus omisiones. De todo ello tendrá que dar cuenta. Yo veo que la situación es muy grave … y que el futuro de España, de nuestros hijos y de nuestros nietos depende, en gran medida, de la actuación valiente de la Jerarquía Eclesiástica en este intervalo de tiempo que falta para las elecciones. Y pienso, además, que también el Papa -y sobre todo el Papa- debería de intervenir y dar instrucciones precisas a sus obispos y éstos a los sacerdotes … O estamos realmente perdidos.

Digo todo esto porque, como ciudadano católico y padre de familia que soy, tengo también mi parte de responsabilidad y Dios también me pedirá cuentas a mí de lo que haga o de lo que deje de hacer. Y reflexionando, he llegado a la conclusión de que, si se quiere que todos los fieles cristianos estén bien informados … dada la gran influencia de los medios de comunicación en el pensamiento de la gente, ES NECESARIO que el verdadero pensamiento de la Iglesia en cuanto al aborto (desde el punto de vista de la "praxis") salga a la palestra; y que todos los medios de comunicación se vean obligados, de alguna manera, a sacarlo a relucir.


Que los sacerdotes hablen en los púlpitos … por indicación expresa de sus obispos ¡Por supuesto que sí! … Pero esto no es suficiente si se quiere que ese mensaje llegue al conjunto de la sociedad porque, además. son muy pocos los católicos que asisten a Misa desgraciadamente, pero es así. Por lo tanto, deben de ser, sobre todo, los obispos los que hablen con valentía "y se mojen", porque ésa es su obligación y porque está en juego el futuro de la Humanidad: una Humanidad en la que se prescindiera de Dios, encarnado en la Persona de su Hijo, Jesucristo, sería antihumana… y estaría abocada al fracaso más estrepitoso. Y, aunque parezca extraño e incomprensible, eso es precisamente lo que, hoy en día, se pretende. Y todo parece indicar que vaya a conseguirse, al menos por ahora. De ahí la importancia y la necesidad que tenemos los cristianos de que nuestros Pastores, como el Buen Pastor, se definan con claridad meridiana e iluminen a sus fieles con sus palabras. 

Lo ideal- insisto- sería que el Papa hablara, porque -además de ser su obligación- sus palabras saldrían a la palestra mundial a los pocos minutos de ser pronunciadas, dado el talante del Papa que tenemos y la gran importancia que el mundo ateo y anticristiano le concede, por las razones que sean, que ahora no proceden.

Si el Papa se pronunciara en ese sentido no cabe la menor duda de que se granjearía grandes enemistades por parte del mundo (así como también aquellos Obispos que lo obedecieran y actuasen conforme al Ministerio que les ha sido encomendado) … pero ¿no es acaso éste el destino de un cristiano, o sea, el mismo que el de su Maestro? ¿Por qué tanto miedo? [El martirio de tantos cristianos que, a día de hoy, están siendo perseguidos y mueren antes que renegar de su fe, como los primeros cristianos, debería de ser un estímulo para que su sangre no se esté derramado en vano]. Bastaría -es una idea que se me ocurre- con enviar a todos los Obispos católicos un mensaje semejante al que sigue, con la obligación de dar a conocer su contenido a todos los fieles:

Dado que la Iglesia es Maestra y Madre y tiene la misión de confirmar en la fe a todos los fieles cristianos que por Dios le han sido encomendados; y considerando la profunda ignorancia de la mayoría de éstos adolecen,

Nos, el Papa, hemos decidido de modo solemne, dar a conocer a todos los cristianos de la Iglesia Universal la siguiente doctrina, de manera oficial, para que ningún cristiano católico posea ninguna duda acerca de su actuación a la hora de emitir su voto a un determinado partido político:




Todo católico que preste su voto a un partido que defienda el aborto en su programa político queda excomulgado "Latae sententiae", es decir, ipso facto, de modo automático.

Todos los obispos y sacerdotes de la Iglesia Universal están obligados a dar a conocer este mensaje a sus fieles, poniendo para ello todos los medios de que dispongan, dado que está en juego la supervivencia de la fe católica en el mundo. 

De todos modos, independientemente de que el Papa haga algo semejante o no lo haga, tanto los sacerdotes como, sobre todo, los Obispos, tienen la grave obligación de explicar estas cosas en sus homilías y en los medios de comunicación de los que dispongan al efecto. Y esto deben de hacerlo insistentemente y sin temor, un día y otro, hasta que llegue el día de las elecciones … pues es mucho lo que está en juego en estas elecciones. Es también muy importante que los Obispos tengan clara conciencia de que, actuando así, no se están inmiscuyendo en política. Son más bien los "políticos" los que están jugando a ser "dioses" y a decidir lo bueno y lo malo. Habría que recordar aquí aquello de que "es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" o tal vez aquello otro de "dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios".

Por supuesto que, si proceden así, van a ser duramente acusados de inmiscuirse en política y de mucho más, pero esto es algo con lo que, como cristianos y -sobre todo- como Pastores del pueblo cristiano, deben de contar; y no amedrentarse; como no lo hizo Jesucristo ni lo hicieron los primeros cristianos y los cristianos de Oriente Medio, en la actualidad. Lo que está en juego es el bien, y la vida, de todos los seres humanos, no sólo de los que ahora viven sino, también y con mayor razón, el bien de las futuras generaciones. Es misión de la Iglesia proclamar siempre la verdad con vistas al verdadero bien de los hombres y a su salvación eterna.

Si la Jerarquía actuase de esta manera, los resultados electorales del 24 de mayo serían completamente diferentes a los esperados y, posiblemente, existiría algún parlamentario católico en el Gobierno. Es cierto que la sociedad está paganizada y que son muchos los católicos con poca o ninguna fe; y que muchos lo son sólo de nombre. Pero se trata de hacer despertar al pueblo cristiano de su modorra y de su indiferencia. Tengo la seguridad de que el número de cristianos que conoce la relación que existe ABORTO Y EXCOMUNIÓN es prácticamente nulo. ¿Por qué? Pues porque no se les ha enseñado. Al no conocerla, lógicamente no quedan excomulgados si votan al PP, por ejemplo, o a Ciudadanos, pues no existe pecado si hay ignorancia y desconocimiento respecto a algún punto concreto de la Doctrina …

Pero, precisamente por esto mismo, la Jerarquía Católica, desde el Papa hasta los sacerdotes, todos sin excepción, tienen el grave deber de informar a sus fieles acerca de esta disposición tan importante del Código de Derecho Canónico (el artículo 1398). Desde luego que hablar así es "políticamente incorrecto"; pero, ¿desde cuándo Jesucristo hablaba a la gente para no molestarla? Quería el bien para todos y por eso les decía siempre la verdad. Esto es lo que hicieron los Apóstoles, y es lo mismo que deben hacer los sucesores de los Apóstoles, imitando así a su Maestro.

Esta noticia saldría en todos los medios, sin lugar a dudas, aunque fuera para criticarla y decir que la Iglesia no se debe meter en política (lo cual sería falso a todas luces, pero es lo que dirán … y muchas cosas más). Será duro y difícil, pero habrá merecido la pena … entre otras cosas porque daría ideas claras a los cristianos acerca de lo bueno y de lo malo, según Dios. Y, además, esta intervención de los Obispos y del Papa, serviría de revulsivo de sus conciencias: muchos cristianos, que permanecen ignorantes de estas realidades (en particular, la de la excomunión automática si votan a partidos abortistas) aun cuando sólo fuera por miedo, si aún les queda un resquicio de fe, tendrían mucho cuidado, y se lo pensarían muy bien, a la hora de emitir su voto.

Les quedarían esas tres posibilidades: abstención, voto en blanco o voto a un partido que defienda los principios no negociables. Y claro, si se opta por la tercera opción, ¿a qué partido votar? Como he dicho más arriba, y si no me equivoco -pues no conozco todos los partidos-, quedan, prácticamente, AES y VOX (no el VOX de antes, que era una especie de PP bis, sino el actual, pues ha habido cambios sustanciales, a mejor, en dicho partido; y, concretamente, tiene una importancia fundamental el hecho de que se les haya unido el Partido Familia y Vida,  cuyo programa se puede encontrar haciendo clic aquí. En cuanto al programa electoral de VOX , de Santiago Abascal, puede leerse aquí . Y con respecto al partido AES (Alternativa Española), de Rafael López Diéguez su programa electoral puede verse pinchando aquí 

¿Podríamos poner la mano en el fuego (suponiendo que VOX o AES llegaran al Poder, cosa que ahora es imposible) en cuanto a que cumpliría con las promesas que vienen reflejadas en esos programas? Ciertamente no. La experiencia nos dice que son muchos los políticos que nos han engañado con sus promesas electorales. Prometen mucho … y luego cumplen poco o nada de lo prometido. Sin embargo, de lo que no cabe duda, al menos a mí así me lo parece, es de que la existencia de esos partidos -o análogos- nos da una cierta esperanza de renovación y una salida de la confusión en la que, al día de hoy, nos encontramos los católicos a la hora de votar.

En fin, no quiero cansarle más. Soy consciente de que me he alargado demasiado. Pero éste era el mejor modo de decirle exactamente lo que le quería decir, mucho mejor que si hubiéramos hablado personalmente, lo que no descarta esa entrevista, si tal fuese su deseo. (...)

Gracias por su paciencia, si ha sido capaz de llegar hasta aquí. La decisión que usted tome con relación al contenido de este escrito es algo totalmente personal, en la que yo ni pienso, ni debo inmiscuirme: no soy quién para hacerlo pues, además, no dispongo de todos los datos y se me pueden escapar muchas cosas [pero aun cuando dispusiera de ellos, no me pertenece a mí el juzgar su actuación].



Sé, no obstante, que "todo confluye para el bien de los que aman a Dios" y eso me consuela, lo cual no me exime de la responsabilidad de intentar hacer todo aquello que esté dentro de mis posibilidades de actuación … Y no se me ha ocurrido otra cosa que la de escribirle a usted esta carta, en la que me limito a expresar lo que veo que está ocurriendo en la Iglesia y que, como miembro que soy de ella, me hace sufrir.

Quedo a su disposición, como Obispo que es de la Diócesis de Cartagena, a la que yo también pertenezco. 

Un cordial saludo.
Suyo en el Señor

José Martí

VOTO CATÓLICO (23) : Partidos concretos: El Voto a VOX

Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquíPido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Hay valores no negociables, entre ellos el derecho a la vida, desde el instante de la concepción de un niño hasta su muerte natural. Ningún partido del Parlamento Español actual defiende estos valores. Hay nuevos partidos que sí los defienden. Entre ellos está por supuesto, el Partido Familia y Vida. VOX defiende los mismos valores (eso espero) tal como se puede ver pinchando aquí.
El Partido Familia y Vida cumple esas condiciones, como puede leerse en su programa

DURACIÓN: 30 seg



El objetivo esencial de este partido es el de ofrecer la posibilidad de votar a una lista de gente que defienda los valores no negociables. Con esfuerzo, como no puede ser de otro modo, ha logrado presentar listas en solitario, listas en coalición con el partido VOX (aceptando éste nuestros principios al 100%) y listas como independientes en listas de VOX en los siguientes lugares:

En solitario se presenta en las siguientes circunscripciones: BALEARES (Ayuntamientos de Palma de Mallorca, San Juan, Porreras y Santa María del Camino; también en el Consejo Insular de Mallorca y en el Parlamento de las Islas Baleares) y CATALUÑA (Terrassa)
- En coalición con VOX se presenta en: PAÍS VASCO (Ayuntamientos de Bilbao y Guecho, así como en las Juntas Generales de Vizcaya, circunscripciones de Bilbao y Busturia-Uribe) y CATALUÑA (Ayuntamientos de Barcelona, San Cugat del Vallés y Granollers).
- Y como independiente, en listas de VOX, se presenta en los Ayuntamienos de Madrid, Alicante, Valladolid y Jaen.


En Murcia se presenta solamente VOX. Confiamos en que VOX defenderá los mismos principios no negociables que PFyV, en todos los casos, tal como sí lo hará en los lugares en que ambos se presentan en coalición. Leyendo el programa de VOX, en principio sería aceptable votarles. Yo he contactado con VOX y me confirman que sí lo harán. Les daremos un voto de confianza porque, además, luego vienen las Elecciones Generales, que son las más importantes. Y no creo, sinceramente, que VOX esté por la labor de mentir acerca del contenido de su programa. 

De momento sólo se puede elucubrar. Yo voy a fiarme y pienso votarles, a ver si consiguen algún escaño, porque ideológicamente hablando, todos los partidos que tenemos ahora en el Parlamento, representando a los españoles, son de izquierdas, en mayor o en menor grado; y en cuanto al tema del aborto son todos pro-abortistas, como ya hemos visto. Entre las tres posilidades que he barajado: abstención, voto en blanco o  voto a VOX yo voy a decantarme por la última. Mi voto será para VOX. 

A continuación hay dos vídeos de unos cuatro minutos de duración cada uno. Si se dispone de algún tiempo extra pienso que puede hacerse uso de él, escuchando estos vídeos. No es demasiado tiempo y están bien, a mi entender.
DURACIÓN: 3:58 MIN
LOS NIÑOS ANTE EL ABORTO



DURACIÓN: 3 MIN 43 SEG

EL VOTO EN CONCIENCIA

VOTO CATÓLICO (22 ): ¿Qué pasa con nuestros Pastores?

Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquíPido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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En realidad si los católicos tuviesen la información adecuada sobre lo que supone el voto a un partido pro-abortista, se lo pensarían mucho más antes de votar. Claro está que tal información les tiene que llegar de sus pastores, en particular de los Obispos e incluso (¿por qué no?) también del Papa, lo cual no ocurre.



Por las razones que sean, y que ignoro, tengo el convencimiento de que, salvo contadas excepciones, como ocurre con Monseñor Munilla y Monseñor Reig-Plá, son muy pocos los obispos (si es que hay alguno más que pueda añadirse a esta minilista, que pienso que sí) que han hablado a sus fieles con la claridad que éstos esperan. Sí lo ha hecho Monseñor Munilla, de un modo tal que no deja lugar a dudas, aunque la relación existente entre aborto y excomunión no se la he oído decir, ... ¡y eso que es el que habla con mayor claridad!. No obstante, esta noticia, aunque conocida, apenas si sale en los medios de comunicación: tan solo en algunos (y curiosamente, los de izquierda); pero, en general, la mayoría de los medios procura silenciar a aquellos pastores que digan lo que no es "políticamente correcto".  Por lo visto, hay declaraciones que no le interesa al Sistema que salgan a la luz; en este caso, por motivos electorales. 

Monseñor Munilla así como Monseñor Reig Plá han hablado ya en repetidas ocasiones, acerca del holocausto silencioso del aborto, aunque los medios hacen todo lo posible por silenciarlo, como se ha dicho. Sería interesante volver a leer el post segundo que escribí sobre el voto católico, para no repetir lo que allí ya dije. Pinchar aquí.

Aunque estos dos obispos digan la verdad -y el resto de obispos sabe que es así- no tienen, sin embargo, el apoyo incondicional de dichos obispos, aun cuando éstos piensen igual que él; y sepan que tiene razón, como no puede ser de otra manera, pues la doctrina de la Iglesia es muy clara, en este sentido.

A veces nos encontramos con declaraciones de algunos obispos, e incluso del Presidente de la Conferencia Episcopal Española, el Cardenal Blázquez, con otro tipo de declaraciones, que no son tan contundentes, por ejemplo, las que realizó durante una entrevista concedida a Radio Nacional, en la que se le preguntó acerca de la mini-reforma de la Ley del Aborto. Dijo: “Últimamente van a introducir, y a mí me parece correcto, el que las niñas no puedan abortar sin permiso de los padres; me parece que es una forma de respeto para estas chicas y me parece bien”. Estas palabras fueron aprovechadas por Mariano Rajoy como se puede leer pinchando en este enlace


Aunque falta contundencia en estas declaraciones, es preciso decir que, después de haberse mostrado de acuerdo con lo planteado en la minirreforma, aseguró “que el aborto no es un derecho de nadie” y que así debía recogerlo la legislación vigente, apostillando al final: “Bueno, lo mejor sería que no hubiera aborto”. De todos modos no podemos callar las declaraciones que hizo en septiembre de 2014. Éstas, por su contundencia, palían, de alguna manera, lo desafortunado de otras ... y con ellas nos quedamos:



DURACIÓN: 1 MIN 57 SEG
UN NO TOTAL AL ABORTO

Un católico que leyera este blog, después de todo cuanto se ha estado hablando sobre esta cuestión, debería de tener muy claro a qué partidos no puede votar que, como sabemos, son todos los que tienen representación en el Congreso, pues al tratarse, todos ellos, de partidos pro-abortistas, el votarles supondría para el votante católico, la excomunión automática. ¡Cierto que esto sería así sólo si el votante católico es conocedor y consciente de esta relación entre aborto y excomunión! ...  Esto es algo que no me lo he inventado yo. Se encuentra recogido en el Catecismo de la Iglesia Católica, en el número 2272, que hace referencia al Código de Derecho Canónico punto 1398.  Lo que ocurre es que nuestros pastores no nos hablan de estas cosas, como de tantas otras. ¡Y de ello tendrán que dar cuenta ante Dios, como tendremos que darla también nosotros por nuestra negligencia y el desconocimiento de nuestra fe!


Hay mucho miedo en la Jerarquía Eclesiástica, con relación al mundo (yo, al menos, eso es lo que percibo) y no tendría por qué haberlo. Los católicos tenemos, en nuestro haber, las palabras de Jesús que "nunca pasan". "¿Por qué tenéis miedo? ¿Dónde está vuestra fe?" (Mc 4, 40). Éstas fueron las palabras que Jesús les dirigió a sus discípulos cuando éstos, asustados porque la barca se hundía a causa de una gran tormenta, lo despertaron, ya que Él estaba durmiendo. 

Nuestra cobardía proviene de nuestra falta de fe y de confianza en el Señor. Si Él está con nosotros, no podemos tener miedo. Y si tenemos miedo es señal de que es muy débil nuestra fe, de modo que debemos de pedírsela a Jesús, con insistencia y con la seguridad de que Él nos la concederá: "Pedid y se os dará" (Mt 7,7)  



Con respecto al voto útil, que no nos quepa duda de que todo aquello que conduzca a una visión cristiana de la vida es lo verdaderamente útil. Y la conclusión, a la hora de votar, debería de estar bien clara: nada de votar a tal o cual partido porque "fulanico" o "menganico" me lo han dicho ... y yo quiero que estén contentos. ¿Qué me importa a mí lo que piensen "fulanico" o  "menganico? Lo que Dios piensa: ¡eso es lo único que debe de importarme, porque en ello me va la vida! (la vida eterna, se entiende) ... y no lo que piensen los demás; ni siquiera lo que piense yo mismo. 

La verdad, siempre hay que acudir a la Verdad, que es el mismo Jesucristo; esa verdad que es la Única que nos puede hacer libres (cfr Jn 8, 32). Y la verdad, en este caso, no puede dejar lugar a dudas de ninguna clase, porque es más que evidente:  Matar a un niño inocente e indefenso es un crimen gravísimo y una injusticia que clama al cielo. La vida la da Dios y sólo Él puede quitarla cuando le plazca. Quien no lo vea así, se engaña a sí mismo.  El amor a la verdad, sea ésta la que fuese, es fundamental para nuestra salvación. Y es eso lo útil, lo auténticamente útil. Santa Teresa de Jesús lo expresaba de una manera "sui generis"  y muy gráfica: "Aquél que se salva, sabe; y el que no, no sabe nada". Y tenía mucha razón.


DURACIÓN: 46 seg.

Una curiosidad final: ¿cómo queremos que nos recuerden las futuras generaciones? Añado aquí este video que he encontrado, muy breve y muy significativo, que trata sobre una carta que debe ser leída en el futuro y que escribe un abuelo de hoy a su nieta. Cuando la nieta la lee es ya una mujer. 

DURACIÓN: 58 seg
CARTA LEÍDA EN EL FUTURO

(Continuará)

jueves, 21 de mayo de 2015

VOTO CATÓLICO (21): Democracia y Derecho Natural.

Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquíPido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Este artículo trata sobre unas reflexiones en torno a la necesidad fundamental que tenemos, no sólo los españoles, sino todo el mundo, de respetar y aceptar la realidad natural de las cosas. Si se rechaza el Derecho natural, que es la base de todo el Derecho, entonces no tiene sentido hablar de derechos humanos; todo el Poder se centrará en el Poder ejecutivo, que es el que dictará las leyes; y decir que estamos en un estado de derecho será, sencillamente, una farsa más, a las que estamos ya tan acostumbrados. 



La democracia que no respeta los derechos fundamentales y los principios innegociables queda deslegitimada y se transforma en otro tipo de tiranía, mucho peor que la de una dictadura, porque diluye su responsabilidad en el pueblo y no en una persona concreta. Quien esté en el Poder esgrimirá siempre como argumento para justificar su mala gestión o su mal proceder que fue la mayoría del pueblo quien lo colocó en el Poder para que los representara, en lugar de admitir que se ha equivocado o mejor aún, dimitir si considera, con honradez, que no es capaz de llevar adelante su proyecto y que, por lo tanto, no debe defraudar a quienes le votaron.


La libertad será otra farsa porque se aplicará la ley del embudo: libertad sólo para aquéllos que dicen amén a todas las ocurrencias del Gobierno de turno; ataque duro y opresión contra los que discrepan del pensamiento único, el llamado "políticamente correcto", que es el único que será permitido.

De manera que si quitamos la separación de poderes, suprimimos el derecho natural y eliminamos la libertad de expresión, lo que queda de la llamada Democracia, cuando es así entendida, es un Estado injusto, arbitrario y, en definitiva, totalitario: sin libertad y sin justicia no puede haber paz, sino odios, resentimientos, discordias, guerras y empobrecimiento de la Nación, que es lo que ocurre en todos los totalitarismos: Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Rusia, China, etc... que, por cierto, son todos anticristianos y más aún, anticatólicos.

Y si esto es así, ¿qué sentido tiene hablar del voto útil? Útil ... ¿para quién? Un voto tiene sentido cuando quien vota lo hace en conciencia. Y la conciencia de un católico le impide votar a partidos pro-abortistas. De manera que si vemos que el Sistema falla, lo que habría que hacer es cambiarlo por otro o bien, modificarlo y mejorarlo. Lo que no se puede hacer -y, sin embargo, se hace- es votar en contra de nuestra conciencia ...  por un miedo muchas veces indeterminado, pero que contriibuye, ineludiblemente, a que el Sistema siga igual, es decir, igual de corrupto ... o más. 

La democracia, como cualquier otra forma de gobierno, si se pervierte, deja de ser válida y legítima. De manera que si se quiere mantener el Sistema democrático, porque pensamos que es el más acorde al tiempo en el que vivimos, es preciso que cambiemos la postura del avestruz, que es a la que estamos acostumbrados, por otra más valiente, que se enfrente con la realidad, y que llame a las cosas por su nombre. 

No pueden ponerse en tela de juicio aquellos principios que forman parte de la naturaleza humana. Si no hay acuerdo sobre esa base, que debe de ser inamovible, porque responde a la realidad de las cosas, entonces no tiene ya ningún sentido hablar de eliminar la corrupción, o hablar de derechos humanos, de diálogo, etc ... porque todo será una gran mentira y un enorme montaje: desde el momento en que el fundamento tambalea, el edificio entero se desmorona. Y no le demos más vueltas.

¿Qué es lo que queremos, en realidad? ¿Por qué tanto miedo y por qué se cede en aquellos principios, que no son políticos ni consensuables, sino propios de la naturaleza del ser humano y, por lo tanto, intocables? 

¿Por qué tomar la mentira acerca de la realidad como base y fundamento para el recto funcionamiento de la sociedad? ¿A qué estamos jugando? El hombre de hoy, representado por los políticos a quienes vota, pretende, por todos los medios, burlarse de la naturaleza (aunque parezca mentira) llamando negro a lo que es blanco, blanco a lo que es negro, malo a lo que es bueno y bueno a lo que es malo ... y así con todo. Y se queda tan pancho, como si nada. 


Por otra parte, la sociedad no reacciona, está como adormecida, atontada. Una gran mayoría de ciudadanos, incapaces de pensar por sí mismos (éste es uno de los grandes logros de la LOGSE) deja que sean los demás quienes piensen por ellos. ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo hemos llegado a esta situación? 


(Continuará)

miércoles, 20 de mayo de 2015

VOTO CATÓLICO (20): ABORTO CERO ... lo demás son componendas

Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquíPido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Dios es el autor de la vida humana. Y sólo Él puede decidir acerca de su principio y de su final. Nadie puede otorgarse a sí mismo ese poder: desde el momento de la concepción hasta el final de su vida natural, la vida es un regalo que Dios nos ha dado ... y que, por desgracia, no sabemos apreciar, ni aprovechar, como deberíamos. Dios, al crearnos, primero, y luego al darse a Sí mismo, en la Persona de su Hijo, Jesucristo, nos ha dado la posibilidad de ser contertulios y amigos suyos y, por lo tanto, de ser verdaderamente felices, ya en este mundo.

El Amor, que no busca lo suyo, sino al Amado, es lo que da sentido a la vida, a cualquier vida. Ninguna vida humana es despreciable, pues POR TODOS MURIÓ JESUCRISTO, y lo hizo por amor, porque nos quería ... y nos sigue queriendo. Y si alguien es amado por Dios es señal de que ese alguien es importante. Por eso todos somos importantes, porque a todos nos ama Dios, que nos ha dado la vida a través de nuestros padres y que se nos ha dado, Él mismo, en la Persona de su Hijo, en Jesucristo. Nadie está excluido de este amor si no quiere ser excluído. No acabamos de caer en la cuenta de la realidad del Amor que Dios nos tiene, a cada uno, de una manera personal y única. Eso es lo que nos hace importantes, pues si lo somos para Él es que, en realidad, lo somos.

Dios nos ama, y nos lo ha demostrando, dando su Vida por nosotros, para que también nosotros le demos a Él la nuestra, libremente, de modo que no tengamos ya otra voluntad que no sea la Suya. Dios no nos impone su amor, porque un amor impuesto no sería tal. La libertad es un componente esencial del amor verdadero. 

Por eso Dios ofrece su Amor al hombre. Y, como amor verdadero que es, requiere ser correspondido de la misma manera. Sin reciprocidad no puede darse el amor. Yo soy para tí y tú eres para mí. Esta nota de reciprocidad es igualmente esencial en el auténtico amor. Y no le importan a Dios nuestras diferencias de raza, sexo, edad, capacidades o limitaciones: somos su obra más sagrada. Y aunque herida nuestra naturaleza por el pecado de origen, Dios no nos deja solos, porque nos quiere. 


Lo propio y lo razonable sería vivir de continuo con espíritu de agradecimiento, primero por la vida que Dios nos ha dado, al crearnos, sacándonos de la nada; y segundo, y más importante, por la posibilidad que nos ha concedido -verdaderamente increíble- de que podamos llegar a ser verdaderamente hijos suyos, en unión con su Hijo Jesucristo, por medio del Espíritu Santo.  


Un cristiano, un católico -que lo es por pura gracia- si tiene conciencia de su dignidad, de su ser realmente hijo de Dios (siempre que esté unido a Jesucristo) ... valora todo, porque todo le habla de Dios. Y, en particular, valora su obra más preciada, que es el ser humano, la vida humana; y la valora en cualquiera de sus estadios vitales, desde que comienza a existir como cigoto hasta su fin natural. 

La Iglesia está llamada a defender esta realidad: todos somos valiosos porque Jesús, que es Hijo de Dios, Dios Él mismo, además de ser verdadero hombre (como uno de nosotros), nos amó hasta el extremo y dio su Vida por todos para hacer posible nuestra salvación: su Amor nos hace valiosos. Y si esto es así, como lo es, ¿cómo es posible que un ser humano se atribuya la facultad de decidir acerca de la vida de otro ser humano? ¿Cómo es posible entender que el aborto se justifique y se considere, incluso, como un derecho de la mujer, cuando es un crimen execrable, cometido contra los seres humanos más inocentes que existen, cuales son los niños aún no nacidos, los "nasciturus", que -además- no pueden defenderse? ¿Cómo es posible que se defienda, de igual modo, la eutanasia?

La vida es hermosa; no hay nada que justifique la muerte de un inocente, aunque haya sido concebido como consecuencia de una violación (se le deja nacer y seguro que hay matrimonios sin hijos que están deseando adoptar uno. El niño no es culpable de esa violación. Y a la madre habría que hacerle ver que si aborta, tendrá sobre sí no sólo el sufrimiento grande de una violación que no pudo evitar, sino el sufrimiento culpable y mucho mayor de un asesinato, el de su propio hijo, que sí que pudo evitar). 


Tampoco el aborto está justificado porque se presuponga que el niño que va a nacer lo hará con algún tipo de deficiencia; no deja de ser humano por ello. 


Y desde un punto de vista psicológico, el aborto supone un terrible trauma para la mujer que ha sido mal aconsejada. Todas las clínicas abortistas tendrían que desaparecer ... pero ahí tenemos el gran negocio del aborto. Si las madres sufren trastornos psicológicos graves por haber abortado eso no les va a quitar el sueño a esta gente que les ha practicado el aborto ... y a quienes sólo les interesa percibir el dinero estipulado.


De manera que, en ningún caso, absolutamente en ningún caso, el aborto tiene justificación, cuando es procurado directamente como un fin en sí mismo. 


El terrible problema de fondo es la pérdida de fe en Jesucristo, a quien no se conoce porque no se predica sobre Él. Si se le conociera bien, se le amaría; sus palabras llegarían a nuestro corazón; y éste se alegraría por haber encontrado al Único Amigo que es capaz de entender y comprender las aspiraciones más profundas de nuestro ser, el Único para quien somos realmente importantes, por nosotros mismos. Y Aquél que dice:


"Venid a Mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, que Yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Pues mi yugo es suave y mi carga ligera" (Mt 11, 28-30).


Y para finalizar oigamos lo que nos dice el profeta Jeremías, como palabra de Dios dirigida a él, y a cada uno de nosotros: "Antes de plasmarte en el seno materno, te conocí; antes de que salieras de las entrañas te consagré ..."( Jer 1, 5). Dios es el autor de la vida y nadie puede disponer de la vida de otra persona y menos aún cuando está en el seno materno. Esa persona ha recibido la vida de Dios. Y esa vida es sagrada. El que atenta contra la vida de un inocente transgrede la ley divina y es culpable.


Conclusión: la única opción válida para un católico es la de votar a un partido que respete esta ley divina, sin supuestos de ningún tipo. Y si tal partido no existe, entonces abstención o voto en blanco. 
Y no nos asustemos. Es cierto que el poder del mal es enorme: "El mundo entero está bajo el poder del Maligno" (1 Jn 5, 19), pero si Dios permite el mal es para poner a prueba nuestra fe, así como nuestra confianza y nuestro amor por Él

"Sabemos que todas las cosas contribuyen al bien de los que aman a Dios, de los que han sido llamados según su designio" (Rom 8, 28). No estamos solos: "Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 20). Y tenemos la seguridad de la victoria definitiva"En el mundo tendréis tribulación; pero confiad: Yo he vencido al mundo" (Jn 16, 33), pues Dios, manifestado en la Persona de su Hijo hecho hombre, Jesucristo, no nos engaña. Él es la Verdad y nos dice que "el cielo y la tierra pasarán pero mis Palabras no pasarán" (Mt 24, 35)


Tampoco podemos tener miedo, porque Él está con nosotros. Miedo sólo del pecado, que es lo que nos separaría del Señor ... pero de ninguna otra cosa más: "No temáis a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; temed -sobre todo- al que puede arrojar el alma y el cuerpo en el infierno" (Mt 10, 28)]



DURACIÓN 1:19 MIN


LA DEFENSA DE LA VIDA NO PUEDE TENER EXCEPCIONES

martes, 19 de mayo de 2015

VOTO CATÓLICO (19): El voto útil (3 de 3)

Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquíPido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Según los últimos datos del CIS de marzo de este mismo año hay un 71,8% de católicos en España. Bien es cierto que desde hace unos cuarenta años, el número de creyentes y practicantes va disminuyendo, debido a múltiples factores, siendo uno de ellos la ignorancia y el desconocimiento que poseen los católicos de su propia religión, una labor que los gobiernos de turno, desde la muerte de Franco, se han encargado de llevar a cabo, paulatinamente -y hoy descaradamente- a través de un sistema educativo, cada vez más deficiente ... y no sólo en el aspecto religioso.  




Retomando de nuevo el tema del voto útil me pregunto qué ocurriría si los que se dicen católicos, aunque el porcentaje no fuera tan alto como el que recoge el CIS votaran en conciencia, es decir, no votaran a ningún partido pro-abortista. Tendríamos un problema, puesto que todos los partidos que, a día de hoy, nos representan en el Congreso de los Diputados son pro-abortistas. Y, como ha hemos comentado, en repetidas ocasiones, un católico, en conciencia, no podría votar a ninguno de ellos

Entre los nuevos Partidos que se presentan, que estén claramente a favor de la vida (aborto cero) tenemos muy pocos y, además, se les silencia, como si no existieran; apenas si salen en los medios. Se pretende así que no consigan ningún escaño en el Gobierno ... en donde no habrá ninguna voz discordante, que pueda remover la conciencia al resto de partidos, puesto que todos tienen la misma ideología pro-abortista. Pero lo que importa es conocer que, aunque escasos, tenemos algunos. Yo destacaría, entre ellos, los que son un poco más conocidos, los que más suenan que serían, por eso mismo los que podrían tener alguna posibilidad de obtener algún escaño. Tales son AES y VOX y, por supuesto, el Partido Familia y Vida (hablaremos de ellos en el siguiente post). En Murcia no se presentan ni AES ni el Partido Familia y Vida, aunque éste está en coalición con VOX en varias circunscripciones de España


La conclusión salta a la vista: en la Región de Murcia (al menos) un católico que vote en conciencia, sólo tiene una de estas tres opciones: (a) No votar; (b) Votar en blanco; (c) Votar a VOX. Como ya he dicho en otras entradas yo voy a optar por VOX, en estas elecciones autonómicas, aunque no me caso con ningún partido. Y siempre queda por ver cómo actuaría VOX si consiguiera algún tipo de representación parlamentaria. El programa electoral está claro, pero la experiencia nos dice que no todos los partidos cumplen luego con lo prometido, una vez que han llegado al Poder (hasta el momento, yo diría que ninguno, aunque puede que me equivoque. Mis   conocimientos en política no llegan a más). 


Espero no equivocarme en este caso concreto. Soy consciente de que muy pocos son los que piensan de esta manera. Se dirá, y puede que con toda la razón del mundo, que ni VOX ni AES [que, en mi opinión deberían de formar coalición, dada la situación actual] tienen futuro dado que hoy, en día, son muy pocos los que piensan en católico ... de manera que lo más probable es que estos partidos obtengan pocos votos y entonces serán votos perdidos: ¡No lo son! Es más: si reflexionamos un poco, resulta que, si todos aquellos que se consideran católicos votan en conciencia (en este caso a VOX) la suma de muchos pocos, hacen un mucho.


Estamos en las manos de Dios ... Él sabrá por qué consiente todo lo que está pasando. El Sistema está corrompido ... Todo eso es cierto ... ¡pero nosotros, particularmente los católicos, no tenemos por qué contribuir, con nuestra voto, a que esa corrupción se perpetúe!. Votar en conciencia. Eso es lo auténticamente útil, útil para nuestra salvación; y útil también para esta nación española que se está descomponiendo poco a poco. Y no tenemos por qué asustarnos. Dios proveerá.

El problema de fondo es que estamos perdiendo la fe y la confianza en Dios, a pasos agigantados. Por eso el mundo va a la deriva. Se requiere, se hace preciso, por nuestra parte, realizar un acto de fe y de confianza en la Providencia divina, apostando por Dios, en grado heroico. Saldremos ganando, sin lugar a dudas. Pensemos, por ejemplo, en la parábola del grano de mostaza: en esta vida, todo lo que ha llegado a ser grande comenzó siendo pequeño. No debemos olvidarlo. Si la semilla sembrada es buena (y en este caso lo es) y es buena también la tierra sobre la que se siembra, lo que es de esperar, si ponemos de nuestra parte todo lo que dependa de nosotros, el fruto llegará, sin ningún género de duda, aun cuando nosotros no lo veamos.


Pensemos no en nosotros, sino en nuestros hijos y, luego a luego -y sobre todo- en nuestros nietos y bisnietos. De nosotros va a depender, en gran medida (y Dios cuenta con ello) el tipo de sociedad en la que les va a tocar vivir y desarrollarse. Y, desde luego, lo mejor que les podría ocurrir es que el Cristianismo auténtico, el de siempre, volviera, de nuevo, a impregnar los corazones de todas las personas.


Si Dios permite lo que está ocurriendo, Él sabrá lo que hace; sus razones tendrá, con toda seguridad. A los que, por la gracia de Dios, somos cristianos -aunque indignos- sólo nos queda vivir de fe y de esperanza, y rezar. Sufrir, sin duda alguna, pero jamás perder la alegría


Resuenan en nuestros oídos las palabras del Nuevo Testamento, que son luz para nuestra inteligencia y que hacen que nuestro corazón arda de amor y nos fortalecen en nuestra debilidad: "Es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hech 5, 29). "Todas las cosas contribuyen al bien de los que aman a Dios, de los que han sido llamados según su designio" (Rom 8, 28), etc... No estamos solos"Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 20). Y tenemos la seguridad de la victoria definitiva"En el mundo tendréis tribulación; pero confiad: Yo he vencido al mundo" (Jn 16, 33), pues Dios, manifestado en la Persona de su Hijo hecho hombre, Jesucristo, no nos engaña. Él es la Verdad y nos dice que "el cielo y la tierra pasarán pero mis Palabras no pasarán" (Mt 24, 35). 


¿Qué más podemos pedir? ¿Qué nos puede preocupar? Nuestra única preocupación debe consistir en seguir los consejos de Jesús y procurar hacerlos realidad en nuestra vida. ... ¡Espabilar y no dormirnos!.  "Ya es hora de que despertéis del sueño" (Rom 13, 11), nos dice el apóstol Pablo. Y Jesús: "Velad porque no sabéis en qué día vendrá vuestro Señor" (Mt 24, 42). Las palabras de Jesús siempre son consoladoras. Y, sobre todo, son verdad: "Las palabras que os he dicho son Espíritu y Vida" (Jn 6, 63). "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna" (Jn 6, 68) le contestó Pedro a Jesús cuando éste preguntó a los apóstoles si también ellos querían abandonarlo.

Jesús se dirige a los apóstoles y les dice: "Vosotros ahora tenéis tristeza, pero os volveré a ver, y se alegrará vuestro corazón, y nadie podrá quitaros vuestra alegría" (Jn 16, 22). De manera que, si así están las cosas con relación al Señor, ¿de qué podemos tener miedo? Absolutamente de nada ... tan solo del pecado, pues éste nos separaría del Señor ... pero de ninguna otra cosa más: "No temáis a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; temed -sobre todo- al que puede arrojar el alma y el cuerpo en el infierno" (Mt 10, 28)]


(Continuará)

VOTO CATÓLICO (18): El voto útil (2 de 3)

Al realizar estas reflexiones en torno al voto católico me doy cuenta de la dificultad que supone el pasar de una a otra y, sobre todo, la dificultad, aún mayor, de saber sobre qué aspecto concreto del tema estoy hablando en cada entrada. Si se quiere acceder al índice de todos los post sobre el voto católico puede pincharse aquíPido disculpas al lector por el inconveniente que esto puede llevar consigo.
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Votar en conciencia no puede ser un "voto perdido" sino un acto de fe en Dios. Cualquier partido, por poderoso que sea, tiene los días contados, desde el momento en que se enfrenta al Creador y pretende burlar sus leyes. Esto dice san Pablo: "No os engañéis: de Dios nadie se burla. Pues lo que el hombre siembre, eso mismo cosechará" (Gal 6, 7). Y ya sabemos que quien siembra vientos, recoge tempestades. 

Porque, ¿qué es, en realidad, el voto útil? Sencillamente el de aquél que vota, por miedo a lo que pueda suceder, a un determinado partido, aunque no esté de acuerdo con todo su programa. Y acude a la famosa expresión -falsa, por otra parte- de "el mal menor", con lo que "tranquiliza" así su conciencia. O aquella otra de "Virgencica, que me quede como estoy", que viene a ser lo mismo: miedo, cobardía y falta de fe en la Providencia, aunque en muchos casos es ignorancia. 

Y en principio no tendría por qué haber ningún problema. Éste aparece en el momento en que un determinado partido político -el que sea- se arroga una prerrogativas que no le corresponden. El sistema democrático por el que nos regimos, si de verdad estamos en un estado de derecho, no puede "meterse" a solucionar cuestiones que no le competen, cuales son las referentes a la moral, a la religión (en concreto la religión católica) e incluso al orden natural de las cosas. 


La misión de un Gobierno es la de procurar el bien común de sus ciudadanos y no la de adoctrinarlos en ideologías falsas y perversas, que corrompen a la juventud y a la sociedad, en general. Hay principios no negociables: no todas las cosas se pueden votar. Si yo tengo delante de mí una mesa. Y digo: Esto es una mesa, la veracidad de esta afirmación no es discutible, ni hay que someter a consenso ese juicio, porque se trata de algo evidente: "No es una mesa ... para mí". No. Es una mesa. Y punto. Y si alguien lo niega es que debe de estar loco o véte tú a saber.


Pues bien, de modo análogo se puede hablar de leyes naturales que no son discutibles: la ley de la gravedad, un hombre es un hombre, una mujer es una mujer, el matrimonio es la unión de por vida entre un hombre y una mujer, la familia es la célula de la sociedad y su fin principal es la procreación, matar a una persona es un crimen (no importando que se trate de un embrión, de un feto, de un niño, un joven, un adulto o un anciano), etc.


Pero la sociedad, al apartarse de Dios, se ha vuelto loca. Y niega lo evidente. Y no sólo lo niega, sino que quiere imponer esta locura a todos, por la fuerza, mediante la sutileza de cambiar las leyes sobre cuestiones que están ya zanjadas, desde siempre, porque son lo que son, conformes a la ley natural, como se acaba de decir. Esto se estudia en Derecho Natural. Ninguna ley puede contradecir las leyes naturales. Y, sin embargo, por poner algún ejemplo, se habla como de algo "normal", en los propios programas políticos, de que "las mujeres tendrán derecho al aborto" ... "de que se implantará la ideología de género en la educación, como signo de progreso que es",  "asimismo se establecerá el matrimonio entre personas del mismo sexo, como una forma más de matrimonio", ...,  y otras aberraciones por el estilo. Nos ceñiremos al caso del aborto.

Hablando sobre el llamado voto útil, nunca puede ser verdaderamente útil apostar por un partido pro-abortista, pues ello conlleva apostar contra Dios y, según san Pablo "es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hech 5, 29). 



Jesús mismo lo expresó con toda claridad, cuando los fariseos pretendieron engañarlo, tendiéndole una trampa. Les dijo: "Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios" (Mc 12, 17). Si el César realiza su cometido propio, el católico, como cualquier ciudadano, tiene que colaborar con él, poniendo en ello su máximo empeño, porque es el bien común [es decir, el bien de todos y de cada uno] lo que está en juego.  Pero si el César juega a ser Dios y se introduce en un terreno que no le compete, la obligación de un católico es la de desobedecerle, aun cuando en ello le fuera la vida: Así ocurrió con los primeros cristianos, que prefirieron morir antes que adorar al César y reconocer en él a un dios.

No podemos jugarnos la salvación eterna por un plato de lentejas. ¿Qué sabemos nosotros acerca de lo útil y lo inútil? Todo lo que nos acerca a Dios es útil y hermoso. Todo lo que nos aleja de Dios lleva como marca la mentira. Y los políticos -salvo escasísimas excepciones- son bastante mentirosos. Con el miedo del voto inútil o voto perdido pretenden atraer hacia sí el voto de los indecisos, engañándoles, por supuesto, como han venido haciendo hasta ahora. De manera que la utilidad auténtica consiste en votar en conciencia, conforme a los principios innegociables. No votar nunca a ningún partido que los ponga en tela de juicio. Si fueran todos, pues como he dicho en otra ocasión y he justificado: a votar en blanco (colocando el sobre dentro de la urna, sin ninguna papeleta en su interior) o bien abstenerse de votar. Y punto. 

Un sistema democrático que no respete la ley natural (la ley divina, en definitiva) no constituye un estado de derecho, por más que se diga otra cosa. Si se niega el Derecho Natural, que es el fundamento de todo derecho, se están negando, en realidad, todos los derechos humanos. Propiamente hablando, un sistema así no es legítimo. La legitimidad viene dada por el respeto y el cumplimiento de la ley; y toda ley humana que se oponga a la ley natural y a la ley divina, en tanto en cuanto eso sea así, deja de ser ley y deja de ser vinculante. 

Afortunadamente, por los pelos, aún nos queda algún partido aquí en Murcia, al que podamos votar, pues su programa es conforme a esos principios no negociables. Hablaremos de ello en otro post. De momento quiero hacer algunas reflexiones acerca de la importancia del voto católico en estas elecciones, aunque sólo algunos, muy pocos, lean este blog. El hilo conductor de todas ellas hace referencia, básicamente, a la realidad de nuestra condición de criaturas, una realidad que no queremos reconocer, situándonos así en la mentira; lo que se traduce en la soberbia y la ambición por ser dioses nosotros. No es la verdad ni la realidad la que va a regir el mundo sino el pensamiento o el sentimiento de los hombres, que son quienes deciden acerca de "todo". Esto tiene mucha más importancia de lo que parece. 


(Continuará)