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miércoles, 12 de noviembre de 2025

EL PAPA FRANCISCO Y LA IGLESIA CATÓLICA




Texto de la contraportada del libro:


La Iglesia está atravesando hoy por uno de los momentos más graves desde su fundación por Nuestro Señor Jesucristo. Tomando como punto de partida el Concilio Vaticano II (1962 - 1965) y con la supresión, de facto, de la Misa Tradicional en latín (Misal de Juan XXIII, 1962), la evolución experimentada ha ido de mal en peor, alcanzando su zénit con el papa Francisco, elegido como tal el 13 de marzo del 2013. En su desastroso Pontificado, que ha durado poco más de 12 años, y que ha confundido a tantos fieles, se ha producido una escisión, como si hubiera dos Iglesias: una que proviene de la aplicación modernista de algunos puntos de los documentos del concilio Vaticano II, que tiene sólo 60 años de antigüedad; y la Iglesia de siempre, con casi dos mil años de existencia, que se ha mantenido fiel a la Sagrada Escritura, a la Tradición y al Magisterio Perenne de la Iglesia.

Puesto que la Iglesia no comenzó con el Concilio Vaticano II (que es el número 21) sino que está fundada por Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, no tiene ningún sentido darle tanta importancia al Vaticano II y menos después de haber visto los “frutos” podridos que ha producido.

El papa Francisco falleció el 21 de abril de 2015, siendo elegido, el 8 de mayo, un nuevo Papa, que adoptó el nombre de León XIV. Tenemos la esperanza de que las aguas vuelvan a su cauce, aunque llevará mucho tiempo deshacer los “desaguisados” de Francisco. 

Pedimos con fuerza al Señor que ilumine al papa actual y que le conceda su gracia para actuar como conviene por el bien de toda la Iglesia, aunque para ello tenga que enfrentarse, con fe y entereza, a los grandes Poderes que rigen nuestro mundo.

El papa León XIV cuenta con la oración de todos los fieles católicos y con la promesa de Jesucristo de que “las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia” (Mt 16,18)

José Martí

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Mis otros tres libros son:


La poesía olvidada



Dios no es un aguafiestas


"Fundamentalismo" cristiano


El nuncio en EE. UU. pide seguir “el camino de Francisco” y el Concilio Vaticano II como hoja de ruta de la Iglesia



Durante la asamblea plenaria de otoño de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (USCCB) en Baltimore, el cardenal Christophe Pierre, nuncio apostólico y próximo a cumplir 80 años, ofreció un discurso ante los obispos del país.

En su intervención, el representante pontificio llamó a los prelados a mantener la fidelidad al camino pastoral de Francisco y a la “visión del Concilio Vaticano II”, insistiendo en que el futuro de la Iglesia debe avanzar por la senda marcada por esos dos referentes.

“Aunque algunos se inclinen por un camino que diverge de la visión pastoral de Francisco, sabemos que el modo de avanzar en la Iglesia es no apartarse de esa visión”, afirmó Pierre.

“El Concilio es el mapa del futuro”

El nuncio subrayó que los documentos del Concilio Vaticano II constituyen “el mapa para el viaje que tenemos por delante”, y citó palabras de Francisco: “No es tiempo todavía de un Vaticano III, porque aún no hemos terminado de aplicar el Vaticano II.”

“La visión del Concilio fue profética, una orientación hacia el futuro”, dijo Pierre.

Pidió a los obispos “resistir la polarización” y “asumir el estilo sinodal de comunión y discernimiento” como modo de hacer concreta la unidad.

En su discurso, también hizo referencia al papa León XIV, afirmando que sus primeros gestos y escritos son “una maduración del legado de Francisco”, y que ambos pontificados comparten “la fidelidad al espíritu del Concilio Vaticano II”.
Una Iglesia que no comenzó en 1962

El problema, sin embargo, es más profundo.

El discurso del nuncio —recogido por The Pillar— vuelve a presentar el Concilio Vaticano II como el punto de partida y de destino de la Iglesia contemporánea, como si el cristianismo hubiera comenzado hace apenas seis décadas.

Esta visión parece ignorar que la Iglesia no nació en 1962 ni con Francisco, sino con Jesucristo, que la fundó sobre Pedro hace más de dos mil años y la ha guiado a través de siglos de fe, magisterio, santos, mártires y concilios, y aún más antes de eso Dios ya preparaba el camino para la venida de su hijo al mundo.

La fidelidad eclesial no consiste en reinterpretar indefinidamente un concilio reciente ni entronar a Francisco como el profeta de la Iglesia sinodal y ecológica que hoy pretenden imponer, sino en permanecer en la Tradición viva que se remonta al Evangelio mismo:

“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6).

El riesgo de una Iglesia sin memoria

El cardenal Pierre apeló a “seguir el camino de Francisco” y a “profundizar en el Concilio”, pero sin mencionar la continuidad doctrinal que debe unir cada época de la Iglesia con su raíz apostólica. Ese es el peligro de la retórica conciliar sin contenido dogmático: una Iglesia que se mira a sí misma, pero olvida a Cristo.

La verdadera renovación no consiste en “avanzar” hacia lo desconocido, sino en volver a la fuente, al Evangelio y a la Tradición que los Padres y Doctores de la Iglesia transmitieron con fidelidad. Como recordó Benedicto XVI, el auténtico desarrollo eclesial se da sólo en la “hermenéutica de la continuidad”, no en la ruptura.

De Francisco a León XIV: Fernández y la continuidad de la agenda doctrinal



A comienzos de 2025, cuando el Papa Francisco aún se encontraba hospitalizado y su pontificado entraba en su fase final, el entonces prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, cardenal Víctor Manuel Fernández, adelantó la inminente publicación de dos textos: uno sobre la monogamia y otro sobre los títulos marianos de la Virgen, en particular Corredentora y Mediadora

Nueve meses después, ambos documentos ven la luz bajo el pontificado de León XIV, confirmando —según Specola— la continuidad teológica y estructural de la llamada “era Francisco”.

Para muchos observadores, este gesto supone una prueba decisiva del rumbo doctrinal del nuevo Papa: ¿mantendrá sin revisión los textos más controvertidos del pontificado anterior, o marcará distancia con el estilo autoritario y ambiguo de la Doctrina de la Fe bajo “Tucho” Fernández?
Un pontificado heredado

Specola describe el momento con ironía:
“Si el deseo del Papa León es tranquilizar las cosas, parece que vamos en el peor de los caminos”.
Ambos documentos —el de la monogamia y el dedicado a los títulos marianos— habían sido redactados y promovidos por Fernández antes de la muerte de Francisco, pero no llegaron a publicarse. La decisión de León XIV de no archivarlos, sino de ratificarlos y difundirlos oficialmente, muestra que el nuevo pontífice ha optado por dar continuidad a la línea doctrinal que pretendía cerrar debates más que iluminarlos.

El problema, señala Specola, no es sólo el contenido, sino el método:
“Todos estos textos —de Fiducia Supplicans a Traditionis Custodes— son documentos divisivos: sofocan la discusión con el ejercicio de un poder autoritario y alejan a los fieles de la fe”.
La Nota mariana y su ambigüedad teológica

La Nota Doctrinal Mater Populi Fidelis, dedicada a los títulos de la Virgen María, ha sido el detonante más visible de esta controversia. El documento desaconseja el uso del título “Corredentora” y modera el de “Mediadora”, alegando un riesgo de “malentendidos teológicos”. Para sus críticos, el texto es una negación velada del papel singular de María en la obra de la redención y una muestra de desconfianza hacia la tradición mariológica clásica.

El historiador Roberto de Mattei lo expresó con dureza:
“Tras un tono meloso, el documento esconde un contenido venenoso: pretende despojar a la Virgen de su grandeza sobrenatural, reduciéndola a una mujer cualquiera”.
De Mattei ve en esta Nota “la culminación de la deriva mariológica posconciliar”, que en nombre de la moderación ha optado por un minimalismo doctrinal que desfigura a la Madre de Dios.


El debate entre la corrección y la timidez

El teólogo Mario Proietti, en cambio, defiende una lectura positiva:
“La Nota niega con palabras lo que afirma con la doctrina”.
Según él, el texto reconoce implícitamente la cooperación de María en la redención y su intercesión materna, aunque evite los títulos tradicionales.
“El documento enseña que María cooperó de manera singular en la obra redentora de su Hijo y continúa ejerciendo una función de mediación maternal: esa es la definición clásica de Corredentora y Mediadora. Solo que el texto defiende la verdad, pero teme su propio nombre”
Proietti concluye que la Nota “no incurre en error dogmático”, pero peca de timidez pastoral, evitando proclamar lo que de hecho sostiene.

Una Iglesia que teme nombrar lo que enseña

Specola subraya que el problema de fondo no es lingüístico, sino espiritual: una Iglesia que teme pronunciar las palabras de su propia tradición acaba defendiendo la verdad en silencio. La Nota Mater Populi Fidelis no niega formalmente la corredención ni la mediación mariana, pero renuncia a afirmarlas con la claridad que exige el Magisterio.

El resultado es una teología sin voz: ortodoxa en la letra, insegura en el tono, incapaz de inspirar devoción o certeza.

Así, León XIV hereda no sólo los documentos de Francisco, sino su crisis teológica más profunda: una Iglesia que, en nombre de la «prudencia», teme enseñar y defender lo que siempre ha creído.

domingo, 9 de noviembre de 2025

Mark Miravalle: «María Corredentora no oscurece a Cristo, lo glorifica»



El mariólogo estadounidense Mark Miravalle, presidente del movimiento Vox Populi Mariae Mediatrici, ha lamentado la confusión generada tras la publicación del documento Mater populi fidelis, emitido el 4 de noviembre por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF). En esta nota, el organismo vaticano desaconseja el uso del título de Corredentora para la Virgen María y recomienda evitar expresiones que “oscurezcan la única mediación salvífica de Cristo”.

En declaraciones a La Nuova Bussola Quotidiana, Miravalle —profesor de mariología en la Franciscan University of Steubenville— defendió la validez teológica y tradicional de los títulos de Corredentora, Mediadora y Abogada, y recordó que millones de fieles y cientos de obispos han pedido a la Santa Sede una definición dogmática sobre el papel maternal y redentor de María.

“El título no pone a María al nivel de Cristo”

Miravalle reconoce la intención del documento del DDF de reafirmar la primacía absoluta de Jesucristo como único Redentor, pero advierte que negar el uso del título de Corredentora ha generado confusión entre los fieles. “Nunca se ha utilizado en la tradición católica ni en el magisterio papal para situar a María al nivel de la divinidad de Jesús. Hacerlo sería herejía y blasfemia”, subrayó.

El teólogo recordó que san Juan Pablo II empleó el título de Corredentora en siete ocasiones, al igual que santos como san Pío de Pietrelcina, santa Teresa de Calcuta, san Maximiliano Kolbe, san John Henry Newman y santa Teresa Benedicta de la Cruz. “No se puede considerar ‘inoportuno’ un título que ha servido para expresar la colaboración única de María con y bajo Cristo en la obra redentora”, añadió.

Los dogmas también exigen explicación

El DDF argumenta que el término “Corredentora” resulta inconveniente porque requiere explicaciones constantes. Miravalle responde que otros dogmas fundamentales —como la Inmaculada Concepción o la Transubstanciación— también exigen aclaraciones teológicas, y sin embargo no por ello se han abandonado. “Que un título requiera explicación no significa que deba descartarse, especialmente si ha sido usado por papas, santos y doctores de la Iglesia”, señaló el profesor.

La “nueva Eva” y la doctrina de la corredención

El mariólogo recordó que desde los primeros siglos los Padres de la Iglesia vieron a María como la “nueva Eva”. Citó a san Ireneo de Lyon, quien enseñó que “así como Eva fue secundaria pero decisiva junto con Adán en la caída, María lo fue junto con Cristo en la redención”. El Concilio Vaticano II —añadió— reafirma esta enseñanza en Lumen Gentium 56, donde se dice que María “con su obediencia se convirtió en causa de salvación para sí misma y para todo el género humano”. “Ese papel subordinado y decisivo de María con el nuevo Adán es precisamente el sentido del título de Corredentora”, explicó.

Ecumenismo y verdad doctrinal

El documento del DDF también afirma que el uso de estos títulos podría dificultar el diálogo ecuménico. Miravalle recuerda que el borrador de 1962 del texto mariano del Vaticano II incluía el título de Corredentora, y que una subcomisión lo retiró por prudencia pastoral, no por error teológico. “El propio concilio reconoció que la expresión ‘Corredentora del género humano’ es en sí misma muy verdadera”, señaló. A su juicio, la unidad de los cristianos no debe buscarse a costa de minimizar la verdad plena sobre María, como enseñó san Juan Pablo II en Ut Unum Sint. “La Virgen es la Madre de la unidad, no un obstáculo para ella”, insistió.
María Mediadora de todas las gracias

El teólogo cuestiona también que el DDF haya puesto en duda el título de Mediadora de todas las gracias. Recuerda que durante cuatro siglos los papas han sostenido esta enseñanza, desde Benedicto XIV (1749) hasta León XIV, quien el 15 de agosto de 2025 usó expresamente el término Mediatrix gratiarum en una carta al cardenal Christoph Schönborn. “El magisterio ha enseñado que todas las gracias redentoras de Cristo llegan a la humanidad a través de la mediación maternal de María”, explicó, lamentando que el documento “no cite ni una sola vez esta enseñanza papal constante”.

Un llamado al quinto dogma mariano

Miravalle considera que la polémica surgida tras Mater populi fidelis ha reavivado el interés por una definición dogmática que proclame a María Corredentora, Mediadora y Abogada. “La confusión actual demuestra la necesidad de una definición solemne que aclare quién es María y qué significa su cooperación con Cristo”, afirmó.

El movimiento que preside, Vox Populi Mariae Mediatrici, ha recogido más de ocho millones de firmas en 150 países, respaldadas por unos 700 obispos y cardenales, en favor de este quinto dogma mariano. Miravalle concluye recordando al cardenal John Henry Newman, quien sostenía que “la autoridad eclesiástica debe escuchar a los fieles en el discernimiento del desarrollo doctrinal”. “Rezo para que la Santa Sede practique una auténtica sinodalidad, escuchando al pueblo de Dios que pide honrar a la Madre del Redentor”, dijo.

¿QUÉ PASA EN LA IGLESIA? #92 PADRE JORGE GONZÁLEZ GUADALIX.


EN LA IGLESIA



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2. Informe Foessa 2025

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4. Mater populis fidelis

5. Cómo es un proceso de canonización

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¿Por qué dicen que María no es corredentora? | Actualidad Comentada | P. Santiago Martín, FM



DURACIÓN 18:49 MINUTOS

sábado, 8 de noviembre de 2025

Comentario del Dr. Mark Miravalle, presidente del movimiento Vox Populi Mariae Mediatrici, respecto de la nota doctrinal del DDF Mater Populi Fidelis



Publicado el 5 de noviembre de este año en el sitio Mother Of All Peoples el comentario del Dr. Mark Miravalle, presidente del movimiento Vox Populi Mariae Mediatrici, y presidente de la Asociación Mariana Internacional, sobre el documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, “Mater Populi Fidelis, nota doctrinal sobre algunos títulos marianos referidos a la cooperación de María en la obra de la Salvación”. Traducción de Secretum Meum Mihi (con adaptaciones).


Nuevo Documento del Vaticano sobre María, Mater Populi Fidelis: 

Breve comentario

El 4 de Noviembre de 2025, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe publicó el documento, Mater Populi Fidelis: Nota Doctrinal Sobre Algunos Títulos Marianos Referidos A La Cooperación De María en la Obra De La Salvación. Me gustaría plantear los siguientes puntos concernientes al documento los cuales creo llaman a un análisis y una clarificación más amplios dentro de un auténtico espíritu de respeto y diálogo. Coincidimos enfáticamente con el imperativo absoluto expresado en el documento de profesar, proteger y difundir la revelación Escriturística y Tradicional de la infinita primacía de Jesucristo como nuestro único Mediador y Redentor divino. Asimismo, buscamos reconocer debidamente la participación y cooperación humana, subordinada y sin paralelo, de la Inmaculada Virgen María, Madre de Jesucristo, en la obra histórica de la Redención.

1. Después de citar los numerosos usos del título Mariano “Corredentora” por parte de los papas y sus respectivos magisterios, que incluyen a San Pío X, Pío XI y siete veces por San Juan Pablo II (omitiendo la aprobación inicial del título de Corredentora por León XIII en 1885), así como la larga tradición de los títulos de Redentora y Corredentora, que se remonta a los siglos X y XV, el documento entonces concluye que el uso del título de Corredentora, sin embargo, “no sería apropiado” (n. 22). ¿Indica esto que estos usos papales del título de Corredentora fueron “inapropiados”, junto con los de San Pío de Pietrelcina, Santa Teresa de Calcuta, San Josemaría Escrivá, San John Henry Cardenal Newman, Santa Teresa Benedicta de la Cruz, San Maximiliano Kolbe, Sor Lucía de Fátima, y el uso perenne y tradicional del título de Corredentora por otros santos, beatos, teólogos y místicos durante la mayor parte del último milenio? La doctrina de la corredención también fue claramente articulada por el Papa Benedicto XV en su documento de 1918, Inter Sodalicia, cuando afirmó: “…bien podemos decir que ella, con Cristo, redimió a la humanidad”. El Papa Benedicto XVI, durante su mensaje a los enfermos desde Fátima el 13 de Mayo de 2010, también habló de ser “redentores en el Redentor”. ¿Estos usos también deben ahora considerarse no apropiados?

Irónicamente, el 4 de Noviembre de 1984, hace cuarenta y un años del día de la publicación de este documento, San Juan Pablo II se refirió a la Virgen María como “María, la Corredentora”. Claramente, como miembros de la Iglesia, quisieramos ser respetuosos de tales usos por parte del Vicario de Cristo.

Una de las razones dadas en el documento para concluir que el título de Corredentora es inapropiado es la necesidad de “reexplicarlo” con frecuencia, lo que hace que no resulte “útil” al Pueblo de Dios (n. 22). Otros títulos marianos, como Inmaculada Concepción y Madre de Dios, también han requerido explicaciones y reexplicaciones constantes, pero estos títulos se mantienen, al igual que otros dogmas católicos como la Infalibilidad Papal, el Pecado Original y la Transubstanciación.


2. El Magisterio Pontificio ha enseñado consistentemente la doctrina del papel de María como “Mediadora de todas las gracias”, tanto en el título como en la explicación, durante los últimos cuatro siglos, comenzando con el Papa Benedicto XIV en el siglo XVIII (Gloriosae Domini, 1748) hasta el uso del título “Mediadora de las gracias” por el Papa León XIV el 15 de Agosto de 2025. Numerosas encíclicas papales enseñan autoritativamente que María es Mediadora de todas las gracias y ejerce un papel mediador secundario en la dispensación de las gracias redentivas. Por ejemplo, León XIII escribió: «[María], que estuvo tan íntimamente asociada al misterio de la salvación humana, está igualmente asociadada a la distribución de las gracias que para siempre fluirán de la redención… entre sus muchos títulos, …la Dispensadora de todos los dones celestiales” (Adjutricem populi, 1895, ASS, 28, 130-131). En formulaciones postconciliares, san Juan Pablo II se refiere a María como la “Mediadora de todas las gracias” en ocho ocasiones, junto con la referencia del Papa Benedicto XVI a “Mediatrix omnium gratiarum” (11 de Febrero de 2013).

Siempre se ha reconocido que el papel de María como Mediadora de todas las gracias no incluye su propia Inmaculada Concepción, sino denota su distribución secundaria de gracias redentivas al servicio de Cristo, el único Mediador divino, a la humanidad caída.

Resulta, por tanto, desconcertante y confuso ver en este documento varias referencias que parecen sugerir que María no tiene un papel secundario con Cristo en la dispensación universal de la gracia redentiva (cf. nn. 53, 55). También sorprende que la entera doctrina autoritativa del Magisterio Papal sobre la Mediadora de todas las gracias, desde el siglo XVIII hasta el XXI, no se encuentre en el documento. Presentar premisas teológicas que parecen apartarse de siglos de enseñanza autoritativa del Magisterio Papal puede generar una gran confusión entre el Pueblo de Dios, como si se tratara de un cambio de doctrina, sin mencionar su impacto negativo en la coherencia doctrinal de la autoridad Magisterial.


3. El uso de referencias Magisteriales en el documento aparece inconsistente y, en ocasiones, parece carecer de objetividad y equidad. Por ejemplo, comentarios ex tempore del Papa Francisco durante homilías o audiencias (que no se encuentran originalmente en sus textos escritos) son presentados en citas íntegrales, mientras que las referencias papales de San Juan Pablo II a la Corredentora durante homilías y discursos papales, acompañadas de explicaciones extensas (por ejemplo, la homilía de Guayaquil del 31 de Enero de 1985), no se incluyen en el texto ni se citan en las notas de pie de página. También, el Papa Pío XI, en su discurso del 30 de Noviembre de 1933, ofrece una excelente explicación y defensa del título de Corredentora, pero tampoco incluídos en este documento.

Una disparidad similar parece existir con las numerosas referencias al cardenal Joseph Ratzinger. Si bien el cardenal Ratzinger, como tal, expresó reservas sobre el título, no lo rechazó por completo, pues lo consideraba aún inmaduro; esto ocurrió en 1996, hace unos 30 años. Es más, como Papa nunca se pronunció explícitamente en contra. Hacer referencia a entrevistas seculares del Cardenal Ratzinger en contra del título de Corredentora, y al mismo tiempo omitir declaraciones papales que utilizan dicho título, evidencia una falta de objetividad, crucial en este debate. El Cardenal Eugenio Pacelli, futuro Pío XII, se refirió a la Virgen María como Corredentora en cuatro ocasiones durante su etapa como cardenal, pero estas referencias no tienen, ni deben tener, la autoridad del Magisterio papal.


4. En lo que respecta al movimiento por un quinto dogma Mariano, debe recordarse que la verdad Cristiana puede definirse solemnemente tanto en forma de títulos o términos, por ejemplo, Madre de Dios, como en pronunciamientos específicos, por ejemplo, la naturaleza de la infalibilidad papal, el pecado original, etc. Por consiguiente, este documento del DDF no obstaculiza ni prohíbe en modo alguno el movimiento eclesial en curso de oración y petición para la definición solemne de la Maternidad Espiritual de María, que se fundamenta en la verdad del papel subordinado de María con y bajo Jesús en la Redención. Este movimiento internacional por un quinto dogma Mariano, iniciado en 1915 por el gran prelado belga, el Cardenal Désiré Mercier, para la definición solemne de la Maternidad Espiritual de Nuestra Señora, incluyendo su papel de cooperación en la Redención y la Mediación realizada por Jesucristo, continúa con alegría su oración y petición por un posible quinto dogma Mariano. Lo hace en plena conformidad con el Canon 212, que afirma y protege el derecho de los fieles Cristianos de presentar a los pastores de la Iglesia los asuntos que consideren importantes para el bien de la Iglesia. Creemos firmemente que la intercesión verdadera y plena de Nuestra Señora es de vital importancia para el bienestar de la Iglesia y del mundo.

5. El cardenal San John Henry Newman, proclamado Doctor de la Iglesia por el Santo Padre el 1° de Noviembre, afirmó que, en lo que respecta al desarrollo doctrinal, incluyendo los posibles dogmas marianos, la jerarquía eclesiástica debe consultar a los laicos para recibir sus valiosas aportaciones (Rambler, 1859). En cuanto a la cuestión de una definición solemne de la Maternidad Espiritual de la Virgen María, incluyendo su subordinación a Cristo en una singular cooperación maternal, aproximadamente ocho millones de fieles de 150 países han enviado peticiones a la Santa Sede en los últimos treinta años, solicitando en oración una proclamación dogmática. Esta campaña internacional de peticiones eclesiales también incluye a 700 obispos y cardenales, cuyas firmas y cartas de apoyo han sido igualmente enviadas a la Santa Sede para esta definición Mariana. Creemos que si el Santo Padre proclamara solemnemente la “verdad completa sobre María”, esto permitiría un ejercicio aún mayor de la poderosa intercesión de la Virgen María por la Iglesia y el mundo actual.

En este sentido, agradecemos al Dicasterio para la Doctrina de la Fe por haber vuelto a centrar la atención mundial en este crítico diálogo sobre el papel subordinado de María, la Nueva Eva, en la Redención realizada por Cristo, el Nuevo Adán. Que el proceso sinodal pleno, impulsado por el Papa León XIII y la Santa Sede, se implemente de forma genuina y completa para guiar el discernimiento de la Iglesia sobre este tema Mariano esencial, tanto para el bien espiritual del Pueblo de Dios como para la debida veneración de Nuestra Señora, Madre de la Iglesia y de los fieles, Madre de todo el pueblo de Dios.

Dr. Mark Miravalle
Presidente, Vox Populi Mariae Mediatrici
Presidente, Asociación Mariana Internacional
5 de Noviembre de 2025

El REGRESO de la SACRISTÍA de la VENDÉE después de una injusta persecución. Conversando con el P. Francisco José Delgado





Duración 35:39 minutos

viernes, 7 de noviembre de 2025

La izquierda con orejeras: el fanatismo político como bandera


La afirmación de que «siempre votaré al PSOE», haga lo que haga y porque son de los nuestros, refleja un problema que tenemos en España: una política de fanáticos con orejeras.
La orejeras ideológicas de la izquierda representan una enfermedad política que se ha extendido por toda España. Quien se declara “izquierdista” lo hace, casi siempre, sin reflexión ni argumentos. Repiten eslóganes vacíos como “la izquierda cuida a los demás” sin aportar un solo ejemplo que lo demuestre.

La realidad muestra lo contrario. Allí donde gobierna el socialismo, aumenta la pobreza, la desigualdad y la frustración social. Con su obsesión por la “igualdad”, la izquierda no eleva a nadie: iguala a todos por abajo. Penaliza el mérito, castiga el esfuerzo y premia la mediocridad.

Su modelo económico ahoga al trabajador con impuestos abusivos y estrangula al empresario que crea empleo. El resultado es una sociedad cada vez más dependiente del Estado, más controlada y menos libre.

Sánchez y el espejismo del “buen gobierno”

Los votantes con orejeras ideológicas de la izquierda creen sinceramente que Pedro Sánchez “lo está haciendo bien”. Se lamentan de que sus supuestos logros “no lleguen al gran público” por culpa de una “extrema derecha golpista al servicio del capital”.

Pero los hechos son contundentes. Sánchez controla los principales medios de comunicación, dispone de una maquinaria propagandística sin precedentes y cuenta con un ejército de opinadores dispuestos a defenderlo a toda costa. Sin embargo, la realidad de los ciudadanos desmonta la farsa.

La inflación devora los salarios, la deuda pública se dispara, los jóvenes emigran y los servicios básicos colapsan. Frente a estos datos, el votante con orejeras no reacciona. Prefiere creer la mentira cómoda antes que aceptar la verdad incómoda.

El voto ciego: el PSOE como religión política

El momento culminante de las orejeras ideológicas de la izquierda llega cuando muchos declaran sin pudor: “Yo votaré al PSOE siempre”. No importa que haya numerosos casos de corrupción que les afectan, que se despilfarren millones en contratos amañados o que se pacte con separatistas y filoetarras. Da igual que el partido haya vendido la soberanía nacional o pisoteado la justicia. El voto lo tienen asegurado.

Ese fanatismo refleja una patología social: la izquierda ha convertido la política en una religión secular donde el PSOE actúa como iglesia y Pedro Sánchez como mesías. Quien duda o discrepa, se convierte en “fascista” o “enemigo del pueblo”.

Y lo más preocupante: El socialismo ha conseguido que millones de personas voten en contra de su propio interés. Mientras el Gobierno enriquece a sus amigos y arruina a la clase media, sus fieles seguidores aplauden convencidos de que “el líder” los protege.

El guerracivilismo como estrategia de poder

El socialismo español se alimenta del enfrentamiento. El discurso permanente del odio y del “ellos contra nosotros” ha fracturado la convivencia nacional. La orejeras ideológicas de la izquierda no solo ciegan, también dividen.

Desde las instituciones y los medios afines se reescribe la historia para reabrir heridas del pasado. Se demoniza al adversario político y se convierte la discrepancia en delito. La llamada “memoria democrática” no busca reconciliación, sino revancha. Es el odio hecho ley.

Sánchez y sus socios saben que su poder depende de mantener viva la tensión y la polarización. Una España enfrentada les garantiza un electorado fiel, incapaz de pensar con libertad. La manipulación emocional sustituye al debate racional.

Romper las orejeras ideológicas de la izquierda

Romper las orejeras ideológicas de la izquierda es un paso imprescindible para recuperar la libertad y el sentido común.

La izquierda ha traicionado su propio discurso de justicia social para convertirse en un instrumento de poder y control. Sus votantes deben abrir los ojos ante la evidencia: el socialismo no libera, esclaviza.

No podemos permitir que el fanatismo ideológico de la izquierda destruya los valores que han hecho grande a nuestra nación.

Y otro día habrá que hacer otro sobre las orejeras ideológicas de la derecha.

jueves, 6 de noviembre de 2025

Francisco José Delgado, absuelto y restituido: Toledo confirma su inocencia tras una persecución de origen opaco




El Arzobispado de Toledo ha hecho público un comunicado en el que confirma la plena inocencia del sacerdote Rvdo. D. Francisco José Delgado Martín y declara restablecida su buena fama y reputación. La sentencia, dictada el 28 de julio de 2025 por un tribunal colegiado y declarada firme el 18 de septiembre, concluye que todas las acusaciones eran infundadas y sin valor probatorio. Con ello se cierra un proceso canónico que, durante más de un año, puso en entredicho injustamente la figura de un sacerdote que ha mantenido siempre su obediencia, respeto y comunión plena con la Iglesia.

El propio Arzobispado lamenta ahora que el comunicado emitido en febrero de 2024 pudiera generar interpretaciones erróneas que dañaron el buen nombre del sacerdote, y aclara que las medidas disciplinarias entonces impuestas, como la prohibición temporal de usar redes sociales, no fueron en ningún momento una condena. Reconoce además la actitud ejemplar de Delgado, que acató las disposiciones canónicas con fidelidad y serenidad.

Sin embargo, el caso deja tras de sí un eco inquietante. Las denuncias, impulsadas desde ámbitos con aroma a cloaca romana, parecen formar parte de una maniobra confusa y de origen opaco, que llevó a un sacerdote inocente a ser señalado sin pruebas. El desenlace judicial pone de relieve la existencia de una persecución injusta, que muchos interpretan como una operación interesada donde confluyen intereses y presiones contra la repercusión pública que el sacerdote venía teniendo en su apostolado con cientos de miles de seguidores. A la luz de la sentencia firme, queda demostrado que no hubo delito alguno, y que se trató de un intento de silenciar voces fieles a la verdad y la tradición de la Iglesia.

El restablecimiento público de su buen nombre es, por tanto, una reparación necesaria. La justicia eclesial ha hablado con claridad, y el Arzobispado de Toledo ha cumplido con el deber moral de reconocer el daño causado. Ahora corresponde devolver a D. Francisco José Delgado no solo su reputación, sino también el respeto y el espacio pastoral que nunca debieron serle arrebatados.

Dejamos a continuación el comunicado íntegro del Arzobispado de Toledo:

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Comunicado del Arzobispado de Toledo en relación al sacerdote D. Francisco J. Delgado Martín
05/11/2025
Archidiócesis de Toledo

1) En el mes de enero de 2024, el Rvdo. Sr. D. Francisco José Delgado Martín, sacerdote diocesano de Toledo, fue denunciado ante la Santa Sede por el Sr. Escardó Steck por un presunto delito de calumnia y difamación contra el derecho a la buena fama (c. 220 CIC), por unas intervenciones en redes sociales. También por el presunto delito de impedir el ejercicio de la potestad de la autoridad eclesiástica de la “Misión Especial al Sodalicio de Vida Cristiana”, en relación con dichas intervenciones. Se añadió además otra denuncia por el presunto delito de provocar la aversión o el odio a la Sede Apostólica a través del programa La Sacristía de la Vendée, difundido a través de la plataforma YouTube.

2) Este Arzobispado de Toledo, después de realizar la investigación previa conforme a derecho, abrió el proceso penal judicial, el día 6 de septiembre de 2024, contra el Rvdo. Sr. D. Francisco José Delgado Martín, siguiendo las normas procesales que contempla la Ley de la Iglesia.

3) El día 28 de julio de 2025, el tribunal colegiado nombrado para conocer este proceso penal dictó sentencia y, examinadas las acusaciones formuladas contra el acusado, determinó que las imputaciones eran infundadas y carentes de valor probatorio. En su parte dispositiva, la sentencia afirma que no consta ninguno de los delitos por los que se acusaba al Rvdo. D. Francisco José Delgado y, en consecuencia, se le declara inocente. Después de cumplido el período de apelación conforme a Derecho, el 18 de septiembre se decretó la sentencia firme.

4) Lamentamos que el comunicado emitido por la Archidiócesis, el 28 de febrero de 2024, haya podido generar interpretaciones erróneas que dañaron el buen nombre y la fama de D. Francisco José Delgado Martín. Asimismo, lamentamos que la imposición de medidas disciplinares como la prohibición de usar medios de comunicación o redes sociales, haya sido interpretada como una condena impuesta por el Arzobispado o la Santa Sede, algo que es rotundamente falso.

5) Valoramos la buena actitud de D. Francisco José Delgado Martín que, desde que se impusieron las medidas mencionadas, siempre ha mostrado obediencia y respeto escrupuloso al proceso canónico y a sus superiores, permaneciendo en plena comunión eclesial a lo largo de todo el proceso.

6) En consecuencia: dictada sentencia y siendo firme, con el fin de asegurar la verdad de los hechos y reafirmar el compromiso con la justicia, con el afectado y con la comunidad cristiana, consideramos que queda restablecida la buena fama y reputación del Rvdo. D. Francisco José Delgado Martín como presbítero de esta Iglesia particular de Toledo.

En Toledo, a 5 de noviembre de 2025

miércoles, 5 de noviembre de 2025

La nota doctrinal y el magisterio confuso

INFOCATÓLICA

(Del Blog de Bruno Moreno, Espada de doble filo)



La publicación ayer de la nota doctrinal Mater Populi fidelis levantó un gran revuelo y supongo que es bueno que lo hiciera. Los católicos amamos profundamente a nuestra Madre, así que somos muy sensibles ante cualquier cosa que tenga relación con ella, especialmente si puede dar la impresión de que se pretende recortar los honores que se le deben. Como mínimo, la reacción muestra que, en este tema y a favor o en contra, hay muchos que no han caído en la tibieza general.

Hace unos años, escribí un artículo titulado “¿En qué sentido nuestra Señora es Corredentora? y, por lo que leo de la nota doctrinal, lo que dije sigue siendo válido. No cabe duda de que el contenido o sentido de ese título es verdadero y parte de nuestra fe católica. En cambio, la conveniencia o no de utilizarlo o proclamarlo solemnemente como título formal es una cuestión prudencial, que yo no soy competente para decidir y que, gracias a Dios, corresponde a la Iglesia.

Así pues, a grandes rasgos, que la nota doctrinal considere inoportuno utilizar el título de Corredentora no me preocupa especialmente, ya que se refiere precisamente a esa cuestión para la que yo no soy competente. En cambio, otras cosas del documento me resultan más inquietantes, porque, con todo el respeto, tengo la impresión de que se trata de la continuación de una línea que lleva varios años en vigor y que podríamos llamar, en conjunto, el magisterio confuso. Esta forma de ejercer el magisterio, que se está consolidando ya en un segundo pontificado consecutivo, podría distinguirse por varias características que, al menos a mi entender, resultan del todo indeseables.

En primer lugar, el magisterio confuso se caracteriza por la imprecisión sustancial y sistemática, que tradicionalmente ha sido el peor enemigo del magisterio y, por desgracia, en la última década se ha hecho habitual. Recordemos, por ejemplo, el caso de la modificación de la enseñanza del Catecismo sobre la pena de muerte para dejarla más confusa en vez de más clara, algo que es inaudito, mediante el uso del término “inadmisible”, que no tiene un sentido definido en Teología moral, además de afirmaciones mutuamente contradictorias.

Lo mismo sucedió con Amoris laetitia, que logró desactivar a los defensores la doctrina moral tradicional de la Iglesia a base de grandes dosis de confusión, con frases oscuras y ambiguas, las más importantes de las cuales, al parecer, estaban en un pie de página. Todo eso permitía que, el que quisiera engañarse sobre lo que en realidad decía el documento, se engañara y justificara su propia inacción. Casi diez años después, siguen sin responderse las dudas básicas presentadas por cuatro beneméritos cardenales sobre su interpretación. Algo similar puede decirse de Fiducia supplicans, la declaración de Abu Dhabi, Fratelli Tutti y otros documentos.

De un tiempo a estar parte, la precisión en los documentos parece ser el enemigo, en lugar de algo fundamental y necesario, como siempre se consideró en la Iglesia. En ese sentido, resulta irónica una súbita preocupación por la “precisión” en el lenguaje de la que hace gala la nota Mater Populi fidelis, teniendo en cuenta que el gran documento del cardenal Fernández, Fiducia supplicans, se basa úen sembrar la confusión, jugando con bendecir la pareja, pero no bendecir la unión y las bendiciones “pastorales”, pero no “litúrgicas”, como si moralmente no fuera todo lo mismo. ¿Y ahora, de pronto, la precisión y evitar los malentendidos sí que es esencial? ¿Para evitar unos posibles errores que, si de verdad existen en la realidad, son completamente marginales, a diferencia de los relativos a las uniones del mismo sexo? ¿Estos últimos no importan, pero los primeros sí? Colamos el mosquito y nos tragamos el camello.

En segundo lugar, la prudencialización o pastoralización de las declaraciones magisteriales. En lugar de tener un magisterio centrado en la verdad, en la realidad, parece que tenemos un magisterio utilitario, centrado en la cuestión de cuáles van a ser los efectos de que se diga una cosa u otra. En esta última nota, de nuevo, se mencionan, como no podía ser menos, el “esfuerzo ecuménico” y las preocupaciones “pastorales y ecuménicas”. Esto resulta especialmente curioso teniendo en cuenta el golpe casi mortal que dieron las bendiciones de Fiducia supplicans al ecumenismo con los ortodoxos, el grupo más cercano al catolicismo. Podría sospecharse que el ecumenismo solo es importante cuando se produce en sentido mundano.

En cualquier caso, esta tendencia también tiene su origen en Amoris Laetitia, en la cual, contra toda la moral de la Iglesia, se afirmó que no existen los actos intrínsecamente malos y, por lo tanto, todo depende de la situación, las circunstancias y el color con que se mire: todo es prudencial. ¿Se puede adulterar? Depende. ¿Y usar anticonceptivos, tener relaciones del mismo sexo, abortar? Forzosamente, también depende. ¿Y bendecir las uniones del mismo sexo? Depende de si la misma bendición la das “litúrgicamente” o “pastoralmente”, como si eso justificara en lo más mínimo bendecir lo imbendecible.

Aparte de que este enfoque no es católico (al menos según Veritatis splendor y toda la moral anterior de la Iglesia), lo cierto es que, si todo es prudencial, todo es discutible. Por su propia naturaleza, lo prudencial no es objeto de magisterio, sino de decisiones circunstanciales y mutables, que además no pueden hacerse desde arriba, sino que tienen que ser tomadas por el interesado en cada caso concreto. Si la maldad o bondad del adulterio, el divorcio o las relaciones del mismo sexo son cuestiones prudenciales, pueden ser cosas malas en las diócesis africanas y buenas en las alemanas. ¿Por qué no?

La nota dice que “es siempre inoportuno el uso del título de Corredentora para definir la cooperación de María”. Esta afirmación carece de sentido lógico, porque precisamente la oportunidad, por definición, es algo que depende del contexto. No cabe, pues, hablar de “siempre”. Cuando cambian el momento histórico, el lugar, las circunstancias, etc., lo inoportuno puede hacerse oportuno y viceversa. Muchos recordarán el viejo anuncio, que canturreaba “siempre hay un motivo para usar Nivea", pero lo cierto es que no es así, a veces es conveniente usar Nivea y a veces no. Si, según la nota, hoy no es conveniente u oportuno hablar de que la nuestra Señora es Corredentora, mañana o el año que viene o en el pontificado que viene puede que lo sea; si no es oportuno que el Vaticano use esa expresión, puede que lo sea en una diócesis concreta, en una parroquia específica o que cada fiel decida por sí mismo si es prudente usarla o no.

Repitámoslo: lo prudencial es discutible, mudable, no admite pronunciamientos generales y, por lo tanto, no es propiamente materia doctrinal, sino práctica y disciplinar. Así pues, la nota “doctrinal” y, en general, buena parte de los documentos de los últimos años, tienden a derrotarse a sí mismos, porque sus presupuestos radicalmente antimagisteriales anulan sus propios efectos como magisterio.

En tercer lugar, gran parte de los documentos recientes muestran una clara superficialidad o esloganización magisterial. Se trata de un magisterio que adolece de escasez o ausencia de fundamentos racionales o teológicos sólidos, que parece funcionar a base de sentimentalismos y en el que la argumentación se sustituye por eslóganes, como “crear puentes y no muros”, “ir a la frontera”, “el tiempo es superior al espacio”, “nadie puede ser castigado para siempre” o “hacer lío”, entre otros, ninguno de los cuales tiene la más mínima entidad teológica.

En el caso de la nota doctrinal más reciente, se nos asegura, por ejemplo, que “cuando una expresión requiere muchas y constantes explicaciones, para evitar que se desvíe de un significado correcto, no presta un servicio a la fe del Pueblo de Dios y se vuelve inconveniente” y que el término de Corredentora corre “el peligro de oscurecer el lugar exclusivo de Jesucristo”. 

Esta afirmación tan superficial produce inevitablemente una sonrisa, porque exactamente ese es el caso de todos los títulos tradicionales de nuestra Señora. ¿Es que decir que María es Madre de Dios no puede dar la impresión de que Dios no es eterno? ¡Si hasta se produjo un gran cisma por ese tema! Del mismo modo, tradicionalmente, María es Puerta del Cielo (¿pero no dice el Evangelio que Él es la puerta del redil?), Causa de nuestra Alegría (¿acaso no es Cristo la verdadera causa de nuestra alegría?), Reina del Cielo y de los Ángeles (¿no atentará eso contra la realeza de Cristo?), nuestra Señora (¿es que no es Cristo el único Señor?), Abogada nuestra (¿el Abogado no es el Espíritu Santo?), santa (pero “solo Tú eres santo, Señor”) y un largo etcétera.

El hecho es que, usado sistemáticamente, el criterio que nos da la nota doctrinal llevaría a la destrucción de toda la Mariología, no podríamos decir nada sobre la Virgen. No es casual que lo mismo suceda con Amoris laetitia, cuyos principios destruyen la totalidad de la moral católica. Lo cierto, por supuesto, es que los títulos de la Virgen nada quitan a Cristo, porque si los tiene es precisamente porque Ella es el ser humano más unido a su Hijo y que más perfectamente le ha imitado siempre en todo. Cuanto más ensalzamos a la Virgen, más estamos ensalzando a Cristo. La grandeza de María no es algo autónomo o conseguido por las fuerzas humanas, sino una obra maestra de la gracia de Cristo, que obra en “la humildad de su esclava”. Nada hay de extraño en esto, lo mismo sucede con los sacerdotes y el único y Sumo Sacerdote o con los padres y el Padre del cielo. Es de temer que, con el olvido de la escolástica, algunos hayan olvidado también el concepto fundamental de la analogia entis.

Otra característica de los documentos recientes es, a mi modo de ver, la autorreferencialidad y las citas creativas. Se trata de un clásico del pontificado anterior, como casi todo el mundo sabe. La inmensa mayoría de las citas de los documentos del Papa Francisco eran de documentos del propio Papa Francisco. Ahora, en Mater Populi fidelis se cita otra vez a Francisco. De nuevo irónicamente, nunca se había hablado tanto antes contra la autorreferencialidad y nunca se había practicado tanto esa disciplina.

Cuando se cita a otras personas, las citas se seleccionan cuidadosamente, ocultando todo aquello que vaya en contra de la novedad que se quiere defender, y apelando únicamente a aquello que interesa. En Mater Populi fidelis, se citan como autoritativas unas frases de Ratzinger en la que desconfía del término Corredentora, pero solo se citan en general y sin darles la más mínima importancia las veces en que San Juan Pablo II, Pío XI o Benedicto XV usan ese término (el primero de ellos mientras Ratzinger era Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe). ¿No convendría tomarse en serio los testimonios en contra de lo que afirma ahora el Dicasterio? Alguna fuerza tendrán, ¿no? Lo mismo sucedió en Amoris Laetitia, en la que directamente se omitía la doctrina anterior sobre los actos intrínsecamente malos y la prohibición de dar la comunión a los adúlteros no arrepentidos y se citaba a Juan Pablo II y a Santo Tomás ¡para decir exactamente lo contrario que Juan Pablo II y Santo Tomás! Esta forma de actuar no es seria y acarrearía un suspenso fulminante en cualquier tesis, tesina o humilde trabajo escolar. Que sea algo relativamente frecuente en los documentos magisteriales recientes es tristísimo.

Finalmente y de forma estrechamente unida a la precedente, podemos mencionar otra característica aún más grave: el un cierto desprecio implícito de la enseñanza anterior e incluso de la Escritura. Amoris Laetitia desestimó el magisterio de Benedicto XVI, Juan Pablo II y todos los papas anteriores, negó expresamente un dogma de fe al decir que Dios no siempre da la gracia para no pecar, contradijo directamente a la Escritura al decir que a veces Dios quiere que pequemos y que el adulterio a veces es lo que Dios nos pide, aunque no sea lo ideal. ¿Sobre qué base se asienta un magisterio que simplemente prescinde del magisterio anterior? ¿No es eso el equivalente de serrar la rama en que uno está sentado?

Quizá el caso más paradigmático fuera la ocasión en que el Papa respondió formalmente a unas dubia (no las famosas, sino otras) afirmando que hay “textos de las Escrituras y testimonios de la Tradición que hoy no pueden ser repetidos materialmente”. Confieso que nunca habría pensado que escucharía a un Papa diciendo expresamente que hay que prescindir de lo que enseña la Escritura en algunas cuestiones (a saber, cuando no coincide con lo que piensa el mundo).

En el caso de esta última nota doctrinal, llamativamente se prescinde de lo enseñado al respecto por doctores de la Iglesia (como San Alfonso María de Ligorio o San Juan Enrique Newman), varios papas y multitud de teólogos o la Escritura (“completo en mi carne lo que le falta a la pasión de Cristo”, “llevando siempre en nuestro cuerpo el morir de Jesús”, “estoy crucificado con Cristo”, “a ti una espada te atravesará el corazón”, etc.) y lo creído por una buena parte del pueblo fiel. 
Curiosamente, en otros casos se menciona lo que cree “la gente” como argumento para defender heterodoxias, pero, en cambio, si es algo piadoso sobre nuestra Señora, se puede prescindir de ello sin pensarlo dos veces. Algo similar, por cierto, a lo que ocurre con los defensores de la liturgia antigua (incluido Benedicto XVI), cuya opinión en este caso no parece importar en lo más mínimo). 
Como decía, yo no estoy capacitado para decidir si conviene utilizar o no el título de Corredentora, pero lo que me parece evidente es que resulta imprudente y autodestructivo despreciar a la ligera todo lo que han dicho sus defensores, incluidos algunos a un nivel bastante más alto que el actual cardenal Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

En fin, podrían mencionarse algunas otras características más, como una asombrosa tolerancia de la contradicción interna, pero no conviene alargarse más. Por desgracia, lo evidente es que todo este magisterio confuso está llevando y ha llevado ya en buena parte a un desprestigio generalizado del magisterio. No entre los no cristianos, ni tampoco entre los católicos heterodoxos, que nunca han hecho caso del magisterio, sino entre los fieles de a pie que aman a la Iglesia, se toman en serio su fe y, consciente o inconscientemente, notan que algo va muy mal. Es una situación anómala y muy preocupante.

Solo hay que leer los comentarios de los artículos de los lectores de cualquier portal católico y se descubre inmediatamente algo terrible: multitud de católicos serios y obedientes desconfían de lo que venga del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y otros órganos de la Iglesia. No son desobedientes, porque quieren obedecer, pero ni el más obediente de los hombres puede obedecer a lo contradictorio, ni creer en la confusión. Simplemente, no es posible

Así pues, la nota actual, al margen del tema concreto de la misma, pone de manifiesto que la confusión tan propia del pontificado anterior no se ha superado en absoluto. Antes o después (mejor antes que después) habrá que afrontar este problema.

En cualquier caso, como dice un amigo, quizá la nota doctrinal tenga un efecto inesperado: la definición futura como dogma de que nuestra Señora es Corredentora. A fin de cuentas, la definición de los dogmas suele realizarse cuando es necesaria, es decir, cuando hay quienes impugnan, con presupuestos erróneos, una parte de la fe creída por la Iglesia pacíficamente. ¿Podría suceder? No lo sé, pero sería, sin duda, una gran ironía, una “sorpresa del Espíritu” de las de verdad y quizá un paso en la dirección de desechar de una vez por todas la confusión magisterial que tanto daño nos está haciendo.
Bruno Moreno

Acerca del término corredentor (sacado de IA)


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Romanos 8:17: "Y si somos hijos, somos también herederos: herederos de Dios y coherederos con Cristo, con tal de que padezcamos con él, para ser con él también glorificados".

Colosenses 1:24: "Ahora me alegro de mis padecimientos por vosotros y completo en mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo en beneficio de su cuerpo, que es la Iglesia"

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La teología católica ha desarrollado a partir de Romanos 8:17 y de otros versículos (como Colosenses 1:24:) el concepto de "corredentores", que implica que los cristianos cooperan en la obra de redención de Cristo mediante sus sufrimientos y obras, unidos a Él, pero siempre dependiendo de la redención única y suficiente de Cristo.

Aunque la frase literal ("corredentor") no aparece, los principios de ser coherederos de la gloria de Dios y de participar en los padecimientos de Cristo (lo que teológicamente se interpreta como "corredención") están presentes en el Nuevo Testamento.

La frase "somos corredentores con Cristo" significa que los creyentes pueden asociarse con Jesús en la obra de la Redención, ofreciendo sus propias vidas y sufrimientos para la salvación de los demás. No se trata de que los creyentes realicen la Redención por sí mismos, sino de que participen en ella al unirse a la pasión y sacrificio de Cristo y vivir el Evangelio en el mundo.

Detalles clave:

  • Participación en la obra de Cristo: El término enfatiza la colaboración de los seguidores de Cristo en su misión redentora, recibiendo y viviendo la gracia que Él obtuvo a través de su sacrificio.
  • Asociación con el sufrimiento de Cristo: O sea, asociar los propios sufrimientos, penas y sacrificios a los de Cristo. Esto transforma el sufrimiento de ser un castigo en ser un acto de redención, purificación y elevación para uno mismo y para los demás.
  • Doble dimensión de la Redención: La Redención de Cristo tiene dos dimensiones:
    • 1. Sanante: Restaura la inocencia perdida por el pecado. 
    • 2. Elevante: Eleva al creyente a la condición de hijo de Dios y lo introduce en una comunión íntima con Él.
  • La salvación es un don que se recibe: La salvación obtenida por Cristo debe ser recibida y aceptada personalmente por cada individuo, abriendo el corazón a los dones de su gracia.

  • María como modelo: María es vista como la primera corredentora por su participación única en el sufrimiento de Jesús al pie de la cruz. Ella es el modelo a seguir para los creyentes que se asocian con la pasión de Cristo.

  • El rol de la Iglesia: La Iglesia, como el cuerpo de Cristo, es una comunidad de corredentores que colaboran en la edificación del reino de Dios.
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Es de gran interés la lectura del siguiente artículo de Infovaticana, con relación a la idea de corredentora que se suele atribuir a María y que se ha introducido también en este blog, precisamente por ello:

Vuelve «La Sacristía de la Vendée» tras la absolución del P. Delgado




Otro mal día para la sanchosfera religiosa. Después de la absolución del P. Custodio Ballester llega ahora el regreso de las tertulias de La Sacristía de la Vendée tras la absolución canónica del P. Delgado, que publica la sentencia íntegra.

Como si fuese un guion de película, poco después de ser comunicada la sentencia absolutoria, uno de los principales instigadores, contra el P. Delgado, el P. Loriente, fue encontrado en posesión de droga y compañías homosexuales a finales del verano conmocionado a toda la diócesis de Toledo y toda España con el escandalazo. Quedan todavía por determinar el papel desempeñado otros actores de la diócesis de Toledo y Roma.

Aunque la sentencia del P. Delgado es del 28 de julio, hasta hoy no ha podido hacerla pública, ni siquiera dar su opinión públicamente por obediencia. Tal como relata:

Hace un año y medio tuve que anunciar, en obediencia, que dejaba las redes por mandato de mi Arzobispo. Dije que todo se debía a una calumnia de la que esperaba poder dar detalles algún día.

Ese día ha llegado. Durante este año y medio he tenido que enfrentarme a una cruel persecución orquestada por algunas personas a las que, por supuesto, he perdonado desde el primer momento. Esto me ha supuesto ser expulsado de mi ministerio, ser silenciado y ser sometido a un juicio penal canónico.


Hace año y medio decía:

Por orden directa de mi Arzobispo, me veo obligado a interrumpir la actividad en todas mis redes y a suspender mi participación en medios de comunicación. En esta ocasión no lo hago por mi propia voluntad.
No me queda más remedio que defenderme de una calumnia de la que espero…— Francisco J. Delgado (@PadreFJD) May 7, 2024



En este sentido llama la atención que el Arzobispado no haya emitido ninguna nota comunicando los hechos y restituyendo, al menos, la fama al acusado, especialmente cuando estuvo tan raudo emitiendo un comunicado condenándolo (y de lo que ha sido absuelto) o minimizando el escándalo del Vicario del Clero de Toledo. Tres meses para reparar parecen suficientes. No se espera de los medios de comunicación que lideraron el proceso, pero algunos sí confiaban en el arzobispo.

«La Sacristía»


El origen del caso está en la persecución desatada contra el canal de Youtube después de la denuncia pública de uno de los integrantes, el P. Góngora del simulacro de ceremonia religiosa gay protagonizado por un religioso hoy ya fuera de la diócesis de Madrid.

En este programa de regreso que titulan «El odio ante la Verdad: La vuelta de La Sacristía de La Vendée» contarán cómo ha sido el proceso además de tratar el último documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Mater Populi fidelis, y el debate en torno a los títulos de Corredentora y Mediadora de todas las gracias

Crónicas cucufatenses: el purgatorio (por Bruno Moreno)




Por estar ya en noviembre, mes en que conviene rezar especialmente por los difuntos, y deseoso de que mis lectores se beneficien de la sabiduría del pasado, me ha parecido oportuno traducir y traer al blog un nuevo fragmento de las Crónicas cucufatenses, recién traducido del códex latino de la Anthologia Fabularum Beati Cucufati Alexandriae Veteris (florilegio de historias del bienaventurado Cucufato de Alejandría la Vella, anacoreta).

El presente capítulo se titula “Claro que hay un purgatorio, tarugo” (Scilicet est purgatorium, asine!).

………

Cierto día, el bienaventurado Cucufato rezaba junto a la entrada de su cueva aprovechando el solecito del mediodía que, generalmente, le ayudaba a concentrarse y lograr una meditación mucho más profunda. Similar al sueño, pero totalmente distinta de este, claro.

Nada bueno dura mucho en este mundo sublunar y la meditación de Cucufato se interrumpió por un repentino presentimiento de que algo malo iba a pasar. Nuestro anacoreta abrió los ojos, inquieto, y vio llegar a lo lejos a un hombre. Sintió que un escalofrío recorría su espalda y, elevando los ojos al cielo, rezó así:

—Bendito seas, Señor, que has creado alacranes, mosquitos, charlatanes, parlanchines, pesados y otras plagas por razones que solo tu infinita sabiduría conoce. Y ahora que hablamos de eso, ¿no sería aún más perfecta la creación con un poco menos de todo eso? Es solo una sugerencia.

La oración de Cucufato tenía un cierto tono de urgencia, porque el hombre que se aproximaba era Remigio de Persépolis, también conocido entre los ermitaños menos piadosos como Remigio el Plastha, que, en persepoliano, significa “aquel que habla sin parar cuando la prudencia, la educación y la decencia humana más básica aconsejan callar”. Es un lenguaje admirablemente sucinto el persepoliano.

Fiel a su fama, Remigio iba hablando solo por el camino y moviendo mucho las manos, como si no pudiera pasar un solo instante sin irritar con su charla a algún ser animal, vegetal o mineral.

—La paz contigo, Cucufato —dijo Remigio al llegar a la puerta de la cueva—, sabio entre los sabios, lámpara de las conciencias … pesadilla de los herejes y varón virtuoso donde los haya … Mientras venía he visto un chacal, dos enormes leones … y un leopardo. Por poco no lo cuento, pero afortunadamente … no me arredro por nada, así que yo estaba allí y…

Conviene explicar que, por su afán de no ceder ni un instante al silencio, el Plastha hablaba disparando unas palabras tras otras, en un torrente verbal continuo e imparable excepto por las pequeñas pausas que usaba para respirar ruidosamente.

—Hola Remigio —respondió, lacónico, Cucufato, aprovechando una de aquellas pausas—. ¿Qué se te ofrece?

—Vengo a consultarte Oráculo de la Sabiduría, pozo de … ciencia e interpretador de sueños, tú que conoces los misterios…

—Sí, sí, sí. Todo eso y mucho más. Pero ¿qué quieres en concreto?

—Resulta que, movido por mi considerable humildad, se me ha ocurrido una cosa muy interesante y quiero preguntarte por…

—Abrevia, Remigio, por caridad, que el Señor vuelve y te va a encontrar parloteando.

—Bueno —dijo Remigio, haciendo un esfuerzo sobrehumano por ir al grano—, lo que yo quería era preguntarte por el purgatorio … Llevo días pensando en ello. No veo que tenga ningún sentido … ¿No podemos ir simplemente al cielo y ya está? ¿Para qué hace falta el purgatorio? ¿No será un cuento de viejas? Yo creo que…

Prudente como siempre, Cucufato reprimió un suspiro de cansancio y reflexionó algunos instantes en silencio, meditando la respuesta sin escuchar a Remigio, que seguía hablando sin parar.

—¿Quieres saber por qué existe el purgatorio? —le preguntó por fin—. Primero tienes que saber otra cosa. ¿Puedes decirme a qué distancia está el sol de nosotros?

—Er… Pues no. Mucha, supongo.

—Hace siglos, el gran sabio Eratóstenes de Cirene calculó geométricamente que el sol se encuentra a unos ochocientos miles de millares de estadios. ¿Entiendes?

—No.

—Si pudiera irse caminando hasta el sol y te pasaras la vida entera andando, día tras día y año tras año, necesitarías multitud de vidas para llegar y, felizmente, no tendrías tiempo para molestar a los demás. O sea, que está a mucha distancia, como decías. En fin, ahora que ya lo sabes, solo tienes que mirar fijamente al lejanísimo sol durante quince minutos —le indicó el anacoreta señalando hacia arriba— y comprenderás por qué existe el purgatorio.

—Estupendo. Ya sabía yo que tú podrías explicármelo y por eso pensé ayer en venir, pero luego pasó que por la mañana tuve otra idea y… —respondió Remigio, muy contento y levantando la cabeza.

Cucufato cerró otra vez los ojos sonriendo y contó en su interior:

—Uno, dos, tres…

—¡Un momento —exclamó el Plastha—, te estás quedando conmigo! No puedo mirar al sol durante quince minutos. ¡Me quedaría ciego!

—Dices bien, Remigio. No se te escapa nada. ¿Así que no eres capaz de mirar durante unos minutos al sol, a pesar de que está a una distancia casi inconcebible?

—Claro, brilla demasiado, no puedo soportarlo.

—Entonces, ¿cómo vas a presentarte sin más en el cielo y contemplar cara a cara a Aquel que creó el mismo sol y el universo entero? ¿Aquél cuya gloria brilla más que diez mil soles? ¿No crees que estarás bastante necesitado de unos añitos de purificación primero, so tarugo?

Remigio se quedó tan admirado de la sabiduría de Cucufato y su respuesta que, según cuentan los ancianos de la ciudad, volvió a Alejandría sin decir una sola palabra en todo el camino. Bien es verdad que nadie se enteró de ello, porque iba tan ensimismado que un león se lo zampó por el camino.

Mientras tanto, Cucufato, satisfecho por haber cumplido el deber de enseñar al que no sabe, volvió a su profunda meditación y continuó beatíficamente en ella hasta que pasó la hora de la siesta, obteniendo así grandes beneficios espirituales y corporales. Como el propio Cucufato sentenció en otra ocasión: es duro tener vocación de anacoreta, pero a alguien tenía que tocarle.

Moraleja de sabiduría cucufatiana: si crees que a ti no te hace falta purgar nada, eso quiere decir que aún estás más verde que los melones de Alejandría y que, de hecho, tu estancia con todos los gastos pagados en el purgatorio se va a contar por siglos, más que por años.