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miércoles, 15 de enero de 2025

El Gobierno de España amenaza a la Iglesia por predicar la conversión a los homosexuales



Vuelve la persecución a la fe católica y la Iglesia en España. El Ministerio de Igualdad ha decidido abrir un expediente para investigar la denuncia trasladada por la Asociación Española contra las Terapias de Conversión, en la que expone que en varias diócesis españolas se están impartiendo cursos y talleres de conversión sexual para personas LGTBI+. La realidad es que son talleres de conversión espiritual. Mons. Munilla, obispo de Orihuela-Alicante, ha reaccionado en las redes sociales.

(InfoCatólica) La ministra de Igualdad, Ana Redondo, se ha reunido hoy con el presidente de la mencionada entidad del lobby gay, Saúl Castro, quien le ha trasladado los detalles de la denuncia que interpuso hace unos días ante el Ministerio de Igualdad, a través de la Dirección General para la Igualdad real y efectiva de las personas LGTBI+.

Así, el Ministerio va a analizar el contenido de la denuncia para estudiar las acciones a impulsar en el marco de sus competencias.

La ley 4/2023 para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI prohíbe por primera vez «la práctica de métodos, programas y terapias de aversión, conversión o contracondicionamiento, en cualquier forma, destinados a modificar la orientación o identidad sexual o la expresión de género de las personas, incluso si cuentan con el consentimiento de la persona interesada o de su representante legal».

Ataque a la fe católica

Dado que lo que se está haciendo en algunas diócesis españolas es un acompañamiento pastoral para buscar la conversión de los homosexuales que viven en pecado, la sanción supondría un ataque contra la fe católica como no se conoce en España desde tiempos de la persecución religiosa durante la II República y la Guerra Civil. Un ataque en el que además habrían jugado y juegan un papel muy importante los medios de comunicación, especialmente del ámbito de la izquierda política y religiosa.

Está por ver cuál va a ser la reacción del episcopado español, que por el momento no ha dado muchas muestras de apoyo a los sacerdotes que buscan que las personas del mismo sexo que viven en una situación de pecado, entreguen su vida a Cristo, se conviertan, se confiesen y por gracia intenten llevar una vida casta. En ningún momento han señalado qué ven incorrecto en el Programa Transformados.

De momento, el primero en reaccionar ha sido Mons. José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante. Lo ha hecho en las redes sociales:

Lo que llaman "terapia de conversión", en realidad, no existe. Es tan solo un "constructo ideológico" del marxismo para impedir a la Iglesia acompañar pastoralmente a las personas con inclinaciones homosexuales, ayudándoles a vivir la virtud de la castidad...
Por otra parte,… pic.twitter.com/B3Cu6pPIle— Jose Ignacio Munilla (@ObispoMunilla) January 14, 2025
Lo que llaman "terapia de conversión", en realidad, no existe. Es tan solo un "constructo ideológico" del marxismo para impedir a la Iglesia acompañar pastoralmente a las personas con inclinaciones homosexuales, ayudándoles a vivir la virtud de la castidad...

Por otra parte, resulta irónico que quienes defienden la libertad para cambiarse de sexo -hormonas y cirugías incluidas-, prohíban a los homosexuales solicitar libremente lo que ellos califican como "terapia de conversión"... ¿?🤔¿? 😏

Es una demostración palmaria de que no creen en la libertad, de la que tanto alardeaban; además de ser una prueba más de la falta de libertad religiosa que estamos padeciendo.

Sanciones económicas

La ley establece sanciones que van desde los 200 hasta los 150.000 euros y que conllevan la prohibición de recibir ayudas públicas, en función de la gravedad de los hechos.

Las infracciones leves contemplan, entre otros, la utilización o emisión de expresiones vejatorias, sancionadas con apercibimiento o con multa de 200 a 2.000 euros.

Por otra parte, las infracciones graves contemplan la no retirada de expresiones vejatorias en sitios web o redes sociales por parte de los prestadores de servicios de la sociedad de la información, siempre y cuando, habiéndoles pedido que lo retiren, no lo hagan. Serán sancionadas con multa de 2.001 a 10.000 euros.

Finalmente, las infracciones muy graves, sancionadas con multa de 10.001 a 150.000 euros, recogen la promoción o práctica de métodos, programas o terapias de aversión, conversión o contracondicionamiento con la finalidad de modificar la orientación sexual, identidad de género o características sexuales.

El director general para la Igualdad real y efectiva de las personas LGTBI+, Julio del Valle, ha destacado, al finalizar la reunión, la necesidad de «abrir un debate social sobre lo que significan las terapias de conversión, que niegan la identidad de las personas y/o su orientación sexual». Del Valle ha insistido en la gravedad de los daños que ocasionan este tipo de terapias sobre las personas LGTBI+: «Pueden acarrear consecuencias psicológicas a lo largo de toda la vida, afectando a su vida afectivo-sexual».


‼️ El Ministerio de Igualdad abre un expediente para incoar la denuncia presentada por la Asociación Española contra las Terapias de Conversión.

👉 La ministra de Igualdad, @_anaredondo_, se ha reunido con el presidente de la entidad, Saúl Castro.

ℹ️https://t.co/e8JkRNr6eX pic.twitter.com/T9NJ6M97Uz— Ministerio de Igualdad (@IgualdadGob) January 14, 2025

El año del Franco y del PSOE / Reconquista y nueva era (Pío Moa)



El año del Franco y del PSOE

**Caído el régimen del 78, se abre un período incierto, en que, o España involuciona a una tiranía más o menos a la venezolana, o se impone un nuevo régimen con una Constitución democrática que corrija los serios errores de la anterior. Sería el sexto régimen político desde la Restauración.

**El año 2025 puede (debería) ser el de Franco y del PSOE. El de la verdad histórica sobre uno y otro. Y la verdad, reivindicada sobre la farsa, debería poner fin a un PSOE históricamente enemigo de la libertad y de la integridad nacional de España.

**El arma mejor contra el PSOE es la verdad histórica. Por eso han impuesto leyes para impedirla

**A los principios esenciales de unidad nacional y democracia que defiende VOX habría que añadir la neutralidad de España en la guerra europea que planean las oligarquías de la UE.

**La posición histórica y geopolítica de España es muy particular, y aunque VOX entre en los movimientos europeos contra la degeneración antidemocrática, woke, lgtbi y belicista en Europa y en Usa, y colabore con ellos, creo que debería mantener una clara independencia: Trump es un nacionalista o imperialista useño, y sus intereses de fondo no coinciden con los de España, algo que debe tenerse en cuenta.

**Alice Weidel está políticamente muy bien, pero no me parece que sus inclinaciones o costumbres familiares sean para airearlas como un mérito. Los niños no son mascotas, y su primer derecho es a un padre y una madre reales

**No es ninguna paradoja que las feministas simpaticen tanto con el islam: lo que odian y desprecian es ante todo la condición femenina, no al varón, como parece.

**Hay una derecha que no distingue entre Dios y el César, y que se cree predilecta de Dios, aunque Dios no parece muy convencido de ello.




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Reconquista y nueva era.

**La Reconquista fue posible por la previa existencia del reino hispanogodo. Y a su vez hizo posible el cruce del Atlántico y el Pacífico por barcos españoles, inaugurando en la historia humana una nueva era que terminaría con la SGM:

**No hay progre que no odie la Reconquista y que deje de ensalzar a Al Ándalus. Aunque casi ninguno hable árabe. Ni es casual que quienes fomentan la inmigración ilegal masiva, protegen a Marruecos y odian a España, detesten la Reconquista y hasta prohíban su nombre… ¡por motivos “científicos”!

**La Reconquista no solo enfrentó a cristianos contra musulmanes, ese fue el aspecto religioso; pero políticamente enfrentó a España contra Al Ándalus. Son dos facetas que no deben confundirse como a veces se hace. Cristiana era toda Europa occidental pero la Reconquista fue un fenómeno netamente español.

**En el aspecto religioso, la Reconquista terminó con la toma de Granada; en el político, con la reincorporación de Navarra.

**Para la Iglesia era esencial la expulsión del islam y recristianización de la península, pero la reunificación política lo era bastante menos. La secesión de Portugal debió bastante a Roma.

**Un aspecto poco atendido de la Reconquista fue la influencia francoborgoñona, que en parte la enriqueció y en parte la distorsionó.

**En todas las sociedades pugnan tendencias integradoras y disgregadoras, que en la Reconquista alternaron repetidamente. Que triunfara mayoritariamente la integradora se debió a la memoria e influjo del reino hispanogodo. Sin él no habría habido España, sino Al Ándalus o taifas cristianas.

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Noticias varias 14 de febrero de 2025

NOTICIAS








lunes, 13 de enero de 2025

A mí no me pica el cuerpo cuando hablo de Franco



La ministra Alegría dice que «a la derecha le pica el cuerpo» cuando se menciona a Franco. Pues no, ministra, a mí no me pica nada. Le echo de menos. Le agradezco que salvó a España de vosotros, le agradezco 40 años de prosperidad, orden y respeto.

Franco no solo fue un hombre fuerte en tiempos difíciles, fue un hombre santo o, al menos, de virtudes heroicas. No se trata de nostalgia, se trata de reconocer la verdad: reconstruyó un país devastado, levantó hospitales, escuelas y universidades, y evitó que cayéramos en manos de regímenes que llevaron al horror a media Europa.

Ustedes, ministra, intentan presentar la historia como un combate de buenos y malos según su conveniencia ideológica. Lo que no soportan es que Franco ganó, y no solo ganó la guerra: ganó la paz para millones de españoles que, de otro modo, habrían conocido la persecución y la miseria.

No quiero retroceder ni un paso en la defensa de lo que es justo. Aquí lo que está en juego no es un relato, es la memoria de quienes vivieron tiempos de verdad, no discursos vacíos de salón. Así que, no, ministra: no me pica el cuerpo. Me hierve la sangre cuando veo cómo intentan reescribir la historia con resentimiento.

Franco no salvó solo una época, salvó a una nación entera. Y eso, les guste o no, quedará en la historia para siempre.

Jaime Gurpegui

El Vaticano contra las Servidoras: un castigo que clama al cielo


INFOVATICANA


Otra vez, el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica apunta su maquinaria represiva hacia uno de los institutos más florecientes de la Iglesia.

El reciente decreto contra las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará no es solo una intervención, es un golpe despiadado: prohíben la admisión de nuevas vocaciones durante tres años. Tres años sin poder recibir a jóvenes que quieren entregarse a Cristo. ¿Es así como Roma piensa cuidar la vida consagrada?

Es imposible no leer esto con indignación. Mientras algunos institutos agonizan sin vocaciones, porque han vaciado su carisma hasta la irrelevancia, a las Servidoras, que llevan el Evangelio hasta los confines de la tierra, se les cierra la puerta. Es una burla. Las acusan de «falta de formación» y de «gobierno inexperto». ¿Y cuál es la solución? Asfixiarlas, condenarlas al silencio y al estancamiento.

Si el problema fuera realmente la formación, ¿no sería más sensato enviar más recursos, mejorar los procesos, pero sin detener la labor misionera? Pero no. Aquí se evidencia un patrón claro: la única respuesta es castigar. Quieren disciplinar a los pocos que aún creen en el sacrificio, en la pobreza y en la obediencia de verdad.

¿Qué mal hace una congregación que crece y lleva esperanza donde nadie más se atreve? Esto no es ayuda, es un intento de desmantelamiento. Es el cierre forzoso de puertas y ventanas para dejar que el polvo del olvido y el tiempo hagan su trabajo. Y mientras tanto, ¿dónde están las intervenciones para quienes desvían la fe desde cátedras y púlpitos? ¿Dónde está la prohibición de aceptar más postulantes en esos lugares donde la formación es pura ideología y activismo?

Esto clama al cielo. Tres años es una eternidad para un instituto religioso. Con esta decisión, muchas jóvenes perderán la oportunidad de consagrar su vida. Muchas almas quedarán sin respuesta.

Que nadie se engañe: este decreto no busca proteger. Es una purga disfrazada de corrección. Un golpe más en la cruzada contra todo lo que aún brilla con la luz del Evangelio auténtico.

Lo que queda es rezar para que este suplicio termine pronto y que la Iglesia despierte antes de que se extingan quienes aún la aman y luchan por ella.

Jaime Gurpegui

La familia en el amoroso plan de Dios sobre el hombre



Homilía del 28 de diciembre de 1981


Duración  0:09:38

La Sagrada Familia. Texto Bíblico: Lc 2: 22-40

Comentario:

Homilía muy agradable de escuchar. La necesidad de la Familia. Los ataques a la familia por nuestro mundo moderno. La necesidad de la familia, de un padre, de una madre, de unos hermanos.

La Delegación de Gobierno reconoce que mintió al sancionar el Rosario en Ferraz.





HAN RETIRADO DOS DE LAS MULTAS.



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domingo, 12 de enero de 2025

«La Iglesia permite a sacerdotes homosexuales en Italia»: FALSO (Padre Javier Olivera Ravasi)




DURACIÓN 23:46 MINUTOS

Año de Franco (IV) Aznar derrota a Franco (Pío Moa)



“Aznar derrota a Franco” es el título irónico de un capítulo de El PSOE en la historia de España. Hemos visto cómo la simplona disyuntiva democracia/dictadura puede confundir por completo la historia. Cómo la democracia republicana fue caótica y derivó hacia un régimen totalitario que afortunadamente no cuajó porque perdió la guerra. Cómo Franco reafirmó la continuidad histórica de España, a la que libró de la II Guerra Mundial, y derrotó al maquis y a un criminal aislamiento exterior, mantuvo la soberanía nacional y dejó una sociedad reconciliada, sin los viejos y brutales odios, en excelente salud social y más próspera que nunca antes. Hemos visto también cómo su régimen no fue fascista ni totalitario, sino de cuatro partidos y con un estado mucho más pequeño que el actual. Y cómo no logró consolidarse debido al cambio de orientación de la Iglesia y a la propia relevancia de un Franco que resultó insustituible. Cómo no tuvo oposición democrática, sino ante todo comunista y/o terrorista, y cómo la transición vino necesariamente del propio franquismo. Miremos ahora, a grandes líneas, la evolución de la democracia.

1. El referéndum de 1976 había derrotado a los rupturistas que negaban legitimidad al franquismo y lo adjudicaban al frente popular (confundido con la república). No obstante, por debilidad intelectual de la derecha, los derrotados pudieron ir apropiándose o usurpando la bandera de la democracia, en detrimento de la misma.

2. Oficialmente, el franquismo fue sustituido por la democracia con la Constitución de 1978, tras una preparación de tres años. La Constitución consagró aspectos esenciales del legado de Franco, en particular la unidad nacional, la economía de mercado, la monarquía o la bandera con que fue vencido el frente popular. Y amplió las libertades a los partidos que se titulaban herederos de los derrotados en la guerra civil –y vueltos a derrotar en el referéndum del 76– a quienes se otorgó una autoridad político-moral inapropiada, por antihistórica, al olvidarse su trayectoria.

3. Se suponía que, con todo, no había mucho que temer, dado que la solidez de la sociedad salida del franquismo dificultaba por sí sola la vuelta a las viejas convulsiones. Se pensaba también que, de un modo u otro, comunistas, socialistas y separatistas habrían aprendido la lección de la historia y evitarían recaer en las querencias totalitarias del pasado.

4. Un defecto muy peligroso de la Constitución fue la distribución del país en autonomías con derecho a expandirse indefinidamente a costa de la unidad nacional. Tal concesión partió de la derecha, y dentro de ella del sector democristiano hegemónico en la UCD de Suárez: casualmente, eran también democristianos los separatistas vascos y catalanes, provisionalmente presentados como simples autonomistas. Pero esos partidos no renunciaban a sus postulados de origen, utilizaron las concesiones en enseñanza y medios de masas para ejercer una propaganda antiespañola y debilitar los lazos de unión nacional, en particular el idioma común. Problema agravado por el terrorismo separatista, sobre todo vasco, aunque también catalán.

5. No solo los separatistas utilizaban las concesiones para avanzar en sus designios: también el PSOE volvió a sus tendencias totalitarias al llegar al poder en 1982, vulnerando la independencia judicial, cosa que aceptó el PP, para entrar en el reparto de jueces, junto con los separatistas. Esta y otras maniobras se combinaban con una corrupción rampante y, finalmente, ante el peligro de perder las elecciones, con una furiosa propaganda de lucha “heroica” contra el desaparecido franquismo. Ello fue posible debido al abandono toda lucha de ideas o cultural por una derecha deseosa de “olvidar” el franquismo

6. A principios de este siglo, la izquierda y los separatistas habían ganado por completo la batalla histórico- cultural, por incomparecencia de la derecha, consiguiendo la legitimidad que les había negado el referéndum del 76, y con ella ancha vía para sus políticas cada vez más dañinas. Con todo, la democracia subsistía, aun si con serios problemas. Pero fue el 20 de noviembre de 2002 –fecha muy simbólica– cuando el PP de Aznar condenó al franquismo oficialmente (y en tonos amenazantes) sumándose al discurso político-histórico del PSOE y los separatistas.

7. La condena del franquismo significaba la condena al referéndum del 76, que todos pretendían olvidar, e, implícitamente, a lo que había salido de él, la monarquía y la propia democracia entre otras cosas. Más en profundidad, era una bomba de relojería contra la herencia ya mencionada del franquismo. No fue en absoluto un hecho anecdótico o menor, como a veces se trata, sino algo así como un golpe de estado encubierto, que transformó el régimen del 78 y abrió paso a una verdadera involución.

8. La labor de Aznar fue lógicamente continuada por el PSOE de Zapatero con leyes sucesivas contra las libertades, la convivencia en paz y en libertad y la propia Constitución. Destacaré tres: a) la ley de “memoria histórica”, de estilo soviético, por la cual unos políticos generalmente corruptos e incultos se permitían dictar a la población lo que debía pensar de su propia historia; al paso que se identificaban con los chekistas autores de crímenes atroces, juzgados y fusilados en la posguerra, y a los que llamaban víctimas. Así se desvanecía la esperanza de que hubieran aprendido la lección de la historia. b) Las leyes “de género”, que cultivan el odio entre los dos sexos, culpabilizando arbitrariamente a uno de ellos. c) Las leyes “de odio”, por las que los citados políticos pretenden reglamentar hasta los sentimientos de las personas, algo que supera a los totalitarismos tradicionales.

9. Por su parte, los separatismos crecieron en audacia, ya con Aznar, y más aún después, hasta que en 2017, el separatismo catalán se sintió lo bastante fuerte para intentar el golpe de estado y la secesión de Cataluña, como había hecho en 1934. Para entonces había surgido otro partido claramente partidario de la unidad nacional y de restablecer las normas democráticas, VOX, el rey reaccionó y el PP se vio forzado a aplicar la Constitución, si bien de manera floja e insuficiente. Por el momento del golpe fracasó, sin que el problema se hubiera solucionado.

10. Desbancado el PP del gobierno por un PSOE que explotaba su corrupción –siendo aún más corrupto–, los socialistas, con Sánchez a la cabeza, coronaron la involución profanando la tumba de Franco (con la complicidad pasiva de la Iglesia y la monarquía, que debían su propia subistencia a Franco, y del PP, salido directamente de los altos cargos del franquismo). Y, finalmente, un PSOE aliado tradicionalmente con los separatismos, procedió a legalizar el golpismo con una amnistía anticonstitucional. Esto ha significado simplemente el fin de la Constitución, por tanto del régimen del 78, como el fraude electoral de febrero de 1936 significó el fin de la república.

11. Hoy el país se encuentra en la disyuntiva de evolucionar a una tiranía similar a la bolivariana de Venezuela, o restablecer con nuevas normas y nueva Constitución la unidad nacional y la democracia. A lo que debe añadirse la neutralidad ante la nueva guerra europea que planean unas oligarquías de la UE, cada vez más ajenas a lo que siempre se ha entendido por democracia.

PÍO MOA

TIEMPO DE REGALOS (Bruno Moreno)



En la época navideña que estamos terminando, tan tradicionales como los polvorones o los villancicos son las advertencias en las homilías contra la obsesión con los regalos y las cosas materiales. Así debe ser, por supuesto, porque nuestro mundo tristemente lo comercializa todo, convirtiéndolo en consumo y reduciéndolo a un intercambio económico. Sin embargo, no puedo evitar pensar que quizá haya algo más profundo en todo esto.

A fin de cuentas, los regalos son algo universal y existen en todas las culturas, naciones y clases sociales. ¿A quién no le gustan los regalos? Esto implica que los regalos tocan muy de cerca la esencia misma del ser humano. De alguna forma, en un regalo hay algo especial, que no se agota en el mero objeto que se regala, porque, como todos sabemos, no es lo mismo comprarse una cosa que recibirla como regalo. Este último suscita una ilusión, causa una sorpresa y tiene una magia que no pueden compararse con una simple compra.

En efecto, hay dos aspectos del regalo que lo hacen especial. En primer lugar, el hecho de que los regalos requieren que el donante emplee su tiempo en pensar el regalo, en conseguirlo, en prepararlo (de ahí la importancia de algo tan inútil como el envoltorio de los regalos) y en darlo. En ese sentido, todo regalo, aunque sea un objeto material, tiene algo de espiritual, de vida entregada por el donante, que se manifiesta en el tiempo que el donante ha empleado en el regalo y que es una parte de su misma vida. Es decir, todo verdadero regalo incluye el amor del que lo da, porque amar es entregar la vida por el otro. En consecuencia, a la recepción de un regalo le corresponde el agradecimiento, porque no tiene otro pago posible.

En segundo lugar, los regalos tienen como elemento característico la gratuidad. Si pago por algo, ya no es un regalo. Lo comprado es lo contrario de un regalo, porque no es gratis. Si lo obtengo por mi esfuerzo, tampoco es un regalo, sino un sueldo, un premio o una conquista. Lo llamativo del regalo es que no lo merecemos. En ese sentido, el regalo tiene una dimensión trascendente, metafísica e incluso inabarcable, que apunta más allá de las leyes habituales de la naturaleza, la economía o el derecho. Por eso, ante un regalo, lo que surge es la sorpresa de algo que no era necesario, a lo que yo no tenía derecho y por lo que no he pagado.

En resumen y según la vieja expresión latina, en última instancia los regalos se dan gratis et amore, gratuitamente y por amor. Esos dos aspectos hacen que cada regalo sea algo especial y, como hemos dicho antes, tocan el corazón de hombres de todas las culturas, naciones y épocas históricas. Los regalos satisfacen una necesidad que tenemos dentro y que no entendemos muy bien, a diferencia de nuestra necesidad de comida, bebida, alojamiento o ropa con que vestirnos.

Esta necesidad, sin embargo, no se ve satisfecha por mucho tiempo al recibir un regalo. No hay nadie en este mundo que diga “ya he recibido un regalo y ya no quiero recibir más”. El deseo de regalos no se sacia y es mucho mayor que cualquier regalo individual y que cualquier cantidad de regalos. Hay una inmensa desproporción entre el deseo y el cumplimiento. De ahí viene esa obsesión con tener más regalos y más cosas materiales, que tan apropiadamente critican los sacerdotes en sus homilías: la gente intenta acumular más y más regalos, especialmente en Navidad, para ver si así satisface de una vez ese deseo infinito, pero siempre sin éxito.

Esto nos indica algo fundamental: si los regalos no bastan, necesariamente tiene que ser porque lo que anhela el ser humano es un gran Regalo con mayúsculas, que no tenga fin y que pueda saciar el vacío inabarcable que hay en nuestro interior. No lo merecemos, porque los regalos no se pueden merecer, pero los seres humanos lo deseamos aquí y en la China, hoy y hace cinco mil años, en las chabolas y en los palacios. Queremos el gran Regalo y nada más nos puede saciar. Hasta que lo recibamos, todos los regalos individuales nos hablarán insistentemente del verdadero Regalo y, si algún día por fin lo descubrimos, todos los pequeños regalos que recibamos después nos lo recordarán.

¿Cuál es ese gran Regalo al que apuntan todos los regalos? ¿Quién nos da ese Regalo, que, como todos los regalos, es un signo de Amor porque supone la entrega de la propia Vida del donante? ¿Quién es capaz de darnos gratis lo que no podemos ganar con todas nuestras fuerzas ni pagar con todo el dinero de la tierra? Estas preguntas solo tienen una respuesta, el verdadero secreto de la Navidad, que el mundo ha olvidado ya.

Ojalá los regalos que hemos recibido en estos días de Navidad, en vez de distraernos y deslumbrarnos, nos hablen al oído del gran Regalo, del que solo son humildes heraldos y misioneros. Como dice un villancico que canta mi familia desde hace años:

La Navidad ha llegado,
tiempo de regalos es,
porque Dios, como regalo,
nos dio al Niño Manuel.

Bruno Moreno

Año de Franco (III-b) Franquismo y democracia (Pío Moa)



La degradación del pensamiento político, sobre todo en medios periodísticos, lo hace girar sobre la simpleza dictadura/democracia. Pero, como hemos visto, la dictadura de Franco fue extraordinariamente constructiva, mientras que la democracia republicana fue caótica y brutal, y el frente popular perseguía una dictadura de tipo soviético. Por eso debe clarificarse mejor la cuestión en relación con el franquismo.

1. Franco preconizaba en 1930 una democratización en orden. Prefería con monarquía, pero cuando esta se suicidó al año siguiente, aceptó la república y la defendió eficazmente en 1934 contra el asalto del PSOE, los separatistas catalanes y la izquierda en general. Asalto que, aun fracasado, dejó malherida a una república la cual recibió la puntilla con el fraude electoral de febrero de 1936 por el frente popular.

2. Pese al caos republicano, Franco se mantuvo fiel al régimen pensando que podría corregir sus graves defectos. Pero cuando la legalidad republicana, es decir, la propia república, fue destruida por el frente popular, Franco y otros muchos comprendieron que había que elegir entre aceptar el aplastamiento o rebelarse. Y optaron por lo segundo, pese a las condiciones prácticamente desesperadas del comienzo.

3. La experiencia republicana, degenerada en frente popular, hizo pensar a Franco y a muchos otros que la democracia liberal clásica estaba caducada y no podía funcionar en España, donde la pobreza y los odios demagógicos desatados por partidos violentos y totalitarios impedían una convivencia ordenada y en libertad. La idea había cundido mucho en Europa después de la I Guerra Mundial, una sangrienta confrontación entre estados liberalparlamentarios: de aquella contienda habían salido la revolución soviética y una intensa subversión comunista que muchos países solo pudieron afrontar con medidas dictatoriales o fascistas.

4. Por lo tanto, ganada la guerra, el franquismo buscó una articulación política que superase tanto la democracia liberal como el sistema comunista. El resultado fue, primariamente, una dictadura concebida con el objeto de crear una sociedad libre de la miseria y de los odios brutales de la república, que impidiese una vuelta al pasado.

5. La dictadura de Franco no fue totalitaria ni fascista. En estas, un partido único ocupa todo el estado, y el estado ocupa la sociedad, como ocurría en la URSS y, en menor medida, en los estados fascistas. Pero el franquismo no tenía un solo partido, sino cuatro, llamados “familias”: Falange, carlismo, monarquismo de tradición liberal, y católicos-políticos ligados al Episcopado. Los cuatro se unían teóricamente en un Movimiento Nacional, que no pasaba de ser un ministerio con pocos recursos y en la práctica representaba solo a la Falange. Las tensiones entre las “familias”, no se dirimían en elecciones, consideradas focos de demagogias, sino por el arbitraje de Franco. La economía, aun si con cierta intervención estatal, era básicamente de libre mercado. Y el estado no ocupaba la sociedad, pues era pequeño –mucho más pequeño que ahora– y poco entrometido en la vida corriente de la gente.

6. La representación popular se hacía en unas Cortes llamadas orgánicas (democracia orgánica), con sectores sindical, municipal y –aunque no en la práctica– familiar, más un grupo de jefes del Movimiento, otro de representantes de la universidad, las reales academias y demás instituciones culturales, otro de delegados de las cámaras de comercio e instituciones técnicas y científicas, más altos cargos políticos y 40 procuradores nombrados directamente por Franco. Esta composición debía evitar las demagogias atribuidas a la lucha de partidos por el sufragio universal, procurando una política general más responsable y eficiente. En realidad nunca funcionó como parlamento efectivo, siendo el gobierno, con representantes de las cuatro “familias” el principal elemento de orden.

7. Los muy amplios poderes atribuidos a Franco entrañaban un peligro implícito de degenerar en tiranía. Sin embargo, caso no muy habitual, Franco los ejerció con gran cautela y moderación, sin violentar al poder judicial ni a las Cortes ni a las leyes establecidas por el propio régimen (la Constitución la actual ha sido violentada casi constantemente por los gobiernos de PP y PSOE. Lo mismo había pasado en la república) Sin embargo, la especial autoridad de Franco no dejaba de ser una debilidad del régimen, pues nada garantizaba que a su muerte surgiera otro gobernante de su nivel. La muerte del benéfico dictador y los efectos de fondo del Vaticano II, serían la causa determinante de una obligada transición a la democracia, mejor o peor llevada.

8. La campaña del PSOE con el título “50 años de libertad”, encierra dos falsedades radicales: atribuir implícitamente la libertad a dicho partido, y negarla al franquismo. Pero debe distinguirse entre libertad personal y libertades políticas. En la personal, aquella en que no intervenía el estado, existía en el régimen de Franco mucha más que ahora, cuando el estado ha cobrado un volumen (gastos y funcionarios) cuatro o cinco veces mayor que en el franquismo, ejerce sobre los ciudadanos una vigilancia como nunca se había visto, y pretende controlar y reglamentar casi todos los aspectos de la vida personal, hasta los sentimientos (“delitos de odio”, “cancelación”, etc.)

9 . En cuanto a las libertades políticas, las había, obviamente, para los partidos que ganaron la guerra civil, y no, en principio, para los que la habían querido, provocado y ocasionado. Pero incluso para estos se fue relajando la censura conforme el régimen se liberalizaba desde finales de los años 50, quedándose en algunas restricciones y manteniéndose cierta persecución sobre comunistas y terroristas. Manifestación de este hecho es que las amnistías de la transición solo pudieron afectar a unos centenares de presos políticos, número insignificante en una población de 36 millones de habitantes supuestamente contrarios al régimen. En las cárceles no había demócratas ni socialistas (ni el PSOE molestó gran cosa al régimen ni a la inversa).

10 La democracia puede entenderse de dos maneras: como intervención popular cada cierto tiempo para elegir a los partidos u oligarquías que deben gobernar; o mediante una aquiescencia mayoritaria al gobierno expresada en plebiscitos o referéndums y en general ante la actuación de los gobiernos. Y el respaldo popular al franquismo se puso de relieve en dos ocasiones especiales: cuando, durante los años 40, el régimen se vio acosado por soviéticos, anglosajones y la propia ONU, y por el maquis, acoso que no habría podido resistir si el mismo se hubiera combinado con un espíritu de odio o rebeldía en el interior; y cuando, al morir Franco, la disyuntiva de una democracia por reforma o por ruptura, la población, por mayoría aplastante, se inclinó por la salida a partir de la legitimidad histórica del franquismo.

11. En la historia real, el franquismo surgió como remedio a una sociedad enferma de odios, miseria y antagonismos, con amenaza de romper su trayectoria cultural, política e histórica, o de partirse en varios estados. La cura de esa enfermedad exigió una convalecencia de tres décadas y media, pero al final, la sociedad estaba lo bastante sana para permitir una democracia sin las epilepsias del pasado, salida del propio franquismo, y cuya corrosión, hasta el golpismo actual, procede precisamente de los que, como el PSOE, se han empeñado en luchar “heroicamente” contra un régimen desaparecido hace medio siglo y contra el que no habían luchado antes.

miércoles, 8 de enero de 2025

La GUERRA CIVIL te la han contado MAL (Fernando Paz)


    FERNANDO PAZ


DURACIÓN 3:26 MINUTOS


Fernando Paz es historiador, profesor, conferenciante y escritor, reconocido por su especialización en Historia Contemporánea. 

Autor de una docena de libros, entre ellos Europa bajo los escombros, Antes que nadie y La neutralidad de Franco. 

Además, con La Esfera de los Libros ha publicado Núremberg: Juicio al nazismo, una obra clave en el análisis del legado del Tercer Reich. 

En televisión, ha dejado su huella como director y presentador de programas como Tiempos modernos en Intereconomía TV, dedicado a explorar la Historia, y La inmensa minoría en El Toro TV, un espacio centrado en el análisis de la actualidad. Su trayectoria lo posiciona como una referencia en el ámbito histórico y cultural.  

NUEVO CURSO de Fernando Paz:

Franco (III-a) Un balance del franquismo (Pío Moa)



Aunque es muy difícil sintetizar en unos pocos puntos la cuestión, y dada la enorme cantidad de desvirtuaciones y falsedades en torno a ella, expondremos aquí algunas líneas generales.

1. Ganada la guerra, los nacionales se aplicaron como tarea prioritaria a reconstruir el país, física y políticamente,con ánimo de convertirlo en potencia importante en Europa. Sin embargo el optimismo inicial chocó con la ingente dificultad de la herencia de hambre y la desintegración económica de la zona izquierdista. A ese problema se sumó la guerra en Europa, durante la cual Inglaterra restringió el comercio español (petróleo, plástico, fertilizantes…) valiéndose de su dominio del mar.

2. La guerra en Europa estalló, como había querido Stalin, entre Francia e Inglaterra por un lado, y Alemania por el otro. Franco la había temido porque el beneficiario evidente sería la URSS y declaró enseguida la neutralidad. No obstante existía el peligro de verde arrastrado a la contienda por invasión o presiones extremas.

3. Los nacionales (salvo los monárquicos y los próximos al episcopado) simpatizaban más con Alemania–que les había ayudado en la guerra civil y con la que no tenía España conflicto histórico– que con Inglaterra, que invadía España en Gibraltar. No obstante, Franco insistió en la reconstrucción del país, y se mantuvo al margen pese a las presiones de Hitler: solo entraría en guerra si esta era corta, algo que sabía imposible. Al invadir Hitler la URSS, cuando la victoria alemana parecía segura, Franco envió la División Azul como pago por la ayuda recibida en la guerra civil.

4. Una vez derrotada Alemania en 1945, España hubo de afrontar nuevas amenazas: soviéticos, anglosajones y otros decidieron aislarla internacionalmente. Era una medida criminal, porque España no había entrado en la guerra y porque, podía y buscaba provocar una gran hambruna en el país. No obstante, en aquel muro exterior encontró España una grieta, Argentina, y la diplomacia franquista evitó la catástrofe.

5. El aislamiento exterior se combinó interiormente con una guerra de guerrillas (el “maquis”), sumamente peligroso en aquellas arduas condiciones de hostilidad externa y de graves carencias económicas internas.No obstante, hacia 1948 el maquis estaba prácticamente vencido, aunque derrotar política y diplomáticamente el aislamiento no se lograría plenamente hasta bien entrados los años 50.

6. Pese a tantas contrariedades, el balance de esos años 40 puede calificarse de espléndido: España se libró de las matanzas y miserias del resto de Europa, se reconstruyó penosamente, pero con sus propias fuerzas, y al terminar los años 40 los indicadores económicos (consumo de energía, construcción y urbanización, enseñanza sobre todo primaria y secundaria, regadíos, repoblación forestal, tráfico aéreo, teléfonos, esperanza de vida al nacer…) superaban netamente a los del mejor año de la república. Tales éxitos frente a la hostilidad exterior y a la subversión interior no se habrían logrado sin una básica adhesión popular al nuevo régimen: el recuerdo de la república y del frente popular estaba demasiado fresco para suscitar nostalgias en la mayoría.

7. La alianza entre las potencias ganadoras de la guerra mundial no podía durar mucho, como previó Franco, vino la “guerra fría” y ante la resistencia demostrada por el franquismo Usa tuvo que avenirse a un acuerdo, dada la inestimable posición geoestratégica de España ante una posible invasión soviética de Europa occidental. Dado que Usa era la única protección real ante una posible expansión soviética, España permitió, como otros países europeos, la presencia de bases useñas, a cambio de resquebrajar el aislamiento, y finalmente España entró en la ONU en 1955.

8. La presencia useña, con sus productos industriales y culturales, influyó en España y en el propio régimen, pero este mantuvo una esencial independencia política y cultural, en relación con Hispanoamérica y sin dejarse arrastrar a guerras ajena, como la de Vietnam (Franco profetizó la derrota de Usa). Tampoco hubo reconocimiento de Israel: España había salvado a decenas de miles de judíos de la persecución nazi (los anglosajones no hicieron nada al respecto), pero luego Israel secundó el aislamiento de España, la cual encontró en cambio apoyo en varios países árabes –entonces en vías de secularización varios de ellos–. Otro respaldo fundamental contra el aislamiento fueron bastantes países hispanoamericanos.

9. Las imposiciones exteriores obligaron a organizar la economía –con notable éxito, dadas las circunstancias– sobre el modelo llamado “autárquico”, que a finales de los años 50 se mostraba agotado, como tantos otros. A finales de esa década, y superado el aislamiento, España se sumó al modelo keynesiano posterior a la II Guerra Mundial, que dio a Occidente “los treinta (años económicamente) gloriosos”, y que a su vez se agotaría poco antes de la muerte de Franco.

10. Un balance de conjunto podría ser este: en los años 40, el franquismo libró a España de las destrucciones de la guerra mundial que afectaron a casi todo el resto de Europa; el país se reconstruyó con sus propias fuerzas, sin incurrir en la enorme deuda económica, moral, política y militar del resto de Europa occidental hacia Usa; superadas con éxito las enormes dificultades y la peor hostilidad de los años 40-50, el país conoció durante quince años una de las tasas de crecimiento más rápidas del mundo.

11. El éxito económico del franquismo ha sido muy ponderado en diversas historias de la época, pero son probablemente más importantes otros logros: la superación de los odios brutales de los años 30 y la salud social. En cuanto a esta, al morir Franco España era el mejor o uno de los mejores países del mundo en cuanto a delincuencia y población penal, drogas, abortos, suicidios o estabilidad familiar, etc., y se había situado entre los tres primeros en esperanza de vida al nacer. etc. Y la población, en su inmensa mayoría, estaba reconciliada y moderada políticamente, lo que hizo posible una transición sin serios traumas, decidida popularmente a partir de la legitimidad de aquel régimen.

PÍO MOA

martes, 7 de enero de 2025

Año de Franco (II) Qué fue la guerra civil (Pío Moa)

MÁS ESPAÑA Y MÁS DEMOCRACIA


Puesto que la democracia procedió de la legitimidad del franquismo (aprobada en referéndum) y no de la ruptura con ella, y a su vez el franquismo provino de la guerra civil, es preciso empezar por esta última el análisis histórico-político.

1. Las historias de la guerra civil suelen ser una selva de datos, a menudo parcial o totalmente falsos, de juicios sobre personajes, anécdotas y relatos parciales, en los que no pocas veces se diluye lo esencial: por qué se llegó a la guerra y qué se jugaba en ella por los dos bandos. Las versiones más habituales son tres: la de la derecha tipo PP, la de la izquierda y los separatistas, y la de la derecha tradicional.

2. La versión tipo PP habla de unos grupos criminales o enloquecidos de uno y otro bando a quienes les dio por matarse entre sí, no se sabe bien por qué, y arrastrar al resto del país. La estupidez de semejante “explicación” no merece más comentario que el del asombro por que hayan podido expresarla diversos historiadores y periodistas.

3. La versión de la izquierda tiene más dignidad intelectual, aunque es perfectamente falsa: la guerra habría enfrentado a las fuerzas democráticas republicanas con las fuerzas reaccionarias que empobrecían y explotaban al “pueblo”. La tesis podría funcionar si no fuera porque los partidos “democráticos” eran principalmente un PSOE y una PCE dispuestos a imponer la llamada “dictadura del proletariado”, es decir, de ellos mismos; y porque la izquierda en general, durante la república, empobreció notablemente a los trabajadores masificando el paro y duplicó el número de muertos por hambre.

4. La versión de la izquierda empeora si atendemos a la propia guerra civil, en la que el frente popular desarticuló la economía y produjo la mayor hambre conocida en España en el siglo XX, pese a disponer inicialmente de casi toda la industria y de grandes extensiones agrarias. En cambio los “reaccionarios” aseguraron un abastecimiento suficiente para la población de su zona, aunque en la posguerra tuvieron que afrontar las consecuencias de la increíble desorganización económica de la mitad del país que había estado en manos izquierdistas.

5. La tercera versión argumenta que la guerra procedió de la rebelión de la parte sana de la sociedad para defender a la Iglesia y a España contra el desorden tiránico de una izquierda antirreligiosa y fundamentalmente comunista. Esta explicación es más demostrable que las anteriores, pero resulta un tanto roma: por ejemplo, habla de “bando republicano” identificando república y frente popular y otorgando a este la legitimidad de la primera, cuando fue el frente popular quien destruyó la legalidad republicana, haciendo inevitable la guerra. Este es un error de gran calado, que en nuestros días ha permitido la desvirtuación de la transición democrática.

6. Entender la guerra exige apreciar la composición política de los dos bandos. El frente popular se componía de dos partidos realmente fuertes y de masas el PSOE y el PCE, ambos aspirantes a transformar radicalmente la cultura e historia del país imitando a la URSS. En torno a ellos giraban los republicanos de izquierda, de representatividad y fuerza popular muy escasas, y los anarquistas, que pronto fueron desbancados. Otros dos partidos clave fueron los separatistas vascos y catalanes (PNV y Esquerra). Por ello cabe describir al frente popular como, esencialmente, alianza de partidos sovietizantes y separatistas a quienes los sovietizantes reconocían derecho de secesión.

7. El bando nacional también integraba a partidos o tendencias heterogéneas: las más visibles, aunque no las principales, las carlistas y falangistas; además monárquicos, sin apoyo popular pero sí entre el generalato y las clases altas; y católicos procedentes de la extinta CEDA, que había llegado en la república a ser el partido con más votos populares. Dado que el frente popular aspiraban en definitiva, a romper la continuidad política, histórica y cultural de España, el elemento de unión entre los nacionales puede describirse como el intento de garantizar dicha continuidad sobre la base de la unidad nacional y la cultura cristiana.

8. Tal diversidad política obligó a los dos bandos a un gran esfuerzo unificador, a fin de combatir eficazmente al enemigo. Al frente popular le unía la voluntad de aplastar al bando nacional, al que llamaban “fascista” por motivos de utilidad propagandística, pero las divergencias entre sus partidos eran tan fuertes que motivaron numerosos asesinatos y dos pequeñas guerras civiles entre ellos mismos. Los únicos con una estrategia política y militar inteligente, los comunistas, intentaron afirmar la unidad empleando a menudo el terror contra sus aliados. Sin lograr imponerse del todo, aunque sí lo bastante para sostener la guerra por cerca de tres años.

9. Las divergencias en el bando nacional también amenazaban la cohesión y la eficacia militar. Sin embargo se logró la unidad de acción entre sus tendencias o partidos sin recurrir al terror entre ellos. Su unidad fue garantizada por la parte del ejército que se le había unido, poco politizada pero disciplinada, y particularmente en el prestigio de Franco. Este había emprendido la rebelión en condiciones que –como expresó el socialista Prieto– garantizaban su derrota, pues casi todos los recursos financieros, industriales y la mayor parte de los militares habían quedado en manos del frente popular. Haber superado una situación prácticamente desesperada con unas tropas reducidas pero eficaces, dio a Franco una aureola y prestigio que hicieron indiscutibles sus decisiones.

10. Al desarrollarse la contienda en medio de las gravísimas tensiones europeas que desembocarían en la II Guerra Mundial, se produjo pronto una intervención exterior en apoyo de uno u otro bando. Los nacionales obtuvieron ayuda fundamentalmente de Italia y Alemania, también de Usa (petróleo), mientras que el frente popular la obtuvo de la URSS y en alguna medida de Francia o Méjico, también de Usa. En cuanto a Inglaterra y Francia, procuraron la “no intervención” para que las llamas de España no se cruzasen los Pirineos: menos de veinte años antes habían ganado la I Guerra Mundial, con apoyo de Usa, y procuraban mantener el statu quo salido de su victoria.

11. Mussolini y Hitler apoyaron a Franco porque no querían tener un régimen soviético y sí un aliado en la retaguardia europea. La intervención de Stalin fue más compleja: estuvo dictada por la convicción de que pronto estallaría una nueva guerra en Europa, y por la obsesión de evitar que comenzase por el este, entre la Alemania nazi y la URSS, que podría destruir al régimen soviético. En cambio, si estallaba por el oeste, entre las potencias democráticas y las fascistas, él quedaría arbitro de la situación. Entonces la guerra de España le dio la oportunidad de atraer a Francia e Inglaterra al choque con Alemania e Italia: toda su estrategia política se centró en presentar al frente popular como un régimen democrático al que debían defender obligatoriamente las otras democracias (aunque lo sostuviera la URSS, paradójicamente). Como sabemos, la obvia desconfianza de Londres y París hacia Moscú, y la victoria de Franco, frustraron esa estrategia. La cual, en cambio, tendría éxito en septiembre de 1939, solo cinco meses después de la guerra de España, mediante un Pacto germanosoviético con el que nadie había contado, y que hizo comenzar la guerra europea efectivamente por el oeste.

12. Deben señalarse diferencias de fondo entre las intervenciones fascistas y la soviética. Ni Hitler ni Mussolini llegaron a condicionar de modo algo significativo la conducción política y estratégica de Franco, mientras que Stalin, al recibir el grueso de los recursos financieros del frente popular, enviados por el PSOE, se hizo el verdadero amo de las izquierdas españolas, ayudado además por un partido comunista fanáticamente adicto a Moscú y que se convertiría en el partido hegemónico de las izquierdas. Por otra parte la policía política soviética actuaba en territorio español con independencia del gobierno izquierdista. Otra diferencia histórica muy relevante es que Hitler no había cometido por entonces los genocidios conocidos en la II Guerra Mundial, mientras que Stalin llevaba tras sí verdaderas montañas de cadáveres.

13. En resumen, el sentido de la guerra civil fue la oposición entre quienes aspiraban a sovietizar o disgregar a España en pequeños estados manejables desde el exterior, y quienes querían impedirlo a toda costa. La causa precisa de la guerra fue la destrucción de la legalidad republicana por el PSOE y los separatistas catalanes principalmente, en dos golpes sucesivos: la insurrección de octubre de 1934, planteada directamente como guerra civil, que fracasó pero dejó malherida a la república; y el fraude electoral de febrero de 1936, que le dio la puntilla, destruyendo su legalidad. Con lo que dejó a sus contrarios ante el dilema de sublevarse o ser aplastados desde el poder. El fraude electoral izquierdista abrió paso a un nuevo régimen que no llegó a consolidarse por haber perdido la guerra después de haberla provocado.

Pío Moa

25 disparates educativos, presuntamente progresistas, que nos conducen al desastre (ANDRÉS AMORÓS)




1. Sentir horror por el trabajo, el esfuerzo.

Lo encarna Lilith Verstrynge, que ha sido Secretaria de Organización de Podemos y Secretaria de Estado para la Agenda 2030: «La cultura del esfuerzo genera fatiga estructural, ansiedad y cardiopatía».

Es un error garrafal: sin esfuerzo, ni los individuos aprenden nada ni los pueblos consiguen nada valioso. Lo resume un refrán: «Pereza es llave de pobreza». No creo que ése sea un ideal progresista.

2. Despreciar la memoria.

La memoria no es algo que sirva para que se luzcan los tontos. La ensalza Montaigne: es «un instrumento de utilidad asombrosa», que debe ejercitarse y desarrollarse.

García Márquez consideraba un tesoro los poemas que había aprendido de memoria, en la escuela: un pequeño paraíso, en el que siempre podía refugiarse y que nadie le podía arrebatar. ¿Qué poemas aprenden de memoria hoy los niños, en España?

3. Olvidar la historia y la cronología.

Mi nieta, de 15 años, sabe quizá más que yo sobre la primera República española pero la pongo en un grave aprieto cuando le pregunto qué siglos comprende la Edad Media, cuándo llega a España el Renacimiento, cuál es la fecha de la Revolución Francesa. Así se lo han enseñado.

Sin saber situarlos en épocas, siglos y etapas, los acontecimientos históricos pierden su significado, se convierten en un caos. A eso ha conducido el actual desdén pedagógico por la cronología.

Y, como es bien sabido, si no entendemos la historia, estamos condenados a repetir los errores.

4. Negar la autoridad de los profesores.

Lo dijo Cervantes: «Nadie es más que otro si no ha hecho más que otro». Los que saben más de una materia son los que deben enseñarla: eso les concede autoridad moral. El «colegueo» con los alumnos que muchos profesores fomentaron no ha conducido a nada bueno.

En la película Ensayo de orquesta, Fellini muestra el caos que se produce en una orquesta cuando los músicos pretenden tocar sin director. A los sindicatos italianos no les hizo ni pizca de gracia.

5. Buscar la igualdad, no la excelencia.

Es un error básico, supone la mayor demagogia: igualar por abajo. Lo único de verdad progresista es que asciendan los que se esfuerzan, sea cual sea su origen social y su nivel económico.

6. Suprimir los exámenes, los suspensos, la repetición de cursos.

Los exámenes son antipáticos pero inevitables. Sin exigencia, los individuos y los pueblos se hunden.

A comienzos de 2020, la ministra Celaá, del PSOE, anunció que la titulación de los estudiantes «no quedará supeditada a la no existencia de materias sin superar, para que nadie se quede atrás». Los periodistas que la escuchaban tradujeron: «Aprobado general».

Eso es injusto, porque iguala a los que trabajan con los vagos. Además, desanima tanto a los profesores como a los alumnos: ¿para qué se van a esforzar, si el resultado final será idéntico?

7. Hacer depender las becas sólo de la situación económica, no del rendimiento escolar.

Lo acaba de proponer Sumar, a comienzos del año 2025: es una pura demagogia, conduce a fomentar la vagancia. Como resume la duquesa, en El Quijote: «Nadie nace enseñado».

El filósofo estadounidense Michael J. Sandel, ganador del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, ha denunciado lo que él llama «la tiranía del mérito», porque provoca la soberbia de los triunfadores y la humillación de los que no lo logran. Propone algo tan infantil como un sorteo, para decidir quiénes pueden acceder a las universidades de mayor prestigio… A esas bobadas llegan algunos presuntos sabios progresistas.

8. No aprender conocimientos, sino aptitudes.

Lo leo y lo escucho con frecuencia: «Ya que todo está en internet, no hace falta aprender nada, basta con saber cómo se hace». Igual que si se tratara del folleto de instrucciones de un electrodoméstico o de una medicina. Los más cursis lo dicen en inglés: el «know how». Es algo que conduce sencillamente a la ignorancia.

9. No estudiar, hacer trabajos.

Resignados a que sus alumnos se limiten a copiar trozos de Wikipedia, algunos profesores exigen ya que les presenten los trabajos escritos a mano: así, por lo menos, los estudiantes se habrán tomado el trabajo de copiarlos, no se habrán limitado a imprimirlos.

10. «Ninguna cultura es superior a otra».

Puede sonar muy democrático pero es un verdadero disparate. A eso conduce el multiculturalismo: vale igual la filosofía griega que un rito de los antropófagos.

Tiene esto consecuencias terribles: se busca compensar supuestos agravios, eliminando los que se consideran tradicionales elitismos. Un ejemplo claro: en una universidad inglesa, han prohibido enseñar música de todos los compositores de raza blanca. Hagan la lista…

11. Suprimir unos colonialismos que no han existido.

Los hispanoamericanos tuvieron siempre la misma consideración legal que los españoles. Igualar la labor de España en Hispanoamérica con lo que hicieron en África otros países es un dislate, aunque lo crea un ministro de Cultura.

12. Considerar anticuados los libros; lo moderno son los blogs, los resúmenes, las redes sociales.

En realidad, ninguna herramienta tecnológica ha superado al libro en riqueza de posibilidades y en sencillez de manejo. No leer libros empobrece radicalmente a los individuos, convierte a las sociedades en presa fácil de dictadores y de farsantes. Leerlos fomenta nuestro espíritu crítico, nos protege de las mentiras de la propaganda política.

Resume Cervantes, con tanta belleza como exactitud: «En algún lugar de un libro hay una frase esperándonos, para darle sentido a nuestra existencia».

13. Defender que una imagen vale más que mil palabras.

Es una simpleza y una falsedad, aunque se haya repetido mil veces. Unas palabras bien elegidas constituyen un instrumento de comunicación muchísimo más rico y más complejo que cualquier imagen.

Escribió Olegario González de Cardedal: «El hombre viene al mundo con sus alforjas llenas de mendrugos de pan, unas colodras de agua y unas pocas palabras primordiales. Con ellas nombra todas las cosas… Unas pocas palabras verdaderas, nacidas de la entraña de quien habla, es lo que necesitamos».

14. No enseñar a hablar en público.

En nuestras Universidades, apenas existen ya exámenes orales.

En nuestro Parlamento, casi todos los diputados se limitan a leer lo que llevan escrito en un papel, venga o no a cuento. Cuando se salen de eso y tienen que improvisar, suele dar vergüenza escuchar las simplezas que muchos dicen y los errores que muchos cometen.

15. No enseñar a escribir.

Hasta en los periódicos más prestigiosos leemos ahora con frecuencia textos con errores graves de vocabulario, sintaxis, puntuación, significado… A nadie le extraña: ya nos hemos acostumbrado.

16. Creer que las normas académicas no valen para nada.

Rechazar esa tontería no es un prurito académico sino un imperativo de la comunicación. Cualquier ignorante pretende tener su propio estilo, escribir como quiere. El mito de la espontaneidad conduce a textos ilegibles o que acaban transmitiendo lo contrario de lo que su autor pretendía. Para romper las reglas, como han hecho los grandes artistas, primero hay que conocerlas.

17. No se debe criticar nada: todo es discutible.

El mito posmoderno de que todo vale igual es una falacia y ha traído un verdadero desastre cultural. No todo vale lo mismo: yo no escribo en prosa como Cervantes, ni en verso como Quevedo.

En un país de osados charlatanes, como es el nuestro, sigue siendo válido lo que dijo Ortega: en España, lo verdaderamente revolucionario sería que cada cual hablara sólo de lo que sabe. Quizá reinaría entonces un inmenso silencio…

18. La verdad no existe, sólo es un medio de opresión, forjado por los poderosos.

El que no cree en nada, juega cínicamente con las palabras y con las ideas, dice que lo suyo no es mentir sino cambiar de opinión. Lo vemos todos los días.

Unamuno nos muestra lo que debemos hacer, en ese caso: «¿Tropezáis con uno que miente? , gritadle a la cara: ¡mentira!, y, ¡adelante!». Nos los enseña Jesús, en el Evangelio de San Juan: «La verdad os hará libres».

19. El patriotismo es propio de fachas.

En ninguna nación civilizada se acepta esta simpleza. El país que lo creyera sería incapaz de cualquier progreso material y moral. El paletismo localista es muy malo pero carecer de raíces (o negarlas) resulta lamentable y estéril.

20. España es una nación de naciones.

Nadie sabe qué significa con exactitud ese juego de palabras. Puede aludir tanto a excelencia («actor de actores», «libro de libros») como a división en partes («cantar de cantares»). Pero sí está claro lo que ahora se pretende, al usarlo: negar la unidad de España.

21. Debemos pedir perdón a Hispanoamérica.

Con sus luces y sus sombras, lo que hizo España en Hispanoamérica es, objetivamente hablando, una de las mayores hazañas de la historia de la humanidad.

Así lo definió ya Francisco López de Gómara, en la dedicatoria a Carlos V de su Historia general de las Indias: «La mayor cosa después de la creación del mundo, sacando la encarnación y muerte del que lo crio, es el descubrimiento de Indias. Y así las llaman Mundo Nuevo».

Los murales de Diego Rivera han ilustrado para la historia del Arte, la leyenda negra de España en América

22. Todas las lenguas de España tienen igual valor.

Parece ser que existen hoy en el mundo cerca de siete mil lenguas vivas. Todas merecen respeto pero sería un disparate creer que todas ellas tienen el mismo valor cultural y social.

Como resumió Amado Alonso, el castellano se convirtió en español y éste, luego, en nuestro idioma nacional. Es la única lengua común a todos los españoles. Un separatista vasco necesita el castellano para entenderse con un separatista catalán.

23. El bable y el andaluz son lenguas de cultura.

Con todo respeto, las dos son hablas, no lenguas de cultura: no tienen una gramática propia ni una literatura considerable.

El bable es un habla derivada del antiguo dialecto astur-leonés.

El habla andaluza –resume Rafael Lapesa– reúne una serie de meridionalismos lingüísticos; se caracteriza por la entonación ágil, el ritmo rápido y vivaz, la articulación relajada. Es un habla, con sus bien conocidas variedades locales, pero no es una lengua distinta de la común, la española. Ningún español tiene problemas para entenderse, cuando va a Andalucía. Exactamente igual que sucede con el español de América.

Defender que el bable y el andaluz son lenguas obedece a motivos puramente sentimentales, de autoafirmación. En el caso del bable, además, responde a intereses económicos: ha servido para que se hayan creado departamentos, plazas de profesores, becas….

24. El franquismo sigue vivo.

Franco murió el 20 de noviembre de 1975. Los españoles que vivieron conscientemente la etapa del franquismo tienen hoy más de 70 años: evidentemente, no son la mayoría de nuestra sociedad ni tampoco los que ocupan los puestos directivos.

Alertar ahora del peligro que suponen las reliquias del franquismo es una pura operación política interesada; como define nuestro refranero, «dar lanzada a moro muerto».

25. No se debe enseñar el cristianismo.

Al margen de las creencias de cada cual, es absolutamente indiscutible que el cristianismo es una de las raíces básicas de la historia de España.

Un estado no confesional no puede ignorarlo: hacerlo supondría renegar de lo que somos y condenarnos a no entender nada de nuestra historia ni de nuestra cultura.

De la educación nacen la mayoría de nuestros males. El presunto progresismo español actual ha hecho suyos, entre otros, todos estos disparates. Así estamos.

Andrés Amorós