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miércoles, 28 de octubre de 2020

Padre James Martin: “No vas a ir al infierno por votar a Biden” (Carlos Esteban)

 INFOVATICANA


El mediático jesuita James Martin se ha lanzado a la palestra a escasos días de las elecciones norteamericanas para tranquilizar a su parroquia: es lícito, dice, votar por Biden o por Trump. Añadir que se le ve el plumero es una obviedad.

“No vas a ir al infierno por votar a Biden”, tuitea Martin, redactor del órgano de los jesuitas de Estado Unidos, America, y consultor de comunicación vaticano, glosando un vídeo propio sobre la cuestión. “Ni por Trump. No importa lo que te diga el que sea. La doctrina católica dice que debes seguir tu conciencia formada. Así que: aprende del Evangelio. Entiende el magisterio de la Iglesia. Estudia los programas. Escucha a tu conciencia. Y vota”.
Es curioso cuando los mismos que no suelen hacer referencia alguna en sus mensajes a las postrimerías u otras realidades sobrenaturales hacen referencia al infierno, que nunca aparece sino en sus referencias políticas, casi como una mera metáfora.
Somos pocos y nos conocemos bien, así que cualquier disimulo sobra: Martin no está diciendo eso para mantener una equidistancia moral entre Biden y Trump, sino para animar al voto católico al primero pese a su postura rabiosamente abortista.

A diferencia de Martin, yo no tengo ni idea de si alguien va a ir al infierno por votar a Biden, aunque no entiendo por qué habría de ser imposible. Votar a Biden -que no es votar a Biden, un anciano con flagrantes síntomas de demencia senil que no va a gobernar realmente en ningún caso- significa asentar y ampliar una matanza de inocentes con las bendiciones de la ley que se mantiene desde los años setenta, con un número de víctimas que se cuenta ya en millones. Cualquier otro asunto -inmigración, políticas sociales, sanidad- palidece ante esta masacre en la que colaboran el estamento sanitario, las autoridades y las propias madres de las víctimas. No es, como pretenden los entusiastas de la teoría de la ‘túnica inconsútil’, un asunto más, un dato a tener en cuenta en el voto, como en 1861 la esclavitud no era un tema más.

El elefante en la habitación en este caso es la alianza tácita entre el episcopado americano y el Partido Demócrata, sumado al hecho más que evidente de que los vientos que soplan desde Roma son visceralmente contrarios a Donald Trump y todo lo que representa.

Ahora, el votante americano puede pensar que la política migratoria que abandera Trump es inmoral, o su política social o lo que se quiera. Pero tendrá reconocer que se mueve en parámetros discutibles, prudenciales. Cuál sea la política correcta, moral, en esos casos depende de un juicio prudencial en el que es legítimo no llegar a un acuerdo. Uno puede ser partidario de abolir las fronteras; otros, de abrir un poco la mano o de regularlo de otra manera. La Iglesia, al fin, ha presidido durante décadas cuando la política normal de los países era luchar contra la inmigración ilegal -por eso se llama ilegal, después de todo- sin que haya llamado la atención sobre su inmoralidad.

Nada de esto, en cambio, sucede con el aborto. No hay mucho margen aquí: matar a un ser humano inocente nunca puede ser otra cosa que aborrecible, y hasta la llegada de Francisco éste ha sido un frente clave en la guerra cultural liderada por los católicos y sus pastores.

Votar es un acto cargado de responsabilidad, y desde luego no seré yo quien reparta culpas o indique cuál es la única opción permisible. Pero es presuntuoso y absurdo determinar que, como cualquier otra acción libre relevante, no pueda ser un pecado, e incluso un pecado mortal.

You won’t go to hell for voting for Biden. Or for Trump. No matter what anyone is telling you. Catholic teaching is to follow your formed conscience. So: Know the Gospels. Understand church teaching. Study the issues. Listen to your conscience. And vote. https://t.co/jZ0urgEDWs

— James Martin, SJ (@JamesMartinSJ) October 27, 2020

Carlos Esteban

Reina Isabel la Católica ¿Una santa o una tirana? Entrevista al padre Javier Olivera Ravasi

CONOCE, AMA Y VIVE TU FE


DURACIÓN 57:16 minutos

https://youtu.be/emrekyZBjzY

NOTICIAS 27 de Octubre de 2020


THE WANDERER

El problema es la castidad

ADELANTE LA FE


Entrevista exclusiva a monseñor Athanasius Schneider sobre «Fratelli tutti»

La temeraria renovación del Tratado entre China y el Vaticano

SECRETUM MEUM MIHI


Preocupa a los asesores del papa Francisco que el pontífice no use cubrebocas © Vatican Media vía EPA Uno de los pequeño...

lunes, 26 de octubre de 2020

The Most Anti-Catholic Presidential Ticket in U.S. History



Duración 3:24 minutos


The Most Anti-Catholic Presidential Ticket in U.S. History

The webpage AntiCatholicTicket.com is dedicated to exposing the Biden/Harris campaign as quote “the most anti-Catholic presidential ticket in U.S. history.” They are wrong on non-negotiable issues for Catholics. The website mentions abortion, marriage, religious liberty, gender ideology, law and order, and socialism.

Eight Names

AntiCatholicTicket.com quotes the following American bishops who have criticised Biden and Harris. They are: Cardinal Burke, Spokane Bishop Thomas Daly, Louisville Bishop Joseph Kurtz, Kansas City Archbishop Joseph Naumann, Springfield Bishop Thomas Paprocki, South Bend Bishop Kevin Rhoades, Tyler Bishop Joseph Strickland, and Providence Bishop Thomas Tobin. These are eight names. However, in the United States, there are about 450 active or retired bishops. Most of the U.S. Bishops keep quiet about this crucial vote.

Biden Allegedly “Winning” Catholic Vote

Biden is winning the – quotation markes - Catholic vote by 12 points, EWTN-RealClear Opinion poll found. President Trump won 52 percent of Catholic voters in 2016. The EWTN News-RealClear Opinion poll was conducted Oct. 4-11 among 1,490 likely Catholic voters contacted online in English and Spanish. However, the same poll found that a 46 percent plurality of likely Catholic voters support the nomination of Supreme Court Justice Amy Coney Barrett, a conservative Catholic, while only 28 percent are opposed. This indicates that the poll about the Catholic vote cannot be correct.

What Priests Have to Say

AntiCatholicTicket.com quotes statements from priests. One of them is Father James Altman, the Pastor of St. James the Lesse in La Cross, Wisconsin. He said, “You cannot be a Catholic and a Democrat. Period.” Another quote is from Father John Boye, the Pastor of Our Lady of Perpetual Help in Cottage Grove, Oregon. He said, “It is particularly scandalous today that the most prominent Catholic politicians are the most anti-life. Such Catholics are truly wolves in sheep’s clothing.” A third priest is Father Kevin Cusick, Pastor of Saint Francis de Sales Catholic Church, Benedict, Maryland, who said, “Joe Biden is not a practicing Catholic. And practicing Catholics cannot vote for Biden in good conscience.”

TRADUCTOR GOOGLE

La página web presidencial más anticatólica en la historia de EE. UU.

La página web AntiCatholicTicket.com está dedicada a exponer la campaña de Biden / Harris como "la web presidencial más anti-católica en la historia de los Estados Unidos". Se equivocan en cuestiones no negociables para los católicos. El sitio web menciona el aborto, el matrimonio, la libertad religiosa, la ideología de género, la ley y el orden y el socialismo.

Ocho nombres

AntiCatholicTicket.com cita a los siguientes obispos estadounidenses que han criticado a Biden y Harris. Ellos son: el cardenal Burke, el obispo de Spokane Thomas Daly, el obispo de Louisville Joseph Kurtz, el arzobispo de Kansas City Joseph Naumann, el obispo de Springfield Thomas Paprocki, el obispo de South Bend Kevin Rhoades, el obispo de Tyler Joseph Strickland y el obispo de Providence Thomas Tobin. Estos son ocho nombres. Sin embargo, en los Estados Unidos, hay alrededor de 450 obispos activos o retirados. La mayoría de los obispos de EE. UU. guardan silencio sobre este voto crucial.

Biden presuntamente "ganando" el voto católico

Biden está ganando el voto católico en los mercados de cotización por 12 puntos, según la encuesta de opinión de EWTN-RealClear. El presidente Trump ganó el 52 por ciento de los votantes católicos en 2016. La encuesta de opinión de EWTN News-RealClear se realizó del 4 al 11 de octubre entre 1.490 probables votantes católicos contactados en línea en inglés y español. Sin embargo, la misma encuesta encontró que una pluralidad del 46 por ciento de probables votantes católicos apoya la nominación de la juez de la Corte Suprema Amy Coney Barrett, una católica conservadora, mientras que solo el 28 por ciento se opone. Esto indica que la encuesta sobre el voto católico no puede ser correcta.

Lo que tienen que decir los sacerdotes

AntiCatholicTicket.com cita declaraciones de sacerdotes. Uno de ellos es el padre James Altman, pastor de St. James the Lesse en La Cross, Wisconsin. Dijo: “No se puede ser católico y demócrata. Período." Otra cita es del padre John Boye, pastor de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Cottage Grove, Oregon. Dijo: “Es particularmente escandaloso hoy que los políticos católicos más prominentes sean los más anti-vida. Tales católicos son verdaderamente lobos con piel de oveja ". Un tercer sacerdote es el padre Kevin Cusick, pastor de la iglesia católica Saint Francis de Sales, Benedict, Maryland, quien dijo: “Joe Biden no es un católico practicante. Y los católicos practicantes no pueden votar por Biden con buena conciencia ".

Mons. Viganò: Homosexuales ¿con qué objeto actúa el Papa de esta manera?



Con ocasión del Festival de Cine de Roma, el director Evgeny Afineevsky presentó ayer un documental titulado Francesco en el que se reproducen algunas entrevistas que se han hecho a Jorge Mario Bergoglio en los últimos años de su pontificado. Entre las otras declaraciones, han causado desconcierto algunas frases relativas a la unión civil de homosexuales. «Lo que tenemos que hacer es una ley para las uniones civiles. De ese modo estarán tutelados por la ley. Estoy a favor de ello».

Creo que tanto los simples fieles como los obispos y sacerdotes se han sentido traicionados por lo que ha afirmado Bergoglio. No hace falta ser teólogo para entender que la aprobación de uniones civiles contradice abiertamente los documentos del Magisterio de la Iglesia, incluidos los más recientes. Constituye también un gravísimo respaldo a la ideología LGBTQ que actualmente es impuesta a nivel mundial.

En estos días el Parlamento italiano deberá debatir la aprobación de la llamada ley Zan, a propuesta del Partido Democrático. En nombre de la tutela de los homosexuales y transexuales, se considerará delito afirmar que la familia natural es la célula de la sociedad humana, y será sancionado quien afirme que la sodomía es un pecado que clama venganza a Dios. Las palabras de Bergoglio ya han sido acogidas en todo el mundo por el lobby gay como un respaldo autorizado a sus reivindicaciones.

Leyendo atentamente las declaraciones de Bergoglio, algunos han observado que no aprueban el matrimonio homosexual, sino que se trata simplemente de un gesto de acogida –quizás mal formulado– hacia quienes piden al Estado tutela jurídica. La Congregación para la Doctrina de la Fe ya ha aclarado de forma inequívoca que en ningún caso puede un católico aprobar las uniones civiles, porque suponen la legitimización del concubinato y no son sino un paso hacia el reconocimiento legal de los supuestos matrimonios homosexuales. Hasta tal punto que hoy en día en Italia es posible que se casen personas del mismo sexo, después de haberse asegurado durante años –incluso por parte de políticos que se dicen católicos– que las relaciones de hecho no cuestionarían el matrimonio tal como éste está definido en la Constitución.

Por otra parte, la experiencia nos ha enseñado que cuando Bergoglio dice una cosa la dice con un objetivo bien preciso: que otros interpreten sus palabras en el sentido más amplio posible. Las primeras planas de los periódicos de todo el mundo anuncian: «El Papa aprueba el matrimonio gay», si bien no ha sido exactamente eso lo que ha dicho. Pero eso es ni más ni menos lo que querían conseguir él y el lobby gay. Luego la Sala de Prensa vaticana dirá que lo que dijo Bergoglio fue objeto de un malentendido; que se trata de una entrevista antigua y que la Iglesia reitera su condena de la homosexualidad como intrínsecamente desordenada. No obstante, el daño ya está hecho, e incluso cualquier paso atrás con relación este escándalo será un paso adelante hacia el pensamiento único y lo políticamente correcto. No olvidemos los nefastos resultados de su afirmación de 2013, «¿Quién soy yo para juzgar?», que lo hicieron acreedor a la portada y el título de hombre del año en The Advocate*. (*Revista que es el principal medio de comunicación del movimiento homosexual en EE.UU. – N. del T.)

Bergoglio ha afirmado: «Los homosexuales tienen derecho a formar parte de una familia. Son hijos de Dios y tienen derecho a una familia. Nadie debe ser excluido ni sufrir a causa de ello». Todos los bautizados son hijos de Dios; nos lo enseña el Evangelio. Pero un hijo puede ser bueno malo, y si infringe los Mandamientos de Dios, no por ser hijo suyo se librará del castigo, del mismo que un italiano que roba no se libra de la cárcel por el mero hecho de ser ciudadano del país en el que comete el delito. La misericordia de Dios no prescinde de la justicia, y si pensamos que para redimirnos el Señor derramó su Sangre en la Cruz, no podemos menos que aspirar a la santidad ajustando nuestro comportamiento a su voluntad. Nuestro Señor dijo: «Vosotros sois mis amigos, si hacéis esto que os mando» (Jn.15, 14).

Si la exclusión familiar o social deriva de conductas provocativas o reivindicaciones ideológicas que no se pueden compartir –por ejemplo, el orgullo gay– no es sino consecuencia de una actitud de desafío, y como tal proviene de quienes se sirven de esa actitud para perjudicar al prójimo. Si por el contrario tal discriminación es contra el que se comporta como todo el mundo respetando a los demás y sin imponer su forma de vida, se le condena injustamente.

Sabemos de sobra que lo que desea el lobby homosexualista no es la integración de personas normales y honestas, sino imponer modelos de vida gravemente pecaminosos que desestabilizan la sociedad, y que siempre son instrumentalizados para destruir la familia y la sociedad. No es casual que la promoción del proyecto homosexual forme parte del proyecto mundialista y vaya de la mano con la destrucción de la familia natural.

En el Dicasterio para las Comunicaciones de la Santa Sede trabaja de asesor el jesuita James Martin, que es uno de los más ardorosos defensores del programa LGTBQ y de la acogida indiscriminada de homosexuales en la Iglesia. En cuanto se dio a conocer la noticia de las declaraciones de Bergoglio, el P. Martin inundó de mensajes las redes sociales expresando su incontenible satisfacción por este gesto, que en cambio, ha escandalizado a la mayoría de los fieles.

Además del P. Martin hay cardenales, obispos y otros sacerdotes y religiosos que pertenecen a la mafia rosa. Algunos de ellos han sido investigados y condenados por delitos muy graves, casi siempre vinculados a ambientes homosexuales. ¿Cómo vamos a pensar que una camarilla de homosexuales en el estado mayor no está muy interesada en llevar a Bergoglio a defender un vicio que ellos comparten y practican?

Diré además que es propio de la conducta bergogliana jugar al equívoco, a la provocación –«Dios no es católico», dijo–, o bien dejar que otros terminen un discurso que él comenzó. Ya lo vimos con Amoris laetitia: sin llegar a contradecir palmariamente la doctrina católica sobre la imposibilidad de que los divorciados reciban los sacramentos, permitió que lo hicieran otros prelados, para aprobar después lo que ellos afirmaban y dando obstinadamente la callada por respuesta a los dubia de cuatro cardenales.

Cabe preguntarse: ¿con qué objeto actúa el Papa de esa manera, cuando sus predecesores siempre fueron muy claros en cuestiones de moral? No sé qué tendrá Bergoglio en su cabeza; me limito a proponer una explicación a sus actos y sus palabras. Y creo que puedo afirmar que se trasluce una actitud intencionadamente hipócrita y jesuítica. Detrás de sus afirmaciones se oculta una tentativa de suscitar la reacción de la parte sana de la Iglesia, provocándola con afirmaciones heréticas, gestos desconcertantes y documentos que contradicen el Magisterio. Y al mismo tiempo agradar a quienes lo apoyan, sobre todo a los no católicos o los católicos nominales.

A fuerza de provocar, espera que algunos obispos se cansen de ver como se atacan a diario la doctrina y la moral. Espera que un grupo de cardenales lo acuse formalmente de herejía y pida su destitución. Con ello, Bergoglio tendría un pretexto para acusar a esos prelados de ser enemigos del Papa, de haberse salido de la Iglesia, de desear un cisma. Está claro que quien se separa de la Iglesia no es el que quiere ser fiel al Magisterio; sería absurdo.

En cierto modo, el comportamiento de Bergoglio es del mismo estilo que el del presidente italiano Conte. Tanto al uno como el otro, bien pensado, eran a quienes quería en ese puesto la élite misma, numéricamente minoritaria pero poderosa y organizada, a fin de destruir la institución que cada uno representa; uno y otro abusan del poder infringiendo la ley; ambos acusan a quienes denuncian sus abusos de ser enemigos de la institución, cuando en realidad la defienden de ellos. Y por último, ambos se distinguen por una apabullante mediocridad.

Si canónicamente es impensable excomulgar a un católico por el solo hecho de querer seguir siéndolo, política y estratégicamente este abuso podría permitir que Bergoglio expulsara de la Iglesia a sus adversarios consolidando su propio poder. Lo recalco: no hablamos de una operación legítima, sino de un abuso que sin embargo nadie estaría en situación de impedir, dado que prima Sedes a nemine judicatur. Y así como la deposición de un papa hereje es una cuestión canónica que nunca se ha resuelto, sobre la que no hay consenso unánime de los canonistas, quien acusara a Bergoglio de herejía se metería en un callejón sin salida y muy difícilmente conseguiría algo.

A mi juicio, sería precisamente eso lo que se propone el círculo mágico de Bergoglio: llegar a la paradójica situación de que quien es reconocido como papa esté al mismo tiempo en estado de cisma con la Iglesia que gobierna mientras que aquellos a quienes declara cismáticos por desobedientes se vean expulsados de la Iglesia precisamente por ser católicos.

La acción de Bergoglio es ante todo una revuelta dirigida al exterior de la Iglesia. La encíclica Fratelli tutti es un manifiesto ideológico que no tiene nada de católico y nada para los católicos; es el enésimo abrazo de la matriz masónica, en el que la fraternidad universal no se alcanza, como enseña el Evangelio, al reconocer la paternidad de Dios a través de la pertenencia a la única Iglesia, sino reduciendo todas las religiones a un mínimo común denominador que se expresa en la solidaridad, el respeto al medio ambiente y el pacifismo.

Obrando de esta manera, Bergoglio se presenta como candidato a pontífice de una nueva religión con nuevos mandamientos, nueva moral y nueva liturgia. Se distancia de la religión católica y de Cristo, y en consecuencia de la Jerarquía y de los fieles, desautorizándolos y abandonándolos a la merced de la dictadura mundialista. Quien no se adecue a este nuevo código se verá excluido de la sociedad y de esta nueva iglesia como un cuerpo extraño.

El pasado 20 de octubre el papa rezó por la paz con representantes de las religiones del mundo; el lema de aquella ceremonia ecuménica era Nadie se salva solo. Pero aquella oración estaba dirigida indistintamente al Dios verdadero y a los falsos dioses paganos, dando a entender que el ecumenismo propagado por Bergoglio tiene por objeto excluir a Nuestro Señor de la sociedad humana, porque Jesucristo es considerado causa de división y piedra de tropiezo. Así, el hombre moderno cree poder alcanzar la paz prescindiendo de Aquél que dijo de Sí mismo: «Soy Yo el camino, y la verdad, y la vida; nadie va al Padre, sino por Mí» (Jn.14,6). Es doloroso constatar que Jorge Mario Bergoglio se adhiere a esta apostasía de las naciones que fueron cristianas, cuando debería ser el Vicario y no el enemigo de Cristo.

Hace tres días, la prensa difundió la noticia de que el Papa no celebrará la Misa del Gallo esta Navidad. Me limito a constatar que hace unos días, en pleno estado de emergencia por el covid, se ha considerado posible celebrar un rito ecuménico en presencia de fieles y de las autoridades, todos con mascarilla. Y en cambio, en el espacio mucho más amplio de la basílica vaticana, alguien ha considerado imprudente celebrar el Nacimiento del Salvador en la santa noche de Navidad.

De confirmarse esta decisión, sabremos que Jorge Mario Bergoglio prefiere celebrarse a sí mismo secundando el pensamiento único y la ideología sincretista del Nuevo Orden Mundial a arrodillarse a los pies del pesebre donde está acostado el Rey de reyes.

+Carlo Maria Viganò, arzobispo

22 de octubre de 2020

(Traducido por Bruno de la Inmaculada/Adelante la Fe)

domingo, 25 de octubre de 2020

El sentido de la Realeza de Cristo hoy día

 PADRE ALFONSO GÁLVEZ


Homilía del padre Alfonso del 25 de octubre de 2009

Duración 28:38 minutos

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Médicos por la verdad. La otra versión que no verás en televisión. Toda la verdad sobre la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 (PRESENTACIÓN)

MEDICOS POR LA VERDAD


Presentación

Es evidente que estamos perdiendo derechos y libertades. Muchos han perdido su puesto de trabajo o su propio negocio. Incluso hay tratamientos de oncología que han sido aplazados. Y el único motivo es un virus. ¿Tan peligroso es este virus? ¿Vale la pena perder todo esto por culpa de un virus? ¿No tiene curiosidad de saber la verdad? Entonces, cierre la televisión y siga leyendo.

La plataforma de MÉDICOS POR LA VERDAD-ESPAÑA se presentó públicamente el 25 de Julio de 2020 en Madrid, en una rueda de prensa dónde se dieron varias claves que desmontan por completo el relato oficial de esta falsa pandemia:

1.- NO NEGAMOS LA EXISTENCIA DEL VIRUS Sars-Cov-2. Pero tampoco lo podemos afirmar porque no se han seguido los postulados de koch. Además, el 16 de Abril de 2020, Luc Montagnier, premio nobel de medicina, afirma que el origen del virus no es natural y que eso hace que el virus pierda virulencia con el paso del tiempo. Y es justo lo que está pasando.

2.- LOS TEST PCR, que son los que se utilizan para lanzar las cifras oficiales, NO SIRVEN para determinar los contagios, ya que no detectan carga viral infecciosaLo dice su creador, Kary Mullis y lo dice incluso la OMS en el documento oficial con fecha de 9 de Julio de 2020. El PCR detecta 200 nucleótidos de los 30.000 que tendría el virus. Si estos 200 nucleótidos estuvieran presentes en otros virus, el test daria positivo y eso no significa que tuvieramos el Sars-CoV-2; podrian ser los otros virus quien dieran un falso positivo por Sars-CoV-2. Por eso se dice que el PCR puede ser inespecífico.

3.- LOS ASINTOMÁTICOS NO CONTAGIAN LA ENFERMEDAD, SON PERSONAS SANASConsulte el documento de la OMS del 5 de Junio de 2020 que así lo corrobora. Los asintomáticos NO tienen suficiente carga viral como para poder transmitir el virus en una cantidad que sea peligrosa. Los coronavirus se transmiten por tos y estornudos de personas CON síntomas. Por mucho que los medios de comunicación repitan la MENTIRA de los rebrotes de asintomáticos, en realidad son personas SANAS que han dado positivo a un test PCR.

4.- NO HA HABIDO AUTOPSIAS. Los Médicos por la Verdad de España están diciendo que sin autopsias no se puede conocer lo que realmente ha pasado. Durante todo el confinamiento, se ha prohibido hacer autopsias, que son imprescindibles para estudiar el virus y su impacto. No es lo mismo morir CON Covid, que morir DE Covid. Eso hace pensar que las cifras de muertos por covid no son correctas.

5.- LA PROPIA OMS Y EL CENTRO EUROPEO DE PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES DESACONSEJAN LA MASCARILLA EN POBLACIÓN SANAConsulte el documento de la OMS con fecha de 6 de Abril de 2020 y el documento que ratifica la postura oficial del organismo, con fecha de 5 de Junio de 2020. Sólo se recomienda su uso para médicos, enfermos y cuidadores, en entornos de más contagiosidad como los hospitales. En ningún caso para la población general. Se describen en estos documentos varios efectos perjudiciales provocados por el uso de mascarilla en personas sanas: enfermedades respiratorias e infecciones, proliferación de microorganismos, autocontaminación…

6.- HACE 12 AÑOS ESTO NO SERIA UNA PANDEMIA. La OMS cambió su definición de «pandemia» en Mayo de 2009. El criterio médico basado en la gravedad fue sustituido por el criterio político basado en la cantidad de países afectados. Antes era necesario que las cifras de muertos y contagiados fueran mucho más elevadas para declarar la pandemia, ahora solo es necesario que muchos países tengan infectados, aunque sólo haya un caso en cada pais.

7.- EL COVID 19 NO ES UN VIRUS MORTAL. El 93% de la población que ha fallecido en España tenía más de 80 años y solo el 5% de ellos fueron tratados en UCI. Es un virus no letal por sí mismo. SOLO MATA A QUIEN TIENE PATOLOGÍAS PREVIAS Y UN SISTEMA INMUNE DEPRIMIDO. Es el caso de los 20.000 ancianos que han muerto en residencias, donde no hubo atención médica adecuada. Quedaron aislados, sin sol y sin ver a sus seres queridos durante 3 meses. Murieron en soledad. Hay mucho que investigar sobre lo que ocurrió en las residencias de mayores en España.

8.- EL CONFINAMIENTO Y LA DISTANCIA SOCIAL MATAN. Es la primera vez en la historia que se decreta un confinamiento de la población sana. Lo normal según todos los epidemiólogos y médicos serios es confinar exclusivamente a los enfermos. Durante el confinamiento se nos impide estar en contacto con la naturaleza, con nuestros seres queridos en muchos casos y nuestras amistades (recordemos que somos seres sociales). Todo ello provoca una caída de nuestras defensas y nuestra inmunidad natural, haciendo más fácil que caigamos enfermos.

9.- HAY UNA ESCALOFRIANTE CORRELACIÓN ENTRE LA VACUNACIÓN DE LA GRIPE Y LOS MUERTOS POR COVID. Como dijo Ángel Ruiz en la rueda de prensa, es algo que aún se está analizando pero ya hay estudios, como el del Hospital de Barbastro en Huesca, que indican claramente que a mayor tasa de vacunación por gripe en la última campaña, mayor tasa de mortalidad por Covid. En concreto uno de los componentes de la vacuna antigripal, el polisorbato 80 facilita el ataque del Covid19, según varios estudios independientes.

RUEDA DE PRENSA DE MÉDICOS POR LA VERDAD

Duración 1:20:38

https://youtu.be/2J20kAtTwX4


Médicos por la verdad

Sánchez ya tiene la foto con el Papa (Carlos Esteban)

INFOVATICANA

 


Fueron 35 minutos de encuentro, para qué más. El presidente español se reunió, como estaba previsto, con Su Santidad, con quien confiesa sentir una gran afinidad pese a su visión absolutamente secular y su liderazgo de un partido históricamente ligado al anticlericalismo más virulento.

Pero Francisco es distinto. Francisco es un Papa muy distinto a aquellos que los socialistas del mundo entero estaban acostumbrados a convertir en blanco de sus denuestos. Para empezar, a poco de asumir el cargo, se definió de izquierdas, aunque fuera por oposición (“nunca he sido de derechas”), y desde entonces se ha caracterizado por, digamos, “contrariar” al sector político que constituye la base de los partidos rivales al PSOE.

Quitando las no excesivamente abundantes referencias sobrenaturales y estrictamente religiosas, Fratelli tutti es un documento que podría firmar cualquier moderno socialista, especialmente en lo que se ha convertido en el eje del progresismo moderno: el globalismo, verdadero ‘ritornello’ de la encíclica. Lo hemos visto en las últimas sesiones parlamentarias, donde Su Santidad ha sido más citado por los coaligados en el gobierno que por sus contrarios, presuntamente alineados con una cosmovisión culturalmente cristiana, uno de los muchos espectáculos paradójicos de nuestros días.

Sánchez es cualquier cosa que tonto en lo que se refiere a la inteligencia política, y se da cuenta de que hacerse la foto con este Papa hace mucho para desarmar a buena parte de sus enemigos sin que, por otra parte, preocupe a los propios. Hasta el radical Pablo Iglesias ha tenido buenas palabras hacia la actitud del Santo Padre.

En estricta teoría, Sánchez ha ido a hablar de acciones coordinadas contra la pandemia, ese regalo del destino a los políticos más ávidos de poder, pero a nadie se le oculta que ese motivo es a todas luces secundario, y que aquí lo importante era la foto y que se visualizara la ‘sintonía’ de nuestros socialistas con el líder de los católicos, un jaque electoral en toda regla.

Carlos Esteban

Homilía de hoy | San Antonio María Claret, obispo y religioso | 24.10.2020 | P. Santiago Martín FM

 Magníficat TV - Franciscanos de María

Duración 10:58 minutos

https://youtu.be/LOHVK6LgTkA

sábado, 24 de octubre de 2020

Epístola a un amigo (Antonio Caponnetto)



Querido amigo:

Me sugieres que te mande alguna reflexión sobre los últimos episodios bergoglianos que ya son por todos conocidos. A cálamo currente y con cierto desgano –que no es tu culpa- déjame pensar en voz alta:

Lo substancial de cuanto tomó estado público el miércoles 21 de octubre, sobre la legitimidad de la unión de los homosexuales, y su política general favorable a la justificación benevolente de la sodomía, ya lo pensaba y lo expresaba Bergoglio públicamente cuando estaba en la Argentina. Lo he escrito en el capítulo 11 de “La Iglesia Traicionada”, casi cuatro años antes de que fuera nombrado para ocupar la silla petrina. Mientras termino este párrafo, las redes informan que el Tucho Fernández redactó una noteja a la que dio en llamar, justamente, “Bergoglio siempre tuvo esta opinión”. Por cierto que el prelado difiere conmigo en que ese “siempre” lo condena a la ignominia al encumbrado opinador y a él mismo, que su aquiescencia plena le otorga. Pero ninguno de ambos está puesto en los sitiales que ocupan para tener reacciones decentes y ortodoxas. Son, el uno y el otro, cada quien en su bajura, encarnaciones torvas del Anti-Testimonio. Muecas paródicas de la Lex Credendi y de la Lex Vivendi.

Por otro lado, durante sus años al frente del Pontificado, resultan incontables las veces en las que Bergoglio ha tenido palabras y gestos, posturas y conductas, de inadmisible contemporización y beneplácito con el homosexualismo; sin que, paralelamente, se le conozca reprobación alguna del vicio nefando y del pecado contra natura. Todo esto está registrado hasta la minucia. Y da asco; no hay otro modo “suaviter” de decirlo.

Es un hecho concreto, en síntesis, que existe un Bergoglio pro y filo homosexualista (y aun pro enseñanza en los seminarios de la “teoría queer”); como que no existe un Bergoglio que, en tan delicada materia, recuerde y ratifique la doctrina católica al respecto. A mi juicio, este punto ya está fuera de discusión. Insisto: precisamente por el registro detallado que se lleva de la cantidad de veces en que Bergoglio se muestra propenso a convalidar, sino a festejar, lo que repugna a la moral cristiana y aun a la mera moral natural.

Entiendo, pues, que si algún esfuerzo analítico cabe hacer aquí y ahora, sería el mismo para intentar dilucidar dos cosas. La primera, la causa en virtud de la cual, Bergoglio lleva a cabo inexorablemente un plan sistemático de demolición de la Iglesia Católica. No deja nada librado al azar o a la improvisación. No cesa un solo día. Es infatigable para el mal. Hay un “intelligent design”, como dirían los gringos. Sólo que ese designio inteligente no parece responder propiamente a la Voluntad Divina; sino lo contrario. ¿Por qué lo hace? ¿Cuál es la causa?

La respuesta me excede, por cierto. Pero escribí otro trabajo para ensayar una contestación, titulado “No lo conozco”. Allí sostengo, en síntesis, que este sujeto ha recorrido su carrera eclesiástica como un itinerario funesto que lo lleva “Del Iscariotismo a la Apostasía”. Y que la explicación última de cuanto hace hay que hallarla en ese pasaje trágico del Evangelio, en el cual, Nuestro Señor, le dice a Pedro: “Vade retro Satanás” (Mc. 8, 33). Es el Pedro de la triple negación inspirado por el demonio, el que gobierna hoy a la Iglesia. Sin la presencia y la patencia del demonio es imposible dilucidar la causa profunda de la cada vez más pública, insolente y provocativa perversión de Bergoglio.

No niego el concurso de otras causas; desde las que nos lleven a constatar la existencia de un antiguo y remozado complot, hasta las que señalen el cumplimiento de las revelaciones contenidas en el Libro del Apocalipsis. Pero lo que está demostrando la conducta escandalosa de este personaje oscurísimo, obliga necesariamente, a mi juicio, a tener en cuenta un factor preternatural. Sepamos, en suma, a qué nos estamos enfrentando. Ni tan calvo ni con dos pelucas, me atrevería a sintetizar campechanamente. Ni la causa es únicamente que se trata de un “porteño peronista” ( ¡y vaya si esto cuenta, que escribí un libro titulado “De Perón a Bergoglio”!); ni tampoco de que ejecutó un secretísimo ritual de sangre en alguna sinagoga(¡ y vaya si esto contara!). Pero que el demonio está metido en el presente baile, a mi entender, es un hecho.

Consecuentemente debería ser otro hecho que los católicos fieles tuviéramos una reacción condigna y proporcionada. De mínima denunciarlo, sin paños fríos ni eufemismos ni elipsis. Basta ya de “dudas”, “correccciones filiales” o simulaciones diplomáticas. De máxima, rogar que aparezcan exorcistas probos que ejecuten su oficio sin temores delante del principal sospechoso, y de la sede que habita. Desenmascarar y repudiar hoy a Bergoglio, como cabeza de La Iglesia Traidora, es lo menos que nos está exigido. Rezar por su conversión también. Y para que sea liberado de las ataduras endemoniadas que a todas luces lo atenazan, mucho más.

El segundo esfuerzo analítico que cabría hacer (después del anteriormente enunciado sobre la dilucidación de la causa de tamaña felonía), guarda relación con la recurrente pregunta sobre nuestro obrar posible, oportuno y prudente. Y es aquí donde mi respuesta es forzosamente más débil que en el planteo anterior. Porque en tanto simple laico de a pie, feligrés sin parroquia y parroquiano errante, no me sé en condiciones de trazar un rumbo de acción, ni mucho menos de tenerlo por viable. Estoy entre los huérfanos no entre los patriarcas; entre los náufragos antes que entre los timoneles.

Pero me parece poder creer sinceramente ( y someto mi mera opinión a la corrección o emienda de los doctos) que, en tales circunstancias, se aplicaría, siquiera por extensión o en sentido figurado aunque legítimo, la figura jurídica deSede Impedida”, prevista en el canon 412. Se considera impedida a una Sede por “cautiverio, relegación, destierro o incapacidad” de su titular. De las notas previstas en el canon, la incapacidad de Bergoglio es evidente. Hablo de una incapacidad raigal, hondísima e insuperable de ser católico. 

También es evidente que está voluntariamente cautivo de las estructuras judeomasónicas mundialistas, a las que acaba de regalarle “Fratelli tutti”, sólo por contar el reciente obsequio. De su destierro igualmente voluntario, también hay hirientes y lacerantes pruebas. Se ha auto-desterrado de la Barca, recordando su conducta la de aquellos desterrados infieles que menciona el Libro de Esdras.

Está asimismo para nuestra eventual consideración lo que estipula el canon 194,& 1-2: “Queda de propio derecho removido del oficio eclesiástico quien se ha apartado públicamente de la Fe Católica o de la comunión de la Iglesia”. Que no es sino un eco de aquello de San Pablo: ”Que sea quitado de en medio de vosotros, el que tal mal hizo” (Cor.5, 1-2).Y está –estuvo siempre, que conste- la doctrina segura sobre la licitud de los súbditos de rebelarse contra la autoridad injusta, dañina y corruptora; tanto más si el ejercicio de la misma es tiránico, y su origen no tiene una transparente legitimidad. Recordemos la logia mafiosa de San Galo, maniobrando tras la abdicación de Benedicto XVI.

De todo surge que de brazos cruzados no podemos seguir. Esperar una migaja de ortodoxia de este hombre sin Fe Católica, es ilusión vana; y es conformarse cada vez con menos, principio de la tibieza. Precipitarse en una conclusión apresurada, al amparo de aparicionismos privados o del libre examen de ciertos textos venerables, tampoco podemos. Pero ignorar que existe el Libro del Apocalipsis, y en él la figura del anfitrión del Anticristo, tampoco sería sensato.

Hasta aquí mi opinión, caro amigo. A vuelapluma, como te dije; y con la esperanza de que se explayen los que saben, y nos marquen un rumbo tan cierto cuanto concreto y perentorio.

No puedo sacarme de la cabeza las curiosas y hasta inexplicables palabras veraces que escribiera un hombre en las antípodas de nuestro ideario: “Cayó un muro tras otro[de la Iglesia]. Y la destrucción no resultó muy difícil una vez que la autoridad de la Iglesia fue quebrantada[…]. Un trozo se desplomó tras el otro[…]. Hemos dejado que se desmoronara la casa que nuestros padres construyeron[…]. El Cielo se ha convertido para nosotros en espacio físico y el empíreo divino no es sino un bello recuerdo. Nuestro corazón sin embargo arde, y una secreta intranquilidad carcome las raíces de nuestro ser.

Lo escribió Gustav Jung, en “Arquetipos e Inconsciente Colectivo” (Buenos Aires, Paidos, 1977,ps.17-18; 20-21). Parece mentira; pero lo de la burra de Balaam sucede. Las imágenes satánicas de los templos chilenos incendiadosa mansalva, y otros fuegos similares en la Vieja Europa, por cierto que nos hicieron recordar estas estremecedoras palabras precitadas. Pero el fuego material al que han sido arrojadas nuestras entrañables iglesias(sin la más mímima reacción viril de las cúpulas eclesiásticas) es nada, comparado con el temor y temblor que nos causa ver ese desmoronamiento espiritual, moral y doctrinal causado intencionalmente por las llamas de quien se supone debería ser el Vicario del Agua de Salvación.

Amigo, te pido unirte a este ruego simple pero sincero: ¡Señor! No permitas que dejemos demoler impunemente Tu Casa. No permitas que renunciemos a conquistar el Cielo por asalto. No permitas que nuestros corazones dejen de arder por amor a Tí. No permitas que el buen combate sea únicamente un bello recuerdo.

Buenos Aires, 22 de octubre de 2020
Antonio Caponnetto

Los obispos necesitan urgentemente interrogar a su clero para descartar los sacramentos inválidos (Peter Kwasniewski)



Las noticias acerca de los dos recientes “sacerdotes” que descubrieron que ellos no eran sacerdotes debido al haber sido “bautizados” con una fórmula inválida ha causado furor, y con razón. Mientras que ellos han sido ahora bautizados, confirmados y ordenados, ¿qué hay de todas las almas afectadas por su falta de las órdenes: de los fieles que recibieron un mero pan porque no existió consagración; de los fieles que salieron de la confesión no habiendo sido absueltos; de los fieles que salieron pensando que estaban casados cuando no lo estaban; de los conversos recibidos en Pascua que nunca fueron confirmados; de los enfermos y agonizantes que nunca fueron ungidos? Y podemos estar seguros que si los dos sacerdotes ya han sido identificados, estamos viendo solo la punta del iceberg. La mente se estremece al pensar que sucedería si tal sacerdote no descubre la invalidez de su ordenación y fuera algún día nombrado un “obispo”. Podemos estar agradecidos por el sobrenatural sentido común que cada ordenación episcopal normalmente tiene tres co-consagrantes.

LifeSite publicó un espléndido artículo de Matthew McCusker, “Reflexiones sobre la necesidad de un acceso generalizado al bautismo condicional,” que detalla el alcance de la crisis y las soluciones requeridas. Tristemente este artículo no parece haber atraído la atención que merece. Debiera ser de lectura obligatoria para obispos, sacerdotes y diáconos.

Las siguientes dos cosas deben suceder y sucederán pronto:

Primero, cada obispo diocesano debiera contactar a cada sacerdote o diácono que sirva o haya servido en su diócesis y consultar directo al grano: ¿Usó usted alguna vez una fórmula de palabras cuando confirió alguno de los sacramentos que difiere de las palabras impresas en los libros litúrgicos oficiales? Necesito tener una respuesta de usted diciendo que no, que no lo hizo, o que sí, que si lo hizo, y en cualquier caso, las palabras que recuerda usar. Esto es urgentemente necesario para el bien de las almas y para tranquilizar las mentes de muchos católicos que están perturbadas con razón por las recientes revelaciones concernientes a la invalidez de los bautismos u otros sacramentos debido a los defectos en la forma.”

Ahora, es posible que algunos obispos ya lo hayan hecho y que otros se están preparando para hacerlo, sin embargo, es también posible que muchos, si no la mayoría, no percibirán la gravedad de la situación y asumirán que todo está bien a menos que alguien reporte un problema. Ellos asumirán que Dios es tan misericordioso que Él nunca permitirá que a alguien le falte la gracia si tiene buena voluntad y que es mejor dejar las cosas como están.

Esta es una política terriblemente miope. No respeta la economía sacramental, en la cual Nuestro Señor instituyó medios específicos para conceder gracias a los fieles. No, Él no está atado a ellos, pero somos nosotros los que estamos ligados a ellos y pecamos al tratar de evitarlos o al tratarlos con desprecio o liviandad. No podemos presumir que Él siempre “nos da un pase” y esto es aún más cierto para los superiores a los que se les ha confiado el bien de las almas y tienen la responsabilidad de que ellas reciban lo que el Señor desea darles, incluyendo obviamente, los sacramentos en forma válida. Un obispo que, sabiendo lo que nosotros sabemos, no se agota en el esfuerzo por encontrar ministros indignos de sacramentos inválidos enfrentará un juicio particularmente severo, ya que será responsable por cualquiera de las ovejas que se extraviaron por haber sido privada de los auxilios divinos. La política es también extremadamente dañina debido a los efectos colaterales de los sacramentos inválidos: un pseudo-bautismo puede tener efectos exponenciales en el Cuerpo de Cristo. Al negar esto, uno tendría que ser un apóstata que ya no cree en los principios más básicos de la Fe.

Sugiero, por tanto, que los católicos de todas partes del mundo envíen una carta respetuosamente redactada a sus ordinarios locales con el siguiente texto:

“Su Excelencia:

Las noticias de dos “sacerdotes” que descubrieron que sus bautismos fueron inválidos y que, por tanto, tenían que recibir todos sus sacramentos por primera vez, son terriblemente perturbadoras, ya que es probable que haya muchos más individuos que creen que están bautizados (o confirmados, o casados u ordenados) pero que no lo están. Por favor, por el bien de las almas, envíe una carta a todos los sacerdotes y diáconos que están sirviendo o que han alguna vez servido en su diócesis (incluyendo a los retirados), y pregúnteles si ellos en algún momento bautizaron en otra forma que “Yo te bautizo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, mientras derramaban agua sobre la cabeza. Es necesario encontrar a los individuos que pueden haber usado una forma inválida o materia para que así las personas afectadas puedan ser contactadas. De hecho, sería una oportunidad para preguntar si ellos han usado una forma incorrecta para cualquiera de los sacramentos, incluyendo la Confesión, donde los laicos a menudo se quejan de las improvisadas “absoluciones” que los dejan en la duda.”

No es suficiente para un obispo publicar un genérico tipo de carta “Queridos todos: por favor, por favorcito, usen las palabras correctas cuando administren los sacramentos.” Esto puede ayudar para el futuro, no hace nada para corregir los errores del pasado. Él necesita que cada clérigo le diga cuál ha sido su praxis sacramental, y si no recibe ninguna respuesta escrita, él debiera contactarlo por teléfono o en persona. Sí, esto podrá ser difícil, doloroso, incómodo o antagónico. Que así sea. Aquellos que han abusado de los sacramentos, o aquellos bajo cuya vigilancia han sido abusados, merecen algún sufrimiento en esta vida si ellos desean evitarlo en la otra.

Segundo, las personas debieran comenzar a investigar qué seminario y programas de formación diaconal están siendo enseñadas en las diferentes partes del país. En particular necesitamos averiguar donde alguien, que se sabe ha usado una fórmula falsa, obtuvo su formación. Ideas tan estúpidas (“nosotros te bautizamos) generalmente son sugeridas en talleres de monjas espaciales en pantalones o jesuitas del tipo “solo dime Jimmy”, porque es poco probable que se hayan originado solo en las cabezas locas de los ministros que lo hicieron. Existen nódulos causales esperando ser descubiertos. Si podemos identificar a los profesores o a los programas que animan este sinsentido, nos dará más herramientas para rastrear a aquellos que podrían haber sido engañados por ellos

Este es un negocio serio y merece ser tomado con la mayor seriedad por los obispos de la Iglesia.

Peter Kwasniewski

Traducido por Beatrice Atherton para Marchando Religión

Háblennos de la vida eterna (Roberto De Mattei)



En un debate televisivo (Stasera Italia, 14 de octubre de 2020), el sociólogo progresista Marco Revelli ha denunciado con alarma el creciente clima de angustia colectiva que se propaga por Italia y por Occidente al compás de la danza macabra del coronavirus. «La muerte se mueve por Occidente», ha dicho evocando este espectro.

Ahora bien, la muerte jamás ha dejado de moverse. Se muere y se sigue muriendo todos los días de mil maneras. La muerte es una de las pocas certezas, tal vez la primera, de nuestra vida. Vivimos, pero nuestra vida corporal tiene fijado un plazo inexorable.

La sociedad moderna ha intentado conjurar el pensamiento de la muerte, que vulnera las leyes del placer y del bienestar de las masas. La muerte es la consecuencia del pecado original, y la sociedad moderna niega el pecado original. Niega todo pecado, y cree que es posible vencer a la enfermedad y la muerte.

Tal presunción es un sueño diabólico, porque está inspirada porque está inspirado por aquel que inspiró el primer pecado: el Príncipe de las Tinieblas, que siegue repitiendo a los hombres «seréis como dioses», y les propone alcanzar ese objetivo por medio de la ciencia, en particular la manipulación genética.

La prohibición de hablar de la muerte se expresa siempre en la indignación suscitada contra los sacerdotes que invitaban en su predicación a lo que en otros tiempos se conocía como ejercicios para la buena muerte: la preparación para el momento fatal que a todos nos espera. San Alfonso María de Ligorio, que escribió un libro bellísimo titulado Preparación para la muerte, nos recuerda en sus Máximas eternas que la muerte es un momento del que depende la eternidad; una eternidad dichosa o para siempre desgraciada, de alegría o de anhelo, de todo bien o todo mal; una eternidad de Paraíso o de Infierno.

Pero si un católico habla de la muerte lo tildan de querer sembrar el terror y la angustia y lo condenan como profeta de desgracias, como si hablar de la muerte fuera lo mismo que desear o acelerar la llegada de ese momento. La consigna hasta ahora dominante era el silencio sobre la muerte.

Todo ha cambiado en pocos meses. Se ha impuesto a la sociedad el espectro de su muerte, guadaña en mano, y lo invocan los mismos científicos que deberían haber derrotado las enfermedades y la muerte pero se ven impotentes ante la pandemia del coronavirus.

Para quienes creen que la muerte no es el fin sino el comienzo de otra vida, ésta sería una oportunidad de llevar a cabo el apostolado de la buena muerte. Pero los pastores callan, y quienes hablan de la muerte son sociólogos como Revelli, o científicos como Massimo Galli, que se declaran públicamente ateos y por tanto incapaces de ver más allá de la muerte.

No es es de extrañar que la sociedad contemporánea, incapaz de encontrar un sentido a la vida, caiga en la angustia ante la enfermedad y la muerte. Lo que sí sorprende es el silencio de quienes deberían disponer de todo el arsenal para vencer, no digo a la muerte sino a la angustia que la envuelve: los ministros de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, custodios de toda la verdad referente a la vida y la muerte de los hombres y su destino de ultratumba, y la única que tiene palabras de vida eterna (Jn.6,88).

Nuestra súplica es humilde pero ardiente. Pastores: en esta hora trágica y confusa de nuestra historia, no nos hablen de esta vida terrena, sino de la otra; la vida eterna, la verdadera, en la cual ciframos todas nuestras esperanzas.

Roberto De Mattei

(Traducido por Bruno de la Inmaculada)

jueves, 22 de octubre de 2020

Cardenal Burke: Francisco causa error y confusión

 ES NEWS



El aval de Francisco a las uniones homosexuales causa perplejidad, confusión y error, y es contrario a la enseñanza de la Escritura y la Tradición, escribe en una declaración datada el 22 de octubre el cardenal Raymond Burke.

Él califica la herejía de Francisco como una “simple opinión privada” que no se corresponde con la enseñanza constante de la Iglesia, y subraya que la Biblia califica los actos homosexuales como una “perversión grave”, contraria a la ley natural e intrínsecamente desordenada

Burke rechaza el pretendido “derecho” homosexual de Francisco a tener una “familia”, porque no puede haber unión conyugal entre homosexuales.

“El derecho a formar una familia no es un derecho privado a reivindicar, sino que debe corresponder al plan del Creador, quien ha querido el ser humano con diferencia sexual”, explica Burke.

La agitación, confusión y error que Francisco causó entre los fieles es para Burke “igualmente triste y preocupante”, así como el escándalo que produjo al dar la impresión “totalmente falsa” de que la Iglesia ha cambiado de rumbo.

NOTICIAS VARIAS 22 de octubre de 2020

 

LA GACETA

El PP se une al Frente Popular para rechazar la moción de censura de VOX al Gobierno socialcomunista

VOX se pone al frente de la Oposición en España

Venezuela en una lección

IOTA UNUM

LOS DEMONIOS DE JUAN MANUEL (Capitán Ryder)

ES NEWS

Nuevo pecado mortal de Francisco: "El peor servicio que se puede prestar a Dios"

Se extiende por dos años la traición del Vaticano a la Iglesia china

La dama de Becciu: Francisco sabe más de lo que admite

INFOVATICANA

El cardenal Burke lamenta el “desconcierto” generado por las palabras del Papa

THE WANDERER

Usquequo Domine? ¿Hasta cuándo Señor?


Selección por José Martí