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martes, 2 de agosto de 2016

Rueda de prensa de Francisco en el vuelo de Cracovia a Roma: A vueltas con el fundamentalismo cristiano y otros temas de interés (José Martí)




El texto completo puede verse en ACIPRENSA pinchando aquí. Es de ahí de donde entresaco la última pregunta que se le hace al Papa, relativa al fundamentalismo islámico. También se puede ver la página de RADIO VATICANO. De ella he sacado un audio que versa sobre la pregunta dirigida por Antoine Marie Izoarde, de un medio de comunicación francés, al que se puede acceder haciendo clic aquí.


Esta entrada la dedico a hacer algunos comentarios a la respuesta que da a este periodista el papa Francisco; y lo hago como si me dirigiera directamente a Francisco.

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Antoine Marie Izoarde, i.Media: 

Santo Padre, primero que nada quiero felicitarlo a usted, y al P. Lombardi y al P. Spadaro por la fiesta de San Ignacio.

Si me permite, la pregunta es un poco difícil: los católicos están un poco en shock no solo en Francia luego del bárbaro asesinato del Padre Jacques Hamel que, como bien sabe, estaba en su iglesia mientras celebraba la Santa Misa.

Hace cuatro días aquí nos dijo que todas las religiones quieren la paz. Pero este santo sacerdote de 85 años ha sido claramente asesinado en el nombre del Islam.

Entonces Santo Padre, tengo dos pequeñas preguntas. ¿Por qué cuando usted habla de estos eventos violentos habla siempre de terroristas pero nunca de Islam, nunca utiliza la palabra Islam, y luego otra sobre la oración y el diálogo, que obviamente son esencialísimos. ¿Qué iniciativa concreta puede proponer o sugerir para contrastar la violencia islámica. Gracias Santidad.


Papa Francisco:

No me gusta hablar de violencia islámica, porque todos los días, cuando leo los diarios, veo violencia, aquí en Italia, alguien que mata a la novia, otro que mata a la suegra. Y estos son católicos bautizados, son católicos violentos.

¿Cómo puede saber usted si son católicos los que matan a la suegra? Y en el caso de que lo fueran, desde luego eso no es lo que les dicta su Religión.

Si yo hablo de violencia islámica, debo hablar de violencia católica; y no, los islámicos no todos son violentos; no todos los católicos son violentos.

El lenguaje que usa Su Santidad no es riguroso; no existe la violencia católica, en sí misma, porque el mensaje de Jesucristo es un mensaje de auténtica paz, no la que da el mundo, sino la que proviene de Él. En cambio, sí existe la violencia islámica, pues expresamente se dice en el Corán: "Matadlos a todos, dondequiera los encontréis", refiriéndose a los infieles, a los que no adoptan la religión islámica. 

Los musulmanes obligan a la "conversión", lo cual es un modo muy claro de violencia. Y todo ello viene recogido en el Corán ... ¡no así en el Evangelio! ... No, la comparación no hay que hacerla entre personas individuales que pueden ser violentas independientemente de la religión que profesen, si es que profesan alguna ... No, la comparación hay que hacerla entre Mahoma y Jesucristo. ¿Jesucristo fue violento? ¡No! ¿Mahoma fue violento? ¡Sí! Pues eso.

Es como la macedonia, hay de todo. Hay violentos de esta religión … una cosa es verdad: creo que en casi todas las religiones hay un pequeño grupo fundamentalista. Nosotros lo tenemos.

¡No es verdad! Nosotros no tenemos ningún grupo fundamentalista. Tenemos cristianos que son fieles a la Tradición de la Iglesia de siempre, la de dos mil años de Historia, aquellos que no se avergüenzan de Jesucristo y dan la cara y la vida por él, si es preciso, como el caso de este sacerdote de Francia que fue muerto por odio a la religión católica, mientras oficiaba la santa Misa ... ¡y al que sí había que proclamar santo ... puesto que ha muerto como mártir. Aquí hay completa seguridad de que el alma de este sacerdote está ya en el cielo, sin pasar por el purgatorio. ¿No podría, Su Santidad, decir esto, que es la pura verdad, cuando ni siquiera lo ha nombrado en su respuesta? 

¿Es que éste sacerdote era un cristiano fundamentalista? ¿Lo son los Franciscanos y Franciscanas de la Inmaculada, cuya orden ha sido destrozada, bajo su conocimiento, cuando su único pecado era que celebraban también la misa en su forma extraordinaria, además de celebrar también el Novus Ordus Missae, siendo así que hay cardenales declarados abiertamente homosexuales y partidarios del divorcio y, sin embargo, no son destituidos de sus cargos, con el consiguiente escándalo para los creyentes? ¿Lo fue Jesucristo, quien dijo que no había venido a traer la paz sino la espada?

El fundamentalismo llega a matar, pero también se puede matar con la lengua; lo dice el Apóstol Santiago, no yo; y también con el cuchillo.

Esto decía, en efecto, el apóstol Santiago: "Ningún hombre ha podido jamás domar la lengua; es un mal incontrolable, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a imagen de Dios. De la misma boca procede la bendición y la maldición. Esto, hermanos míos, no debe de ser así" (Sant 3, 8-10). Pues, continúa: "¿Acaso echa la fuente por el mismo caño agua dulce y amarga?" (Sant 3, 11). 

La lengua, es cierto, puede hacer mucho daño y "matar" cuando de ella no salen palabras provenientes del Espíritu, sino palabras meramente humanas. Pero también puede dar vida, si con nuestra lengua proclamamos la Palabra de Dios: "Mis palabras son Espíritu y son Vida" (Jn 6, 63). 

Si pronunciamos palabras que no son de Dios ciertamente podemos matar el alma y el corazón de los niños, que es lo que sucede hoy tan a menudo, incluso en el seno de la Iglesia Jerárquica,  para nuestra desgracia, pero si las palabras que salen de nuestro corazón son aquéllas aprendidas por el Espíritu Santo, van a producir también la "muerte", pero -y en ello coincidirá usted conmigo- esta "muerte" cristiana es "vida" para el alma; es una muerte a nuestro egoísmo y a nuestro hombre viejo; es una muerte necesaria si queremos madurar como personas y como cristianos, pues "si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, produce mucho fruto" (Jn 12, 24).

El cristiano, en cuanto tal, no mata a nadie, sino que su "violencia" es contra sí mismo, contra aquello que encuentra en su alma que se opone a la voluntad de Dios, manifestada en Jesucristo, el único por el que nos puede venir la salvación a todos los hombres (cfr Hech 4, 12). ¿Dio Mahoma su vida por alguien?. No, no todas las religiones son iguales. 

Hablar de fundamentalismo cristiano -tal y como se entiende esa palabra- es un sinsentido. A menos que estemos hablando de aquellos que han hecho suyas, en su propia vida, las palabras de san Pablo a los corintios: "En cuanto al fundamento, ninguno puede poner otro que el que ya está puesto, que es Jesucristo" (1 Cor 3, 11) ... Pero yo a éstos no les llamaría fundamentalistas [fundamentistas, en todo caso, aunque esa palabra no esté recogida en el Diccionario], sino auténticos cristianos que se mantienen fieles a la Piedra que es Jesús, fundador de la Iglesia, que es Una, Santa, Católica y Apostólica.

¡Nada que ver, por lo tanto, con el fundamentalismo islámico, que éste sí que mata, de palabra y de obra!. Y, además, precisamente aquellos que proceden como "verdaderos" musulmanes, fieles al Corán, (un libro inventado por Mahoma que no tiene nada de sagrado, aunque así se lo haya considerado y se le siga considerando por muchos) ésos son los verdaderamente peligrosos. No así los que viven el mensaje cristiano. La Biblia (en particular el Nuevo Testamento) y el Corán no son comparables ni compatibles.

Creo que no es justo identificar al Islam con la violencia. No es justo ni es verdad. He tenido un diálogo largo con el gran imán de la universidad Al Azhar. Sé cómo piensan ellos, buscan la paz, el encuentro.

Se trata de casos especiales ... ¡Y serán buenos y no violentos en la medida misma en la que no piensen ni actúen conforme se lee en el Corán! ... pues su contenido es la raíz del problema fundamentalista ... aunque esto es desconocido por la inmensa mayoría.

El Nuncio de un país africano me decía que en la capital del país donde está siempre hay un buen grupo de gente, siempre está lleno en la puerta santa por el jubileo y algunos van a confesarse, católicos, otros van y rezan, pero la mayoría van a rezar al altar de la Virgen. Estos son musulmanes que quieren hacer el jubileo. Son hermanos.

Evidentemente, yo no voy a juzgar a ningún musulmán concreto, como tampoco a ningún católico concreto. Esto sólo lo puede hacer Dios. Ahora bien: dicho esto, deberá usted convenir conmigo en que los musulmanes no son hermanos nuestros, en tanto en cuanto no tienen el mismo Dios que los cristianos.

Para un cristiano, Dios se ha manifestado en Jesucristo y "el que niega al Hijo niega también al Padre" (1 Jn 2, 22b). En cambio, "quien confiesa al Hijo, también posee al Padre" (1 Jn 2, 23 b).

Los musulmanes odian a Jesucristo, luego odian a Dios, a quien no conocen. Porque, efectivamente "a Dios nadie lo ha visto jamás" (Jn 1, 18a). Esto es obvio, puesto que Dios es Espíritu Puro; en cambio, "Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, él mismo es quien os lo ha dado a conocer" (Jn 1, 18b). Eso fue lo que ocurrió cuando Dios, sin dejar de serlo, se hizo hombre; y desde entonces sí lo podemos conocer: "Felipe: el que me ve a Mí, ve al Padre. ¿Cómo dices tú: muéstranos al Padre?" (Jn 14, 9b) "Yo y el Padre somos uno" (Jn 10, 30)

De ahí esas palabras tan fuertes del apóstol san Juan: "¿Quién es mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Éste es el Anticristo, que niega al Padre y al Hijo" (1 Jn 2, 22). Y por eso digo que un cristiano no puede considerar como hermano a un musulmán, por la sencilla razón de que no lo son, al no ser hijos de un mismo Padre.

Cuando estuve en Centroáfrica estuve con ellos, con el imán salí en el papamóvil. Se puede convivir.

¿Y por qué no? Son personas como nosotros, criaturas de Dios. Normalmente, las personas se suelen entender si hablan el mismo idioma. Y la relación con cualquier persona es fundamental. Al fin y al cabo, somos animales sociales. No vamos a estar discutiendo o peleándonos continuamente. Simplemente no se sacan a relucir aquellos temas que podrían dar lugar a enfrentamientos y de cuyo resultado no se obtendría ningún bien. Y así se puede hablar, aunque sea del tiempo o de lo bonita que es una ciudad.

Son grupitos fundamentalistas. Yo me pregunto, ¿cuántos jóvenes que nosotros, europeos, hemos dejado vacíos de ideales, que no tienen trabajo y van a la droga o el alcohol, se juntan en grupos fundamentalistas?

Habría mucho que decir al respecto. Somos libres y no estamos condicionados a optar por el camino del mal, es decir,  del pecado,
 que es el único que nos esclaviza y nos conduce a la autodestrucción. El paro o la falta de trabajo no conducen, por sí mismos, a la droga o al alcohol o a formar parte de un grupo fundamentalista. Sí, en cambio, la falta de ideales. Pero no cualquier ideal, sino el único ideal que merece tal nombre; y al cual hemos renunciado: Europa, en su conjunto, ha rechazado sus raíces cristianas, esas que la han llevado a su auténtico progreso, material y espiritual (ambos).

Perdidas sus raíces, una vez que Jesucristo ha sido rechazado por el mundo, el hombre se ha quedado solo e indefenso, a merced de cualquiera ... pues ha perdido también su capacidad de pensar y de razonar, quedando reducido a repetir lo que dicen los medios de comunicación, los cuales son hábilmente usados por el Sistema ... y confluyen, casi todos, en el rechazo del catolicismo. Los mass media se han convertido, salvo rarísimas excepciones poco influyentes,  en adoctrinadores del Pensamiento Único. Bajo capa de buenismo, se esconde un gran fondo de maldad, pues su verdadero objetivo es la desaparición de Cristo de la faz de la tierra.

Sí podemos decir que el así llamado ISIS es un Estado Islámico que se presenta como violento, porque cuando se ve sus documentos de identidad. Este es un grupo fundamentalista que se llama ISIS. No es verdad ni es justo que el Islam sea terrorista.

No todos opinan de ese modo; y tienen fundadas razones para ello. Lo han vivido en su propia carne. Tal es el caso, por ejemplo, de Raad Salam Naamán quien es, además, un experto en estos temas.


[Se puede leer también un breve artículo de Michael Matt, de The Remnant, que ha salido posteriormente. Para ello pinchar aquí]

El terrorismo está en todo lados. Piense en el terrorismo tribal de algunos países africanos.

Sólo si los hombres se dejan transformar por Jesucristo se acabaría el terrorismo. Por eso no se puede decir que hay que respetar todas las culturas o que España hizo mal cuando evangelizó América. El proselitismo, en contra de lo que usted dice, no es una solemne tontería

Si un padre está completamente convencido de algo que sabe, sin lugar a dudas, que es lo mejor para su hijo ... ¿acaso no se moverá para procurárselo? Lo hará, incluso aun cuando sea malo, como decía Jesús (cfr Lc 11, 13).

Y así, si un cristiano ha descubierto, por pura gracia, que Jesucristo es el único que da sentido a la vida, ¿cómo se puede quedar esa joya para sí mismo?: "Si evangelizo ... es una obligación que me incumbe. Pues, ¡ay de mí si no evangelizara ...!" (1 Cor 9, 16), decía san Pablo. 

Y quienes evangelizan no lo hacen por puro gusto personal o para ser vistos por los hombres o para medrar o trepar. No, sino que lo hacen obligados. "Si evangelizara por propio gusto, tendría derecho a recompensa; pero si lo hago por fuerza, cumplo con una misión que se me ha confiado. ¿Cuál es entonces mi recompensa? Que predique el Evangelio, entregándolo gratuitamente, sin hacer valer mis derechos por la evangelización" (1 Cor 9, 17-18).

Y aquí es bueno recordar también aquello que decía también san Pablo a los corintios: "Es preciso que los hombres vean en nosotros ministros de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien: lo que se busca en los administradores es que sean fieles" (1 Cor 4, 1-2). Fidelidad ¿a qué? ... Pues fidelidad al depósito recibido. Así exhortaba san Pablo a su discípulo Timoteo: "Timoteo, guarda el depósito" (1 Tim 6, 20). "Te ordeno, en presencia de Dios (...) que conserves el mandamiento sin tacha, ni reproche, hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo" (1 Cor 6, 13a. 14).

Esto es tan importante que , sigue diciendo san Pablo, "aunque nosotros o un ángel del cielo os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anatema!" (Gal 1, 8). La Palabra de Dios no se puede tergiversar, ni cambiar, ni escamotear, pues como dice el autor de la carta a los hebreos, hablando de Jesucristo: "Su Palabra es viva y eficaz; y más aguda que espada alguna de dos filos. Penetra hasta la frontera del alma y del espíritu, hasta las articulaciones y médulas, y puede distinguir los sentimientos y pensamientos del corazón. Y no existe criatura alguna que esté oculta a su penetrante mirada, sino que todas están desnudas y descubiertas a sus ojos, delante de quien hemos de rendir cuentas" (Heb 4, 12-13).

Nunca se insistirá lo suficiente en este punto, puesto que es el fundamento de nuestra fe. Sin él, toda la fe y la Iglesia se derrumbarían. Fidelidad, pues, al depósito recibido, sin ocultar, ni añadir ni quitar nada. Dice san Juan en el Apocalipsis, poniendo en boca de Jesucristo estas palabras: "Si alguien añade algo a esto, Dios enviará sobre él las plagas descritas en este libro; y si alguien sustrae alguna palabra a la profecía de este libro, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa que se describen en este libro" (Ap 22, 18-19). 

Y siendo esto tan grave, como lo es, nos encontramos con que se nos quiere quitar la auténtica Palabra de Dios, cambiándola por palabras inventadas por hombres. Así ha ocurrido poco antes de la JMJ de Cracovia de este año: Pinchar aquí.  La misma noticia en este corto video de Gloria TV:


Duración: 27 segundos

El terrorismo es también ..., pero no sé si decirlo porque es algo peligroso ..., el terrorismo crece cuando no hay otra opción, cuando en el centro de la economía mundial está el dinero y no la persona, el hombre y la mujer. Esto ya es el primer terrorismo. Ignorar la maravilla de la creación, que es el hombre y la mujer, es un terrorismo de base contra toda la humanidad. Pensemos en eso.

En otras palabras, si le he entendido bien: la causa del terrorismo consiste en que no se aprecia a las personas, por sí mismas, como tales personas, y en que se pone el hincapié sólo en el dinero, lo cual crea unas diferencias tan grandes entre ellas que al final estas diferencias se dirimen mediante la violencia.

En parte, eso es cierto. Pero el problema de fondo, un fondo más allá de ese fondo, es que es imposible querer y apreciar, de verdad, a las personas, si no está de por medio el amor a Dios, que es la causa de todo lo creado y que, además, se hizo hombre, en la Persona de su Hijo, para que nosotros pudiéramos ser elevados, por pura gracia,  a la categoría de hijos de Dios,  
siempre que pongamos los medios que Él ha establecido para ello, cuales son la guarda de sus mandamientos: "Quien acepta mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama" (Jn 14, 21a), decía Jesús. Y también: "Si me amáis guardaréis mis mandamientos" (Jn 14, 15). La pérdida del sentido de lo sobrenatural, el olvido y el rechazo de Dios, el pecado, en definitiva, es la verdadera causa de la miseria y de la corrupción, así como de todo aquello que nos hace sufrir

Por eso, si nuestros sufrimientos los unimos a los de Jesucristo, adquieren, entonces, un carácter redentor. Nos convertimos en corredentores con Cristo. Y de ese modo, todo adquiere sentido, incluidas las contrariedades, la enfermedad y la muerte, pues éstas se convierten así en motivo de salvación para nosotros y para muchas otras personas ... según aquello que decía san Pablo y que, de otro modo, no podríamos comprender"Ahora me alegro en los padecimientos por vosotros y completo en mi carne lo que falta a la Pasión de Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia" (Col 1, 24).

[En esto consiste el Misterio del Cuerpo Místico de Cristoque tan bien explica san Pablo en 1 Cor 12, 12-31. Un tema del que ya hablé en mi otro blog, en tres entradas (pinchar aquíaquí y aquí). La encíclica de Pío XII viene en varios idiomas; yo he colocado el enlace al inglés, pues en la página web del Vaticano no viene la traducción al español; ésta puede encontrarse haciendo clic aquí

Y si es que ahora comprendemos algo, por muy poco que sea, es debido a la fe"la fe, que es seguridad de lo que se espera" (Heb 11, 1), que es un don de Dios y que debemos pedirle en cada instante, todos los días de nuestra vida, conscientes de que "todo el que pide, recibe" (Lc 11, 10) y de que, por lo tanto, Él nos la concederá, sin ningún género de duda.
José Martí

Espectáculos en las JMJ de Cracovia 2016 (José Martí)


No son, por cierto, espectáculos especialmente reverentes pues aparece, por un lado, una monja bailando (falta video)

... así como también un sacerdote bailando . Bueno, hay que decir, y podría servir de excusa, que este sacerdote era un antiguo bailarín, de nombre Franck Legros. Así que cuando acudió a las JMJ de Cracovia, estando cerca del santuario de la Virgen Negra, arrancó a bailar y un gran número de jóvenes que había allí siguieron su ritmo ... por cierto formando un grupo de baile muy coordinado ... hasta el punto de que el vídeo en cuestión se ha convertido en viral y acumula ya, al menos, un millón doscientas mil personas.

Y, por supuesto, no podía faltar sor Cristina cantando.

En fin, todo esto no es sino una muestra de la "espiritualidad"  de esta Jornada. Me pregunto cuántos jóvenes habrán salido de allí conociendo y queriendo más a Jesucristo ... Me temo que muy pocos.


José Martí

lunes, 1 de agosto de 2016

Nuevo proyecto de Educación afectivo-sexual del Pontificio Consejo para la Familia, presentado en Cracovia en las JMJ



Cuando uno piensa que ya lo ha visto todo se encuentra con que, en realidad, esto no ha hecho más que empezar. El proceso de destrucción de la sociedad comienza por la destrucción de la familia, que es su célula principal. Uno pensaría, en principio, en personas de ultraizquierda, anticatólicos, agnósticos, ateos, etc...

Sin embargo, ha salido un documento, que proviene del Pontificio Consejo para la familia, sobre la "educación" afectivo-sexual de los jóvenes ... cuyo contenido se diferencia muy poco del que hubiera propuesto cualquier gobierno actual partidario de la ideología de género; y con la agravante de que el origen del mismo radica en el mismo Vaticano. Para más INRI se ha esperado a la JMJ para darlo a conocer a todo el mundo (está en cinco idiomas y es gratis) y sería el material de trabajo para los maestros (ignoro si se les impondrá, lo que ya sería el colmo). Desde luego los padres tienen una batalla muy dura que llevar a cabo. Y vencerán, con la ayuda de Dios, pero lo tendrán muy difícil, porque el enemigo no está sólo fuera (identificado como tal) sino también dentro de la propia Iglesia. "El caballo de Troya en la ciudad de Dios" es un libro de Dietrich Von Hildebrand, escrito hace ya más de cuarenta años, pero hoy con mucha más actualidad que entonces, cuando fue escrito. 

Me vienen a la mente las palabras de Jesús, cuando decía: "No tengáis miedo a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma: temed, sobre todo, al que puede arrojar el alma y el cuerpo en el infierno" (Mt 10, 28). Y éstos, a los que sí hay que temer se encuentran, por desgracia, entre algunos miembros del clero e incluso de la más alta Jerarquía eclesiástica (sacerdotes, obispos, cardenales, ...) que se presentan como pastores y son, en cambio, lobos disfrazados de piel de oveja ... que presentan una doctrina que no es la de Jesucristo. 

Ante esta realidad, es bueno releer el Nuevo Testamento que es el que nos ilumina a actuar en conformidad con la voluntad de Dios, porque en él se encuentran Palabras aprendidas del Espíritu Santo, que no puede engañarnos. Por ejemplo, cuando el apóstol Pablo le dice a los gálatas: "Aunque nosotros o un ángel del cielo os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anatema!" (Gal 1, 8) 

[Anatema es sinónimo de hereje o maldito; es decir, de aquel que no está en comunión con el sentir de la Iglesia] 

Y, en otro lugar, podemos leer, también del apóstol san Pablo, esta vez dirigiéndose a los corintios: "Hermanos, quiero ahora recordaros el Evangelio que os he predicado y que vosotros recibisteis, en el cual estáis firmes y por el cual sois salvados ... si es que lo conserváis tal cual yo os lo prediqué, porque de otra suerte en vano habríais abrazado la fe" (1 Cor 15, 1-2). Es preciso, por lo tanto, estar muy atentos a la auténtica palabra de Dios para no dejarnos engañar, pues en ello nos va la salvación eterna ... o la condenación eterna. No nos lo podemos tomar en broma. 

Y, en concreto, con relación al tema que nos ocupa, no debemos permitir que nuestros hijos se envenenen con esas enseñanzas perniciosas que aparecen en el "Documento del Pontificio Consejo para la Familia", presentado en las jornadas mundiales de la juventud en Cracovia. Desde luego hay que tener los ojos bien abiertos porque estas enseñanzas afectivo-sexuales están muy bien camufladas; tanto más en cuanto que provienen de aquellos a quienes se les supone que son "expertos" y, además, "católicos": una combinación explosiva para engañar al más pintado. 

Este proyecto no ha surgido de la nada, sino que se lleva trabajando en él más de dos años, a marchas forzadas, para que estuviera preparado antes de la JMJ de Cracovia. Es posterior a los dos sínodos y a la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia. ¿Simple casualidad? ¿Por qué ese interés tan grande, tan inmenso, con apariencia de "bondad" y de "comprensión" hacia la sexualidad de los jóvenes, a la que desean darle una orientación "adecuada", cuando, en realidad, lo que con tales enseñanzas se quiere conseguir, aunque no se diga expresamente, es alejar a Dios de esos jóvenes y hacerlos desgraciados? 

Cuando, después de haber sido traicionado por Judas, prendieron a Jesús, éste les dijo "a los que habían venido contra Él, príncipes de los sacerdotes y oficiales del Templo y ancianos:'¿Cómo contra un ladrón habéis salido con espadas y palos? Todos los días estaba con vosotros en el Templo y no levantasteis la mano contra mí; pero ésta es vuestra hora y el Poder de las Tinieblas' " (Lc 22, 52-53) ... tal y como les dijo Jesús a sus apóstoles en otra ocasión, poco antes de su prendimiento: "Esto os lo he dicho para que no os escandalicéis. Os expulsarán de las sinagogas [ahora sería, de los Templos]; más aún, se acerca la hora en la que quien os dé muerte piense que así sirve a Dios ... Os digo esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de ello, de que ya os lo anuncié" (Jn 16, 1-4). Y en otro momento dice: "No hablaré ya muchas cosas con vosotros, porque viene el Príncipe del mundo" (Jn 14, 30a) [se refiere al Diablo, lógicamente]. 

Parecería que Jesús ha perdido la batalla y que su enemigo es más fuerte que Él ... Y digo "parecería", porque no es así. Y así se lo hace saber a sus discípulos, hablándoles del Diablo: "Contra Mí no puede nada" (Jn 14, 30b). Entonces, ¿por qué se deja prender? Y da una razón, aquélla por la que vino a este mundo, cual es la de cumplir la voluntad de su Padre, dando su vida para conseguir la salvación de todo aquél que quiera ser salvado. Y así se lo hace saber a sus discípulos, a continuación, diciéndoles: "Pero el mundo ha de saber que amo al Padre y que hago lo que el Padre me ha mandado" (Jn 14, 31). Por eso se dejó prender.

¿Acaso eso supone la victoria del mundo sobre Jesús? Todo lo contrario, aunque las armas que usa Jesús no son las del Diablo ni las de sus hijos, los que son del mundo (poder, dinero, vanidad, etc) sino las del Amor, el cual es más fuerte que la muerte (Cant 8, 6).

Me vienen a la mente, y con esto acabo, porque me he salido (en cierto modo) del tema que nos ocupa, los siguientes versículos del Apocalipsis: "Y corrió admirada la tierra entera tras la bestia, y adoraron al dragón porque dio el poderío a la bestia; y se postraron ante la bestia, diciendo: '¿quién hay semejante a la bestia y quién puede luchar contra ella?'. Le fue dada una boca que profería palabras arrogantes y blasfemias; y se le dio poder para hacerlo durante cuarenta y dos meses" (Ap 13, 3-5). Es más: "Se le concedió hacer la guerra contra los santos y vencerlos; se le concedió también potestad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. Y la adoraron todos los habitantes de la tierra, [y aquí es bueno prestar mucha atención, pues los que la adoraron son]  aquellos cuyo nombre no está inscrito, desde el origen del mundo, en el libro de la vida del Cordero que fue sacrificado [refiriéndose a Jesucristo]. Quien tenga oídos, oiga" (Ap 13, 7-9)

Por eso un cristiano jamás debe de tener miedo a nada, excepto al pecado, que es lo único que le puede separar de Dios, que es lo único que le haría no estar inscrito en el libro de la vida. Es preferible morir junto a Jesús que vivir sometido a la bestia ... Además, en cualquier caso, los días de la bestia están contados: "se le dio poder ... durante cuarenta y dos meses". Pero el final es lo que cuenta: "La bestia cayó prisionera y con ella el falso profeta que hacía sus prodigios ante ella, con los cuales engañaba a los que habían recibido la marca de la bestia y a los que habían adorado su imagen.Y los dos fueron arrojados al estanque de fuego que arde con azufre" (Ap 19, 20)."Y quien no fue hallado inscrito en el Libro de la Vida fue arrojado en el lago de fuego" (Ap 20, 15).

En fin, lo que quiero decir es que no quedarán sin castigo aquellos que se revuelven contra Dios y atacan a su rebaño, sean quienes fueren, pues "cada uno será juzgado de acuerdo con sus obras" (Ap 20, 13). Sí, habrá que luchar, usando las armas de Dios (Ef 6, 10-20), pero la victoria es segura: "Ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe" (1 Jn 5, 4).

Por eso, los padres cristianos tienen que luchar, con las armas de Dios y con todas sus fuerzas, para que sus hijos no sean envenenados con los vicios del mundo, lo que los haría infelices. Merece la pena vivir la vida dándole este sentido amoroso, según Dios. 



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(Presentado en Cracovia el nuevo proyecto de educación afectiva-sexual)

No se podía imaginar un mejor contexto que el de las Jornadas Mundiales de la Juventud en Cracovia para presentar el nuevo proyecto del Pontificio Consejo para la Familia, dedicado a la educación afectiva y sexual de los adolescentes y jóvenes.

Titulado "El lugar del encuentro" este itinerario educativo se basa en la imagen de la tienda y acompaña a los jóvenes en la comprensión de sí mismos como personas, llamados a vivir las relaciones con los demás en la dignidad y en el respeto. El descubrimiento del plan de Dios sobre cada persona y la vocación al amor es la culminación de las seis unidades en las que el proyecto está dividido.

Mons. Simón, Subsecretario del Pontificio Consejo para la Familia, presentando el proyecto en el Vocations Center de Cracovia, hizo hincapié en que el conjunto de este material se presenta hoy a los educadores de todo el mundo, para que puedan utilizarlo y enriquecerlo con ideas y experiencias: un camino que comienza en Cracovia y abre la perspectiva al Encuentro Mundial de las Familias de Dublín en 2018.

El proyecto está totalmente disponible online gratuitamente en cinco idiomas. Para el idioma español pinchar aquí 
Para una visión crítica de este proyecto (en Life Site News) pinchar aquí. Una traducción al español de este comentario viene en Adelante la Fe, con el título: En la JMJ, el Vaticano lanza programa de educación sexual que excluye a los padres y el pecado mortal



José Martí

NOTA: Sobre la JMJ se pueden leer también los comentarios de Ex Orbe y de Fray Gerundio.

domingo, 31 de julio de 2016

¡Que alguien me lo explique! (José Martí)

El enlace a esta noticia puede encontrarse pinchando aquí. Es de Secretum Mihi Meum. ¡Aún no salgo de mi asombro! ¿Hasta dónde vamos a llegar?



El largo camino hacia Schönborn [1 de 3] Una nueva Iglesia (José Martí)


- El largo camino hacia Schönborn [1 de 3] Una nueva Iglesia

- El largo camino hacia Schönborn [2 de 3] Gravedad de la situación

- El largo camino hacia Schönborn [3 de 3] Todo estaba ya preparado



El título de la entrada se debe a la respuesta que dio el Papa Francisco, cuando le preguntaron, en su viaje de regreso de Lesbos a Roma, el 16 de abril de este año, si la Amoris Laetitia había supuesto algún cambio para los adúlteros que no pueden recibir la comunión, a lo que éste contestó:

"Podría decir 'sí' y punto. Pero ésta sería una respuesta demasiado corta. Recomiendo a todos leer la presentación hecha por el cardenal Schönborn, que es un gran teólogo. Él es miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe y está familiarizado con la doctrina de la Iglesia. En su presentación su pregunta encontrará una respuesta"


He aquí el vídeo correspondiente

Es decir, escuchando a Schönborn estamos escuchando a Francisco. De ahí las nueve entradas que dediqué en este blog, y que titulé  Amoris Laetitia, interpretada por el propio Francisco, en las que realicé un estudio crítico de toda la presentación que hizo Schönborn sobre la AL. La primera fue el 16 de mayo y la novena el 25 de mayo. Para las otras siete entradas pinchar aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí y aquí.

Son los cardenales Baldisseri y Schönborn, a quienes el papa Francisco eligió para presentar como le gusta a él la exhortación post-sinodal. Y ya dijeron lo que piensan: el primero en una carta y el segundo en una entrevista. Esta información nos la proporciona Sandro Magister. 


Mucha tinta se ha vertido sobre esta exhortación apostólica, Amoris Laetitia, lo que se debe a  la trascendental importancia de la misma en el futuro de la Iglesia. Ya teníamos la Familiaris Consortio de Juan Pablo II (año 1981) que abordaba y resolvía los problemas que ahora se han vuelto a plantear, innecesariamente. Apenas si han transcurrido 25 años entre la redacción de ambas y la diferencia entre ellas es abismal, hasta el punto de que la AL contradice a la FC, por más que la AL cite a la FC en algún punto o nota, ya que lo hace de modo incompleto y no refleja la verdad de lo que dijo la FC.

Por ejemplo: En el número 84 de la FC se puede leer:

La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su praxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio.

La reconciliación en el sacramento de la penitencia —que les abriría el camino al sacramento eucarístico— puede darse únicamente a los que, arrepentidos de haber violado el signo de la Alianza y de la fidelidad a Cristo, están sinceramente dispuestos a una forma de vida que no contradiga la indisolubilidad del matrimonio. Esto lleva consigo concretamente que cuando el hombre y la mujer, por motivos serios, —como, por ejemplo, la educación de los hijos— no pueden cumplir la obligación de la separación, «asumen el compromiso de vivir en plena continencia, o sea de abstenerse de los actos propios de los esposos»


La AL, en cambio, abre la puerta a las ahora llamadas "situaciones irregulares", creando así una gran confusión entre los católicos. 

La AL no es un documento claro y está plagado de ambigüedades. De lo contrario no existiría esa "lucha" en uno u otro sentido, entre defensores y detractores de la AL. 

[Por cierto, los detractores son definidos por el Papa Francisco como "corazones cerrados" (AL 305). Juan Pablo II debía de ser, entonces, un corazón cerrado, por lo que dijo en la FC ..., si es que aplicamos la lógica].

No es tan simple, ni es bueno "juzgar" de corazones cerrados [ ¿"Quién soy yo para juzgar"? ... fueron las palabras de Francisco cuando se le preguntó acerca de la homosexualidad] precisamente a aquellos fieles católicos que, con más denuedo, están defendiendo las bases fundamentales de la Doctrina Católica. El tema es muy serio, pues si se destruye el matrimonio, se destruye también la familia, la familia católica, que es la única que puede entenderse como tal familia ("uno con una y para siempre, con vistas a la procreación y educación de los hijos en una vida cristiana"). 

En la AL los hijos quedan desprotegidos y, destruida la familia, Dios va desapareciendo paulatinamente de la mente y del corazón de los niños y, en definitiva, de toda la sociedad ... pues estos niños se harán adultos y no tendrán a Jesucristo como referencia de vida. 

La situación, como digo, no es banal, sino gravísima. Lo más "gracioso", por no decir tristísimo, es que todo ello se hace en función de la aplicación de la misericordia para con la gente. Esa hermosa palabra, que es la misericordia de Dios, al separarla de la verdad y de la justicia, como si fuesen antagónicas, está haciendo mucho daño a los cristianos y creando confusión por doquier. Por cierto, una misericordia muy selectiva. Léase, por ejemplo, el artículo de María Teresa Moretti en el que habla de "la nueva Iglesia" y de la aplicación de la misericordia a las Franciscanas de la Inmaculada, aunque se pueden multiplicar los ejemplos. 

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El caso de los Franciscanos de la Inmaculada fue el más desconcertante, pero -por lo visto- fue el inicio de un proceso en el que -da la impresión- se quiere acabar con todo lo que recuerde la adoración a Dios y se manifieste litúrgicamente. ¿Cómo se puede querer a nadie, si no existe como referencia el amor a Dios, con todas nuestras fuerzas y todo nuestro ser? La liturgia es un medio en el que se respira el misterio del Dios encarnado y la Presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, que es lo único que da fuerzas a un cristiano para combatir contra cualquier tipo de adversidad. ¿Cómo nos pueden quitar a Jesucristo? ¿Y cómo es que esta maldad, esta iniquidad, se está llevando a cabo por aquellos cuya misión es la de darnos a conocer y amar a Jesús? 

No existe una explicación "humana" para lo que está sucediendo. Desde luego, el Príncipe de este mundo, como lo llamaba Jesús, es realmente el Príncipe de este mundo ... no es ninguna figura retórica utilizada por nuestro Maestro y Señor ... pero, en fin, no nos desviemos, porque eso sería motivo de otro artículo o de varios. Sigamos con nuestro razonamiento acerca de los "corazones cerrados".

Si se aplica rigurosamente esa "lógica", tan absurda por otra parte, resultaría que el mismísimo Jesucristo, Fundador de la Iglesia Católica, tendría que ser considerado como el corazón más cerrado que jamás haya existido, puesto que se atrevió a decir (¡nada menos!) que "todo el que mira a una mujer, deseándola, ya adulteró con ella en su corazón" (Mt 5, 28) ... y es que, en realidad ... se quiera ver o no, pero es así para nuestra desgracia ... se está construyendo una nueva "Iglesia", que ya no es la Iglesia de Jesucristo ... (¡esta afirmación da ganas de llorar, pero es así!) ... todo ello en un proceso que comenzó con el Concilio Vaticano II y que ha ido "in crescendo" hasta llegar a su punto álgido con el papa Francisco. 

Lo que está ocurriendo en el seno de la Iglesia Católica es altamente preocupante, máxime cuando muchos de los que se dicen católicos están asistiendo al espectáculo de la destrucción de la Iglesia Católica ... y les da igual ... por una razón muy sencilla, a mi entender: la pérdida de la fe. ¿Dónde está la fe del cristiano de hoy? ¿Conocen su fe los cristianos? 

Desde luego, llevamos ya prácticamente tres generaciones en las que se da por sabido (no entiendo el porqué de esa presunción) que la gente conoce a Jesucristo ... siendo así que no se les predica la verdadera Palabra de Dios y no se transmite con fidelidad el mensaje recibido (salvo excepciones, gracias a las cuales la Iglesia aún se sigue manteniendo y todavía no ha sido destruida). 

La predicación hace ya mucho tiempo que ha quedado reducida a lugares comunes y a buenos consejos de carácter meramente humanitario ... ¿Cómo puede la gente, entonces, conocer a Jesús? Humanamente hablando es imposible, porque "la fe viene por el oído" (Rom 10, 17). "¿Y cómo invocarán a Aquél en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en Aquél a quién no han oído? ¿Y cómo oirán si nadie les predica? ¿Y cómo predicarán si no son enviados?" (Rom 10, 14-15). De ahí que sea tan importante la oración, tal y como ordenó Jesús a sus discípulos: "La mies es mucha, pero los obreros pocos. ROGAD, pues, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies." (Lc 10, 2) 

(Continuará)