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lunes, 14 de enero de 2019

Francisco y los abusos sexuales. El Papa que sabía demasiado



> Todos los artículos de Settimo Cielo en español

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Desde hace tiempo el Papa Francisco ha dado ya a entender claramente cómo juzga y pretende afrontar la cuestión de los abusos sexuales entre los ministros sagrados. Como un problema no primariamente de sexo sino de poder, no de individuos, sino de casta, la casta clerical.

Lo ha dado a entender en la carta que sobre esta cuestión ha dirigido al “pueblo de Dios” el 20 de agosto de 2018, en la que no habla nunca de “abusos sexuales” y basta, sino, al mismo tiempo, de “abusos sexuales, de poder y de conciencia”.

Lo ha ratificado en la carta del 1 de enero de este año a los obispos de los Estados Unidos, en la que vuelve a usar sistemáticamente la fórmula tripartita, pero cambiando el orden: “abusos de poder, de conciencia y sexuales”.

Lo ha vuelto a decir aún más explícitamente en el encuentro a puertas cerradas que tuvo en Dublín el 25 de agosto con los jesuitas irlandeses (ver foto), puntualmente transcrito y publicado por el padre Antonio Spadaro en “La Civiltà Cattolica” del 15 de septiembre. “El elitismo, el clericalismo favorecen toda forma de abuso. Y el abuso sexual no es el primero. El primero es el abuso de poder y de conciencia”.

También el documento final del sínodo del pasado mes de octubre, en los párrafos que se refieren a los abusos sexuales, ha hecho suyo este teorema de Francisco, atribuyendo la causa de todo al “clericalismo”, es decir, a “una visión elitista y excluyente de la vocación, que interpreta el ministerio recibido como un poder que hay que ejercer, más que como un servicio gratuito y generoso”.

En este cuadro de fondo, la convocación a Roma de los presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo, programado del 21 al 24 de febrero, debería ser, en las intenciones del Papa, la puesta en juicio de una representación orgánica de la casta clerical, frente a la cual él se presentaría como autoridad alternativa e inmaculada, sólo al servicio de los sin poder y de las víctimas del poder.

Debería ser así, en el propósito de Francisco. Pero entretanto, los hechos evolucionan en la dirección contraria.

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El último hecho, del que Settimo Cielo ha informado hace pocos, días es el caso del obispo argentino Gustavo Óscar Zanchetta y de su asombrosa carrera hasta un alto cargo en la curia vaticana, a pesar de sus manifiestas pruebas de incompetencia y de poco fiar, y las denuncias presentadas contra él de abusos sexuales de una docena de seminaristas.

> Francisco de inocente a culpable. Malas noticias desde su Argentina

El caso Zanchetta es un ejemplo patente de aquellos “abusos de poder, de conciencia y sexuales” que Francisco tanto estigmatiza. Una pena que toda la carrera de este personaje sea fruto de la amistad y de la protección del Papa.

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Un segundo caso es el del ex cardenal Theodore McCarrick. La congregación para la Doctrina de la Fe –como ha revelado la Catholic News Agency el 7 de enero– casi ha terminado un proceso penal “administrativo”, más rápido y esencial que el canónico regular, sobre sus inmoralidades, recogiendo los testimonios de otras dos víctimas de las que abusó, incluso durante el sacramento de la confesión, cuando tenían 11 y 13 años, y de otros doce seminaristas, a los que obligó a prácticas homosexuales cuando era obispo en Metuchen y en Newark.

Es probable, pues, que antes del encuentro del 21-24 de febrero el Papa Francisco adopte en relación a McCarrick una ulterior y extrema sanción: la reducción al estado laical.

Pero también aquí continúa pesando sobre Francisco la responsabilidad de haber dado durante años protección y honores a McCarrick, incluso conociendo –como otros altos exponentes de la jerarquía, en este y en los dos pontificados precedentes– su reprobable conducta homosexual, decidiéndose a sancionarle sólo después de que salieran a la luz, hace pocos meses, sus abusos a menores.

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Un tercer caso se refiere al cardenal Donald Wuerl, hasta octubre pasado arzobispo de Washington y todavía administrador apostólico de la diócesis en espera del nombramiento del sucesor, al que Francisco ha dado las graciascon palabras conmovedoras de orgullo y aprecio por la “nobleza” de ánimo que ha mostrado –según el Papa– al hacer frente a las acusaciones de haber encubierto los abusos sexuales de los que tenía noticia; entre otros, los cometidos por McCarrick.

Efectivamente, el pasado junio Wuerl declaró que nunca había tenido conocimiento de los abusos de los que McCarrick estaba acusado, antes de que uno de ellos, cometido contra un menor, saltara a las noticias en la primavera de 2018.

Pero el 10 de enero de 2019, tanto la diócesis de Pittsburgh como la archidiócesis de Washington confirmaron que ya en 2004 Wuerl, entonces obispo de Pittsburgh, sabía de la mala conducta de McCarrick a través de un ex sacerdote de la diócesis, también él víctima de actos homosexuales por parte del mismo McCarrick y que había presentado una denuncia ante el entonces nuncio apostólico en los Estados Unidos, Gabriel Montalvo.

En el verano de 2018, el informe del gran jurado de Pennsylvania sobre los abusos sexuales del clero acusaba a Wuerl de haber dejado sin castigo varios casos de abusos cuando era obispo de Pittsburgh.

Después intervino, también contra él, el prestigioso ex vaticanista de “Newsweek” Kenneth Woodward que, en un informe publicado en la revista católica progresista “Commonweal”, escribió que la diócesis de Pittsburgh era conocida desde hacía tiempo como una de las más invadidas por sacerdotes homosexuales, a partir del que fue su obispo entre 1959 y 1969, John J. Wright, después cardenal y prefecto de la Congregación vaticana para el clero, que tenía un gran número de amantes jóvenes y del que Wuerl fue su secretario personal y, después, su sucesor.

Y, sin embargo, increíblemente, la palabra “homosexualidad” no aparece nunca ni en la carta de Francisco al “pueblo de Dios” del 20 de agosto de 2018, ni en su carta a los obispos de los Estados Unidos del 1 de enero de 2019, ni en su conversación con los jesuitas irlandeses. Como si este problema no existiera.

Cuando, al contrario, es precisamente la práctica homosexual el factor estadísticamente dominante entre el clero que abusa, en las últimas décadas. Que es exactamente lo que caracteriza el comportamiento de McCarrick, su práctica homosexual con jóvenes y muy jóvenes; de él se conocen sólo pocos casos de abusos contra menores, en cualquier caso, también ellos varones.

Esta deliberada eliminación del factor homosexualidad es el talón de Aquiles de la estrategia anti abusos de Francisco, como dos cardenales han denunciado hace pocos días.

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Los dos cardenales son los alemanes Walter Brandmüller, de 90 años, historiador de la Iglesia, anteriormente presidente del Pontificio Comité de Ciencias Históricas, y Gerhard L. Müller, de 71 años, teólogo, anterior prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Brandmüller, en una entrevista del 1 de enero a KathNet y en otra del 4 de enero a DPA, ha insistido en que el problema de los abusos entre el clero es preeminentemente un problema de práctica homosexual. Y que hay que afrontarlo empezando con excluir a jóvenes homosexuales de la admisión al sacerdocio. Sobre todo teniendo en cuenta que la erosión en curso de la doctrina católica facilita una creciente justificación moral de la homosexualidad.

Estas declaraciones –repetidas en una sucesiva entrevista del 9 de enero a la edición alemana de Catholic News Agency– le han valido a Brandmüller una tempestad de reacciones indignadas, desde fuera y, sobre todo, desde dentro de la Iglesia.

Y esto ha inducido al cardenal Müller a intervenir de manera incisiva a través del portal LifeSite News el 7 de enero, con una declaraciones que suenan como una crítica directa precisamente al teorema del Papa Francisco, según el cual los abusos sexuales entre el clero son primariamente un producto del clericalismo, es decir, del abuso de poder de la casta clerical.

Escribe Müller:

“Cuando un clérigo comete el crimen de abuso sexual de un adolescente, los ideólogos no dudan en acusar a los sacerdotes en general o a ‘la’ Iglesia –como ellos dicen– de una manera teológicamente inconsistente. Este es el único caso en el que todavía se permite generalizar sin correr peligro, e incluso de presentar alegremente las propias fantasías de una culpa colectiva. Porque cuando un islamista comete un acto de terror, son exactamente estas mismas personas –con sus obtusos prejuicios contra el celibato y contra la despreciada enseñanza moral de la Iglesia– la que absuelven al islam de cualquier complicidad y que –justamente– defienden a la mayoría de los musulmanes pacíficos”.

Y continúa, alzando el tiro:

“Cuando un adulto o un superior abusa sexualmente de quien ha sido confiado a sus cuidados, su ‘poder’ es sólo el medio y no la causa de su acto malvado. Se trata efectivamente de un doble abuso, pero no se debe confundir la causa del crimen con los medios y las ocasiones para llevarlo a cabo, con la finalidad de descargar la culpa absolutamente personal de quien abusa, sobre las circunstancias o sobre ‘la’ sociedad o sobre ‘la’ Iglesia… La causa de la violación de la intimidad física y espiritual de la persona que le ha sido confiada es la voluntad de quien abusa para la propia satisfacción sexual. Hablar sin ton ni son del clericalismo o de las estructuras de la Iglesia como causa del abuso sexual es también un insulto a las muchas víctimas de abuso sexual fuera de la Iglesia católica, por parte de personas que no tienen nada que ver con la Iglesia y los clérigos”.

Sandro Magister

Cardenal Raymond Burke: Francisco está convirtiendo a la lglesia en una denominación protestante



El papa Francisco está dando autoridad a obispos individuales y a las Conferencias Episcopales, advirtió el cardenal Burke: “pero ésta no es la Iglesia Católica”.

Al hablar el 10 de enero en la página web TheWandererPress.com, Burke señala que el concepto fluido de sinodalidad está relativizando el oficio papal y, en consecuencia, constituye “un principio de ruptura, más que un desarrollo de la doctrina”.

Según el cardenal, Francisco utiliza la sinodalidad para promover una “revolución”, al convertir a la Iglesia en una denominación con múltiples divisiones y principios parecidos a los puestos en vigor por los reformadores protestantes que entran en juego.

Como ejemplo de ello, Burke señala que la Iglesia no puede tener las mismas enseñanzas y disciplinas con respecto a la Eucaristía o el matrimonio, de una nación a otra.

Al acuerdo de Francisco con el régimen chino Burke lo llama “un repudio de generaciones de mártires y confesores de la fe”.

Además, él llamó “desordenada” a la fornicación homosexual, declarando que una parte de los obispos de Estados Unidos está presionando para que se acepte la homosexualidad, lo cual “no es coherente con la Iglesia sobre estas cuestiones” [y, en consecuencia, es hereje]

Carta del arzobispo Carlo Maria Viganò al cardinal Theodore McCarrick




Publicamos hoy un cuarto documento de S.E. Mons. Carlo Maria Viganò con fecha de Domingo 13 de Enero, fiesta del Bautismo del Señor y de san Hilario de Poitiers, intrépido obispo francés que, junto con san Atanasio, mantuvo viva la fe durante la herejía ariana del IV siglo. El documento es una carta abierta al card. McCarrick para instarlo al arrepentimiento.
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Estimado Arzobispo McCarrick,
Como fue informado por las noticias de la Congregación para la Doctrina de la Fe, las acusaciones contra usted por delitos contra menores y por abusos contra seminaristas serán examinados y juzgados en breve mediante procedimiento administrativo. 
Sea cual fuere la decisión adoptada por la suprema autoridad de la Iglesia,  aquello que realmente importa, y que ha dolido a aquellos que lo estiman y rezan por usted, es el hecho de que durante estos meses usted no haya dado ninguna señal de arrepentimiento. Yo me encuentro entre aquellos que rezan por su conversión, para que usted se arrepienta y pida perdón a las víctimas y a la Iglesia. 
El tiempo se acaba, pero usted puede aún confesarse y arrepentirse de sus pecados, crímenes y sacrilegios, y hacerlo públicamente, dado que los mismos se han hecho públicos. Su salvación eterna está en riesgo. 
Pero otra cosa de extrema importancia está también en juego. Paradójicamente, usted tiene a su disposición un inmenso don de gran esperanza por parte de Nuestro Señor Jesucristo; se encuentra en una condición en la cual puede hacer un gran bien a la Iglesia. De hecho, usted está en una condición en la cual puede hacer por la Iglesia algo más importante que todas las buenas obras que usted  haya hecho a lo largo de toda su vida. Un arrepentimiento público de su parte obtendría una medida extraordinaria de curación a una Iglesia gravemente herida y sufriente. ¿Está dispuesto a ofrecerle a la Iglesia este don? Jesucristo murió por todos nosotros cuando todavía éramos pecadores (Rom. 5,8). Él solamente nos pide responder con el arrepentimiento y haciendo el bien que nos es dado hacer. El bien que usted es capaz de hacer ahora es el de ofrecer a la Iglesia su sincero y público arrepentimiento. ¿Hará este obsequio a la Iglesia?
Le imploro se arrepienta públicamente de sus pecados, para que así la Iglesia se regocije y usted pueda comparecer ante el tribunal de Nuestro Señor purificado por Su sangre. Le ruego, no haga que sea en vano para usted Su sacrificio en la Cruz. Cristo, Nuestro Buen Señor, continúa amándolo. Ponga toda su confianza en su Sagrado Corazón. Y ruegue a María, como yo y muchos otros lo estamos haciendo, pidiéndole que interceda por la salvación de su alma. 
“Maria Mater Gratiae, Mater Misericordiae, Tu nos ab hoste protege et mortis hora suscipeʺ 
María Madre de la Gracia, Madre de Misericordia, protégenos de los enemigos y acógenos en la hora de la muerte.
Su hermano en Cristo, 
+ Carlo Maria Viganò
Domingo, 13 de Enero de 2019Fiesta del Bautismo del SeñorSan Hilario de Poitiers

domingo, 13 de enero de 2019

Venezuela, otra vez (Padre SANTIAGO MARTIN FM)


Duración 4:49 minutos

Discurso del Papa Francisco a la Curia romana en las Navidades de 2018 (10) [LA IGLESIA Y EL AMOR A LA VERDAD ] (José Martí)



FRANCISCO - Las alegrías han sido numerosas este año, por ejemplo la feliz culminación del Sínodo dedicado a los jóvenes.  

¿A qué jóvenes se refiere aquí Francisco? Más que nada, porque brillaban por su ausencia. Y de los pocos que fueron, una gran mayoría habían habían sido previamente seleccionados, no permitiendo que asistieran jóvenes con pensamiento "pre-conciliar". 

Por otra parte, en este sínodo se trató, sobre todo, del tema de la colegialidad, sin haberlo comunicarlo previamente a la mayoría de los que iban a intervenir en él, que se enteraron muy poco antes de que saliera a relucir este asunto, no teniendo tiempo, por lo tanto, de reflexionar.  Para una información mayor sobre dicho Sínodo pueden leerse:
FRANCISCO - Los pasos que se han dado hasta ahora en la reforma de la Curia, ¿cuándo terminará? No terminará nunca, pero los pasos son buenos. 

No quiero pecar de falta de respeto, pero, la verdad ... ¡no sé si romper en carcajadas o bien, echarme a llorar! ... Es cierto que la Curia se está reformando ... pero en un sentido equivocado: cada vez es mayor el número de cardenales "progresistas" nombrados por el Papa. No sé quien decía aquello de "corren ... y corren bien ... pero fuera del camino". Sea quien fuese el que lo dijese, queda suficientemente claro que tal dicho se puede aplicar perfectamente a lo que está ocurriendo en la renovación de la Curia que Francisco está llevando a cabo ... Claro que la Curia debe de ser reformada, pero en el sentido de un acercamiento mayor a Jesucristo y a la Tradición Perenne de la Iglesia, lo cual no se consigue nombrando como cardenales a personas que son claramente pro-homosexuales, pro-divorcio ... y todo lo que suponga un "acercamiento" al pensamiento mundano. 

FRANCISCO - Los ejemplos son: los trabajos de clarificación y transparencia en la economía; 
los encomiables esfuerzos realizados por la Oficina del Auditor General y del AIF;  los buenos resultados logrados por el IORla nueva Ley del Estado de la Ciudad del Vaticano; el Decreto sobre el trabajo en el Vaticano, y tantos otros logros menos visibles. 

Habría que estudiar bien cada uno de esos "logros" y analizarlos con detalle para comprobar hasta qué punto han sido "buenos" y en qué sentido. Yo no soy la persona adecuada para ello. Pero, por lo poco que he leído de gente experta y sabia, me permito ponerlo en duda. De hecho, cuando el Cardenal Pell y su secretario Bertone, estaban investigando con relación al IOR, y parecía que la verdad ignominiosa iba a salir a relucir, fueron ambos "misericordiados" rápidamente. Podemos recordar algo en estos links:






FRANCISCO - Un gran motivo de alegría es también el gran número de personas consagradas, de obispos y sacerdotes, que viven diariamente su vocación en fidelidad, silencio, santidad y abnegación (...) Pienso especialmente en los numerosos párrocos que diariamente ofrecen un buen ejemplo al pueblo de Dios, sacerdotes cercanos a las familias, que conocen los nombres de todos y viven su vida con sencillez, fe, celo, santidad y caridad. Personas olvidadas por los medios de comunicación pero sin las cuales reinaría la oscuridad.

Gracias a Dios esas personas existen. Y esa es una de las razones más importantes por las que la Iglesia se mantiene todavía en pie. Sería bueno (o mejor dicho, sería necesario) no relegar al olvido a aquellas personas, consagradas a Dios, que se dedican -en cuerpo y alma- a la oración, p.e. en los monasterios de clausura: ellos son el alma de la Iglesia. En teoría, Francisco defiende este estilo de vida: sus palabras son impecables. Verdaderamente es motivo de inmensa alegría que existan esas personas que lo han dejado todo para servir sólo a Dios, bien sea en el mundo (sacerdotes) o bien alejados del mundo (monjes y monjas). Por el misterio del Cuerpo Místico de Cristo conocemos lo importante que es para la vida de la Iglesia que haya fieles cristianos que, con total generosidad, le hayan ofrendado su vida a Dios, por completo. No están aislados, sino intercediendo ante Dios por todos aquellos que lo necesitan y que sufren, bien en su cuerpo, bien en su alma, o bien en ambos. El poder de la oración es el poder mismo de Dios, que actúa -porque así lo ha dispuesto- a través de nosotros para extender su Reino por el mundo entero. No es preciso "hacer lío" ni "ser revolucionario" para agradar a Dios. De hecho, Santa Teresa del Niño Jesús es, junto a San Francisco Javier, patrona de las misiones ... y todo ello sin salir del convento, en clausura completa y absoluta.

Y por eso digo que, "en teoría", está muy bien todo cuanto dice el papa Francisco, pero a la hora de la verdad, a la hora de poner por obra lo que ha dicho, hay un cambio radical, porque ocurre justamente lo contrario de lo que ha proclamado. Conocemos muy bien el caso de los Franciscanos y Franciscanas de la Inmaculada, que fueron a pique ... ¡por rezar demasiado! (es un modo de hablar pero sí hay bastante de verdad en ello). Pero es que, por si quedara todavía alguna duda, ahí tenemos la famosa constitución apostólica Vultus Dei quaerere así como su aplicación a la vida contemplativa Cor OransSobre este tema pueden leerse también algunos posts:


El papa Francisco se entromete en la vida de las monjas de clausura 28-05-2018


Vírgenes y mártires en modo #Francisco (The Wanderer) 24-06-2018


El papa Francisco acaba su discurso con frases completamente ortodoxas y en total conformidad con la Iglesia de siempre. Aunque luego esto no se refleje siempre en los hechos, da gusto oírlas porque reflejan bastante bien el devenir de la Iglesia, que es santa y pecadora a un tiempo: santa en su Cabeza, que es Cristo; pecadora en muchos de sus miembros ... pero eso no quita nada a su santidad esencial. Y si no comprendemos esto, tengamos presente que tal falta de comprensión es normal. ¿Por qué? Porque la Iglesia es un misterio. El misterio de la Iglesia es una verdad de fe. Y así lo proclamamos cuando rezamos el Credo y decimos: "Creo en la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica". 

FRANCISCO - La Navidad nos da cada año la certeza de que la luz de Dios seguirá brillando a pesar de nuestra miseria humana; la certeza de que la Iglesia saldrá de estas tribulaciones aún más bella, purificada y espléndida. Porque todos los pecados, las caídas y el mal cometidos por algunos hijos de la Iglesia nunca pueden oscurecer la belleza de su rostro; es más, nos ofrecen la prueba cierta de que su fuerza no está en nosotros, sino que está sobre todo en Cristo Jesús, Salvador del mundo y Luz del universo, que la ama y dio su vida por ella. 
La Navidad es una manifestación de que los graves males cometidos por algunos nunca ocultarán todo el bien que la Iglesia realiza gratuitamente en el mundo. La Navidad nos da la certeza de que la verdadera fuerza de la Iglesia y de nuestro trabajo diario, a menudo oculto, reside en el Espíritu Santo, que la guía y protege a través de los siglos, transformando incluso los pecados en ocasiones de perdón, las caídas en ocasiones de renovación, el mal en ocasión de purificación y victoria.
Muchas gracias y Feliz Navidad a todos.

Gracias, Santidad. Y amén a todo lo bueno que ha dicho, en particular los últimos párrafos. Ojalá que, con la ayuda de Dios, supiéramos ponerlo en práctica.

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Y dicho esto, insisto en este post, en aquello a lo que el papa Francisco se suele referir con mucha frecuencia: el discernimiento ... teniendo muy presente que dicho concepto de discernir está intrínsecamente relacionado con la verdad. No discierne bien aquel que al hacerlo actúa en contra de la voluntad de Dios; una voluntad que podemos conocer si tenemos en nuestra mente y en nuestro corazón las palabras de Jesús, nuestro Maestro y Señor, Aquel que nos ama y que dio su vida por nosotros, por todos y por cada uno. Y éstas fueron las palabras de Jesús: "Por sus frutos los conoceréis" (Mt 7, 16; 20). Ésta es la clave para diferenciar el error de la verdad cuando escuchemos a alguien. Y  vale para todos. Aplicable también, por lo tanto, al papa Francisco quien, por otra parte, nos lo ha dicho  muy claro, y es de agradecer: No es pecado criticarle. Evidentemente, estamos hablando de una crítica constructiva y bien entendida ... aquella que todos los católicos tenemos la obligación de ejercer si está en juego el bien de la Iglesia, que es lo que está ocurriendo en la actualidad.

Duración: 37 segundos

Por eso no debemos desconcertarnos. Con relación a Francisco, más que en lo que dice (aunque también en ello, cuando yerra), debemos fijarnos en sus hechos, en aquello que hace u omite porque ahí es donde se refleja su verdadero "pensamiento" sobre la Iglesia, su "idea" de Iglesia.

Y así, podemos constatar (pues lo estamos padeciendo en nuestra propia carne, a lo largo de casi seis años, desde el 13 de marzo de 2013)  que el "paradigma" de Francisco sobre la Iglesia se aleja, con bastante frecuencia, de la realidad de la única y auténtica Iglesia, aquella que es conforme al pensamiento de Nuestro Señor Jesucristo. 

De manera, pues, que cuando eso ocurra, por nuestro propio bien y, aún más, por el bien de la Iglesia (¡de la verdadera!) es necesario que no nos dejemos engañar por sus palabras ( a veces bellas y hermosas, otras no tanto) o por sus silencios [¡no hablo, en ningún momento de intenciones! ... eso sólo le corresponde a Dios] cuando lo que diga, haga u omita esté en disconformidad con aquello que viene diciendo y haciendo la Iglesia durante dos mil años. Necesitamos de una catequesis urgente, que nos libre de toda la cantidad de disparates y herejías, más o menos encubiertas, con las que nos encontramos cuando hablamos con quienes son, "supuestamente", católicos. Hay una gran ignorancia y desconocimiento, entre los católicos, de su propia religión. Por eso tenemos que pedir al Señor "que envíe obreros a su mies" (Mt 9,38)

Es el amor a la verdad lo único que nos puede salvar: "Todo el que ama la verdad viene a la Luz", que es Jesucristo. Y sólo en Él está la salvación.  Cada uno tendrá que dar cuenta a Dios de sus acciones u omisiones ...  sólo a Él y a ningún otro. Tenemos necesidad de fortaleza y eso le pedimos al Señor: que nos conceda valentía para serle fiel en todo momento, sean cuales fueren las dificultades con las que nos encontremos y que no nos avergoncemos nunca de Él. Así lo entendieron los Apóstoles: "Es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hech 5, 29) y así debemos de entenderlo igual nosotros. 

Acabo esta última entrada, referente al discurso del Papa a la Curia en las Navidades de 2018,  con una cita de la segunda carta del apóstol San Pablo a los tesalonicenses: "La venida del impío, por la acción de Satanás, vendrá con toda clase de poderes, señales y prodigios falsos, y con todo género de seducciones propias de la maldad para aquellos que se pierden por no haberse abierto al amor de la verdad, que los salvaría" (2 Tes 2, 9-10) ... "de modo que sean condenados todos los que no creyeron en la verdad, sino que pusieron su complacencia en la injusticia" (2 Tes 2, 12)

José Martí 

sábado, 12 de enero de 2019

El Vaticano envía un representante a la toma de posesión de Maduro (Carlos Esteban)



Contra el criterio de la propia iglesia venezolana, el Vaticano ha querido estar presente en una toma de posesión de Nicolás Maduro juzgada casi universalmente ilegítima y sin apenas enviados de otros países.


El mundo considera que el bolivariano sucesor de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, ha ido demasiado lejos en su imposición de una tiranía socialista que ha empobrecido Venezuela hasta la miseria y que su nuevo mandato es ilegítimo, algo que se ha hecho evidente en la ‘foto’ de su nueva toma de posesión, en la que aparecen sólo los líderes o representantes de países cómplices, como el boliviano Evo Morales.

Sin embargo, la Santa Sede ha querido estar en esa foto, dando con la presencia de un representante un espaldarazo a lo que para casi todos los países democráticos es una farsa sangrante. Así, mientras los prelados venezolanos insisten en que la toma de posesión de Maduro es “ilegítima” y se muestran crecientemente críticos, el Vaticano quiere mantener los lazos con el Gobierno bolivariano y ha enviado a monseñor George Koovakod, encargado de negocios de la Santa Sede.

En su último mensaje de Navidad, el Papa hizo una referencia a las naciones de Venezuela y Nicaragua que provocó abundantes críticas al pasar por alto las descaradas vulneraciones de los derechos humanos cometidas por los regímenes de Nicolás Maduro y Daniel Ortega. “Que este tiempo de bendición le permita a Venezuela encontrar la concordia”, dijo su Santidad en su mensaje, pidiendo más adelante “reconciliación” a los hondureños; es decir, equiparando víctimas y verdugos.

Esta asombrosa equidistancia papal motivó a una veintena de ex presidentes latinoamericanos a enviar al Santo Padre una dura carta en la que deploran el lenguaje usado por el Papa.

 “Nos preocupa el llamado de Su Santidad a la concordia, ya que, en el contexto actual, puede entenderse ello como un pedido a los pueblos que son víctimas para que se acuerden con sus victimarios”, dice la carta, añadiendo: “La expresión de Su Santidad, que la sabemos dicha de buena fe y guiada por su espíritu de pastor, está siendo interpretada de un modo muy negativo por las mayorías de Venezuela y Nicaragua. Sobre todo, por cuanto no existe, actualmente, en dichos países, un diferendo político que reclame de entendimiento, tolerancia, entre fuerzas encontradas con narrativas distintas, dentro de una democracia normal o deficiente que hoy lamentablemente no existe en éstos”.
El Papa, como respuesta, ha subrayado que “la Santa Sede no busca interferir en la vida de los Estados”, algo que quizá Salvini, Trump o Bolsonaro podrían matizar

En lo referente a Venezuela, dijo que espera “que se encuentren vías institucionales y pacíficas para solucionar la persistente crisis política, social y económica; vías que consientan asistir, sobre todo, a los que son probados por las tensiones de estos años y ofrecer a todo el pueblo venezolano un horizonte de esperanza y de paz”.

Monseñor José Luis Azuaje, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, tiene menos dudas al respecto: 
“¿Legítima?, ¿ilegítima? La historia, cuando sea el momento a través de los actores que propiciaron unas elecciones tan dudosas en un marco de ventajismo, dará su veredicto”, dijo en un comunicado leído ante la prensa, en el que mencionó el “deterioro humano y social en la población y en las riquezas de la nación” que ha causado el régimen, cuyo nuevo mandato en la persona de Maduro “se ha hecho ilegítimo y moralmente inaceptable”.
Carlos Esteban

NOTICIAS VARIAS 11 y 12 de enero de 2019



THE WANDERER

Arquitectura blasfema (Hilary White, traducido por Jack Tollers)

INFOCATÓLICA



 No votar también es una opción (Francisco Soler Gil)




DISIDENTES ON-LINE



LIFE SITE NEWS



RORATE CAELI


HISPANIDAD CATÓLICA


ADELANTE LA FE


ONE PETER FIVE


GLORIA TV



Selección por José Martí

Cae en picado la confianza en el clero en Estados Unidos (Carlos Esteban)



En el último año, la confianza en el clero se ha desplomado en Estados Unidos, según datos del gigante de la demoscopia Gallup. Solo el 31% de los católicos estadounidenses puntúan como “altos” o “muy altos” los estándares morales o la honestidad de sacerdotes y prelados.

Parece un caso de justicia poética que la encuesta Gallup sobre confianza en el clero en el último año se hiciera pública solo un día después de saberse que el cardenal Donald Wuerl, administrador apostólico y ex arzobispo de Washington, mintió cuando dijo no haber oído nada sobre la conducta de su predecesor, el notorio pederasta Theodore McCarrick. Y es que la confianza de los católicos norteamericanos en el clero cayó 18 puntos en 2018 con respecto al año anterior. En comparación, la opinión de los protestantes sobre el mismo asunto se mantuvo prácticamente estable, con una caída en la confianza de solo un punto porcentual.

Ya antes las encuestas habían detectado una pérdida de confianza entre los fieles hacia la propia Iglesia. Un estudio demoscópico llevado a cabo el pasado verano registró un descenso en la confianza de los católicos en la Iglesia del 52% en junio de 2017 al 44% el mismo mes del año pasado.

Es evidente que los sucesos de este verano pasado han deteriorado masivamente la confianza puesta por los feligreses en un clero que se ha revelado plagado de casos de pederastia y de encubrimientos de los mismos por parte de los prelados. La última noticia, que dábamos ayer mismo, de que el cardenal Donald Wuerl conocía, pese haber afirmado repetidamente lo contrario, los desmanes homosexuales del ex cardenal McCarrick no puede por menos que minar aún más esta ya maltrecha relación entre los fieles y su clero.

La reunión episcopal de excepción que tendrá lugar el próximo mes en Roma pretende, en parte, remendar esa confianza perdida, pero no va a ser fácil. No sólo el mal está demasiado avanzado como para que pueda darse una cura rápida y eficaz en el corto plazo, sino que sucesos posteriores a su convocatoria, como el caso del obispo Zanchetta, llevan a sospechar que no existe una verdadera voluntad de hacer más transparente a la Iglesia y aplicar una verdadera política de ‘tolerancia cero’, sino la ‘salvar la cara’ frente a la opinión pública.

En ningún momento fueron demasiado creíbles las vehementes negaciones de Wuerl, que aparece citado 68 veces en el demoledor informe del jurado de Pensilvania hecho público este verano como encubridor en su etapa de obispo de Pittsburgh, sino que como sucesor y amigo de McCarrick difícilmente podía ignorar lo que era un secreto a voces entre sacerdotes, seminaristas y aun periodistas especializados durante décadas.

Esta dificultad para creer la ignorancia de Wuerl -que se ha demostrado falsa- se aplica también a otros obispos que fueron elegidos para el episcopado por influencia de McCarrick, a menudo ignorando el proceso de selección habitual de nominados, como Blaise Cupich, Arzobispo de Chicago, Joseph Tobin, arzobispo de Newark, y quien fuera auxiliar y convivente durante años del prelado pederasta, Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

De hecho, una de las razones para desconfiar de los resultados de la próxima reunión episcopal es el hecho de que Su Santidad haya elegido precisamente a Cupich para organizarla y coordinarla. Cupich reconoció recientemente que llegaron a su conocimiento casos de abusos entre sus sacerdotes que no denunció, y durante el estallido de la crisis Viganò hizo cuanto pudo por quitar hierro a la cuestión de los abusos, asegurando públicamente que el Papa tenía una agenda más amplia de que ocuparse, con temas urgentes como el medio ambiente.

Por lo demás, ninguno de los prelados que se reunirán en febrero en Roma ha sido capaz de señalar con el dedo el hecho más obvio y destacado de estos casos de abuso, a saber, que en su abrumadora mayoría -más del 80%- implican a sacerdotes homosexuales

Esta negativa a encarar lo evidente y ampararse en motivaciones vagas como el ‘clericalismo’, de tan difícil concreción, hace temer lo peor, un resultado que confirme en su desconfianza a esos católicos americanos que ya la han perdido.
Carlos Esteban

"El Gozo" (Monseñor Fulton J. Sheen dixit)



Wuerl conocía las acusaciones contra McCarrick en 2004 (Carlos Esteban)



Un nuevo detalle crucial del Testimonio Viganò que se confirma: el cardenal Donald Wuerl, sucesor de McCarrick en Washington y aún administrador apostólico de la archidiócesis, sabía de la conducta escandalosa del ex cardenal al menos desde 2004.

Aunque, desde el estallido del escándalo en torno al defenestrado cardenal Theodore McCarrick, aún arzobispo emérito de Washington, su sucesor y aún administrador apostólico de la Archidiócesis de Washington, Donald Wuerl, ha insistido en que los cargos contra su predecesor fueron una absoluta sorpresa, ayer se supo que había recibido denuncias contra el prelado pederasta al menos desde 2004.

La diócesis de Pittsburgh ha confirmado que su entonces obispo Wuerl reenvió al nuncio apostólico en Washington una denuncia que implicaba a McCarrick por el sacerdote secularizado Robert Ciolek, extremo que ha confirmado la archidiócesis de la capital estadounidense, informa CNA.

La nota de la diócesis de Pittsburgh señala que Ciolek se presentó el noviembre de 2004 ante la oficina de supervisión diocesana para declarar sobre una denuncia por abuso contra un sacerdote de Pittsburgh. En ese encuentro, “Ciolek también habló de los abusos que había sufrido por parte del entonces cardenal Theodore McCarrick. Esta fue la primera vez que la Diócesis de Pittsburgh tuvo noticia de esta denuncia”, dice la nota, que añade: “Unos días más tarde, el entonces obispo Donald Wuerl elaboró un informe con la denuncia y lo envió al nuncio apostólico en Estados Unidos”.

Desde la archidiócesis capitalina confirman que Ciolek había pedido expresamente que su testimonio se reenviara al nuncio, solicitando quedar en el anonimato, como así se hizo. Posteriormente, sin embargo, el sacerdote secularizado ha dado su permiso a Pittsburgh para que se incluya su nombre en la nota.

En el verano pasado, primero con el estallido del escándalo del ex cardenal y luego con la aparición del Testimonio Viganò, en el que se aseguraba que Wuerl conocía las andanzas de McCarrick, Wuerl declaró en repetidas ocasiones que no le habían llegado ni tan siquiera “rumores” sobre la conducta homosexual predatoria del todopoderoso prelado.

En 2005, Ciolek había alcanzado un acuerdo extrajudicial de 80.000 dólares con tres diócesis de Nueva Jersey en conexión con denuncias por abusos sexuales que implicaban al arzobispo McCarrick y a un maestro de un colegio católico. Aunque se desconocen los cargos precisos contra el arzobispo emérito, parecen referirse a abusos que tuvieron lugar en la ya infame casa de la playa que poseía McCarrick en Nueva Jersey y en la que compartía cama con seminaristas ocasionales. En la documentación de los acuerdos extrajudiciales, por lo demás, se incluían referencias al obispo Wuerl y a la diócesis de Pittsburgh.

Todo esto es un desmentido directo de lo que ha sostenido hasta ahora Wuerl sobre el caso McCarrick. En una carta hecha pública el 21 de junio pasado, Wuerl se mostraba “conmocionado y entristecido” por las revelaciones sobre su predecesor y mentor. En ella subraya que “durante su mandato en Washington no se ha presentado alegación alguna -creíble o no- contra el Cardenal McCarrick”. Una nota recién publicada por la archidiócesis para salir al paso de las nuevas revelaciones se agarra como a un clavo ardiendo a ese “durante su mandato en Washington”, asegurando que Wuerl trataba de ser puntillosamente preciso.

El demoledor informe del gran jurado de Pensilvania, también este pasado verano de escándalos, citaba hasta 68 veces a Wuerl implicándole en encubrimiento de abusos clericales durante su mandato al frente de la diócesis de Pittsburgh, generando una presión sobre el cardenal que llevó a que el Papa Francisco aceptara su renuncia, presentada por edad tres años antes, si bien alabando su conducta y confirmándole como administrador apostólico de la archidiócesis capitalina en tanto se encuentra un sucesor.

Carlos Esteban

Arquidiócesis de Washington contradice al cardenal Wuerl y confirma el "Testimonio" de Viganò



Una acusación de “mala conducta” contra el cardenal Theodore McCarrick, de 88 años, fue presentada al entonces obispo de Pittsburgh, monseñor Donald Wuerl, de 78 años, ya en noviembre de 2004, informa el 10 de enero la CatholicNewsAgency.com.

Ahí se cita a Ed McFadden, el vocero de la arquidiócesis de Washington.

Wuerl fue el sucesor de McCarrick como cardenal de Washington. Renunció en octubre de 2018, pero está todavía a cargo como administrador apostólico de Washington.

La denuncia fue presentada en el 2004 por Robert Ciolek, un ex sacerdote reducido al estado laical. Él discutió frente a la junta de revisión diocesana de Pittsburgh contra un sacerdote de esa diócesis y mencionó otro delito supuestamente cometido por McCarrick.

En el 2004 Wuerl reenvío el informe al nuncio apostólico en Washington.

Pero en agosto de 2018 Wuerl insistió diciendo que él no sabia nada sobre las acusaciones contra McCarrick, reiterando que él nunca había escuchado rumores sobre ellas.

A pesar de la negación, el denunciante arzobispo Carlo Maria Viganò testificó en agosto de 2018 que él había discutido personalmente en varias ocasiones con Wuerl sobre las actividades de McCarrick.

La nueva declaración de la arquidiócesis de Washington es una confirmación independiente del "Testimonio" de Viganò, quien dijo también que Wuerl “miente descaradamente”.