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Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios (1 Cor 2, 12), el Espíritu de su Hijo, que Dios envió a nuestros corazones (Gal 4,6). Y por eso predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero para los llamados, tanto judíos como griegos, es Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,23-24). De modo que si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema! (Gal 1,9).
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sábado, 15 de noviembre de 2025
viernes, 14 de noviembre de 2025
Acerca de la satánica «Mater populi fidelis»
“Cuanto hay en nosotros de esperanza, de gracia y de salud,nos viene por mediación de aquella que rebosa en delicias.” (San Bernardo de Claraval)
Satanás se disfraza de ángel de luz para engañar, y ahora lo hizo, ¡oh, tiempos funestos!, haciéndose pasar por “mariano”. Se hizo el mariano para atacar lo mariano. Oh, sí, obra satánica.
Como podrá verse en líneas venideras el ataque a la Corredención de la Santísima Virgen María y su misión de Mediadora de todas las gracias, no tiene comienzo con el escrito objeto de análisis y titulado Mater Populi Fidelis. Podrá observarse –y está contenido en el mismo documento que lleva firma papal- que ya Benedicto XVI rechazaba hablar de Corredentora, y más luego lo hizo Francisco. Y que es un ataque nadie lo dude: surge claramente desde la “Presentación” de “Mater Populis Fidelis”, en donde se lee: “a la luz del Misterio de Cristo como único Mediador y Redentor. Esto implica una profunda fidelidad a la identidad católica y, al mismo tiempo, un particular esfuerzo ecuménico.” En este pedazo de texto se ve la mezcolanza horrenda que pretende identificar la “identidad católica” con el “ecumenismo”. Nada más errado, nada más pernicioso, nada más venenoso. El tema del ecumenismo no es insistencia nuestra, es obsesión de cientos de eclesiásticos modernos: es la base de la nueva eclesiología sobre la que pivotea también todas sus otras novedades. Preciso entonces es no desconocer dicho centro.
Se descubre en el documento lo que llamo “la estrategia de la moneda mejor falseada”. Detalle sutil, y que, por tal, obra con mayor eficacia el engaño. ¿En qué consiste? En que, a diferencia de otros textos lanzados en los últimos tiempos, este intenta presentar una suerte de “teología refinada”. Se ha hecho despliegue de citas de santos, se ha recurrido a distinciones tanto terminológicas como doctrinales, se ha probado “investigaciones”. Pero se trata sencillamente de un refine de veneno modernista, y que, bajo tal condición, busca actuar como la moneda mejor falseada, esto es, lograr una eficacia rotunda, como si fuere verdadera.
Atento a lo copioso de citas que trae el escrito “Mater Populi Fidelis” y teniendo en cuenta las deformaciones doctrinales que por más de sesenta años venimos sufriendo, desconfío de las interpretaciones que se hacen sobre lo dicho por muchos santos y que son traídos a la palestra en intento de hacerles decir cosas como coincidentes con los criterios que defiende el documento.
De las casi 200 citas que se hacen no hay una sola en la que aparezca San Luis María Grignion de Montfort. Resulta llamativo, puesto que a dicho santo se lo conoce mundialmente por haber escrito un Tratado sobre la Madre de Dios, titulado: “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen María”. No se trata de un simple escrito, no; se trata, repito, de un ‘Tratado’. Dejo sentado que la doctrina católica enseñada por el santo es completamente contraria a lo pretendido en “Mater populi fidelis”. Cabe recordar el hecho histórico de que, la firmeza impresionante de los mártires de la Vendée, asesinados atrozmente por los promotores de la Revolución Francesa, hallaron su fortaleza religiosa en el espíritu de San Luis María. El modernismo que abreva de la Revolución Francesa, se ve que prefirió dejar de lado a un santo que le atacó valientemente con su doctrina y a través de sus hijos espirituales.
El escrito “Mater Populi Fideli” hace gala de “doctrina mariana”, citando copiosamente textos de ‘Aparecida’. Y para quien no lo sabe, ‘Aparecida’ es una fuente principal donde se asienta el movimiento revolucionario conocido como Teología de la liberación, Tercer Mundismo.
Me causa una profunda molestia ver una utilización rastrera de Nuestra Santísima Madre para justificar las invenciones promovidas desde Concilio Vaticano II. En efecto, se desprende de “Mater Populi Fidelis” que ya no es el hombre el que ha de adaptarse a la Santísima Virgen María, sino que es Ella la que debe adaptarse ahora a los fenómenos inventados para unir la fraternidad humana. Será Ella la que debe servir para la “inculturación”. Así, leemos en el punto 79: “La cercanía de la Madre produce una piedad mariana ‘popular’, que tiene expresiones diversas en los distintos pueblos. Los variados rostros de María —coreano, mexicano, congoleño, italiano y tantos otros— son formas de inculturación del Evangelio que reflejan, en cada lugar de la tierra, «la ternura paterna de Dios» que llega hasta las entrañas de nuestros pueblos.”
En el documento se hace gala de traer a colación textos de Santo Tomás, y eso con el objetivo de hacer pasar al Doctor Angélico como favorable a las ideas novedosas. En contra de la deformación que se hace de los escritos del Aquinate, por razones de espacio me limito a transcribir lo que él dice al comentar el Ave María. Su contundencia es meridiana y deja en evidencia el papel de Nuestra Señora, contrario a lo afirmado por el documento lanzado hace poco por el Prefecto de la fe, Víctor Manuel Fernández: “Así pues, estuvo inmune de toda maldición y, por consiguiente, fue ‘bendita entre todas las mujeres’, porque ella sola puso bajo sus pies la maldición, portó la bendición y abrió la puerta del paraíso. Y por eso le conviene también el nombre de María, que se interpreta así mismo com «estrella del mar»; porque así como los navegantes se dirigen al puerto por la estrella del mar, así también los cristianos por María se dirigen a la gloria.”
El punto 3 de “Mater…”, expresa: “El presente documento (…) intenta preservar el equilibrio necesario que, dentro de los misterios cristianos, debe establecerse entre la única mediación de Cristo y la cooperación de María en la obra de la salvación, y pretende mostrar también cómo ésta se expresa en diversos títulos marianos”. Es archisabido que bajo su caballito de batalla llamado ‘ecumenismo’, la obra de Cristo poco les importó y poco les importa. Si para ellos hay salvación en el judaísmo, en el mahometismo, en el hinduismo, en el protestantismo (“caminando cada uno con su fe”, dirá Francisco), etc., ¿realmente les importa que Cristo sea único mediador? Probaron que no. Pero ahora, como se trata de quitarle a la Santísima Virgen María sus títulos de Mediadora y de Corredentora porque no son títulos ecuménicos, se hacen los teólogos expertos, los respetuosos de ‘Cristo como único mediador,’ mediador al que ultrajan a diario bajo las reformas que impulsan. Y ahora completan el ultraje al único mediador ultrajando a la Santísima Virgen, Mediadora de todas las gracias.
En el punto 12 aparecen otros engaños: “A partir del siglo XII, la teología occidental dirige su mirada a la relación que une a la Virgen Madre con el misterio de la Redención cruenta del Calvario y se relaciona la imagen de la espada de Simeón con la cruz de Cristo. La presencia de María al pie de la cruz se entiende como signo de fortaleza cristiana, llena de amor materno”. Desde el momento mismo en que Cristo estando crucificado dá a Su amadísima Madre por hijo a San Juan (siglo I), desde allí, afirmo, siempre se vio (comenzando por el mismísimo Apóstol involucrado) la relación de María Santísima con la Redención; y la presencia de María Santísima al pie de la cruz no se entiende como simple signo de fortaleza cristiana, sino primera y principalmente como realidad troncal que hizo a la Gloriosísima Madre de Dios, Corredentora.
El punto 18, para los que todavía gustan de los malabarismos, muestra el accionar del Concilio Vaticano II para con la Corredención: “El Concilio Vaticano II evitó utilizar el título de Corredentora por razones dogmáticas, pastorales y ecuménicas”. El agua envenenada tiene su fuente. Tenían que quedar bien con los “hermanitos” protestantes. En un ya lejano 1946, el R. P. Rios O.S.B, disertando sobre la Santísima Madre de Dios, enseñó: “cercar con límites las posibilidades de su influjo eficiente en el orden de los espíritus, es querer restringir arbitrariamente lo que Dios ha querido hacer más grande que todo pensamiento humano” (La Maternidad Divina, ed. Luz, Madrid, 1946, p. 172)
En el punto 19 lo vemos aparece a Ratzinger (más luego Benedicto XVI), gran amante del ecumenismo, negando la Corredención: “En la Feria IV del 21 de febrero de 1996, el Prefecto de la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe, el Cardenal Joseph Ratzinger, ante la pregunta de si era aceptable la petición del movimiento Vox Populi Mariae Mediatrici para una definición del dogma de María como Corredentora o Mediadora de todas las gracias, respondió en su voto particular: «Negativo. El significado preciso de los títulos no es claro y la doctrina en ellos contenida no está madura. Una doctrina definida de fe divina pertenece al depósito de la fe, es decir a la revelación divina vehiculada en la Escritura y en la tradición apostólica. Sin embargo, no se ve de un modo claro cómo la doctrina expresada en los títulos esté presente en la Escritura y en la tradición apostólica». Más adelante, en 2002, expresó públicamente su opinión contraria al uso de este título: «La fórmula ‘Corredentora’ se aleja demasiado del lenguaje de las Escrituras y de la patrística y, por tanto, provoca malentendidos… Todo procede de Él, como dicen sobre todo las epístolas a los Efesios y a los Colosenses. María es lo que es gracias a Él. La palabra ‘Corredentora’ ensombrecería ese origen». El Cardenal Ratzinger no negaba que hubiese buenas intenciones y aspectos valiosos en la propuesta de uso de este título, pero sostenía que era «un vocablo erróneo».” En el punto 21 aparece Francisco con sus negaciones sobre la Corredención, y el punto 22 trae la conclusión a la que arribaron los firmantes de ‘Mater Populi Fidelis’, conclusión neoprotestante-modernista-anticrística-apostática: “Teniendo en cuenta la necesidad de explicar el papel subordinado de María a Cristo en la obra de la Redención, es siempre inoportuno el uso del título de Corredentora para definir la cooperación de María. Este título corre el riesgo de oscurecer la única mediación salvífica de Cristo y, por tanto, puede generar confusión y un desequilibrio en la armonía de verdades de la fe cristiana, porque «no hay salvación en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por el que debamos salvarnos» (Hch 4,12).” Hubo quien, para no desentonar con la línea “prolija” que le exigen sus privilegios, intentó aplacar las aguas de la satánica Mater Populi Fideli, aseverando que “la nota no aparece como declaración dogmática de fe o definición de un dogma”. La defensa a la Santísima Virgen María debe hacerse ante cualquier expresión que le fuere ofensiva, mas algunos parecen andar midiendo “grados” de declaración para poder abrir la boca.
El punto 45, netamente ultrajante, demuestra el choque entre la sana doctrina y el veneno, veneno hallado en Mater Populi Fideli, sana doctrina hallada en el Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María. Veamos el veneno del punto 45: “También es frecuente que ella sea presentada o imaginada como una fuente de donde mana toda gracia. Si se tiene en cuenta que la inhabitación trinitaria (gracia increada) y la participación de la vida divina (gracia creada) son inseparables, no podemos pensar que este misterio pueda estar condicionado por un “paso” a través de las manos de María. Imaginarios de este tipo enaltecen a María de tal modo que la centralidad del mismo Cristo puede desaparecer o, al menos, resultar condicionada. El Cardenal Ratzinger expresó que el título de María mediadora de todas las gracias tampoco se veía claramente fundado en la Revelación”. Veamos lo que nos dice San Luis María: “Dios Padre creó un depósito de todas las aguas y lo llamó mar. Creó un depósito de todas las gracias, y lo llamó María. El Dios omnipotente posee un tesoro o almacén riquísimo en el que ha encerrado lo más hermoso, refulgente, raro y precioso que tiene, incluido su propio Hijo. Este inmenso tesoro es María, a quien los santos llaman el tesoro del Señor18, de cuya plenitud se enriquecen los hombres” (Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María, ed. Lumen, Buenos Aires, 1989, p.17).
Pasamos azufroso punto 54, opuesto, como se verá, a lo enseñado por el santo últimamente nombrado. Punto 54: “En la perfecta inmediatez entre un ser humano y Dios en la comunicación de la gracia, ni siquiera María puede intervenir. Ni la amistad con Jesucristo ni la inhabitación trinitaria pueden concebirse como algo que nos llega a través de María”. En el Tratado del santo leemos: “Dios Espíritu Santo comunicó sus dones a María, su fiel Esposa, y la escogió por dispensadora de cuanto posee. Ella distribuye a quien quiere, cuanto quiere, como quiere y cuando quiere todos sus dones y gracias20. Y no se concede a los hombres ningún don celestial que no pase por sus manos virginales. Porque tal es la voluntad de Dios, que quiere que todo lo tengamos por María. Porque así será enriquecida, ensalzada y honrada por el Altísimo la que durante su vida se empobreció, humilló y ocultó hasta el fondo de la nada por su profunda humildad. Estos son los sentimientos de la Iglesia y de los Santos Padres” (ob. cit. p. 18). ¡Oiga, carísimo lector, oiga: “Estos son los sentimientos de la IGLESIA Y DE LOS SANTOS PADRES! ¿Un ejemplo? Va lo del Doctor Melifluo, San Bernardo, en su célebre libro “Las grandezas de María”: “Contemplemos con cuanto afecto de devoción quiso aquel Señor fuese María honrada por nosotros, que depositó en ella la plenitud de todos los bienes, a fin de que entendiéramos que cuanto hay en nosotros de esperanza, de gracia y de salud, nos viene por mediación de aquella que rebosa en delicias” (ed. Apostolado Mariano, España, p. 81).
Está clarísimo que una misión Corredentora no calza con la misión ecuménica modernita que busca con denudo lazos con los protestantes; y como los eclesiásticos modernos en escalas alarmantes han apostado por la segunda de las misiones, han de bregar por ver descalificada y silenciada a la primera.
De los puntos 56 al 80 se dedica el documento papal –principalmente- a insistir en la “inmediatez” de la gracia entre Cristo y el alma, eso, y eso en el marco de un análisis general sobre la Virgen Santísima, para dejarla de lado como canal de la gracia, reduciendo su función a la de ser una suerte de impetrante privilegiada de gracias, atento a que, por ser Madre, está entre Dios y nosotros. Un resumen de lo dicho aparece contenido en el punto 64: “Esta es la cooperación posibilitada por Cristo y suscitada por la acción del Espíritu que, en el caso de María, se distingue de la cooperación de cualquier otro ser humano por el carácter materno que Cristo mismo le atribuyó en la cruz”. Debe quedar bien claro: para el panfleto ultrajante y pro-protestante firmado por el Papa y el Prefecto de la Doctrina de la fe, la Santísima Virgen María no es más que una figura destacadísima, única, Madre de Dios, cuyo función, desde su altura exclusivísima, no sería más que la de obtener cosas de modo único y especialismo, atento a su cercanía con Dios. Mas dicha invención modernista debe rechazarse: María es mediadora de todas las gracias. Afirmo sin rodeos y de rondón, que no hay gracia alguna que descienda del Cielo que no pase por María, canal Ella, verdadero y real, por el cual se distribuye absolutamente lo que el Redentor nos ha conseguido en la Cruz. En un librito hoy bastante desconocido, verdadera joya titulada “El secreto de María” y también escrito por San Luis María Grignion de Montfort, se lee: “Dios ha escogido a la Santísima Virgen María por tesorera, administradora y dispensadora de todas las gracias, de suerte que todas las gracias y dones pasan por sus manos y conforme al poder que ha recibido (según San Bernardino) reparte Ella a quien quiere, como quiere, cuando quiere, y cuanto quiere, las gracias del Eterno Padre, las virtudes de Jesucristo y los donde del Espíritu Santo” (ed. Esinsa, 1993, España, p. 30).
Corto aquí mi análisis. Intenté mostrar la doctrina católica frente al modernismo destructor contenido en la ‘Mater Populi Fidelis’.
Muchas más cosas habría para decir, pero creo que por ahora con lo expuesto es suficiente. Sugiero enormemente a los lectores de este brevísimo artículo lean el ‘Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María’, para abrevar de aguas sanas, para acrecentar el amor a la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora, Mediadora por quien nos vienen las gracias divinas. Y recuérdese esto otro de San Luis María: “La señal más infalible y segura para distinguir a un hereje, a un hombre de perversa doctrina, a un réprobo de un predestinado, es que el hereje y réprobo no tienen sino desprecio o indiferencia para con la Santísima Virgen, cuyo culto y amor procuran disminuir con sus palabras y ejemplos, abierta u ocultamente y, a veces, con pretextos aparentemente válidos. ¡Ay! Dios Padre no ha dicho a María que establezca en ellos su morada, porque son los Esaús” (ob. cit. p. 21).
Hermoso lo escrito por el R.P. A.D. Sertillanges O.P: “Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, vela por nosotros, sé para nosotros un canal de gracias Madre de la divina gracia, dirige nuestros votos, nuestros pasos, nuestros corazones adonde estáis vos, Madre de los santos del cielo” (editor Francisco Colombo, Buenos Aires, 1943,Mes de María, 1943, p. 155).
En el Rosario, en los Misterios de Gloria, en el quinto se contempla “la coronación de la Santísima Virgen María como Reina y Señora de todo lo creado”. Ahora bien, la gracia es algo creado por Dios. Por tanto, la amadísima Madre, María Santísima, es Reina y Soberana Señora de cuanta gracia sale de Dios hacia las almas, y ni una sola gracia deja de pasar por María.
Por María vino Cristo a este mundo, y no sin Ella lo dejó. Es imposible que si el mismo Autor de las gracias pasó por María Santísima, no pasen las gracias que son creaciones de Él. Si el Creador de la gracia pasó por María, ¿acaso habrá impedimento en que las gracias del Creador pasen por Ella?
jueves, 13 de noviembre de 2025
Lanzan petición para que León XIV aparte a «Tucho» de la Doctrina de la Fe
El documento de Mater Populis Fidelis ha llegado como el primer balde de agua fría del pontificado de León XIV, sin embargo, la nota, heredada de Francisco y firmada por el Papa actual, representa una línea doctrinal que viene desde «Fiducias Suplicans».
Sin restar responsabilidad al Papa en ejercicio en el momento de publicación de los documentos, ya es evidente que hay una «mente maestra» tras la concepción y elaboración de estos documentos: el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Ya lo exponíamos en la nota: De Francisco a León XIV: Fernández y la continuidad de la agenda doctrinal.
Ahora, ha comenzado a circular una petición dirigida al Papa León XIV que pide que el cardenal Víctor Manuel Fernández sea reemplazado como prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, por considerar que su permanencia en el cargo “provoca confusión y división en la Iglesia”. El texto cuestiona la idoneidad doctrinal del cardenal y pide un cambio para proteger la fidelidad al Evangelio.
Una carta que expresa el malestar de muchos católicos
La carta comienza así:
“Querido Santo Padre: Con el respeto que le debo como hijo de la Iglesia, creo que debo manifestarle mi profunda preocupación por la continuidad del Cardenal Víctor Manuel Fernández al frente del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.”
El documento cita directamente la reciente Nota Mater Populi fidelis, en la que el Dicasterio desaconseja el uso del título de Corredentora para referirse a la Santísima Virgen María.
El autor —en representación del sentir de muchos fieles— denuncia que ese texto “ha causado desconcierto y división”, y plantea una pregunta que ha resonado en el mundo católico:
“Con el argumento de que no hay que divinizar a María, se propone retirarle el título de corredentora. Pero, ¿quién está divinizando a María?”
El texto recuerda que hasta un niño de primera comunión entiende que la Virgen no está al nivel de Dios, y subraya el absurdo de los temores que inspiran la Nota:
“Desde que aprende a rezar, pide a la Virgen: ‘ruega por nosotros’, y le llama ‘abogada nuestra’ (no juez). ¿Por qué conviene ahora no llamarla corredentora?”
Un peligro de fondo: la negación del papel de María en la Redención
El documento advierte de un problema teológico más profundo: la tendencia —propia de la teología protestante— a negar la participación activa de los fieles en la obra redentora de Cristo.
Cita con precisión el texto de San Pablo a los Colosenses (1,24-26):
“Completo en mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo, en beneficio de su Cuerpo que es la Iglesia.”
Y recuerda la enseñanza del Papa Benedicto XV en 1918, quien afirmó que María “redimió al género humano juntamente con Cristo” (Carta Inter sodalicia). El contraste con el planteamiento del Dicasterio actual es, según la carta, flagrante:
“¿A quién hacemos más caso?”, pregunta, en alusión a la ruptura entre la tradición magisterial y las nuevas interpretaciones.
Un prefecto marcado por la confusión doctrinal
La petición también recuerda otros episodios de confusión atribuibles al cardenal Fernández, incluyendo su participación en la redacción de Amoris laetitia y de Fiducia supplicans, documentos que han abierto la puerta a interpretaciones ambiguas sobre la moral conyugal y la bendición de uniones irregulares.
El texto menciona además su libro Sáname con tu boca – El arte de besar, considerado inapropiado por su tono y contenido, y su relación con el entorno intelectual del padre Marko I. Rupnik, cuya obra ha sido asociada a un inquietante “misticismo erótico”.
“Mantener al cardenal Fernández en un puesto tan crucial no sólo pone en riesgo la confianza de los fieles, sino que provoca ambigüedad en la orientación doctrinal del magisterio”, advierte el autor de la carta.
El riesgo de una fe desfigurada
La petición al Papa León XIV concluye con una invocación al Espíritu Santo y una súplica a la Santísima Virgen “verdadera Madre y corredentora del género humano”.
Más allá de su tono piadoso, el texto refleja un clamor profundo dentro del pueblo católico: la preocupación por una Iglesia que, bajo el pretexto de “actualizar” el lenguaje doctrinal, pierde el sentido del misterio y de la Verdad revelada.
No se trata de una rebelión contra el Papa, sino de un llamado a la responsabilidad: una defensa del Magisterio frente a quienes, desde dentro, lo relativizan.
Y ese llamado apunta directamente a Roma: si el nuevo pontificado de León XIV desea restaurar la unidad y la claridad, deberá empezar por la cabeza del organismo encargado de custodiar la fe.
Lea la carta completa aquí:
miércoles, 12 de noviembre de 2025
EL PAPA FRANCISCO Y LA IGLESIA CATÓLICA
Texto de la contraportada del libro:
La Iglesia está atravesando hoy por uno de los momentos más graves desde su fundación por Nuestro Señor Jesucristo. Tomando como punto de partida el Concilio Vaticano II (1962 - 1965) y con la supresión, de facto, de la Misa Tradicional en latín (Misal de Juan XXIII, 1962), la evolución experimentada ha ido de mal en peor, alcanzando su zénit con el papa Francisco, elegido como tal el 13 de marzo del 2013. En su desastroso Pontificado, que ha durado poco más de 12 años, y que ha confundido a tantos fieles, se ha producido una escisión, como si hubiera dos Iglesias: una que proviene de la aplicación modernista de algunos puntos de los documentos del concilio Vaticano II, que tiene sólo 60 años de antigüedad; y la Iglesia de siempre, con casi dos mil años de existencia, que se ha mantenido fiel a la Sagrada Escritura, a la Tradición y al Magisterio Perenne de la Iglesia.
Puesto que la Iglesia no comenzó con el Concilio Vaticano II (que es el número 21) sino que está fundada por Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, no tiene ningún sentido darle tanta importancia al Vaticano II y menos después de haber visto los “frutos” podridos que ha producido.
El papa Francisco falleció el 21 de abril de 2015, siendo elegido, el 8 de mayo, un nuevo Papa, que adoptó el nombre de León XIV. Tenemos la esperanza de que las aguas vuelvan a su cauce, aunque llevará mucho tiempo deshacer los “desaguisados” de Francisco.
Pedimos con fuerza al Señor que ilumine al papa actual y que le conceda su gracia para actuar como conviene por el bien de toda la Iglesia, aunque para ello tenga que enfrentarse, con fe y entereza, a los grandes Poderes que rigen nuestro mundo.
El papa León XIV cuenta con la oración de todos los fieles católicos y con la promesa de Jesucristo de que “las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia” (Mt 16,18)
José Martí
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Mis otros tres libros son:
El nuncio en EE. UU. pide seguir “el camino de Francisco” y el Concilio Vaticano II como hoja de ruta de la Iglesia
Durante la asamblea plenaria de otoño de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (USCCB) en Baltimore, el cardenal Christophe Pierre, nuncio apostólico y próximo a cumplir 80 años, ofreció un discurso ante los obispos del país.
En su intervención, el representante pontificio llamó a los prelados a mantener la fidelidad al camino pastoral de Francisco y a la “visión del Concilio Vaticano II”, insistiendo en que el futuro de la Iglesia debe avanzar por la senda marcada por esos dos referentes.
“Aunque algunos se inclinen por un camino que diverge de la visión pastoral de Francisco, sabemos que el modo de avanzar en la Iglesia es no apartarse de esa visión”, afirmó Pierre.
“El Concilio es el mapa del futuro”
El nuncio subrayó que los documentos del Concilio Vaticano II constituyen “el mapa para el viaje que tenemos por delante”, y citó palabras de Francisco: “No es tiempo todavía de un Vaticano III, porque aún no hemos terminado de aplicar el Vaticano II.”
“La visión del Concilio fue profética, una orientación hacia el futuro”, dijo Pierre.
Pidió a los obispos “resistir la polarización” y “asumir el estilo sinodal de comunión y discernimiento” como modo de hacer concreta la unidad.
En su discurso, también hizo referencia al papa León XIV, afirmando que sus primeros gestos y escritos son “una maduración del legado de Francisco”, y que ambos pontificados comparten “la fidelidad al espíritu del Concilio Vaticano II”.
Una Iglesia que no comenzó en 1962
El problema, sin embargo, es más profundo.
El discurso del nuncio —recogido por The Pillar— vuelve a presentar el Concilio Vaticano II como el punto de partida y de destino de la Iglesia contemporánea, como si el cristianismo hubiera comenzado hace apenas seis décadas.
Esta visión parece ignorar que la Iglesia no nació en 1962 ni con Francisco, sino con Jesucristo, que la fundó sobre Pedro hace más de dos mil años y la ha guiado a través de siglos de fe, magisterio, santos, mártires y concilios, y aún más antes de eso Dios ya preparaba el camino para la venida de su hijo al mundo.
La fidelidad eclesial no consiste en reinterpretar indefinidamente un concilio reciente ni entronar a Francisco como el profeta de la Iglesia sinodal y ecológica que hoy pretenden imponer, sino en permanecer en la Tradición viva que se remonta al Evangelio mismo:
“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6).
El riesgo de una Iglesia sin memoria
El cardenal Pierre apeló a “seguir el camino de Francisco” y a “profundizar en el Concilio”, pero sin mencionar la continuidad doctrinal que debe unir cada época de la Iglesia con su raíz apostólica. Ese es el peligro de la retórica conciliar sin contenido dogmático: una Iglesia que se mira a sí misma, pero olvida a Cristo.
La verdadera renovación no consiste en “avanzar” hacia lo desconocido, sino en volver a la fuente, al Evangelio y a la Tradición que los Padres y Doctores de la Iglesia transmitieron con fidelidad. Como recordó Benedicto XVI, el auténtico desarrollo eclesial se da sólo en la “hermenéutica de la continuidad”, no en la ruptura.
De Francisco a León XIV: Fernández y la continuidad de la agenda doctrinal
A comienzos de 2025, cuando el Papa Francisco aún se encontraba hospitalizado y su pontificado entraba en su fase final, el entonces prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, cardenal Víctor Manuel Fernández, adelantó la inminente publicación de dos textos: uno sobre la monogamia y otro sobre los títulos marianos de la Virgen, en particular Corredentora y Mediadora.
Nueve meses después, ambos documentos ven la luz bajo el pontificado de León XIV, confirmando —según Specola— la continuidad teológica y estructural de la llamada “era Francisco”.
Para muchos observadores, este gesto supone una prueba decisiva del rumbo doctrinal del nuevo Papa: ¿mantendrá sin revisión los textos más controvertidos del pontificado anterior, o marcará distancia con el estilo autoritario y ambiguo de la Doctrina de la Fe bajo “Tucho” Fernández?
Un pontificado heredado
Specola describe el momento con ironía:
“Si el deseo del Papa León es tranquilizar las cosas, parece que vamos en el peor de los caminos”.
Ambos documentos —el de la monogamia y el dedicado a los títulos marianos— habían sido redactados y promovidos por Fernández antes de la muerte de Francisco, pero no llegaron a publicarse. La decisión de León XIV de no archivarlos, sino de ratificarlos y difundirlos oficialmente, muestra que el nuevo pontífice ha optado por dar continuidad a la línea doctrinal que pretendía cerrar debates más que iluminarlos.
El problema, señala Specola, no es sólo el contenido, sino el método:
“Todos estos textos —de Fiducia Supplicans a Traditionis Custodes— son documentos divisivos: sofocan la discusión con el ejercicio de un poder autoritario y alejan a los fieles de la fe”.
La Nota mariana y su ambigüedad teológica
La Nota Doctrinal Mater Populi Fidelis, dedicada a los títulos de la Virgen María, ha sido el detonante más visible de esta controversia. El documento desaconseja el uso del título “Corredentora” y modera el de “Mediadora”, alegando un riesgo de “malentendidos teológicos”. Para sus críticos, el texto es una negación velada del papel singular de María en la obra de la redención y una muestra de desconfianza hacia la tradición mariológica clásica.
El historiador Roberto de Mattei lo expresó con dureza:
“Tras un tono meloso, el documento esconde un contenido venenoso: pretende despojar a la Virgen de su grandeza sobrenatural, reduciéndola a una mujer cualquiera”.
De Mattei ve en esta Nota “la culminación de la deriva mariológica posconciliar”, que en nombre de la moderación ha optado por un minimalismo doctrinal que desfigura a la Madre de Dios.
Lea también: “¿Quién como la Virgen?”: Roberto de Mattei denuncia la deriva mariológica del Vaticano
El debate entre la corrección y la timidez
El teólogo Mario Proietti, en cambio, defiende una lectura positiva:
“La Nota niega con palabras lo que afirma con la doctrina”.
Según él, el texto reconoce implícitamente la cooperación de María en la redención y su intercesión materna, aunque evite los títulos tradicionales.
“El documento enseña que María cooperó de manera singular en la obra redentora de su Hijo y continúa ejerciendo una función de mediación maternal: esa es la definición clásica de Corredentora y Mediadora. Solo que el texto defiende la verdad, pero teme su propio nombre”
Proietti concluye que la Nota “no incurre en error dogmático”, pero peca de timidez pastoral, evitando proclamar lo que de hecho sostiene.
Una Iglesia que teme nombrar lo que enseña
Specola subraya que el problema de fondo no es lingüístico, sino espiritual: una Iglesia que teme pronunciar las palabras de su propia tradición acaba defendiendo la verdad en silencio. La Nota Mater Populi Fidelis no niega formalmente la corredención ni la mediación mariana, pero renuncia a afirmarlas con la claridad que exige el Magisterio.
El resultado es una teología sin voz: ortodoxa en la letra, insegura en el tono, incapaz de inspirar devoción o certeza.
Así, León XIV hereda no sólo los documentos de Francisco, sino su crisis teológica más profunda: una Iglesia que, en nombre de la «prudencia», teme enseñar y defender lo que siempre ha creído.
domingo, 9 de noviembre de 2025
Mark Miravalle: «María Corredentora no oscurece a Cristo, lo glorifica»
El mariólogo estadounidense Mark Miravalle, presidente del movimiento Vox Populi Mariae Mediatrici, ha lamentado la confusión generada tras la publicación del documento Mater populi fidelis, emitido el 4 de noviembre por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF). En esta nota, el organismo vaticano desaconseja el uso del título de Corredentora para la Virgen María y recomienda evitar expresiones que “oscurezcan la única mediación salvífica de Cristo”.
En declaraciones a La Nuova Bussola Quotidiana, Miravalle —profesor de mariología en la Franciscan University of Steubenville— defendió la validez teológica y tradicional de los títulos de Corredentora, Mediadora y Abogada, y recordó que millones de fieles y cientos de obispos han pedido a la Santa Sede una definición dogmática sobre el papel maternal y redentor de María.
“El título no pone a María al nivel de Cristo”
Miravalle reconoce la intención del documento del DDF de reafirmar la primacía absoluta de Jesucristo como único Redentor, pero advierte que negar el uso del título de Corredentora ha generado confusión entre los fieles. “Nunca se ha utilizado en la tradición católica ni en el magisterio papal para situar a María al nivel de la divinidad de Jesús. Hacerlo sería herejía y blasfemia”, subrayó.
El teólogo recordó que san Juan Pablo II empleó el título de Corredentora en siete ocasiones, al igual que santos como san Pío de Pietrelcina, santa Teresa de Calcuta, san Maximiliano Kolbe, san John Henry Newman y santa Teresa Benedicta de la Cruz. “No se puede considerar ‘inoportuno’ un título que ha servido para expresar la colaboración única de María con y bajo Cristo en la obra redentora”, añadió.
Los dogmas también exigen explicación
El DDF argumenta que el término “Corredentora” resulta inconveniente porque requiere explicaciones constantes. Miravalle responde que otros dogmas fundamentales —como la Inmaculada Concepción o la Transubstanciación— también exigen aclaraciones teológicas, y sin embargo no por ello se han abandonado. “Que un título requiera explicación no significa que deba descartarse, especialmente si ha sido usado por papas, santos y doctores de la Iglesia”, señaló el profesor.
La “nueva Eva” y la doctrina de la corredención
El mariólogo recordó que desde los primeros siglos los Padres de la Iglesia vieron a María como la “nueva Eva”. Citó a san Ireneo de Lyon, quien enseñó que “así como Eva fue secundaria pero decisiva junto con Adán en la caída, María lo fue junto con Cristo en la redención”. El Concilio Vaticano II —añadió— reafirma esta enseñanza en Lumen Gentium 56, donde se dice que María “con su obediencia se convirtió en causa de salvación para sí misma y para todo el género humano”. “Ese papel subordinado y decisivo de María con el nuevo Adán es precisamente el sentido del título de Corredentora”, explicó.
Ecumenismo y verdad doctrinal
El documento del DDF también afirma que el uso de estos títulos podría dificultar el diálogo ecuménico. Miravalle recuerda que el borrador de 1962 del texto mariano del Vaticano II incluía el título de Corredentora, y que una subcomisión lo retiró por prudencia pastoral, no por error teológico. “El propio concilio reconoció que la expresión ‘Corredentora del género humano’ es en sí misma muy verdadera”, señaló. A su juicio, la unidad de los cristianos no debe buscarse a costa de minimizar la verdad plena sobre María, como enseñó san Juan Pablo II en Ut Unum Sint. “La Virgen es la Madre de la unidad, no un obstáculo para ella”, insistió.
María Mediadora de todas las gracias
El teólogo cuestiona también que el DDF haya puesto en duda el título de Mediadora de todas las gracias. Recuerda que durante cuatro siglos los papas han sostenido esta enseñanza, desde Benedicto XIV (1749) hasta León XIV, quien el 15 de agosto de 2025 usó expresamente el término Mediatrix gratiarum en una carta al cardenal Christoph Schönborn. “El magisterio ha enseñado que todas las gracias redentoras de Cristo llegan a la humanidad a través de la mediación maternal de María”, explicó, lamentando que el documento “no cite ni una sola vez esta enseñanza papal constante”.
Un llamado al quinto dogma mariano
Miravalle considera que la polémica surgida tras Mater populi fidelis ha reavivado el interés por una definición dogmática que proclame a María Corredentora, Mediadora y Abogada. “La confusión actual demuestra la necesidad de una definición solemne que aclare quién es María y qué significa su cooperación con Cristo”, afirmó.
El movimiento que preside, Vox Populi Mariae Mediatrici, ha recogido más de ocho millones de firmas en 150 países, respaldadas por unos 700 obispos y cardenales, en favor de este quinto dogma mariano. Miravalle concluye recordando al cardenal John Henry Newman, quien sostenía que “la autoridad eclesiástica debe escuchar a los fieles en el discernimiento del desarrollo doctrinal”. “Rezo para que la Santa Sede practique una auténtica sinodalidad, escuchando al pueblo de Dios que pide honrar a la Madre del Redentor”, dijo.
¿QUÉ PASA EN LA IGLESIA? #92 PADRE JORGE GONZÁLEZ GUADALIX.
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¿Por qué dicen que María no es corredentora? | Actualidad Comentada | P. Santiago Martín, FM
DURACIÓN 18:49 MINUTOS
sábado, 8 de noviembre de 2025
Comentario del Dr. Mark Miravalle, presidente del movimiento Vox Populi Mariae Mediatrici, respecto de la nota doctrinal del DDF Mater Populi Fidelis
Publicado el 5 de noviembre de este año en el sitio Mother Of All Peoples el comentario del Dr. Mark Miravalle, presidente del movimiento Vox Populi Mariae Mediatrici, y presidente de la Asociación Mariana Internacional, sobre el documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, “Mater Populi Fidelis, nota doctrinal sobre algunos títulos marianos referidos a la cooperación de María en la obra de la Salvación”. Traducción de Secretum Meum Mihi (con adaptaciones).
Nuevo Documento del Vaticano sobre María, Mater Populi Fidelis:
Breve comentario
El 4 de Noviembre de 2025, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe publicó el documento, Mater Populi Fidelis: Nota Doctrinal Sobre Algunos Títulos Marianos Referidos A La Cooperación De María en la Obra De La Salvación. Me gustaría plantear los siguientes puntos concernientes al documento los cuales creo llaman a un análisis y una clarificación más amplios dentro de un auténtico espíritu de respeto y diálogo. Coincidimos enfáticamente con el imperativo absoluto expresado en el documento de profesar, proteger y difundir la revelación Escriturística y Tradicional de la infinita primacía de Jesucristo como nuestro único Mediador y Redentor divino. Asimismo, buscamos reconocer debidamente la participación y cooperación humana, subordinada y sin paralelo, de la Inmaculada Virgen María, Madre de Jesucristo, en la obra histórica de la Redención.
1. Después de citar los numerosos usos del título Mariano “Corredentora” por parte de los papas y sus respectivos magisterios, que incluyen a San Pío X, Pío XI y siete veces por San Juan Pablo II (omitiendo la aprobación inicial del título de Corredentora por León XIII en 1885), así como la larga tradición de los títulos de Redentora y Corredentora, que se remonta a los siglos X y XV, el documento entonces concluye que el uso del título de Corredentora, sin embargo, “no sería apropiado” (n. 22). ¿Indica esto que estos usos papales del título de Corredentora fueron “inapropiados”, junto con los de San Pío de Pietrelcina, Santa Teresa de Calcuta, San Josemaría Escrivá, San John Henry Cardenal Newman, Santa Teresa Benedicta de la Cruz, San Maximiliano Kolbe, Sor Lucía de Fátima, y el uso perenne y tradicional del título de Corredentora por otros santos, beatos, teólogos y místicos durante la mayor parte del último milenio? La doctrina de la corredención también fue claramente articulada por el Papa Benedicto XV en su documento de 1918, Inter Sodalicia, cuando afirmó: “…bien podemos decir que ella, con Cristo, redimió a la humanidad”. El Papa Benedicto XVI, durante su mensaje a los enfermos desde Fátima el 13 de Mayo de 2010, también habló de ser “redentores en el Redentor”. ¿Estos usos también deben ahora considerarse no apropiados?
Irónicamente, el 4 de Noviembre de 1984, hace cuarenta y un años del día de la publicación de este documento, San Juan Pablo II se refirió a la Virgen María como “María, la Corredentora”. Claramente, como miembros de la Iglesia, quisieramos ser respetuosos de tales usos por parte del Vicario de Cristo.
Una de las razones dadas en el documento para concluir que el título de Corredentora es inapropiado es la necesidad de “reexplicarlo” con frecuencia, lo que hace que no resulte “útil” al Pueblo de Dios (n. 22). Otros títulos marianos, como Inmaculada Concepción y Madre de Dios, también han requerido explicaciones y reexplicaciones constantes, pero estos títulos se mantienen, al igual que otros dogmas católicos como la Infalibilidad Papal, el Pecado Original y la Transubstanciación.
2. El Magisterio Pontificio ha enseñado consistentemente la doctrina del papel de María como “Mediadora de todas las gracias”, tanto en el título como en la explicación, durante los últimos cuatro siglos, comenzando con el Papa Benedicto XIV en el siglo XVIII (Gloriosae Domini, 1748) hasta el uso del título “Mediadora de las gracias” por el Papa León XIV el 15 de Agosto de 2025. Numerosas encíclicas papales enseñan autoritativamente que María es Mediadora de todas las gracias y ejerce un papel mediador secundario en la dispensación de las gracias redentivas. Por ejemplo, León XIII escribió: «[María], que estuvo tan íntimamente asociada al misterio de la salvación humana, está igualmente asociadada a la distribución de las gracias que para siempre fluirán de la redención… entre sus muchos títulos, …la Dispensadora de todos los dones celestiales” (Adjutricem populi, 1895, ASS, 28, 130-131). En formulaciones postconciliares, san Juan Pablo II se refiere a María como la “Mediadora de todas las gracias” en ocho ocasiones, junto con la referencia del Papa Benedicto XVI a “Mediatrix omnium gratiarum” (11 de Febrero de 2013).
Siempre se ha reconocido que el papel de María como Mediadora de todas las gracias no incluye su propia Inmaculada Concepción, sino denota su distribución secundaria de gracias redentivas al servicio de Cristo, el único Mediador divino, a la humanidad caída.
Resulta, por tanto, desconcertante y confuso ver en este documento varias referencias que parecen sugerir que María no tiene un papel secundario con Cristo en la dispensación universal de la gracia redentiva (cf. nn. 53, 55). También sorprende que la entera doctrina autoritativa del Magisterio Papal sobre la Mediadora de todas las gracias, desde el siglo XVIII hasta el XXI, no se encuentre en el documento. Presentar premisas teológicas que parecen apartarse de siglos de enseñanza autoritativa del Magisterio Papal puede generar una gran confusión entre el Pueblo de Dios, como si se tratara de un cambio de doctrina, sin mencionar su impacto negativo en la coherencia doctrinal de la autoridad Magisterial.
3. El uso de referencias Magisteriales en el documento aparece inconsistente y, en ocasiones, parece carecer de objetividad y equidad. Por ejemplo, comentarios ex tempore del Papa Francisco durante homilías o audiencias (que no se encuentran originalmente en sus textos escritos) son presentados en citas íntegrales, mientras que las referencias papales de San Juan Pablo II a la Corredentora durante homilías y discursos papales, acompañadas de explicaciones extensas (por ejemplo, la homilía de Guayaquil del 31 de Enero de 1985), no se incluyen en el texto ni se citan en las notas de pie de página. También, el Papa Pío XI, en su discurso del 30 de Noviembre de 1933, ofrece una excelente explicación y defensa del título de Corredentora, pero tampoco incluídos en este documento.
Una disparidad similar parece existir con las numerosas referencias al cardenal Joseph Ratzinger. Si bien el cardenal Ratzinger, como tal, expresó reservas sobre el título, no lo rechazó por completo, pues lo consideraba aún inmaduro; esto ocurrió en 1996, hace unos 30 años. Es más, como Papa nunca se pronunció explícitamente en contra. Hacer referencia a entrevistas seculares del Cardenal Ratzinger en contra del título de Corredentora, y al mismo tiempo omitir declaraciones papales que utilizan dicho título, evidencia una falta de objetividad, crucial en este debate. El Cardenal Eugenio Pacelli, futuro Pío XII, se refirió a la Virgen María como Corredentora en cuatro ocasiones durante su etapa como cardenal, pero estas referencias no tienen, ni deben tener, la autoridad del Magisterio papal.
4. En lo que respecta al movimiento por un quinto dogma Mariano, debe recordarse que la verdad Cristiana puede definirse solemnemente tanto en forma de títulos o términos, por ejemplo, Madre de Dios, como en pronunciamientos específicos, por ejemplo, la naturaleza de la infalibilidad papal, el pecado original, etc. Por consiguiente, este documento del DDF no obstaculiza ni prohíbe en modo alguno el movimiento eclesial en curso de oración y petición para la definición solemne de la Maternidad Espiritual de María, que se fundamenta en la verdad del papel subordinado de María con y bajo Jesús en la Redención. Este movimiento internacional por un quinto dogma Mariano, iniciado en 1915 por el gran prelado belga, el Cardenal Désiré Mercier, para la definición solemne de la Maternidad Espiritual de Nuestra Señora, incluyendo su papel de cooperación en la Redención y la Mediación realizada por Jesucristo, continúa con alegría su oración y petición por un posible quinto dogma Mariano. Lo hace en plena conformidad con el Canon 212, que afirma y protege el derecho de los fieles Cristianos de presentar a los pastores de la Iglesia los asuntos que consideren importantes para el bien de la Iglesia. Creemos firmemente que la intercesión verdadera y plena de Nuestra Señora es de vital importancia para el bienestar de la Iglesia y del mundo.
5. El cardenal San John Henry Newman, proclamado Doctor de la Iglesia por el Santo Padre el 1° de Noviembre, afirmó que, en lo que respecta al desarrollo doctrinal, incluyendo los posibles dogmas marianos, la jerarquía eclesiástica debe consultar a los laicos para recibir sus valiosas aportaciones (Rambler, 1859). En cuanto a la cuestión de una definición solemne de la Maternidad Espiritual de la Virgen María, incluyendo su subordinación a Cristo en una singular cooperación maternal, aproximadamente ocho millones de fieles de 150 países han enviado peticiones a la Santa Sede en los últimos treinta años, solicitando en oración una proclamación dogmática. Esta campaña internacional de peticiones eclesiales también incluye a 700 obispos y cardenales, cuyas firmas y cartas de apoyo han sido igualmente enviadas a la Santa Sede para esta definición Mariana. Creemos que si el Santo Padre proclamara solemnemente la “verdad completa sobre María”, esto permitiría un ejercicio aún mayor de la poderosa intercesión de la Virgen María por la Iglesia y el mundo actual.
En este sentido, agradecemos al Dicasterio para la Doctrina de la Fe por haber vuelto a centrar la atención mundial en este crítico diálogo sobre el papel subordinado de María, la Nueva Eva, en la Redención realizada por Cristo, el Nuevo Adán. Que el proceso sinodal pleno, impulsado por el Papa León XIII y la Santa Sede, se implemente de forma genuina y completa para guiar el discernimiento de la Iglesia sobre este tema Mariano esencial, tanto para el bien espiritual del Pueblo de Dios como para la debida veneración de Nuestra Señora, Madre de la Iglesia y de los fieles, Madre de todo el pueblo de Dios.
Dr. Mark Miravalle
Presidente, Vox Populi Mariae Mediatrici
Presidente, Asociación Mariana Internacional
5 de Noviembre de 2025
viernes, 7 de noviembre de 2025
La izquierda con orejeras: el fanatismo político como bandera
La afirmación de que «siempre votaré al PSOE», haga lo que haga y porque son de los nuestros, refleja un problema que tenemos en España: una política de fanáticos con orejeras.
La orejeras ideológicas de la izquierda representan una enfermedad política que se ha extendido por toda España. Quien se declara “izquierdista” lo hace, casi siempre, sin reflexión ni argumentos. Repiten eslóganes vacíos como “la izquierda cuida a los demás” sin aportar un solo ejemplo que lo demuestre.
La realidad muestra lo contrario. Allí donde gobierna el socialismo, aumenta la pobreza, la desigualdad y la frustración social. Con su obsesión por la “igualdad”, la izquierda no eleva a nadie: iguala a todos por abajo. Penaliza el mérito, castiga el esfuerzo y premia la mediocridad.
Su modelo económico ahoga al trabajador con impuestos abusivos y estrangula al empresario que crea empleo. El resultado es una sociedad cada vez más dependiente del Estado, más controlada y menos libre.
Sánchez y el espejismo del “buen gobierno”
Los votantes con orejeras ideológicas de la izquierda creen sinceramente que Pedro Sánchez “lo está haciendo bien”. Se lamentan de que sus supuestos logros “no lleguen al gran público” por culpa de una “extrema derecha golpista al servicio del capital”.
Pero los hechos son contundentes. Sánchez controla los principales medios de comunicación, dispone de una maquinaria propagandística sin precedentes y cuenta con un ejército de opinadores dispuestos a defenderlo a toda costa. Sin embargo, la realidad de los ciudadanos desmonta la farsa.
La inflación devora los salarios, la deuda pública se dispara, los jóvenes emigran y los servicios básicos colapsan. Frente a estos datos, el votante con orejeras no reacciona. Prefiere creer la mentira cómoda antes que aceptar la verdad incómoda.
El voto ciego: el PSOE como religión política
El momento culminante de las orejeras ideológicas de la izquierda llega cuando muchos declaran sin pudor: “Yo votaré al PSOE siempre”. No importa que haya numerosos casos de corrupción que les afectan, que se despilfarren millones en contratos amañados o que se pacte con separatistas y filoetarras. Da igual que el partido haya vendido la soberanía nacional o pisoteado la justicia. El voto lo tienen asegurado.
Ese fanatismo refleja una patología social: la izquierda ha convertido la política en una religión secular donde el PSOE actúa como iglesia y Pedro Sánchez como mesías. Quien duda o discrepa, se convierte en “fascista” o “enemigo del pueblo”.
Y lo más preocupante: El socialismo ha conseguido que millones de personas voten en contra de su propio interés. Mientras el Gobierno enriquece a sus amigos y arruina a la clase media, sus fieles seguidores aplauden convencidos de que “el líder” los protege.
El guerracivilismo como estrategia de poder
El socialismo español se alimenta del enfrentamiento. El discurso permanente del odio y del “ellos contra nosotros” ha fracturado la convivencia nacional. La orejeras ideológicas de la izquierda no solo ciegan, también dividen.
Desde las instituciones y los medios afines se reescribe la historia para reabrir heridas del pasado. Se demoniza al adversario político y se convierte la discrepancia en delito. La llamada “memoria democrática” no busca reconciliación, sino revancha. Es el odio hecho ley.
Sánchez y sus socios saben que su poder depende de mantener viva la tensión y la polarización. Una España enfrentada les garantiza un electorado fiel, incapaz de pensar con libertad. La manipulación emocional sustituye al debate racional.
Romper las orejeras ideológicas de la izquierda
Romper las orejeras ideológicas de la izquierda es un paso imprescindible para recuperar la libertad y el sentido común.
La izquierda ha traicionado su propio discurso de justicia social para convertirse en un instrumento de poder y control. Sus votantes deben abrir los ojos ante la evidencia: el socialismo no libera, esclaviza.
No podemos permitir que el fanatismo ideológico de la izquierda destruya los valores que han hecho grande a nuestra nación.
Y otro día habrá que hacer otro sobre las orejeras ideológicas de la derecha.
jueves, 6 de noviembre de 2025
Francisco José Delgado, absuelto y restituido: Toledo confirma su inocencia tras una persecución de origen opaco
El Arzobispado de Toledo ha hecho público un comunicado en el que confirma la plena inocencia del sacerdote Rvdo. D. Francisco José Delgado Martín y declara restablecida su buena fama y reputación. La sentencia, dictada el 28 de julio de 2025 por un tribunal colegiado y declarada firme el 18 de septiembre, concluye que todas las acusaciones eran infundadas y sin valor probatorio. Con ello se cierra un proceso canónico que, durante más de un año, puso en entredicho injustamente la figura de un sacerdote que ha mantenido siempre su obediencia, respeto y comunión plena con la Iglesia.
El propio Arzobispado lamenta ahora que el comunicado emitido en febrero de 2024 pudiera generar interpretaciones erróneas que dañaron el buen nombre del sacerdote, y aclara que las medidas disciplinarias entonces impuestas, como la prohibición temporal de usar redes sociales, no fueron en ningún momento una condena. Reconoce además la actitud ejemplar de Delgado, que acató las disposiciones canónicas con fidelidad y serenidad.
Sin embargo, el caso deja tras de sí un eco inquietante. Las denuncias, impulsadas desde ámbitos con aroma a cloaca romana, parecen formar parte de una maniobra confusa y de origen opaco, que llevó a un sacerdote inocente a ser señalado sin pruebas. El desenlace judicial pone de relieve la existencia de una persecución injusta, que muchos interpretan como una operación interesada donde confluyen intereses y presiones contra la repercusión pública que el sacerdote venía teniendo en su apostolado con cientos de miles de seguidores. A la luz de la sentencia firme, queda demostrado que no hubo delito alguno, y que se trató de un intento de silenciar voces fieles a la verdad y la tradición de la Iglesia.
El restablecimiento público de su buen nombre es, por tanto, una reparación necesaria. La justicia eclesial ha hablado con claridad, y el Arzobispado de Toledo ha cumplido con el deber moral de reconocer el daño causado. Ahora corresponde devolver a D. Francisco José Delgado no solo su reputación, sino también el respeto y el espacio pastoral que nunca debieron serle arrebatados.
Dejamos a continuación el comunicado íntegro del Arzobispado de Toledo:
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Comunicado del Arzobispado de Toledo en relación al sacerdote D. Francisco J. Delgado Martín
05/11/2025
Archidiócesis de Toledo
1) En el mes de enero de 2024, el Rvdo. Sr. D. Francisco José Delgado Martín, sacerdote diocesano de Toledo, fue denunciado ante la Santa Sede por el Sr. Escardó Steck por un presunto delito de calumnia y difamación contra el derecho a la buena fama (c. 220 CIC), por unas intervenciones en redes sociales. También por el presunto delito de impedir el ejercicio de la potestad de la autoridad eclesiástica de la “Misión Especial al Sodalicio de Vida Cristiana”, en relación con dichas intervenciones. Se añadió además otra denuncia por el presunto delito de provocar la aversión o el odio a la Sede Apostólica a través del programa La Sacristía de la Vendée, difundido a través de la plataforma YouTube.
2) Este Arzobispado de Toledo, después de realizar la investigación previa conforme a derecho, abrió el proceso penal judicial, el día 6 de septiembre de 2024, contra el Rvdo. Sr. D. Francisco José Delgado Martín, siguiendo las normas procesales que contempla la Ley de la Iglesia.
3) El día 28 de julio de 2025, el tribunal colegiado nombrado para conocer este proceso penal dictó sentencia y, examinadas las acusaciones formuladas contra el acusado, determinó que las imputaciones eran infundadas y carentes de valor probatorio. En su parte dispositiva, la sentencia afirma que no consta ninguno de los delitos por los que se acusaba al Rvdo. D. Francisco José Delgado y, en consecuencia, se le declara inocente. Después de cumplido el período de apelación conforme a Derecho, el 18 de septiembre se decretó la sentencia firme.
4) Lamentamos que el comunicado emitido por la Archidiócesis, el 28 de febrero de 2024, haya podido generar interpretaciones erróneas que dañaron el buen nombre y la fama de D. Francisco José Delgado Martín. Asimismo, lamentamos que la imposición de medidas disciplinares como la prohibición de usar medios de comunicación o redes sociales, haya sido interpretada como una condena impuesta por el Arzobispado o la Santa Sede, algo que es rotundamente falso.
5) Valoramos la buena actitud de D. Francisco José Delgado Martín que, desde que se impusieron las medidas mencionadas, siempre ha mostrado obediencia y respeto escrupuloso al proceso canónico y a sus superiores, permaneciendo en plena comunión eclesial a lo largo de todo el proceso.
6) En consecuencia: dictada sentencia y siendo firme, con el fin de asegurar la verdad de los hechos y reafirmar el compromiso con la justicia, con el afectado y con la comunidad cristiana, consideramos que queda restablecida la buena fama y reputación del Rvdo. D. Francisco José Delgado Martín como presbítero de esta Iglesia particular de Toledo.
En Toledo, a 5 de noviembre de 2025
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