Duración 9:43 minutos
Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios (1 Cor 2, 12), el Espíritu de su Hijo, que Dios envió a nuestros corazones (Gal 4,6). Y por eso predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero para los llamados, tanto judíos como griegos, es Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,23-24). De modo que si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema! (Gal 1,9).
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jueves, 25 de agosto de 2016
martes, 23 de agosto de 2016
Pastores santos y vuelta a la Tradición para salvar a la Iglesia (José Martí)
Tal vez haya demasiado ruido en nuestro interior y tal vez sean demasiadas las cosas que nos preocupan cuando, en realidad, "sólo una es necesaria" (Lc 10, 42). Si esa actitud se convierte en norma de nuestra vida, entonces nuestro corazón se va endureciendo progresivamente para las cosas de Dios ... y cada día que pasa nos va resultando más difícil el volver a Él ... de manera tal que acabamos perdiendo la fe -si es que hemos llegado a tenerla- y entonces intentamos justificar nuestra conducta mediante el proceso de negar, incluso, la existencia de Dios ... hasta acabar negando al mismo Jesucristo, con lo que nos condenamos, ya de antemano, en esta vida, a ser unos desgraciados: En el pecado llevamos la penitencia.
La razón es muy sencilla: Hemos sido creados por Dios para amar y para ser amados. Tal es nuestra condición como personas. Sólo este amor de Dios hacia nosotros y de nosotros hacia Dios, un amor que se hace extensible a todos los hombres, porque Él los ama y nosotros sólo queremos lo que Él quiere. Dios, manifestado en Jesucristo, da sentido a nuestra vida. Y "Dios es Amor" (1 Jn 4, 8). El rechazo de Dios por parte del mundo es un rechazo del amor ... y sin amor la vida no es vida, somos como zombis (muertos vivientes): "Tienes nombre de vivo, pero estás muerto" (Ap 3, 1)
Rechazado Dios por el mundo, como hoy está ocurriendo, éste se descompone porque se queda sin su base y fundamento. El hombre "moderno" de hoy está jugando a ser "dios". Nadie puede decirle lo que tiene que hacer. Él decide lo que está bien y lo que está mal. En realidad, es la misma tentación que data de nuestros orígenes, cuando el Diablo, en forma de serpiente tentó a Eva, quien le había contestado que podían comer de todos los árboles del jardín menos del fruto del árbol que está en medio, pues de hacerlo morirían. Y claro, la serpiente, que es el más astuto de los animales, dijo a la mujer: "No moriréis, en modo alguno; es que Dios sabe que el día que comáis de él se os abrirán los ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal" (Gen 3, 4). Ya conocemos lo que ocurrió: Eva comió del fruto prohibido y luego le dio a su marido Adán, que también comió. Consecuencias de este pecado personal de Adán y Eva (pecado original originante) fue, además de la pérdida de la gracia santificante, el sometimiento al dolor y a la muerte ... un pecado que se transmitió a toda su descendencia, pecado de naturaleza, no personal (pecado original originado).
El sentido común se ha perdido. Descartado lo sobrenatural, el hombre se ha quedado también sin lo natural. Por eso nos encontramos con auténticas aberraciones que pretenden hacerse pasar como normales, cuando no son sino una manifestación del odio y del rechazo a Dios; o concretando, del odio a Jesucristo. ¿Qué son, si no, todas estas leyes perversas que se están llevando a cabo prácticamente en todo el mundo, como -por ejemplo- la ideología de género que se está imponiendo, de un modo cruel y tiránico, en la educación, pervirtiendo a los niños y haciéndole ver como algo natural lo que es "contra natura". Tal es el caso de la homosexualidad, que está siendo elevada a la categoría de virtud; el feminismo radical que defiende el aborto (¡crimen horrendo contra una criatura inocente!) como un derecho; el divorcio fácil, que supone la destrucción de la familia y de la sociedad, etc
Aunque lo más grave de todo es que muchas de estas cosas abominables están siendo defendidas por determinados sectores dentro de la Jerarquía eclesiástica, considerándolas también como normales. Peor todavía: Los que están en las más altas esferas de la Iglesia ni siquiera les llaman la atención o los destituyen de sus cargos. Al contrario, les conceden cargos de más categoría para conseguir cambiar la Iglesia de Jesucristo -la Iglesia de siempre, la que se ha mantenido durante casi dos mil años de historia- por otra inventada por el hombre; con la desfachatez, además, de decir que "no se está tocando la doctrina" y que "son razones pastorales las que los mueven": ¡Mentira!
Siempre le queda al cristiano, sin embargo, la seguridad de que "de Dios nadie se ríe" (Gal 6, 7), en el sentido de que no sólo es misericordioso, que -por supuesto- lo es: Dios es infinitamente misericordioso y desea nuestra salvación ... la de todos los hombres. Pero es igualmente infinitamente justo y "dará a cada uno según sus obras" (Rom 2, 6). Dios nos trata como personas y no impone a nadie su amor que, entonces, no sería tal, pues sin libertad no puede haber amor. Por desgracia muchos hombres se eligen a sí mismos y rechazan a Dios, no quieren saber nada de Él, por más que Dios siempre esté a la espera. Si esa situación se perpetúa y el hombre muere impenitente, en el ejercicio de su propia libertad, Dios -que es amor- no puede admitirlo a su Reino: ¡no tendría ningún sentido! Por eso mientras vivimos tenemos que estar vigilantes y orar en todo tiempo para no decaer en nuestra esperanza, en un mundo que se ha vuelto loco, definitivamente, dándole la espalda a Dios y labrándose así su propia condenación.
Y esto no lo digo yo. Lo dijo el mismo Jesús, que es rico en misericordia, Aquél que "al ver a las muchedumbres, se llenó de compasión hacia ellos, porque estaban cansados y abatidos, como ovejas sin pastor" (Mt 9, 36). Éstas fueron sus palabras: "A todo el que me confiese delante de los hombres, Yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos; pero a quien me niegue delante de los hombres, Yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos" (Mt 10, 32-33). Y estas otras: "Quien no está conmigo está contra Mí; y quien no recoge conmigo, desparrama" (Mt 12, 30).
No tenemos otra opción. De ahí que no tenga mucho sentido el llamado "diálogo ecuménico" y menos aún las reuniones interreligiosas, como el caso de Asís, que comenzó con Juan Pablo II hace 30 años, en 1986, y que ahora se va a repetir, con Francisco, el 20 de septiembre de 2016. Un cristiano no puede orar junto a otra persona que no lo sea. Puede orar para que esa persona se convierta y conozca a Jesucristo. No sólo puede sino que debe. Pero reunirse "todos juntos" como si la religión católica fuese una más en el Panteón de los "dioses" eso es -en el mejor de los casos- un pecado de cobardía y de avergonzarse de Jesucristo como el Único por quien la salvación es posible. No, no se pueden colocar al mismo nivel cristianos, judíos, musulmanes, budistas, etc..., en un conglomerado de "religiones" que, por supuesto, adoran a un dios que ellos mismos se han inventado ... o incluso no adoran a ninguno. Esto no lleva a la unión sino al sincretismo y a la pérdida de la propia identidad como católicos, por más que se diga otra cosa.
Los frutos obtenidos a raíz del Concilio Vaticano II son más que manifiestos: ¡los estamos viendo! ... y no son buenos: "apostasía generalizada". Decía Jesús: "Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede dar frutos malos, ni un árbol malo frutos buenos" (Mt 7, 17-18). Aplicando la lógica: Si el fruto obtenido es malo es porque el árbol de donde procede dicho fruto es también malo ... De manera que, puesto que los frutos que se han recogido a partir del Concilio Vaticano II son malos, se requiere ... y urgentemente ... una revisión de aquellos puntos del Concilio que han dado origen a la situación actual ... puntos que coinciden, precisamente, con aquellos que han supuesto un cambio en la doctrina multisecular de la Iglesia como, por ejemplo, la Nostra Aetate (es sólo un ejemplo, pues es mucho lo que habría que revisar). Sólo una vuelta a la Tradición de la Iglesia de Jesucristo puede salvar a la Iglesia.
Como ya hemos leído más arriba, Jesús "al ver a las muchedumbres, se llenó de compasión hacia ellos, porque estaban cansados y abatidos, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: "La mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, por tanto, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies" (Mt 9, 36-38). Necesitamos pastores santos y debemos de insistirle al Señor, con lágrimas si es preciso, para que nos los conceda, porque su Iglesia está yendo a la deriva ... y la Iglesia que estamos viendo no tiene nada que ver con la Iglesia que Él fundó. Es una "nueva Iglesia", irreconocible por el simple pueblo fiel que lo ha sido desde que tiene uso de razón. Se ha desplazado el centro desde Dios hasta el hombre. Ahora es preciso que el centro vuelva a ser Dios ... por cierto, en beneficio del hombre, un hombre al que hoy se le está engañando predicándole una doctrina que no es la que predicó Jesucristo, pues se ha falseado su Mensaje.
No cabe duda de que Dios proveerá, aunque no sabemos cómo lo hará.
Lo que sí es cierto es que un cristiano, al ver estos sucesos, no puede jamás perder la esperanza ni la alegría. Sufrirá, por supuesto ... ¿cómo no va a sufrir al ver como la barca de Pedro se hunde? Este sufrimiento yo lo he visto reflejado en un artículo de Francisco José Soler Gil de título "No odiaré al papa Francisco". Pero, por encima de cualquier sufrimiento, un cristiano tendrá siempre presente en su mente y en su corazón las palabras de Jesús: "Cuando comiencen a suceder estas cosas [es decir, la apostasía general], TENED ÁNIMO y levantad vuestras cabezas, porque se aproxima vuestra redención" (Lc 21, 28).
No puedo terminar este artículo sin recordar las últimas consoladoras palabras de Jesús a sus discípulos poco antes de ascender a los cielos, con su cuerpo glorioso:
"Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 18-20)
José Martí
lunes, 22 de agosto de 2016
Dispuesto a la denuncia, la condena y la cárcel (Padre Jorge)
Fuente: Infocatólica
Sobre ideología de género:
Me parece una barbaridad. Como se lo parece a su santidad el papa Francisco, al cardenal Urosa de Venezuela, al cardenal Cañizares, a los obispos de Alcalá y Getafe, al cardenal Sarah …
Comparto plenamente: “El Papa Francisco criticó que en las escuelas se enseñe a los niños la ideología de género, una de las “colonizaciones ideológicas” que se difunden a través de libros financiados por ciertas instituciones e incluso por “países muy influyentes”.
Sigue Francisco: “En Europa, América, América Latina, África, en algunos países de Asia, hay verdaderas colonizaciones ideológicas. Y una de estas –lo digo claramente con nombre y apellido– ¡es la ideología de género!”
En cuanto a la homosexualidad y los actos homosexuales lo que un servidor piensa es exactamente esto:
- Que la inclinación homosexual es objetivamente desordenada
- Que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados
- Que las personas homosexuales están llamadas a la castidad.
“Los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso".
Y esto:
“Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.
Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana".
(Catecismo de la Iglesia Católica nº 2357, 2358, 2359).
Pues bien, si dicho esto alguien piensa que soy reo de condena, adelante con los faroles.
Servidor, entre lo que dicen la tele, los buenistas, los timoratos, los deseosos de quedar bien con todos y que acabarán no quedando bien con nadie, los promotores del orgullo gay, y lo que dicen el papa, unos cuantos cardenales y obispos y el catecismo de la Iglesia Católica, se queda con esto último, porque si hablamos de coherencia, lo coherente es que un sacerdote católico estè de acuerdo con el catecismo de la Igesia Católica, cosa que cada vez resulta más extraño.
Padre Jorge
domingo, 21 de agosto de 2016
Roto el Magisterio de la Iglesia, ¿qué nos queda? [2 de 3] (José Martí)
¿CÓMO ES POSIBLE QUE EL MAGISTERIO ACTUAL PUEDA DEROGAR EL MAGISTERIO ANTERIOR?
¿Acaso podemos considerar que la Iglesia ha nacido hace tan solo 50 años a raíz del Concilio Vaticano II? ¿Qué ocurre con los otros casi dos mil años desde que fue fundada por Jesucristo? ¿Por qué se habla tanto del Concilio y del Espíritu del Concilio y no se habla, en cambio, del Espíritu de Jesucristo ... porque me da a mí que estamos hablando de "Espíritus" diferentes, lo cual ocurre cuando el llamado "Espíritu" del Concilio [que, en realidad, nadie sabe lo que es, y que cada uno interpreta a su manera] no coincide con el verdadero Espíritu, a saber, Aquél que procede del Padre y del Hijo y el que nos hace conocer a Dios ... Aquél de quien dice Jesús: "El Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, Él os enseñará todo y os recordará todas las cosas que Yo os he dicho" (Jn 14, 26).
El auténtico Magisterio de la Iglesia es el que mantiene vivo el Espíritu de Jesucristo en el mundo. Pero, ¿es eso lo que vemos en el Magisterio actual? ... y la respuesta, para desgracia del fiel pueblo cristiano, es bien conocida de todos: ¡NO! Se echa en falta un Pastor que, como Cristo, guíe a los fieles cristianos por el único camino que conduce hasta Dios ... y que no es otro que el mismo Jesús: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por Mí " (Jn 14, 6). Fuera de ese Camino, que se encuentra en el seno de la Santa Iglesia Católica, que Él fundó, no hay salvación posible: "En ningún otro hay salvación; pues ningún otro Nombre hay bajo el Cielo, dado a los hombres, por el que podamos salvarnos" (Hech 4, 12).Ésa fue la respuesta que dio Pedro a los miembros del Sanedrín, que lo habían detenido en prisión (a él y a Juan) por haber curado a un cojo de nacimiento en Nombre de Jesucristo (Hech 3, 1-8). Allí, en Jerusalén, se encontraban reunidos " sus jefes, ancianos y escribas; también Anás, el sumo sacerdote, Caifás, Juan, Alejandro y cuantos eran de la familia de los sumos sacerdotes" (Hech 4, 5-6)]
Pedro les contestó "lleno del Espíritu Santo" (Hech 4, 8): "Quede claro a todos vosotros y a todo el pueblo de Israel que éste [el enfermo] se presenta ante vosotros sano en virtud del Nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos" (Hech 4, 10).Y se puede leer poco después: "Al ver la SEGURIDAD de Pedro y Juan, y comprendiendo que eran hombres sin letras ni cultura, se admiraron, pues los conocían de cuando estaban con Jesús" (Hech 4, 13).
¿Vemos hoy algo parecido a esto en la Iglesia? ¿Vemos esa seguridad absoluta en Jesucristo que tenían los primeros apóstoles, que estaban dispuestos a jugarse su vida antes que renegar de Jesucristo? ... porque esto es lo que ocurrió: "Llamándolos, les ordenaron que, de ningún modo, hablaran ni enseñaran en el nombre de Jesús" (Hech 4, 18), pero Pedro y Juan les respondieron: "Juzgad vosotros si es justo, delante de Dios, obedeceros a vosotros más que a Dios. Pues nosotros no podemos dejar de anunciar lo que hemos visto y oído" (Hech 4, 19-20)
Pero en la actualidad -y de un modo particularmente grave en los tres o cuatro últimos años- se observa un intento febril y acelerado por parte de la Jerarquía de la Iglesia en acomodarse -como sea- al pensamiento del mundo ... ¡y no, precisamente, para llevarles el mensaje de Jesús y que lo entiendan mejor, como hubiera podido parecer en un principio, con el famoso "aggiornamento" posterior al Concilio Vaticano II, sino para pensar exactamente como el mundo piensa ... lo cual está en las antípodas del mensaje de Jesucristo!
La Iglesia está perdiendo su identidad propia a marchas forzadas, pareciéndose cada vez menos a la Iglesia que conocemos y que se ha mantenido firme durante casi dos mil años. ¡Hay tantos ejemplos que demuestran lo que estoy diciendo! Pero, en fin, elijamos tan solo dos o tres muy recientes:
1. Según Kevin Farrel, el Prefecto de la Congregación para los Laicos, Familia y Vida (de nueva creación), apoya el documento "Amoris Laetitia" [que tanto daño y confusión está causando en la Iglesia], hasta el punto de que ése va a ser su cometido más importante. Y la "razón" que esgrime para ellos es que "Amoris Laetitia" es muy bien recibida por todo el mundo (Ver vídeo de Gloria TV)
Duración: 29 segundos
No puedo evitar que se me pasen por la mente (y por el corazón) aquéllas palabras que dijo Jesús: "¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!" (Lc 6, 26). Y también estas otras: "Ellos son del mundo; por eso hablan según el mundo, y el mundo los escucha" (1 Jn 4, 5). Y éstas del apóstol Santiago: "Adúlteros, ¿no sabéis que la amistad con el mundo es enemiga de Dios? Quien desee hacerse amigo del mundo se convierte en enemigo de Dios" (Sant 4, 4). Y, por su hubiera alguna duda, en la oración sacerdotal, hablando con su Padre acerca de sus discípulos,le dice: "Padre, Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, lo mismo que Yo no soy del mundo" (Jn 17, 14).
Y recordar que "al discípulo le basta llegar a ser como su Maestro" (Mt 10, 25). No debemos de tener miedo, porque Él está con nosotros, pero estamos advertidos y no debemos de escandalizarnos de que los cristianos sean perseguidos. Es condición propia del cristiano que lo sea tal: "Si me persiguieron a Mí, también os perseguirán a vosotros"(Jn 15, 20). Ése es nuestro destino y lo que nos autentifica como verdaderos discípulos de Jesucristo: "Todos os odiarán a causa de mi Nombre; pero quien persevere hasta el fin, ése se salvará" (Mt 10, 22)
La razón que da el obispo Kevin Farrel de su programa defendiendo la Amoris Laetitia como punto número uno y principal, dado que "eso es lo que todo el mundo quiere" no es cristiana ... Y es un indicativo de que, precisamente por eso -o también por eso- la AL es una exhortación perversa en algunos de sus puntos. ¡Cuánto mejor sería actuar como lo hacía el apóstol san Pablo, cuando les dijo a los gálatas: "¿Busco yo acaso el favor de los hombres o de Dios? ¿O es que deseo agradar a los hombres? Si aún tratara de agradar a los hombres no sería siervo de Cristo" (Gal 1, 10). Necesitamos de esos pastores santos. Sólo así se podrá salvar la Iglesia.
Como sabemos -y esto no tiene una explicación humana, sino que es de índole sobrenatural- hoy en día existe un odio generalizado contra todo lo que se dice católico ... y lo es de verdad. De hecho, miles de cristianos mueren todos los días, en un auténtico genocidio contra ellos por el mero hecho de ser cristianos y, sin embargo, esto no es noticia. Se manipulan los medios de comunicación y se acallan estas realidades. El mundo pasa de ello; ignora estas muertes y no se manifiesta en contra de ellas (lo que sí sucedería -¡sucede!- por cosas más banales) ... y en la Jerarquía eclesiástica parece que no se enteran. ¿Qué mal han cometido estas personas? Tan solo el de creer que Jesús es el Señor y que es el único que nos puede traer la salvación, la felicidad y la vida (ya en este mundo) ... ¡esa seguridad es algo que el mundo no perdona!
2. Preferencias del Papa Francisco:
a) Presente en el mayor Congreso de cardiólogos del mundo el 31 de agosto (ausente públicamente en la manifestación pro-vida en Roma el 30 de enero)
Duración: 33 segundos
b) Presente en una reunión interreligiosa en Asís el 19 de septiembre (ausente en el 26º Congreso Eucarístico Nacional de Génova del 15 al 18 de septiembre)
[Se aconseja la lectura del artículo de Roberto de Mattei titulado "Los fieles piden al Papa claridad"]
3. El caballo de Troya en la Iglesia
a) El arzobispo Zuppi de Bolonia alaba las uniones homosexuales ... ¡y nadie le llama la atención! ... ni es destituido de su cargo por el papa Francisco.
Duración: 33 segundos
3. El caballo de Troya en la Iglesia
a) El arzobispo Zuppi de Bolonia alaba las uniones homosexuales ... ¡y nadie le llama la atención! ... ni es destituido de su cargo por el papa Francisco.
Duración: 40 segundos
b) Nombramientos en cargos de gran importancia en la Iglesia a Obispos ultra-liberales y heterodoxos.
Duración 1:20 minutos
c) Peligroso acercamiento al protestantismo: obispos alemanes alaban a Lutero
Duración: 27 segundos
Todo esto son realidades, algo que está ocurriendo. Y es verdad que está ocurriendo. No vale el recurso del avestruz. Ante lo cual ... los fieles sólo podemos rezar y sufrir, asociando nuestros sufrimientos a los de Jesús. Esto es fundamental. Pero, además, es necesario que haya un determinado número de cardenales que se definan, sin miedo (antes de que los destituyan) y que, por el bien de la Iglesia de Cristo, se enfrenten con el Papa y le hagan ver los errores que está cometiendo, tal y como hizo Pablo con Pedro. Ése sería un primer paso
(Continuará)
sábado, 20 de agosto de 2016
viernes, 19 de agosto de 2016
Es tiempo de pizza y playa para los sin techo de Roma (Escrito por Michael Matt, de The Remnant)
CIUDAD DEL VATICANO (AP) — Este verano, el papa Francisco invita a docenas de personas sin techo de Roma a pasar un día en la playa y cenar pizza a la vuelta.
El limosnero pontificio, el monseñor polaco Konrad Krajewski, dijo al diarioLa Stampa que en una camioneta lleva a 10 personas hacia una playa cercana a Roma para darse un chapuzón en el mar, tomar sol y luego comer pizza. El Vaticano provee los trajes de baño y las toallas.
Krajewski dijo a la radio estatal italiana que estas escapadas por la tarde reflejan el “deseo de normalidad” en sus vidas que tienen los sin techo.
COMENTARIO DE THE REMNANT: Oh, por supuesto – subirse al automóvil del arzobispo Krajewski y dirigirse hacia la playa haría que la vida de cualquiera pareciera más normal, especialmente con la pizza y toallas gratis como cortesía del papa Francisco. Apuesto que esos hombres sin techo—hombres que perdieron todo desde mujeres a hijos, y hasta su propia dignidad—hacen fila por un poco de diversión al sol con un arzobispo que ni siquiera conocen.
¿No es un tanto condescendiente?
Por cierto, el arzobispo es el limosnero del Papa—el hombre encargado de llevar a cabo acciones de caridad en nombre del papa Francisco…una especie de jefe de relaciones públicas para el Departamento de Caridad de la iniciativa papal Un hombre para el pueblo. Según Alchetron.com, la oficina de Krajewski financia su trabajo con la venta de “bendiciones papales en un pergamino con la foto del Papa, que los fieles pueden obtener para ocasiones especiales— por ejemplo una boda, bautismo u ordenación sacerdotal — con el nombre del destinatario y una bendición apostólica escrita en letra caligráfica. Todas las ganancias van directo a obras de caridad.”
Por lo tanto, si en su próxima visita a Roma usted recibe una de esas bendiciones papales, puede dormir tranquilo sabiendo que al menos parte de su dinero fue para juntar un grupo de hombres sin techo y llevarlos a la playa, cosa que como todos los que conocen algo de los sin techo saben, siempre es una gran prioridad para ellos. Esto no es simbolismo sobre sustancia, como parece, ¡no lo es! ¡Es LA PLAYA!
Krajewski describe cómo Francisco ha redefinido la poco conocida oficina de limosnero papal: “El Santo Padre me dijo al comienzo: ‘Puedes vender tu escritorio. No lo necesitas. Necesitas salir del Vaticano. No esperes que la gente venga a llamar. Necesitas salir y buscar a los pobres’.”
¿“Vender el escritorio y salir a buscar a los pobres”? ¿En Roma—una ciudad abarrotada de Iglesias católicas, orfanatos, conventos, monasterios, y comedores? ¿Los sin techo ya no pueden acceder a la caridad católica de Roma sin que el mismo Papa envíe arzobispos a buscarlos?
¿Y el arzobispo realizará el difícil trabajo de ayudar verdaderamente a los sin techo a que ganen su independencia y recuperen su dignidad – prescindiendo de su escritorio y saliendo a caminar como un hippy drogado? ¿Este liberalismo del lujo todavía vende? ¿Todavía queda alguien tan ingenuo como para creer que esto se trata absolutamente de los sin techo y no de las relaciones públicas vaticanas?
Si alguien se preocupa realmente por un indigente, ¿lo lleva a la playa, le ofrece pizza y luego lo deposita de nuevo en su alcantarilla, antes de regresar a su apartamento elegante dentro del Vaticano? ¿Es eso todo lo que se necesita para que un sin techo desee dejar de serlo? (Porque, recuerde, ese es el gran problema de los sin techo). Pero según el Vaticano, lo que necesitan realmente es playa y bañadores gratis.
¿Cómo es que los sin techo no se sienten insultados? Pareciera que el Vaticano está tan alineado con la lucha de los sin techo como lo está con la lucha de las víctimas de abuso sexual eclesiástico.
Mientras tanto, millones de católicos abandonaron (o están abandonando) la Iglesia porque se encuentran malnutridos espiritualmente, escandalizados, enojados, o simplemente cansados de ser católicos. Qué hay de aquellos – los que reciben piedras en lugar de pizza de manos de un Vaticano más interesado en imponerles el modernismo que en intentar descubrir qué cosa terrible sucedió en la Iglesia de los últimos 50 años, que dejó a millones de ovejas sintiéndose completamente abandonadas y, verdaderamente, sin techo.
¿Pero una pizza y algo de sol para “docenas” de vagabundos romanos? ¡Salen enseguida! ¿Por qué? ¡Porque al Vaticano realmente le importa la gente!
Supongo que las cosas continuarán tornándose más estúpidas, hasta que el mundo católico reconozca finalmente que sin Dios y la sagrada tradición no puede hacer nada salvo pasar por tonto tratando de convencer al mundo que todavía somos cristianos si bien hace mucho que dejamos de ser católicos.
Michael Matt
jueves, 18 de agosto de 2016
El Papa de la “inclusión”: declara a extranjeras y ancianas personae non gratae en los claustros
Pero la Constitución Apostólica Vultum Dei quaerere (VDQ), sobre la “vida contemplativa femenina,” representa un extremo nuevo y sorpresivo de esta doblez. El mismo Papa que condena como farisaica la “exclusión” y elogia como cristiana la “inclusión”, que dice rechazar “el camino de la exclusión de personas en nuestra comunidad” y defiende “el camino de la inclusión”, ha ordenado: (1) la exclusión de extranjeras en el reclutamiento de conventos de clausura, que son monasterios para mujeres; y (2) la exclusión de ancianas en la determinación de la autonomía conventual—autonomía que la misma VDQ destruye al exigir que todos los monasterios se unan a federaciones cuyo marco jurídico (incluyendo presidente y consejo) terminará inevitablemente dominando o absorbiéndolos por completo.
No tengo nada que agregar al análisis exhaustivo de Hilary White sobre esta inmensa y destructiva bomba, el último paso de la campaña bergogliana para convertir a toda la Iglesia en el equivalente de una república bananera en la que los católicos tradicionalistas viven con miedo del Papa y de sus amigotes modernistas. Aquí me concentraré en el insólito y descarado llamamiento de la VDQ a excluir a las mujeres de la vida contemplativa según su nacionalidad o su edad.
Me refiero, en primer lugar, al Art. 3, §6 de las regulaciones finales de la VDQ, el cual estipula lo siguiente:
Aunque la constitución de comunidades internacionales y multiculturales ponga de manifiesto la universalidad del carisma, hay que evitar en modo absoluto el reclutamiento de candidatas de otros países con el único fin de salvaguardar la supervivencia del monasterio. Que se elaboren criterios para asegurar que esto se cumpla.
Observen que esta cláusula no prohíbe per se el reclutamiento de novicias para asegurar la supervivencia de un monasterio, lo cual podría entenderse para evitar el reclutamiento apresurado de candidatas poco adecuadas con el fin de asegurar la continuidad. En realidad sólo prohíbe con ese propósito el reclutamiento en otros países. Es decir, el Papa de la Inclusión, el Papa que clama constantemente contra los “muros” que restringen la inmigración, ahora hace de la nacionalidad por sí sola un criterio para la exclusión en cualquier convento-monasterio del mundo.
No se dejen engañar por la frase “con el único fin de salvaguardar la supervivencia del monasterio…” En la práctica, la palabra “único” no significará nada. Simplemente facilita la prohibición del reclutamiento extranjero, al no haber impedimento para el reclutamiento doméstico “con el único fin de salvaguardar la supervivencia del monasterio.”
Ahora, ¿qué tiene que ver el país de origen con la aptitud de la candidata para el noviciado? Absolutamente nada. De hecho, el carácter internacional de las poblaciones conventuales es una tradición en la Iglesia. Por tanto, la misma VDQ—de manera típicamente Novus Ordo—debe decir que respeta aquello mismo que destruye: es decir, las “comunidades internacionales y multiculturales pon[en] de manifiesto la universalidad del carisma.”
Frente a esta desvergonzada hipocresía, el incansable defensor bergogliano Andrea Tornielli escribió el artículo titulado “Por qué Francisco exhorta contra el ‘reclutamiento’ de monjas jóvenes de países pobres.” El artículo es un clásico ejemplo de propaganda neocatólica del género Lo que el Papa Realmente Quiere Decir. Pretendiendo no notar lo que Francisco ha decretado, Tornielli escribe: “El origen de una novicia no debiera ser nunca un problema, como tampoco la existencia de comunidades internacionales y multiculturales. Pero un entrenamiento vocacional riguroso no debe ser opcional y tampoco tomar atajos.”
Cierto, el origen de una novicia no debiera ser un problema, y los conventos pueden ser y debieran ser multinacionales. Pero Francisco ha hecho que por primera vez en la historia de los conventos la nacionalidad sea un problema. Sin embargo, Tornielli querría que nosotros creamos que lo que Francisco “en verdad” quiso decir es que “un entrenamiento vocacional riguroso no debe ser opcional y tampoco tomar atajos.” Excepto que eso no es lo que dice el § 6.
La regulación no dice nada sobre el entrenamiento riguroso o la falta del mismo en las novicias; y para el caso, tampoco habla de “monjas jóvenes de países pobres.” En su lugar, simplemente declara que se prohíbe en todo el mundo el reclutamiento de otros países para el sostenimiento de un monasterio. El entrenamiento de reclutas es un asunto completamente aparte. Sobre este tema, observa Hilary White, Francisco impuso a cada monasterio una absurda condición que vale para todos, de “no menos de nueve años y no más de doce.” Ese no es un período de formación; es un desmoralizante período para desalentar las vocaciones reteniendo la gracia fortalecedora de los votos finales.
No se puede ocultar la verdad de lo que Francisco ha hecho: ha decretado la sentencia de muerte de incontables conventos de la iglesia occidental basándose únicamente en el criterio de la nacionalidad de las candidatas. Ese es el cínico poder de juego de un político eclesiástico, no de un defensor misericordioso de la “inclusión y la diversidad”.
Aún más cínico es el Art. 8 § 1, el cual profesa respetar la autonomía conventual a la vez que la socava: “A la autonomía jurídica ha de corresponder una real autonomía de vida, lo cual significa: un número aunque mínimo de hermanas, siempre que la mayoría no sea de avanzada edad…”
¿Qué tiene que ver la edad de una monja con su participación en la autonomía del convento? Obviamente nada. Aquí también el hedor de la hipocresía llega hasta las narices, dado que antes de eso la VDQ de Francisco declara: “Por otro lado, como recordaba san Benito, en la vida comunitaria es fundamental ‘venerar a los ancianos y amar a los jóvenes’….” ¿Cómo “venera” Francisco a los ancianos cuando declara que la mayoría autónoma del convento no debe estar compuesta por monjas de avanzada edad? ¿Y cómo define él “avanzada edad”? ¿Tan ancianas como él? Francisco, el Papa de la Inclusión, que profesa la veneración de los ancianos, se involucra aquí en una total discriminación en la autonomía de los conventos basándose nada más que en la edad cronológica. Francisco no es tan mayor como para gobernar la Iglesia universal con puño de acero, pero las monjas “de avanzada edad” son demasiado ancianas como para constituir una mayoría autónoma en un pequeño convento.
No se puede ocultar la verdad de lo que Francisco ha hecho: ha decretado la sentencia de muerte de incontables conventos de la iglesia occidental basándose únicamente en el criterio de la nacionalidad de las candidatas. Ese es el cínico poder de juego de un político eclesiástico, no de un defensor misericordioso de la “inclusión y la diversidad”.
Aún más cínico es el Art. 8 § 1, el cual profesa respetar la autonomía conventual a la vez que la socava: “A la autonomía jurídica ha de corresponder una real autonomía de vida, lo cual significa: un número aunque mínimo de hermanas, siempre que la mayoría no sea de avanzada edad…”
¿Qué tiene que ver la edad de una monja con su participación en la autonomía del convento? Obviamente nada. Aquí también el hedor de la hipocresía llega hasta las narices, dado que antes de eso la VDQ de Francisco declara: “Por otro lado, como recordaba san Benito, en la vida comunitaria es fundamental ‘venerar a los ancianos y amar a los jóvenes’….” ¿Cómo “venera” Francisco a los ancianos cuando declara que la mayoría autónoma del convento no debe estar compuesta por monjas de avanzada edad? ¿Y cómo define él “avanzada edad”? ¿Tan ancianas como él? Francisco, el Papa de la Inclusión, que profesa la veneración de los ancianos, se involucra aquí en una total discriminación en la autonomía de los conventos basándose nada más que en la edad cronológica. Francisco no es tan mayor como para gobernar la Iglesia universal con puño de acero, pero las monjas “de avanzada edad” son demasiado ancianas como para constituir una mayoría autónoma en un pequeño convento.
Pero hay más. El Art. 8, § 2 dispone que “Cuando no subsistan los requisitos para una real autonomía de un monasterio, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica estudiará la oportunidad de constituir una comisión ad hoc formada por el Ordinario, por la Presidente de la federación, por el Asistente federal y por la Abadesa o Priora del monasterio. En todo caso, dicha intervención tenga como fin actuar un proceso de acompañamiento para revitalizar el monasterio, o para encaminarlo hacia el cierre.”
¿Comprendieron eso? Cuando un monasterio carezca los “requisitos” para una “real autonomía” quedará sujeto a una comisión que lo “revitalizará” o lo cerrará. Y uno de los requisitos para una “real autonomía” es que la mayoría no sea de avanzada edad.
Permítanme unir los puntos: habiendo prohibido Francisco el reclutamiento de candidatas extranjeras para conservar vivo el convento—porque, después de todo, son extranjeras—significa simplemente el cierre de todo convento en el cual las monjas “de edad avanzada” constituyan una mayoría.
¿Por qué medir las palabras? VDQ demuestra una vez más, pura y simplemente, que el actual Romano Pontífice reinante es un dictador. Como en toda dictadura, la hipocresía oficial y el engaño del pueblo son esenciales para su consolidación de poder sin resistencia significativa. Y hay muchos sicofantes para ayudar al dictador a alcanzar su objetivo, defendiendo el poder plenario del Papa sobre la Iglesia (que no está en duda) mientras justifican o encubren su abuso inadmisible y continuo.
¿Nuestros remedios? Sólo estos tres: oración, protesta y petición. Porque a diferencia de una república bananera, la constitución divina de la Iglesia no admite revolución ni derrocamiento. Estamos siendo castigados con este pontificado, y debemos soportar el castigo el tiempo que Dios quiera. Sólo podemos orar para que, habiendo cumplido nuestro deber, estos días sean acortados.
Christopher A. Ferrara
¿Por qué medir las palabras? VDQ demuestra una vez más, pura y simplemente, que el actual Romano Pontífice reinante es un dictador. Como en toda dictadura, la hipocresía oficial y el engaño del pueblo son esenciales para su consolidación de poder sin resistencia significativa. Y hay muchos sicofantes para ayudar al dictador a alcanzar su objetivo, defendiendo el poder plenario del Papa sobre la Iglesia (que no está en duda) mientras justifican o encubren su abuso inadmisible y continuo.
¿Nuestros remedios? Sólo estos tres: oración, protesta y petición. Porque a diferencia de una república bananera, la constitución divina de la Iglesia no admite revolución ni derrocamiento. Estamos siendo castigados con este pontificado, y debemos soportar el castigo el tiempo que Dios quiera. Sólo podemos orar para que, habiendo cumplido nuestro deber, estos días sean acortados.
Christopher A. Ferrara
Fellay acepta y los lefebvrianos tendrán una prelatura personal (Infovaticana, 16 de agosto)
Francisco confirmó la posibilidad de que la FSSPX se constituyera en prelatura personal, al estilo del Opus Dei. Lo ha confirmado el encargado vaticano de Ecclesia Dei, Guido Pozzo. Francisco trabaja incansable para hacer realidad ese ‘Ut unum sint’.
El pasado mes de abril este portal adelantaba la posibilidad de que la Fraternidad de San Pío X, fundada por Monseñor Lefebvre, alcanzara la plena comunión con la Iglesia Católica constituyéndose en prelatura personal, al estilo de la del Opus Dei. Es la oferta que hizo el Papa, siempre y cuando los miembros de la FSSPX acepten ciertos documentos conciliares.
El Papa recibe a Fellay y sopesa ofrecer una prelatura personal a los Lefebvrianos
Al cabo de un mes, en una entrevista en La Croix, el propio Francisco confirmaba esta opción, asegurando que la posibilidad de la prelatura existe y que hay otros temas que pulir.
El Papa confirma que la prelatura personal es una opción para los lefebvristas
Hoy sabemos por Guido Pozzo, responsable de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei, el organismo para el diálogo con la FSSPX, que esta oferta del Papa ha sido aceptada por Monseñor Fellay, por lo que la tan ansiada unidad está muy próxima.
Sobre el hecho de que una nueva entidad asuma la forma jurídica de prelatura personal, hasta ahora exclusiva del Opus Dei, se ha pronunciado el Opus Dei a través de Fernando Ocáriz, vicario auxiliar.
El Opus Dei se muestra favorable a la concesión de una prelatura personal a los lefebvrianos
A continuación, la entrevista a Guido Pozzo traducida por el blog Non possumus.
C&W: ¿Por qué la unión de la FSSPX a la Iglesia católica es tan importante?
Guido Pozzo: La Iglesia sufre de falta de unidad. La FSSPX se compone de 600 sacerdotes, 200 seminaristas, y otros miembros de la familia representada en 70 países. Ante tan gran realidad, no podemos simplemente cerrar los ojos.
C & W: Recientemente ha habido una aceleración en las relaciones, ¿por qué?
Pozzo: Yo no hablo de una aceleración, sino de un paciente proceso de acercamiento. El Vaticano ya no pone ningún ultimátum, en su lugar nosotros proyectamos en común ciertos pasos para llegar a la reconciliación plena. Ya con las etapas preestablecidas, el camino es más fácil de recorrer. Todavía se deben aclarar ciertas cuestiones doctrinales y canónicas. Es muy importante promover un clima de conocimiento y comprensión mutua. A este respecto, ya hay mucho progreso.
C & W: ¿Qué ha cambiado en la posición del Vaticano desde el inicio de este pontificado?
Pozzo: Se integraron nuevas perspectivas. De 2009 a 2012, un debate teológico estaba en primer plano. Había dificultades doctrinales que impidieron el reconocimiento canónico de la Fraternidad. Sin embargo, sabemos que la vida es más que la doctrina. Los tres años pasados, a la discusión teológica se añadió el deseo de conocer más concretamente la realidad de la fraternidad y entenderla.
C & W: ¿Qué se ha conseguido?
Pozzo: Antes las discusiones se llevaban a cabo en una sala de conferencias, ahora en una atmósfera fraternal confortable, incluso si la conversación es la misma. Por orden del Vaticano, los seminarios y las casas de la Fraternidad fueron visitadas por un cardenal y cuatro obispos, para hacerse una imagen más fiel. Esto no sucedía antes, y ha ayudado al acercamiento.
C & W La Fraternidad tuvo durante mucho tiempo miembros extremistas en sus filas, como Mons. Williamson que negó el holocausto. ¿Esto obstaculizó las conversaciones?
Pozzo: Mons. Richard Williamson y otros elementos extremistas y anti romanos fueron excluidos de la Fraternidad o se separaron. Esto favoreció mucho el acercamiento.
C & W: ¿Qué instrucciones le dio Francisco para las negociaciones?
Pozzo: Cuando el Papa me nombró de nuevo como Secretario de la Comisión Ecclesia Dei, me instó a dialogar con paciencia, determinación y sin prisa. Insistió particularmente en mantener relaciones personales para crear un clima de confianza.
C & W: Bergoglio conoció a la Fraternidad en Argentina. ¿Cuán crucial es este contacto personal para el Papa?
Pozzo: Ciertamente que esto es un elemento importante. Cuando él todavía era arzobispo de Buenos Aires, Francisco tuvo contactos con la Fraternidad. Él vio hasta qué punto ellos se involucran en la evangelización y el trabajo caritativo. La Fraternidad no tiene, como se pretende frecuentemente, solo un valor en cuanto a la liturgia tradicional, sino también en sustancia.
C & W: Francisco siempre ha insistido en el aspecto pastoral. ¿Es esto también la clave para un entendimiento con la Fraternidad?
Pozzo: Lo pastoral y la teología dogmática son inseparables. El estilo y la disposición concreta de Francisco ayudan a lograr la unidad entre las personas no sólo para pensar, sino también para aprender. Por supuesto, algunos gestos son importantes. Él ha permitido a los sacerdotes de la Fraternidad el escuchar las confesiones de los creyentes, recibió al Superior General de la Fraternidad, Monseñor Bernard Fellay, en audiencia privada. Sin embargo, este acercamiento no pudo haber tenido lugar sin el levantamiento de las excomuniones por Benedicto XVI en 2009 y la reanudación de las conversaciones.
C & W: ¿Por qué se ha propuesto a la FSSPX una Prelatura Personal?
Pozzo: Esta parece ser la forma canónica apropiada. Mons. Fellay ha aceptado esta proposición, aunque durante los siguientes meses hay todavía detalles que aclarar. Solamente el Opus Dei tiene esta estructura canónica, lo cual es un gran voto de confianza hacia la FSSPX. Está claro que la solución canónica implica la solución de las cuestiones doctrinales.
C & W: ¿De cuáles cuestiones de doctrina se trata?
Pozzo: Como el Papa Benedicto XVI explicó en su libro “la luz del mundo”, los obispos de la FSSPX merecieron la excomunión porque Mons. Lefebvre consagró en 1988 los obispos sin la autorización del Papa. Después de que Mons. Fellay reconociera el primado, en 2009, en nombre de los otros obispos, la excomunión fue levantada. El papa Benedicto XVI dijo categóricamente que la excomunión no tenía nada que ver con el concilio Vaticano II, sino con una violación hacia el primado.
C & W: ¿Por qué la Fraternidad todavía está en una situación canónica irregular?
Pozzo: El levantamiento de la excomunión no es lo mismo que reconocimiento canónico. Esto sólo puede tener lugar con la solución de los problemas doctrinales. Hasta que esto suceda, los sacerdotes de la Fraternidad ejercen un oficio ilegítimo.
C & W: Entonces ¿qué es lo que falta?
El núcleo de la discusión es la cuestión de en qué medida los textos del Vaticano II están en continuidad con el Magisterio constante de la Iglesia. Nosotros estamos de acuerdo con la Fraternidad en el principio de que el concilio sólo puede ser comprendido con exactitud en el contexto de la totalidad de la Tradición y del Magisterio perenne. El concilio no es un súper dogma pastoral, sino parte de la totalidad de la Tradición y el magisterio constante.
C & W: ¿Qué significa esto?
Pozzo: Esto significa que la Tradición de la Iglesia ciertamente se desarrolla, pero nunca con el propósito de innovación, que represente un contraste con lo anterior, sino como un entendimiento más profundo del depositum fidei, de la fe auténtica. Todos los documentos de la Iglesia deben ser entendidos en este sentido, incluso los del concilio. Estas condiciones, así como la obligación de la profesión de fe, el reconocimiento de los sacramentos y la primacía del papa son la base de la declaración doctrinal que se sometió a la firma de la Fraternidad. Estas son las condiciones para un católico para estar en plena comunión con la Iglesia católica.
C & W: ¿No se espera que la FSSPX reconozca todas las declaraciones del concilio, incluyendo los textos sobre el ecumenismo y diálogo interreligioso?
Pozzo: La Fraternidad profesa los dogmas definidos y las verdades católicas que fueron confirmadas en los documentos del concilio. Sin embargo, éstas deben ser aceptadas de acuerdo al grado de aceptación requerido. Las enseñanzas de la Iglesia Católica que fueron presentadas por el concilio Vaticano II y deben ser aceptadas internamente por los fieles con decisión, son por ejemplo, la doctrina de la naturaleza sacramental del ministerio episcopal o la doctrina del primado del Papa y el Colegio de los Obispos, junto con su cabeza tal como fue expuesta por la constitución dogmática Lumen Gentium y como fue interpretada por la más alta autoridad en la Nota explicativa previa.
La Fraternidad tiene dificultades con algunos aspectos del decreto Nostra Aetate sobre el diálogo interreligioso, el decreto Unitatis Redintegratio sobre el ecumenismo y la Declaración Dignitatis Humanae sobre la libertad religiosa o con cuestiones respecto a las relaciones de la Cristiandad con la modernidad. Sin embargo, estos no son dogmas o declaraciones definitivas, sino instrucciones o guía para la práctica pastoral. Acerca de estos aspectos pastorales, se puede discutir después del reconocimiento canónico, con el propósito de clarificar.
C & W: ¿Entonces el Vaticano ha bajado el nivel de exigencias?
Pozzo: No. Hemos aclarado en los años recientes, cuáles cuestiones son esenciales y qué problemas pueden abordarse más adelante. Anteriormente, se trataba de llegar a un consenso en todas las cuestiones de una sola vez, desafortunadamente sin éxito. Ahora nos preguntamos: ¿Cuáles son realmente los requisitos esenciales para ser católico? Consultando al papa, los requisitos arriba mencionados están especificados en la declaración doctrinal que se entregó a la Fraternidad.
C & W: ¿Cómo llegó el Vaticano a la idea de que los documentos del concilio deberían tener diferente peso doctrinal?
Pozzo: Ciertamente que esta no es ninguna conclusión de nuestra parte, sino que ya estaba claramente al momento del concilio. El Secretario General del Concilio, el cardenal Pericle Felici, declaró el 16 de noviembre de 1964: “el Santo Sínodo sólo establece verdades de Fe y Moral de aceptación obligatoria por la Iglesia, cuando el propio Sínodo claramente así lo determine”. Sólo cuando los padres conciliares explícitamente los clasifiquen como obligatorios, deben aceptarse como tales. El Vaticano no lo inventó, está en los archivos.
(Acá no fue posible traducir de manera segura una respuesta larga de Mons. Pozzo sobre Nostra aetate)
C & W: ¿No calificarían algunos las concesiones del Vaticano respecto a las reservas de la Fraternidad como una capitulación?
Pozzo : Discutir del ecumenismo, del diálogo interreligioso, de la relación de la Iglesia y el Estado, la libertad religiosa, no significa negar el valor de los documentos correspondientes. Es muy interesante lo que dijo Mons. Fellay en una entrevista: “Existen puntos ambiguos en este Concilio, y no nos corresponde a nosotros aclararlos. Podemos señalar el problema, pero quien tiene la autoridad para aclararlo es Roma.” Se trata de discutir la hermenéutica de estos documentos ante el fondo decisivo de la Tradición continua. La Tradición ciertamente no es ningún fósil inanimado, pero no significa que se adapte a cualquier cultura del presente.
C & W: ¿Quién garantiza que las cuestiones en disputa, después del reconocimiento canónico, no sean desechadas?
Pozzo: La Fraternidad se ha comprometido a la discusión. La continuación de esta discusión no debe dar a nadie temor, pues sólo puede ser enriquecedora para toda la Iglesia. En mis conversaciones con los representantes de la Fraternidad me he encontrado con muchos oídos abiertos, aunque al mismo tiempo hay posiciones más rígidas y escépticas.
C & W: Las negociaciones con la Fraternidad giran alrededor del correcto entendimiento del concilio Vaticano II. ¿Por qué en la Iglesia, después de 50 años, aún no hay unidad?
Pozzo: Frecuentemente es por el llamado espíritu del concilio. Éste ha cubierto hasta hoy la enseñanza propia del concilio. Éste ha causado confusión e inseguridad en la Iglesia. Numerosas declaraciones de la CDF durante los últimos 40 años muestran cuán importante es poner en evidencia el significado del concilio y su enseñanza auténtica con el fin de evitar los malentendidos y difundir errores teológicos. Una vez Benedicto XVI dijo respecto a las diferentes interpretaciones de que no hubo reconciliación o unidad incluso antes del concilio de Nicea, “sino una situación realmente caótica en la cual todos argumentaban contra todos”. Por lo tanto, no es sorprendente que se discuta hoy en día.
C &W: En el Vaticano hay críticas por la línea dogmática poco clara en este pontificado. Al mismo tiempo el reconocimiento de una Fraternidad tradicionalista es inminente. ¿No es esto contradictorio?
Pozzo: Hoy en día hay grupos ideológicos de todas clases que instrumentalizan las declaraciones del papa. Frecuentemente deforman o recortan los mensajes dirigidos a la Iglesia. En el marco de la Fraternidad hablan de discordia por el reconocimiento del concilio. En este contexto,conviene notar que una Iglesia preconciliar y una Iglesia postconciliar nunca ha existido. Son deformaciones realizadas por el espíritu de la época que no tienen nada que ver con la Tradición de la Iglesia. En un momento tan difícil de confusión y desorientación como el de hoy, la tarea de los que desean permanecer fieles a la Tradición de la Iglesia es el promover el resurgimiento de la fe cristiana y las misiones. Yo deseo que la FSSPX, cuando esté completamente integrada en la Iglesia, pueda contribuir con su apostolado misionero a reforzar la fe católica en nuestra sociedad y nuestro mundo.
GENUFLEXOS (Fray Gerundio)
Volvieron los novicios de la JMJ. Por fin. Bueno, volvieron pero no les he visto la cogulla en todo este tiempo. Han regresado tan cansados y agotados, que no hacen otra cosa que dormir. Esto es lo que traen las peregrinaciones modernas. Hay tanta intensidad espiritual en cada acto litúrgico, que el cuerpo queda reventado y exhausto. Lo mismo le ha pasado al Abad, que ha tenido un ataque de artrosis como consecuencia del bailoteo conventual que se organizó en Cracovia y al que no pudo sustraerse -según él-, porque estaban los Obispos muy bailones y no podía hacerles el feo. Total, que los frailes ancianos, llevamos un mes de agosto de cocina y estropajos, de limpieza y aseos, de atender llamadas y rezar en el Coro solitos en Maitines. Solamente vemos a los ex-peregrinos en el refectorio -porque las ganas de comer no les han desaparecido tras el místico encuentro-, y en las vísperas que rezan piadosamente entre la siesta y el sueño nocturno.
Pero los informes que traen son muy buenos. Hablan sin parar de la maravilla que hay en la Iglesia actual. No hay fronteras. Todos unidos en la alabanza del Señor. Iglesia de jóvenes, para jóvenes y joven ella misma. Se respiraba (dicen) el influjo del Espíritu que sorprende siempre con sus soplos. Se abastaba alegría. Y las eucaristías -como dicen ellos-, eran increíblemente participativas, creativas, musicales y universales. Maravillaba (siguen contando), ver tanta pluralidad eclesial en lecturas, ofrendas, preces, bailes y pompas. Incluso se podía estar en misa en bañador y en colchoneta, con slips y en camiseta, con gorra y con la tableta, con los hermanos venidos de Sudamérica y con las hermanas llegadas de Europa, con curas de Canadá y monjas de Brasil. Todos juntos como hermanos (y hermanas). Todos arrejuntados en la misma marea eclesial, dando la vida por la fe y por Jesucristo, en el campo donde pasaron la noche anterior en animada vigilia eucarística.
A mitad del enfervorecido informe, me atreví a señalar que esas misas no son Misa. Las diga el Papa o su porquero. Brilla por su ausencia todo olor a espiritualidad, profundidad y belleza litúrgica. Hay exceso de olor a oveja, estando todos congregados como borregos. Donde esté una Misa como la que celebramos nosotros -dije refiriéndome a mis colegas senectos-, no cabe esa multitud drogada por los cantos, los sacos de dormir y las camisetas empapadas en sudor.
Los ojos de misericordia comprensiva de mis novicios, trocaron de repente en rojizo-odioso. Su habitual displicencia hacia los frailes de la forma extraordinaria (como nos llaman), se escoró hacia una evidente y acalorada borrasca. Y claro, suscitó en ellos una respuesta rápida e incalculada: Al menos no hay tantas genuflexiones como en la vuestra. Menos genuflexiones y más participación fraternal.
Como estaba delante el Padre Abad, no pude responderles como me hubiera pedido la naturaleza humana. Pero les hice una observación que les dejó perplejos: No os dais cuenta de que en esas misas de Francisco, hay muchas más genuflexiones que en las tridentinas. Y ya puestos, el Pontificado de Francisco está bien repleto de genuflexiones. Y si tal como va el abad, así va la comunidad… por extensión podemos decir que hay una actitud de genuflexión total en la mayor parte de la Jerarquía Episcopal, arrimada al ascua de su Pontífice. Bien sea por convicción, por peloteo o por trepismo. O por todo a la vez.
Es posible que la artrosis de Francisco le impida arrodillarse ante la Eucaristía. Lo puedo entender, pues yo mismo soy achacoso y antañón. Pero está constantemente genuflexo ante la opinión pública que le aclama, genuflexo ante el Sanedrín de rabinos judíos a los que ama, genuflexo ante el luteranismo protestante al que admira, ante el luteranismo de los obispos católicos alemanes a los que respeta y ni se atreve a levantarles la voz (teología de rodillas, dijo una vez), genuflexo ante los poderes públicos a los que critica con la boca pequeña, pero no se atreve a hacer referencias en modo singular, concretando e individualizando.
Está genuflexo ante el Islam, al que no se digna citar como responsable de matanzas indiscriminadas de cristianos (a los que no alude ni por equivocación): no estamos en guerra de religiones, claro. Genuflexo ante las ideologías imperantes LGTB a las que no menciona ni de pasada. Y mientras algunos de sus Obispos se enfrentan a leyes inicuas -como los de Alcalá, Getafe y otros que les han apoyado-, y son públicamente denunciados y atacados, él se genuflexa (como su pupilo Osoro) y pasa por alto una vez más las referencias personales: él, tan amigo de referencias personales cuando le interesa.
Genuflexo ante artistas y actores desvergonzados (y desvergonzadas) a los que recibe para que le den el chequecito (véase Di Caprio). Genuflexo ante adúlteros convencidos y recalcitrantes, ante transexuales y ante homosexuales acompañados de su parejita. Genuflexo ante las autoridades de China, con olvido total de una iglesia y unos cristianos que llevan muriendo por defender su catolicismo, con el apoyo de sus Obispos, mucho antes de que él llegara a ser auxiliar de Buenos Aires. Genuflexo en fin, para no denunciar las misas negras organizadas en Estados Unidos o los cultos a Satanás.
Ni puedo, ni tengo tiempo, ni quiero adjuntar las referencias correspondientes para que mis novicios las busquen en internet. Están a la vista de todos en cualquier discurso y en cualquier viaje y en cualquier acción o declaración. En todo momento. Mientras tanto, la cristiandad está desgarrada. La confirmación en la fe de los hermanos, tarea eminente de Pedro, está olvidada y pisoteada. La doctrina, despreciada.
Me ha castigado el Padre Abad sin recreo durante un mes. Dice que hablo mucho, y sin pensar. Si se entera de lo que me he dejado en el tintero … me cuelga de la cogulla en la espadaña del convento. Menos mal que por la noche ha sacado Fray Malaquías una copita de licor de reserva de 1950, que él llama Licor Humani Generis, que hemos saboreado en la celda (Dios nos perdone). Este no es un licor modernista y por eso vale su peso en oro. He quedado genuflexo ante el báquico manjar. Los vinos posteriores a 1965 me sientan mal. Mi artrosis no me permite arrodillarme ante ellos.
Ni puedo, ni tengo tiempo, ni quiero adjuntar las referencias correspondientes para que mis novicios las busquen en internet. Están a la vista de todos en cualquier discurso y en cualquier viaje y en cualquier acción o declaración. En todo momento. Mientras tanto, la cristiandad está desgarrada. La confirmación en la fe de los hermanos, tarea eminente de Pedro, está olvidada y pisoteada. La doctrina, despreciada.
Me ha castigado el Padre Abad sin recreo durante un mes. Dice que hablo mucho, y sin pensar. Si se entera de lo que me he dejado en el tintero … me cuelga de la cogulla en la espadaña del convento. Menos mal que por la noche ha sacado Fray Malaquías una copita de licor de reserva de 1950, que él llama Licor Humani Generis, que hemos saboreado en la celda (Dios nos perdone). Este no es un licor modernista y por eso vale su peso en oro. He quedado genuflexo ante el báquico manjar. Los vinos posteriores a 1965 me sientan mal. Mi artrosis no me permite arrodillarme ante ellos.
Fray Gerundio
miércoles, 17 de agosto de 2016
EL cardenal Müller y la FSSPX (2 de 2) (José Martí)
Yo opino de modo análogo a Chris Jackson; pero me gustaría añadir algo.
Guido Pozzo habla de la posibilidad de que la FSSPX entrara a formar parte de la Iglesia, en forma de una Prelatura personal, como la del Opus Dei; sin embargo, Müller dice exactamente todo lo contrario (¡El video no está disponible!)
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- Esto es evidente y de sentido común. Si algo es blanco no puede ser, al mismo tiempo, negro ... a menos que se caiga en el relativismo, que supone la aniquilación del ser ... y se diga: Bueno, eso es blanco para tí pero es negro para mí ... ¡En esas estamos!
De ahí que, a fuer de ser sinceros, es necesario estar con la mosca en la oreja, pues es muy fácil deslizarse por la vía del engaño.
Decía Chris Jackson más arriba que "una vez que la FSSPX sea regularizada y tenga estructura canónica bajo Roma (...) ¿no podrían Francisco, Müller o el mismo Pozzo, exigirle que acepte, bajo obediencia, el ecumenismo y la libertad religiosa?
Y, en realidad, ¿no es eso, acaso, lo que está ocurriendo con la Prelatura del Opus Dei? Como sabemos, Monseñor Mariano Fazio (argentino de 56 años) muy amigo del papa Francisco, es el nuevo Vicario General del Opus Dei, en vez de serlo Javier Echevarría, como cabía esperar: Todo ello por una sencilla razón: ... ¡el Papa es quien elige al Prelado!
- En mi opinión, no sería bueno que la FSSPX aceptase esa "burocracia" de entrar en la Iglesia Católica ... de esta manera. Pienso que gracias a ellos -y a otros como ellos- aún se sigue manteniendo el sentido fundamental de la Tradición en la Iglesia Católica ... un sentido que, desgraciadamente, ha ido desapareciendo a raíz del Concilio Vaticano II ... y que fue, precisamente, la causa de que Monseñor Lefebre fuese excomulgado (junto a los cuatro obispos que ordenó) el 2 de julio de 1988 por el papa Juan Pablo II en su carta apostólica Ecclesia Dei nº 3.
[Marcel Lefebvre falleció el 25 de marzo de 1991, durante la Semana Santa. Sus restos se hallan inhumados en el Seminario de Écône, bajo la leyenda que él mismo deseaba fuese escrita sobre su tumba: Tradidi quod et accepi ("he transmitido lo que recibí")].
La posición de la Fraternidad San Pío X ha sido siempre de obediencia y sujeción al Romano Pontífice en todo lo que es magisterio infalible, aunque resisten las orientaciones pastorales que se han realizado después del Concilio Vaticano II, cosa que por sí misma no constituye negación de ningún dogma de fe. El problema entre la Santa Sede y la Fraternidad San Pío X es, por tanto, de materia disciplinar, no dogmática. Con todo, las excomuniones a los cuatro obispos ordenados por Lefebvre sigueron en pie hasta el 24 de enero de 2009, cuando el papa Benedicto XVI les levantó la excomunión (aquí y aquí)
El 21 de noviembre de 1974, publicó un manifiesto que definió su posición:
Nos adherimos de todo corazón, con toda nuestra alma, a la Roma católica guardiana de la fe católica y de las tradiciones necesarias al mantenimiento de esa fe, a la Roma eterna, maestra de sabiduría y de verdad.
Por el contrario, nos negamos y nos hemos negado siempre a seguir la Roma de tendencia neomodernista y neoprotestante que se manifestó claramente en el Concilio Vaticano II y después del Concilio en todas las reformas que de éste salieron. […]
Ninguna autoridad, ni siquiera la más elevada en la Jerarquía, puede constreñirnos a abandonar o a disminuir nuestra fe católica claramente expresada y profesada por el magisterio de la Iglesia desde hace diecinueve siglos. “Si llegara a suceder - dice san Pablo- que nosotros mismos o un ángel venido del cielo os enseñara otra cosa distinta de lo que yo os he enseñado, que sea anatema” (Gál. 1, 8).
¿No es esto acaso lo que nos repite el Santo Padre hoy? Y si una cierta contradicción se manifestara en sus palabras y en sus actos así como en los actos de los dicasterios, entonces elegimos lo que siempre ha sido enseñado y hacemos oídos sordos a las novedades destructoras de la Iglesia. […]
Habiendo esta Reforma nacida del liberalismo, del modernismo, está totalmente envenenada; sale de la herejía y desemboca en la herejía, incluso si todos sus actos no son formalmente heréticos. Es pues imposible a todo católico consciente y fiel adoptar esta Reforma y someterse a ella de cualquier manera que sea.
La única actitud de fidelidad a la Iglesia y a la doctrina católica, para nuestra salvación, es el rechazo categórico a aceptar la Reforma. Es por ello que sin ninguna rebelión, ninguna amargura, ningún resentimiento, proseguimos nuestra obra de formación sacerdotal bajo la estrella del magisterio de siempre, persuadidos de que no podemos prestar un servicio más grande a la Santa Iglesia Católica, al Soberano Pontífice y a las generaciones futuras.
Es por ello que nos atenemos firmemente a todo lo que ha sido creído y practicado respecto a la fe, las costumbres, el culto, la enseñanza del catecismo, la formación del sacerdote, la institución de la Iglesia, por la Iglesia de siempre y codificado en los libros aparecidos antes de la influencia modernista del Concilio, esperando que la verdadera luz de la Tradición disipe las tinieblas que oscurecen el cielo de la Roma eterna. […]
Marcel Lefebvre (21 de noviembre de 1974)
(Para una mayor información pinchar aquí)
- Entre otras cosas decía Benedicto XVI en el 2009 en su carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la remisión de la excomunión de los cuatro obispos consagrados por el arzobispo Lefebre:
¿Puede dejarnos totalmente indiferentes una comunidad en la cual hay 491 sacerdotes, 215 seminaristas, 6 seminarios, 88 escuelas, 2 institutos universitarios, 117 hermanos, 164 hermanas y millares de fieles? ¿Debemos realmente dejarlos tranquilamente ir a la deriva lejos de la Iglesia? Pienso por ejemplo en los 491 sacerdotes. No podemos conocer la trama de sus motivaciones. Sin embargo, creo que no se hubieran decidido por el sacerdocio si, junto a varios elementos distorsionados y enfermos, no existiera el amor por Cristo y la voluntad de anunciarlo y, con Él, al Dios vivo. ¿Podemos simplemente excluirlos, como representantes de un grupo marginal radical, de la búsqueda de la reconciliación y de la unidad? ¿Qué será de ellos luego?
- En un comunicado del 29 de junio de 2016 del Superior General de la Fraternidad de San Pío X (Monseñor Fellay) que puede leerse pinchando aquí, se observa el gran amor a la Iglesia que poseen. Al fin y al cabo, según afirmó el cardenal Darío Castrillón Hoyos:
No se puede decir en términos correctos, exactos y precisos, que existe un cisma. Hay una actitud cismática en el hecho de consagrar obispos sin mandato pontificio. Ellos están dentro de la Iglesia. Existe únicamente el hecho de que una total, más perfecta comunión está faltando —como quedó afirmado durante la reunión con el Obispo Fellay— una comunión más plena, porque la comunión existe.
No justifico que Monseñor Lefebre hubiera dado lugar a ser excomulgado. Pero no soy quién para juzgarlo, pues "sólo Dios penetra los corazones" (Rom 8, 27). Por otra parte, lo que estaba en tela de juicio no eran verdades dogmáticas, sino algunas afirmaciones discutibles y ambiguas de algunos de los documentos del Concilio Vaticano II; en particular las relativas a la libertad religiosa, la colegialidad, el ecumenismo y el diálogo interreligioso, básicamente ... asuntos, por cierto, que siguen sin estar claros.
Ahí tenemos, por ejemplo, el libro de Brunero Gherardini: "Vaticano II, una explicación pendiente" (aquí y aquí), quien decía, entre otras cosas, en su súplica al Santo Padre Benedicto XVI, incluída en el epílogo del libro:
"Parece no ya difícil sino imposible incoar la deseada hermenéutica de la continuidad si antes no se ha procedido a un atento y científico análisis de cada uno de los documentos, de su conjunto y de todos sus argumentos, de sus fuentes inmediatas y remotas, al tiempo que se sigue hablando del Concilio repitiendo su contenido o presentándolo como una novedad absoluta" (...)
"Basta una palabra suya, Beatísimo Padre, para que, siendo ella misma la Palabra, todo vuelva al cauce de la pacífica, luminosa y gozosa profesión de la única Fe en la única Iglesia" (...)
"De ese modo se podrá saber si el Vaticano II y, sobre todo, el post-Concilio (o en qué sentido y hasta qué punto) pueden interpretarse en la línea de una indiscutible continuidad, aun evolutiva, o si, por el contrario Concilio y post-Concilio resultan ajenos o incluso obstaculizan esa continuidad"
- En fin, si algo debe de quedar claro es el hecho indiscutible de que la papolatría es un grave pecado: el Papa no es Dios ... de modo que todas sus palabras no pueden ni deben de ser interpretadas como infalibles. Esta infalibilidad se da sólo cuando el Papa habla "ex cathedra" porque entonces no es su palabra sino el Espíritu Santo quien habla a través de él.
Y no digamos si, en lugar de ser Francisco quien habla, es Müller o Schönborn ... que, por cierto, parece ser que en Septiembre, Müller dejará de ser el Prefecto para la Congregación de la Fe y este cargo pasará a ocuparlo Schönborn (ver aquí y aquí): ¡Que Dios nos pille confesados!
José Martí
De ahí que, a fuer de ser sinceros, es necesario estar con la mosca en la oreja, pues es muy fácil deslizarse por la vía del engaño.
Decía Chris Jackson más arriba que "una vez que la FSSPX sea regularizada y tenga estructura canónica bajo Roma (...) ¿no podrían Francisco, Müller o el mismo Pozzo, exigirle que acepte, bajo obediencia, el ecumenismo y la libertad religiosa?
Y, en realidad, ¿no es eso, acaso, lo que está ocurriendo con la Prelatura del Opus Dei? Como sabemos, Monseñor Mariano Fazio (argentino de 56 años) muy amigo del papa Francisco, es el nuevo Vicario General del Opus Dei, en vez de serlo Javier Echevarría, como cabía esperar: Todo ello por una sencilla razón: ... ¡el Papa es quien elige al Prelado!
- En mi opinión, no sería bueno que la FSSPX aceptase esa "burocracia" de entrar en la Iglesia Católica ... de esta manera. Pienso que gracias a ellos -y a otros como ellos- aún se sigue manteniendo el sentido fundamental de la Tradición en la Iglesia Católica ... un sentido que, desgraciadamente, ha ido desapareciendo a raíz del Concilio Vaticano II ... y que fue, precisamente, la causa de que Monseñor Lefebre fuese excomulgado (junto a los cuatro obispos que ordenó) el 2 de julio de 1988 por el papa Juan Pablo II en su carta apostólica Ecclesia Dei nº 3.
La posición de la Fraternidad San Pío X ha sido siempre de obediencia y sujeción al Romano Pontífice en todo lo que es magisterio infalible, aunque resisten las orientaciones pastorales que se han realizado después del Concilio Vaticano II, cosa que por sí misma no constituye negación de ningún dogma de fe. El problema entre la Santa Sede y la Fraternidad San Pío X es, por tanto, de materia disciplinar, no dogmática. Con todo, las excomuniones a los cuatro obispos ordenados por Lefebvre sigueron en pie hasta el 24 de enero de 2009, cuando el papa Benedicto XVI les levantó la excomunión (aquí y aquí)
El 21 de noviembre de 1974, publicó un manifiesto que definió su posición:
Nos adherimos de todo corazón, con toda nuestra alma, a la Roma católica guardiana de la fe católica y de las tradiciones necesarias al mantenimiento de esa fe, a la Roma eterna, maestra de sabiduría y de verdad.
Por el contrario, nos negamos y nos hemos negado siempre a seguir la Roma de tendencia neomodernista y neoprotestante que se manifestó claramente en el Concilio Vaticano II y después del Concilio en todas las reformas que de éste salieron. […]
Ninguna autoridad, ni siquiera la más elevada en la Jerarquía, puede constreñirnos a abandonar o a disminuir nuestra fe católica claramente expresada y profesada por el magisterio de la Iglesia desde hace diecinueve siglos. “Si llegara a suceder - dice san Pablo- que nosotros mismos o un ángel venido del cielo os enseñara otra cosa distinta de lo que yo os he enseñado, que sea anatema” (Gál. 1, 8).
¿No es esto acaso lo que nos repite el Santo Padre hoy? Y si una cierta contradicción se manifestara en sus palabras y en sus actos así como en los actos de los dicasterios, entonces elegimos lo que siempre ha sido enseñado y hacemos oídos sordos a las novedades destructoras de la Iglesia. […]
Habiendo esta Reforma nacida del liberalismo, del modernismo, está totalmente envenenada; sale de la herejía y desemboca en la herejía, incluso si todos sus actos no son formalmente heréticos. Es pues imposible a todo católico consciente y fiel adoptar esta Reforma y someterse a ella de cualquier manera que sea.
La única actitud de fidelidad a la Iglesia y a la doctrina católica, para nuestra salvación, es el rechazo categórico a aceptar la Reforma. Es por ello que sin ninguna rebelión, ninguna amargura, ningún resentimiento, proseguimos nuestra obra de formación sacerdotal bajo la estrella del magisterio de siempre, persuadidos de que no podemos prestar un servicio más grande a la Santa Iglesia Católica, al Soberano Pontífice y a las generaciones futuras.
Es por ello que nos atenemos firmemente a todo lo que ha sido creído y practicado respecto a la fe, las costumbres, el culto, la enseñanza del catecismo, la formación del sacerdote, la institución de la Iglesia, por la Iglesia de siempre y codificado en los libros aparecidos antes de la influencia modernista del Concilio, esperando que la verdadera luz de la Tradición disipe las tinieblas que oscurecen el cielo de la Roma eterna. […]
Marcel Lefebvre (21 de noviembre de 1974)
(Para una mayor información pinchar aquí)
- Entre otras cosas decía Benedicto XVI en el 2009 en su carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la remisión de la excomunión de los cuatro obispos consagrados por el arzobispo Lefebre:
¿Puede dejarnos totalmente indiferentes una comunidad en la cual hay 491 sacerdotes, 215 seminaristas, 6 seminarios, 88 escuelas, 2 institutos universitarios, 117 hermanos, 164 hermanas y millares de fieles? ¿Debemos realmente dejarlos tranquilamente ir a la deriva lejos de la Iglesia? Pienso por ejemplo en los 491 sacerdotes. No podemos conocer la trama de sus motivaciones. Sin embargo, creo que no se hubieran decidido por el sacerdocio si, junto a varios elementos distorsionados y enfermos, no existiera el amor por Cristo y la voluntad de anunciarlo y, con Él, al Dios vivo. ¿Podemos simplemente excluirlos, como representantes de un grupo marginal radical, de la búsqueda de la reconciliación y de la unidad? ¿Qué será de ellos luego?
- En un comunicado del 29 de junio de 2016 del Superior General de la Fraternidad de San Pío X (Monseñor Fellay) que puede leerse pinchando aquí, se observa el gran amor a la Iglesia que poseen. Al fin y al cabo, según afirmó el cardenal Darío Castrillón Hoyos:
No se puede decir en términos correctos, exactos y precisos, que existe un cisma. Hay una actitud cismática en el hecho de consagrar obispos sin mandato pontificio. Ellos están dentro de la Iglesia. Existe únicamente el hecho de que una total, más perfecta comunión está faltando —como quedó afirmado durante la reunión con el Obispo Fellay— una comunión más plena, porque la comunión existe.
Si somos sinceros no podemos menos que acudir a los hechos que estamos presenciando hoy en día ... y que parece que le dan toda la razón a Monseñor Lefebre: un hombre que se expuso a ser excomulgado, como así fue ... y así murió. Todo ello sería causa de profundo sufrimiento, pero todo cuanto hizo fue guiado por el amor a Jesucristo, según puedo leer (yo no soy lefebriano, pero hago uso de la razón). Pienso que la historia (que es guiada por Dios) se encargará de poner las cosas en su sitio.
Y es que la voluntad de un Papa, por muy Papa que sea, no siempre coincide con la voluntad de Dios, aunque bien es verdad que Dios se sirve de él y permite el mal [lo permite, en razón de nuestra libertad; lógicamente no lo quiere, ni puede quererlo]. Lo cierto es que "sabemos que todas las cosas contribuyen al bien de los que aman a Dios" (Rom 8, 28). Monseñor Lefebre amaba a Dios hasta el punto de jugarse su vida antes que admitir algo que sabía que podía conducir a la Iglesia a su destrucción.
Y es que la voluntad de un Papa, por muy Papa que sea, no siempre coincide con la voluntad de Dios, aunque bien es verdad que Dios se sirve de él y permite el mal [lo permite, en razón de nuestra libertad; lógicamente no lo quiere, ni puede quererlo]. Lo cierto es que "sabemos que todas las cosas contribuyen al bien de los que aman a Dios" (Rom 8, 28). Monseñor Lefebre amaba a Dios hasta el punto de jugarse su vida antes que admitir algo que sabía que podía conducir a la Iglesia a su destrucción.
No justifico que Monseñor Lefebre hubiera dado lugar a ser excomulgado. Pero no soy quién para juzgarlo, pues "sólo Dios penetra los corazones" (Rom 8, 27). Por otra parte, lo que estaba en tela de juicio no eran verdades dogmáticas, sino algunas afirmaciones discutibles y ambiguas de algunos de los documentos del Concilio Vaticano II; en particular las relativas a la libertad religiosa, la colegialidad, el ecumenismo y el diálogo interreligioso, básicamente ... asuntos, por cierto, que siguen sin estar claros.
Ahí tenemos, por ejemplo, el libro de Brunero Gherardini: "Vaticano II, una explicación pendiente" (aquí y aquí), quien decía, entre otras cosas, en su súplica al Santo Padre Benedicto XVI, incluída en el epílogo del libro:
"Parece no ya difícil sino imposible incoar la deseada hermenéutica de la continuidad si antes no se ha procedido a un atento y científico análisis de cada uno de los documentos, de su conjunto y de todos sus argumentos, de sus fuentes inmediatas y remotas, al tiempo que se sigue hablando del Concilio repitiendo su contenido o presentándolo como una novedad absoluta" (...)
"Basta una palabra suya, Beatísimo Padre, para que, siendo ella misma la Palabra, todo vuelva al cauce de la pacífica, luminosa y gozosa profesión de la única Fe en la única Iglesia" (...)
"De ese modo se podrá saber si el Vaticano II y, sobre todo, el post-Concilio (o en qué sentido y hasta qué punto) pueden interpretarse en la línea de una indiscutible continuidad, aun evolutiva, o si, por el contrario Concilio y post-Concilio resultan ajenos o incluso obstaculizan esa continuidad"
- En fin, si algo debe de quedar claro es el hecho indiscutible de que la papolatría es un grave pecado: el Papa no es Dios ... de modo que todas sus palabras no pueden ni deben de ser interpretadas como infalibles. Esta infalibilidad se da sólo cuando el Papa habla "ex cathedra" porque entonces no es su palabra sino el Espíritu Santo quien habla a través de él.
Y no digamos si, en lugar de ser Francisco quien habla, es Müller o Schönborn ... que, por cierto, parece ser que en Septiembre, Müller dejará de ser el Prefecto para la Congregación de la Fe y este cargo pasará a ocuparlo Schönborn (ver aquí y aquí): ¡Que Dios nos pille confesados!
José Martí
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