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jueves, 13 de julio de 2017

Aclarando ideas (IX): La Eucaristía es menospreciada. Medidas de gobierno inmisericordes (Froilán Aulé)



La Eucaristía es menospreciada

A la par del magisterio ordinario expresado en documentos está el otro, hecho de imágenes que, como fue dicho, en una cultura icónica donde poco se lee o escasamente sólo titulares, ese otro cuenta mucho.

En ese orden de cosas se manifiesta el tratamiento a la Eucaristía, por ejemplo, nunca se ve al Papa Francisco arrodillarse durante la celebración. Se intenta explicar aduciendo que no se arrodilla debido a un problema en la columna. ¡Problema que parece no contar cuando en cambio aparece en las fotos arrodillado ante protestantes para que recen por él o cuando se inclina -doce veces! - en los lavatorios de pies de sus "reformados" Jueves Santos.



Además, en todos sus años como Pontífice nunca ha hecho la procesión del Corpus Domini.

(...) Ha reformado el Jueves Santo con un lavatorio de pies no a sacerdotes ni siquiera a católicos laicos sino a no creyentes, creyentes de otras religiones, mujeres y travestis. Y todo ello en deterioro de la memoria de la institución de la Eucaristía y del sacerdocio.

Otro hecho, ya no de menosprecio sino sacrílego, ha sido y es su decisión de admitir a la comunión a quienes viven en situación permanente de pecado mortal.

Quienes se oponen y defienden la doctrina de siempre en materia de uniones y Eucaristía son maltratados. A quienes defienden la doctrina y la moral católica, el Papa Francisco los descalifica tratándolos de fariseos, duros de corazón. Y lo hace repetidas veces en sus homilías de Santa Marta. (...)

Eso en cuanto al tratamiento verbal y luego en los hechos remueve a todo aquel que esté en contra de sus posturas modernistas.

Medidas de gobierno inmisericordes

Así se pueden calificar -inmisericordes- no sólo por el brusco modo en que fueron tomadas sino, además, por las consecuencias que han dejado. Lo significativo es que tales medidas estuvieron y están dirigidas en una misma dirección: contra todo lo que significa ortodoxia y -como en el caso de los conventos de clausura- un bien de y para la Iglesia.

Entre las primeras de tales medidas estuvo la inmediata defenestración del Cardenal Raymond L. Burke del Tribunal de la Signatura Apostólica, o sea como cabeza de la Iglesia de todos los tribunales eclesiásticos. Lo mismo hizo con otro Cardenal de sanísima ortodoxia, Mauro Piacenza, a quien, entre sus primerísimas medidas, quitó del cargo de Prefecto para el Clero.

La demolición de la comunidad modelo, llena de vocaciones de ambos sexos, Franciscanos de la Inmaculada. Para la medida blitz sirvió como excusa el hecho que un grupo dentro de la comunidad masculina se había quejado que la única Misa celebrada era la latina del rito antiguo [lo cual, además, era falso]. Eso bastó para establecer un comisariato, y en un evidente abuso de poder hacer lo mismo con la rama femenina, donde no había habido ninguna queja. A cargo del comisariato de la rama femenina se puso a una religiosa progresista. 

Remoción del Obispo de Ciudad del Este, Paraguay, Mons. Livieres, [un obispo del Opus Dei, en solitario] bajo la acusación de romper la unidad del episcopado. En Ciudad del Este había ocho capillas de adoración perpetua y un seminario modelo fundado por este obispo. La acusación era la de haber "roto" la unidad cuando, con pleno derecho como obispo, había fundado su propio seminario donde la enseñanza era de acuerdo a la sana ortodoxia de la fe y la moral católica. A partir de entonces dejaba de haber un único seminario en Paraguay y eso era intolerable. Un dolorido Livières, ante tal injusticia, le escribe al Papa Francisco diciéndole: "que Dios le perdone lo que ha hecho". Poco tiempo después Mons. Livières fallecía. 

Así como ocurrió con Mons. Livieres también pasó con Mons. Leonard, Arzobispo de Bruselas. El modernismo en Bélgica se había instalado en el post Concilio y los protagonistas fueron los Cardenales Suenens y su sucesor Daneels (sí, ¡el mismo del grupo San Galo!). Benedicto XVI trató de contener el proceso de devastación nombrando a Mons. Leonard como Arzobispo de Bruselas. Al llegar este último a los 75 años fue inmediatamente sustituido por el ex Obispo auxiliar de Daneels, de Kesel, y así se ha vuelto a lo de antes, es decir a traer el espíritu del mundo a la IglesiaPor eso, no debería causar sorpresa -sí tristeza e indignación- que, por ejemplo, la Iglesia belga no haya dicho ni una palabra de condena ante el primer caso de eutanasia infantil. Y también, como el caso paraguayo, que el único seminario con muchas vocaciones fundado por Mons. Leonard fuese obligado a cerrar con la excusa que hay demasiados seminaristas franceses (¡¡!!).

Mediante la Constitución Apostólica "Vultum Dei quaerere" - que deroga las disposiciones de otra Constitución anterior del Papa Pío XII- obliga a todas las comunidades femeninas de clausura a formar federaciones y a abrir la clausura para estudios fuera de ella. De ese modo, las abre al mundo -dejando de ser lo que por esencia son- y quitando toda autonomía a los monasterios. El estar federados hará que los buenos conventos impolutos, de estricta observancia, se vean ahora arrastrados por quienes dirijan las federaciones y terminen contaminados con el mundo. Los monasterios de clausura han sido el puntal que sostiene a la Iglesia, el pulmón con que respira. 

El prefecto de la Congregación para el Culto Divino y disciplina de los sacramentos, el Cardenal Robert Sarah, un hombre santo y sabio, de sólida doctrina, (...) que, además, fue muy probado en su país, Guinea, en época de la dictadura comunista) ... como su línea en liturgia es la del Papa Benedicto, su dicasterio es víctima -como escribe el vaticanista Marco Tosatti- de una purga sin precedentesDe la asamblea desaparecen los Cardenales George Pell, Malcom Ranjih, Raymond L. Burke, Angelo Scola, Angelo Bagnasco y Marc Ouellet, y en cambio aparecen como nuevos miembros los Cardenales Parolin (Secretario de Estado), Stella (Prefecto de la Congregación para el Clero, para muchos verdadera eminencia gris detrás del Pontífice) y Gianfranco Ravasi, quien participó de una ceremonia a la "Pacha Mama" en Argentina; Dew, Piero Marini, Domenico Sorrentino. 

El Cardenal Sarah, que como muchos Cardenales africanos había sido también muy crítico con la interpretación liberal de la Amoris Laetitia, sobre el tema de permitir la comunión a los divorciados vueltos a unir, con esta purga, queda en soledad en su propio dicasterio.

[Y podríamos seguir ...]

martes, 11 de julio de 2017

¿Qué le dijo Francisco al cardenal Müller cuando lo echó?

 

Esta noticia se puede ver en One Peter Five aquí  (Maike Hickson) y aquí (Steve Skojec), No hay nada nuevo aún en la historia de las cinco preguntas. 

En la curia vaticana no más de cinco años y después adiós. Pero del dicho al hecho... (por Sandro Magister)


Comentando en el diario "Allgemeine Zeitung" su propia remoción como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, acontecida el 2 de julio al caducar exactamente los cinco años de su mandato, el cardenal Gerhard Ludwig Müller dio a conocer que el papa Francisco "no quiere prolongar más los roles de curia después de los cinco años y que él era el primero en quien se ha aplicado esta praxis".

Que la remoción de Müller es la primera de este tipo está fuera de toda duda. Tan cierto es que en los días anteriores otros dirigentes de la curia con su mandato expirado han sido mantenidos por el Papa en su puesto. Pero queda por ver si en el futuro serán efectivamente removidos todos los que lleguen poco a poco al término de sus quinquenios.

A Francisco le gusta moverse con mucha libertad respecto a las reglas, que incluyen entre otras dos techos de edad: los 75 años, cuando se debería entregar al Papa la propia carta de renuncia, al igual que los obispos residenciales, y los 80 años, cuando automáticamente se debería cesar en todos los cargos curiales.

Por ejemplo, el decano del tribunal de la Rota Romana, monseñor Pio Vito Pinto, tiene 76 años pero continúa firme en su puesto. Es dudoso que Francisco se quiera privar de él el próximo 22 de setiembre, cuando concluya su quinquenio.

En efecto, el Papa se ha confiado "in toto" a Pinto para la reforma de los procesos de nulidad matrimonial, a pesar de sus mediocres credenciales de canonista y las críticas que han llovido sobre él a causa de las incoherentes modalidades de los nuevos procedimientos.

No sólo eso. El pasado 19 de junio Francisco ha puesto al lado de él, como canciller, a su protegido Daniele Cancilla, primer laico promovido a este rol importante a pesar que por mala conducta fue despedido por la Conferencia Episcopal Italiana, donde se había ocupado durante mucho tiempo de las ayudas a las diócesis extranjeras, pero donde tuvo también estrecha amistad precisamente con el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, uno de los beneficiados.

Volviendo al caso Müller se advierte además que Francisco está remodelando a su gusto la Congregación para la Doctrina de la Fe, no sólo con la remoción del prefecto no querido por él, sino más todavía con el anterior e inesperado nombramiento como sub-secretario de un hombre muy ligado a él, monseñor Giacomo Morandi, llamado allí desde afuera – era vicario general de la diócesis de Modena – por consejo del cardenal Beniamino Stella, ex nuncio en Cuba y en Colombia y ahora prefecto de la Congregación para el Clero, quizás el más íntimo con Bergoglio entre todos los cardenales de la curia.

Es por indicación de Morandi que el Papa despidió en el acto hace algunos meses a tres altos funcionarios de la Congregación para la Doctrina de la Fe muy estimados por Müller. Un despido que ha suscitado mucho revuelo.


[Es preocupante esta reforma de la curia que está teniendo lugar, a las órdenes y con el estilo de Jorge Mario Bergoglio. Dentro de poco ya no va a quedar en la curia ningún cardenal que pueda oponerse al Papa. ¡Que hablen ya los cardenales que son fieles, antes de que los despidan!]

Pero veamos más en detalle el estado de servicio de varios funcionarios de la curia que han llegado al límite de edad en los días y en los meses pasados, pero que permanecen en sus puestos.

- El 1 de julio pasado, el día anterior a la remoción de Müller, terminó su quinquenio, el segundo, también el cardenal argentino Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales. Pero todavía está allí.

- El 26 de junio terminó su quinquenio el arzobispo inglés Arthur Roche, secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Pero el cardenal prefecto Robert Sarah todavía lo encuentra a su lado, no ciertamente con placer, vistas las respectivas y contrastantes orientaciones.

- El 15 de febrero pasado terminó su segundo quinquenio el cardenal Francesco Coccopalmerio, presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos. Pero el papa Francisco no lo ha desplazado de allí, a pesar de haber pasado ya los 79 años de edad. Alistado entre los defensores de la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar, Coccopalmerio parece resistir también al escándalo que ha abatido hace tres meses a su secretario, monseñor Luigi Capozzi, sorprendido in fraganti por la gendarmería vaticana en su departamento, en el palacio del Santo Oficio, durante una orgía de drogas y homosexualidad.

- El 18 de agosto del 2016 cumplió los 75 años el cardenal Beniamino Stella, prefecto de la Congregación para el Clero y muy escuchado por el Papa. Pero sigue estando en su cargo.

[No hay que ser muy inteligentes para darse cuenta de cuáles son las intenciones de Francisco con respecto al futuro de la Iglesia, cuando él falte. Diríamos que quisiera perpetuarse en el tiempo como el hombre que pasó a la historia por haber cambia la Iglesia de Jesucristo por suya propia. La nueva iglesia de Francisco estaría más conforme al espíritu del mundo y sería más "abierta"(¡al pecado, claro está!) que la de Jesús. Desde luego, Dios tiene que actuar y hacerlo pronto]


Y ahora veamos una lista de cabezas de curia que llegarán a su final en un futuro próximo y que el Papa – según lo referido por Müller – debería despedir sin más.
- El próximo 1 de setiembre le tocaría al cardenal Jean-Louis Tauran, cuando llegue a la terminación de su segundo quinquenio como presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso.

- El 3 de setiembre será el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo de la Cultura, quien termine su segundo quinquenio. Y el posterior 18 de octubre cumplirá 75 años.

- El 8 de setiembre cumplirá 75 años el argentino Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias y de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales. Y el año próximo, el 5 de octubre del 2018, terminará también su cuarto quinquenio de servicio.

- El 22 de setiembre, como se dijo antes, también terminará el quinquenio monseñor Pinto, de 76 años de edad, decano de la Rota Romana.

- El 1 de octubre cumplirá 75 años el cardenal Giuseppe Bertello, presidente de la gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano.

- El 1 de octubre terminará su segundo quinquenio de maestro de las ceremonias pontificias monseñor Guido Marini.

- El 7 de diciembre será el arzobispo Georg Gänswein, secretario del "Papa emérito" Joseph Ratzinger, quien termine su quinquenio de prefecto de la Casa Pontificia.

- El 3 de febrero del 2018 cumplirá 75 años el cardenal Domenico Calcagno, presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), y en estrechas relaciones con el papa Francisco, y que permaneció en su rol también después del vencimiento de su primer mandato quinquenal, el 7 de julio del 2016.

- El 6 de abril del 2018 será monseñor José Rodríguez Carballo quien llegue al término de su quinquenio de secretario de la Congregación para los Religiosos.

- El 9 de julio del 2018 llegará a su término el segundo quinquenio del cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, que en esa fecha tendrá 80 años de edad.

- El 10 de julio del 2018 cumplirá 75 años el arzobispo Joseph Augustine Di Noia, secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, confirmado en este rol el 21 de setiembre del 2013 "hasta que cumpla los 75 años de edad".

- El 3 de agosto del 2018 terminará su quinquenio como limosnero de Su Santidad el arzobispo Konrad Krajewski.

- El 21 de setiembre del 2018 terminará su quinquenio como secretario general del Sínodo de los Obispos el cardenal Lorenzo Baldisseri, ya ahora con 77 años de edad, otro predilecto del papa Francisco.

- El 12 de octubre del 2018 será el turno del arzobispo brasileño Ilson de Jesus Montanari, al término de su primer quinquenio como secretario de la Congregación para los Obispos, querido en este rol crucial por el papa Francisco en persona, como su referente directo.

*
TEÓRICAMENTE todos ellos deberían ser dados de baja, uno después del otro, según la praxis aplicada por primera vez con el cardenal Müller


¿PERO EN LA PRÁCTICA, QUÉ HARÁ FRANCISCO? Las apuestas están abiertas.

Sandro Magister

lunes, 10 de julio de 2017

CONCILIO VATICANO II: El mito de la hermenéutica de la continuidad (Javier Navascués)


La papolatría es un hecho muy extendido en la Iglesia católica. Muchos fieles tienden a infalibilizar todo lo que dice el Papa sin saber que el sucesor de Pedro sólo es infalible en condiciones muy restringidas y determinadas, cuando habla ex catedra, hecho que en la práctica se da muy pocas veces. Los grupos conservadores y muchos fieles en la Iglesia tienen una especial veneración por el Concilio Vaticano II y los documentos conciliares. Un concilio meramente pastoral al que elevan en la práctica a la categoría de dogmático e inerrante. Siguiendo la tesis de Benedicto XVI de la hermenéutica de la continuidad quieren interpretar el Concilio Vaticano II a la luz de la Tradición, sin rupturas ni fisuras, sin el más mínimo error, dando por bueno todo. Esto no puede ser.

José María Permuy profesional en el ámbito educativo. Conferenciante y autor de numerosos artículos relacionados con la doctrina tradicional de la Iglesia. En esta ocasión nos explica porque no se puede hablar con propiedad de hermenéutica de la continuidad.

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- ¿Por qué no puede admitirse esta tesis?

Porque es una verdad a medias, por muy bien intencionada que pueda ser. Es cierto que hay textos conciliares que admiten una doble o múltiple interpretación. Pero en ello, precisamente, reside el problema. Si esos textos fueran claros, no darían lugar a interpretaciones diversas. El problema de fondo, pues, no son las interpretaciones subjetivas, sino las ambigüedades y contradicciones objetivas en que incurren algunas de las afirmaciones del Concilio Vaticano II cuando se comparan con el Magisterio de siempre

Es verdad que a lo largo de los años los Papas han tratado de aclarar algunas cuestiones doctrinales, como el primado del Papa o la necesidad de Cristo y su única Iglesia para la salvación. Pero no es menos cierto que, en otras ocasiones, los Papas, incluido Benedicto XVI, han favorecido, teórica o prácticamente ideas conciliares contrarias o ajenas a la Tradición de la Iglesia, tales como la separación entre la Iglesia y el Estado, los encuentros ecuménicos e interreligiosos para orar juntos, el reconocimiento del “martirio” de los herejes y cismáticos, la traducción de la Misa a las lenguas vernáculas y la progresiva introducción o permisión de la comunión en la mano, los ministros extraordinarios de la Eucaristía y las niñas monaguillo… Francisco no hace otra cosa sino llevar hasta sus últimas consecuencias esas erróneas ideas.
Si los propios Papas han incurrido en interpretaciones heterodoxas en algunos importantes aspectos, es porque los textos conciliares se lo han permitido. Es evidente que, si se atuvieran a encíclicas como Mortalium animos, Mediator Dei, Quas primas, Vehementer nos, o Inmortale Dei, ello no hubiera sido posible.

- ¿Qué supuso realmente el Concilio Vaticano II para la Iglesia?

A raíz del Concilio se ha hecho más visible una falsa “iglesia” que parasita la única Iglesia de Cristo, que es la católica. Afortunadamente la Iglesia es una e indivisible. La doctrina no cambia. La unidad de gobierno, bajo la autoridad del vicario de Cristo, no cambia, aun cuando en ocasiones, tal como enseña Santo Tomás de Aquino, tomando ejemplo del apóstol san Pablo, los fieles tengamos el derecho, y aun el deber, de enfrentarnos al Santo Padre y corregirle si toma decisiones que ponen en riesgo la integridad de la doctrina de la fe o la salvación de las almas.
Hasta el Concilio Vaticano II los herejes abandonaban la Iglesia o eran expulsados de ella. Los heterodoxos eran amonestados y castigados. Hoy están dentro, muy adentro. Son cardenales, obispos, sacerdotes, teólogos. No se van, No quieren irse. Prefieren quedarse dentro y tratar de que sus errores se impongan en la teoría o, al menos en la práctica. Lo peor es que los Papas apenas intervienen. En ocasiones no solo no se oponen sino que siguen o impulsan algunas de esas corrientes novedosas y heterodoxas.

Las puertas del infierno no prevalecerán. Es una promesa de nuestro Divino Salvador, Pero ello no quiere decir que, como advirtió Pablo VI, el humo de satanás no haya podido infiltrase en la Iglesia y provocar un proceso de autodemolición de la misma. ¿Lograrán Satanás y sus peones demoledores echar abajo la Iglesia? No. ¿Podrán causarle gravísimos desperfectos? Sin duda. En ello estamos.

- ¿Podría hacer una distinción entre las partes erradas, ambiguas e indiferentes de los documentos conciliares?

Con respecto a esto, para ser sinceros y ecuánimes, hay que empezar por reconocer que no sólo existen partes erradas, ambiguas e indiferentes, sino que la casi totalidad de las enseñanzas del Vaticano II son plenamente ortodoxas, edificantes, conformes con el Magisterio extraordinario y con el Magisterio ordinario universal de la Iglesia, así como, consecuentemente, con la Tradición católica. Pero, como es sabido, para ser hereje basta con negar una sola verdad de fe, aunque se defiendan vehementemente todas las demás.

Por otra parte, no todo error teológico es necesariamente una herejía. Aunque no por ello deja de ser error y, por tanto, peligroso y rechazable. El Concilio Vaticano II contiene afirmaciones indiferentes. Por ejemplo, cuando habla de la importancia de los medios de comunicación u otros asuntos similares que no tienen relación directa con la fe y la moral.

Contiene documentos ambiguos, como Dignitatis humanae, que, por un lado, afirma dejar íntegra la doctrina tradicional católica acerca de los deberes de las sociedades para con Cristo y la verdadera religión, pero por otro lado, sostiene, en oposición al Magisterio Tradicional, que la libertad de difundir públicamente las religiones falsas es un derecho que los Estados deben respetar.

Existen errores, como afirmar, sin mayores aclaraciones, en contra de lo establecido en el Concilio Ecuménico de Florencia, que los herejes y cismáticos pueden ser mártires si derraman su sangre por confesar a Cristo.

Y no olvidemos los silencios cómplices, como la ausencia de condena moral explícita al comunismo. No es lugar esta entrevista para hacer una enumeración exhaustiva de las ambigüedades y errores del Vaticano II. Para abundar en el tema, recomiendo tres libros: Iota unum, de Romano Amerio; Vaticano II, una explicación pendiente, de Brunero Gherardini; Sinopsis de los errores imputados al Concilio Vaticano II, Sí, sí, no, no.

- Por lo tanto no sería parte de la Tradición todo lo enseñado allí…

Desde luego que no. En materias como la libertad religiosa, las relaciones entre la Iglesia y la comunidad política o el papel de las religiones falsas y las comunidades heréticas y cismáticas en la salvación de los hombres, por poner solo algunos ejemplos, hay enseñanzas novedosas, no compatibles con la Tradición.

- Monseñor Lefebvre fue contrario a los errores del Concilio y firme en defensa de la Tradición…

Ciertamente Monseñor Lefebvre ha sido, no sé si el primero, pero sí el más destacado Pastor de la Iglesia que, desde el principio y hasta su muerte, perseverantemente, denunció los errores, contradicciones, omisiones y ambigüedades del Concilio Vaticano II. Hoy, cuando contemplamos atónitos como un día tras otro Francisco impulsa lo peor del Concilio Vaticano II hasta sus consecuencias más extremas y nefastas, la figura de Monseñor Lefebvre deslumbra más que nunca como la de un hombre profético.

- ¿Por qué los grupos conservadores defienden ciegamente el Concilio?

No es fácil encontrar una explicación. De hecho, puede haber muchos motivos y no siempre ni en todos los casos impulsados por mala fe y voluntad. En el caso de algunos obispos, sacerdotes y superiores de órdenes religiosas y congregaciones, es muy posible que, aunque quieran autoconvencerse de que lo hacen por obediencia, pese en ellos el miedo a las represalias, perder su cargo, incluso su sustento diario; el riesgo de ser intervenidas sus comunidades por la Santa Sede…

Otro motivo es lo que muchos denominamos papolatría. Considerar que los Papas no se pueden equivocar nunca cuando hablan en materia de fe y moral. El Concilio Vaticano I definió la infalibilidad del Papa cuando se dan determinadas condiciones: que expresamente quieran definir como definitiva una verdad referente a la fe o la moral.  Ello implica que, si no se dan esas condiciones, los Papas no necesariamente están asistidos por el Espíritu Santo con el carisma de la infalibilidad, pueden errar. También en cuestiones de fe y moral. Si no fuera así, el Concilio Vaticano I hubiera definido que el Papa no se equivoca nunca cuando habla de fe y moral, y punto. Sin más distinciones, matices, aclaraciones y disquisiciones. Por otra parte, los Papas, aún sin proferir o escribir herejías, no están exentos de la posibilidad de pecar favoreciéndolas, por acción u omisión, como demuestra el caso del anatematizado Papa Honorio I.

Otra razón por la cual hay católicos no progresistas que defienden el Concilio Vaticano II es que, como Benedicto XVI, consideran que los pasajes oscuros o ambiguos del Concilio pueden ser reinterpretados a la luz de la Tradición. Es decir, si existe un párrafo oscuro, se proyecta la luz de la doctrina tradicional y ya todo se aclara. No aciertan a reconocer que lo malo es que el párrafo, en sí mismo, sea oscuro
Además, no todo el mundo tiene un conocimiento del Magisterio Tradicional de la Iglesia como para reinterpretar correctamente esos oscuros textos. De hecho, el Concilio Vaticano II se ha convertido en el casi único texto magisterial de referencia para todos los católicos. ¿Dónde se imparten ya las enseñanzas de Trento o el Magisterio de los Papas anteriores al Vaticano II?
Por eso, lo que hay que hacer, no es proyectar luz sobre los textos oscuros, sino cambiar esos textos para que en sí mismos y para todo el que los lea, sean claros

[ESTO, A MI ENTENDER, ES DE SUMA IMPORTANCIA]

También hay quienes, aprovechando que en el Concilio Vaticano II, junto con expresiones o afirmaciones sombrías sobre algún tema, coexisten otras que sí son nítidas y acordes con la Tradición, lo que hacen es destacar estas últimas y obviar las primeras. Hacen lo mismo que los progresistas, pero en sentido contrario.

Javier Navascués

sábado, 8 de julio de 2017

¿Es católico el papa Francisco? [2 de 2] (por José Martí)

[Para leer la primera parte hacer clic aquí]
El ateo Eugenio Scalfari y el papa Francisco
- Me parece que sí. Pero eso es sólo algo anecdótico. De algún modo él se corrige a sí mismo en lo segundo que dice. ¿Podrías ponerme algún ejemplo más? Sólo uno, porque no quiere cansarte ... ni cansarme.

- ¡Hay tantos! ... Pero mira: En este mismo blog, en los comienzos del Pontificado de Francisco, hay una entrada que me impresionó favorablemente y por eso la coloqué [luego he ido haciéndome consciente de que no importa que las palabras sean bonitas pues, a veces, se quedan sólo en eso. Y el fondo ortodoxo que uno supone que contienen no es tal ... aunque esto lo he aprendido con el tiempo]. Fue el 23 de abril de 2013, en que el papa celebró el día de san Jorge, su patrón. Después de dar gracias a todos por haber venido; y sin papeles, pero apoyándose en el Evangelio del día, siguió un guión centrado en tres ideas:  La relación entre la expansión misionera de la Iglesia (empujados por el Espíritu Santo) y la persecución de los cristianosel papel de la Iglesia como madre y la alegría que siente el apóstol al evangelizar.

Centrándome en el segundo punto estas dos ideas fueron las que destacó: 
  1. No es posible encontrar a Jesús fuera de la Iglesia
  2. Es necesario pedir al Señor el fervor apostólico que nos empuje a transmitir el nombre de Jesús en el seno de la Iglesia, que es jerárquica y católica.
Como ves, bellas palabras que, en principio, son intachables. El problema surge cuando nos encontramos con otras palabras, dichas igualmente por Francisco, tales como: 

"El proselitismo es una solemne tontería" 

[Pero, ¿acaso no ha hablado del fervor apostólico necesario para transmitir el Nombre de Jesús? ¡A ver si nos aclaramos!]

"Pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América" 


¿Pedir perdón por hacer el bien y dar a conocer a Jesucristo a aquellos indígenas cuyas prácticas no eran, precisamente, angélicas? Falta cierto conocimiento de la Historia de América tanto en estos 500 años de evangelización como en los siglos anteriores. Esta colosal obra evangelizadora ha sido elogiada a lo largo de los siglos por las voces más autorizadas de la Iglesia. Además, debemos saber que la Iglesia, aunque formada en su parte visible por miembros sujetos al error y pecadores, es , en sí misma, santa e inmaculada. Así lo decimos en el Credo: Creo en la Iglesia, que es Una, Santa, Católica y Apostólica. No se pueden atribuir los errores y pecados de algunos individuos de la Iglesia, a la propia Iglesia, en cuanto tal] 

Francisco: “Los que son cristianos, con la Biblia, y los que son musulmanes, con el Corán”. “La fe que os dieron vuestros padres os ayudará a salir adelante.” 


[Si esto es así, entonces parece ser que cuando Francisco dijo -más arriba- que no es posible seguir a Jesús fuera de la Iglesia, no se estaba refiriendo a que fuera de la Iglesia no hay salvación, ni a que Jesucristo sea el Único por medio del cual podamos salvarnos. Simplemente, lo que quería decir es que para ser católicos hay que estar en la Iglesia ... no mucho más. El lenguaje ambiguo que utiliza Francisco nos hace caer, muchas veces, en el error de pensar que ha dicho algo ortodoxo cuando, en realidad, se trata de verdades a medias o, lo que es igual o peor, mentiras a medias, que son las que más confunden ... ¡Por supuesto que no se puede encontrar a Jesús fuera de la Iglesia! , como dijo Francisco y como sabemos todos ... pero no es suficiente acabar ahí el mensaje, como si ya estuviese dicho todo. Ése es el engaño, y tenemos que estar prevenidos pues, por lo que parece y según Francisco -y no sólo según él- la salvación puede encontrarse en cualquier religión e incluso aun cuando no se tenga ninguna. Y esto es una blasfemia contra el primer Mandamiento]

- Creo que empiezo a comprender el porqué del título de esta entrada.

- Y, por si aún no ha quedado lo suficientemente claro, el video del papa de enero de 2016, comentado por mí, es lo suficientemente explícito para dejarnos con la idea de una especie de religión universal, en la que el único "dios" es el hombre. La noción de Dios es relativa. Cada cual se fabrica un "dios" a su medida. Todo es relativo, excepto la afirmación de que "todo es relativo", la cual es absoluta. Como puedes ver, éstas y casi infinitas declaraciones más (u omisiones) de Francisco son las que me llevan a concluir que, definitivamente, el papa Francisco no es católico.

- Me dejas perplejo ... porque, entonces, ¿tenemos o no tenemos Papa? Lo digo porque, dada la infinidad de herejías y de blasfemias y de doctrinas contrarias a la fe de siempre ... que surgen de su boca, propiamente hablando no sería Papa, dado que no está dando testimonio de Jesucristo

-Es difícil contestar a esa pregunta. Viene a decir lo siguiente. Si está claro que el Papa es hereje, y puesto que eso es contradictorio, está claro que Francisco no es Papa ... y  nunca lo habría sido, en realidad. 

En principio eso es correcto: No es posible confesar a Jesús, al mismo tiempo que se está negando su divinidad, puesto que, decir: "los católicos con la Biblia", "los musulmanes con el Corán", etc ... equivale a afirmar que hay un Dios, un Ser, que no sabemos cómo es ... y que luego, cada uno se fabrica a su medida. Unos hablan de Jesús, otros de Mahoma y Alá, otros de Buda, ... ¿qué más da? Decir que no existe un dios católico, como así dijo en su entrevista con el ateo Scalfari [a quien por cierto, ha llamado de nuevo por teléfono] equivale a afirmar, en su idioma neomodernista, lo que luego dijo, de modo taxativo, y que ya he comentado en este blog: que Dios no puede ser Dios sin nosotros . 

En palabras más claras: Dios es un invento del hombre (aunque Francisco no usa este lenguaje directo e inequívoco): para un católico Dios es Jesús, para un musulmán es Alá, para un judío es Yavé, para un budista es Buda, ... Volvemos, otra vez, al pabellón de los dioses: Júpiter, Neptuno, Marte, Venus, Baco, ... lo que supone un auténtico retroceso en la historia de la humanidad. El verdadero progreso vino con Jesucristo, quien se manifestó como el Único y verdadero Dios, en quien se cumplían todas las promesas hechas por Yavé al pueblo judío en el Antiguo Testamento

Por no inclinarse ante los falsos dioses y proclamar que sólo hay un Dios y que éste se ha manifestado en Jesucristo, muerto y crucificado, los primeros cristianos estuvieron dispuestos a dar su vida y morir antes que traicionar a Jesucristo. Sin embargo, según Francisco, la fórmula de la felicidad, es "vivir y dejar vivir". Es evidente que el ser católico, para Francisco, no es algo esencial, algo sin lo cual la salvación es imposible. De ahí su interés por el "ecumenismo", por el "diálogo" interreligioso; todo queda reducido al sentimiento, en una especie de sincretismo o mezcla de religiones, en donde cada uno reza a "su dios" ... ¿a qué dios? ... porque es que, aunque como católico adores a Jesucristo, éste no dejaría de ser "otro dios más, dentro de ese conjunto de falsos dioses",  al cual  -eso sí- sólo puedes encontrar dentro de la Iglesia: ¡He aquí el engaño! 

Quienes así actúan no están considerando a Jesucristo como el Único Dios, pues piensan que los demás lo están haciendo bien, todos y cada uno, cuando adoran a "su dios". Se trata de un auténtico ataque a la divinidad de Jesucristo y, por lo tanto, de algo diabólico ... [el beso al Corán del papa Juan Pablo II es algo difícilmente explicable; aunque yo no entro aquí en juicios de ningún tipo. Expreso sólo mi desconcierto ante esa imagen que ha recorrido todo el mundo] 

Y es que el problema de fondo no es tanto Francisco, como el Concilio Vaticano II, con el que hay que comulgar sí o sí.  No parece sino que se quisiera cambiar la historia,  haciendo creer a todos que la Iglesia comenzó con el Concilio Vaticano II, hace poco más de cincuenta años: ¡ curiosamente, el CVII fue un concilio que nació siendo puramente "pastoral" y que, sin embargo, no sólo no es pastoral sino que, para colmo y pese a que se diga otra cosa,  es lo cierto que, a raíz de este concilio, se están pasándose por el arco del triunfo muchos de los dogmas de fe de la Iglesia, entre ellos el de la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía (aunque no se diga claramente). 

Ahí tenemos, sin ir más lejos, la exhortación "Amoris Laetitia" que rompe con la indisolubilidad del matrimonio, siendo ésta un elemento esencial en la fe de cristiano, puesto que así fue explícitamente establecido por Jesucristo: "El que se casa con otra, adultera" ... ¡y ahora incluso se comulga, en estado de adulterio, en bastantes diócesis ... todo ello permitido por sus cardenales! ¿Esto es católico? NO, no lo es.  

Se quiere, por todos los medios, canonizar el Concilio Vaticano II. De hecho ya se han canonizado o beatificado a todos los papas que ha habido desde su inicio: Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II, ... Sólo falta canonizar en vida a Benedicto XVI y al propio Francisco ... ¡Un auténtico disparate, en mi opinión!. Porque, además, eso suele coincidir (¡pura casualidad!) con el olvido de los grandes santos que ha tenido la Iglesia. 

Y, en concreto, hay que decir que el olvido y el desconocimiento de santo Tomás de Aquino por los aspirantes al sacerdocio está suponiendo un grave daño para la Iglesia, como bien lo anunciaba ya el papa San Pío X.

- Sigue, por favor. Estoy que no salgo de mi asombro

- El problema que está planteado, a mi entender, es de tipo jurídico y formal. Nosotros, como seglares, no podemos hacer nada ... en este sentido... pues la Iglesia necesita de una cabeza visible. No podemos hacernos cada uno nuestra Iglesia. Eso es absurdo. Tendrían que ser los cardenales quienes hablaran. Ya cuatro de ellos (uno de los cuales falleció el 5 de julio) le presentaron unas Dubia a Francisco acerca de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, a las cuales no contestó. Luego, el 19 de junio, después de conocerse que el 25 de abril pidieron audiencia al Papa, se hace pública esta nueva petición. Y nos enteramos de que tampoco han recibido respuestaEl Papa calla y mientras tanto, no deja de nombrar cardenales afines a su modo de pensar y, al mismo tiempo, va "destituyendo" (de manera más o menos encubierta) a quienes se mantienen fieles a la Tradición de la Iglesia de siempre. Un proceso que va "in crescendo", de modo acelerado. 

Hay muchos otros cardenales que están de acuerdo con estos tres cardenales (pues ya no son cuatro, al haber fallecido uno de ellos), pero tienen miedo, por decirlo de algún modo. No quieren perder sus privilegios o vete tú a saber cuáles son las razones por las que callan. 

Se requiere, se hace precisa, una denuncia formal por parte del mayor número posible de cardenales, de aquellos que aún no hayan perdido la fe en Jesucristo, como verdadero Dios y verdadero hombreY esto debe de darse ¡ya! Con razón se quejaba el Señor en la parábola del administrador injusto (cfr Lc 16, 1-8) cuando decía que "los hijos de este mundo son más sagaces para sus cosas que los hijos de la luz" (Lc 16, 8): ¡Qué razón tenía! ... aunque lo dice como queja, en mi opinión, pues su deseo es que, en ese sentido, también deberíamos de ser astutos los que queremos ser sus discípulos: "Mirad que os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como serpientes y sencillos como palomas" (Mt 10, 16)

- Entonces, ¿qué? ... porque sigues sin contestar a mi pregunta. ¿Tenemos o no tenemos Papa? ¿Es que está la sede vacante?

- Yo me atrevo a decir, aunque es una simple opinión, lo que ya te he adelantado antes.  Jurídicamente hablando, sí tenemos Papa,.. ¡de momento! [lo que no significa que tengamos que hacer lo que él dice, si lo que dice se opone a lo que siempre ha dicho la Iglesia. Esto tiene que quedar claro]... ¡hasta que den un paso al frente los cardenales ... ¡eso que tanto estamos esperando y que tanto se está dilatando! ... ¡y que lo hagan aunque se jueguen en ello la vida y aunque esa decisión llevada a cabo, conlleve un cisma en la Iglesia. 

En realidad, tal cisma ya existe -de hecho- pero de modo confuso. Todos pretenden ser católicos, tanto los que están con Francisco como los que no lo están. Y no se cae en la cuenta de que con quien hay que estar o no estar es con Jesucristo y con la Tradición y el Magisterio Perenne de la Iglesia de dos mil años ... y no con uno o varios papas que se han dejado fagocitar por el mundo y por este "modernismo"  malsano que pretende acabar con la Iglesia y que fue condenado expresamente por el papa San Pío X como "la suma de todas las herejías"

A nosotros sólo nos queda rezar y hacer penitencia, tal y como dijo la Virgen María a los tres pastorcitos de Fátima, en su tercera aparición el 13 de julio de 1917 (faltan tan solo cinco días para que se cumplan 100 años desde esa fecha). No podemos hacer otra cosa

Y, sin embargo, es ahora cuando tendríamos que estar más alegres que nunca, porque estamos "literalmente" en las manos de Dios. Nuestra situación es la de una debilidad extrema pero, precisamente por eso, podemos decir con san Pablo: "Con mucho gusto me gloriaré en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo" (2 Cor 12, 9). Y continúa diciendo: "Por eso me complazco en las flaquezas, en las afrentas, en las necesidades, en las persecuciones, en las angustias por Cristo: pues cuando soy débil, entonces es cuando soy fuerte" (2 Cor 12, 10).

Por otra parte, el mismo san Pablo dice en su primera carta a los corintios: "Es conveniente que haya entre vosotros desacuerdos, para que se pongan también de manifiesto entre vosotros los que son de probada virtud" (1 Cor 11, 19). Y, en otro lugar, en su carta a los romanos: "Ya es hora de que despertéis del sueño, pues ahora está más cerca de nosotros la salvación que cuando creímos. La noche está avanzada y el día está cerca. Abandonemos, pues, las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz" (Rom 13, 11-12)

Alguno podría preguntarse si es que estamos acaso en el final de los tiempos, puesto que son muchas las señales predichas por Jesucristo que se están cumpliendo claramente. No lo podemos saber, pero el hecho de que se produzcan estas señales debe de ser una razón más para vivir vigilantes y en estado de gracia de modo que cuando venga el Señor nos encuentre en vela. 

La necesidad de la vigilancia es una constante para el cristiano en toda época histórica; sin embargo, la situación histórica actual que estamos viviendo nos lleva a pensar, inevitablemente, que "el Señor está cerca" (Fil 4, 5) [podríamos decir que está "más cerca que nunca"]. Y por eso mismo, precisamente, sólo tenemos motivos para estar alegres: "Alegraos siempre en el Señor; de nuevo os lo digo: alegraos (...) Por nada os inquietéis" (Fil 4, 4.6). Hay una entrada en Adelante la Fe, del padre Custodio Ballester, en la que habla, precisamente, de esta alegría, que es lo propio del cristiano.

No sé si con esto habrás quedado satisfecho. Piensa que mientras vivimos en este mundo somos peregrinos, pues nuestra verdadera patria es el cielo. Ahora tenemos que vivir de la fe, como decía san Pablo: "El justo vivirá por la fe" (Rom 1, 17, Gal 3, 11; Heb 10, 38). Pero "la fe es certeza de las cosas que se esperan" (Heb 11, 1) y, además, como decía san Juan: "Ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe" (1 Jn 5, 4) y añadía: "¿Quién es el vencedor del mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?" (1 Jn 5, 5) 

Por eso no debemos de preocuparnos, sino todo lo contrario. A este respecto podemos recordar lo que decía san Juan de la Cruz, en una de sus estrofas de la Noche Oscura del Alma


¡Oh noche que guiaste!
¡oh noche amable más que el alborada!
¡oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!

La oscuridad en la que vivimos es más amable que la luz, si Cristo está con nosotros y nosotros estamos con Él. Esto no debemos de olvidarlo nunca.

José Martí